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caidicwciones €l blog de J. onzalez Sainz
La publicidad es el programa
ur 3A. Gonaler Sain -040/20:0
En las Navidades del aiio que, por lo menos cronologicamente, hemos dejado atrés (en los
demas aspectos me temo que seguird trayendo cola), el Ministerio de Cultura del Gobierno
socialista and6 insertar en periédicos y revistas —no sé si también en vallas o carteles
publicitarios— un bonito anuneio.
Dado que para un Gobierno laicista, que no laico (para la diferencia, abismal, entre ambos
términos véase Claudio Magris, La Historia no ha terminado), las Navidades no son otra cosa
que el carpetazo definitivo al afio y, sobre todo, el periodo de tiempo en que més compulsiva y
borricamente se compra un poco o un mucho de todo, en el Ministerio de Cultura alguien
debi6 de pensar en contribuir a la celebracién de la asi entendida Navidad tratando de traer en
buena légica el agua de esas compulsiones a los productos que muele su molino y que, a fin de
evitar posibles equévocos —es verdad que hoy dia se le llama cultura a cualquier cosa—, se
detallan en una nutrida lista que aparece en la parte central de ese anuncio. Desde los libros, el
cine y la mtisica —hay que pensar que cualquier libro, cualquier pelicula y cualquier mtisica—,
que figuran en los primeros puestos del elenco, hasta la pintura y la escultura, pasando por el.
cémic, el circo 0 los videojuegos o por un para m{ misterioso B.S. O., pero que a no dudar
tiene que ser también “algo” cultural, la lista va desgranando antes de los puntos suspensivos
finales una retahila de productos que, una frase precedente, invita o més bien
ordena —ya que el verbo esté conjugado en imperativo— regalar. “Estas Navidades regala
cultura”, reza exactamente el enunciado que, como para hacer més personales o fntimos la
orden o consejo, aparece cucamente escrito a mano.
Pero no estaba ahi, ni en el imperativo del verbo, ni en la pequefia astucia de la frase esi
‘mano, y ni siquiera en la modalidad de celebracién navidefia o en le lista donde cualquier cosa
valfa igual que cualquiera otra con tal de que hiciera bulto cultural o pasase a engrosar las filas
dela “cultura” que se Hamaba a comprar (y en especial a comprar “por
internet’, tal y como se explicitaba en el 4ngulo inferior izquierdo del anuncio lo mismo que si
no se hubiese querido favorecer lo mas minimo, en ese delirio de particularismo que se goza
carcomiéndolo todo en Espaiia, al ramo anejo del comercio (en efecto es otro Ministerio), 1o
‘ms paladinamente interesante del anuncio: en su mitad superior izquierda, con letras esta
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‘mayisculas y de un cuerpo de imprenta muy superior a las anteriores, el titular que imperaba
sobre toda la publicidad decia asf: “La cultura es algo que lo envuelve todo”.
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Podfan haber puesto “la cultura es algo que esté en todas partes” o bien “que lo i>es todo”;
pero no, lo que incuestionablemente dice el anuncio es que “es algo que lo envuelve todo”.
‘Como para que no cupiese ademas la menor duda, toda la mitad derecha del mismo —excepto
un pequeiio rectangulillo para la firma del Gobierno de Espafia y el Ministerio de
Cultura, especular al consejo de que “comprar cultura por internet es més fécil” que figuraba
en el extremo opuesto— estaba ocupada por la vistosa reproduccién de una caja de regulares
proporciones en cuyo cartén venfa impresa, con toda la variedad tipogratfica posible, la lista de
productos antes mencionada. La caja de cartén, lo que “envuelve” alguna cosa de ese “todo”,
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estaba realzada por una lamativa cinta eon su buen lazo de perifollo en la parte superior. Mas
claro, agua.
La cultura, sea lo que sea esa sefiora, como deefa el otro, no es desde luego para el Ministerio
de Cultura y el Gobierno socialista que ha hecho ese anuncio ningtin conjunto de
conocimientos o conjunto de actividades de orden espiritual o de valores 0 razones,
compartidos o bien ningyin grado de desarrollo de ninguna relacién, como eabe ver, sin ir mas
lejos, en cualquier diccionario que se precie. No, la cultura, lo que llama cultura nuestro
Gobierno y nuestro Ministerio (habia puesto Miniserio, comiéndome lat, y he estado tentado
de dejar la errata), es simple y Hanamente —Ilamativamente— ‘envoltura’, recubrimiento,
forro 0 céseara 0
pellejo, embalaje, pura cobertura. Ni siquiera apariencia,
perifollo, mero ornamento.
ino revestimiento, envoltorio,
Pero por muy desoladora que sea esta constatacién de lo que aquella publicidad ponfa en
evidencia, que la cultura es cdscara o enjaezamieto, todavia no alcanza a expresar la
contundencia de la desazén que me habia producido el anuncio. La impresién habia sido mas
profunda, me dije, mas nefasta atin, asi que me puse a mirar y remirar la caja de cartén con su.
lacito de marras. Eso es, ah{ estaba, ahi estaba el asunto, pensé, éPero cual era el asunto 0,
dicho de otra forma, qué es lo que alli estaba o més bien habfa alli?
‘Nada; alli no habia nada o, mejor dicho, alli lo que habia era nada. Una profunda, inequivoca
impresién de estar vacia era lo que emanaba de aquella caja con lazo, La cultura no sélo era
‘ornamento y embalaje, sino ornamento y envoltura de nada. Era sélo envoltorio, y cl
contenido era el vacio. Asi que lo de dentro era también el envoltorio, o bien no habia més
interior que el envoltorio. La envoltura es pues lo de dentro, el contenido, o bien, habida
cuenta de que la cultura es lo “que To envuelve todo”, la envoltura de todo, “tod
efectivamente “nada” en la mejor y més atinada publicidad de nihilismo que conocen los
tiempos caducos.
Cultura seria pues lo que reduce todo a nada, lo que todo lo iguala, lo que todo lo reeubre sin
esfuerzo porque no hay nada que recubrir y el recubrimiento se basta y se sobra a si mismo
incluso como contenido. Todo un programa, 0, quizés, todo el programa en la publicidad de un
Gobierno que, “en la rudeza de su ineptitud”, como dijo Sanchez Ferlosio hace ya treinta afios
al
respecto de la nocién de cultura de otro Gobierno socialista (pero que se podria extender
supongo a cualquier otro Gobierno a secas, aunque a muchos les pueda doler que sea
justamente el socialista el que mejor lo evidencie y1o haya puesto de manifiesto), todo un
programa, repito, en la publicidad de un Gobierno que hace buena la frase, especular a la de
que la envoltura es el contenido, de que la publicidad es el programa, el fundamental, el
verdadero, el iinico incluso si nos apuramos un poco.
Acerca del autor
4.4. Gonzalez Sainz
Escritor, natural de Soria (1956) y vecino actual de Trieste, Italia,
pais en el que lleva vivendo més de 25 afios. Su novela més
reciente es Ojos que no ven (Anagrama, 2010), ala que le
precedieron, entre otros libros, Volver al mundo (Anagrama,
2003), su novela de mayor calado, y Un mundo
exasperado(Anagrama, 1995). Por esta tiltima recibié el Premio
Herralde de Novela y en 2005 le fue concedido el Premio de las
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Letras de Castilla y Le6n. Es también traduetor y ensayista, y en
1987 fundé la revista Archipiélago, de reciente desaparicién.
Pégina del autor
3.8. Gonziles Saine
‘scstr, ata de Sora (1956) secon atu de Toe, ali, pisen el quellev vendo ms de 25 fs Su noel recente
Ojos qu oven Anagrams, 2010, alaqulepreceieon, etre ots os, Vole al mundo (Anagram, 2003, .0 novela de
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