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HERODES

JUAN BAUTISTA (DIRIJIENDOSE A HERODIAS): ¡Adultera! Ya se dé la noticia el rey


Herodes se divorció de Faselis, y se casara con Herodías ex esposa de su hermano, el libro de
Moisés lo dice muy claro: “Si un hombre toma la esposa de su hermano, es una impureza.
Descubriendo la desnudez de su hermano y por eso serán estériles”

PUEBLO: ¡Adultera!

HERODIAS: ¡Juan, pagaras por esto!

SOLDADO JUDIOS: (Ponen preso a Juan Bautista)

PUEBLO: Liberen a Juan el Profeta

PUEBLO: ¿Dónde está Juan?

PUEBLO: Libéralo Herodes

HERODES: ¿Juan que es lo que quieres de mí, es solamente por haber violado los votos
matrimoniales? ¿Es eso? Porque he pensado arrepentirme. ¿Crees que me hace feliz verte
aquí? ¿Pudriéndote en la oscuridad oyendo los gritos de esa genta fuera del palacio, es poder
lo que tú quieres? Yo te puedo dar poder.

JUAN: Mi tarea ha sido preparar el camino para aquel que habrá de llevar la corona

HERODES: ¿Quién es ese hombre? Es el profeta de Galilea? con él, es el que debiera estar
hablando

JUAN: Antes de que cambien los reinos, los hombres deben cambiar

HERODES: ¿Juan, si te pongo en libertad, que es lo que harías?

JUAN: Seguiré aquel cuyo camino he preparado, como muchos otros que ya lo están
siguiendo. Pero nunca me pondrás en libertad.
JESUS ESCOGE A LOS DOCE APOSTOLES PARTE 1

NARRACIÓN: Cuando Jesús oyó que habían metido a Juan en la cárcel, se dirigió a Galilea,
pero no se quedó en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm a orillas del lago, esto
sucedió para que se cumpliera lo que había escrito el profeta Isaías “Tierra de Zabulón y de
Neftalí, al otro lado del Jordán a la orilla del mar: Galilea donde viven los páganos. El pueblo
que andaba en la oscuridad vio una gran luz, una luz ha brillado, para los que Vivian en sombra
de muerte”
ANDRES: Maestro, Maestro nos dijeron que nos presentáramos a ti, soy Andrés de Caperno,
pescador de oficio, pero ahora seguidor tuyo si me aceptas. Él es Felipe.
FELIPE: Fuimos enviados por Juan el profeta, el Bautista está preso por el Rey Herodes
JESUS: Andrés, Felipe vengan conmigo
ANDRES: Este es el mar de Galilea, Cafarnaúm, una aldea de pescadores, donde yo naci.
También tiene la sinagoga más grande de Israel, puedes quedarte en casa de mi hermano, es
un buen hombre Simón.
NARRACION: Llegaron a Cafarnaúm, y en el sábado Jesús entro en la Sinagoga y comenzó a
enseñar, la gente admiraba como enseñaba porque lo hacía con plena autoridad y no como los
maestros de la Ley.
JESUS: Los mandamientos que Dios le dio a Moisés hace tanto tiempo, no deben permanecer
en piedra muerta por mentes impensantes
SACERDOTE 1: Piedra muerta? ¿La tabla de la ley piedra muerta?
JESUS: La piedra es donde está escrita la Ley, pero la ley misma está viva, las cosas vivas
cambian constantemente
SACERDOTE 2: Pero nuestra ley es eterna, no puedes cambiar la ley de Moisés
JESUS: El hombre este hecho de carne y hueso. ¿Es hombre y cambia, no sigue siendo el
mismo hombre? Dios quiere escribir la ley en tu corazón
SACERDOTE 3: ¿Tu dijiste que la buena nueva, es esta? La buena nueva que la ley tiene vida
como el hombre
JESUS: Dios cumple la promesa que le hizo a nuestro pueblo Israel y se reconcilia con los
hombres. Dios viene a nosotros, hasta el más desdichado, no cierren la puerta en su rostro.
EL ENDEMONIADO

NARRACIÓN: En la Sinagoga del pueblo había un hombre que tenía un espíritu impuro, el cual
grito:
ENDEMONIADO (GRITANDO): ¿Señor del fuego, Jesús de Nazaret, escúchame, porque te
metes con nosotros? Haz venido a destruirnos, yo te conozco y se que eres el santo de Dios.
Puedo olerte (ataca a una persona)
JESUS: ¡Fuera! ¡Sal de Él!
SACERDOTE: ¿Qué es esto? Enseña de una manera nueva y con plena autoridad. Incluso a
los espíritus impuros, da órdenes y lo obedecen
JESUS ESCOGE A LOS DOCE APOSTOLES PARTE 2

JUAN: Hoy cuando te oí predicar, comencé a entender y me dio esperanzas a través de tus
palabras, las viejas escrituras parecen cobrar vida. Es lo que queremos, queremos que la ley
este viva, escrita en nuestro corazón no esculpida en piedra
JESUS: ¿Cómo te llamas?
JUAN: Juan, hijo de Zebedeo, este es mi hermano Santiago
JESUS: Juan, Santiago quédense conmigo
ANDRES: Ese es mi hermano, Simón
ANDRES: ¿Que pasa hermano, pescaste poco?
SIMON: Nada, lo único que pescamos son los tributos romanos, mientras estamos sudando
buscando el sustento, destrozándonos las manos con las redes, el recaudador se lleva la mitad
y se la da a los romanos. Ve hermano, ve y dile a ese gusano, a ese recaudador de impuestos
de Mateo que si quiere sacarme más dinero ponga más peces en el agua
ANDRES: Simón, este es el hombre de quien te hable, el hombre que Juan menciono. Juan el
Bautista
SIMON: ¿Qué? ¿Otro santo varón? Este es otro que nos dice que tengamos paciencia que
llegaran mejores tiempos, que pasara con nuestros hijos, quien llenara sus barrigas, hablan y
hablan mientras todos morimos de hambre
JESUS: Sal y tira tus redes al mar
SIMON: Acabamos de llegar, estuvimos toda la noche y no pescamos nada
ANDRES: Por favor Simón, haz lo que dice
SIMON: Soltemos las redes
NARRACION: Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían,
entonces hicieron señas a sus compañeros para que fueran a ayudarlos y llenaron la barca que
faltaba poco para hundirse
SIMON: Apártate de mi señor, porque soy un pecador
JESUS: No tengas miedo, desde ahora vas a pescar hombres
PUEBLO: Fue asombroso, tengo tantos años pescando y nunca vi pesca tan grande
MATEO: ¿Así que, fueron milagros verdad? ¿Fue una buena pesca, inspirado por un profeta
como se llama, Jesús?
PUEBLO: ¿Se hospeda con Simón, lo conoces, el pescador?
MATEO: Lo conozco, sí, me debe contribuciones retrasadas. ¿Pues si hubo una buena pesca,
podrá pagar no?
NARRACION: Cuando fueron a casa de Simón, la suegra estaba en cama con fiebre, se lo
dijeron a Jesús y él se acercó y tocándola de la mano, la levanto. Al momento se le quito la
fiebre, y comenzó a atenderlos
SIMON: ¡Ya no más, no cabe tanta gente en mi casa!
APOSTOL: ¿Rabí, dices que el reino de los cielos se ha acercado, pero cuando será
exactamente?
JESUS: Cuando ves las nubes que vienen del oriente, dices va a llover y así es, y cuando
sopla el viento del desierto, dices va a hacer calor, y así es. Todos ustedes pueden leer los
signos de la tierra y del cielo. ¿Cómo es que no pueden leer los signos de los tiempos? el reino
del cielo está aquí, ahora.
(Mateo entra a la casa de Simón)
SIMON: ¡Fuera de mi casa! ¡Basura!
MATEO: Oí que tuviste buena pesca, hablaremos luego de ello, ¿te parece? Pero qué hay de
ese amigo tuyo, ese nuevo predicador
JESUS: Al parecer no eres bienvenido aquí, no se tu nombre, pero se lo que haces
MATEO: Levi o Mateo. Tenemos que vernos en un lugar donde ambos seamos bienvenidos
JESUS: ¿Está lejos tu casa? Quisiera cenar contigo esta noche
SIMON: ¿Entrarías en casa de un pecado?
JESUS: En cualquier casa que sea bienvenido
JESUS SANA AL PARALITICO

NARRACION: Se juntó tanta gente que ni siquiera cabía frente a la puerta, entonces entre
cuatro le llevaron un paralitico, pero como había mucha gente y no podían acercarlo hasta
Jesús quitaron parte del techo de la casa donde él estaba, y por la abertura bajaron al enfermo
por la camilla donde estaba acostado, cuando Jesús vio la fe que tenían le dijo al enfermo
JESUS: Hijo tus pecados te son perdonados
SACERDOTE: ¿Cómo puedes hablar así e insultar a Dios?
SACERDOTE 2: Quien se cree este que puede perdonar pecados?
SACERDOTE 3: Quien puede quitar el pecado si no Dios, y solamente Dios
JESUS: ¿Porque piensan así? Que es más fácil decir al paralitico, tus pecados son
perdonados o levántate, toma tu camilla y anda. Sepan pues que le hijo del hombre tiene en la
tierra el poder de perdonar los pecados (dijo al paralitico) Levántate toma tu camilla y vete a tu
casa
EL HIJO PRODIGO

NARRACION: Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, y muchos de los que cobraban
impuestos para Roma, más otra gente de mala fama. Estaban también sentados a la mesa,
junto con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían
JESUS: La paz sea con ustedes
MATEO: Gracias por venir a mi casa, Rabí. Aquí eres bienvenido

PUEBLO: ¡Que hable, que hable!

MATEO: No, comamos

JESUS: Déjenme que les cuente una historia:

“Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los
bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo
todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo
perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia,
y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le
envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me
levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy
digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su
padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se
echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y
ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido,
y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y
matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había
perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y
las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano
ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y
sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que
entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote
desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero
cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el
becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son
tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado”
SIMON: Perdóname Maestro, solo soy un hombre estúpido (Abraza a Mateo)

JESUS (A Mateo): Deja todo y sígueme

NARRACION: Algunos maestros de la Ley que eran fariseos, al ver a que Jesús comía con
todos aquellos, preguntaron a los discípulos

SACERDOTE 1: ¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?

JESUS: Los que están sanos no necesitan médicos, si no los enfermos y yo, no he venido a
llamar a los justos sino a los pecadores
JESUS ESCOGE A LOS DOCE APOSTOLES PARTE 3

NATANNAEL: Escucha mi oración, señor. Que llegue a ti mi clamor. No me des la espalda en


mi día de más angustia, dígnate a escucharme y no tardes en responderme cuando te rezo

NARRACION: Felipe era de pueblo de Betzaida, de donde eran también Andrés y Pedro.
Felipe fue a buscar a Natannael

FELIPE: Hemos encontrado a aquel, de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien
también escribieron los profetas. Es Jesús de Nazaret

NATANNAEL: Acaso de Nazaret puede salir algo bueno, ven y compruébalo

JESUS: Aquí viene un verdadero Israelita en quien no hay engaño

NATANNAEL: ¿Cómo es que me conoces?

JESUS: Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera

NATANNAEL: Maestro tu eres el hijo de Dios, tu eres el Rey de Israel

JESUS: ¿Me crees solamente porque te he dicho que te he vi debajo de la higuera? pues vas a
ver cosas más grandes que estas, les aseguró que ustedes verán el cielo abierto, y a los
ángeles de Dios subir y bajar sobre el hijo del hombre
JESUS ESCOGE A LOS DOCE APOSTOLES PARTE 4

JUDAS: ¿Maestro puedo hablar contigo?


JESUS: ¿Cómo te llamas, hijo mío?
JUDAS: Me llamo Judas Iscariote, soy un letrado que el gobierno encuentra útil, leo y escribo
el hebreo, griego y latín. Soy administrador y traduzco documentos, mas este letrado solo
desea servirle. ¿Pero necesitas a un letrado como yo?
JESUS: El árbol se conoce por su fruto, quédate con nosotros
NARRACION: Cuando se hizo de día, llamo a sus discípulos y escogió a doce de ellos a
quienes llamo apóstoles, estos fueron: Simón, a quien puso también el nombre de Pedro,
Andrés hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomas, Santiago hijo de
Alfeo, Simón al que llamaban el celote, Judas hijo de Santiago y Judas Iscariote quien fue que
traiciono a Jesús
MUERTE DE JUAN BAUTISTA

NARRACION: Herodes en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes, y a las


personas importantes de Galilea.
HERODIAS: Salomé, baila para Herodes (baile árabe)
NARRACION: El baile gusto tanto a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey le
dijo a la muchacha
HERODES: Pídeme lo que quieras, y te lo daré. Y te juro una y otra vez que te daré cualquier
cosa que pidas, aunque fuera la mitad del país que gobierno
SALOME (Sale corriendo a su madre): Que pediré?
HERODIAS: Pídele la cabeza de Juan el Bautista
SALOME: Quiero que ahora mismo, me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista
NARRACION: El rey se puso muy triste, pero como había hecho un juramento en presencia de
sus invitados, no quiso negarle lo que le pedía
HERODES: Soldados, tráiganme la cabeza de Juan
(Cortan la cabeza de Juan, se la dan a la muchacha, y ella se la entrega a su madre)
NARRACION: Cuando los seguidores de Juan los supieron, recogieron el cuerpo y se lo
llevaron a enterrar
LA HEMORRAGICA

(La hemorrágica caminando entra las calles sangrando)


SACERDOTE: ¡Tu, impura! No deberías estar caminando entre las calles con nosotros
HEMORRAGICA (Llorando): Disculpe, usted no entiende
APOSTOLES: ¿Que te paso, alguien te hizo daño? ¿Estas heridas?
HEMORRAGICA: No, no estoy herida
APOSTOL 1: Necesitas un doctor
HEMORRAGICA: No, ya gasté todo mi dinero en doctores
APOSTOL 2: Nosotros conocemos a uno, que es muy especial
HEMORRAGICA: ¿El rabí que siguen, es el que curo al paralitico?
APOSTOL 1: Y a muchos mas
HEMORRAGICA: Oí lo que puede hacer y también su sermón. Estoy hablando de él y de su
manto. No puedo ir a la Sinagoga, mi padre me desheredo, no tengo a nadie. He venido hasta
acá y he esperado tanto para verlo

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