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SONETOS A LA MUERTE

( Canción de una vampira)

Ya no hay voz en el alma que la anida,

No hay sol y agua en tu pozo ni en tu pino,

Ni ansias, ni ala en el tacto de tu tino,

Alma mía, de mi sangre y mi vida.

Voy muriéndome atada en mis errores…

Va alzando poco a poco aquella soga

Me sujeta una fuerza impenetrable

Que ya no puedo más con este nudo:

Más dolor no ata.

Con un dolor opacado y redondo

Como si el cielo lo tuviera atado.

Tiene la leve cuerda que me inquieta,

Atada estoy con equivocaciones

De un vivir que se pierde en la hondonada…

Adiós a la muerte que me habla atada.

Me quedo sujeta como iba, atada

A las penas del mundo con mi pena.

Se llevó mi amor ahogado en cordones.

Perdiendo siento el hilo de mi vida

Cuerda de esparto me ata la garganta

Me crucifica en la pena que me ata.

Y así quedo en dolor clavo en que me ato…

La mano grande como de almas cielos

Y el corazón de tanto amor, en rojos.

Rojos eran también los soles flojos

En su serio mirar en caramelos.

La muerte lo encerró en tupido velo,

Grande, descomunal, de broches rojos.


Rojos como la sangre los cerrojos

De aquella muerte. Dejo en caramelo

Rojos como la sangre los cerrojos

De aquella muerte. Dejo en caramelo,

Alta voz, luz en nombre, liso pelo

Que en poco tiempo serían despojos.

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