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CAPRICHO

Había sido una semana de mierda. Tenía dolores por todo el cuerpo, estaba decepcionado de la
vida, pero tenía un trabajo que le permitía mantenerse vivo. Y según su madre, tenía que ver el
lado positivo de las cosas para salir adelante.

Pesé a lo pesado que solía ser su trabajo, se sentía bien con este. Adoraba pasar los descansos en
el banco de la universidad o ayudar a sus estudiantes en algo que no entendían de su clase o de
otros maestros, pero sobretodo amaba ver y ayudar a sus compañeros encargados del área de
niños, al lado de la universidad.

Sobre todo, a la pequeña Adele, amaba cuidar a esa niña. Él y la pequeña tenían un vínculo en
cierto modo afectivo. Sentía una conexión paternal hacía la pequeña, quien solía hacerle dibujos
por chocolates y juegos.

La niña se relacionaba mejor con él que con sus compañeros y maestra, debido a esto solían creer
que era el padre de la niña, ideas que terminaban siendo y convirtiéndose bromas. Ya que él
nunca llego a tener una relación que durara más de 2 años.

—Tienes que comenzar a dejar de tomar tanto café, Caleb —Regaño a su amigo.

—Tu mejor que nadie sabes, que por el café no me he desmayado aun —Dijo cansado.

—Oye, pero tampoco me regañes —Dramatizo el momento—. Solo quiero decir, no tomes tanto
café, peor si estás cansado. Se que te gusta ayudar a los estudiantes y a los maestros del jardín de
niños, pero tienes que calificar pruebas de dos salones diferentes y tienes más responsabilidades a
parte del trabajo.

—No tengo problemas en ayudar a nadie, no interrumpen mis horarios y actividades. Además,
solo lo hago en mi tiempo libre, vuelvo a repetir, no tengo ningún problema, Harbin —Explico el de
rizos.

—Como tú quieras. Por cierto, hoy nos vamos a casa las ocho, quiero dormir temprano y te toca
hacer la cena ̶ Habló el ojo azul —Si tienes trabajo que hacer, terminas la casa.

—Bien… —Respondió un poco irritado

Pasaron las horas y pronto cayeron las 7:45 de la noche, Caleb, había terminado gran parte del
papeleo y documentos. Por lo que decidió, guardar su computadora, documentos y demás cosa.

Quiso aprovechar el tiempo para preguntar por Adele, aunque era claro que la pequeña ya tendría
que estar en su casa al igual que su maestra.

Bajo de la oficina, con dirección hacía la entrada y uno de los caminos que le llevaría al jardín de
niños.

—¿Stella? Sigues aquí —Preguntó al aire

—Sí, estoy aquí ̶ Respondió una pelinegra —. ¿Que necesitas?

̶—Oh, nada relevante. Quería saber cómo estaba Adele y por qué sigues aquí ̶—Confeso

Escucho la risa de la dama y su respuesta.


CAPRICHO

̶ Adele, hoy se portó bien, es una niña muy inteligente, aunque un poco introvertida, como
sabrás. Ya sabes que no le gusta pasar mucho tiempo con sus compañeros y pocas veces habla.
Debo admitir que ustedes tienen un lindo vinculo. Y este dibujo lo comprueba —Le enseño uno de
los dibujos de la pequeña. El cual tenía las típicas personitas hechas a base de figuras geométricas
simples.

Lo llamativo de este dibujo era los indicadores o, mejor dicho, los nombres de las personas en ese
dibujo.

<< ¿Papá Caleb?>>

Sus ojos quedaron plasmados en aquel dibujo, no sabía que decir o hacer.

—¿Ves lo que te digo? —Decía en tono divertido —¡Ya eres como un padre para la pequeña!

—No sabría que decirte, Stella.

Pesé a que su corazón sentía una especie de ternura y cariño. Se sentía extrañado, el hecho de
saber que la niña, lo viera como una figura paterna, no le molestaba. Su duda era saber quiénes
eran los familiares de la niña y su comportamiento, ya que algo le decía que esa niña es más
especial de lo que parecía.

—Mira… llego nuestro querido Harbin, trata de no ensuciar el piso, gracias —Señalo con la mirada
al de ojos azules

—Ya sé que ensucie el piso la otra vez que te toco limpiar el salón sola. Pero no volverá a pasar.

—Eso espero —Respondió la pelinegra

—Caleb, ¿nos vamos?

—Oh, si —Le responde al rubio —. Compañera Stella, ¿le importaría si la dejamos en su casa? —
Comento por cortesía

—¡Claro! Deja voy por mi bolso —Dice alegre

La pelinegra, tomo su bolso y se fue con los hombres. En el camino conversaban tranquilos sobre
su día en la universidad, y de lo raro que era que estuviera al lado de un jardín de niños, hasta una
de unidad para darle educación a los estudiantes de colegio.

—Según tengo entendido, la universidad queda al lado de un jardín de niños, por el motivo de que
se murió una niña en el baño de las instalaciones, así mismo se dice que se suicidó un chico de
doce años, por eso es que hay un colegio —Dijo el rubio

El castaño se rio por la estupidez dicha por el de ojos azules, acción que fue copiada por la
pelinegra.

—Y según el informe que estoy leyendo ahora, dice: “Las instalaciones de la universidad Todd,
cuentan con un jardín de niños. Esto se debe a que el fundador de esta prestigiosa universidad
CAPRICHO

privada, Robín Todd, quería ver el desarrollo académico de sus hijos. Debido a la exigencia de su
rol en las instalaciones, no se podía dar el lujo de conocer el rendimiento de sus hijos a detalle.

Debido a esto decidió construir un área para niños en el 1899 del 5 de octubre, siendo este el
cumpleaños número seis de su menor. Y más tarde un colegio para conocer a detalle el
rendimiento académico de sus otros dos hijos, esto siendo en el 1900 del 8 de agosto, además se
dice, que quería evitarle la fatiga a los padres familia de buscar donde inscribir a sus hijos
pequeños y grandes, una vez terminada cada una de sus etapas académicas, siendo este el motivo
de que el centro educativo se haya ganado el nombre de IDUM, instituto de educación múltiple.”
—Terminado de leer el texto, miro al rubio prender el auto —. Admiro tu oído para escuchar a
medias rumores de estudiantes con mentalidad de colegiales y de primaria. Y tu creatividad para
terminar los rumores —Confesó

—No te hagas la santa paloma, que tambien te gusta el chisme —Respondió y dio arranque al
vehículo

—Calumnias

—Defiendo lo que dijo Harbin, te gusta el chisme —Dice mirando su teléfono

—¿Tienes pruebas? —Responde. Pero la dama, le pone enfrente su celular mostrando


conversaciones entre él y ella.

—Podría pasarme toda la santa noche, mostrando conversaciones y capturas de pantallas


delatándote. Pero somos amigos, me ayudabas con las tareas atrasadas de mis materias en mi
antigua universidad y me encubriste una vez que llegue tarde. Así que tranquilo, esto queda entre
los tres —Dijo volviendo a su posición antigua. Apoyada en el asiento trasero.

Pasaron los minutos y llegaron a la casa de Stella, dejando la en la puerta de su casa.

—¡Gracias chicos! —Grito —. Recuerden que el a partir del 8 de agosto no hay clases, por el
aniversario de la institución —Dijo asomándose por la puerta, y luego cerrándola de manera
rápida.

—Oye Caleb, ¿te gustaría relajarte por el aniversario de la institución?

—¿Relajarme? —Cuestionó la pregunta de su amigo

—En otras palabras, aceptarías una salida conmigo, a un lugar de lleno de imprudencia —Tomo las
manos del de ojos verdes, de una manera coqueta.

—No —Aparto sus manos —. Se que quieres que vaya para que yo pague las cuentas, te de dinero
para cigarrillos y de paso, como te conozco, me vas a tocar los pectorales y el culo —Respondió
indignado

—En mi humilde defensa —Prendió el vehículo y comenzó a conducir —. ¿Qué culpa tengo yo?
Realmente no sé, si es la ropa que siempre te pones o tu culo y tetas. Por que, mierda, si fueras
mujer, no dudaría en suponer que te operaste.

—Me gustaría saber si, de ese modo le hablas a tus alumnos


CAPRICHO

—Pues, mi querido culón. No, solo contigo y Stella, ustedes son los seres a los que más les tengo
confianza.

<<Yo tambien te quiero, Harbin>>

Capítulo 2

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