Fray Marbyn de la Sda.

Familia

TERESA DE JESUS Y LA EUCARISTÍA

Coloquio teresiano

Dios que toma la iniciativa de relacionarse con el hombre

La fe supone una relación entre Dios y el ser humano, que se ajusta a las condiciones del
creyente (el ser humano). Esto es así porque Dios lo ha dispuesto (necesidad de la
mediación). Para llegar hasta el hombre, Dios se ha de adaptar y hablar su lenguaje.
La Revelación así lo muestra; pero no solo hay aquí una revelación pedagógica, sino una
pedagogía revelada que explica la sacra-mentalidad.

Jesús se nos revela, muestra, se nos deja ver en la fracción del Pan. Por tanto, es te Dios
revelado, mostrado en la encarnación, descubierto en la facción del pan como a los
discípulos de Emaús, es el mismo que Teresa va a descubrir en el Santísimo Sacramento. ¨
Hele aquí sin pena, lleno de gloria, esforzando a los unos, animando a los otros, antes
que subiese a los cielos, compañero nuestro en el Santísimo Sacramento¨ (V22,6)

Recordemos que el termino eucaristía en sus escritos no aparece, sino más bien S.
Sacramento, como ella se referirá la hostia consagrada.

¿Qué tiene que ver Teresa en todo esto de tener relación? Teresa será o más bien dicho es la
más grande doctora (docta) del dialogo espiritual con Dios. Con lo trascendente. Y la santa
nos lo dirá ¨entender el particular cuidado que Dios tiene de comunicarse con nosotros¨
(MVII 3,9)

Y como se hace Teresa docta, como empieza este camino de relación con el Señor.
Personalmente reconozco dos momentos en los que serán coyunturales para ella:

1. A teresa se le acaban los libros, amiga de buenos libros. Literatura, caballería,

romance, aventura, fantasía.
Teresa está en el rebullicio de la reforma luterana, la inquisición les respira en la
nuca a alumbrados y visionarios, entonces a razón de todas estas situaciones la
inquisición publica el índice de libros prohibidos y, Teresa paga las consecuencias,
tendrá que quemar todos sus libros.
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Teresa se queda como dirá ella sin su pasatiempo favorido, la lectura. Esto para teresa es
traumático ¨Yo sentí mucho¨ dirá ella. Este momento la marcará de por vida toda su
experiencia espiritual, un antes y un después. Es aquí cuando surge la última de sus tres
palabras interiores ¨No tengas pena, pues Yo te daré libro vivo¨ y a lo que ella dirá ¨su
majestad ha sido el libro verdadero adonde yo he visto las verdades¨

2. A teresa le marcará mucho el paroxismo que sufrió por cuatro días, al papá ya le
pedían que la enterrara y de ahí la famosa frase esta hija no es para enterrar, la santa
tiene aproximadamente unos 24 años. Este hecho la marca a Teresa porque cuando
ella se recupera y dirá ¨Quedóme deseo de soledad; amiga de tratar y hablar en Dios
confesarme y comulgar muy más a menudo, y desearlo¨ ella se queda con tres
deseos: Soledad, confesarse y comulgar.
- Ejemplo de Juanito B.

Serán estás dos experiencias que le harán coincidir con este Jesús que se encarna y se queda
bajo la forma del pan, pero que ella descubrirá que también le habita por dentro, y con el
cual Teresa hará relación de amistad. ¨cuando comulgaba, que como sabía estaba allí
cierto el Señor dentro de mí, poníame a sus pies¨ (V 9, 2)

La Eucaristía en Teresa será crucial, porque le dará certeza, seguridad, pero sobre todo
conciencia que la presencia de Jesús no solo estaba en la Hostia sino también en ella
misma.

(Los seres humanos necesitamos de certezas basadas en la confianza en la relación, pero

esto será un tema que tocaremos más adelante.)

Esta palabra presencia es una palabra mágica en toda la espiritualidad Carmelitana, y es que
para teresa Dios no será una idea etérea, sino una presencia real y uno se pregunta ¿cómo
será esto? Y teresa nos responde que le sentía de dos maneras:

Vivo-resucitado

- ¨Casi siempre se me representaba el Señor así resucitado, y en la Hostia lo

mismo¨ (V 29, 4).

Trino-tres personas
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- ¨Habiendo acabado de comulgar –yo no sabré decir cómo–, se me dio a

entender, y casi a ver (sino que fue cosa intelectual y que pasó presto) cómo las
Tres Personas de la Santísima Trinidad que yo traigo en mi alma esculpidas, son
una cosa¨ (R. 47).

Este es el Dios que descubre Teresa con el cual tendrá sus mejores conversaciones, con el
que mejor se ha de relacionar, con claridad y verdad ¨ Como le di cuenta en suma de mi
vida y manera de proceder de oración, con la mayor claridad que yo supe, que esto he
tenido siempre, tratar con toda claridad y verdad con los que comunico mi alma¨ (V 30, 3)

¿Por qué? Porque lo conoce uno no puede tener diálogos íntimos, y cuando decimos
íntimos no nos referimos a sexo sino, que teresa lleva la intimidad a un plano más elevado.
A Teresa la presencia real de Cristo e n la Eucaristía en el S.S la humanizaba, la hacía caer
en la cuenta de quién es, lo que es y a que estaba llamada. La intimidad para teresa es una
forma de vivir esa entrega de sí mismo. Aquí estoy, y me entrego a ti, con todo lo que soy,
ahora y por siempre.

Esta conciencia de la presencia real de Jesús en la comunión y en ella, le darán el impulso

de responder, hacerse presente ella también, con su vida, con su historia.

- “No creo soy yo la que hablo desde esta mañana que comulgué” (V 16, 6).
- “Vuestra soy, para Vos nací:
¿Qué mandáis hacer de mí?” (P. 2)

Quisiera traer a colación las palabras de Jesús hechas eco en los escritos lucanos:

Lucas 22, 17-20

17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por
vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo
cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros
se derrama.
La eucaristía será la mejor entrega de amor, Las palabras centrales de la Última Cena
fueron “Este es mi cuerpo y os lo doy”. La eucaristía, se centra en el don del cuerpo.
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Y es que la eucaristía no la podemos entender como trato amistoso SOLAMENTE CON EL

SEÑOR, yo me ponía a pensar como quien tiene una botella de WISCKY MUY CARO y
se toma una copita todos los días por la mañana para que no se le gaste. Teresa nos dirá:

“¿Y piensan que allí está todo el negocio? Que no, hermanas, no; obras quiere el
Señor; y que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de
perder esta devoción, y te compadezcas de ella, y si tiene algún dolor, te duela a ti, y
si fuere menester lo ayunes porque ella lo coma, no tanto por ella como porque
sabes que tu Señor quiere aquello. Esta es la verdadera unión con su voluntad” (M
V 3,1).

A veces nos encerramos tanto en nuestra espiritualidad personal que nos olvidamos de la
otra parte esencial de la eucaristía, el compartir, he querido representarla aquí con un una
mesa y comida, decía una monjita vamos a lo que nos une ¿Qué? La comida. suena
chistoso, pero es verdad, y es que la eucaristía también ha de ser servicio compartido,
también ha de ser compartir fraterno.

El amor no es egoísta, nos dice San pablo, una pareja se ama y se dan la vida el uno para el
otro y llega un momento en que ese amor se ensancha con la llegada de un niño, el otro, la
otredad.

El amor nos hace salir de nuestro circulo de confort, Teresa nos dirá “Y mientras más crece
el amor y humildad en el alma, mayor olor dan de sí estas flores de virtudes, para sí y para
los otros” (V 21, 8)

Hay un artículo escrito por un dominico precisamente sobre la eucaristía (Eucaristía y

sexualidad de Timothy Radcliffe) y él cuenta una anécdota, quienes lo hayan leído
probablemente se acordará del benedictino que se enamora y entro en crisis porque se había
enamorado, entonces le escribe el provincial y le dice que era necesario que se haya
enamorado.

El ser humano necesita del amor que te estremezca, que te mueva el piso, para volver a
soñar, sentirnos vivos y reafirmar la vida, el rumbo por el cual un día optamos.

Con esto no digo que hora corramos a buscar un amor, no. Dios pone siempre a las
personas adecuadas, pone siempre quien nos lleve a Él. Dirá Timothy personas con quien
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hacer Eucaristía. El amor que nos propone el Señor en la Eucaristía es libre, un padre me
decía, Marbyn en la libertad de los hijos de Dios.

Si uno pone atención al evangelio invocado anteriormente, Jesús sabe que lo van a entregar
que lo van a traicionar que lo van regalar como dicen por ahí, pero Él se da primero, o
mejor dicho Él, se dona. Él se entrega en plena libertad y confía.

Y es que suprimir lo que somos, seres apasionados que se emocionan sería suprimir a
Cristo, que apasionadamente se entrega. Es por eso que será necesario, educar nuestra
voluntad, y ubicar nuestros más profundos deseos y anhelos poniendo los ojos en lo que
realmente queremos vivir.

Teresa nos ayuda y nos dirá que eso solo se alcanza con determinación “importa mucho, y
el todo, una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga
lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien
murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino o no tenga corazón para los
trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo, como muchas veces acaece” (CP. 21,2)

Porque, así como se descubre a Jesús vivo y real, nosotros también hemos de vivir vivos en
la realidad.

Un amor eucarístico nos enfrenta de lleno con la complejidad del amor, con sus fracasos y
su victoria final.

La comunidad como instrumento de salvación, Teresa hace referencia a la comunidad de

una forma muy positiva en varias ocasiones. Y ella habla de hacernos espalda “Porque
andan ya las cosas del servicio de Dios tan flacas, que es menester hacerse espaldas unos a
otros los que le sirven para ir adelante” (V 7,22).

Es por eso que el encuentro con la comunidad será siempre salvífico, porque será el lugar
donde se expresa el detalle de ser amado y amar, sentirse aceptado y valorado, comprender
el sentido de la vida y lo que le rodea.

Para Teresa la Eucaristía será entonces que Marta y María siempre han de andar juntas.