Queridos amigos y amigas,

Hoy nos reunimos para recordar y celebrar la memoria de un hombre

extraordinario, un líder valiente y visionario que dejó una huella imborrable en
la historia de nuestra tierra: Andrés Guacurarí.

El 30 de noviembre nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los ideales y

la valentía de este héroe que luchó incansablemente por la libertad y la justicia.
Guacurarí no solo fue un líder militar, sino también un defensor de los derechos
de los pueblos originarios y un ferviente partidario de la independencia.

En momentos de oscuridad, Andrés Guacurarí se erigió como una luz de

esperanza para aquellos que anhelaban un futuro mejor. Su visión de una
sociedad justa e inclusiva, donde todas las voces fueran escuchadas y
respetadas, sigue siendo una inspiración para nosotros hoy.

Recordemos con gratitud y respeto el coraje con el que Guacurarí enfrentó los
desafíos de su tiempo. Enfrentó la opresión con determinación y defendió la
causa de la libertad con valentía, recordándonos que cada uno de nosotros
tiene el poder de cambiar el curso de la historia.

A medida que honramos la memoria de Andrés Guacurarí, comprometámonos a

seguir su ejemplo. Que este día no solo sea una oportunidad para mirar hacia el
pasado, sino también para inspirarnos a construir un futuro donde los ideales
de justicia, igualdad y libertad sean la piedra angular de nuestra sociedad.

En el legado de Andrés Guacurarí encontramos la fuerza para enfrentar los

desafíos actuales con determinación y unidad. Sigamos trabajando juntos para
construir un mundo más justo y equitativo, donde todos puedan vivir con
dignidad y prosperidad.

¡Gracias, Andrés Guacurarí, por tu valentía y tu legado eterno!

¡Viva la memoria de Andrés Guacurarí!

¡Viva la justicia!

¡Viva la libertad!

¡Gracias a todos por estar aquí hoy!