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La Guerra Fria (El siglo de la revolución – Josep Fontana)

Carlos Puente

Luego de la Segunda Guerra Mundial, los aliados se encontraron con una situación difícil a nivel
económico y geopolítico. Por un lado, los Estados Unidos y las potencias de occidente se
quedaron con Alemania Occidental, y la Unión Soviética tomó posesión de Alemania Oriental.
De igual forma, Berlín se dividió de la misma manera. El plan de los Estados Unidos era
reconstruir Europa (por eso se creó el plan Marshall), pero con esto también planeaban traer la
democracia liberal occidental y la economía de mercado junto con ellos. Esto, por su puesto, a la
Unión Soviética no le pareció simpático, pues el Kremlin se negaba a ceder a implantar un
sistema capitalista en los países liberados.
El Presidente estadounidense Truman dio un discurso en el congreso el 12 de marzo de 1947 en
el que por primera vez habló del “mundo libre” contra el mundo contra el comunismo. El clima
de guerra nuclear era creciente entre las dos grandes potencias, a pesar de que se cree que Rusia
no tenía planes de atacar nuclearmente a los Estados Unidos.

Alemania

George Kennan, el embajador norteamericano en Moscú adivirtió sobre el peligro del avance del
comunismo sobre otros países. Sin embargo, los norteamericanos empezaron a utilizar la etiqueta
del comunismo para cualquier cosa que se opusiera a sus políticas. (Documento NSC 68). Esto
hizo que el gobierno estadounidense incremente grandemente su gasto militar, rearmando su
ejército y poniendo efuerzos para “contener” a los comunistas. (El autor señala que al hacer esto,
Estados Unidos no dio prioridad al gasto social).
El documento NSC 68 no solo tenía un objetivo militar si no también un objetivo social y
cultural, pues advertía una estrategia para contener el comunismo de manera que se evitase que
penetrara en la sociedad de manera subversiva (en los sindicatos, instituciones, etc.).

El European Recovery Program, también conocido como Plan Marshall, fue creado por los
Estados Unidos para reconstruir Europa luego de la guerra. Esto tenía también el objetivo de
aplacar cualquier intento del avance de los partidos comunistas europeos que podrían ganar
elecciones. Por su puesto, a los Estados Unidos también le interesaba que los mercados se
abriesen para que varias de sus empresas se instalen en Europa (el autor solo cuestiona esto y no
hace una aclaración de por qué tendría que ser algo malo). El dinero total invertido en el Plan
Marshall fue de alrededor de 12 mil millones de dólares.
También se hizo una gran campaña para promover el modo de vida americano (libre
emprendimiento) como modelo de progreso.

La Unión Europea, en sus inicios se crea como una manera de que los países que habían sido
invadidos por los nazis acepten a Alemania como parte del bloque oriental, a conveniencia de los
Estados Unidos y el resto de aliados que no eran la URSS.
El plan Schuman arranca en 1950 con el objetivo de coordinar la producción de acero y carbón
en Europa occidental. Así, en 1951 se crea la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero)
integrada por Francia, Bélgica, Italia, Holanda, Luxemburgo y Alemania Occidental. Esto hizo
que países como Francia, dependiente del carbón alemán, no se resistiera a la integración de
Alemania por temor a que esta nuevamente se fortalezca.
En 1957 se crea, por estos mismos países, la Comisión Económica Europea en el tratado de
Roma, que integra los mercados de estas naciones y lo convierten en uno común, eliminando
tarifas aduaneras.

La creación de la OTAN

El 6 de marzo de 1948 se reúnen Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda y
Luxemburgo y determinan que lo mejor para Alemania es integrar un gobierno federal. Esto
sucede ante las exigencias de los soviéticos de ser acreedores de reparaciones, y además
geopolíticamente los americanos y los soviéticos se disputaban el control de Alemania. Como
Berlín también se encontraba dividida, esto desató una crisis entre los soviéticos y las potencias
occidentales que, entre otras cosas, planeaban implantar una nueva moneda de curso en el lado
federal. Berlín se convertiría en una ciudad con dos monedas distintas; los soviéticos dificultaron
la comunicación entre el oriente y occidente de la ciudad y eventualmente cortaron por completo
el tránsito terrestre entre las dos zonas. Las tensiones entre la URSS y occidente eran crecientes.

El 4 de abril de 1949 se firma en Bélgica el acuerdo constitutivo de la Organización del Tratado


del Atlántico Norte, integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Bélgica,
Holanda, Luxemburgo, Islandia, Italia, Noruega y Portugal, e impulsado principalmente por los
británicos y franceses que querían asegurar el apoyo norteamericano frente a un potencial
conflicto armado con la Unión Soviética. El tratado implicaba que un ataque a cualquiera de sus
miembros se consideraría como un ataque contra todos, y Lord Ismay, el primer secretario
general de la OTAN lo definió como un acuerdo para “mantener a los norteamericanos dentro, a
los soviéticos fuera y a los alemanes debajo”. Todo esto fue consecuencia directa de la crisis de
Berlín.

El 23 de mayo de 1949 se funda la República Federal Alemana (Bundes- republik Deutschland)


con el canciller como principal jefe de gobierno. El 7 de octubre de ese mismo año se constituyó,
en el lado oriental, la República Democrática Alemana (Deutsche Demokratische Republik)
como respuesta soviética. El canciller de la Alemania federal, Konrad Adenauer, puso todos sus
esfuerzos en aislar al lado oriental y evitar la reunificación de Alemania.

Alemania federal entró finalmente en la OTAN en mayo de 1955.

Stalin, hasta entonces, había vetado la transición total de Alemania Oriental al socialismo con el
objetivo de mantener asegurada esa frontera con las potencias occidentales, pero ante la negativa
de estas últimas de formar un gobierno que permitiera la reunificación, la República Democrática
Alemana se convirtió en una franquicia más del comunismo soviético.

El problema de Corea

Luego de la desocupación japonesa, la península de Corea quedó dividida en el paralelo 38. Al


norte se ubicaban los comunistas respaldados por la URSS, y al sur los estadounidenses que el 15
de agosto de 1948 crearon la República de Corea.
Los dos regímenes tenían aspiraciones de reunificar el país, lo cual hizo que eventualmente se
desatara un conflicto armado. Los del norte, al mando de Kim Il-Sung, tuvieron mucha
superioridad al inicio. MacArthur, instalado en Japón, abogaba por una escalada por parte de los
Estados Unidos hasta el punto de contemplar utilizar armas nucleares para neutralizar a los
norcoreanos. La situación se volteó para los norcoreanos cuando el 15 de septiembre de 1950 se
produjo un desembarco en Incheon que puso a 80 mil marines a combatir contra los norcoreanos.
11 días después, Seúl fue recuperada por los surcoreanos y los Estados Unidos.
Desde China, Mao Tse Tung envió tropas para combatir contra los del sur, lo cual terminó en una
derrota norteamericana que seguía avanzando por encima del paralelo 38 sin contar con que los
chinos aparecerían de repente en ayuda de los norcoreanos. Seúl fue retomada por los chinos el 4
de enero de 1951. Aquí fue cuando MacArthur sugirió a Washington que los americanos
utilizacen armas nucleares en contra de China, pero Truman no cedió ante esta presión por temor
a que la Unión Soviética iniciara una invasión en Europa como represalia, y Estados Unidos no
podría hacerle frente con un ejército repotenciado pero al final desgastado tras la Segunda Guerra
Mundial.

Por estos motivos, MacArthur eventualmente fue destituido el 11 de abril de 1951 y reemplazado
por Matthew Ridgeway, quien se oponía totalmente a una escalada del conflicto diciendo que los
Estados Unidos no debían meterse en un conflicto equivocado, en un momento equivocado, con
el enemigo equivocado. Eventualmente se buscó una salida política al conflicto, empezando las
conversaciones el 10 de julio de 1951 y culminando con un armisticio firmado el 27 de julio de
1953 en Panmunjom tras las amenazas de Eisenhower de utilizar armas atómicas. Es curioso que
un tratado de paz entre las dos Coreas nunca se firmo; técnicamente, siguen en guerra hasta el día
de hoy.

La Guerra Fría como arma política

En los Estados Unidos y en Occidente en general, existía una paranoia por cualquier cosa que se
opusiera o criticara al capitalismo. Por esto, el gobierno estadounidense por medio de la CIA
empezó a infiltrar todo tipo de instituciones en busca de grupos e individuos potencialmente
subversivos. Para esto, enter otras cosas, se reactivó el HUAC (House Un-American Activities
Commitee), creado en 1938 por la promoción del ccongresista Martin Dies. La oposición al New
Deal fue una de las que potenció el miedo al comunismo.

La Smith Act de 1940 que criminalizaba el intento de tumbar el gobierno estadounidense se


empezó a utilizar desde 1948 en contra de los grupos subversivos, principalmente contra el
Pratido Comunista, que a pesar de ser minúsculo en los Estados Unidos, fue blanco de los
ataques, espionaje y abusos del gobierno norteamericano.
Desde los años 50, los senadores McCarthy y McCarran fueron apoyados por Edgar Hoover para
sosegar cualquier intento, persona u organización que se sospechara tuviera intenciones de
suvertir el orden (aunque esto no fuera una amenaza latente, mucho menos del minúsculo partido
comunista americano).
El FBI puso en marcha investigaciones a ciudadanos y elaboró una lista de 26 mil personas que
deberían ser arrestadas en caso de una emergencia. Entre estas, estaba Robert J. Oppenheimer.
La URSS también redobló esfuerzos en mantener el control en los países del Este, abandonando
por completo las escasas intenciones de mantener las democracias. Esto sucede en respuesta a las
políticas anticomunistas de los Estados Unidos; los soviéticos recrudecieron sus estrategias de
control para evitar la penetración económica y cultural capitalista. Esto ya lo vimos en la crisis
de Berlín en la que se debatió el control sobre Alemania y ninguno de los dos bandos cedió a
abandonar sus raíces y principios ideológicos. Empezaron las purgas de Stalin en Europa del Este
en la que se empezó a deshacer de cualquier persona u organización que se sospechase estuviera
coludida con Occidente. Por su puesto, estas purgas fueron muy sangrientas y no tienen punto de
comparación con lo que sucedió en los Estados Unidos cuando pretendían deshacerse de los
comunistas; lo sucedido en norteamérica es una pequeñez comparada con las atrocidades de
Stalin.

La muerte de Stalin y la reorganización de la Unión Soviética

Stalin murió enfermo a comienzos de marzo de 1953. La Unión Soviética estaba pasando por un
momento de crisis, en la que el enorme gasto militar al que se había enfrentado tras la segunda
guerra mundial y el inicio de la guerra fría había diezmado la calidad de vida de sus ciudadanos.
La nueva cúpula del partido, liderada por el ahora presidente del gobierno Malenkov y el
secretario de Estado Nikita Jrushchov, empezaba a tomar decisiones para llevar a la URSS en un
rumbo diferente al de su predecesor, principalmente reduciendo el nivel de represión. Hasta
entonces, alrededor de 2.5 millones de personas se hallaban presas en los gulags, entre
delincuentes comunes y presos políticos, más 3 millones de desplazados. 1.5 millones de presos
que cumplían condenas de hasta 5 años fueron liberados el 27 desde el 27 de marzo de 1953 por
medio de una amnistía. Este proceso continuó hasta 1960 y uno de los objetivos era reestablecer
hasta cierto modo la legalidad socialista, que establecía que nadie podía ser encarcelado sin un
proceso previo.

En marzo de 1954 Jrushchov rebaja el rango de ministerio a la policía política y crea la KGB
como Comité de Seguridad del Estado.
En mayo de 1955 los 8 países de la órbita comunista de Europa del Este firmaron el Pacto de
Varsovia, en el que se comprometían a colaborar militarmente de manera antagónica a la OTAN.
El 25 de febrero de 1956 Jrushchov dio su famoso “discurso secreto” frente al congreso del
Partido Comunista denunciando las atrocidades de la era stalinista.

Eisenhower

El presidente Eisenhower asumió el cargo en enero de 1953. Sus políticas en la guerra fría se
distinguieron un poco de las de su prodecesor al llevar a cabo una campaña de intimidación más
que de agresividad contra el comunismo (documento NSC 162/ 2).
Esto significaba que en lugar de combatir las pequeñas guerras que pudieran empezar los
comunistas, los norteamericanos se enfocarían en considerar al comunismo como una amenaza
global; aquí empieza también la amenaza de utilizar armas nucleares en el caso de que se
decidiera atacara a la Unión Soviética o a China. Curtis LeMay fue desarrollando la SIOP
(Single Integrated Operational Plan). Dentro del plan se contemplaba la potencial destrucción de
las principales ciudades de Rusia (Moscú y Leningrado) y de Europa del Este (Varsovia, Berlín
oriental, etc.), y Beijing. Además, en Asia se hizo el SEATO, un pacto que quiso replicar a la
OTAN pero que era inútil pues excluía a la India, Indonesia y Birmania, y a los países del pacto
de Bagdad.

La batalla de las ideas

Otro de los vértices de las políticas de Eisenhower apuntaba a dar la batalla en el campo cultural,
para el cual los soviéticos habían demostrado ser muy bueno. Empezó la campaña de “el mundo
libre” contra el comunismo. Esto sucede dado que se consideraba que ninguno de los dos países
iba a atacar nuclearmente al otro por las obvias consecuencias que esto conllevaría; la lucha sería
“por los corazones y las mentes de los hombres”, mencionó Eisenhower.

Las otras guerras de la CIA

El menosprecio de los estadounidenses por los estados coloniales de África les hizo minimizar el
potencial de subversión de estos países que ansiaban sus independencias. La guerra era por
recursos naturales, por su puesto, pero por ignorancia y por una mala posterior descolonización,
las potencias perdieron el control de estos países que se sumieron en guerras civiles. Tal es el
caso del Congo con Patrice Lumumba.

Algo parecido sucedió en Vietnam, donde Eisenhower se negó a firmar el acuerdo de la


conferencia de Ginebra de 1954 en el que se estableciá que Vietnam se dividiría entre el norte y
el sur, cesaría el fuego y en 1956 se celebrarían elecciones para reunificar el país. Los
estadounidenses quisieron hacer del sur un estado satélite, y lo único que lograron fue desatar
una guerra civil.

En Irán, el primer ministro de ese entonces, Mossadeq, quería deshacerse de los británicos que se
encontraban en su territorio y tuvo la intención de nacionalizar la compañía petrolera Anglo
Iranian Oil Company, lo que finalmente terminó sucediendo. Los británicos hicieron un intento
por derrocar al gobierno iraní, y le pidieron ayuda a los norteamericanos, pero al mismo tiempo
Mossadeq les pidió ayuda a estos últimos para quitarse de encima a los ingleses. Allan Dulles, el
entonces director de la CIA, que respondía a intereses de compañías petroleras americanas en la
zona, sabía que no le convenía apoyar a Mossadeq, y con el pretexto de que este tenía
“inclinaciones procomunistas”, decidió organizar una milicia para derrocarlo. Eventualmente, los
americanos lo lograron. Sin embargo, no había motivos para creer que Mossadeq tenía
inclinaciones comunistas, pero aún así los americanos utilizaron ese argumento para sitiar el
conflicto en el contexto de la guerra fría.

El canal de Suez

En Egipto, el presidente Nasser estaba decidido a manetener a su país como No Alineado. No


quería formar parte de ninguno de los dos bandos de la guerra fría, reconocía diplomáticamente a
la China comunista, y se runió con Tito, ede Yugoslavia, y Nehru, de la India. Nasser pidió un
préstamos a los Estados Unidos para construir la represa de Asuán como parte de su plan para
mejorar la situación de Egipto, pero John Foster Dulles le negó esta petición como “castigo” por
su neutralidad. Nasser respondió nacionalizando la compañía del canal de Suez, lo cual desató la
furia de Gran Bretaña, Francia y, con la ayuda de Israel, iniciaron un ataque armado a Egipto.
Los israelitas entraron a Egipto el 29 de octubre de 1956, ocupando la península del Sinaí. El 31
de octubre los franceses y los británicos empezaron a bombardear El Cairo, destruyendo varios
aviones egipcios y posteriormente haciendo un desembarco de aproximadamente 80 mil hombres
en Port Said. Sin embargo, la resistencia popular fue contundente. Los egipcios respondieron
bloquendo el canal de Suez hundiendo 48 embarcaciones.
El conflicto escaló a tal punto que se desató la furia del mundo árabe contra occidente con
revueltas y los Estados Unidos tuvo que intervenir para ponerle un alto al fuego. Los soviéticos
también se pronunciaron, y con el apoyo de la ONU se logró un alto al fuego con la instalación
de tropas (UNEF I) en el Sinaí.

Los Estados Unidos empezaron con la “Doctrina Eisenhower”, que determinaba apoyar en contra
de la agresión armada a cualquier nación que pudiera ser víctima del “comunismo internacional”.
Esto tenía por objetivo retener el avance soviético hacia Suez, el Mediterráneo y los países
árabes. Además, los estadounidenses se dedicaron a combatir el nacionalismo árabe, lo cual
tendría desastrosas consecuencias en las décadas venideras.

La Guerra Fría en América Latina

El primer conflicto que involucró a los Estados Unidos en América Latina sucedió en
Guatemala. La United Fruit, una compañía norteamericana que gozaba de todo tipo de
privilegios en Guatemala hasta que el dictador Jorge Ubico fue derrocado, presionó al gobierno
de Eisenhower a que detuviera de alguna forma el avance de una reforma agraria en este país (la
United Fruit poseía alrededor del 85% de la tierra cultivable de Guatemala) que estaba llevando a
cabo Jacobo Árbenz. Árbenz rechazó la oferta de 2 millones de dólares de los Estados Unidos
para frenar la reforma agraria, y fue aquí cuando los norteamericanos lo calificaron de comunista
y decidieron derrocarlo. La operación PBFORTUNE, al mando del coronel Castillo Armas y con
ayuda de tres bombarderos norteamericanos fue un fracaso. Los norteamericnos tuvieron que
negociar con los militares que eventualmente exigieron la dimisión de Árbenz el 17 de junio de
1954.

Luego del triunfo de la revolución de Castro en Cuba, el gobierno estadounidense no se fiaba del
régimen que, hasta entonces, no era cercano a la URSS, pero había empezado a nacionalizar y
expropiar las empresas norteamericanas en la isla. Los empresarios estadounidenses presionaron
a su gobierno para que dejara de comprarle azúcar a Cuba y tratar de asfixiar al gobierno de
Castro. Sin embargo, esto catapultó al castrismo a lanzarse en los brazos de la Unión Soviética
que había acudido a ofrecerse a comprarles el azúcar.

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