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Resumen del equipo de autoría del Curso “Abordaje de la Problemática del Suicidio”

Módulo sobre el Abordaje de la Problemáticas del Suicidio en el Primer Nivel de Atención para equipos
territoriales de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones” - Año 2014

SOBRE LA PROBLEMÁTICA
DEL SUICIDO EN ADULTOS
MAYORES
Introducción:
“La muerte como hecho social está determinada por las características y circunstancias individuales y por el concepto que
tenga la sociedad en ese momento y en ese lugar”. 1

Se destaca la problemática del suicidio dentro de los problemas sociales complejos y contemporáneos contemplados en los
abordajes específicos y generales de Salud Mental y Adicciones para poner énfasis particular en una de sus poblaciones en
situación de vulnerabilidad: los adultos mayores.2

Se considera de importancia la temática del suicidio en la atención primaria de la salud, destacando el rol fundamental de los
agentes multiplicadores, promotores de salud comunitarios y referentes barriales en:

1) Promover posibilidades de transformación social sobre las prácticas y creencias que recaen sobre los adultos mayores.

2) Fomentar la integración del adulto mayor a la comunidad, haciéndolos partícipes en actividades recreativas y culturales,
constituyendo estos espacios factores protectores de la salud y de mejora en la calidad de vida del adulto mayor.

Fundamentación:
La vulnerabilidad social3 constituye un instrumento que informa sobre las condiciones de riesgo en la que quedan algunos
grupos sociales y/o poblacionales, como en el caso de la vejez, dando cuenta de situaciones de reducción y/o pérdida que se
manifiestan en distintos aspectos de la vida bio-psico-social-laboral del adulto mayor, como también de la dificultad en acce-
der a las distintas prestaciones que necesita por ausencia o deficiencia de recursos en su comunidad de pertenencia que lo
dejan en situación de vulnerabilidad.

En países industrializados, a menudo el adulto mayor queda en situación de vulnerabilidad cuando sus familias ya no pueden
cuidarlo, siendo excluido del ritmo de la vida normal al tener que residir en clínicas y residencias para ancianos, lo cual puede
llevar a un deterioro de su estado de bienestar físico y psicológico y marcar el comienzo de graves empeoramientos de su salud.

1
Salvarezza, L. (Comp.). 1998. La vejez. Una mirada gerontológica actual, Buenos Aires, Ed. Paidós.

2
Ref. Objetivo 3, Problema 1, Plan Nacional de Salud Mental, octubre de 2013.

3
Naciones Unidas, Cepal Eclac, Alberto Viveros Madariada, Envejecimiento y vejez en América Latina y el Caribe: políticas públicas y las acciones de la sociedad, Proyecto Regional
de Población CELADE- FNUP (Fondo de Población de las Naciones Unidas), Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- División de Población de la CEPAL, Área de
Población y Desarrollo CELADE, Santiago de Chile, diciembre de 2001.
Los estudios estiman que hay 200 intentos de suicidio por cada 1 suicidio completado entre los adolescentes y adultos jóvenes,
mientras que en adultos mayores 1 de cada 4 intentos es efectivo.

Esta relación de suicidios en los adultos mayores se produce porque las conductas suicidas en adultos mayores tienen mayor
letalidad que en otros grupos etarios; ya que en general, suelen ser físicamente menos resistentes, utilizan métodos más letales,
los intentos son más planificados y determinados y suelen tomar más precauciones para no ser descubiertos.

Estos diversos aspectos de la vejez ameritan que los distintos actores de la sociedad instrumenten acciones concretas e inte-
grales en pos de garantizar al adulto mayor condiciones de vida digna.

Desde una perspectiva etnográfica la vejez debe conjugar una conceptualización biológica de la edad –dado que no podemos
desestimar los cambios psicofísicos que se experimentan durante las últimas etapas de la vida– con una conceptualización
sociocultural de la misma, en tanto ésta permite dar cuenta de una conjunción de factores que incluyen: la longevidad en un
momento y en un lugar dados, la función que la sociedad atribuye a las personas de acuerdo con esa longevidad y el conjunto
de actitudes y conductas sociales que se consideran adecuadas para una determinada edad cronológica.4

En el marco de las representaciones sociales, el suicidio del adulto mayor se podría pensar como una respuesta frente a una
connotación social negativa de la vejez, por la situación de aislamiento en la que se halla frente a las crisis o pérdidas, como por
la alteración del rol social asignado al varón como activo y proveedor.

En aquellas culturas en las que dichos ideales de masculinidad son cruciales en la percepción de uno mismo, el envejecimiento
puede convertirse en un proceso especialmente negativo e incluso psicológicamente debilitante. La depresión, la ansiedad y
el suicidio se hacen cada vez más frecuentes a medida que el hombre envejece.5

Algunos investigadores sostienen que en momentos de crisis económica, las tasas de suicidio se disparan, afectando princi-
palmente a hombres de edad madura, mientras que en los períodos de mayor estabilidad, el suicidio atañe de un modo más
regular tanto a hombres como mujeres, jóvenes como adultos”. 6

Esta lectura permitiría pensar que el aumento de la tasas de suicidio al final de la década de los ‘90 en la Argentina, puede estar
relacionada con el impacto de políticas neoliberales que dejaron a la vejez por fuera de la seguridad social, sin decisiones polí-
ticas que promovieran su integración social.

Aproximación a una mirada integral de la vejez:


El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) sostiene que a la hora de evaluar la salud de los adultos mayores, es
muy poco lo que conoce el profesional de la salud sobre los problemas específicos del adulto mayor, no siendo inusual que se
achaquen las dolencias a la edad, sin prestarles mayor atención.7

Esta visión prejuiciosa de la vejez elimina las oportunidades de salud, participación y seguridad que los adultos mayores tienen
derecho, siendo necesario e imperioso incluir una mirada integral en pos de promover la máxima autonomía personal e inter-
personal posible, haciéndolos partícipes en el proceso de la toma de decisiones.

4
Revista Argentina De Sociología Año 6 N… 10 — ISSN 1667-9261 (2008), pp. 69-90 Martínez, MR. Morgante MG y Remorini, C ¿Por qué los viejos? Reflexiones desde una etnografía
de la vejez.

5
UNFPA. Equipo de Apoyo Técnico para Latinoamérica y el Caribe, Versión Final. Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer Adulta Mayor; un campo por explorar y evidenciar. Autoras
Arilha, Margareth; Hakkert, Ralph; Andino, Nieves; Díaz Tender, Aída; Leonard, Daniel. Abril de 2003.

6
Carbonell Camós, Eliseau Universidad de Québec, Montreal, en “Tiempo y suicidio”, Gazeta de antropología N° 23.007.

7
UNFPA. Equipo de Apoyo Técnico para Latinoamérica y el Caribe, Versión Final. Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer Adulta Mayor; un campo por explorar y evidenciar. Autoras
Arilha, Margareth; Hakkert, Ralph; Andino, Nieves; Díaz Tender, Aída; Leonard, Daniel. Abril de 2003.
En este sentido, el concepto de “envejecimiento activo” es definido por la OMS como “el proceso de optimización de oportu-
nidades para el bienestar físico, social y mental en el transcurso de la vida con objeto de ampliar la esperanza de vida sana, la
productividad y la calidad de vida en la vejez”. 8

Grupos como Círculo de Abuelos9 han hecho hincapié sobre la importancia de reincorporar a las personas mayores a las co-
munidades. Las personas mayores pueden ayudar en tareas como cuidar a los niños pequeños y enseñar a los niños en edad
escolar detalles sobre su historia y experiencias sociales.

El reto está en llevar a cabo con éxito programas educativos en las comunidades afectadas, para intentar cambiar la percepción
del envejecimiento y el papel de la comunidad en dicho proceso.

Salud Mental, sexualidad y vejez:


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la sexualidad humana es un aspecto central del ser humano presente a lo
largo de la vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y
la orientación sexual. Se vive y expresa a través de las fantasías, pensamientos, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas,
prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas se
vivencian o expresan siempre. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales,
económicos, políticos, culturales, legales, religiosos y espirituales”.10

A partir de esta definición frente a una sociedad que considera las manifestaciones de la vida sexual del adulto mayor como
innecesarias, indecentes o ausentes, ¿qué condiciones precisan para ejercer una sexualidad de manera segura, placentera y
saludable?

Según la Organización Mundial de la Salud, la “salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social rela-
cionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un
acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y
experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga los
derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.”11

¿Cómo garantizar estos derechos en sociedades en las que las personas adultas mayores son percibidas desde prejuicios que
las conciben como pasivas, depresivas, asexuadas, con enfermedades crónicas y necesidad de atención y cuidados constantes?
En este sentido, la biomedicalización del envejecimiento (interpretación del proceso de envejecimiento como un problema
exclusivamente médico, centrado en enfermedades) produce y mantiene el prejuicio de la vejez asociada a la enfermedad.

En contraposición a esta mirada, la UNFPA12 afirma que en la situación de salud y enfermedad de las personas se encuentra
condicionada por el contexto social, político y económico en el que viven y por las decisiones individuales en las que el proceso
de envejecimiento se produce.

En este sentido, el envejecimiento además de constituir un proceso biológico, está estrechamente vinculado a la salud y la
enfermedad, en tanto resultan del entrecruzamiento de condiciones biológicas, por el estilo de vida, el contexto sociocultural

8
Organización Mundial de la Salud, 2002.

9
OMS. Hombres, Envejecimiento y Salud. Conservar la salud a lo largo de la vida, 2003.

10
Organización Mundial de la Salud, Defining Sexual Health Report of a Technical Consultation on Sexual Health, p. 28–31, January 2002. Ginebra /2006.

11
Organización Mundial de la Salud, definición 4ª, 2002. Derechos extraídos de Enfermería en la Salud de la Mujer, Tema 5. Salud Integral. Universidad de Cantabria.

UNFPA. Equipo de Apoyo Técnico para Latinoamérica y el Caribe, Versión Final. Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer Adulta Mayor; un campo por explorar y evidenciar. Autoras
12

Arilha, Margareth; Hakkert, Ralph; Andino, Nieves; Díaz Tender, Aída; Leonard, Daniel. Abril de 2003.
y ambiental y el acceso a los servicios de salud que haya tenido la persona, por lo que una mirada integral de la vejez amerita
que se consideren estos factores a la hora de abordar la problemática de la vejez.

Definición de Cuidados de larga duración : 13

Los cuidados de larga duración son el sistema de actividades llevadas a cabo por cuidadores informales (familiares, amigos o
vecinos) o profesionales (sanitarios, sociales u otros), o ambos, para conseguir que una persona que no sea totalmente capaz
de cuidar de sí misma mantenga la mejor calidad de vida posible, de acuerdo con sus preferencias individuales, con el mayor
grado posible de independencia, autonomía, participación, realización personal, y dignidad humana.

La necesidad que tiene una persona mayor de recibir cuidados de larga duración está determinada por el deterioro de las ca-
pacidades funcionales físicas, mentales o cognitivas (o de varias a la vez).

Aunque la tendencia general es que se produzca una pérdida progresiva de la capacidad a medida que aumenta la edad, hay
datos, de algunos países al menos, que demuestran que los índices de discapacidad de las personas de avanzada edad están
descendiendo, y que los deterioros o pérdidas no son irreversibles.

Algunas personas mayores pueden recuperarse de las pérdidas y volver a disfrutar de las capacidades funcionales perdidas. Por
consiguiente, la duración y el tipo de cuidados que se necesitan son, con frecuencia, indeterminados, y requerirán respuestas
adaptadas a cada caso.

13
Organización Mundial de la Salud y Milbank Memorial Fund, 2000. Consenso internacional sobre los programas de cuidados de larga duración para las personas mayores (Este
documento no es una publicación oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y ésta se reserva todos los derechos. No obstante, el documento puede libremente estudiarse,
resumirse, reproducirse y traducirse, en parte o en su totalidad, pero no para su venta ni para ningún fin comercial).
BIBLIOGRAFÍA
Carbonell Camós, Eliseau Universidad de Québec, Montreal, en “Tiempo y suicidio”, Gazeta de antropología N° 23.007.

Naciones Unidas, Cepal Eclac, Alberto Viveros Madariada, Envejecimiento y vejez en América Latina y el Caribe: políticas públi-
cas y las acciones de la sociedad, Proyecto Regional de Población CELADE- FNUP (Fondo de Población de las Naciones Unidas),
Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- División de Población de la CEPAL, Área de Población y Desarro-
llo CELADE, Santiago de Chile, diciembre de 2001.

[1] Revista Argentina De Sociología Año 6 N… 10 — ISSN 1667-9261 (2008), pp. 69-90

Organización Mundial de la Salud, 2002. OMS. Hombres, Envejecimiento y Salud. Conservar la salud a lo largo de la vida, 2003.

Organización Mundial de la Salud, Defining Sexual Health Report of a Technical Consultation on Sexual Health, p. 28–31, January
2002. Ginebra /2006.

Organización Mundial de la Salud, definición 4ª, 2002. Derechos extraídos de Enfermería en la Salud de la Mujer, Tema 5. Salud
Integral. Universidad de Cantabria.

Organización Mundial de la Salud y Milbank Memorial Fund, 2000. Consenso internacional sobre los programas de cuidados de
larga duración para las personas mayores (Este documento no es una publicación oficial de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), y ésta se reserva todos los derechos. No obstante, el documento puede libremente estudiarse, resumirse, reproducirse
y traducirse, en parte o en su totalidad, pero no para su venta ni para ningún fin comercial).

Revista Argentina De Sociología Año 6 N… 10 — ISSN 1667-9261 (2008), pp. 69-90 Martínez, MR. Morgante MG y Remorini, C
¿Por qué los viejos? Reflexiones desde una etnografía de la vejez.

UNFPA. Equipo de Apoyo Técnico para Latinoamérica y el Caribe, Versión Final. Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer Adulta
Mayor; un campo por explorar y evidenciar. Autoras Arilha, Margareth; Hakkert, Ralph; Andino, Nieves; Díaz Tender, Aída; Leo-
nard, Daniel. Abril de 2003.

Salvarezza, L. (Comp.). 1998. La vejez. Una mirada gerontológica actual, Buenos Aires, Ed. Paidós.

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