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De pronto se hizo un silencio un poco más largo.

-¡Oh! Mira, aquí hay algo que seguro despertará tu interés -volvió a hablar luego de unos segundos. Aquí
dice: ¿Hay masturbación a esta edad?

Paty se quedó helada. "Me he metido con un pervertidor y no tengo forma de escapar", pensó. Mientras
estuviera escondida no pasaría nada. Igual estaba dispuesta a salir corriendo al primer indicio de que
corría peligro.

-¡Vamos, tío! -intervino la voz joven-. No debe decir eso allí... digo... es... ¡ajá!... mira qué interesante... sí
lo dice. Escuchemos pues: tienes toda mi atención.

La voz de mar recomenzó la lectura: En el curso de esa exploración los niños pueden descubrir que
algunas partes provocan un placer un poco más intenso. Por ejemplo, los genitales. Estas zonas del
cuerpo son lugares de placer con un fin bien determinado. Están ordenados a la relación sexual de
esposo y esposa. Lógicamente el niño no lo sabe y puede hasta jugar muy <descaradamente» con ellos.
No es masturbación. Siente placer y eso le gusta. Pero una cosa es reconocer el propio cuerpo a los tres
años y encontrar una parte que da más placer que las demás y otra distinta es procurarse ese placer
cons- cientemente, robándoselo a la relación de pareja. Eso en realidad es la masturbación. Y eso se da
más adelante en el proceso madurativo. El placer es parte del cuerpo. Es un medio para acercarse a una
persona determinada en la intimidad de la relación sexual. Con la masturbación la persona no se está
acercando a nadie. Por el contrario así se suelen generar mecanismos que más bien la alejan de los
demás.

Se corre el riesgo de caer en el narcisismo. El narcisismo es una actitud de extremo egoismo que hace
obsesionarse a las personas consigo mismas. La voz de mar interrumpió la lectura y explicó:

-Según la mitología griega Narciso era un hermoso joven, La ninfa Eco se enamoró de él, pero no
consiguió su favor. Desesperada se retiró a un lugar solitario entre las montañas donde quedó
convertida en una voz lastimera. Nemesis la diosa vengó esta muerte inútil. Hizo que, en un día muy
caluroso después de una cacería Narciso se inclinara sobre una fuente para calmar la sed. Vio alli la
imagen de su propio rostro, tan bello, que le gustó muchísimo. Insensible ya al resto del mundo, se dejó
morir, inclinado sobre su imagen. En el lugar de su muerte brotó una flor, a la que se dio su nombre: el
narciso.
Quien se contempla excesivamente a sí mismo y desprecia el amor y la relación con los demás termina
como Narciso, prisionero de su propio egoísmo. Con la masturbación éste es el problema más serio: se
queda uno encerrado en un placer solitario que luego dificulta la relación con los demás. Claro que se
tiene trato con otros, pero todo se hace desde el egoísmo.

Retomó una vez más la lectura: Muchos jóvenes suelen tener este problema. ¿Qué hacer? Lo primero es
saber que masturbarse no es saludable, como algunos quieren hacer creer. Pero tampoco es la muerte.
Simplemente es algo que si no se ha padecido nunca, mejor. Pero si se padece, se debe superar. No es
que la masturbación provoque egoísmo. Es al revés: es el egoísmo, la fuga cobarde a relacionarse con
los demás, lo que provoca que una persona quiera masturbarse. Con frecuencia se crea un círculo
vicioso de egoismo creciente dificil de romper.

Por eso la clave es tener la valentia de salir de uno mismo e ir al encuentro de los demás, para vivir la
sexualidad para lo que ella es: comunicación en el armor.

A propósito del narcisismo, un comentario sobre bulimia y anorexia y vigorexia. Estas tres son
enfermedades de orden psicológico que tienen que ver con la idea que la persona tiene sobre su propio
cuerpo. La anorexia y la bulimia son más propias de las mujeres mientras la vigorexia afecta más a
varones.

La anorexia nace de la obsesión por tener un cuerpo siempre más delgado.

Muchas veces esta obsesión se inicia por una crítica ácida y constante de un grupo de amigos que se
burlan de lo gordita» que está la chica.

Ella comienza entonces con dietas de las que salen en las revistas, a usar pantalones cada vez más
ajustados y con rutinas maratónicas de ejercicios.

Las modernas «Narcisas se ven a sí mismas siempre gordas aunque estén flacas. De lo que no se dan
cuenta es que pueden llegar a morir de hambre.
La bulimia está relacionada con la anterior. La idea que la persona tiene sobre su cuerpo es la misma.
Pero en lugar de hacer dieta la persona enferma come desaforadamente. Al terminar el atracón se
siente tan culpable que se provoca el vómito para dejar de sentir asco de sí misma. En ambos casos hay
un desequilibrio respecto de la alimentación. Las dos son enfermedades que suelen tener consecuencias
muy fuertes para quienes las padecen.

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