Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
46
• , NQ 4: 293-32,5, julio/agosto 1976
·
TECNICA QUIRURGICA
Introducción
¿Cuáles son los principios que rigen la re Existe sin embargo mucha divergencia entre
sección cutánea en la Mastectomía Radical? las cifras aconsejadas (que van de 3 a 12 cm)
y el concepto de "amplia resección peritumo
A pesar de los años transcurridos no hay ral" parece tener una base empírica.
aún acuerdo sobr,e cuál debe ser la extensión Donegan y Pérez Mesa (55) midiendo · el
de piel a re,;ecar en la mastectomía radical. margen de r esección peritumoral, cc-ncluyen
Hay -escuelas quirúrgicas que siguen fieles al que cuando la resección pasa a 3,5 cm_ o me
principio sustentado por Halsted (81) de efec nos del tumor el porcentaje de recidivas lo
tuar amplias exéresis de, piel, lo que obliga cales aumenta francamente; mientras que las
casi sistemáticamente a cerrar el defecto cutá resecciones mayores de 4- cm no mejoran los
neo con un injerto. Esta manera de proceder resultados. Cc-ncluyen y en eso están de acuer
tenía como finalidad disminuir el altc- porcen do la mayoría de los autores, que el margen
taje de recidivas locales que era uno de los tumoral mínimo sería de 4 cm, pudiéndose
mayores problemas a que se veían enfr,:mta ampliar esta distancia en casos particulares.
dos los cirujanos de la época. Este concep
to bien pronto tuvo sus oponentes y a co La zona areolar.- La zona areolar, según los
mienzos de siglo S. Handley (82), basándose trabajos de Sappey (77), Rouviere (158) y
en sus conc-eptos sobre la difusión del cáncer Grant ( 69) presenta un especial interés, por la
mamario proponía efectuar resecciones más li existencia a su nivel del rico plexo linfático
mitadas de piel, con le, que conseguía, la ma peri y subareolar donde confluirían los linfá
yoría de las veces, un cierre directo de la he ticos parenquimatosos y de los planos de cu
rida. bierta de la mama. Ello c- onvierte a esta zona
El punto ha sido re,visado por nume.rosos en un punto crítico de la diseminación neo
autores, analizando la frecuencia de recidivas plásica y jerarquiza su exéresis en resecciones
le-cale; y los resultados obtenidos explican por oncológicas.
qué el punto sigue siendo motivo de discusión. Turner-Warwick (180) de acuerdo a sus es
tudios Eobre linfáticos de la mama adulta con
White (190) observa que en los Grado I las colorantes vitales y radioisótopos, niega en
recidivas locales son francamente menores en cambie-, que el plexo linfático subareolar jue
casos con r-esecciones limitadas de piel; en lcG gue un rol esencial en e-1 drenaj, linfátic- o de
Grados II el porcentaje es similar y elevado la mama y el concepto de "areola-zona críti
con cualquier procedimiento, concluyendo que ca" pareció quedar invalidado.
evidentemente el problema de la recidiva lo
cal no se soluciona con una mayor resección El concepto de Turner es apoyado por otrcs
autores (77).
de piel.
Sin embargo, los estudios anatomopatológi
Conway y Neuman (30) encuentran que el cc-s d-e Vogt-Hoerner (189), en 544 piezas qui
porcentaje de recidivas locales está relaciona rúrgicas demostraron difusión del proceso neo
do con el tamaño tumoral y el grade de colo plásico hacia la areola en 250 casos (45 % ) ,
nización axilar y propugnan a favor de re lo que vuelve a jerarquizar a la zona areolar
secciones más amplias de piel en dichos casos. en la patología neoplásica.
Spratt y Donegan (172) analizando 704 cá La zona areolar por cualquiera de los me
sos no encuentran diferencias en cuanto a las canismos mencionados está pues potencialmen
recidivas, que son del orden del 17 % con am te contaminada y no existiendo datc,s clínicos
bas formas de proceder y se inclinan por las que permitan asegurar_ su indemnidad, debe
resecciones limitadas de piel. :er resecada en la mastectomía por cáncer,
Haagensen (72.) a pesar de reconocer que el con las mismas directivas relacionadas al mar
número de cirujanos partidaric•s de las resec gen tumoral propiamente dicho.
ciones tipo Handley es en el momento fran
camente mayoritario, eigue siendo partidario La piel axilar.- Menos atención que las zo
de las resecciones amplias de piel, pues en nas anteriores ha recibido la piel axilar. Sin
cuentra que ·e n el seguimiento a 10· años, el embargo inmediatamente subyacente a ella
porcentaje de recidivas locales es francamen transcurren vías linfáticas que contorneando el
te menor con esa técnica. borde del pectoral mayor se dirigen a la axi
La última palabra aún no está dicha. Con la (51, 77).
sideramos de interés analizar algunos aspectos Igualmente se han identificado ganglios a
particulares del problema, tratando de fijar al ese nivel y muy vecinos a ella. Por otra par
gunas normas. te el prolongamiento axilar de la mama trans
curre a escasa distancia de la cobertura cu
El margen tumoral.- Todos lc-s autores es tánea.
tán de acuerdo en que debe resecarse un am En base a estos hechc,s, se ha aconsejado
plio margen de piel respecto a los bordes pal por distintos autores incluir específicamente la
pables del tumor. Este punto fue particular piel axilar, vecina al borde libre del pectoral
mente enfatizado por Handley que centraba la mayor, en el block de resección, utilizando
resección en el nódulo. para ello incisiones especiales (54, 174).
MASTECI'OMIAS EN EL CANCER DE MAMA 295
__
culada a areola o tumor, mejoren los resulta
/l
dos finales.
/ 4. La resección de la piel axilar no pare
ce superior a una correcta disección de los col
gajos en esa zona.
5. En los tumores periféricos, respetando
lc•s anteriores -conceptos, la conservación de un
sector de piel mamaria en la zona opuesta al
tumor, no influiría sobre el desenlace.
FIG. 2.-Incisiones cutáneas más frecuentemente. utilizadas: a) incisión a gran eje oblicuo, tipo Halsted; b) in
cisión a gran eje transversal tipo . Stewart y c) incisión oblicua con sección transversal en la axila tipo Tailhefer.
guna indicación especial, las inc1s10nes con tes bien determinados que son el borde clavi
corte transversal en la axila (Fig. 2) cular, en la parte superior, el reborde costal
Si bien cada cirujano tiene alguna incisión en la parte inferior, la línea media esternal
de preferencia, es importante reconocer que o aún más allá el borde opuesto de este hue
ne existe una incisión superior para la totali so (adentro) y afuera el borde del dorsal
dad de los casos ( 82). ancho (Fig..3).
La selección de la incisión en un caso par
ticular debe estar guiada por:
a) La topografía tumoral. Los tumores
centromamaric-s son tratables por cualquiera
de las incisiones citadas.
Los tumores más perifériccs se benefician de
incisiones que sigan el eje en el cual están
ubicados (incisiones transversas para tumores
del eje transversal, etc.).
Aquellos tumores situados en topografías es
peciales, como los del prolongamiento axilar,
pueden exigir incisiones a corte transversal en
axila para u resección oncológica.
Los tumores de la extrema perieria mama
ria deben ser resecados por incisiones atípicas
de acuerdo al caso.
b) La conformación torácica. El tamaño y
forma de la mama. Estos factores influencian ..
la e,lección de la incisión en el sentido de que
ella debe permitir un abordaje correcto y có
modo a las estructuras profundas. Incisiones
transversales en longilíneas de mamas peque
ñas y bajas, dificultan el abordaje axilar.
/�
La disección de los col,ajos cutáneos pre
senta una serie de aspectos a considerar. Uno
de los más importantes es la extensión de la
disección de lc-s colgajos. Si lo que se pre
tende es una exéresis completa de todo el te
jido mamario, incluyendo sus envolturas fas
ciales, el recuerdo de hechos anatómicos que
muestran la amplia superficie que ocupa la
glándula y sus prolongamientcs (88) obliga a FIG. 3.- Se observa en rayado los límites de la disec
extender el decolamiento cutáneo hasta lími- ción correcta de los colgajos cutáneos.
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 97
Vinculado a los mismos hechos debe consi dorsal ancho (154). Si inadvertidamente pro
derarse el plano de la disección de los colga fundizamos nuestra disección - en el colgajo,
jos. La estructura de los planos de cubierta p-enetraremos entre el dorsal ancho y el serra
de la región nos muestra: la piel, _el te,jido to mayor, donde las ramas inferiores de la
adiposo subdérmice•, la fascia superficialis y el escapular inferior (peines vasculares de Fino
tejido adiposo premamario. Inmediatamente chietto) provocarán innecesarias y fastidiosas
por debajo de la fascia premamaria transcu hemorragias. Esto es más frecuente en enfer
rren elementos vasculares y linfáticos y pue mas obesas en quienes, incluso por manie-bras
den existir focos mamarios aberrantes, le que de palpación, puede ser difícil identificar el
determina que el nivel correcto de la disec borde muscular.
ción debe seguir el plano prefascial. Ello pre La segunda está vinculada a la disección de
senta la ventaja adicional de ser un plano re la piel axilar. Es una zona donde el colgajo
lativamente exangüe (72). debe ser especialmente fino, por razones on
La realización correcta de este tiempo ope cológicas ya expuestas, y se cometen allí dos
ratorio insume tiempo y paciencia. Para to tipos de errores. Colgajos demasiado gruesos
mar de entrada el plano correcto es necesa con los riesgos de dejar restos glandulares y
rlo no profundizar ex , ageradamente las inci vías linfáticas y colgajos demasiade• finos, mal
siones cutáneas, pues el plano fascial se en vascularizados; incluso con perforacie•nes acci
cuentra a escasos 2 o 3 mm de la piel, varian dentales.
do de acuerdo a la obesidad. Hemos comentado que los colgajos cutánee•s
Es más fácilmente identificable en la mitad deben ser uniformemente finos, tallados entre
inferior de nuestra ,disección, al descubrir la las dos capas de tejido adiposo subcutáneo.
propia fascia o notar el diferente aspecto de Sin embargo no es incorrecto levantar colga
la grasa subdérmica y la grasa premamaria. jos desprovistos totalmente de grasa, aunque
Para mantener -el plano correcto de disec elle predispone a necrosis de los mismos o col
ción y extenderse en él en forma uniforme, es gajos de menor a mayor, una vez que nos ale
fundamental la correcta tracción ejercida por jamos de la vecindad de la piel mamaria (78).
los ayudantes, en sentido vertical. Ello debe Lo que débe ser evitado es el colgajo grue
lograrse sin traumatizar los colgaj.os con pin
zas inadecuadas, sino mediante el uso de gan so, que es incorrecto desde el punto de vista
chos o puntos tractores, múltiples y colocados oncológico (52), y el colgajo irregular que
en forma equidistante uno de otro. predispone a la necrosis y esfacelo parcial e
Preferimos para esta maniobra -el uso del incluso a la recidiva neoplásica (182).
bisturí común que permite al mínimo trauma Un pequeño .comentario sobre la secuencia
tismo un tallado correcto y parejo. en el tallado de los colgajos. Elle• depende de
Conduciéndose en el buen -plano la hemos la forma de encarar los tiempos profundos de
tasis se limitará a unos pocos vasos de cali la disección. Los que prefieren el abordaje
bre relativamente importante, logrando con primario de la cavidad axilar, siguiendo la
trolar las pequeñas hemorragias por la apli posición de W. Meyer, pueden tallar selamen
cación de compresas. te el colgajo superior de una incisión trans
Dos hechos importantes a tener en cuenta. versal o la parte superior de ambos colgajos
La protección de los colgajos mediante com de una incisión oblicua, lo que les permite el
presas húmedas, evitando traumatismos y de abordaje axilar, con la ventaja de disminuir
secació
, n y la moderación en el uso de la elec el área cruenta expuesta y minimizar el san
trocoagulación. grado.
La disección del sector externo presenta al Los que siguen el estilo Halsted, de axila
gunas dificultades adicionales. La primera vin última, deben necesariamente tallar ambos col
culada a la identificación del borde roje- del gajos en su totalidad.
.
permite pc,r transparencia identificar los va
sos humerales.
Es más s-eguro dejar este sector para etapas
\\� más avanzadas de la disección. Seccionadas las
inse,rciones altas de los pectorales e identifi
cados los vasos axilares, la maniobra de sec
ción de paquete adiposo, se conducen en di
secdón perpendicular al éoracobraquial y al
paquete vascular, paso a paso, seccionando
elementos intercosto-humerales, hasta alcanzar
el plano de los vasos.
La existencia del arce, axilar de Langer
(1846) o su sustituto tendinoso (arco tendi
noso) pueden confundir al cirujano. Debe ser
seccionado.
Por último ccnside,raremos el valor del dor
sal ancho como mioplastia regional. Las téc
- _____- ,' nicas de plastia del dorsal ancho se basan en
las ideas de Baronowsky (plastia de Sartorio
en lc,s vaciamientos inguináles, con el fin de
Frc. 4.- Identificación del borde libre del dorsal an
protección vascular), de Rienhoff (152.) y
cho ( en negro), El trazo oscuro marca la zona co
Hutchins (98) que suman a la protección vas
rrecta de disección. La penetración errónea entre dor
cular proporcionada por la plastia muscular,
sal ancho y serrato mayor (línea clara) provoca he-
su supuesta uUlidad en la regeneración linfá
morragia y no se identifica el borde ·del dorsal.
tica como profilaxis o tratamiento del linfo
edema del miembro superior post-mastecto
El primer. aspecto a contemplar es la iden mía (87, 98, 132,. 152).
tificación y disección de dicho borde. Debe La técnica consiste en liberar ambas caras
llegarse a él cayendo sobre la cara posteric•r de,l dorsal ancho en una extensión adecuada
o externa del músculo, en zona inmediata al sector a cubrir, realizando luego una inci
mente vecina al borde libre del mismo. En sión perpendicular al borde libre, que permi
caso de haber practicado una incisión trans te independizar un sector muscular inervado
versal tipo Stewart, si ésta no lleg • a hasta la que se rotará ce,fálicamente, fijándolo al del
línea axilar posterior es factible penetrar en toides, restc-s de inserciones del pectoral ma
la disección entre el dorsal ancho y el serra yor, etc., configurando una ancha faja de- pro
to, sin identificar e,l borde muscular, ya que tección axilar.
el dorsal ancho 3e solidariza con los planos Las ventajas de esta técnica consistirían en
de cubierta. La existencia de pedículos vascu prote,ger los vasos y plexo braquial, obliterar
lares, ramas de la escapular inferior (lc-s pei los espacios muertos, impedir la fijación de
nes vasculares de Finochietto), hacen sangrar la cubierta cutánea al plano costal y constituir
abundantemente este plano erró • neo de disec una buena base para injertos cután,os. Su
ción (Fig. 4). pretendido valor linfangioplástico no es sos
El borde libre del dorsal ancho es el límite tenidc, actualmente.
externo de nuestra disección y d-e gran im Fue utilizada en nuestro país por Maña
portancia en los pasos ulteriores. na (121) y aunque en la actualidad no es una
Identif.cadc- el borde libre del músculo, es técnica. frecuentemente realizada puede tener
disecado en dirección cefálica hasta identifi indicaciones en tumores de los cuadrante,, su
car el puente adiposo axila-humeral que lue periores, en que la resección de piel cree pro
go trataremos. blemas de cubierta en una zona especialmen
Algunos autores han planteado la necesidad te peligrosa ·en casos de dehiscencias cutá
de resección del borde libre del dc,rsal an neas, por la presencia inmediata del pedículo
cho (28, 80) en casos de tumores de localiza vascular.
ción éxterna, aunque esta maniobra es excep El múG.culc, deltoides representa por su bor
cionalmente r·ealizada. de anterior uno de los límit:s superiores del
Merece consideraciones el puente adiposo campo operatorio. Limita con el pectoral ma
axilo-huineral. yor un surco que al aproximarse a la claví
Si continuáramos la disección del borde an cula se transforma en el espacio delto-pecto
terior del dc,rsal ancho cefálicamente, el ten- ral y que está r-ecorrido en un desdoblamien-
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 299
to aponeurótico por la vena cefálica (que debe mente, porque usualmente está infiltrado por
s2r respetada en la disección) y por ramas de el proceso. Obviamente esto no es cierto en
los vasos acromio-toráciccs. los casos habitualmente tratados hoy día.
En un plano más profundo forman límites Pero existen razones oncológicas para la
de nu2stra disección otros dos músculos: extirpación de dichos músculos:
El subclavic•. Fascículo irregularmente cilín -Es riesgoso dejar los pectorales, por la
drico extendido desde la clavícula al primer frecuente existencia de ganglios dorsales al
cartílago costal, está envuelto por una- resis pectoral mayor (50 % de los casos) (95).
tente aponeurosis que se fija en los bordes cla -La existencia de la vía linfática trans
viculares. pectoral de Grossman (1896) y de los gan
La enorme mayoría de los cirujancs no ac glios interpectorales de Rotter (1899) es in
túan sobre él y ocasionalmente ni es identi negable.
ficado durante la mastectomía. No se trata de una vía constante y ni aún
En su aponeurosis se fija la - aponeurosis en los casos que existe, está demostrado que
clavicoracc-axilar y algún autor (27, 28) plan sea una vía primaria. Sería una vía opcional,
tea la necesLdad de resecar la aponeurosis del pe,ro todos los autores cuentan cc,n casos bien
subclavio para mejor abordaje de la vena axi documentados al respecto (128, 129, 177).
lar, hecho _ue no ·es necesario y puede ser Chifflet opinaba que las mastectomías sub
además una maniobra peligrc,sa. radicales dejaban zonas oncológicamente peli
El músculo córaco-braquial llega a nuestra grc-sas sin tratar, en la parte alta del espa
región desde el brazo, para buscar s- inser cio delta-pectoral, en los pedículos pectorals
ción en la coracoides por un tendón común y en las perforantes hacia el mediastino.
con la corta porción del bíceps, e intercambia Exist2n en segundo lugar razones técnicas
fibras en su última porción con el pectc,ral favorables a la resección muscular. La disec
menor. ción de la axila conservando los pectorales
De, interés en el descubrimiento del paque es más difícil y generalmente (o siempre) in
te axilar, es una de las puertas de entrada a completa (96). Autor2s como Cady (26) ad
la axila (Mérola), como veremos al tratar el miten que en su técnica queda un sedar d·el
abordaje axilar y sus variantes técnicas. vértice axilar sin disecar al conservar ambos
pectorales.
Pero existen opiniones favorables a estas
El avance en los últimos tiempos de técni técnicas subradicales, que deben ,er conside
cas subradicales, conse,rvando uno o ambos radas y se basan en que:
pectorales, obliga a rever las razones para • El abordaje axilar correcto sería factible
la extirpación de los mismos. con las maniobras de, relajación muscular y
¿Cómo realizar la travesía haCia la axila? adecuado entrenamiento (difícil de aceptar si
¿Cuál debe ser la conducta con, los músculos se conserva el pectoral mencr).
pectorales? • No sería oncológicamente necesario porque:
La conducta quirúrgica frente a los múscu -La invasión muscular hace al caso in-
los pectorales en el tratamiento quirúrgico del curable.
cáncer de mama, quedó determinada por los -No existen prácticamente recidivas mus-
principios establecidos por Halsted y Meyer culares.
en 1894, y así con modificaciones y matices -Los ganglios de Rotter son igualmente
ha llegado a nuestros días. Aquellas directi extirpables con esta técnica.
vas configuran un tipo de tratamiento que con -Los resultados finales son similares a las
propiedad puede denominarse mastectomía ra técnicas radicales en cuanto a :obrevida
dical estándar y con justicia (a pesar de sus y recidivas.
variantes) operación de Halsted.
La opinión g,eneral más aceptada universal • La conservadón de pectorales preseqt� ven
mente sigue siendo favorable' a esta técnica tajas:
cuyos principios fueron establecidos hace más
de 80 años. -Ventajas cosméticas y funcionales indis-
Frente a sta conducta reseccionista de los cutibles.
pectcrales, existen otras posiciones que pue -La técnica es menos sangrante y el ries
den esquematizarse así: go de shock menor.
-El pectcral mayor representa un excelen
�Conservaci•ón del pectoral mayor resecan te lecho para injertos si ellos fueran ne
do su aponeurosis de cubierta anterior o tam cesarios.
bién su hoja aponeurótica profunda.
-Extirpación del pectoral menor ceno en Técnica de la resección de los pectorales.
las técnicas radicales (145, 188) o su conser Extirpación de. pectoral mayor. El pectoral
vación ( 3, 26, 118). mayor se extiende desde una amplia zc•na de
inserción torácica (clavícula, esternón, seis
¿Cuáles son las razones invocadas para ex primeros cartílagos costales y hoja anterior de
tirpar los músculos pectorales? la vaina rectal) hasta el labio anterior de la
Decía Halsted en 1891 (79) que el pecto corredera bicipital del húmero. Se le recono
ral mayor debe ser, extirpado te-tal o parcial- cen tres hace,s principales ne, siempre bien in-
300 A. DEL CAO
dividualizados (haz clavicular, haz esterno En esta etapa es necesario considerar con
costal y haz esterno-abdominal o esterno-va juntamente ambos pectorales, pues sus insercio
ginal). nes a este nivel son tratadas conjuntamente.
Identificación y sección del tendón humeral. No es un tiempo · difícil, ni de mayores pro
Se identifica y diseca _e,l surco delto-pectoral, blemas técnicos; sin embargo y precisamente
conservando en la disección la vena cefálica y por eUo se realiza a veces sin el debido cui
las ramas acromiales de los vasos acromio dado.
torácicos que transcurr·en en él, en un desdo Es necesario tener en cuenta que se trata de
blamiento de la aponeurosis. una etapa que puede favorecer el shock, por
Se diseca luego el borde inferior libre del la denudación torácica que implica y porque
músculo y disecados ambos bc,rdes tenemos el realizado cc•n premura puede dar origen a una
tendón braquial del músculo, que debe ser se .hemorragia considerable.
guido lo más posible hacia la inserción hu La forma de abordar las inserciones condro
meral. esternales de los pectorales varía de acuerdo
Puede favorecerse la maniobra de sección, a la forma de conducir la mastectcmía.
pasando por debajo del tendón el dedo índice A la manera de Meyer (axila primero), lue
de la mane, opuesta al lado que se está ope, go de seccionar las inserciones superiores del
rando. pectoral mayor (clavicular y humeral) se pe
La inserción humeral es más tendinosa cuan netra en el segundo plano y se aborda pos
to más cercana al húmero y menos hemorrá teric,rmente la axila. Terminado e,sto y como
gica y seccionando allí no se deja un sector uno de los últimos tiempos, se desplaza la pie
muscular antiestético y que puede ser difícil za hacia la línea media abordando las inser
de interpretar en el postoperatorio alejado. ciones pectorales por su cara profunda.
Muchas veces será necesario suturar el ex Primariamente se individualizan las inser
tremo músculo-tendinoso con uno o dos pun ciones del pectoral menor en 3�, 4� y 5, ces
tos en X con fines hemc,státicos. tilla y se secdonan independientemente, de
La inserción humeral puede ser la primera jando unos mm de músculo para fines hemos
en seccionarse, sobre todo del lado derecho, táticos. Gruesos perforants laterales, ramas
mientras que del lado izqu!erdo facilita sec de los intercostales, emergen a 10-12 cm del
cionar primero las inserciones clavicular-es. brde esternal y es preferible ligarlos previa
Insercic,nes claviculares. mente a la sección muscular, colocando pin
Por tracción hacia adentro y abajo del cabo zas paralelas a la pared torácica, evitando el
tendinoso seccionado, se continúa la separación riesgo pleural que configura la persecución he
del pe,ctoral mayor del deltoides. en el surco mostática de perforantes.
deltc-pectoral hasta la clavícula. La sección Superadas las inserciones del pectoral me
de las inserciones claviculares se realizará de nor se cae en un espacio de tejido celular laxo
jando algunos mm de músculo adheridos a la o valle intermuscular y continuando llegamos
clavícula, para facilitar la hemostasis. Por ser a las inse,rciones del pectoral mayor.
espedalmente sangrante, Uriburu recomienda
seccionar en dos planos (Fig. 5). Las inserciones sobre la hoja anterior de la
La extirpación del periostio clavicular para vaina rectal y aquellas inconstantes sobre 4�
extirpar de ese me-do la ins·erción pectoral, ca y 5t costilla son seccionadas primero. Las in
rece de valor y no es realizada actualmente. serciones condro-esternales presentan similares
Inserciones esterno-costales. consideraciones a las inserciones del pectoral
menor. Dejar unos mm con fines hemostáticos
y de pre-ferencia · ligar previamente las ramas
perforantes de la �maria interna, que emer
gen junto a las inserciones condrales.
Cuando realizamos la mastectomía al estilo
Halsted (axila última) las inserciones ester
no-costales sen abordadas inmediatamante lue
go de tratar las otras inserciones pectorales y
por su cara superficial, permiüendo posterior
mente la caída de la pieza lateralmente, faci
litando la disección axilar.
Otras razones oncológicas €nfatizadas para El pectoral menor se extiende desde la co
resecar este sector muscular no tienen validez. racoides, donde será seccionado en esta etapa
El haz clavicular no es atravesado por linfá hasta la 3ii, 4i y 5i costilla.
ticos (ello nunca fue demostrado). La apc,neurosis clavipectoroaxilar o clavico
Las vías linfáticas que acompañan a la vena racoaxilar de Richet se extiende desde la vaina
cefálica y que no serían adecuadamente tra del subclavio hasta el borde del pectoral me
tadas si se conserva el sector muscular men nor (en e,ste sector es fina, transparente, per
cionado, son vías de drenaje braquial y su co forada por ramas vasculares y nerviosas y se
lonización se realiza por vía retrógrada. Exis denomina clavi-pectoral), lo envaina y desde
ten opiniones diferentes a las €nunciadas por el borde externc, del músculo constituye el
nc6otros ( 27,179). sector péctoro-axilar o ligamento suspensor de
La conservación del haz clavicular no abre la axila de Gerdy, insertándose afuera en la
de necesidad el espacio intepe-ctoral (128,182) aponeurosis del córaco-braquial y por su bor
éste sí con vías linfáticas probables; ello de de inferic•r en la aponeurosis de la base de la
pende de que la disecdón sea solamente la axila. Para Rouviere presenta dos capas: la
necesaria para tratar el segundo plano de la superficial o ligamento suspensor se pierde en
travesía hacia la axila. el dermis de la base de la axila y la profun
No existen además razones técnicas para su da constituye la aponeuerosis profunda de la
extirpación, dado que ne, brinda un mejor ac base axilar que se pierde en dorsal ancho y
ceso a la axila, a pesar de lo sotStenido por Haa redondc• mayor.
gensen y porque no es real tampoco que su ¿Cómo conducir la intervención en esta eta
extirpación permita un mejor tratamiento del pa? La forma de de,scender este segundo te
segundo plano, a pesar de lo sostenido a este lón en el abordaje axilar admite variantes.
respecto por Meyer y otros (59). Su conser
vadón presenta ventajas adicionales porque Una de las formas más usadas es la reco
permite brindar mayor protección al paquete mendada por Riddell (154). Se efectúa una
vascular y e-vita la deformación antiestética pequeña incisión en la aponeurosis clavi-pec
subclavicular. toral, sobre el borde interno del pectoral me
Debe· aclararse que es perfectamente facti nor identificado por palpación de la coracoi
ble conservar la inervación del haz clavicular, des y por transparencia del propio músculo o
independiente de la de los otros hac�s muscu por la salida de ramas vasculares de los vasos
lares. acromio-torácicos, que deben ser ligados en es
En suma: el haz clavicular puede ser con ta etapa.
servado o extirpado. Lo cornservamos en los Liberado unº pequeño sector del borde mus
tumores de los cuadrantes inferiores, por pre cular interno, se carga con el dedo, de aden
sentar ventajas cosméticas y funcionales, sin tro hacia afuera, bien próximo a BU inserción
deterioro de la radicalidad operatoria. coracoidea y se secciona el tendón del pecto
Maniobras técnicas vinculadas a la conser ral menor (Fig. 6).
vación del haz clavicular. En ocasiones es necesario liberar el borde
Identificado el surco delto-pedoral en la par externo del pectoral menor del córaco-braquial
te alta y externa de nueStra disección, nos di que se fusic-na a él en unos mm al acercarse
rigimos caudalmente resecando la aponeurosis a la extremidad ósea. El sector aponeurótico
de cubierta del haz clavicular. clavipectoral es seccionado a partir de la bre
Se individualiza el límite generalmente im cha producida por la sección del tendón y so
preciso entre el haz clavicular y el-esternal y bre los troncos ne,rviosos del plexo braquial y
lo disecamos desde la vecindad de la articu para la sección del s·ector péctoro-axilar se in
lación esterno-clavicular hacia el brazo. Co troducen pQr la brecha citada, uno o dos dedos
mo generalmente no existe un verdadero in que sirven de protección al paquete vascu-
tersticio entre ambos haces y ellos intercam lar (Fig. 7).
bian fibras, esta maniobra produce leves he En nuestro medio, Mérola penetr. este pla
morragias que es necesario yugular. no a través de la vaiña del córaco-braquial y
Es importante libErar sólo lo estrictamente desde allí continúa hacia la coracoides, para
necesario, para evitar decolar el espacio in s1occionar entonces el tendón del pectoral me
terpectoral, dado la existencia de redes lin nor.
fáticas en la zona. Posteriormente se secciona Con cualquiera de estas maniobras queda
rá el sector del tendón braquial cosrspon expuesta la cavidad axilar para su disección.
diente a los haces esternal y esterno-abdomi
nal, conservando el correspondiente al haz cla Hemos visto que existen razonables argu
vicular. mentos favorables a la conservación de los
pectorales y esas técnicas tienen amplia difu
sión actual. Existen variantes en las indica
El segundo plano de la travesía hacia la axila. cic•n�s y técnicas de estas operaciones subradi
cales.
El segundo plano músculo-aponeurótico vi
sible al desin:ertar el pectoral mayor de la • Mastectomía con aponeurectomía del pe,c
clavícula y traccionar de su tendón braquial, toral mayor y exéresis d·el pectoral menor
o luego de penetrar entre los hac- es clavicular ( Operación de Mérola).
y esternal del pectoral mayor, está constitui PropueGta en caso de tumores ·pequeños, li
vipedoroaxilar. bres de lc•s planos profundos, preferentemente
302 A. DEL CAPO
Los músculos intercostales no m-erecen ma Meyer comentando en 1917 (129) aportes
yores cc-nsideraciones. No son tocados en la técnicos a los ya enunciados por Halsted y él
mastectomía radical. mismo, dice que la única modificación en la
Al serrato mayor plantea algunas conside parte _profunda de la operación es la pre-pues
raciones. ta por Handley.
Algunos autores resecan sectores de este A pesar de que los casos en que Handley se
músculo con dos criterios: basó para recomendar esta variante técnica se
• Resección de un sector muscular en tu rían hoy día considerados inoperables (Haa
mores profundos, vecinos al sector en cuestión. gensen), muchos autores coinciden en la resec
• Resección de la 4- digitación del múscu ción de la vaina rectal, lo que por otra parte
lo, por la existencia (inconstante) del grupo no agrega morbilidad a la técnica.
ganglionar de Bartels. Este diecutido grupo
ganglionar, de topografía subaponeur-ótica, se Curiosamente no existe ninguna precisión en
situaría sobre la citada digitación (28, 59,174). cuanto a la extensión que debe darse a la re
La aponeurosis del serrato mayor sí debe ser s2-cción de la hoja anterior de la vaina rectal.
resecada, lo que plantea un problema en casos La resección de la hoja anterior de la vaina
en que se des2-e corn:ervar la inervación mus r-ectal homolateral se plantea en los tumores
cular. Ver disección axilar. de lc,s cuadrantes inferiores (76, 77,172,182,)
La vaina del recto anterior del abdomen me sobre todo en aquellos del cuadrante ínfero
rece unas palabras. interno, aunque algunos autores extienden la
Handley reccmendó la extirpación de ambas indicación de dicha resección a todos los tu
vainas rectales y Halsted adoptó este criterio mores voluminosos o con axila clínicamente in
en 1907. vadida (139).
Vaciamiento axilar
La jerarquía del vaciamiento axilar en la Las inyecciones cadavéricas, los estudios
mastectc,mía por cáncer no merece comentarios. scintigráficos . linfográficos (94) y el análisis
de la secuenci� con que se invaden los grupos
¿Cuál debe s-e r la extensión del, vaciamien linfáticos en la evolución del cáncer de ma
to axiiar en el tratamieento del cáncer de ma ma (7·7), permiten extraer como ccnclusiones
ma? conceptuales:
La mayor parte de los cirujanos realizan va a) ne existen grupos ganglionares axilares
ciamientos axilares totales que comprenden to afectados preferencialmente al drenaje
dos los ganglios axilares. Pero un grupo cada linfático de la mama;
vez mayor de cirujanos, frente a cáncer•es e,n
etapas precoces, realiza vaciwm.ientos axilares b) no existen grupos ganglionares axilares
limitados, que fundamentalmente res2can los afectados en forma diferencial al drena
grupos basiaxilares, comunicando resultadm je linfáticc• de la mama o al del brazo.
alejados comparables o superiores (24.,8,6). Estos argumentos deponen en favor del va
Pretendiendo dar una respuesta a esta difí ciamiento axilar total.
cil pregunta, analizaremos hechos anatómicc,s ,Estudios linfográficos c• uidadosos realizados
y oncológicos. por Kendall (103) y por Rendall (153) en pa
cientes con vaciamientos axilares por cáncer
A) Hechos anatómicos. mamario demuestran la conservación, de vías
linfáticas axilares subsidiarias y de vías ex
Los tres grupos ganglionares axilares mas traaxilares suficientes para el drenaje linfáti
altc,s, de acuerdo a la sistematización de Poi co del brazo. Este hecho junto con la clínica
rier, Cúneo y Rouviere (158), el braquial, el demue,tra que pueden realizarse vaciamientos
central y el subclavicular, contraen relaciones axilares de este tipo sin suprimir el drenaje
íntimas con las caras anterior, inferior y pos linfático del brazo.
terior de la vena axilar (77).
La cara superior de la vena está habitual B) Hechos oncológicos.
mente libre de relaciones linfáticas directas y
por encima de la vena no ·existen vías linfá Los vaciamientos axilares limitados a deter
ticas · dire-ctamente relacionadas con el drenaje minados grupos ganglionares serían oncológi
linfático de la mama. . camente inobjetable•s si fuera posible determi
Por otra parte hay consenso mayoritario en nar con precisión qué ganglios se encuentran
que si por encima de la vena se encuentran colcnizados.
ganglios colonizados por un cáncer de mama, No existe por el momento ningún procedi
es muy dud;o que el caso tenga indicación miento diagnóstico paraclínico (preoperatorio)
quirúrgica. seguro.
304 A. DL CAPO
El diagnóst, ico peroperatorio es también in ¿Cuáles son los límites del vaciamiento axi
seguro. .Ganglios macroscópicamente normales lar para el tratamiento del cáncer de mam.a?
pueden tener colonizaciones microscópicas, si
bien su significado pronóstico sería estadística Límite craneal.
mente semejante al de la no invasión ganglio
nar ( 147). Ganglios macroscópicamente agran Ya se han expuesto las razones pe,r las que
dados pueden estar colonizados o pueden es la vena axilar por sus caras anterior, infe
tar agrandados por un proceso reacciona! de rior y posterior constituye el límite craneal
hiperplasia linforreticulohistiocitaria cuya sig natural del vaciamiento en el plano pedicular
nificación y la conducta terapéutica que de Figs. 8 A),
ella deriva son aún puntos en discusión (56). Sin embargo se debe avanzar por encima de
El estudio histológico extemporáneo no se� la vena tanto en el plano prepedicular como
luciona el problema; como todo estudio histo en el retropedicular.
lógico debe ser singularmente minucioso para En el plano prepedicular muchos autores re
ser confiable (77) y las técnicas histológicas secan el pedículo grasoso prepedicular, más
utilizadas en los estudios extemporáneos son por razones de simplificación técnica que por
demasiado groseras. razones cncológicas (93). Sin embargo otros
Frente a las dificultades por el momento autores no lo resecan (77).
insalvables de diagnóstico seguro de exteneión En el plano retropedicular, el vaciamiento
de la invasión axilar, resulta más prudente debe incluir la lengüeta fibrolinfograsosa re
realizar vaciamientos axilares totales. 'tropedicular que establece comunicaciones ana
tómicas y linfáticas con la base del cuello.
Puede objetarse que el significado pronósti Su resección es exigida por la correcta lim
ce, de la invasión axilar varía con el nivel pieza de la cara posterior de la vena y por
ganglionar alcanzado. Estudios de Haagen una interrupción linfática adecuadas, como han
sen (74) y de Auchincloss (12) muestran que insistido la mayor parte de los maestros de
la sobrevida a los 10 años es de 25 a 30 % la cirugía uruguaya.
cuando sólo están invadidos los grupos basi
axilares, descendiendo a 6 % cuando se inva
de el grupo subclavicular por lo que estos au Límite medial.
tores consideran a las pacientes con ganglios En su parte más elevada debe llegar hasta
subclaviculares colonizados "incurables" por la donde la vena axilar se continúa con la sub
cirugía. clavia por debajo de la clavícula.
Sin embargo ilustran con ejemplos clínicos Por debajo debajo de este punto debe llegar
exc,epciones a este concepto. Sin descenocer a la totalidad de la pared lateral del tórax
la seriedad de estos trabajos, entendemos que desde las inserciones torácicas de los pedo
aún con. ganglios subclaviculares colonizados rales y sus fascias (adelante) hasta el fondo
el vaciamiento axilar total permite rescatar del diedro escapulotorácico (atrás). La mayor
ese 6 % , ganando así entre esas pacientes un parte de este límite lo constituye la cara su
porcentaje pequeño pero valioso. perficial o convexa del músculo serrato ma
yor (Fig. 8 B).
En conclusión:
En el estado actual de nuestros conocimien Límite lateral y posterolateral.
tos y de nuestros recursos diagnósticos aque Es muy extenso pudiendo distinguirse tres
llos cánceres de mama que por sus caracterís niveles en sentido céfalo caudal.
ticas son tributarios de un tratamiento. quirúr El nivel superior está dado por el pasaje
gico de exéresis radical, deben ser sometidos axila-braquial, punto que con la axila expues
de principio a un vaciamiento axilar te-tal (de ta y el brazo en abducción de 9- º correspon
todos los grupos) como parte esencial del pro de al cruce del pedículo con el borde inf-ero
cedimiento operatorio. ext-erne, del tendón del gran dorsal. . cruce
Las relaciones de los linfáticos con las de del pectoral mayor con el pedículo, límite ana
más estructuras de la axila determinan que tómico, no sirve como límite quirúrgico por
este vaciamiento tenga como limite la vena que el tendón está seccionado a ras de sus in
axilar, cuyas caras anterior, inferior y poste serciones humerales.
rior deben ser cuidadosamente disecadas. El nivel medio correspe,nde respectivamente
Los vaciamientos con esqueletización del pe de afuera adentre, a:
dculo axilar o con vaciamiento suprapedicu -la piel de la base de la axila cuya mo
lar realizados por algunos autores(93) carecen vilización se hace durante el labrado del col
de justificación oncológica y son fuente poten gajo externo;
dal de com?licacie•nes postoperatorias(151, 174). -el borde ínfero-externo del dorsal ancho
En algunas circunstancias de excepción fren con la inserción de la aponeurosis posterior
te a cánceres de mama precoces y de lenta de la axila (ligamento de Mérola) (188);
evolutividad en pacientes de edad avanzada o -los músculos de la pared posteroexterna
de riesgo quirúrgico excesivo, pueden indicar del hueco axilar: el dorsal ancho ce•n el redon
se vaciamientos limitados a los grupos basi do mayor y el subescapular. Entre ambos el
axilares. intersticio omohumeral dividido en profundi
dad por la larga pe,rción del triceps en un
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAVIA 305
A B
Frn. 8.-Límites del vaciamiento axilar (línea interrumpida). A) En un corte de la axila según un plano sagi
tal. B) En un corte de la axila según un plano horizontal.
pasaje externo para el pedículo circunflejo por cáncer de mama se presta a discusión, he
(habitualmente no visto en el vaciamiento axi mos elegido la consideradón detallada de tres:
lar por cáncer de mama) y un pasaje infero -la vena axilar;
interno para la rama posterior del pedículo -el nervio del serratc• mayor;
escapular inferic,r. .el pedículo escapular inferior.
El nivel inferior corresponde al diedro for
mado por la cara anterointerna del gran dor A) La vena axilar.
sal y la pared lateral del tórax, espacio ce
luloso de deslizamiento ocupado por la rama · Este voluminoso integrante del pedículo vas
descendente del pedículo escapular inferior y culonervioso principal de la axila plantea di
sus ramas de división para la piel, el dc,rsal y versos p�oblemas:
la pared toráci-ca, que dispuestas en diversos
planos constituyen los peines descritos por Fi a) Puede o debe resecarse durante el vacia
nochietto (182). . miento axilar por cáncer de mama?
Limite caudal. En los albores de esta •cirugía, razenes on
cológicas y técnicas llevaron a Meyer (129) y
El vaciamiento axilar en sentido caudal des Danis (51), entre otrós, a resecar la vena, en
borda ampliamente la axila, por necesidades algunos casos.
derivadas de la movilización de los colgajos En la década del 30 y luego en la· del 50
cutáneos, de la resección de la totalidad de otros autores retoman esta conducta y bas a
la glándula mamaria, y eventualmente de la des en necesidades técnicas (facilitar el vacia
resección de la vaina del recto anterior del miento que puede realizarse así ·en pocos mi
abdomen. Habitualmente llega a las inmedia nutos) (133) y razones oncológicas (análogas
ciones del reborde costal, pero puede llegar a las que fundamentan la resecdón de la vena
más allá. yugular en los vaciamientos de cuello) reali
zan la resección sistemática de la vena axilar
¿Cuáles son los problemas planteados por di en el vaciamiento por cáncer de mama (133,
versas estructuras axilares cuyo tratamiento 137,178).
quirúrgico se presta a discusión? La vena axilar tiene frecuentes variacic•nes
como la duplicación por convergencia en ple
De las diversas estructuras axilares cuyo tra na axila de las dos venas humerales que la
tamiento en el curso del vaciamiento axilar originan, o la presencia de un canal colate-
306 A. DEL CAMPO
ral venoso por fuera de la arteria que va a punto más distante al órgano afectado por el
desembocar en el sector prc,ximal de la vena cáncer.
luego de pasar entre las dos raíces del ner La manipulación de la mama y de los te
vio mediano. Este canal colateral junto con jidos axilares se · hace posteriormente con la
la vena cefálica •constituyen un sistema de re vía linfática principal bloqueada.
torno funcionalmente muy eficiente, al qu-e de Pero tiene inconvenientes técnicos:
ben sumarse las abundantes anastomosis que -Obliga a la identificación de la vena en
se establecen a través de las colaterales de la el vértice de la axila, lo que no es tan fácil
vena axilar en las paredes de la axila, con como su identificación en la zona externa ya
las venas del brazo y las de la pared torácica, que en ese punto la vena está rodeada de es
la subclavia y las yugulares. tructuras fibrosas resistentes dependientes de
Estos hechos permiten la resección de la vena la aponeurosis clavipectoral y sus engrosa
axilar sin comprometer el drenaje v•enoso del mientos (ligamentos coracoclaviculares).
brazo, a cc,ndición de conservar la cefálica y -Crea dificultads técnicas frente a una he
el canal colateral venoso para lo que. debe rida eventual de la vena al descubrirla por
conservarse el tercio medial de la vena axilar. que en este sector es "donde se hiere con ma
La revisión de la experiencia de los auto yor facilidad y· se repara con mayores dificul
res citados muestra que la resección de la ve tades" (59) sobre todo cuando aún no se la
na con esas -precauciones no determina edema tiene disecada en una extensión suficiente.
mayor (133) ni otras complicaciones de im Pese a sus inconvenientes técnicos, que pue
portancia [se señala un únko caso de embo den considerarse menores porque se subsanan
lismo pulmonar a punto de partida de una fácilmente con un buen conocimiento d e la
trombosis en el fondo de Gaco constituido en región y una técnica cuidadosa, es el sentido
el cabo proximal de la vena (137)]. de disección que deb e seguirse.
Es decir que la vena axilar pueide ser rese
cada en el curso del vaciamiento· axilar poT -de la base al vértice de la axila.
cáncer de mama, sin ma,yoTes consecuencias
sobre el bTazo, a condición de conseTvar su Este sentidc, es cance-rológicamente critica
teTcio medial, la vena cefálica y el canal co ble porque manipula el paquete axilar con sus
lateral venoso. ganglios satélites antes de interrumpir las vías
Sin embargo un análisis d e las razones para linfáticas en el vértice de la axila, lo que pue
rese,carla no permite mantener la justificación de provocar diseminaciones cancerosas más allá
de tal conducta: • los tejidos que se van a re-
de los límites de
secar.
-oncológicamente: -Responde funáamentalmente a razones de co
modidad técnica :eñaladas por Riddel (154),
-no hay razones para resecarla si no es- Tailhefer (174) y otros.
tá invadida; Identifica la vena en el punto en que es
-lo que se invade es la vaina (Semken) más fácil hacerlo y al movilizarla en toda su
no la pared venosa (137); longitud permite una limpieza más cómoda y
-si hay invasión de la pared venc-sa se amplia del vértice de la axila.
considera un caso dudosamente cura
ble (59) o incurable (77) por la ciru -Desde el ter-cio medio hacia
gía, por lo que la indicación quirúrgica los dos extremos.
es discutible.
Este sentido de disección es seguido por al
-técnicamente: facilita en algo pero· no sus gunos autores como Uriburu (182). Merece
tancialmente la realización del va-ciamiento. reparos semejantes a los del sentido prece
Es decir que no existen razone•s suficientes dente desde el punto de vista oncológico.
paTa proceder a su resección sistemática. Técnicamente es también fácil, ya que puede
En suma, la vena axilar puede ser resecada continuar insensiblemente a la resecci6n ·de la
en el curso del vaciamiento axilar por cáncer lengüeta grasosa prepedicular.
de mama, pero no hay razones oncológicas ni
técnicas para hacerlo de manera sistemática.
c) Extensión de la disección en sentido
b) Sentido de la disección. circunferencial.
La disección de la vena axilar puede reali-• Tmbién desde este punto de vista ,e obser
zarse esquemáticamente en tres sentidos dife van diversas conductas que esquemáticamente
rentes: pueden reducirse a tres:
es oncológicamente insuficiente; deja vías lin que deben conocerse para evitar la herida a
fáticas y ganglios, por lo que debe desaconse su nivel.
jarse. -Presenta múltiples afluentes, algunos vo
luminosos, satélites de las colaterales de la a r
-Dis-cción de las caras anterior, inf, erior teria. Los otros son delgados y escapan a toda
y posterior de la vena. sistematización al traccionar de la pieza para
exponer la vena se distienden longitudinal
Es la oncológicamente correcta por las relacio mente y se vacían pudiendo confundirse con
nes linfa-venosas. Plantea algunas dificultades tractus fibrc,3os lo que predispone a su sección
en la cara posterior, fácilmente superables re inadvertida.
clinando la vena en sentido craneal con to Cuando ésta asienta cerca de la desemboca
rundas montadas o con separadores de Fara dura en la vena axilar o cuando se arrancan
beuf, una vez completada la disec-ció:1 de las de ella originan verdaderas heridas . laterales
caras anterior e inferior. del tronco de la vena, a veces sorprendente
mente grandes que obligan a su reparación por
-Disección circunferencial completa sutura de la pared venosa ya que no queda
de la vena. muñón para su hemostasis por ligadura.
De este hecho surge como norma de pru
Es una conducta desaconsejable ya que ca dencia en la disección de la vena no seccionar
rece de fundamento oncológico y no agrega ga ningún "tracto fibroso" hasta excluir con se
rantías derde ese punto de vista. Por otra par guridad la posibilidad que se trate de una vena
te la movilización circunferencial completa de colapsada y aún así zeccionarlo a cierta dis
la vena predispone al encarcelamiento fibroso tancia del tronco para disponer de un munon
y estene-sis extrínseca postoperatoria de la mis que facilite la hemostasis en caso de que la
ma, uno de los factores que se considera cau confusión se produzca.
sa del edema postmastectomía (151, 174). -El tronco- de la vena axilar goza de cier
ta movilidad con todo el pedículo axilar . en
d) Plano y técnica de diseccipn. cuyo borde inferior se encuentra y también
con relación a él. Este• permite que al traccio
Por razones técnicas (mayor facilidad) y nar exce- sivamente de la mama o d,e los pecto
sobre todo oncológicas (los ganglios y vías lin rales al entrar a la axila, ésta se encuentre en
fáticas se encuentran por fuera de· 1a vaina de un nivel más caudal al que cree el cirujano.
la vena axilar) el plano corre-cto de disección En axilas con abundante grasa en que la v-ena
es el plano adventkial. no se visualiza• espontáneamente, este hecho
La vena axilar tiene una vaina tenue pero puede facilitar su herida cuando se realizan
evidente, separada de la pared venora por un maniobras intempestivas sobre el contenido
plano celulosa laxo a favor del que debe efec axilar creyendo que la vena está situada más
tuarse la disección. cranealmente.
Algunos autores modernos como Cady (26) Surge como norma de prudencia basada en
en pacientes con cánceres en -etapas precoces este hecho anatómico, extremar los cuidados
realizan vaciamientos axilares limitados en los en la disección hasta no visualizar con segu
que diseca la vena axilar por un plano extra ridad el tronco de la vena axilar en toda su
adventicial; no se esfuerza en disecarla limpia extensión.
mente sino que la deja deliberadamente cu,
bierta por su vaina y tejide, areolar para pro e) Conducta con las colaterales.
tección de la misma.
En cuanto a la técnica de dis:cción es ac Deben ser tratadas con cuidado para evitar
tualmente inadmisible la disección roma a ga los inconvenientes a veces graves que provo
sas, torundas o disectores romos, preconizada ca su herida en las vecindades de su cenfluen
por algunos de los pioneros de esta cirugía co- cia con el tronco de la vena (herida lateral
me, Danis (51) o Riddel (154). · del tronco). •
La disección debe ser instrumental, a tijera Para ello es recomendable procede� de la
afilada (de extremidad delgada pero roma co siguiente manera:
mo la Metzembaum) y pinza de disección si -Primero disecar cuidadosamente el primer
guiendo los pasos de la técnica vascular habi centímetro contado desde su embocadura en el
tual. Deben recordarse algunas características tronco venoso axilar. Esta disección no debe
anatómicas de la vena axilar de utilidad en su extenderse más allá de lo necesario para una
disección: ligadura y sección cómoda de las colaterales
-Su pared es delgada y permite ver sobre porque de lo contrario dilacera el contenido
todo en su mitad externa las turbulencias de axilar abriendo vías linfáticas, contrariando de
la sangre que circula en su interior. EGta del Ge modo el principio del vaciamiento del con
gadez no .supone fragilidad; la vena es sufi tenido axilar en una sola pieza (vaciamiento
cientemente resistEnte como para soportar sin monoblock).
riesgo excesivo de lesión, las manipulaciones -Emplazar la ligadura proximal ni muy cer
que supone su disección mediante una técnica ca del mismo (lo que puede provocar esteno
correcta. sis o angulaciones) ni muy lejos (le, que deja
-La vena es cilíndrica pero en su mitad fondos de saco excesivamente profundos, sitio
externa suele presentar dilataciones saculares potencial de trombosis, aunque este inconve-
308 A. DL CAPO
niente es más teórico que real). La distancia tice, y que si bien no acarrea consecuencias
debe ser la suficiente para dejar un cabo prc no es una maniobra acorde con las etapas ac
ximal de la colateral que permita ser repin tuales de la evolución de la cirugía.
zado y ligado sin dificultades en caso de des Debe recordarse que sobre todc, en su mi
lizamiento de la ligadura. tad proximal, la vena axilar y su vaina están
-Emplazar la ligadura distal a distancia su vincula-das por abundantes tractos fibrosos a
ficiente como para que se pueda cortar el vaso las aponeurosis d e la axila, lo que la man
sin co,rtar la ligadura. Debe cuidarse esto ;o tienen abierta. En determinados períodos del
bre todo en la cara posterior del vaso. ciclo respiratorio pueden tener un régimen ten
Como el cabo distal se va habitualmente sional subatmosférico. Estos hechos permiten
con la pieza de exéresis interesa sólo una he comprender que la embolia gaseosa pueda com
mostasis temporaria para mantener el campo plicar la herida de la vena axilar como lo hace
exangüe hasta la extirpación de aquélla. - con las heridas de las venas d-e la base del
Por eso algunoo autores para abreviar el cuello.
tiempo operatorio prescinden de la ligadura
del cabo distal y lo mantienen pinzado hasta
la exéresis como recomendaba Meyer (127) y B) El nervio del serrato mayor.
Tailhefer (174). Esta conducta exig e un ma Debe optarse entre su conservación o su sa
nejo cuidadoso de las numerosas pinzas hemos crificio.
táticas que ·quedan en el campo para evitar que Algunas consideraciones anatómicas permi
molesten y que se desprendan pc,r tracciones ten fundamentar la e-lección de una conducta.
intempestivas. El nervio del serrato corre verti-calmente en
También se recomienda la electrocoagula la pared interna de la axila, siendc• un ele.
ción del cabo distal cuando éste no es excesi mento muy posterior las disecciones lo mues
vamente voluminoso. · tran unos 4 cm por detrás de la emergencia
-Finalmente se procede a la sección del de los perforantes laterales y detrás del pedí
tronco de lá colateral. En lo pcsible debe evi culo mamario externo del que a veces lo se
tarse la inclusión en la misma ligadura de la para una distancia considera-ble.
vena y de la arteria corr3.pondiente porque Los ganglios mamarios externos están gene
ello puede dar origen a fístulas arteriovenosas ralmente en relación con _los _ elementos vascu
de las que existen numerosas observaciones eP lares, lo que sería un argumento favorable a
la literatura. la conservación del · nervio; algunas veces, sin
embargo, tienen relaciones bastante estrechas
f) Conducta frente a la herida quirúrgica con el tronco ºdel nervio. Como en un vacia
de la vena axil,ar. miento axilar correcto, en monoblock, liberan
do las láminas que forman el estuche fascial
La disección cuidadosa de la v-ena evita por de la axila, no deben verse, por su ubicación
lo general su -herida. Esta puede sin embar por fuera de la apon. interna (7,6) es aventu
go producirse con características morfológicas rado creer en un vaciamiento cncológicamente
variables (con o sin pérdida de sustancia) y completo si no se reseca el nervio.
a diferentes niveles (en su trayecto axilar o La conservación del nervio tiene razones es
en el vértice) . téticas: evitar la e2cápula ala ta, secuela desa
No entraremos en la consideración detalla gradable sobre todo en mujeres jóvenes.
da de la solución de este incidente. La resección del nervio de1 serrato no de
Sólo señalaremos que todo cirujano que em termina gradc•s iguales de escápula alata en
prende un vaciamiento axilar debe conocer la todas las pacientes, hecho en parte explicable
táctica y técnica elemental de cirugía vascu por las particularidades de la inervación moto
lar para reparar la herida si ésta se produce . ra del serrato, bien estudiada por Dargent.
Debe asimismo disponer del instrumental y Este autor demostró que el músculo serrato
material de- sutura necesario. Frente a la he tiene tres niveles de inervación (Fig. 9A) :
rida no debe intentar una hemostasis instru-
. mental a ciegas que suele ser inefectiva y au --Una superior a través de ramas •inaepen
menta la extensión de las lesiones venosas; por dientes para las dos primeras digitacicnes, que
el contrario debe hemostasiar primariamente nac·e n en C5 y C6, y que se respetan en el va
mediante ccmpresión digital del punto que san ciamiento axilar habitual.
gra, disecar con cuidado los segmentos vascu -Una media, a travé3 del nervio del serra
lares vecinos, y cargarlos con sendas :.ondas to (o de Charles Bell) que inerva las digita
de Nelaton traccionando suavemente de éstas ciones medias del serrato y tiene fibras origi
y aspirando suele lograrse una identificación nadas sobre todo en C7.
precisa de la lesión y una re-paración correcta. -Una inferior dependiente de los intercos
Con estc,s principios puede evitann la heri tales D8 y D9, que inerva las dos digitacic,nes
da de la vena en la mayoría de los casos y inferiores a través de los perforantes laterales.
repararse adecuadamente si ésta se, produce. De acuerdo a la modalidad técnica de va
Así el cirujano no tiene que enfrentarse a ciamiento axilar puede respetarse parte de la
la desagradable alternativa de tener que solu inervación del serrato dependiente de colate
cionar la herida quirúrgica de la vena proce rales, del sector alto del nervio de Charles
diendo a su ligadura, que no es fácil en cier Bell (aunque se reseque su tronco) y de los
tos niveles como en las proximidades del vér- intercc,stales.
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 309
L-----
A : ••••••• ••••
FIG. 9.-Inervación del serrato mayor. A) Esquema de los tres niveles de inervación del músculo. B) Las tres
conductas posibles con el nervio del serrato: I: Clivado de toda la aponeurosis de la pared interna de la axila:
sacrificio del nervio. II: Conservación del nervio ( Haagensen). III: Esqueletización del nervio.
Las conductas con el nervio del serrato GOn En efectc•, el tronco del nervio transcurre
esquemáticamente tres: por fuera de la aponeurosis interna de la axi
-El sacrificio sistemático del nervio (Fig. la y en su trayecto da colaterales posteriores
2 B-I). Se considera una conducta oncológi para las diversas digitaciones, a las que llegan
camente segura: deja una secuela funcional después de perforar la aponeurosis. Tanto la
sin importancia vital, en aras de la radicalidad. dis-ección extensa del nervio como el clivadc
Fue la conducta prevalente en la épc,ca en que de la aponeurosis interna hasta el fondo del
la técnica del vaciamiento alcanzó su máxima diedro escapulo-serrático secciona las colate
perfección sin que paralelamente estuvieran rales, en forma tanto mayor cuantc, ás ex-
tan bieri establecidas las indicaciones correc tensas sean estas maniobras. •
tas del tratamiento quirúrgico. Actualmente -La conservación del tronco del nervio sin
no es la conducta mayoritaria y muchos auto movilizarlo, conducta seguida por Haagen
res la condicionan a la edad de la paciente (si sen (77) (Fig. 9 B, II).
es avanzada la secuela estética es menos im Este autor, basado en que los ganglios es
portante) y a la presencia -clínica y op-eratoria tán sobre todo por delante del nervio del se
de adenopatías axilares sospech2as ( 182). rrato y a cierta distancia de él, y en los in
-La conservación sistemática del tronco del convenientes de la disección o movilización de
nervio (59,139,172,174), despojándolo de to su tronco, cliva la aponeurosis interna de la
das sus conexiones (Fig. 9 B, III). Oncológica axila de adelante atrás hasta inmediatamente
mente es una cc-nducta criticable con el agra por delante del nervio•, línea en que cambia de
vante de que la esqueletización del tronco del plano y avanza hasta el fondo del diedro es
nervio es una maniobra que por la desvaE-CU capulo-serrático a favor de un plano extra
larización, por el traumatismo y sobre todo por nervioso, extra-fascial, verdaderamente intra
razones anatómicas puede determinar una de axilar.
nervación del serrato casi igual a la que pro Esta conducta, inobjetable respecto a la con
voca la resección. servación de la inervación del serrato, contra-
310 A. DEL CAMPO
ría el princ1p10 de la dise,cción axilar mono técnica, porque de lo contrario se producen in
block, y es cancerológicamente reprochable, cidentes desagradables (s/t hemorragias difí
pero no debe desconocerse que este autor por ciles de cohibir) o dificultades técnicas (nece
el rigc,r de los métodos de selección, opera sidad de ligar el mismo vaso en más de un
pacientes con axila frecuentemente no invadida. lugar).
Personalmente pensamos que para los cán Primeramente debe ,seccionarse entre ligadu
ceres que nosotros operamos es más seguro ras el o más raramente los troncos de la vena
desde el punto de vista cancerológico resecar escapular, maniobra exigida por su ubicación
el nervio, salvo casos especiales. La secuela anterior en el p·edículc.
no es ni tan acentuada ni tan importante co Visualizada la arteria las conductas depen
mo para conservar el nervio, concediéndole in den de la longitud presentándose esquemáti
dudables ventajas al cáncer. camente dos situaciones que han sido bien
sistematizadas por Tailhefer (174,).
C) Pedículo escapular inferior. Nervios del --Si el tronco es largo (Fig. 10 A) debe sec
dorsal ancho y redondo mayor. cionarse lo más altc, posible entre ligaduras.
El cabo distal manejado con una pinza se re
Se tratan en conjunto por la intimidad de bate hacia abajo con lo que se tensa la rama
sus relaciones. posterior. Esta debe ligarse cuidadooamente,
El pedículo escapular inferior nace por un asegurándose que se incluyen todos sus compo
tronco habitualmente único de la cara inferior nentes; luego debe seccionarse. Esta maniobra
del pedículo axilar en el tercio externo de, su evita la retracción del cabo distal de la rama
trayecto, cerca de la entrada al brazo. posterior en la profundidad del intersticio mus
Tiene un grueso componente venoso anterior, cular, incidente que origina copiosas hemorra
y por detrás la arteria que suele ser la cola gias por la importancia de las anastomosis pe
teral más voluminosa de la arteria axilar. riescapulares, siendo difícil de retomarlo para
Después de un recorrido variable, que per hemostasis.
mite reconocer troncos cort-s y troncos lar Una vez seccionada la rama posterior se pro
gos (174), se divide en dos ramas: sigue la rama descendente que se libera de
-Una posterior que se introduce en el sus cc,nexiónes con las paredes axilares a tra
triángulo de los redondos. vés de los "peines" lo que exige ligaduras múl
-Una descendente que baja por la axila, tiples y cuiaddosas.
dividiéndc,se en rama,s que constituyen los -Si el tronco es corto [e, siempre para otros
"peines" de Finochietto (181) ya señalados. autores (59)] (Fig. 10 B) se liga la rama des
El nervio del dorsal ancho cruza en íntima cendente en su origen. Se conserv, así el tron
relación la cara anterior de la rama desc,en co y la rama posterior, pero ambos deben r,er
dente y el nervio del redondo mayor, la cara disecados despojándose de sus conexiones celu
posterior. lolinfáticas para asegurar un vaciamiento com
Los ganglios del grupo escapular, prome pleto; de otra manera pueden quedar ganglios.
dialmente unos 6 de acuerdo a los estudios
Haagensen, contraen estrechas relaciones tan
to con el tronco, como con la rama descen
dente del pedículc, vascular y los nervios ci ¿CiiáL es la ubicación cronológica del vacia
tados. miento axilar en La mastectomía por cáncer?
Este hecho fundamenta la necesidad de una �n los pasos técnicos de realización de una
resección monoblock del pedículo y los ner0 mastectomía por cáncer, el vaciamiento axilar
vios para efectuar un vaciamiento oncológica puede ubicar.e:
mente seguro. a) Entre el tiempo musculc-aponeurótico de
No existen razones funcionales para ccn abordaje axilar y el de desp:endimiento de la
servar los nervios: la resección de éstos pro pieza.
voca una degeneración del dorsal ancho y del
redondo verificables eléctricamente (174), pe Esta modalidad técnica conocida como "axila
primera" integró la secuencia operatoria en es
ro sin que ello condicione una impotencia fun
cional de importancia: sólo se comprueba una ta ubicación en el procedimiento descrito por
debilidad apenas perceptible de la adducción W. Meyer.
y rotación interna del brazo (77). b) Luego de ambos tiempos musculares,
Contrariamente a lo observado con el ner esto es como último paso de los tiempos de
vio del serrato, la tendencia mayoritaria es a exéresis, modalidad conocida como "axila úl
la resección de estos nervios: tima" y sostenida por W. Halsted.
-En forma sistemática, como lo hacen Me Ambas mcdalidades tienen ventajas e incon
yer ( :27), Spratt (172.), Uriburu (182.) y Haa venientes que analizaremos sumariamente pa
gensen (7 7) entre otro. ra fundamentar la opción por una u otra.
�cuando encuentran ganglios axilares colo
nizados, come, aconsejan Tailhefer (174), Fey Axila primera.
(59) y Orr (139).
Otros autores como Hourtoulle (91) aconse Se le atribuyen ventajas sobre todo de ín
jan su conservación. dole oncológicas.
En la resección del pedículo vascular esca -El vaciamiento inicial de la axila, sobre
pular deben seguirse pasos sistematizados de todo si éste se inicia por el vértice blc,quea
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 311
• •
A B
X
FIG. 10.-Conducta con el pedículo arterial escapular inferior: A) Tro,co largo. Sección del tronco; rebatimien
to de su cabo distal. para ligar su rama posterior. B) Tronco corto. Resefción · de la rama descendente conser
vando el tronco (que debe despojarse del tejido celulo-linfático) y la rama posterior.
primariamente la vía linfática principal en el Sus detractores le objetan razones sobre todo
punto más distante de la mama. oncológicas entre las que las de mayor peso
-Al desprender la pieza se-ccionada las in son:
serciones torácicas del pectoral de atrás ade -Deja relegado para el final la interrupción
lante, facilita el dominio independiente de los y extirpación de la vía linfática principal. Al
pedículos perforantes. gunos autores reconociendo la validez de esta
-No disloca el plano interpectoral evitando objeción, para no renunciar a las evidentes
la abertura de vías linfática5. ventajas técnicas, realizan de entrada una li
Accesoriamente se le atri-buyen algunas ven gadura de los colectons linfáticos perivenosos
tajas técnicas como la de ser más anatómica. en la grasa del vértice de la axila. Entende
Se ha señalado como obje-ción oncológica mos que esta maniobra es válida pero que la
que la compresión de la pieza necesaria para realización de la mastectomía con esta secuen
mantenerla efovada, se hace mientras se man cia ne, corresponde conceptualmente a la mo
tienen permeables las vía- linfáticas media dalidad "axila última".
nas, le, que favorecería la diseminación opera -La desinserción torácica de lds pectora
toria por las mismas. les desde la línea media hacia afuera es téc
Sin embargo no se ha demostrado que con nicamente más dificultosa y si no se está bien
una manipulación cuidadosa, este riesgo sea familiarizado con ella, los error-es de realiza
real, y por otra parte esta ruta linfática es ción producen una · dislocación mayor en las
una vía secundaria. S.e señala ce-mo objedón vías linfáticas interpectorales.
técnica que mantiene a un ayudante ocupado Resumiendo puede decirse que: si se busca
exclusivamente en elevar la pieza hacia la lí una facilitación del vaciamiento axilar, éste
nea media durante la mayor parte de la ope debe dejarse para el final come• lo hacía Hals
ración. ted; si se busca una operación conceptualmen
te más correcta desde el punto de vista onco
Axila última. lógico, el vaciamiento debe ser hecho de en
trada y comenzando por el vértice ceno lo ha
Sus ventajas son sobre todo técnicas. El va cía Meyer.
ciamiento axilar se ve muy facilitado por el Sin embargo debe reconocerse que las ob
hecho de que al volcar la pieza hacia afuera, jeciones oncológicas señaladas para el proce
sta cae por gravedad "desta,pande," la· axila. dimiento "axila última" no han sido demos0
312 A. DEL CPO
-Que una vez seccionados o resecados los Contiene grasa, 2. a 6 ganglios linfáticos pe
músculos, la verdadera entrada a la axila se queños y cordones linfáticos gruesc-s en la su
realiza cuando se atraviesa la aponeuross cla perficie interna de la vena.
vipectoroaxilar. La dsección del vértice en el curso del va
-Que Una entrada correcta desinserta los ciamiento axilar debe ser completa y al mis
bordes de esta aponeurosis· de la pared torá-" mo tiempo muy meticulosa por la pequeñez
cica, de la clavícula y la coracoides, del múscu de los tejidos a resecar y por la friabilidad de
lo coracobíceps y de la piel de la base de la las estructuras sobre todo la vena cuya heri
axila, mediante las maniobras de Riddel y de da a nivel del pasaje es de difícil solución.
Mérola. En el vaciamiento primero de la axila, la in
La travesía de esta aponeurosis por su cen serción esternocostal más alta del pectoral
tro debe considerarse una maniobra oncológi suele molestar para el vaciamiento del vérti
camente incc-rrecta porque conduce al conteni ce por lo que es conveniente proceder a su
do axilar dislocándolo y destruyendo la con desinserción, colocando el índi-ce por debajo
tinuidad del estuche fascial. La delgadez de de él para proteger el paquete.
esta aponeurosis en algunos sectores como el Debe marcarse la zona en la pieza o inclu
clavipectoral dificultan conservarla íntegra. so enviarse en frasco separado al patólogo para
un estudio minucioso de la miema con fines de
B) Disección-desconexión del pedículo estadificación anatomopatológica segura del
Vasculonervioso. caso (77).
Está centrada en la vena y en la ligadura
y sección de las colaterales ya analizadc-s. D) vaciamientq axilar piropiamente dicha..
El paquete grasoso prepedicular, que cubre
la cara anterior del sector medio del paque La secuencia del tratamiento de las paredes
te, es resecado por algunos autores como Hu axilares (interna y posteroexterna) es varia
guier (93) y conservado por c-tros como Haa ble, comenzándose generalmente por la pared
gensen (77). interna como lo hacía Riddel (154).
En la cara anterior d e la vena, cerca del
vértice, debe contarse con la presencia de ele 19) Pared interna.
mentos arteriales y nervio:os prevenosos que
dependen de los vasos acromiotc,rácicos y del La aponeurosis interna de la axila, que es
asa de los pectorales. Deben res-ecarse entre distinta del perimisio del serrato, se identifi
ligaduras, cuidando la conserva-ción de la iner ca en la zona anterosuperior, continuando ha
vación del haz clavicular del pectoral mayor cia abajo la disección de la pared interna del
si éste ha sido re:.petado. Como los vasc•s acro vértice.
miotorácicos son seg'uidos por los linfáticos de Una vez identificada la fascia se introduce
la vía transpectoral de Grossman, algunc-s au el dedo índice o un instrumento romo que ve
tores que toman como límite del vaciamiento rifica que se está en el buen plano y que de
la vena, realizan el vaciamiento celulolinfáti cola la fascia atrás hasta el fondo del diedro
co de los vasos acromiotorácicc,s, que consti escapulo-serrático: abajo hasta el límite de la
tuye en realidad un vaciamientc- supravenoso. axila; arriba muy altc, -continuándose con el
En la cara inferior por detrás de la vena lado interno del vértice fibrolinfograsoeo re
deben seccionarse algunas colaterales arteria tropedicular.
les (mamaria externa y escapular inferior) y Esta maniobra levanta los ganglios mamarios
nerviosas (dorsal ancho, redondo mayor, se externos y el nervio del serrato cuyo trata
rrato). miento ha sido comentado.
Debe finalmente señalarse que algunos au Debén seccionarse: las ramas torácicas de
tores insisten en la ligadura de la grasa en la mamaria externa; las arterias perforantes
el vértice de la axila y en la ·entrada al bra lateralee; los perforantes laterales de lo§ ner
zo para disminuir la incidencia de ce-lecciones vios intercostales. que algunos autoes aconse
linfáticas postoperatorias. jan ligar para evitar neuromas dolorosc•s (174).
Entre · ellos se destaca por su importancia el
C) Vaciamiento idel vértice. nervio intercostohumeral, perforante lateral
del 29 espacio, que -por su relación íntima con
La zona del vértice, que se proyecta deb·a el grupo ganglionar central de la axila no
jo del tercio medio de la clavícula, tiene para puede ser conservado. Su. sección provoca de
Haagensen la forma de una pirámide con: acuerdo a su importancia, grados variables, en
-Vértice en el pasaje axilosupraclavicular general transitorios, de hipoestesia en cara in
de la vena. terna del brazo.
-Base en los vasos acromiotorácicos. Algunos autores por la posibilidad de la
-Pared anterior en la aponeurosis clavipec- existencia del ganglio intercostal externo de
toral. Bartels que comunicaría con las vías linfáti
cas intercostales, aconsejan incluir en la resec
-Pared interna en la segunda digitación del ción las digitaciones 4 y 5 del serrato (51,174).
serrato, y el primer espacio intercostal. Se señala por parte de otros autores la extra
-Pared externa en la vena axilar. ordinaria rareza de este ganglio (158).
314 A. DEL CAMPO
Axila Axila
positiva negativa
23 %
4.9 %
5 %
.
Lavigne (110)
Livingston
(168 casos)
La terapéutica inicial, de intención curativa, -Esta forma de proceder, basada en datos es
en el cáncer de mama es quirúrgica. Ella pre tadísticos, puede ser insuficiente e inadecuada
tende dcminar la enfermedad neoplásica cuan a la realidad propia de cada paciente en par-·
do ésta se encuentra en etapa loco-regional. ticular.
Está ·dirigida al tumor, la mama en que asien La biopsia clasifica, estadifica el caso y de
ta y sus territorios linfáticos regionales. ella derivará la conducta. La biopsia mama
Por las razones anatómicas y estadísticas ria interna .puede realizarse en diferentes mo
presentadas, creemos que el abordaje de la ca mentos del plan terapéutico. Puede realizarse
dena mamaria interna en el cáncer de mama en una etapa previa o simultánea con la in
está justificado, cuando existe una cc,rrecta se tervención quirúrgica del caso. Dentro de las·
lección de casos. biopsias peroperatorias éstas pueden realizarse,
al inicio- de la intervención, con la fi.lidad
Justificación y técnicas de la biopsia de adecuar la extensión de la inteivención a
mamaria interna. la difusión tumoral o al fin de la intervención.
La incisión:
Handley R. S., Haagensen y Lavigne (85,
77, 110) sdn partidarios de una incitsión verti
cal paraesternal.
· Hovnanian (92) revisa este aspecto y conclu
ye que la incisión paraesternal presenta defec
tos. Tiene inconvenientes de cicatrización, pue,s
si se realiza posteriormente una incisión de FrG. 15.- Distribufüón de adenopatías mamarias inter
mastectomía a eje oblicuo, queda entre ambos nas, según el estudio anatómico de Ju.
abordajes un puente de piel mal o insuficien
temente vascularizado, lo que puede condicio incluye sistemáticamente un sector de por lo
nar la necrosis del mismo. menos un cartílago costal.
Por ello proponen una incisión transversal,
a la altura del .29 espacio intercostal, desde la La reconstrucción parietal se realiza plano
línea media y e,xtendida unos 6 a 7 cm. por plano. Correctamente realizado el proce
dimiento comporta- una morbilidad mínima.
Si bien el destino final del enfermo ce,, munitarios aún en las primeras etapas del cc,
cáncer de mama depende de un diagnóstico nocimiento, la reparación de la brecha cutá
precoz que sorprenda a la enfermedad en eta nea tiene una enorme influencia en la mor
pa loco-regional, de un tratamiento reseccio bilidad postoperatoria y en la aparición o no
nista adecuado y de factores biológicos e in- de secuelas de importancia funcional y estética.
Cierre y drenajes
El cierre de la mastectomia. Es necesario poner énfasis en la necesidad
de renunciar al cierr-e directo cuando no están
Cómo debe realizarse? ¿Qué posibilidades dadas sus condiciones básicas.
existen? Condiciones del cierre directo o sim En estas situaciones se deberá' recurrir a
ple. Solucione-s cuando lo anterior no es po procedimientos de cirugía reparadora para el
sible. cierre cutáneo.
Las dificultades en el cierre pueden ser pre
En la mayoría de los casos, seleccionando vistas en algunas situaciones, especialmene en
bien la incisión y con un buen de,colamiento casos de mamas pequeñas, tumores muy peri
de colgajos se puede lc,grar el cierre directo féricos y en tumores mamarios en el hombre.
de los planos de cubierta. En otras circunstancias las dificultades surgen
Existen condiciones ineludibles para poder luego del tiempo de exéresis como un hecho
efectuar el cierre directo. Este debe ser he imprevisto.
cho sin tensión, con colgajos bien vasculariza Frente a ello pueden adoptarse dos posiciq
dos (2.2, 134,135) y con el brazo en abduc nes. Dejar el cierre cutáneo a un segunde
ción de 90 º . equipo constituido por cirujanos plásticos o
El descuido de estas normas conduce a un capacitarse en técnicas y procedimientos que
porcentaje elevado de necrosis cutánea y de permitan cumplir esta función.
hiscencias, retardos de cicatrización y evolu Pero hay algo que el cirujano general no
tivamente cicatrices viciosas, funcionalmente puede ignorar ºY es le, que no debe hacer, co
inadecuadas, dolorosas y estéticamente inacep mo el forzar un cierre directo en condicione s
tables. inadecuadas.
No es frecuente que el cirujano jerarquic·e Procedimientos de reparación. Deben dis
adecuadamente lo que significa una necrosis tinguirse diferentes recursos para lograr la co
cutánea, o una cicatriz viciosa. Pero muchas bertura cutánea.
complicaciones postoperatorias están vincula 1) En casos de piel con buena elasticidad
das a ellas y ad·emás juegan un papel impor se puede, profundizando y ampliando los de
tante en complicaciones evolutivas como el colamientos, lograr la unión sin tensión de los
edema braquial y el hombro rígido (63, 168, bordes de piel. Este recurso alarga la inter
172,179). vención quirúrgica, es muchas veces sangran-
,__�
--
,...�.,_
�-Y
,
Consideraciones finales
No pr,etenderemos resumir lo •expuesto por con o sin vaciamiento axilar y con o Gin- roent
los integrantes de lá mesa respecto a los as genterapia.
pectos técni.cos vinculados a la mastectomía Las estadísticas se inclinan levemente a fa
radical y Gubradical. vor de las técni.cas por nosotros comentadas.
No podemos en cambio eludir ciertas consi Los problemas técnicos presentarc,n nume
deraciones. rosos aportes desde los orígenes de la mastec- ·
Las limitacion·es de tiempo han obligado a tomía radical hasta hace, unos 25 años. Poste
dejar de lado otras técnicas d,e actual vigen riormente el centro de interés se ha despla
cia, ·Como la tumorectomía y mastedomía sec zado.
torial con roentgenterapia (mejor sería deno El éxito terapéutico correspoQde a los casos
minarlas roentgenterapia con re2.ección local donde la cirugía extirpa todos los tejidos afec
del tumc•r primario) y la mastectomía simple tados y €S lógico admitir que cualquiera de
322 A. DEL CAPO
las técnkas enumeradas podría lograrlo, y de Technique employed is arbitrarily divided into four
hecho lo logra, en porcentajes variables a ca chapter that deal with skin resection in mastectomy
da una. [Curaciones a 10 añc•s con mastecto and commonly employed incisions; muscles in mastec
mía simple: 2,6 %, con técnica de McWhir tomy; technical aspects and characteristics of axilary
ter: 32, % y con tumor,ectomía: 50 % (75)]. dissection; closing of mastectomy and its different pos
Por ello el desplazamiento del centro de sibilities.
interés hacia el pretendido conocimiento del Subradical and extended techniques are discussed
estado de difusión en que es sorpr,endidc• un in their technical and tactical aspects.
caso dado.
Análisis estadísticos permitieron prever que Palabras clave (Key words, Mats c!és). MEDLARS:
un porcentaje de casos considerados operables Mllstectomy. Breast neoplasms / surgery.
eran en realidad enfermedades dseminadas,
donde la cirugía nada podía hacer. Los estu
dios radioisotópicos de esqueleto cc•nfirmaron REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
lo impreciso del diagnóstico clínico-radiológico 1. AGUIAR A. La recidiva local después de la ope
sobre la existencia de metástasis óseas. ración de Halsted. Curso de Graduados ( Clínica
De ahí la opinión creciente de que valorar Quirúrgica "A"). Montevideo, Of. del Libro. 1966.
2. AHUMADA JC y CAVIGLIA A. Estado actual
la efectividad de una técnica por los índices del tratamiento del cáncer de la mama. Congre
de sobrevida, es una manera imperfecta de so Argentiino d;e Cirugía, 29, 1930.
3. ALBANESE AR. Mastectomía subdérmica y va
hacerlo. ciamiento de axila conservando pectorales. Bo!
El rol de lc•s. factores inmunitarios en el Trao Soc Arg-znt Cir, 36: 235, 1975.
4. ANGLEM TJ. The dubious case for conservative
cáncer, ,el factor desempeñado por los ganglios operation in operable cancer of the breast. Ann
regionales no colonizados en ese mismo aspec Surg, 176: 625, 1972.
to y el potencial biológkc, tumoral, dominan 5. ARDAO HA. El cirujano plástico en la opera·
ción de Halsted. Cir P!ást Urug, 4: 41, 1963.
la preocupación actual de los investigadores. 6. ARIEL IM. A conservative method of resecting
Mientras, según la expresión de Handley Jr. the interna! mammary lymph nades en bloc with
radical mastectomy. Surg GynecoL Obstet, 100:
se espera el advenimiento de un nuevo Pas 623, 1955.
teur, que no será seguramente un cirujano, no 7. ARMAND UGON V. Extirpación de los ganglios
debemos olvidar que la mastectomía radical mamarios internos en el cáncer de seno. Bol Soc
Cir Urug, 25: 737, 1954.
contrc-la en el 97 % de los casos la enferme 8. ARONS MS. Significance of cancer cells in ope
dad regional y si bien constituye s,eguramen rative wounds. Cancer, 14: 1041, 1961.
9. ASINER B y VALLS A. Estado actual de la ci
te una mutilación exce,siva para muchos ca rugía de "cadena mamaria interna" en el cáncer
sos, que hubieran presentado iguales resulta de seno. BoL Soc Cir Urug, 27: 5, 1956.
dos éon técnicas menores; la imposibilidad ac 10 . ATKINS" H. Radical mastectomy. Br J Surg, 36:
87, 1948.
tual de determinar cuáles son -ellos, nos man 11. AUCHINCLOSS H Jr. The nature of local Te
tiene hoy en esa línea de ,conducta y esta currence following radical mastectomy. Cancer,
11: 611, 1958.
mesa ha pretendidc• contribuir a la clarifica 12. AUCHINCLOSS H Jr. Significance of location and
ción de aspectos técnicos de la misma. number of axillary metastases in carcinoma of
the breast. Ann Surg, 158: 37, 1963.
13. BERG JW. Modified _ mastectomy for older, poor
RESUME risk patient. Surg Gyne·coL Obstet, 113: 631, 1961.
14. BERG JW. A new sign of favorable prognosis in
mammary cancer: Hyperplastic reactive lymph
Mastectomies dans le cancer du sein. nades in the apex of the axilla. Ann Surg, 177:
8, 1973.
Les exposés de cette table ronde concernant les as 15. BORG'ES F y col. Cáncer de mama bilateral su
pects techniques des mastectomies pour cancer, trai cesivo. Cir Urug, 45: 145, 1975.
16. BOSSANO BOZZO M. Mastectomía radical en el
tent de la mastectomie radicale. cáncer de. mama. Curso de Gradualos ( Clínica
Les divers aspees techniques sont traités en fonc Quirúrgica "A"). Montevideo, Oí del Libro, 1966.
17. BRENIER JL. Résection extra-pleurale en "mo
tion de leur mode de réalisation, leur justification et no-bloc" du sein et des ganglious lymphatiques
leur fondement. mammaires internes et axillaires. Valeur de cette
La technique est divisée, pour les besoins de la intervention dans le traitement du cancer du
sein. Mem Acad Chir, 88: 919, 1962.
cause, en quatre chapitres qui traitent de la résection 18. BUCALOSSI P, VERONESI V, ZINGO L,, CAN·
cutanée dans la mastectomie et des types d'incisions TO C. Enlargel mastectomy for brast cancer.
Am J RoentgenoL Rad Ther Nuct Med, 111: 119,
les plus fréquents; des muscles dans la mastectomie; 1971.
des aspects et modalités techniques du vidage axil 19. BUTCHER HR Jr. Mammary carcinoma: A dis-
laire; la fermeture de la mastectomie et ses diverses cussion of therapeutic methods. Cancer, 24:
1272, 1969.
possibilités. 20. BUTCHER HR Jr. Radical mastectomy for mam
Considérations techniques et tactiques sur le tech mary carcinoma. Ann Surg, 170: 883, 1969.
21 . BUTLER C, CAPRIO G y DOMINGUEZ CM.
niques sub-radicales et élargies. Cáncer de la mama. Montevideo, García Mora
les, 1940.
22. BYRON RL and col. Early control of the blood
SUMMARY supply in radical mastectomy. Surg Gyneco!
Obstet, 120: 823, 1965.
23. CACERES E. Incidence of metastases in the in
Mastectomies in cases of mammary cancer. terna! mammary chain in operable cancer of the
breast. Surg Gyneco! Obstet, 108: 715, 1959.
Conclusions of panel on technical aspects of mas 24 . CADY B. Changing Patterns of Breast Cancer .
tectomies in cases of cancer centre on radical mastec Arch. Surg., 104: 266; 1972.
25 . CADY, B. Modern management of breast can
tomies. cer. Arch. Surg. 104: 270; 1972.
Consideration was given to various technical as 26 . CADY, B. Total mastectomy and partial axil
pects, their application, basi_ and justification. lary dissection. Surg. C!in. North Am., 53: 353,
1973 .
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 3. 23
27. CAPRIO G. Experiencia adquirida en el trata 57. ENGLEBERT DUNPHY J. Modified radical mas
miento del cáncer de la mama. Bol. Soc. Cir. tectomy. Cancer, 28: 1624, 1971.
Ururg., 17: 592, 1946. 58. FERNANDEZ J. C. Reconstrucción mamaria
28. CAPRIO, G. Diagnóstico y tratamiento de los inmediata a la mastectomía. Bol Trab Acad
tumores de la mama. CongTeso Uru , guayo de Arg Cir, 53: 352, 1969.
Cirugía, 49, 1953. 59. FEY B. Traité de technique chirurgicale. París
29. CLAGE,I'T , O. T. What is a "modified radical Masson, 1956. T. V.
mastectomy" and when . should it be tised? 60. FINNEY G. ' A rational approach to the
Col!. Papers Mayo Clin., 58: 514, 1966-67. treatment of carcinoma of the breast. Ann Surg,
30. CONWAY W., NEWMAN Ch. G. Evaluation of 171: 859, 1970.
skin grafting in the technique of Radical Mas 61. FINOCHIETTO R. Cáncer mamario. Incisión de
tectomy in relation to local recurrenc e of car Stewart. Prensa Med Argent, 40: 621, 1953.
cinoma. Surg, Gynecol. Obstet, 88: 45, 1949. 62. FOSSATI G. Cirugía reparadora en la secuelas
31. COSWELL H. D. Excision of the skin in ra de mastectomía. Rev Cir Urug, 36: 245, 1966.
dical mastectomy. Arch. Surg., 61: 305, 1950. 63. FOSSATI G. Cirugía reparadora de la mama .
32. COUGHLIN W. T. Plastic reconstruction of the Jornadas Rioplatenses de Cir. Plástica. Punta
axilla in the. operation for cancer of the del Este , 1969. Cir Plast Urug, 10: 5, 1969.
breast. Surg. Gyvecol. Obstet., 45: 523, 1927.· 64. GALASCO C. S. B. Skeletal metastases and
33. CRILE G. Jr. Simplified treatment of cancer mammary cancer. Int Abst Surg, 135: 988, 1972.
of the breast. Ann. Surg., 153: 745, 1961. 65. GARSIDE E. Mastectomía Radical Clin Quir
34. CRILE , G. Jr. Results of simplified treatment Norte Am, p. 177; Feb. 1961.
of breast cancer. Surg. Gynecol. Obstet., 118: 66. GEWANT W. C. and col. Lymph node-breast
517, 1964. carcinoma interrelations in the tissue culture.
35. CRILE G. Jr. Rationale of simple mastectomy Surg Gynecol Obstet, 133: 959, 1971.
without radiation for clínica! stage. l. Cancer 67. GOLDENBERG' J. S., BAILAR J. C., RAYES
of the breast. Surg Gynecol Obstet, 120: 975, M. A., LOWRY R. Female breast cancer: a Re
1965. evaluation. Ann Surg, 154: 397, 1961.
36. CRILE G. Jr. Treatment of breast cancer by 68. GRABB W. C., SMITH J. Cirugía plástica.
local excisión. Am. J. Surg., 109: 400, 1965. Barcelona, Sa!vat, 1970.
37. CRILE G. Jr. The effect on metastasis of re 69. GRANT R. N., TABAH E. l., ADAIR F. E.:
moving or irradiating regional nades of mice. The surgical significance of the subareolar plexus
Surg Gynecol Obstet, 126: 1270, 1968. in Cancer of the breast. Surgery, 33: 71, 1951.
38. CRILE G. Jr. Results of simple mastectomy wit 70. GRAY J. H. The relation of lymphatic vessels
ho,t irradiation in the treatment of operative to the spread of cancer. Brit J Surg 26: 462,
Stage I Cancer of the breast. Ann. Surg., 168: 1939.
330, 1968. 71.
39. · CRILE G' Jr. Effect of lymphatic obstruction GREENOUGH R. B. I·he handling of early and
on the growth and metastasis of tumors. Surg doubtfull cases of cancer. Ann Surg' 66: 385'
Gynecol Obstet, 128: 1042, 1969. 1917.
40. CRILE G. Jr. Possible role of uninvolved regio 72. HAAGENSEN C. D. A . technique for radical
nal nades in preventing metastasis from breast mastectomy. Surg,ery, 19: 100, 1946.
cancer. Cancer, 24: 1283, 1969. 73. HAA'ENSEN C. D. Diseases of the breast.
41. CRILE G. Jr. Results of treatment of carcino Philadelphia Saunders. 1956.
ma of the breast by local exc1s10n. Surg 74. HAAGENSEN C., OBEID S. Biopsy of the apex
Gynecoi. Obstet. 132: 780, 1971. of the axilla in carcinoma of the breast. Ann
42. CRILE G Jr. Low incidence and morbidity of Surg, 149: 149, 1959.
local recurrence after conservative operations 75. HAAGENSEN C. D. Treatment of early mam
for cancer of the breast. Ann. Surg., 175: 249, mary carcinoma. A cooperat!ve international·
1972. study. Ann Surg, 157: 157, 1963.
43. CRILE G. Jr. Partía! mastectomy for carcino 7"6. HAAGENSEN a. D. andi COOLDY. Radical
ma of the breast. Surg Gynecol Obstet, 136: mastectomy for mammary carcinoma. Ann Surg,
929, 1973. 170: 884, 1969.
44. CROTTOGINI J. Ji Cáncer de mama. Mesa 77. HAAGENSEN C. D. Diseases of the breast.
Redonda. Congreso Uruguayo de Cirugía, 129, Philadelphia, Saunders, 1971. 2� -Ed .
1961. 78. HALSELL J. T. Lymphatic drainage of the
45. CHANDLER SMITH J. The superior treatment breast demostrated by vital dye staining and
far carcinoma of the. breast. Surg Gynecol radiography. Ann Surg, 162: 221, 1965.
Obstet, 132: 284, 1971. 79. HALSTED W. S. The treatment of the wounds
46. CHIFFLEI' A. Cánceres de mama: Limitaciones with special reference to the value of the blood
operatorias. Congreso Argentino de Cirugía, clots in the management of death spaces. John
329, 2: 361, 1961. Hopkins Hosp R ep, 2: 253, 1891.
47. CHIF'FLET A. Cáncer de mama. Mesa Redonda. 80. HALSTED W. S. The results of radical operations
Congreso Uruguayo de Cirugía, 129, 1961. for the cure of carcinoma of the breast. Ann
DAHL-IVERSEN E and TOBIASSEN T. Radical Surg, 46: 1, 1907.
48. 81.
mastectomy with paraesternal and supracla HALSTED W. S. Developments in the skin
vicular dessection far mammary carcinoma. Ann. grafting operation far cancer of the breast
Surg., 170: 889, 1969. J. A. M. A., 60: 416, 1913.
49. DANESE C. and HOWARD J. M. Post-mastectomy 82. HANDLEY W. S. Cancer du sein et son trai
lymphedema. Surg Gynecol Obstet, 120: 797, tement operatoire. París, Maloirve, 1910.
1965. 83. HANDLEY W. S. Parasternal invasion of the
50. DAO T. L. and NEMOTO T. The clínica! sig thorax in breast cancer and its suppression by
nificance of skin recurrence after radical mas the use of radium tubes as an o'erative pre
tectomy in women with cancer of the breast. caution. Surg Gyrve-col Obstet, 45: 721, 1927.
Surg Gynecol Obstet, 117: 447, 1963. 84. HANDLEY R. S. Current concepts in the pri
51. DANIS R. Contribution a l'étude des bases ana mary treatment of operable carcinoma. Cancer,
tomiques de la chirurgie du cancer mamaire. 24: 1270, 1969.
Nouvelle technique de l'ablation du sein. Re 85. HANDLEY R. S. A surgeon's view of the spread
sultats obtenus. Bu!! Acad Roy Med, 8: 47, of breast cancer. Cancer, 24: 1231, 1969.
1928. 86. HANDLEY R. S., THACKRAY A. C. Conser
52. DELARUE M. C. The management of primary vative radical mastectomy (Patey's Operation \
breast cancer. Surg Gynecol Obstet, 118: 133, Ann Surg, 170: 880, 1969.
1964. 87. HENDRICK J. W. Results of treatment of car
53. DEMAREE E. Local recurrence following sur cinoma of the breast. Ann Surg, 146: 728, 1957.
gery for cancer of the breast. Ann Surg, 134: 88. HICKEN N F. Mastectomy. Arch Surg, 40: 6,
863, 1951. 1940.
54. DE NICOLA C. P. El tratamiento quirúrgico del 89. HOLLEB A. and col. The hazard of incomplete
cáncer de mama. Prensa Med Argent, 42: 2425, simple mastectomy. Surg Gyrve,col Obstet, 121:
1955. 819, 1965.
55. DONEGAN W. L. and PEREZ-MESA C. M. 90. HOLMAN C. Cancer of the breast , the prin
A biostatiscal study of locally recurrent breast cipies of surgical treatment. Lancet. 1: 174.
carcinoma. Surg Gynecol Obstet, 122: 529, 1966. 1954.
56. EDW ARDS M. H. Regression of axillary Iymph 91. HOURI'OULLE F. G. Chirurgie des tumeurs du
nodes in cancer of the breast. Br J Surg, 59: sein. Encyclopecü� Médico-Chirurgicale Paris.
776, 1972. Edit. Technique .
324 A. DEL CAMPO
92. HOVNANIAN A. P. A technique for the biopsy 123. MARSHALL KA and CADY B. Local recurrence
of intercostal parasternal lymph nodes. Surgery, of carcinoma of the breast. Surg GynecoL Obstet,
47: 891, 1960. 139: 406, 1974.
93. HUG'UIER J. Atlas de technique operatoire: 124. MATTEUCCI P. Carcinoma de. mama bilateral
Amputation du sein pour cancer. París, p. 108. simultáneo. Rev Cir Urug, 37: 35, 1967.
94. HULTBORN A. Topography of limph drainage 125. MENDOZA CB. Prognostic signifü.:ance of tumor
from mammary g:and and hand to axillary cells in the bone marrow. Surg GynecoL Obstet,
lymph nodes. Int Abst Surg, 134: 190, 1972 . 129: 483, 1969.
95. HULTBORN A. Lymphatic spread of mamary 126. MEROLA L. Actualización en patología mama
carcinoma; role of non-interpectoral lymph no ria. Congreso Uruguayo de Cirugía, 20?, 2: 128,
des on dorsal surface of pectoralis ma,ior 1969.
muscle and of interpectoral nodes. Int. Abst ·127 . MEYER W. An improved method of the radical
Surg, 134: 341, 1972. operation for carcinoma of the breast. Med Rec,
96. HULTBORN A. Effectiveness of axillary lymph 46: 746, 1894.
nade dissection in modified radical mastec 128. MEYER W. Carcinoma of the breast. JAMA, 45:
tomy with preservation of pectoral muse les. 297, 1905.
An Surg, 179: 269, 1974. 129. MEYER W. Cancer of the breast. Surg GynecoL
97 . HUMPHREY L. J. Inmunologic competence of 130. Obstet, 24: 553, 1917.
regional lymph nodes in patients with mam MILLER E. Simple mastectomy far mammary
mary cancer. Int Abst Surg, 134: 518, 1972 . carcinoma. Ann Surg, 170: 879, 1969.
98. HUTCHINS E. H. A method for the prevention 131. MOORE GE. Cliriical and experimental observa
tions of the ocurrence and fate of tumor cells
of e!ephantiasis chirurgica. Surg GynecoL Obstet, in the blood stream. Ann Surg, 146: 580, 1957.
69: 795, 1939 . 132. MOORE HG Jr ar.! HARKINS H. The use of a
99 . JOHNSTONE F. R. C. Results of treatment of latissimus dorsi ped1cle flap graft in radical mas
carcinoma of the breast based on pathoJogic tectomy. Surg GynecoL Obstet, 96: 430, 1953.
staging. Surg GynecoL Obstet, 134: 211, 1972 . 133. MOYSE P. Resection systematique de la veine
100. KAAE S. JOHANSEN H. Breast cancer. Five axi!laire en cours de l'amputation du sein can
years results: two random series of simple cereux.l Mem Acad Chir, 76: 887, 1950.
mastectomy with postoperative irradiation ver 134. MUS' 'ACCHI P and GRECO T. Angelo Nannoni
sus extended radical mastectomy. Am J Roent on mastectomy. Cancer, 14: 4, 1961.
genoL, 87: 82, 1962. 135. MYERS MB. Wound tension and vascularity in
101. KAAE S. and col. Simple mastectomy plus post the etiology and prevention of skin sloughs. Sur
operative irradiation by the method of Me gery, 56: 945, 1964.
Whirter far m2mmary carcinoma. Ann Srg, 136. MY i,;RS M> ano col. Prevention of skin sloughs
170: 895, 1969. after radical mastectomy by the use of a viti
102. KARLEN M. A. y FERREIRA BERRUTI P. A dye to delineate devascularized skin. Ann Surg,
propósito de un cáncer de mama en el hombre. 173: 920, 1971.
BoL Soc Cir Urug, 23: 267, 1952 . 137. NEUHOF' H. Excison of the axillary vein in the
103. KENDALL B, ARTHUR J., PAI'EY D. Lymphan radical operation for carcinoma of the breast-.
giography in carcinoma of the breast. Cancer, Ann Surg, 108: 15, 1938.
16: 1233, 1963. 138. OLIVER DR, SUGARBAKER ED. The signifi
104. KEI - 'T K. The oossible rol,e of dermal lymphatics cance of skin recurrence following radical mas
in the dissemiñation of breast cancer. lnt Abst tectomy. Surg Gynecol Obstzt, 85: 360, 1947.
Surg, 136: 314, 1973. 139. ORR TG. Radical operation and palliative the
105. KEYES L. y col. Basting axillary flaps far rapy for carcinoma of the breast. Surg Clin North
wounds of the radical mastectomy. Arch Surg, Am, 29: 1341, 1949.
66: 446, 1953. 140. ORR TG. An attemp to evaluate the radical and
106. LACOUR J. et ROUQUETTE CI. Le valeur du pa!liative treatment of breast carcinoma. Surg
curage mammaire interne dan_s le traitement du Gyn2col Obstet, 90: 413, 1950.
cancer du sein. Mem Acad Cir, 90: 292, 1964. 141. ORR TG Jr. An incisio, and method of wound
107. LACOUR J. et REYNIER J. Amputation du closure for radical mastectomy. Ann Surg, 133:
sein ou chirurgie plus limitee dans ie cancer. 565, 1951.
Nouv Presse, Med, 1: 43, 1972 . 142. PACK GT and LIVINGS'I'ON EM. Treatment of
108. LACOUR J. et REYNlER J. Congres Franrai_s cancer and al!ied diseases. New York, Hoeber,
de Chirurgie, 739, 1972 . 1940.
109. LARSEN BB. Fixation of skin flaps by subinta 143. PAPATESTAS AE. Treatment of carcinoma of
neoss sutures in radical mastectomy. JAMA, 150: the breast by modified radical mastectomy. Su.rg
14, 1955. GynecoL Obstet, 140: 22, 1975.
110. LAVIGNE J et DESAIVE C. Selection des can 144. PAIEL J y LEGER L. Nouveau traité de techni
que chirurgicale. Garbay M, Ginestet G et Pous
cers du sein en vue d'une chirurgie conserva J. Glande mammaire. París, Masson, 1972. T. IV.
trice. Lyon Chir, 71: 97, 1975.
111. LEBORGNE F, LEBORGNE R, SCHAFFNER E y 145. PATEY DH and DYSON WH. The prognosis of
carcinoma of the breast in relation to the type
LEBORGNE F. Estudio de los linfáticos de la of operation performed. Br J Cancer, 2: 7, 1948.
g!ándu1a mamaria con el radio oro 198. BoL Soc 146. PAULIAS KT, DOCKERTY MB, ELLIS H. Car
Cir Urug, 27: 109, 1956. cinoma recidivante local tardío de la mama. An
112. LIVINGSTON SF, ARLEN M. The extended ex Cir, 54: 185, 1958.
trapleural radical mastectomy. Ann Surg, 179: 147. PICKREN JW. Significance of occult metastasis.
260, 1974. A study of breast ca,cer. Cancer, 14: 1266, 1961.
113. MAC FEE WF. A subaxillary incision far radical 148. RAF-FL AB. The use of negative pressure ,u,der
mastectomy. Ann Surg, 137: 850, 1953. ski, flaps after radical mastec. Ann, Surg, 136:
114. MAC LEAN NJ. An improved incision for the ra 1048. 1952.
dical operation for carcinoma of the breast. Surg 149. RATZER E, HOLLEB A and FARROW J. The
GynecoL Obstet, 69: 816, 1939. technique of bilateral simultaneous radical mas
115. Me DONALD JJ, HAAGENSEN CD, STOUT AP. tectomy. Surg GynecoL Obstet, 123: 601. 1966.
Metastasis from mammary carcinoma to the su 150. REDON H et LACOUR J. La place du curage
prac. avicular and interna! mammary limph no parastErnal dans le traitement du cancer du sein.
des. Surgery, 34: 521, 1953. Presse Med, 63: 1173, 1955.
116. Me GREGOR S. Fundamental techniques of p!astic 151. REDON H y BERHAEGHE M. Congrés Franrais
surgery. London, Livingstone, 1965, 3� Ed. -de Chirurgie, 70!, 1968.
117 . Me WHIRI'ER R. Simple mastectomy and radio 152. RINHOF WF. The use of muscle pediele flap on.
therapy in treatment of breast cancer. Br J prev:-ntion of swelling of the arm fo!lowing of
Radio!, 28: 128, 1955. the breast. BuLL John Hopkins Hosp, 60: 369,
118. MADDEN JL. Modified radical mastectomy. Surg 153. 1937.
GynecoL Obstet, 121: 1221, 1965.
RENDALL M, PATEY D. Efficiency of axil!ary
cl.arance in operation for carcinoma of the
119. MADDEN JL. Modified radical mastectomy. Ann breast. Lymphangiographic observations. Br J
Surg, 175: 624, 1972. Surg, 52: 565, 1965.
120. MADD-EN JL. Atlas de técnicas quirúrgicas. Mé 154. RIDDELL V. Radical mastectomy. The technique
xico, Interamericana, 1972, 2� Ed. and the complications. Br J Surg, 36: 113, 1949.
121. MA&ANA J, GUICHEFF V. La miolinfagioplas 155. RIMSTEN A. Preoperative diagnosis of axillary
tia en el cáncer del seno. Rev Cir Urug, 39: 34, limph ,odes in cancer of the breast. Surg Gy
1969. necol Obstet, 139: 551, 1974.
122. MARSHALL SF. Carcinome of the breast: tech 156. ROBBINS GF. The rationale for the- treatment
nique of radical mastectomy. Surg CVin North of women with potencially curable breast car
Am, 29: 727, 1949. cinoma. Surg CLin North Am, 54: 793, 1974.
MASTECTOMIAS EN EL CANCER DE MAMA 125
157. RODMAN JS. Skin removal in radical breast am l 79 . TROSTCHANSKY J. Edema post-mastectomías.
putation. Ann Surg, 118: 694, 1943. Bol Soc Cir Urug, 34: 347, 1963.
158. ROUVIERE H. Anatomie des lymphatiques de l' 180. IURNER -WARWICK RT. The lymphatics of the
homme. París, Masson, 1932. breast. Br J Surg, 46: 574, 1959.
159. SAPHIR O . The transfer of tumor cel!s by the 181. URBAN JA and BAKER HW. Radical mastecto
surgical knife. Surg Gynecol Obstet, 63: 775, my in continuity with "en bloc" resection of the
1936. interna! mammary lymph node chain. Cancer,
160. SAY CC and DONEGAN W. A biostatistical eva 5: 992, 1952.
luation of complications from mastectomy. Surg l82. URIBURU JV. La mama. Buenos Aires, Cientí
Gynecol 0bstet, 138: 370, 1974. fica Argentina, 1957.
161. SERVELLE M et col. Lymphatics of the breast 183. VAN DER HOEFT M. Recherche des metastases
and the pectoral muscles. lnt Abst Surg, 135: en chirurgie du cancer; conséquences sur le com
986, 1972. portement chirurgical. Congres Fran;ais de Chi
162. SHAH JP . Pitfalls of local excision in the treat ruraie. 76/. 1975. p. 94.
ment of carcinoma of the breast. Surg Gynecol 184. VARELA CHILESE R . Tratamiento del cáncer
0bstet, 136: 721, 1973. de mama. Congreso Argentino de Oirugía, 321,
163. SILVA C y ESTAPE G. Mastectomía radical bí 1961.
lateral simultánea por neoplasma bilateral de 185. V ARELA CHILESE R . Estado actual del trata
mama. Cir Urug, 45: 57, 1975. miento del cáncer de la mama. Congreso Argen
164. SLATTERY LR . Utilization of excess skin to tino de Cirugía, 379, 1966.
graft defects following radical mastectomy. Surg 186. VERONESI V and ZINGO L. Extended mastecto
Gynecol 0bstet, 103: 117, 1956.
165. SMEDAL MJ and EVANS J A. Ihe cause and my · for cancer of the breast. Cancer, 20: 677,
treatment of edema of the arm folowing radical 1967.
mastec . Surg Pract Lahey Clin, 1962. 187. VIACAVA E. Cáncer de mama. Tratamiento del
166. SNYDERMAN RK y STARZYNSKI TE. Breast carcinoma de la glándula mamaria. Congreso Ar
reconstruction. Surg CNn North Am, 49: 303, gentino de Cirugía, 25/, 1954.
1969. 188. VIGIL E. La aponeurectomía del seno. Semana
167. SNYDERMAN RK and GUTHRIE RH. Recons Med (Buenos Aires), 43: 496, 1936
truction of the female breast following radical 189. VOEGT - HOERNER G. Propagations íntrama
mastectomy. Plastic Reconstr Surg, 47: 565, 1971. maires dans les cancers du sein et rapport avec
168. SNYDERMAN RK. Symposium on neoplastic and l'envahissement des ganglions lymphatiques axil
reconstructive problems of the female breast . laires. Bull Cancer, 47: 279, 1960.
Saint Louis, Mosby, 1973. 190. WHITE WC. Skin removal in radical mastectomy.
169. SOUTHWICK M, SLAUGHTER D, HUMPREY L. Ann Surg, 115: 1182, 1945.
Cirugía de la mama. México, Interamericana, 191. WILDER JR. Atlas of general surgery. Saint.
1970. Louis, Mosby, 1964.
170. SUGARBAKER ED. Radical mastectomy combined 192. WILLIAMS IG. Total mastectomy with axillary
with in continuity resection of the homolateral dissection and irradiation far mammary carcino
interna! mammary node chain. Cancer, 6: 969, ma. Ann Surg, 170: 892, 1969.
1953. 193. WOOD DL. Constant wound suction for the am
171. SPRATT JS. Locally recurrent cancer after ra bulatory patient. Surg Gynecol 0bstet, 117: 651,
dical mastectomy. Cancer, 20: 1051, 1967. 1963.
172 . SPRATT JS Jr and DONEGAN WL . El cáncer 194. WYNDER EL. Identificaton of women at high
de mama. Barcelona, Científico-Médica, 1969. risk for breast cancer. Cancer, 24: 1235, 1969.
173. 'STEWART T. Amputatlon of the breast by a 195. YONEMOTO RH, BYRON RL . Radical mastec
transverse ,ncision. Ann Surg, 62: 250, 1915. tomy with c ·onservative anterior mediastinal node
174. TAILHEF.ER A. Technique de l'amputation large dissection: The "Trap-door approach". Surgery,
du sein cancereux. Voies lymphatiques habituelles 47: 908, 1960.
de l'enva:ssement. J Chir, 64: 434, 1948.
175. TAYLOR H, BAKER R, FORTT W, HERMON 196. YONEMOTO RH . Complete axillary nade dis
TAYLOS J. Sector mastectomy in selected cases section with preservation of the pectora!is major
of breast cancer. Br J Surg, 58: 161, 1971. muscle. Arch Surg, 102: 578, 1971.
176. TESTUT L, LATARJET A. Anatomía humana . 197. YONEMOTO RH. Conservative mediastinal node
Barcelona, Salvat, 1954; T. I. dissection for the treatment of carcinoma of the
177. TOLEDO N e IRAOLA M. Carcinoma mamario y breast. Surg Gynecol 0bstet, 136: 417, 1973.
metástasis en los ganglios interpectorales. Cir 198. ZIMERMANN. Frequency, anatomical distribu
Urug, 40: 256, 1970. tion and management of local recurrence after
178. TRIMBLE IR. Cancer of the breast. Surg Gy definitive therapy far breast cancer. Cancer, 19:
necol 0bstet, 70: 82, 1940. 67, 1966.