Texto 1: fragmentos de “El Carnero”, Se ha perdido, mi huella en su mar
de Juan Rodríguez Freyle
Veo una luz que vacila Ya me estarán diciendo que por qué no Y promete dejarnos a oscuras digo de los hombres, que si son benditos Veo un perro ladrando a la Luna o están santificados. Respondo: que el Con otra figura que recuerda a mí hombre es fuego y la mujer estopa, y llega el diablo y sopla. Veo más: Veo que no me halló Veo más: Veo que se perdió Pues a donde se entremete el fuego, el diablo y la mujer, ¿qué puede haber La cobardía es asunto bueno? Con esto lo digo todo, porque De los hombres, no de los amantes querer decir del hombre, en común o en Los amores cobardes no llegan a amores particular, sería nunca acabar. El hombre Ni a historias, se quedan allí se dice mundo menor, porque todo lo que se halla en el mundo mayor se halla en él, Ni el recuerdo los puede salvar aunque con forma más breve, porque en Ni el mejor orador conjugar él se halla ser, como en los elementos; vida, como en las plantas; sentido, como Una mujer innombrable en los animales; entendimiento y libre Huye como una gaviota albedrío, como en los ángeles; y por esto Y yo, rápido, seco mis botas le llama San Gregario al hombre «toda Blasfemo una nota y apago el reloj criatura», porque se hallan en él la naturaleza y propiedades de todas las Qué me tenga cuidado el amor criaturas, por lo cual Dios le crió en el Que le puedo cantar su canción sexto día, después de todas las criaturas criadas, queriendo hacer en él un sumario Una mujer con sombrero de todo lo que había fabricado. Como un cuadro del viejo Chagall Corrompiéndose al centro del miedo Quiero volver a las mujeres y Y yo, que no soy bueno, me puse a llorar desenojarlas, por si lo están, y decir un poquito de su valor. Grandísima es la Pero entonces lloraba por mí fama de las diez Sibilas, pues con Y ahora lloro por verla morir palabras tan divinas trataron de los dichos y hechos, muerte, resurrección y Pero entonces lloraba por mí ascensión de nuestro Redentor, y de Y ahora lloro por verla morir todos los demás artículos de fe católica. Texto 3: fragmento de “María”, de La mujer es arma del diablo, cabeza de Jorge Isaacs pecado y destrucción del paraíso. La voz de María llegó entonces a mis oídos dulce y pura: era su voz de niña, Texto 2: “Óleo de Una Mujer Con pero más grave y lista ya para prestarse a Sombrero”, de Silvio Rodríguez todas las modulaciones de la ternura y de la pasión. ¡Ay! ¡Cuántas veces, en mis Una mujer se ha perdido sueños, un eco de ese mismo acento ha Conocer el delirio y el polvo llegado después a mi alma, y mis ojos han Se ha perdido, esta bella locura buscado en vano aquel huerto donde tan Su breve cintura debajo de mí bella la vi en aquella mañana de agosto! Se ha perdido, mi forma de amar La niña cuyas inocentes caricias habían Aparentemente, tú sabiendo que ahora sido todas para mí, no sería ya la estoy con ella compañera de mis juegos; pero en las Apareces y quieres que vuelva tardes doradas del verano estaría en los Te olvidaste de las noches en tu balcón paseos a mi lado, en medio del grupo de Viendo las estrellas sin ropa interior mis hermanas; le ayudaría yo a cultivar Cómo olvidar las bellaqueras en la sus flores predilectas; en las veladas oiría superior su voz, me mirarían sus ojos, nos Y ahora me estás pidiendo fotos del show separaría un solo paso. Que el camerino sin hoes Que en el gimnasio hoy se puso las Ghost Luego que me hube arreglado Tirándome corazones en los post ligeramente los vestidos, abrí la ventana y Que quiere escuchar mi voz, yeah divisé a María en una de las calles del jardín, acompañada de Emma: llevaba un traje más oscuro que el de la víspera, y el pañolón color de púrpura, enlazado a la cintura, le caía en forma de banda sobre la falda; su larga cabellera, dividida en dos crenchas, ocultábale a medias parte de la espalda y pecho: ella y mi hermana tenían descalzos los pies. Llevaba una vasija de porcelana poco más blanca que los brazos que la sostenían, la que iba llenando de rosas abiertas durante la noche, desechando por marchitas las menos húmedas y lozanas. Ella, riendo con su compañera, hundía las mejillas, más frescas que las rosas, en el tazón rebosante. Descubrióme Emma: María lo notó, y sin volverse hacia mí, cayó de rodillas para ocultarme sus pies, desatóse del talle el pañolón, y cubriéndose con él los hombros, fingía jugar con las flores. Las hijas núbiles de los patriarcas no fueron más hermosas en las alboradas en que recogían flores para sus altares.
Texto 4: “EXCXSXSX”, de Feid
Me quedé solo, flow Soy Leyenda (yah)
Voy en el Mercedes dando vueltas (-ta) Cae la noche, sube el humo, pero tú no estás Una botella y una seta (-ta, -ta) Te pensaba hasta en la discoteca (-ca, - ca) Luego me encontré con ella y te dejé de buscar Te ponías Ray-Ban's y texteabas "dónde estás" Tus amiguitas no daban respuesta