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La leyenda del misterioso chupacabras ha llegado hasta nuestros días desde los años
90 como uno de los monstruos más temidos. ¿De dónde nació su historia?
OConnor cree que es posible que el ácaro haya pasado de humanos a perros
domésticos y de éstos a coyotes, zorros y lobos salvajes. Su investigación sugiere que
la razón por la que la respuesta es tan diferente es que los humanos y otros primates
han vivido con el ácaro durante gran parte de su evolución, mientras que otros
animales no.
"Los primates fueron los primeros huéspedes" del ácaro, afirma OConnor. "Nuestra
evolución nos permite mantener controlada la sarna, a contrario de lo que ocurre con
otros los animales". En otras palabras, la evolución de los humanos ha permitido
que nuestro sistema inmunitario neutralice la infección antes de que ésta nos
neutralice a nosotros.
Según Keel, además, los ácaros también han evolucionado, provocando daños en
humanos pero sin llegar a ser mortal, lo que podría convertirnos en seres "no útiles"
para ellos. En animales, en cambio, no han alcanzado ese equilibrio. Por ejemplo, en
los coyotes la reacción puede provocar la caída del pelo y la obstrucción de los vasos
sanguíneos, además de fatiga general.
En cuanto a la idea de que chupan sangre como los vampiros, es posible que se trate
de una exageración propia de la leyenda. "Creo que es parte del mito", añade
OConnor.
El Chupacabras, una criatura aparentemente bípeda, con una altura de entre 1,20 y
1,50 metros, grandes ojos, púas a lo largo de su espalda y largas garras, según la
descripción de los pobladores, despierta interés sobre una cuestión central, ¿es un
mito o un monstruo real?
Solo en Puerto Rico hubo más de 200 reportes de avistamientos declarados en 1995.
Pero el aspecto físico del Chupacabras cambió al comienzo de la década del 2000,
cuando los reportes reseñaban a un animal sin pelos, poco parecido a un
extraterrestre y con un desplazamiento de cuatro patas.
Los avistamientos o reportes no han sido exclusivos de estos países, incluso llegaron
al sur del continente. Al norte de Chile, por ejemplo, los ganaderos de la comuna de
Colchane denunciaron en enero de este año la muerte de 50 crías de llamas y
alpacas, atacadas por el Chupacabras, según describieron.
“Les hace un hoyito al costado del cuello. No se come la carne ni las entrañas. Nunca
había visto algo así. Ataca de noche y los animales parecen no defender a la cría”,
narró a los medios locales Luis Choque, uno de los ganaderos de Colchane, según
reseñó el periódico Clarín en enero de este año.
Andrea Nieto, veterinaria de Colchane, quien investiga las muertes, explicó: “Se ven
solo dos perforaciones a la altura de tórax y nada más, al parecer de ahí succionó el
animal”. En el suceso destacó que no se hallaron huellas para determinar las
características del atacante.
En Rosario, los vecinos se acercaron a ver al animal con asombro y cierto terror, de
acuerdo con la agencia. Trascendió que el esqueleto se halló dos años antes en un
campo al norte de la provincia de Santa Fe. Los residentes afirmaron que el esqueleto
es similar al Chupacabras de Puerto Rico.
Explicación científica
La leyenda tiene una explicación científica. Los expertos creen que en la mayoría de
los casos los Chupacabras no son más que coyotes con escabiosis, conocida como
sarna.
La sarna es una enfermedad que provoca la caída del pelo y se formen costras en la
piel, entre otros síntomas. Es una afección dolorosa y en ocasiones mortal, reseñó la
revista National Geographic en una publicación referente al Chupacabras.
“No creo que haya que buscar más teorías”, dijo Barry OConnor, entomólogo de la
Universidad de Michigan, quien ha estudiado el parásito que causa la escabiosis.
“Sigue pareciendo un coyote, pero en una versión bastante distinta (...) Si lo viera en el
bosque no habría pensado que se trata de un Chupacabras, pero yo he estudiado
coyotes y zorros con sarna durante mucho tiempo. Una persona no profesional, en
cambio, podría confundirlos”, argumentó Keel a National Geographic.
OConnor añadió que los animales con sarna suelen estar débiles, por lo que “si no
consiguen sus presas habituales, se acercan al ganado, que es más fácil de cazar”.
DESCRIPCIÓN
La descripción popular de esa entidad es que sería una criatura pequeña (de 1
metro de altura o menor tamaño), que presentaría piel verduzca y escamosa, ojos
grandes y saltones, y cabeza ovalada. Esta vaga descripción coincide con otro ser de
la mitología contemporánea, los pequeños seres alienígenas grises. También se le
atribuye un rostro canino de grandes ojos y colmillos y tobillos largos como los de un
canguro.