A lo largo de este caminar de Adviento la Iglesia nos ha propuesto a varios personajes
para que nos sirvan de ejemplo de como vivir el Adviento, y hoy vemos a Juan Bautista, un personaje que nos invita a la conversión constante y a ser evangelizadores con nuestro propio testimonio de vida. Nos Señor nos invita por medio de Juan el Bautista a preparar nuestro corazón para recibirlo, y como dice un dicho “El que avisa noes traidores”. El tiempo de Adviento es un tiempo de espera, pero es una espera activa, es un tiempo para prepararnos y hacer un cambio en nuestras vidas. Sabemos que, para convertirnos, para cambiar aquellas actitudes malas que podemos tener en nuestra vida, debemos esforzarnos, a lo largo de nuestra vida trazamos metas, graduarnos, comprar algo que deseamos, etc. Y para lograr conseguir alguna de esas metas que nos proponemos debemos esforzarnos, debe haber compromiso de parte de cada uno de nosotros. Con cada esfuerzo viene una recompensa y con cada recompensa viene una alegría, hoy en el tercer domingo de Adviento, domingo de Gaudete, domingo de la alegría, nos alegramos por la venida del Señor. Todos cuando alguien a quien le tenemos afecto nos dice que nos va a visitar, nos alegramos y preparamos la casa para que se sienta cómodo, y tenga un agradable hospedaje. Y mas si esa visita nos trae algún regalo. De la misma manera alegrémonos y limpiemos nuestro corazón para recibir al Señor que nos trae el mejor regalo, que es la Salvación.