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Responsabilidad Civil Aplicada a la

Informática
Responsabilidad profesional de los programadores, administradores de redes, encargados
de seguridad, gerentes, propietarios, etc.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA INFORMÁTICA


De manera similar a lo sucedido en el ámbito penal, el desarrollo de la informática fue
acompañado de confusión respecto a la aplicación del sistema de la responsabilidad civil,
lo cual generó problemas interpretativos en su aplicación.

Es un error afirmar que “en informática no está nada regulado”. En informática se aplican
las mismas normas que en cualquier otro ámbito, con lo cual podríamos decir que “en
informática está todo regulado desde antes de que la informática exista”. Es decir, los
problemas no son de falta de regulación, sino de incomprensión de los operadores
jurídicos respecto de la realidad sobre la que deben tratar y decidir.

Analizaremos, primero, un caso e iremos argumentando paso a paso y por turno de los
intervinientes.

EL PROBLEMA DEL DAÑO CAUSADO POR UN TERCERO POR INJURIAS


REALIZADAS EN UN SITIO WEB
Una persona ha creado un sitio web sobre turismo de un lugar determinado. Allí se
muestran fotografías, se cuenta la historia del lugar, se describen los paseos disponibles,
los restaurantes, los hoteles, etc. Quien quiera visitar el lugar tendrá toda la información
reunida, lo cual le ahorrará esfuerzo de búsquedas o malas decisiones como consecuencia
de falta de información. Por su parte, el propietario del sitio cobra a los negocios que
difunde (restaurantes, hoteles, hostels, etc.).

Los visitantes de la página tienen una opción con la cual pueden dejar sus comentarios al
estilo: “Gracias a esta página pude realizar unas excelentes vacaciones”, “Viví unos días
formidables” o “Es un lugar maravilloso”.

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Un día, alguien a quien llamaremos “Tercero no identificado” ingresa a la página y deja el
siguiente comentario: “En esta ciudad, el Sr. Juan José Melgarejo se dedica junto con su
mujer, Ramona Bermúdez, más estafadora que él, a engañar a los turistas, les saca plata
con promesas de falsos paseos, les alquila casas que no existen y se queda con la seña e
incluso llega a vender lotes con falsos planos. Si lo ve, aléjese o péguele directamente”.

Resulta que Juan José Melgarejo y la Sra. Ramona Bermúdez son dos conocidos vecinos de
la ciudad y como consecuencia del comentario mucha gente no accede a relacionarse con
ellos. Además, los pobladores se asombran y -pueblo chico infierno grande- algunos
sospechan de ellos. Los llamaremos: “Los damnificados”.

Personajes intervinientes: “El dueño del sitio”, “El tercero no identificado”, “Los
damnificados”.

Queremos saber si los damnificados pueden cobrar una indemnización.

Paso 1

1. Existe daño. Los damnificados pierden oportunidades de negocios. Además,


han sufrido daño personal, han sufrido, han padecido dolor moral.
2. Existe relación causal entre el daño y la publicación. En el orden natural de
las cosas, cuando se realiza una publicación de ese estilo, la gente pierde
oportunidades, sufre dolor moral, etc.
3. La acción es ilegal, no se realiza en defensa propia o de un tercero por una
amenaza inminente de nada.
4. Factor de atribución: dolo. El tercero no identificado ha provocado el daño
con intención de producirlo.

Conclusión: El tercero no identificado debe pagar. El problema es que como no se lo


identifica, no se le puede cobrar, por lo cual los damnificados buscan otras opciones.

Paso 2. El daño y la relación de causalidad ya han quedado establecidas (esto vale para
todas las etapas siguientes)

Factor de atribución: culpa. Del dueño, por no haber tomado todos los recaudos
necesarios para que el daño no se produjera. El dueño debería haber revisado los
mensajes antes de que se publicaran y no hacerlo fue lo que provocó el daño. Por lo tanto,
es quien debe pagar.

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Respuesta del dueño: se exige una conducta imposible. El factor culpa se entiende como la
falta de cumplimiento de una conducta que puede ser exigible. Nadie puede exigir
conductas imposibles. Los mensajes se pueden escribir durante las 24 horas del día, desde
cualquier parte del mundo, en cualquier idioma. Hay sistemas de detección de palabras
que se entienden como injuriosas, pero son muy fáciles de vulnerar con caracteres
separadores, etc. Tampoco se puede controlar la ironía o los segundos sentidos. En
resumen, los sistemas que se han creado en Internet son totalmente incontrolables, por lo
cual no puede aplicarse el factor culpa porque el modelo a seguir no puede ser realizar
una conducta imposible.

Paso 3. Los damnificados intentan aplicar el factor actividad riesgosa

Justamente, para rechazar el factor culpa, el dueño ha efectuado todos los argumentos
necesarios para fundamentar el factor actividad riesgosa. Recordemos que la actividad
riesgosa es aquella que es… incontrolable. No se reprocha al dueño haber realizado el
sistema, sino que por aplicación del factor de atribución objetivo de actividad riesgosa se
debe pagar.

Paso 4

El dueño pretende defenderse aduciendo que existe un factor de desatribución de la


responsabilidad: El tercero no identificado, porque identificado o no, es un tercero que
actúa dolosamente tal como fuera sostenido en el Paso 1.

En realidad, el llamado “tercero no identificado” no es tal. Es un dependiente del dueño.

Efectivamente, para determinar si hay dependencia debemos comprobar que hay una
relación de interés económica entre el dueño y el dependiente. En este caso, al dueño del
sitio le interesa que la gente escriba comentarios porque de esa manera hace más
interesante su página.

Además, a quienes ingresan se les dan indicaciones sobre la manera en que deben actuar.
Deben suscribirse, dejar un mail, se les envía una clave, se les indica cómo ingresar, cómo
escribir, etc.

En consecuencia, el dueño del sitio debe pagar la indemnización por ser principal respecto
del supuesto tercero.

Además, debemos agregar que la existencia de ese “tercero” tendría que probarse. Lo que
podemos afirmar en un primer momento es que existen los comentarios injuriosos, pero

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no que los haya escrito un tercero. Los archivos “log” son archivos esencialmente
editables y justamente se encuentran en poder del dueño.

Conclusiones: este caso tiene muchas consecuencias y todavía no se encuentra


definitivamente resuelto en los distintos países. Si lo generalizáramos, llegaríamos a la
conclusión de que casi todas las publicaciones serían civilmente responsables por los
comentarios en sus páginas, lo que llevaría a la eliminación de la posibilidad de su misma
existencia.

Parecería un argumento contrario el de la existencia de innumerables sitios en los cuales


leemos infinidad de comentarios injuriosos. Un contraargumento podría ser que
simplemente esta situación aún no ha llegado al ámbito judicial.

Por otra parte, si se resolviera en forma contraria existiría un ámbito -el de los
comentarios en Internet- en el cual se podrían realizar injurias gratuitamente y sin
consecuencias civiles, lo que implicaría la falta de funcionamiento del sistema de
reparaciones.

Esta situación anómala es una de las tantas a las que se ha llegado como consecuencia del
uso de Internet y que aún no han tenido una respuesta definitiva.

El primer caso testigo en la Argentina ha sido el de un sitio de turismo que se encontraba


en el dominio jujuy.com y que recibió una sentencia condenatoria al dueño del sitio.
Desgraciadamente, la sentencia está muy mal hecha y no puede entenderse claramente
cuál es el factor de atribución por el cual se lo condena a indemnizar a los injuriados.

EL PROBLEMA DE LAS PIZZAS DE AUTOR (WWW.PIZZACOMOARTE.COM.AR)


Nosotros explotamos una pizzería en el barrio porteño de Palermo. Con la llegada de
internet, realizamos la página web sobre el dominio pizzacomoarte.com.ar.

Leyendo los libros disponibles, aprendimos que hay tres tipos de funciones para las
páginas en cuanto a las actividades comerciales:

a) Las que simplemente informan sobre los productos, la ubicación, los


precios, etc.
b) Las que, además de informar, permiten realizar la operación misma de
compra, pero que como venden un producto físico luego este debe ser
enviado por algún sistema de correo.

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c) Las páginas sobre las que se pueden realizar todas las operaciones sin
intervenir objetos físicos.

Según esta clasificación, la nuestra será de la categoría señalada en b). Efectivamente, se


podrán consultar los productos ofrecidos, se los podrá comprar mediante el uso de
tarjetas bancarias y luego el producto -las pizzas- le serán enviadas al domicilio del
comprador.

Pero, además, desarrollamos un programa que permite diseñar pizzas. La pantalla


presenta un círculo que representa una pizza y se la puede ir armando a través de
elecciones de distintos tipos de quesos, agregándole aceitunas, picantes, ananá,
morrones, palmitos, tomates, etc. Luego, se agrega el nombre del diseño y se puede
volver a él en un futuro ingreso. ¡Estas son verdaderas pizzas de autor!

Esta idea nació como consecuencia de algunas lecturas, como las obras del español
Manuel Castells, quien sostenía que la economía sobre Internet debía ser una
combinación de costos de la economía de escala y diseños de la economía artesanal.
También nos inspiramos en los ejemplos sobre la evolución de la cultura del vino, del café,
del chocolate, de té, etc., que pasaron a ser objetos con un enorme sentido sociocultural y
generaron grandes movimientos comerciales.

El emprendimiento tenía un gran éxito, pero el problema era que el ámbito de venta se
limitaba al barrio porteño de Palermo, ya que no se podía llevar pizzas demasiado lejos
por problemas del mismo envío y el deterioro y enfriamiento del producto con la
distancia.

Entonces decidimos cerrar el local y recorrer toda la Argentina ofreciendo a las distintas
pizzerías, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, el siguiente contrato: los clientes ingresarán
en el sitio, diseñarán la pizza, la comprarán a través de la tarjeta bancaria y se le encargará
a la pizzería contratante más cercana al domicilio donde deba entregarse que la produzca
y la entregue. Del precio cobrado, se le enviará a fin de mes el 70% a la pizzería.

A partir de allí, el negocio prosperó con un nivel de crecimiento exponencial. Ahora no


solo no se tuvieron los problemas acarreados por la pizzería en el barrio de Palermo, sino
que se vendieron pizzas para 2.000 pizzerías a lo largo y ancho de todo el país.
Indudablemente, las ganancias fueron enormes. El trabajo ahora consistió en mantener el
sitio y sus programas, más allá de la mozzarella y los cuatro quesos.

Un día, en una ciudad del sur argentino, se preparaba una fiesta de egresados. Estaban
invitados los estudiantes, los profesores, los directivos, los familiares, etc., y el catering se

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encargó a tres estudiantes que eran famosos por sus diseños de pizza en el sitio
pizzacomoarte.com.ar. Se hizo el diseño y se encargaron. La pizzería La Cuidada fue donde
recayó el pedido, por ser la más cercana del lugar del encuentro.

Pero el cocinero de La Cuidada tenía un problema en su hogar, un desagradable roedor se


había instalado y hecho su domicilio en la casa. La esposa del cocinero lo martirizaba para
que lo desalojara definitivamente, pero todos los intentos eran inútiles y todas las noches
se convirtieron en una terrible e infructuosa persecución.

El mismo día en que debían prepararse las pizzas para el acontecimiento, el cocinero pasó,
antes de dirigirse a su trabajo, por un comercio a comprar un potente raticida que por
error -cansado por no haber podido dormir a la noche- puso en la cocina y cerca del
paquete de la sal, confundió ambos y colocó raticida en todas las pizzas tan bien
diseñadas.

Se hizo la fiesta y la consecuencia fue la gravísima intoxicación de más de 300 personas.

Analicemos desde la perspectiva de la responsabilidad civil.

1. ¿Existe daño? Sí, obviamente daño emergente y daño personal. Los montos
de las indemnizaciones debidas son cuantiosos.
2. ¿Hay relación causal? Sí, en el orden natural de las cosas, cuando se coloca
veneno antirratas en la pizza y esta es ingerida, se produce el tipo de daño
que se produjo en este caso.
3. ¿La contaminación fue ilícita? Sin duda, no fue producto de un acto
defensivo ni del ejercicio regular de un derecho. Es ilegal dañar a otro
(salvo que exista una adecuada justificación).

Existiendo daño y relación causal, debemos intentar encontrar factores de atribución de la


responsabilidad civil que nos indiquen la razón y la persona que deberá asumir el pago de
las indemnizaciones.

¿Hay factor subjetivo dolo? No, no encontramos nadie que haya querido el resultado.

¿Hay factor subjetivo culpa? Sí, el cocinero actuó con culpa por no haber seguido el
modelo de conducta que razonablemente se le puede exigir a un cocinero. Haber
introducido el veneno en la cocina fue una acción torpe, negligente, inadmisible. Por lo
tanto, cumplido el factor de atribución, el cocinero debe pagar. Pero seguramente su
patrimonio no será suficiente para solventar la totalidad del daño.

Encontrar un solo responsable no termina el problema, porque pueden existir más de uno.

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¿Existe factor de atribución objetivo de riesgo creado? No. El daño se produce por un
hecho humano, no por la intervención de una cosa o actividad que se haya descontrolado.

¿Existe factor de atribución de dependencia? Para ello, tiene que darse: un principal y un
dependiente que genere el daño. En este caso, el daño es generado por el cocinero que es
dependiente de la pizzería La Cuidada. Entonces, esta última también es responsable por
el daño, en su carácter de principal.

En lo que nos resulta fundamental: ¿los dueños del sitio www.pizzacomoarte.com.ar son
responsables civiles? Lo son también, porque son principales del cocinero. El concepto de
principal es bastante amplio y abarca no solamente a los que son los contratantes
laborales de alguien, sino a todos aquellos para los cuales ese alguien realiza un trabajo
beneficiándolos económicamente.

El éxito se ha transformado en desgracia para nosotros, dueños de pizzacomoarte.com.ar.


El negocio, que parecía fantástico, se ha derrumbado y obviamente -más allá del
quebranto por este hecho- no podría continuarse, porque ahora nos damos cuenta de que
resulta imposible evitar los daños que se pudieran ocasionar en 2.000 pizzerías que nos
llevaría a la quiebra.

¿Dónde está el problema? En el factor dependencia.

La flecha que va desde el cocinero al daño no la podemos evitar. La que va del daño al
principal es la norma legal que impone que los principales indemnicen los daños
ocasionados por sus dependientes. Tampoco la podemos evitar. Entonces, la única sobre

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la que podríamos actuar es la que va desde el principal al cocinero. Esa flechita es la que
nos ha llevado a la quiebra.

¿Tenemos manera de arreglarlo? Hicimos un sistema en el cual permitimos el diseño de


las pizzas, las vendíamos, las cobrábamos, las encargábamos a una pizzería cercana al
lugar desde donde se pedían y luego le pagábamos a esta.

Muchas veces, se cuelgan cartelitos al estilo: “Este sitio no se hace responsable por los
daños que se le podrían ocasionar a los usuarios por consumir los productos que
adquieran en el caso de contener veneno contra ratas, cucarachas, hormigas o cualquier
otra sustancia perjudicial para la salud”.

Más allá de las consecuencias sobre la publicidad y aunque el cartelito fuera un poco más
amable o un poco más sutil, de ninguna manera la declaración de no asumir la
responsabilidad tiene efectos jurídicos.

Pero nos queda una alternativa. Podríamos, por ejemplo, colocar un cartelito que dijera:
“Ud. ha diseñado su pizza a medida y le va a ser preparada y vendida por Pizzería La
Cuidada (o la que corresponda según el lugar), ubicada en…. y con tel... En su nombre y
por su cuenta, nosotros facilitamos la operación y en el término de… minutos la recibirá
en su domicilio”.

Por otra parte, en el contrato que se realice con las pizzerías le agregaremos una cláusula
de este estilo: “Pizzacomoarte.com.ar le transmitirá los datos de los diseños que se
realicen para que La Cuidada (o la que corresponda) venda al cliente la pizza
correspondiente. Por su parte, Pizzacomoarte.com.ar cobrará a nombre y cuenta de La
Cuidada y le transferirá el importe en el término de 30 días siguientes a la operación con
el descuento del 30% convenido”.

Entonces, ya no habrá relación de dependencia ni responsabilidad civil. Nos damos cuenta


ahora de que nuestro trabajo está en el diseño de pizzas y no en la fabricación. Un par de
párrafos implican la diferencia entre tener que pagar las indemnizaciones (ser
responsables civiles) o no tener que hacerlo.

EL ANÁLISIS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL


Un emprendimiento en Internet, siempre, antes de lanzarse, debe realizar un análisis de
responsabilidad civil. De acuerdo con el resultado, podrán cambiarse ciertos diseños y
elaborarse otros que no lo hagan vulnerable.

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Es necesario imaginar los casos de producción de daños porque desde el daño es que se
dispara el sistema. Luego, a través de los factores de atribución podrá determinarse la
vulnerabilidad a fin de modificar los parámetros.

RESPONSABILIDAD DE PROGRAMADORES, ADMINISTRADORES DE REDES


Los programadores, administradores de redes, responsables de seguridad, etc., son
profesionales que pueden ser sujetos de la responsabilidad civil por el factor culpa. Es
decir, si en su trabajo no cumplen con el modelo exigible que puede establecerse a partir
de las normas de la ciencia y el arte de la programación, y como consecuencia de su labor
defectuosa se producen daños, deberán indemnizarlos.

Esto significa que para eximirse deberá demostrarse que su labor sí correspondió con el
modelo. Esa será la discusión. Tendrían que, mientras realicen sus tareas, analizar de qué
manera podrían probar la corrección de su conducta profesional.

Pero cuando en el contrato que los une con un cliente se establece el compromiso
respecto a un resultado determinado y no una labor, su responsabilidad será objetiva, es
decir, solo se eximirán si pueden demostrar la intervención de un tercero, de la víctima o
que se encuadre en el marco de fuerza mayor.

Por su parte, los gerentes no son principales en el sentido del factor de atribución
respecto a sus subordinados. Es necesario tener en claro que la palabra “dependiente” en
sentido jurídico no es la misma que en sentido administrativo. Un dependiente
administrativo no necesariamente es un dependiente en el sentido del factor de
atribución.

De esta forma, el análisis de la responsabilidad civil debe ser un elemento más en el


diseño de sistemas y en el diseño de las actividades profesionales.

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