Está en la página 1de 13

IX.

EL SIGNO SACRAMENTAL

9.1. El signo sacramental, estructurado en «res et verba»

Sobre el signo externo de los sacramentos hay varias


cuestiones teológicas que examinar: primera de todas,
su estructura, que responde a una ley común a todos los
sacramentos y en la que se manifiestan algunos rasgos
característicos de la economía sacramentaria.
Según el Concilio de Florencia, todo sacramento se
realiza con cosas sensibles, como materia, y palabras,
como formal, Las cosas, a las que se lama materia del sa-
cramento, son tanto los elementos materiales (agua,
aceite, pan, vino) como las acciones sensibles, ya sean las
relativas al uso de tales elementos (ablución, uncién, etc.)
o bien acciones de otro género, como la imposición de las
manos, la confesión de los pecados, etc. Las palabras, a las
que se llama forma del sacramento, son las que pronuncia
el ministro al realizar el sacramento. Materia y forma
constituyen la parte esencial del signo sacramental, dis-
tinta de la parte ceremonial, de institución eclesiástica?.

1 «Haec omnia sacramenta tribus perficiuntur, videlicet rebus tam-


quam materia, verbis tamguam forma, et persona ministri conferentissi
sacramentum cum intentione faciendi, quod facit Ecclesia: quorumDz.-
aliquod desit, non perficitur sacramentum» (Bulla Exsultate Deo:
Sch. 1312).
2 «En el rito de realizar y administrar cualquier sacramento, con ra-
26n se distingue entre la parte ceremonial y la parte esencial, que suele
llamarse materia y forma» (León XIII, Carta Apostolicae curae, 13-IX-
1896: texto latino en Dz.-Sch. 3315).
254 Los sacramentos cristianos
El signo sacramental 235
9.1.1. El recorrido histórico-teológico hacia
la comprensión de la estructura Pedro Lombardo, en su cuarto Libro de las Sen-
del signo sacramental tencias, muy brevemente explicé que el sacramento
consistía en palabras y cosas (verba et res), y con esto
Tanto las palabras de San Pablo cuando menciona
inffuyó decisivamente en la reflexión teológica poste-
sintéticamente el bautismo con la expresión lavacrum
rior de los teólogos medievales sobre la constitución
aquae in verbo vitae3, como algunas sentencias muy ex-
binaria del signo sacramental’, sobre todo desde que
presivas de San Agustín guiaron a los teólogos medieva-
la Facultad de Teología de la Universidad de París, ha-
les a formular la doctrina sobre la constitución del
cia el 1230, adoptó sus Sentencias como texto para la
signo sacramental, que, huego, se apropió el Magisterio.
enseñanza.
Éstas eran la principales sentencias de San Agustín:
Alejandro de Hales, en la Glosa al cuarto libro de las
«Quita la palabra y ¿qué es el agua, sino sólo agua? Se
añade la palabra al elemento y se hace el sacramento,
Sentencias de Lombardo, acepta en términos generales
el principio de la constitución bimembre del sacra-
como si fuera él también una palabra visible»*. «¿Qué
mentosS, pero no la entiende como exigencia forzosa
es el bautismo de Cristo? Baño de agua junto con la pa-
para todos los sacramentos, al menos de la misma ma-
labra. Quita el agua y no hay bautismo; quita la palabra
nera. Así, por ejemplo, duda si aceptar que las palabras
y tampoco hay bautismo»>. «Ese pan y ese vino, cuando
que acompañan la unción formen parte del sacra-
se añade la palabra, se convierten en el cuerpo y la san-
gre del Verbo. (...) Quita, pues, la palabra, no hay más mento, y en cualquier caso no le parece que se unan a la
unción del mismo modo que la fórmula del bautismo se
que pan y vino; añade la palabra, y se hará el sacra-
une al agua”. Además, según él, a diferencia del bau-
mento»s.
tismo y los otros sacramentos, la penitencia y el matri-
monio no tienen una materia que sea un elemento ma-
. 3 Ef5, 26, según la Vulgata; en la Neovulgata no aparece la palabra
vitae, de acuerdo con el texto griego.
* «Detrahe uerbum, et quid est aqua nisi aqua? Accedit uerbum ad 7 «Duo autem sunt in quibus sacramentum consistit, scilicet verba
clementum, et fit sacramentum, etiam ipsum tamquam uisibile uer- et res; verba, ut invocatio Trinitatis; res, ut aqua, oleum et huiusmodi»
bum» (In Johannis Evangelium, tr. 80, 3; R. WiLLewms [ed.], CCL 36, p. (PEDRO LOMBARDO, Sententiae in 1V libris distinctae, lib. IV, dis. 1, cap. 5:
529). Para la interpretación de todo el n. 3, en el que se encuentra esta PP. COLLEGIT S. BONAVENTURAE AD Cr.aras Aquas [ed.], Grattaferrata
sentencia agustiniana, cfr M.-F. BERROUARD, Le «Tractatus 80,3 in Johan- [Roma] 19813, 1. 11, p. 235). Antes de Lombardo, Geroch de Reichers-
nis Evangelium» de Saint Augustin: La parole, le sacrament ef la foi, «Re- berg, poco después de 1135, había formulado en términos generales el
vue n_ies tudes Augustiniennes», 33 (1987), 235.254. principio de la constitución bimembre de los sacramentos, con una de-
* «Quid est baptismus Christi?Lauacrum aquac in uerbo, Tolle pendencia evidente de la sentencia agustiniana del Tractatus 80 In lo-
aquar, non est baptismus; tolle verbum, non est baptismus» (Un Johan- hannis Evangelium: «Unumquodque sacramentum est quasi quoddam
nis Evangelium, tr. 15, 4: CCL 36, p. 152). integrum; habet enim partes constitutivas, quando accedit verbum ad
* «(... iste panis et hoc vinum accedente verbo fit corpus et sanguis elementum et fit sacramentum» (De simoniacis, citado por D. VAN DEN
Verbi (...) Nam tolle verbum, panis est et vinum: adde verbum, et jam Exnor, The Theory of the Composition of the Sacraments in Early Scho-
aliud est. Et ipsum aliud, quid est? Corpus Christi, et sanguis Christi. lasticism (1125-1240), «Franciscan Studies», 11 [1951], 8).
Tolle ergo verbum, panis est et vinum: adde verbum, et fiet sacramen- $ Cfr ALEJANDRO DE HALES, Glossa in quatuor libros Sententiarum Pe-
tam» (Sermo 229 [Denis 6, 1.3: Obras completas de San Agustín, XXIV, tri Lombardi, IV, d. 1, nn. 14-15: PP. CottEar S. BONAVENTURAE (ed.),
Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1983, Pp. 297-300). Quaracchi (Firenze) 1957, pp. 21-22.
% Cfr ibidem, d.23, nm. 1, 3: pp. 387, 391.
256 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 257
terial, sino que la materia está formada por las acciones ella una fuerza material (vis materialis) en relación al
de los sujetos que los reciben; y en el caso de la peniten- efecto del sacramento, mieniras que en la palabra hay
cia, la acción del penitente se une a la del ministro de la una vis formalis o activa!?. Entiende esta división bi-
Iglesia, mientras que en el matrimonio la única acción membre como válida para los siete sacramentos y pasa,
es el consentimiento de los esposos manifestado exter- seguidamente, a identificar la materia y la forma de
namente!9, cada uno de ellos!3,
Poco después de Alejandro de Hales, el segundo Santo Tomás, ya en sus primeras obras, en el Co-
maestro dominico en la Universidad de París, Hugo de mentario a las Sentencias!*, presenta la división bi-
San Caro, tanto en su Comentario a las Sentencias de membre de los sacramentos en res sensibiles et verba
Lombardo (hacia 1230) como en las posteriores Quaes- como característica general de los sacramentos de la
tiones (antes de 1236), interpreta la terminología mate- Nueva Ley15, y la interpreta en sentido hilemórfico: en
ria y forma, que desde mitad del siglo xu se había exten- el sacramento, las cosas son materiales y las palabras
dido para designar los dos componentes de la división son formales, en el sentido en que se dice formal lo que
binaria del signo sacramental, en un sentido hilemór- completa y perfecciona, y con las palabras sacramenta-
fico, muy distinto a como la entendían los autores que les el sacramento es de modo completo signo y causa de
lo precedieron!!. Explica, en efecto, que la res o elemen-
tum es como la materia del sacramento, porque hay en
12 «Sacramentum omne in duobus consistit, elemento scilicet quasi
materia et verbo quasi forma, ut vult Augustinus super Toannem, sic du-
10 Cfr ibidem, d. 26, n. 5: pp. 450-455; D. VAN DEN EYNDE, The Theory plex est vis sacramenti, una materialis quae est in elemento, alia forma-
of the Composition of the Sacraments in Early Scholasticism (1125-1240), ls sive activa quae est in verbo» (Questio de sacramentis in communi: ci-
«Franciscan Studies», 12 (1952), 2-12. tado por D. VAN DEN B¥NDE, The Theory of the Composition of the
i1 La terminología «materia» y «forma» se usaba en el campo de la Sacraments in Early Scholasticism (1125-1240), «Franciscan Studies»,
teología de los sacramentos, desde antes de la mitad del siglo x1r, sin 12 [1951], 13). Para Landgraf no está suficientemente probado, a pesar
ninguna referencia a la analogía con la composición hilemórfica (en de Ja interpretacion de Van den Eynde, que estas y otras palabras seme-
materia y forma) de las sustancias materiales. Sobre todo era frecuente jantes de Hugo de San Caro expresen una concepción hilemórfica y no
el uso del vocablo forma para indicar ya sea las palabras sacramentales, sencillamente la exigencia de estos dos componentes para que exista el
en el sentido de «fórmula», o conjunto de ritos y ceremonias de los sa- sacramento (cfr A.-M. LANDGRAF, Dogmengeschichte der Frithscholastik,
cramentos, ya sea la totalidad de lo necesario para la validez del sacra- 1171: Die Lehre vori den Sakramenten, Pustet, Regensburg 1954, p. 118);
mento, También el vocablo materia, a veces, aparece usado para refe- pero no es necesario dilucidar aquí la cuestión,
rirse a los elementos materiales de los sacramentos. El binomio materia 13 Cr íbideni, pp. 12-22.
et forma, que habría que traducirlo respectivamente como «elementos 1 El Seriptum super libros Sententiarum es el resultado de la ense-
materiales y fórmula» y es equivalente al binomio res et verba que usa fianza de Santo Tomás como bachiller sentenciaric al comienzo de su
Pedro Lombardo para indicar la constitucién del signo sacramental, wimera estadía en París (1252-1254), pero su redacción se prolongó
aparece usado a partir de 1169, aproximadamente, en adelante, pero sin gaata el comienzo de su actividad de maestro en Ja Universidad de París,
referencia a la analogía con la composición hilemórfica de las sustan- en 1256 (cfr J.-P. TORRELL, Initiation & saint Thomas d'Aquin, Sa per-
cias materiales segim la doctrina aristotélica. La difusión de esta termi- sonne el son veuvre, Cerf - Editions Universitaires de Pribourg, Paris-Fr+
nología respecto a los sacramentos podía llevar a que alguno recurriera bourg 1993, pp. 58-59, 79, 485),
a la analogía hilemórfica, y así sucedió con Hugo de San Caro (cfr D. 15 «Hoc est commune omnibus sacramentis quod consistant in re-
VAN DEN EYNDE, The Theory of the Composition of the Sacraments in Early bus sensibilibus invisibilem gratiam significantibus. Sed hoc est spe-
Sch;?laslia'.sm (1125-1240), «Franciscan Studies», 11 [1951], 15-20, 124- aiale sacramentis novae legis quod rebus verba addanturr (In Sent. IV,
144). .1,9g1,a.30).
258 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 259

la gracia!s. Al final de su vida universitaria, en la tercera cionar, ya antes, la bula Inter cunctas de Martín V (22-
parte de la Summa Theologiae!, mantiene la misma 11-1418), que recoge esta doctrina en uno de los puntos
doctrina de la composición binaria del sacramento, en sobre los que interrogar a los sospechosos de sostener
cuanto signo sensible, en res y verba'3, e igualmente la los errores de Wyclif o de Hus?3, También el Concilio de
analogía con la composición hilemórfica de las sustan- Trento la usa cuando enseña la diferencia entre el bau-
cias materiales!9, especialmente para poner de relieve la tismo y la penitencia?*. E igualmente recurren a ella
unidad del signo sacramental, aunque esté compuesto León XIII, en la ya citada Carta sobre las ordenaciones
de cosas muy diferentes, y que la perfección de la signi- anglicanas?s, y Pío XII, al declarar y determinar la mate-
ficación resulta de la palabras?; pero también subraya ria y la forma del sacramento del orden?.
la eficacia del sacramento que deriva de las palabras?!,
las cuales no sólo tienen un valor de significación, sino 9.1.2. Razones de la composición del signo sacramental
también efectivo, o performativo, como diríamos con
Esta estructura del signo sacramental, que no se en-
lenguaje actual??,
cuentra en los sacramentos de la Antigua Ley, muchos de
Esta doctrina sobre la estructura general de los sig- los cuales se realizaban sin tener que decir determinadas
nos sacramentales, que se componen de cosas como palabras, corresponde a la perfección propia de la econo-
materia y de palabras como forma, la ha hecho suya el mía de la salvación después de Cristo. La significación en
Magisterio de la Iglesia, que la ha propuesto en varias la Nueva Ley es mucho más precisa, porque no se trata
ocasiones, más como doctrina de todos conocida, que de anunciar la futura santificación por obra de Cristo,
como enseñanza para defender o precisar. Además del sino de significar la efectiva santificación actual en vir-
ya citado texto del Concilio de Florencia, hay que men- tud de la redención realizada ya por Cristo. Pues bien, la
significación resulta precisa con las palabras del signo
16 «Quia virtus causandi est in rebus ex verbis significantibus, ut
sacramental. Las palabras son los signos más expresivos,
dictum est; ideo verba sunt formalia, et res materiales, per modum quo mientras que con los gestos y acciones solamente la sig-
omne completivam forma diciturs (In Sent. 1V, d. 1, q. 1, a. 3, ad 1). nificación resulta aún genérica e imprecisa??,
Santo Tomás atribuye a las palabras el constituir acabadamente el sa-
cramento no sólo en cuanto causa de la gracia, sino también en cuanto
signo (cfr In Sent. IV, d. 1, q. 1, a. 1,. 5, ad 1; a. 3 ¢), como se verá más
adelante. 5222, Ttem, utrum credat, quod malus sacerdos cum debita mate-
17 La redacción de la Tertia Pars, comenzada probablemente en Pa- ria et forma et cum intentione faciendi, quod facit Ecclesia, vere confi-
rís al final del invierno de 1271-1272, prosiguió en Nápoles hasta el 6 de ciat, vere absolvat, vere baptizet, vere conferat alia sacramenta» (Dz.-
diciembre de 1273, fecha en que Santo Tomás dejó de escribir (cfr J.-P. Sch. 1262).
TORRELL, 0. c., p. 214). 21 «Ceterum hoc sacramentum [paenitentiae] muliis rationibus a
13 Cfr S. Th 111, g. 60, aa. 4, 6-7. baptismo differre dignoscitur. Nam praeterquam quod materia et forma,
9 Cfr S. Th. U q. 60, a.7 c. quibus sacramenti essentia perficitur, longissime dissidet...» (Doctrina
2 Cfr S, 7Th. 111, q. 60, a. 6, ad 2. de sacramento paenitentiae, cap. 2: Dz.-Sch. 1671).
2 Cfr S. Th. 111, q. 60, a. 7, ad 1. 25 Cfr LEÓN XIII, Carta Apostolicae curae, 13-1X-1896: Dz.-Sch. 3315.
2 «Verba quae proferuntur in formis sacramentorum, non pronun- 26 Cfr Pío XII, Const. Ap. Sacramentum Ordinis, 30-KI-1947, nn. 4-5:
tiantur solum causa significandi, sed etiam causa efficiendi» (S. Th. I, Dz.-Sch. 3859-3860.
q. 66, a. 5, ad 3; cfr a. 84, a. 3, ad 5). 27 Cfr S. Th. 1T, q. 60,a. é cet ad 3.
260 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 261

No sólo la perfección de la economía de la salvación mientras que la palabra se dirige más directamente al
en el tiempo de la Iglesia lleva a comprender mejor la almai!,
estructura del signo sacramental, sino también la conti- Esta última razón nos lleva a precisar algo impor-
nuidad de los sacramentos con respecto a su autor, Je- tante: las palabras que contribuyen a formar el signo
sucristo. Santo Tomás, en efecto, saca la primera razón sacramental son palabras de fe (verbum fidei). Santo
de la composición del signo de los sacramentos de la Tomás cita al respecto a San Agustín: «¿De dónde viene
analogia que tienen con Cristo, Verbo encarnado?. En al agua una tal virtud, que toque el cuerpo y purifique el
Él la carne sensible está unida, en unidad de persona, a corazón, si no es de la eficacia de la palabra, no porque
la Palabra (con mayúscula) de Dios, y de este modo Él se dice, sino porque se cree?»??, Son palabras que no
es el perfecto revelador del Padre y de su designio de sólo transmiten información, sino que expresan la fe de
salvación, También en el sacramento la palabra se une a la Iglesia. Por eso San Agustín, pocas líneas más ade-
los elementos y acciones sensibles y se hace, por decirlo lante, añade citando Rm 10, 8c: «“Esta es la palabra de
así, visible: se convierte, como lo expresaba San Agus- fe que predicamos”, con la que, indudablemente, tam-
tín, en visibile verbum”, una palabra especialmente per- bién es consagrado el bautismo para que pueda purifi-
ceptible y significativa de la obra de santificación que car»33, Es Ja palabra que en la administración del bau-
Dios realiza en nosotros. La analogía entre los sacra- tismo expresa la fe en la Trinidad, que predicaron los
mentos y el Verbo encarnado va más allá del ámbito vi- Apóstoles. Por esta y otras razones, que veremos, los sa-
sible del signo externo y alcanza capas más profundas. cramentos son «sacramentos de la fe, sacramenta fi-
En efecto, la encarnación es obra del Espíritu Santo y a dei»>.
Él también se atribuye la santificación por los sacra- La composición del signo sacramental resulta tam-
mentos, pues si son eficaces es por la presencia del Es- bién congruente con una caracteristica -como una ley~
píritu Santo®, de la economía divina de la revelación: «La revelación
Santo Tomás considera también el signo de los sa- se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas;
cramentos desde otra perspectiva, esto es, desde el las obras que Dios realiza en la historia de la salvación
hombre que los recibe, y ve un cierto paralelo entre lá manifiestan y confirman la doctrina y las realidades
composición de alma y cuerpo y la composición de pa- que las palabras significan; a su vez, las palabras pro-
labra y elemento. El elemento toca más la corporeidad,
3 CirS. Th 1L, q. 60, a.6 €.
2? «Unde ista tanta uirtus aquae, ut corpus tangat et cor abluat, nisi
23 Cfr S. Th 1M1, q. 60,a.6 €. faciente uerbo, non quia dicituy, sed quia creditur? Nam et in ipso
72 San Agustín expresa esta misma idea de los sacramentos como uerbo, aliud est sonus transiens, aliud uirtus manens» (In Johannis
palabras visibles en este otro texto: «quid enim sunt aliud quaeque cor- Evangelium, tr. 80, 3: CCL 36, p. 529).
poralia sacramenta nisi quaedam quasi uerba uisibilia, sacrosancta qui- 35 «Hoc est uerbum fidei quod praedicamus, quo sine dubbio ut mun-
dem uerum tamen mutabilia et temporalia?» (Contra Faustum, XIX, 16: dare possit, consecratur et baptismus» (In Johannis Evangelium, tr. 80,
1 ZYcHa [ed.], CSEL 25/1, p. 513). 3: CCL 36, p. 529).
30 Se tratará más ampliamente este punto en 13.3. 34 Cfr 10.3.2.
262 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 263

claman las obras y explican su misterio»35. La composi- las palabras sacramentales formen una sustancia: su
ción del sacramento en res et verba aparece, pues, como unidad es de naturaleza accidental, es una unidad de
una realización concreta de la estructura aconteci- causa y de significación*s. Dos ejemplos pueden ayudar
miento-palabra, característica del modo como Dios ha a entender esta clase de unidad. La bandera a media
querido que se efectúe la revelación, que no es sólo co- asta en el balcón de un edificio oficial es señal de duelo
municación de una verdad, sino también actuación en por la defunción de una importante autoridad pública;

o
acontecimientos salvadores de la salvación anunciada. el signo es único, pero entre la bandera, el asta y el bal-
El sacramento no es sólo acción, acontecimiento, ni cón no se forma una sustancia, siguen siendo cosas dis-
sólo palabra, sino a la vez acción corporal y palabra. tintas. Igualmente el director de una oficina que indica
lo que se debe escribir en una carta, la secretaria que
9.1.3. Unidad del signo sacramental ejecuta el mandato, el ordenador y la impresora de los
que ésta que se sirve para hacerlo forman una unidad

R
Los elementos materiales, los gestos y las palabras de causa respecto a la carta, pero son sustancias distin-
son cosas heterogéneas entre sí, pero en el sacramento tas entre sí.
forman una unidad de causa y significación*, Santo To- Se consideran materia de los sacramentos no sólo
más se sirve de la analogía con la composición hilemór- los elementos materiales (agua, aceite, etc.), sino tam-
fica de las sustancias materiales para ilustrar la unidad bién su uso y los gestos humanos (ablución, unción, im-
del signo sacramental, aunque esté formado por cosas posición de las manos, etc.), Por eso se distingue entre
muy distintas entre sí. Así como la materia y la forma materia remota (los elementos materiales) y materia
componen una única sustancia material, y sí cambian, próxima (las acciones humanas que se unen a las pala-

nc
la sustancia no es la misma, sino otra; de modo seme- bras de la forma). Por ejemplo, la materia remota del
jante, las cosas sensibles y las palabras sacramentales bautismo es el agua, y la próxima la ablución.
forman un solo signo y una sola causa de los efectos del La unión entre la materia y la forma debe llegar a tal
sacramento, y no pueden cambiarse, pues entonces ya punto que constituyan un único signo; por eso varía se-
no habría sacramento. Además hay que considerar que gún los sacramentos. En la Eucaristía se requiere ver-
el signo sacramental es uno porque las palabras se unen dadera simultaneidad, es decir, las palabras de la con-
a las cosas determinando y haciendo más clara la signi- sagración hay que decirlas sobre la materia
ficación de los elementos materiales y de los gestos; por verdaderamente presente ante el sacerdote. Si en el mo-
eso las palabras son como la forma que perfecciona a la mento de decir «Esto es mi cuerpo», o «Éste es el cáliz
materia, completando la significación, y las cosas son de mi sangre», no están el pan y el cáliz con el vino, las
como la materia””. Esto no quiere decir que las cosas y palabras pierden su significado y no se realiza el sacra-
mento. En los otros sacramentos no es necesaria una si-
55 Conc. VATIcaNo H, Const. Dogm. Dei Verbum, 2.
** CfyIn Sent. IV, d. 1, q. 1, 2, 3, ad 1.
37 Cfe S. Th. I, q. 60, a. 6, ad Z; a. 7 c. 38 Cfr n Sent. IV, d. 1, q. 1, a. 1,s.5,ad 1.
264 Los sacramentos crístianos El signo sacramental 265

multaneidad tan perfecta para que quede clara la signi- y si uno de los dos es incapaz de hablar -es el caso de
ficación. En el bautismo, confirmación y unción de los un mudo- puede expresar el consentimiento con signos
enfermos, las palabras pueden separarse algunos ins- equivalente, -
tantes del relativo gesto de la ablución o unción, sin que Todo esto por lo que atañe a la validez de los sacra-
pierdan el significado referido a la acción. Algo seme- mentos, Para su lícita administración, hay que observar
jante sucede con el orden sagrado, pero admite mayor
lo que prescriben los libros litúrgicos de la Iglesia, que
separación entre la imposición de las manos y las pala-
determinan exactamente cómo se realiza el signo sacra-
bras, manteniéndose la unidad del signo, como de he-
mental, garantizando la necesaria unión entre la mate-
cho sucede, porque primero se realiza la imposición de
ria y la forma.
la mano en silencio sobre el ordenando, o los ordenan-
dos, y después se recita la plegaria de ordenación, que
comprende las palabras esenciales al sacramento.
9.2, Inmutabilidad de la materia y de la forma
El signo de la penitencia se extiende en el tiempo de
modo diferente a lo que sucede en los otros sacramen-
Como enseña el Concilio de Floreneia, la materia y
tos. La contrición manifestada externamente y la confe-
la forma son necesarias para que se realice el sacra-
sión pueden preceder a las palabras de la absolución
mento; si falta una de las dos, no se realiza el sacra-
del sacerdote incluso mucho tiempo, como sucedía en
mento, Faltan no sélo cuando se prescinde de ellas, sino
la penitencia solemne de la Iglesia antigua, en la que las
obras de satisfacción sacramental se cumplían antes de
también cuando se modifican de tal manera, que son
la reconciliación del penitente. Ahora la satisfacción se otras, Es preciso, por tanto, distinguir entre mutaciones
acepta antes de la absolución, pero se cumple después. sustanciales y accidentales de la materla o la forma.
Lo que cuenta, en definitiva, es que la unidad entre los
actos del penitente y las palabras de absolución del 9.2.1, Mutaciones sustanclales
sacerdote corresponda al hecho de que el sacramento La mutación de la materia es sustancial, cuando
de la penitencia se realiza mediante el sometimiento de ósta es otra; per ejemplo, sl para bautizar en vez de
los pecados al juicio del sacerdote ministro de la Iglesia agua se usa otro líquido, como leche, vino, ete. En cam-
y la absolucién que él imparte. bio, la mutación accidental no hace que la materia sea
También el signo del matrimonio tiene caracterís- etra; por ejemplo, que la temperatura del agua sea de
ticas singulares, comparado con el de otros sacramen- 200 de 25 grados no eambia la materla del bautismo.
tos, pues lo forma el consentimiento mutuo de los espo- Cuando se trata de los sacramentos, las mutaciones
sos, es decir, el acto de la voluntad, manifestado de la materia no hay que juzgarlas con análisis de labo-
externamente, con el que el hombre y la mujer, con ratorio, sine respecto a la significacion sacramental. El
pacto irrevocable, se dan y reciben mutuamente como hielo, por ejemplo, es químienmente agua, pero no elrve
cónyuges. Primero lo manifiesta uno, y después el otro; para el bautismo, precisamente porque no se emplea
266 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 267

para lavarse. Por eso los teólogos suelen decir que las prescrita, peca gravemente. Es un pecado de sacrilegio,
mutaciones de la materia de los sacramentos se juzgan que precisamente «consiste en profanar o tratar indig-
de acuerdo con la común apreciación de los hombres. namente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas,
También la forma sacramental cambia sustancial- así como las personas, las cosas y los lugares consagra-
mente cuando varían las palabras hasta el punto de sig- dos a Dios» (CatIgC 2120). Al sacrilegio se añade fre-
nificar otra cosa®. Un caso real puede servir para ilus- cuentemente el pecado de escándalo.
trar este principio, León XIII juzgó inválidas las
ordenaciones de los anglicanos, porque en 1559 intro- 9.2.2. Mutaciones accidentales
dujeron un ritual distinto, el Ordinal de Eduardo VI, en La mutación accidental de la materia o la forma no
el que como forma propia de la ordenación se decían invalida el sacramento, No obstante, hay que tener pre-
las palabras «Recibe el Espíritu Santo», tanto para el sente la ley de la Iglesia: «En la celebración de los sacra-
presbiterado como para el episcopado; su significado mentos, deben observarse fielmente los libros litargicos
era demasiado genérico, y el rito de la ordenación en su aprobados por la autoridad competente; por consi-
conjunto no ayudaba a especificarlo adecuadamente, guiente nadie añada, suprima o cambie nada por pro-
pues se habían quitado todas las referencias al sacerdo- pia iniciativa» (CIC can. 846 $ 1). Se trata de una ley
cio; el resultado era que tales palabras ya no correspon- que de suyo obliga gravemente por razón de la materia,
dían al significado de este sacramento®. y de modo especial en lo que se refiere a la parte esen-
Si las variaciones no cambian el significado de la cial del rito sacramental. Las mutaciones accidentales
fórmula, quiere decir que son accidentales. Éste es el de la materia y la forma que quebrantan lo que prescri-
caso de las traducciones a las diversas lenguas: la ben los libros litúrgicos son ilicitas. Por ejemplo, es ac-
forma, ya se diga en laifn o en otra lengua, no cambia el cidental a la materia eucarfstica que el pan sea ázimo o
significado. fermentado, mas en la Iglesia latina es obligatorio el
La mutación sustancial de la materia o de la forma pan ázimo*!; por eso, el sacerdote de rito latino que se
hace nulo el sacramento, porque lo que se realiza tiene atreve a celebrar la misa con pan fermentado peca gra-
un significado sustancialmente distinto. El ministro vemente (se entiende normalmente, fuera de los casos
que, dándose cuenta, usa una materia ciertamente invá- excepcionales de persecución, etc.).
lida o dice una forma sustancialmente diversa de la Salva la sustancia del signo sacramental, las deter-
minaciones accidentales constituyen una ley positiva de
3 Santo Tomás y los otros escolásticos contemporáneos suyos anali- la Iglesia, que en caso de grave necesidad pierde su ca-
zan con atención las distintas variaciones de las fórmulas sacramentales
y la consiguiente permanencia o mutación sustancial de su significado; rácter obligatorio. En efecto, cuando se trata de la ad-
al respecto cfr I RoSIER, Signes et sacrements. Thomas d'Aquin el la
grammaire spéculative, «Revue des Sciences philosophiques et théologi- ministración de los sacramentos es menester atender a
ques», 74 (1990), 392-436.
3 0 Cfr LEON X111, Carta Apostolicae curae, 13-1X-1896: Dz.-Sch. 3316~
17. * Cfr CIC can. 926.
268 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 269

dos cosas: 1) que se guarde la debida reverencia al sa- dosa, pero se debe realizar el sacramento de modo con-
cramento; 2) que se provea a la salvación de los hom- dicionado (sub condicione). Basta expresar la condición
bres. De todas formas, en la práctica los casos más ordi- mentalmente («Si ésta es materia valida...»). Con la ad-
narios de grave necesidad ya están previstos en los ministración condicional del sacramento se deja a salvo
libros litúrgicos con las oportunas simplificaciones. Por la reverencia debida al sacramento, pues no se tiene in-
ejemplo, el bautismo solemne se debe administrar con tención de realizarlo si no puede ser válido, y al mismo
agua bendecida para ese fin; pero en caso de necesidad tiempo se provee a la salvación de los hombres, si efec-
el mismo ritual prevé que se administre sencillamente tivamente el sacramento puede resultar verdadero.
con agua. La necesidad urgente del sacramento se valora con
referencia a la salvación. Asf, por ejemplo, en peligro de
9.2.3. Uso de materia dudosa muerte es lícito administrar el bautismo con materia
dudosa, como lo son el café, el té e infusiones de esta
La materia puede ser dudosa respecto a la validez
clase. En cambio, no es lícito en ningún caso celebrar la
del sacramento; por ejemplo, si el vino disponible para
santa misa con materia dudosa para poder llevar el viá-
la misa es verdadero o se ha hecho vinagre. Nunca es lí-
tico a un moribundo, pues con la penitencia y la unción
cito usar materia dudosa, en el caso en que esté dispo-
de enfermos se puede proveer suficientemente a su sal-
nible materia ciertamente valida. Cuando se trata de la
vación eterna.
validez de los sacramentos, se debe actuar de acuerdo
con lo más seguro y no es lícito seguir opiniones sólo
probables; y esto porque exponer el sacramento a la in- 9,3. Inserción del núcleo constitutivo del signo .
validez sería una grave irreverencia hacia el sacra-
sacramental en la totalidad de la celebración litúrgica
mento, y, en resumidas cuentas, hacia Dios. Precisa-
mente la primera de las tesis condenadas como laxas Hasta ahora, en este capítulo, hemos considerado
por el Santo Oficio, con decreto del 2-I11-1679, sostenía
sólo el núcleo esencial del sacramento en cuanto signo,
que era lícito seguir la opinión probable sobre el valor y era necesario proceder de este modo debido a la un
del sacramento, al menos en algunos casos, dejando de
portancia de identificar ese núcleo, tanto para garanti-
lado la sentencia más segura*, zar la validez del sacramento, evitando la introducción
A falta de materia ciertamente válida, si hay urgente de variaciones sustanciales, como para atender sólo a lo
necesidad del sacramento, es lícito usar materia du- esencial, cuando sea preciso, como en los casos de ur-
gente peligro de muerte. Pero la celebración ordinaria
*2 «No es ilícito seguir en la administración de los sacramentos la
opinión probable sobre el valor del sacramento, dejada la más segura, a de los sacramentos no se limita a realizar los elementos
0 ser que lo vede la ley, la convención o el peligro de incurrir en grave esenciales imprescindibles; éstos se encuadran en un
dafio. De ahf que sólo no debe usarse de la opinión probable en la admi-
nis}:racigir; del bautismo, del orden sacerdotal o del episcopado» (Dz.- marco litárgico más amplio, el cual, aun sin ser com-
Sch. 2101). pletamente necesario y admitiendo cambios, contri-
270 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 271
buye notablemente a alcanzar la finalidad de los sacra- miento de bendición determina los elementos con los
mentos, que «están ordenados a la santificación de los que se estructura la liturgia de los sacramentos. Por eso
hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en de- los ritos que la componen, también cuando no son
finitiva, a dar culto a Dios» (SC 59%a). En efecto, la eco- esenciales, tienen una razón de ser propia que sobre-
nomía sacramental* «consiste en la comunicación (o pasa con mucho los motivos puramente estéticos, pues
“dispensación”) de los frutos del Misterio pascual de no se acomoda al signo sacramental cualquier estruc-
Cristo en la celebración de la liturgia “sacramental” de tura de celebración, Hay una proporción entre la acción
la Iglesia» (CatIgC 1076). Por eso conviene ver ahora los sacramental en sentido estricto y todos los ritos que la
elementos más característicos de esta liturgia. acompañan. Es preciso, por tanto, prestar atención a
En toda la liturgia, especialmente en la liturgia sa- los elementos estructurales, por así decir, de la liturgia
cramental, que es su eje, hay como un doble movi- sacramental*”.
miento, que se puede resumir en el concepto de «bendi- «Toda celebración sacramental es un encuentro de
ción»*: Dios Padre bendice otorgando sus dones por los hijos de Dios con su Padre, en Cristo y en el Espíritu
medio de su Hijo encarnado, sobre todo el Don que Santo, y este encuentro se expresa como un diálogo a
contiene todos los dones, el Espíritu Santo*s; y la Igle- través de acciones y de palabras» (CatlgC 1153). En la
sia, unida a Cristo su Señor y bajo la acción del Espíritu obra de santificación de los sacramentos se entrecruzan
Santo, bendice al Padre con la adoración, la alabanza, la acción divina y la respuesta humana, que radical-
la acción de gracias y la súplica, para que las bendicio- mente es una respuesta de fe. En efecto, los sacramen-
nes divinas den frutos de gracia%, Este doble movi- tos «no sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimen-
tan, la robustecen y la expresan por medio de palabras
“3 La expresión «economía sacramental» es tradicional en la Tglesia
y significa la sabia disposición divina sobre el Misterio de Cristo que se y cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe» (sc
comunica por medio de los sacramentos,
“ «Bendecir es una acción divina que da la vida y cuya fuente es el
59a). Se comprende, por tanto, que en su celebración se
Padre. Su bendición es a la vez palabra y don (“bene-dictio”, “eu-logía”), dé un espacio importante a la proclamación de la Pala-
Aplicado al hombre, este término significa la adoración y la entrega a su
Creador en la acción de gracias» (CatlgC 1078).
bra de Dios por medio de las lecturas bíblicas, a las que
45 «En la Liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente re- frecuentemente sigue la homilía, orientada a favorecer
velada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y
el fin de todas las bendiciones de la Creación y de la Salvación; en su la respuesta de fe de los fieles a la Palabra que se pro-
Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nósotros, nos colma de sus
bendiciones y por él derrama en nuestros corazones el Don que contieñe
todos los dones: el Espíritu Santo» (CatlgC 1082).
4 «Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de
amor a las "bendiciones espirituales” con que el Padre nos enriquece, la
liturgia cristiana tiene una doble dimensión, Por una parte, la Iglesia,
unida a su Señor y “bajo la acción del Espíritú Santo” (Lc 10, 21), bendice 1083). .
al Padre “por su Don inefable” (2 Co 9, 15) mediante la adoración, la ala- ‘)7 Cir J. López MARTIN, «En el Espíritu y la verdad»: Introducción a la
banza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del Liturgia,
i i Secretariado
i Trinitario,
initari -226; J.J. Dris-
Salamanca 1987, pp. 218-226;
designio de Dios, la Tglesia no cesa de presentar al Padre “la ofrenda de cfmr,g “Anamnesis, Epiclesis and Fundamental Theology, «Ecclesia Orans»,
sus propios dones” y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta 15 (1998), 211-238.
272 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 273

clama y a disponerlos a recibir con fruto los sacramen- los stmbolos (elementos, gestos, vocablos) tomados de
tos y a vivir después de acuerdo con la nueva vida en la Biblia, y más aún en la misma liturgia de la Palabra y,
Cristo que por medio de ellos se les ha comunicado, Se especialmente, en los textos eucológicos (oraciones) de
enlazan de este modo el anuncio evangélico y la actua- la liturgia®. Véase, por ejemplo, la anámnesis después
ción de la obra de la salvación mediante los sacramen- de la consagración del pan y del vino, en las plegarias
tos; enlace que es característico de la misión apostó- eucarísticas del Misal Romano, e igualmente toda la
lica®, En resumen, se puede afirmar lapidariamente primera parte de las plegarias de ordenación de los
con el Catecismo de la Iglesia Católica: «La liturgia de obispos, presbíteros y diáconos, como también la plega-
la Palabra es parte integrante de las celebraciones sa- ría de bendición del santo crisma, en la misa crismal, y
cramentales» (CatIgC 1154). la solemne bendición nupcial,
La respuesta de fe a la Palabra de Dios que se pro- Otra dimensión fundamental de la liturgia de los sa-
clama comporta, además de su aceptación, también la cramentos es la epíclesis (del griego epfklesis = invoca-
conversión de corazón y se hace doxología, es decir, ala- ción, además de otros significados), que es la súplica di-
banza de la Trinidad Beatlsima, que se expresa en him- rigida a Dios Padre para que otorgue sus bendiciones;
nos, salmos, cantos, aclamaciones, acciones de gracias, la Iglesia la reallza por medio de Jesueristo para que en
De este modo, además, se facilita a la comunidad ecle- su nombre el Padre envie su Espíritu Santificador en
sial el que acompañe y no deje solos al ministro y a los los sacramentos. «Junto con la anámnesis, la epíclesia
sujetos de la celebración de los sacramentos, y se pone es el centro de toda celebración sacramental» (CatigC
de manifiesto que éstos son acción de la Iglesia, no 1106). Algunas fórmulas sacramentales tienen la estrue-
asunto prvado. tura de una epíclesis; así, por ejemplo, la parte esencial
Otra dimenelión de la liurgia sacramental, además de las plegarlas de ordenacion de oblapos, presbiteros y
de la doxelogía, es la anámnesis (del griego andmnesis = diáconos, en el Rito Romano, e igualmente la fórmula
recuerdo, conmemoración), es decir, el «hacer memo- de la confirmación: «Recibe por esta señal el den del
ra» de las maravillas de Dios, de sus bendiciones a lo Espíritu Santo», En el Misal Romano, la plegarias euca-
largo de la historia de la salvación, que alcanzan su rísticas I, {11 y IV contlenen fórmulas de epíclesis con-
punte culminante y de mayor concentración en el Mis- sagratorias”0, antes de la consagración, y de epfelesls de
terlo pascual, y éste se pone en acto y se hace presente comunións!, después de la anámnesis oblativa que si-
por el saeramento. La anámnesis se hace presente en
% «Según la naturaleza de las neciones litárgiens y las tradiciones el-
tuales de las Iglesias, une eolebración “hace memoria” de las maravillas
T cAsí come Criste fue enviado por el Padre, Él a su vez envió a lo de Dios en una Anámnesis más e menos desarrollada» (Catle€ 1103).
Apóstoles, llenes del Espíritu Santo.No séle los envió a dieíf eñl ** En la epfelesis de consagración de la Miss, la Iglesia pide que el
Evangelio a toda criatura g a anuneiar que el Hijo de DF;:, eon su Espiritu Santo santifique los dones ofrecidos para que se convierlan en
muerte y resurrección, nos libró del poder de Satands y de la muerte y el cuerpo y sangre de Eristo. — . .
g%;a e;¿¡é uje al m&%&% gádreé :::l«@ ta%béen a L;eallzar a obra de salva- 5t En la epíelesis de comunión, la Iglesia rue%g 2 Dios Padre para
ante el sacrificio que las gue 5e alimentan del suerpe y sañare de su Hije reciban la pleni
e los éuag?;rhñeda la vida litúrglens (SC é)}: * secrameniet, en tesma tud del Pspíritu Sante para hacerse en Críste un selo euerpe.
274 Los sacramentos cristianos El signo sacramental 275

gue a la consagración. En el Rito Romano, hay también sacerdocio real de los bautizados a la unción posbautis-
una epíclesis consagratoria en las plegarias de bendi- mal, como si no se hubiera dado ya con el mismo bau-
ción del agua bautismal, del óleo de los enfermos y del tismo. Igualmente el don del Espíritu Santo no hay que
santo crisma. Pero no sólo los textos eucológicos, sino atribuirlo a la imposición de las manos sobre todos los
también algunos gestos litúrgicos tienen un significado confirmandos antes de la unción con el santo crisma en
claramente de epíclesis: por ejemplo, la unción con el la frente de cada uno de ellos junto con las palabras de
óleo y la imposición de la mano o de las manos. la forma, Ni tampoco los dones de gracia que reciben
Todos estos elementos de la liturgia sacramental sig- los esposos hay que atribuirlos a la solemne bendición
nifican no sólo el proceso salvador, sino también los do- nupcial que les imparte el sacerdote, posterior a la ma-
nes de salvación que se comunican por los sacramen- nifestación del consentimiento que instaura el matri-
tos. Cuando hablamos de proceso salvador se quiere monio, como si esos dones no se otorgaran hasta que el
decir que todas las bendiciones que Dios concede en la sacerdote no haya invocado la bendición de Dios sobre
obra de la creación y la redención, de acuerdo con su los esposos pidiendo justamente la efusión de esos do-
designio unitario, confluyen en la misión del Hijo -En- nes sobre ellos.
carnación y Misterio pascual- y en la del Espíritu Santo La determinación de la parte esencial del sacra-
en nombre de Cristo, por las que la Iglesia es formada mento es sin duda conveniente e impide la confusión y
como Cuerpo y Esposa de Cristo, Las maravillas de equiparación entre las acciones litúrgicas, como si cual-
Dios en los tiempos de la historia anteriores a la venida quier asamblea creyente convocada para escuchar la
de Cristo anunciaban y prefiguraban la salvación defi- Palabra de Dios y orar en común constituyera una
nitiva en Cristo, que tendrá su consumación en la gloria ación sacramental. Pero al mismo tiempo hay que huir
final de la vida eterna. de considerar esa determinación con mentalidad estre-
Los sacramentos significan los dones sobrenaturales cha, dando importancia sólo al núcleo esencial y despo-
que se dan por medio de ellos. Se trata de una significa- jando de valor a todo el resto de la celebración. Precisa-
ción muy rica de contenido, que se condensa en la parte
mente la totalidad de los ritos de la liturgia sacramental
esencial del signo del sacramento, pero que, a la vez,
constituye una fuente copiosa de inspiración para la
aparece desplegada e ilustrada en los elementos eucoló-
teología de los sacramentos.
gicos que componen la liturgia sacramental. Efectiva=
mente, en las oraciones, himnos, cantos, aclamaciones, BIBLIOGRAFÍA: F. FROST, Matiére et forme dans les sacre-
etcétera, van apareciendo todos los efectos sacramenta- ments, en Catholicisme hier aujourd'hui demain, VIII, Centre
les, que, sin embargo, no hay que atribuir a la eficacia Interdisciplinaire des Facultés catholiques de Lille, Letouzey
suplicante de la Iglesia como separada de la del sacra- et Ané, Paris 1979, col. 892-897; J. LOPEZ MARTÍN, «En el Espi-
mento mismo, y menos aún hay que asignarlos distri- ritu y la verdad»: Introducción a la Liturgia, Secretariado Tri-
butivamente a los varios momentos de la celebración li- nitario, Salamanca 1987, pp. 201-309; T. ROSIER, Signes et sa-
túrgica. Así, por ejemplo, no hay que atribuir el don del crements.” Thomas d'Aquin et la grammaire spéculative,
276 Los sacramentos cristianos

«Revue des Sciences philosophiques et théologiques», 74 PARTEV —


(1990), 392-436; D. Vax DEN EYNDE, The Theory of the Compo- CONTENIDO SALVÍFICO
sition of the Sacraments in Early Scholasticism (1125-1240), DE LOS SACRAMENTOS
«Franciscan Studies», 11 (1951), 1-20, 117-144; 12 (1952),
1-26.
Los sacramentos (acciones, elementos materiales,
palabras) externamente se identifican con facilidad;
pero lo externo, sensible, en ellos remite a un contenido
de salvación, que los convierte en el tesoro más valioso
entre las cosas santas que posee la Iglesia. En los capí-
tulos anteriores hemos visto en general que los sacra-
mentos nos ponen en contacto vital con el misterio de
Cristo y nos permiten recibir los dones que provienen
de la obra de salvación que el Padre ha realizado por
Cristo en el Espíritu Santo. En esta parte examinare-
mos más en concreto este contenido salvífico.

También podría gustarte