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Charles Darwin, el padre de la evolución

Charles Darwin está considerado el Padre de la Evolución y es uno de los científicos más relevantes
de la historia

El 12 de febrero se celebra el Día de Charles Darwin, una celebración que conmemora el


nacimiento de este célebre científico inglés. Y es que Charles Darwin nació en esta fecha hace ya
más de 200 años, en Shrewsbury (Reino Unido). La conmemoración de este día tiene como
objetivo promover la figura de este importante científico y sus grandes aportaciones en el campo
de la biología y la ciencia, principalmente, por definir el origen de las especies.

Darwin era un amante de la naturaleza y, desde niño, se interesó en conocer la vida y


comportamiento de los animales. Lo que no sabía entonces es que, esta curiosidad, le haría
convertirse en uno de los padres de la evolución descubriendo que todas las especies, incluyendo
el ser humano, tienen un mismo origen.

Tras acabar sus estudios, se embarcó como naturalista en el reconocido barco HMS Beagle con el
que inició una expedición científica alrededor del mundo. El viaje duró cinco años y sirvió para que
Darwin recopilará la mayor parte de datos e informaciones que, posteriormente, formaron parte
de sus hallazgos.

El origen de las especies


La obra Ensayo sobre el principio de población de Thomas Robert Malthus fue clave para el
desarrollo de su famosa Teoría de la Evolución de Especies. En un primer momento, y una vez
Darwin finalizó su teoría, tuvo miedo de hacerla pública por las posibles repercusiones que tendría
por parte de los más conservadores.

Pasados 20 años y una carta del naturalista Alfred Russel Wallace hizo que Darwin se decidiera por
publicar sus hallazgos. La primera edición de su obra tenía un nombre mucho más largo que el que
conocemos: El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas
favorecidas en la lucha por la vida. No fue hasta su sexta edición cuando se renombró al actual: El
origen de las especies.

Charles Darwin está considerado uno de los científicos más importantes del siglo XIX gracias a sus
aportaciones e investigaciones sobre el origen de las especies

A lo largo de esta obra, Darwin explicó la teoría científica que avalaba que todas las especies
animales evolucionan durante el transcurso de las generaciones mediante un proceso
denominado, selección natural.

Charles Darwin realizó un estudio de las especies que habitaban en las Islas Galápagos y las
comparó con aquellas que vivían en islas cercanas. Las diferencias que surgían entre estas se
debían a una adaptación al medio tras el paso del tiempo que, incluso, podría originar la creación
de una nueva especie.

La selección natural es el punto clave de su obra. El científico y naturalista inglés expone que la
supervivencia de aquellas especies más fuerte radica en su capacidad de adaptarse al medio
ambiente y la reproducción de éstas con mayor facilidad. En cambio, aquellos especímenes más
débiles no consiguen procrear y por tanto, su material genético no se traspasa a una segunda
generación provocando así su desaparición..
10 datos interesantes sobre Darwin:

Su obra El origen de las especies, publicada hace ya 160 años, revolucionó la biología, al ser el
primer científico que ofrecía evidencias que explicaban la evolución del ser humano.

Darwin estuvo matriculado en la Universidad de Edimburgo para convertirse en médico, uno de


los deseos de su padre. Sin embargo, su fobia por la sangre le llevó a abandonar sus estudios. Tras
esto, comenzó a estudiar teología con la idea de convertirse en clérigo rural y estar vinculado a la
naturaleza, su verdadera pasión.

En 1831, Darwin se embargo en el viaje del Beagle con el que pudo descubrir el mundo a bordo de
este barco. Fruto de este viaje, Darwin publicó en 1839, El Viaje de Beagle, un diario de viaje que
recoge las memorias del naturalista relacionadas con la biología, la geología y la antropología.

Las fuertes creencias del momento hicieron que Charles Darwin tardará 20 años en publicar esta
obra debido a su preocupación y cierto miedo al rechazo social y religioso. Finalmente, El origen
de las especies fue publicado el 24 de noviembre de 1859 y sus conclusiones son el fruto del
trabajo realizado durante su viaje en el Beagle donde pudo investigar y realizar cientos de
experimentos para formular su teoría.

Darwin explicó que la selección natural era el único mecanismo responsable de la evolución
valiéndose, para demostrarlo, de evidencias científicas.

Las frase «la supervivencia del más fuerte» no es de Darwin como erróneamente muchos
consideran. Realmente esta frase es del filosofo contemporáneo Herbert Spencer. Darwin incluyo
esta cita en la quinta edición de su obra.
Charles Darwin es el segundo científico más citado del mundo, solo superado por el matemático y
filósofo, Bertrand Russel.

Una de sus aficiones favoritas eran las partidas de Backgammon, un juego de mesa.

Su nieto, Erasmus Darwin fue quien esbozó, por primera vez, una teoría de la evolución basada en
la idea de que los seres vivos descienden en última estancia de un único organismo microscopio
que tiene su origen en el mar.

Darwin falleció el 19 de abril de 1882 y sus restos yacen en la Abadía de Westminster de Londres,
una de las Iglesias más veneradas donde también se encuentran sus colegas Isaac Newton y John
Herschel.

Ideas principales de la Teoría de la Evolución:

La Teoría de la Evolución, también conocida como Teoría de Darwin, recoge los descubrimientos y
evidencias científicas que el científico inglés recogió para explicar la evolución biológica.

En esta teoría se explica que los seres vivos tienen un origen y que, a lo largo de su vida, van
cambiando poco a poco. A estos cambios paulatinos se les conoce como evolución. Y todos estos
cambios vienen determinados por la selección natural como parte del proceso evolutivo. Esta
implica que, cada especie se adapta a su entorno en función de la presión selectiva que sufre.

Hasta la publicación de esta obra de referencia, Dios era el responsable de haber concebido a
todas las criaturas del planeta. La publicación de esta obra supone una auténtica revolución para
la ideología del momento pero también para la ciencia. Este último ámbito acogió con cierto
escepticismo los descubrimientos de Darwin, pero el rigor y la evidencia científica que en su obra
mostraba pronto conquistó a la comunidad científica.

Charles Darwin hizo de los seres vivos el objeto de su obra científica y, como aquéllos, llegó a
conclusiones que lo enfrentaron a la Iglesia y al pensamiento tradicional.

Si las investigaciones de Copérnico, Galileo y Newton sentaron las bases científicas que
permitieron desacralizar el universo, demostrando que la Tierra no se encuentra en su centro y
que los astros se mueven obedeciendo determinadas leyes físicas que responden a principios
matemáticos, Charles Darwin hizo de los seres vivos el objeto de su obra científica y, como
aquéllos, llegó a conclusiones que lo enfrentaron a la Iglesia y al pensamiento tradicional

El proceso de desarrollo de sus ideas fue, como en la mayoría de los grandes descubrimientos
científicos, lentos y laboriosos. Y tuvo su origen en las investigaciones que Darwin empezó a llevar
a cabo cuando era muy joven tras comprobar que la medicina, la profesión de su padre, no era lo
suyo, de lo que se convenció tras asistir a un par de operaciones en el hospital de Edimburgo.
Empezó entonces a estudiar historia natural en Cambridge y en el año 1831, cuando contaba 22
años, le surgió la gran oportunidad de su vida al ser invitado a participar como científico en la
expedición naval del Beagle, que tenía como principal objetivo cartografiar las costas de
Sudamérica. El viaje, que iba a durar dos años, se prolongó hasta cinco; y fue clave para su
posterior obra científica, ya que le permitió recoger todo tipo de materiales y realizar numerosas
observaciones que servirían de base a su teoría de la evolución.
En 1859 sistematizó sus descubrimientos en una de las obras cumbres de la literatura científica de
todos los tiempos, El origen de las especies, en la que defendió la tesis de que todas las especies
tienen un origen común y se han ido desarrollando y diferenciando mediante un proceso de
selección natural. La teoría, que le permitía dar explicación a muchos de los fenómenos que había
observado en sus viajes y sus experimentos, se había visto reforzada años antes por la lectura del
libro de Malthus Ensayo sobre el principio de la población que, en sus propias palabras, "le
permitió apreciar la lucha por la existencia que se da en todas partes, en la que las variaciones
favorables tenderían a ser preservadas, mientras las desfavorables serían destruidas". Y es
importante señalar que sus teorías, que aplicó al estudio de multitud de casos concretos, son un
modelo de rigor científico, ya que planteó hipótesis contrastables, que los hechos permitían
rechazar o confirmar.

Como era de esperar, estas ideas, y sobre todo su aplicación a la especie humana, no fueron bien
recibidas por quienes interpretaban en términos literales la historia de la creación narrada en la
Biblia. Muchos consideraron su obra como un ataque directo a las enseñanzas del Génesis. Es
conocida la anécdota, probablemente apócrifa, de la esposa de un obispo anglicano, quien,
cuando su marido le explicó la teoría de la evolución de las especies y la tesis de que el hombre no
había sido creado por Dios a su imagen y semejanza, sino que descendía de otros animales y había
alcanzado su actual situación de dominio del mundo a través de un complejo proceso evolutivo,
comentó: "¡Oh, querido! Espero que esto no sea cierto; pero si lo fuera, deberíamos procurar que
la gente no se enterara". No hay que remontarse, sin embargo, al siglo XIX para encontrar
actitudes radicales contrarias al evolucionismo. En algunos países, incluso en naciones de alto nivel
económico y cultural como los Estados Unidos, el creacionismo sigue sorprendentemente vivo.
Está claro que no a todos les convencen las ideas contrarias a sus creencias, aunque sean
plenamente científicas.

Resumen del origen del ser humano

El origen del ser humano se puede buscar hace muchos siglos siendo consecuencia de un lento y
largo proceso de cambios. Se debe tener en cuenta que, igual que todos los seres vivos, los
animales y las plantas, por ejemplo, los seres humanos provenimos de las criaturas más simples de
la historia del planeta cuya evolución ha hecho que evolucionaran hasta llegar a nuestra especie.

Avanzando un poco más en el tiempo, se cree que el ser humano proviene de los antropoides, es
decir, de los grandes monos. Los estudiosos creen que hace 8 millones de años existió un ancestro
común entre los antropoides y nuestra especie debido a que los dos grupos compartimos
características muy parecidas.

Un tiempo después, aparecieron los primeros primates homínidos, es decir, un grupo de primates
caracterizados por su posición bípeda y por ir erguidos. Esta clase de primates son considerados
como ancestros del ser humano, siendo las primeras especies que poseyeron una característica
tan humana como es la posición erguida y el andar bípedo.

Por lo tanto podemos decir que el origen del ser humano es, como el de todos los seres vivos, el
de las primeras bacterias de nuestro planeta. Pero los primeros antepasados en los que vemos
características comunes, son en menor medida los antropoides y en mayor medida los homínidos.

La evolución del hombre: todas las especies de nuestros antepasados

Para continuar con esta lección sobre el origen y evolución del hombre resumen, debemos hablar
sobre las distintas especies antepasadas del ser humano que han ido evolucionando hasta llegar al
homo sapiens. En un principio, los antepasados del ser humano tienen pocas cualidades
semejantes pero, cuanto más nos acercamos al homo sapiens, mayores son las semejanzas.
Australopithecus

Se consideran los primeros homínidos de nuestro planeta y, por lo tanto, antepasados del ser
humano. La mayor diferencia de estas especies con otro primates de la misma época es su
posición erguida, su capacidad de movimiento bípeda y la posesión de una mandíbula parecida a la
nuestra.

Los Australopithecus dominaron su territorio durante millones de años, hasta que una serie de
eventos les hizo evolucionar hacia dos tipos de especies. Los Paranthropus, que basaron su
alimentación en la ingesta de vegetales, y los Homos, los cuales tenían una dieta basada en la
carne. De las dos especies nos interesa mucho más la de los Homos, siendo nuestros antepasados.

Homo habilis

Uno de los primeros Homos, habitando el planeta hace alrededor de 2,4 millones de años. Se
caracteriza por ser capaz de crear instrumentos simples de piedra, por un aumento craneal
respecto al Australopithecus y por ser capaz de caminar de forma bípeda mucho mejor que sus
antecesores.

Homo rudolfensis

Una especie tan parecida al Homo habilis que muchos estudiosos consideran que realmente son la
misma especie, habitando en épocas parecidas en el planeta. Se diferencia del Homo habilis en
una cara más plana y en la presencia de caninos más grandes.

Homo erectus

Esta especie fue descendiente del Homo habilis, viviendo entre 1.8 millones de años y 300.000
atrás. El Homo erectus fue capaz de salir de África, cruzando a otros continentes como Europa. Se
caracterizaba por ser capaz de crear instrumentos mucho más complejos que los del Homo habilis.
También fue una de las primeras especies de Homo en socializar con otros seres de su misma
clase.
Homo neanderthalis

Los conocidos como neandertales, siendo una de las especies más conocidas por la gente. Se cree
que pudiera ser descendiente del Homo erectus. Esta especie estaba caracterizada por una gran
habilidad para la creación de herramientas y otros artículos que las anteriores especies no eran
capaces de fabricar.

Homo sapiens

Todas estas especies fueron evolucionando, teniendo cada vez cualidades más parecidas a las
nuestras, y tras millones de años consiguieron evolucionar hasta convertirse en nuestra especie,
los Homo sapiens. Los Homo sapiens fueron capaces de extenderse por todos los continentes,
siendo mucho más habilidosos que las anteriores especies y creando herramientas que incluso los
neandertales eran incapaces de fabricar.

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