Un estudiante que demuestra un alto sentido de responsabilidad en el cumplimiento de

sus deberes y en la representación del estudiantado ante las autoridades escolares debe

mantener un historial limpio en cuanto a sanciones por faltas graves durante el año

anterior. Esto implica que no haya sido objeto de sanciones disciplinarias significativas

que puedan comprometer su integridad moral y su capacidad para ejercer su rol como

representante estudiantil de manera efectiva.

La ausencia de sanciones por faltas graves demuestra no solo el compromiso del

estudiante con el respeto a las normas y valores de la institución escolar, sino también su

capacidad para ejercer su liderazgo de manera ética y responsable. Este historial limpio

es fundamental para mantener la confianza y el respeto de sus compañeros, docentes y

autoridades escolares, así como para garantizar una representación efectiva del

estudiantado ante cualquier instancia dentro de la comunidad educativa.

Por lo tanto, un estudiante que aspire a desempeñar el papel de representante estudiantil

debe asegurarse de mantener un comportamiento ejemplar y evitar cualquier acción que

pueda poner en riesgo su idoneidad para ejercer este importante rol. Esto implica cumplir

con los deberes académicos y sociales de manera responsable, respetar las normas

establecidas por la institución y actuar siempre con integridad y ética en todas sus

acciones.