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Viva como Hermenegildo

¿Qué hacer cuando vamos a un velorio?

Pocos momentos son tan satisfactorios como recibir la invitación a un velorio o


enterarse de la posibilidad de estar presente en uno. ¿Por qué? Porque es un evento para
ganarse el cariño de gente, ganarse el odio de gente y sacar algún rédito económico. En
la columna de hoy voy a dar algunos tips para capitalizar esa visita al velorio.

 Reaccionar alevosamente/antipáticamente a la noticia de la muerte.


 ¿Hacen algo? ¿Qué llevo? ¿Qué tienen armado? ¿Hay barra? Ofrecer
conocidos para que hagan show (musical, stand up, ronda de chistes).
 Llamar 28 veces a distintos parientes para decir que no encontrás la
dirección del velorio.
 Vestirse de luto nivel siglo XIX. Totalmente de negro, conseguir un tul negro
para taparse la cara y tener pastillas de menta a mano para tirarse airecito y
llorar los ojos.
 Si hay otro velorio al lado, entrar igual y hacerte pasar por amigo del muerto
(acting) hasta que la mayor parte del público te dice que te equivocaste de
velorio.
 Sobre exagerar el dolor por la muerte. Nadie te va a decir nada, jugar con el
dolor propio, al borde de la locura (risa, llanto, risa, llanto). Equivocar el
nombre.
 Anécdotas a los gritos, sin filtro. (Rueda de cabarets).
 Reclamarle una deuda del muerto a los deudos.
 Recordar muertes de famosos. Canción favorita del muerto (convocar canto
masivo) (ejemplo Neustard).
 Hacer la gran Pepe Argento y vivir a full cualquier partido por el celular.
(Festejar con el cajón, abrazarse con los familiares).
 Vender cosas entre llanto y llanto, si alguien se niega comprar llorar más.
 Intentar discursos pero quebrarse en llanto.
 Sobre el final del velorio, subirse al cajón y no dejar que se lo lleven. Querer
llevarlo sólo. Querer manejar el auto fúnebre hasta el cementerio o manejar
la máquina que quema el cuerpo. ¿Dónde tiran las cenizas?

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