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de sospechas de parcialidad.

de
caso «LLERENA92 la Corte Suprema
en el (luego
Tinaimente, general en
en su integración) siguió la línea del procurador
CamblosS cual en maeria
por el
ZENZEROVICH» y consideró inválido el esquema
de
cargo la etapa
correccional el mismo juez investigador tiene a su

juzgamiento. decisión que ha-


Con buen criterio, el Alto Tribunal entendió que la
correccional
D1a rechazado la recusación planteada respecto del juez
sus efectos a
que intervino en la etapa de investigación, equivalía por
u n a sentencia definitiva a los fines del recurso
extraordinario. Djo asi
tardía e insuficiente repa-
que dicha decisión producía un perjuicio de esta Corte
racion ulterior, ya que, agregó, de tener que pronunciarse
r e c u r s o s pertinentes, se
luego de llevado a cabo eljuicioy agotados los del imputa-
produciría una dilación indebida del proceso perjuicio
en
toman-
do, como así también un dispendio jurisdiccional innecesario,
cuenta que de resolverse favorablemente la pretensión
de la de-
do en

fensa, se debería realizar un nuevojuicio.


tratados
Luego de hacer un repaso de las normas pertinentes de los
internacionales reseñadas más arriba, el voto de losjueces Zaffaroni y

Highton señaló que la imparcialidad como valor podía verse desde dos
puntos distintos, objetivo y uno subjetivo. El primero agregó, am-
uno

para al justiciable cuando


éste puede temer la parcialidad del juez por
hechos objetivos del procedimiento, sin cuestionar la personalidad, la
honorabilidad ni la laborparticulardelmagistrado que se trate;mien-
tras que el segundo involucra directamente actitudes o intereses partt
culares del juzgador con el resultado del pleito.
Llevando entonces esta caracterización al caso planteado, este vo
to señaló que:...el temordeparcialidad que el imputado pueda pade
cer, se encuentra intimamente vinculado con la labor que el magistra
dorealizara en elproceso. Vale decir, aun sin sospechar que eljuez pu

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CSJN, 17/5/05, LL, 2005-C-557.
Garantias constitucionales en el proceso penal
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diese albergar algún interés concreto en el resultado del juicio, la Cor-


teentendióqueel imputado estabahabilitado a considerar que eljuez
actuante tiene un prejuicio sobre el tema a decidir, puesto que impul-
só el proceso para llegar al juicio, descartando hasta ese momento las
hipótesis desincriminantes (véase en ese voto el consid. 13).
Finalmente, la Corte Suprema hizo lugar al recurso extraordinario
planteado, dejando sin efecto la sentencia que había dispuesto el re-
chazo de la recusación.
Este criterio de la Corte resulta a mi entender de gran relevancia.
Durante mucho tiempo los tribunales habían considerado que las cau-
sales de recusación de los magistrados no sólo resultan de interpreta-
C1ón restrictiva, sino que además ellas venían como delimitadas-ala
manera de un numerus clausus- por los criterios del legislador. Lo
rascendente del fallo de la Corte es haber afirmado que la garantía
del juez imparcial está por encima de los casos concretos
que el legis-
ador pueda imaginar, como demostrativos de una posible parciali
dad. De allí que, en lamedida en que el imputado pueda demostrar que
Liene un fundado temor, la
e garantía en examen podrá ser invocada
n gue deba a su vez identificar conductas concretas de los magistra
dos
demostrativas de la parcialidad denunciada.

b -Juez que integró un tribunal


de alzaday que luego actúa
en el tribunal de juicio

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