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PROBLEMAS ACTUALES

SOBRE LA EJECUCIÓN

VIII JORNADAS NACIONALES


DE DERECHO PROCESAL

RAÚL NÚÑEZ OJEDA


Director

SOPHÍA ROMERO RODRÍGUEZ


Coordinadora
PROBLEMAS ACTUALES SOBRE LA EJECUCIÓN
VIII JORNADAS NACIONALES DE DERECHO PROCESAL
© Raúl Núñez Ojeda (Director) – Sophía Romero Rodríguez (Coordinadora)
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1ª edición junio 2022 Legal Publishing Chile
Tiraje: 1.500 ejemplares
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Índice

Página

Prólogo........................................................................................... VII

Primera sección
Conferencias
Ejecución y Teoría General del Proceso........................................  3
Soraya Amrani-Mekki
La nueva cara de la ejecución penal en Italia: desarrollos y
perspectivas....................................................................................  29
Luca Lupária
El Derecho Procesal: Los principios en tiempos de cambio con
ordena consolidarse en el texto de una nueva Constitución......... 55
Cristián Maturana Miquel
Orden público procesal..................................................................  73
Raúl Tavolari Oliveros

Segunda sección
Ponencias

Capítulo I
La ejecución civil
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil. Bases
para una comprensión dogmática...................................................  85
Thomas Vogt Geisse
II Índice

Página

La extensión subjetiva de la sentencia contra un codeudor soli-


dariorespecto de los demás no emplazados y el efecto ejecutivo
de las sentencias.............................................................................  107
Pablo José Recabarren Vial
El cumplimiento incidental de las sentencias................................  125
Claudio Díaz Uribe
La cosa juzgada progresiva y la ejecución parcial de la sentencia
en el proceso civil chileno..............................................................  137
Priscila Machado Martins
Problemas de la ejecución de sentencias recurridas de casación...  161
Gonzalo Cortez Matcovich
La incidencia de la procedencia genérica del recurso de apela-
ción y sus efectos en el retardo de la ejecución de las resolu-
ciones judiciales.............................................................................  183
Javiera Contreras Franichevic
El cumplimiento de las medidas cautelares dictadas en el ex-
tranjeroen el proceso civil chileno................................................  203
Alejandro Romero Seguel - Pablo Recabarren Vial

Capítulo II
Reformas a la ejecución civil
Nuevo procedimiento ejecutivo en el proyecto de Código Pro-
cesal Civil chileno.......................................................................... 225
José Pedro Silva Prado
Mejoras a la ejecución civil y comercial: bienestar general y
profundizacióndel derecho de acceso a la justicia........................  243
Cristián Letelier Gálvez
Desjudicialización: el camino hacia una tutela judicial efectiva...  279
Monserrat Cárcamo Escobar
Los derechos de deudores y deudoras en los procesos de eje-
cución civil.....................................................................................  289
Macarena Vargas Pavez
Índice III

Página

El procedimiento monitorio en materia civil.................................  315


Belén Paz Carrión Griffiths

Capítulo III
La ejecución penal
La presunción de inocencia en la fase de ejecución penal.............  357
Silvana Adaros Rojas
La participación de la víctima en la ejecución de las penas
privativasde libertad. Fundamento y límite..................................  393
Raúl Núñez Ojeda
Consideraciones jurídicas respecto a la incorporación de la
víctimaen la etapa de ejecución penal en Chile............................  423
Bárbara Tafur Chirinos - Ignacia Vergara Caroca

Capítulo IV
Ejecución de sentencias
del Tribunal Constitucional
La acción de incumplimiento como una propuesta para garan-
tizar la ejecuciónde las sentencias constitucionales......................  459
Edison Calahorrano Latorre
¿Ejecución o cumplimiento? de las sentencias de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad.................................................................  489
José Francisco Leyton Jiménez

Capítulo V
La ejecución en procedimientos especiales
Ejecución de las sentencias de reparación del daño ambiental:
desafíos para el derecho procesal...................................................  507
Iván Hunter Ampuero
Cumplimiento de las resoluciones que decretan la demolición
de una obra material: entre la autotutela administrativa y la
ejecución de las obligaciones de hacer..........................................  539
Sophía Romero Rodríguez
IV Índice

Página

Algunas reflexiones sobre la ejecución de las pensiones de


alimentos para niños en Chile: ¿hacia un sistema de garantía
pública por incumplimiento?. .......................................................  561
Francesco Carretta Muñoz

Capítulo VI
Cumplimiento en el ámbito de procesos de protección
de derechos colectivos y difusos
Mediación y otros problemas de la ejecución colectiva en Chile..  583
Jordi Delgado Castro
Algunos problemas sobre la ejecución forzada del acuerdo
logradoen un procedimiento voluntario colectivo........................  615
Jaime Carrasco Poblete
Liquidación, ejecución e implementación de la sentencia co-
lectiva.............................................................................................  641
Maite Aguirrezabal Grünstein
Cumplimiento de la sentencia y de los acuerdos alcanzados en
los procedimientos de tutela de los derechos de los consumi-
dores...............................................................................................  653
Maximiliano Landeros Fernández

Capítulo VII
Ejecución concursal e insolvencia
Tendencias en la Unión Europea en materia de procesos con-
cursales...........................................................................................  673
Mª Jesús Ariza Colmenarejo
Ejecución concursal y eficiencia concursal ex post.......................  697
Nicolás Ignacio Ariel Carrasco Delgado

Capítulo VIII
Ejecución laboral
Algunas notas sobre el control de legitimación y la ejecución
laboral............................................................................................  723
Pablo Martínez Zúñiga
Índice V

Página

(Im)procedencia del recurso de apelación en el procedimiento


ejecutivo laboral.............................................................................  759
Enrique Letelier Loyola - Javiera Torres Jara
La resolución que acoge la pretensión del demandante en el
procedimientomonitorio laboral: ¿Una hipótesis de ejecución
provisional?....................................................................................  795
Esteban Torres Chinchilla
“Nadie sabe para quién trabaja”: la función cautelar identifi-
catoriaen la ejecución laboral........................................................  833
Oscar Silva Álvarez

Capítulo IX
Ejecución y Arbitraje
Algunos problemas ligados al sistema recursivo y de ejecución
planteado en Chile,respecto de laudos arbitrales comerciales
internacionales. Revisión de sentencias pronunciadas por tri-
bunales estatales en la última década.............................................  859
M. Fernanda Vásquez Palma
Ejecución de Laudos Arbitrales del CIADI y Privilegios Pro-
cesales de la Administracióndel Estado: ¿Incumplimiento de
los artículos 53 y 54 del CIADI?...................................................  889
Lukas Hudson Herranz
La ejecución de un laudo extranjero y la inarbitrabilidad: Re-
flexiones en tornoa las disputas de propiedad industrial..............  927
Ayllen Gil Seaton

Cómo acceder a este libro digital a través de Thomson


Reuters proview..........................................................................  961
Prólogo

La ejecución es una de las materias con menor desarrollo en la dogmática


procesal contemporánea hispanoparlante. Al parecer todas las energías de
la ciencia procesal se agotan en el estudio de la llamada teoría general del
proceso, los procedimientos declarativos y los medios de impugnación. En
este sentido, Carreras, en su clásico libro sobre el embargo de bienes de
1957, se lamentaba: “En España (…) la ejecución no ha podido ser estudia-
da aún con la profundidad deseable y necesaria”1. Si bien esa situación en
España en algo ha cambiado2, en Chile sigue siendo una deuda pendiente3.

1
Carreras, Jorge, El embargo de bienes, Bosch, Barcelona, 1957, p. 6.
2
En materia civil ver entre otros: Franco, Just, El procedimiento de apremio, J.M. Bosch,
Barcelona, 1987; Cachón, Manuel, El embargo, J.M. Bosch, Barcelona, 1991; Caballol, Lluis,
La ejecución provisional en el proceso civil, J.M. Bosch, Barcelona, 1993; Correa, Juan Pa-
blo, El proceso monitorio, J.M. Bosch, Barcelona, 1997; Ochoa, Virtudes, La localización de
bienes en el embargo, J.M. Bosch, Barcelona, 1997; Catalá, Chantal, Ejecución de condenas
de hacer y no hacer, J.M. Bosch, Barcelona, 1998; Mora, Belén, El embargo preventivo de
buques, J.M. Bosch, Barcelona, 2000; Ortells, Manuel, La ejecución de condenas no dinerarias
en la Ley de Enjuiciamiento Civil, La Ley, Madrid, 2005; Flores, Ignacio, El procedimiento
de apremio en la ejecución civil, Tirant lo Blanch, Valencia, 2005: Sbert, Héctor, Investiga-
ción del patrimonio del ejecutado, Atelier, Barcelona, 2009; Muerza, Julio, La oposición a
la ejecución provisional en el proceso civil, Aranzadi, Pamplona, 2013; Hermoso de Mena,
Natalia, Ejecución Hipotecaria, Atelier. Barcelona, 2016; Gascón, Fernando, Reconocimien-
to y ejecución de resoluciones extranjeras en el nuevo reglamento Bruselas I Bis, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2016; Cachón, Manuel, La ejecución procesal civil, Atelier, Barcelona,
2018; Cascales, Eva María, El embargo de cuentas corrientes y depósitos bancarios, Tirant
lo Blanch, Valencia, 2018, etcétera.
3
Algunas excepciones en materia civil son: Navarrete, Luis Gonzalo, Embargo, tercería y
realización de bienes, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004; Núñez, Raúl, Pérez, Álvaro
VIII Prólogo

No tiene ningún sentido haber obtenido una sentencia definitiva firme


de condena si no puedo hacer efectiva lo que en ella se ordena. Aquello
sería una simple victoria pírrica para el litigante victorioso. El derecho a
la tutela judicial efectiva necesariamente debe comprender también la eje-
cución. Así, la ausencia de satisfacción oportuna, razonable y adecuada de
un derecho indubitado (una prestación declarada judicialmente o contenida
en lo que denominamos en general títulos ejecutivos) no solo vulnera la
garantía de tutela judicial efectiva, sino que además es una burla al derecho
de acceso a un proceso debido, justo y equitativo4. Estos enunciados refle-
jan lo decidido por la Corte Europea de Derechos Humanos en reiteradas
ocasiones desde el emblemático Horsnby vs. Grecia (1997), seguido por
Martins vs. Portugal (1988), Guincho vs. Portugal (1984), Trana vs. Italia
(2008), Burdov vs. Russia (2009) hasta el más reciente Pellya vs. Rusia
(2012). Veremos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
seguido el mismo rumbo (Cinco Pensionistas [2003] y Baena [2008] ya
había sentado las bases que con Mejía [2011] se consolidó)5.
De este modo, esta obra pretende constituirse como un acto que altere
esta tendencia, abordando los actuales debates de la ejecución, en distintas
materias y procesos, tanto judiciales como extrajudiciales. Dichos trabajos
son fruto de la realización de las VIII Jornadas Nacionales de Derecho
Procesal las que, en el mes de noviembre de 2021, nos correspondió or-
ganizar como Departamento de Derecho Procesal Civil de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso.
Los primeros trabajos que puede apreciar el lector serán cuatro confe-
rencias (apertura y clausura) que pudimos escuchar en dicha oportunidad.
Con la finalidad de describir el actual estado de la ejecución en el
sistema procesal francés, e ilustrando las similitudes y diferencias con

y Vargas, Macarena, Hacia una mejor ejecución civil, Thomson Reuters, Santiago, 2013; Ríos,
Luis Patricio, La inembargabilidad. Derecho chileno y comparado, Libromar; Santiago, 2017;
Hidalgo, Carlos, El juicio ejecutivo. Doctrina y jurisprudencia, Thomson Reuters, Santiago,
2018; Ugarte, Fernando, El juicio ejecutivo de cobro de impuesto territorial, Ediciones UC.,
Santiago, 2018; y Vargas, Macarena, El derecho a la ejecución forzada, Ediciones Universi-
tarias de Valparaíso PUCV, 2019.
4
Núñez, Raúl; Pérez, Álvaro y Vargas, Macarena, Hacia una mejor ejecución civil, ob.
cit. p. 6.
5
Núñez, Raúl; Pérez, Álvaro y Vargas, Macarena, Hacia una mejor ejecución civil, ob.
cit. p. 6.
Prólogo IX

otros ordenamientos, el trabajo titulado Ejecución y Teoría General del


Proceso de la profesora Soraya Amrani-Mekki permite visualizar las ac-
tuales tendencias en ejecución civil, con énfasis en la desjudicialización
y desjurisdiccionalización de la ejecución en Francia. Del mismo modo,
el trabajo del profesor italiano Luca Luparia, titulado La nueva cara de
la ejecución penal en Italia: desarrollos y perspectivas, nos reporta sobre
la evolución de la ejecución penal en dicho país.
No podemos dejar de mencionar los trabajos de los profesores Cristián
Maturana y Raúl Tavolari, quienes comparten sus reflexiones, siempre tan
pertinentes, sobre el proceso constituyente y el orden público, en ambos
casos, en relación con el proceso judicial.
Posteriormente, el libro se ha dividido en nueve capítulos, que reúnen
las ponencias de las jornadas en ejes temáticos: ejecución civil, ejecución y
reforma procesal civil, ejecución penal, ejecución de sentencias del Tribunal
Constitucional, ejecución en procesos especiales (contencioso-adminis-
trativo y familia), ejecución en materia de derechos colectivos y difusos,
ejecución universal, ejecución laboral y ejecución arbitral.
En cada capítulo, es posible advertir la mezcla del análisis de temas tra-
dicionales del derecho procesal, vinculado con los actuales problemas de
la ejecución como componente necesario del derecho a la efectividad de la
tutela estatal. Del mismo modo, se encuentran trabajos elaborados por autores
consagrados en el estudio dogmático del Derecho, como también noveles
investigadores que aportan sus visiones desde la práctica o la academia.
En el primer capítulo, sobre la ejecución civil, contamos con siete trabajos.
En ellos se abordan problemas sobre los efectos que tiene la eventual paraliza-
ción de la ejecución mientras se conoce de recursos no suspensivos (Contreras,
Cortez); instrumentos procesales que facilitan la ejecución de la sentencia
(Machado, Díaz), además de la visión de la ejecución desde la perspectiva
del deudor y de eventuales terceros no emplazados (Vogt, Recabarren). Una
mención especial merece el tratamiento de la ejecución de medidas cautelares
civiles dictadas por un tribunal extranjero (Romero Seguel-Recabarren).
En el capítulo sobre reforma procesal civil, contamos con cinco trabajos.
Se puede apreciar una visión panorámica de la ejecución en el proyecto
de Código Procesal Civil, tras la discusión parlamentaria que eliminó el
libro IV del proyecto original (Silva Yávar) y algunas propuestas en torno
a la forma en cómo se deberían solucionar los problemas de la ejecución
civil en una próxima legislación de cara a la protección de los derechos de
X Prólogo

acceso a la justicia y tutela judicial efectiva (Letelier Gálvez, Cárcamo). Por


último, en este capítulo se aborda cómo debiera ser el tratamiento de los
derechos de las partes en la ejecución civil, a la luz de la práctica procesal
comparada (Vargas); y el establecimiento del procedimiento monitorio en
materia civil, considerando sus antecedentes dogmáticos (Carrión).
El tercer capítulo, dedicado a la ejecución penal, aborda dos temas: el
primero, sobre la aplicación de la presunción de inocencia en esta etapa
(Adaros); y el rol de la víctima, de forma general (Tafur - Vergara); y en
especial, en la ejecución de penas privativas de libertad (Núñez).
El capítulo cuarto, que trata sobre la ejecución de sentencias del Tribunal
Constitucional, explora esta cuestión que ha tenido escaso desarrollo por la
doctrina. Se incluyen dos trabajos: el primero, sobre la experiencia ecua-
toriana, ilustrada de antecedentes comparados, en torno a la necesidad de
establecer una acción de ejecución de sentencias dictadas por este tribunal
(Calahorrano); y el análisis jurisprudencial de los problemas y posibles so-
luciones de la ejecución de sentencias del Tribunal Constitucional (Leyton).
En el capítulo quinto se reúnen tres trabajos sobre procesos especia-
les debido a la materia: contencioso-administrativo y familia. Los dos
primeros analizan problemas de la ejecución en materia medioambiental
y urbanismo (Hunter, Romero Rodríguez) y, el último, en pensiones de
alimentos (Carretta).
En el capítulo sobre cumplimiento en el ámbito de procesos de protec-
ción de derechos colectivos y difusos, numerado como sexto, encontramos
cuatro trabajos, en el ámbito del Derecho del Consumo, tanto en materia
extrajudicial como judicial. Se abordan problemas de ejecución de acuerdos
extrajudiciales (Delgado, Carrasco Poblete) como judiciales (Landeros) y
también de sentencias (Aguirrezábal).
No era posible dejar de tratar en un libro que incorpore los actuales
problemas de la ejecución, los relativos al concurso (capítulo séptimo). A
pesar de una relativamente reciente normativa que sustituye el régimen
de quiebras contenido en el Código de Comercio, constituye un nicho
poco explorado por la doctrina procesal, la que en esta obra incluye su
tratamiento desde la perspectiva de la eficiencia (Carrasco Delgado). Del
mismo modo, se incorpora una descripción muy detallada sobre los pro-
cesos concursales en la Unión Europea (Ariza).
En el capítulo octavo, sobre ejecución laboral, se abordan cuatro temas
clásicos del Derecho Procesal, vinculados a la ejecución: legitimación
(Martínez); recursos (Letelier Loyola – Torres Jara); proceso monitorio
(Torres Chinchilla) y medidas cautelares (Silva Álvarez).
Prólogo XI

Por último, el capítulo noveno trata sobre ejecución y arbitraje, el que


incluye en dos de sus trabajos los problemas que supone la ejecución en
Chile de los laudos arbitrales comerciales internacionales, tanto desde una
perspectiva objetiva (Vásquez), como subjetivamente, cuando el ejecutado
es el Estado chileno (Hudson). Se cierra este capítulo con el análisis de la
inarbitrabilidad en materia de propiedad industrial (Gil).
Con este libro, pretendemos contribuir a la discusión y al análisis de los
problemas de la ejecución en nuestro sistema procesal, la que, a pesar de
constituir, desde la perspectiva de los justiciables, la mayor garantía de efec-
tividad de las decisiones judiciales, las normas procesales vigentes, en varios
casos, no permiten satisfacer adecuadamente este derecho fundamental.
Estimamos que las reflexiones contenidas en los trabajos reunidos
constituyen una excelente forma de exponer los problemas, proponer so-
luciones considerando las tendencias provenientes desde el extranjero las
que, tras un detenido análisis, pueden permitir avanzar hacia un sistema
de ejecución que haga efectiva la tutela jurisdiccional o los acuerdos a
que las partes arriben.
En este sentido, el mérito que tiene la obra es compilar, en un solo
volumen las principales discusiones en materia de ejecución que se pro-
ducen en el ámbito nacional y en la experiencia de países de tradición
europeo-continental como el nuestro.
Queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento para con las
alumnas y los alumnos, ayudantes del Departamento de Derecho Procesal
Civil de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso que contribuyeron en la labor de edición de este texto: Gabriel
Durán Borelli, Josefina Gabler Atucha, Pablo Gutiérrez Cardoza, Javiera
Haagers Soto y Daniela Mujica Rodríguez.
En su momento, el consorcio de universidades organizadoras de las
VIII Jornadas Nacionales de Derecho procesal consensuó la necesidad de
que esta actividad académica abordara, en las conferencias y ponencias
presentadas, los distintos problemas que se presentan en la ejecución ju-
dicial y extrajudicial de las sentencias y acuerdos. Tras haber editado este
trabajo, consideramos que esta decisión fue un acierto.
Prof. Dr. Raúl Núñez Ojeda (director)
Profa. Dra. Sophía Romero Rodríguez (coordinadora)
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil.
Bases para una comprensión dogmática

Thomas Vogt Geisse*1

Sumario: I. Introducción – II. Lo distintivo de la ejecución y el equilibro de


intereses - 1. Lo distintivo del proceso de ejecución y su formalidad - 2. Ca-
rácter contingente de la discusión contradictoria en la ejecución - 3. Intere-
ses en juego en la ejecución civil – III. Principios que rigen el proceso de
ejecución - 1. Principios que atienden al interés del acreedor - 2. Principios
que atienden al interés del deudor - 3. Ajustes a los principios procedimen-
tales – IV. Razones de legítima oposición del ejecutado - 1. Falta de ejecuta-
bilidad del crédito - 2. Ilegalidad de las medidas de ejecución - 3. Falta de
necesidad o proporcionalidad de las medidas de ejecución - 4. Resguardo de
la subsistencia mínima - 5. Falta de mérito sustantivo del derecho a ejecutar
– V. Conclusiones – VI. Bibliografía.

Resumen: El objetivo de este trabajo es desarrollar categorías para una me-


jor comprensión y aplicación de las normas que resguardan los intereses del
deudor en la ejecución civil, conforme al método de la dogmática jurídica.
Para eso, se exponen los intereses que las normas de la ejecución civil deben
proteger y los principios que rigen el proceso ejecutivo respecto a la relación
acreedor-deudor. El resultado es la distinción de cinco tipos de razones que
justifican la apertura de un debate a favor del ejecutado en el proceso ejecutivo.
Esta tipología pretende aportar a una mejor comprensión y aplicación de las
normas procesales que rigen la oposición del ejecutado.

Palabras claves: Ejecución civil - proceso ejecutivo - tutela del crédito - ex-
cepciones - oposición del ejecutado

*
Profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Chile.
86 Thomas Vogt Geisse

I. Introducción

La dogmática procesal y el estudio empírico procesal no son disciplinas


alternativas, sino complementarias. El estudio empírico puede orientar al
legislador al momento de fijar las urgencias de una reforma a la justicia,
pero no es apta –ni debería pretender serlo– para orientar a un tribunal
respecto a la aplicación correcta de las normas procesales vigentes. La
función jurisdiccional exige a los tribunales aplicar las normas jurídicas sin
considerar las consecuencias positivas o negativas (“lo favorable u odio-
so”) que a nivel individual o estadístico puedan tener sus decisiones, como
se desprende del artículo 23 del Código Civil (CC). Por eso, el enfoque
empírico que recientemente se ha dado a la ejecución en el contexto de
su reforma1 debe ser complementado con una óptica dogmática, es decir,
con reflexiones capaces de orientar –no la mirada externa del legislador–,
sino la mirada interna de los operadores (jueces y abogados) del sistema
procesal en búsqueda de la correcta aplicación de las normas vigentes.
En este trabajo ofrezco una mirada dogmática sobre la ejecución civil
con acento en la tutela de los intereses del deudor. Siguiendo la tradición
alemana, entiendo por “dogmática” la actividad científica dedicada al desa-
rrollo de conceptos, categorías y distinciones desde el conjunto de normas
de un ordenamiento jurídico (en este caso, del ordenamiento procesal),
con el fin de ordenarlos dentro de un todo coherente (“sistema”), con el
fin de así preparar su acertada y uniforme aplicación por los tribunales.2
Creo que esta concepción de la ciencia jurídica refleja una distribución de
trabajo entre la academia y la práctica: desde la academia se desarrollan
trabajos dogmáticos (en tratados, comentarios, manuales, artículos, etc.)
que constituyen antecedentes aptos para preparar una acertada decisión
por un tribunal. En este trabajo me enfocaré específicamente en un estudio
dogmático de las normas que regulan la tutela de los intereses del ejecu-
tado en el proceso civil. Para eso, transitaré de la siguiente forma de lo

1
Por ejemplo, en relación con el protagonismo desproporcionado de la ejecución en la
actividad procesal civil, véase al respecto el excelente estudio de Lillo, Ricardo, La justicia
civil en crisis. Estudio empírico en la ciudad de Santiago para aportar a una reforma judicial
orientada hacia el acceso a la justicia (formal), en: Revista Chilena de Derecho, (Vol. 47,
Nº 1, 2020), pp. 119-157.
2
Reimer, Philipp, Verfahrenstheorie, (Tübingen, Mohr Siebeck), 2015, pp. 96 ss.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 87
Bases para una comprensión dogmática

abstracto a lo concreto: comenzaré aclarando lo distintivo del proceso de


ejecución civil y los intereses que debe considerar (II). Sobre esta base,
desarrollaré y ordenaré los principios que rigen la ejecución civil desde el
punto de vista de los intereses del acreedor y del deudor (III). Finalmente,
distinguiré categorías de normas dedicadas a proteger, específicamente,
los intereses del ejecutado (IV).

II. Lo distintivo de la ejecución y el equilibro de intereses

Como punto de partida para una reflexión dogmática sobre la ejecución


propongo preguntar por lo distintivo del proceso ejecutivo civil frente a
un proceso de cognición.

1. Lo distintivo del proceso de ejecución y su formalidad

El proceso ejecutivo es un conjunto de reglas dirigidas a producir, me-


diante coerción estatal, aquel resultado en el patrimonio del deudor que
este, sin duda jurídica, debería haber producido voluntariamente. Este
resultado es la satisfacción del crédito del acreedor demandante. En general,
la literatura nacional desatiende esta idea que la ejecución se construye
sobre la base de la denegación ilegítima de un pago,3 o tal vez la considera
obvia. Sin embargo, solo haciendo explícita esta circunstancia se aprecia
con nitidez la función de la ejecución civil: su fin es el ejercicio de la fuerza
estatal para romper la voluntad del deudor que injustificadamente se niega
a prestar lo que debe (y debería saber que debe).4 En otras palabras, es
función de la ejecución realizar coercitivamente lo que el deudor, sin duda
atendible (ya que lo vincula una obligación indubitada manifestada en un
título ejecutivo), debería haber cumplido voluntariamente. El espacio para
un legítimo desacuerdo del deudor se justifica solo excepcionalmente. Es

3
Esta desatención tiene excepciones, véase Pérez Ragone, Álvaro, Prelación, isonomía
y agrupamiento de créditos en la ejecución civil, en: Revista de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso), (XXXVII, 2011), p. 459.
4
Stamm, Die Prinzipien und Grundstrukturen des Zwangsvollstreckungsrechts, (Tü-
bingen, Mohr Siebeck) 2008, p. 14; Paulus, Christoph, Zivilprozessrecht, (6ª ed., Heidelberg,
Springer), 2017, párr. 672, 947. En nuestro medio Pérez define la ejecución en el mismo sentido,
y aparentemente siguiendo a Stamm, véase Pérez Ragone, (cita n. 3), p. 459.
88 Thomas Vogt Geisse

aquí donde se encuentra la base del particular equilibrio de intereses en la


ejecución civil y la comprensión dogmática de sus normas.
Y en este punto se distingue radicalmente del proceso civil de cog-
nición construido sobre un derecho incierto alegado por el demandante.
La pregunta si este derecho efectivamente surgió y sigue vigente es el
objeto de la cognición, y la defensa del demandado no se puede conside-
rar excepcional; al contrario, el derecho es incierto y el desacuerdo entre
demandante y demandado respecto a su existencia o extensión es causa
de la judicialización y base del proceso.
Debido a estas distintas finalidades, la formalidad procesal tiene un
sentido diferente en cada caso. En la cognición, las formas están diseñadas
hacia un resultado abierto (puede existir o no existir el derecho deman-
dado). La ejecución es, en principio, de resultado cierto: está dirigida a
generar la satisfacción del acreedor rompiendo –a la fuerza– la voluntad
ilícitamente obstructora del deudor. Según una distinción de Luhmann,5
incluso se podría decir que el procedimiento ejecutivo no es un proceso,
entendido este como el conjunto de formas dirigidas hacia un resultado
abierto, sino un ritual o, tal vez más adecuado, un protocolo, es decir, una
secuencia de pasos predeterminados hacia un resultado cierto (piénsese
en un protocolo de evacuación de un edificio). Desde esta perspectiva, el
núcleo de la ejecución civil no es un “juicio” ejecutivo, sino aquello que
el Código de Procedimiento Civil (CPC) llama “procedimiento de apre-
mio” (artículos 479 ss.): una secuencia de actos legalmente previstos que
debe seguir el Estado en el ejercicio de su fuerza monopólica cuando un
acreedor, a quien prohíbe la autotutela, solicita hacer efectivo un crédito
cierto a su favor.

2. Carácter contingente de la discusión contradictoria


en la ejecución

Entonces, el elemento definitorio del juicio ejecutivo es el “apremio”


dirigido a satisfacer un crédito quebrando la voluntad denegatoria del deu-
dor. El “juicio” ejecutivo, en cambio, es decir, el espacio para una discusión
contradictoria entre acreedor y deudor es contingente a la ejecución. La

5
Luhmann, Niklas, Legitimation durch Verfahren, (Frankfurt, Suhrkamp), 1983,
pp. 38-40.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 89
Bases para una comprensión dogmática

forma y extensión del debate contradictorio dependerá de su diseño legal.


En el sistema original del CPC (1904), había una conexión necesaria entre
discusión y apremio, plasmada en el artículo 493, que exigía, en todo caso,
una sentencia de pago o de remate, es decir, exigía un acto de cognición
por parte del tribunal, lo que a nivel doctrinario daba lugar a la pregunta
si éste podía absolver al deudor.6 La reforma de 1944 puso término a la
necesidad de una sentencia de cognición para llevar a cabo la ejecución.
Mantuvo, sin embargo, la exigencia de iniciar la ejecución mediante de-
manda ejecutiva ante el tribunal y la posibilidad que el deudor provoque,
mediante la interposición de excepciones, un juicio de cognición dentro
del mismo proceso ejecutivo. El proyecto de reforma7 pretende desvincular
completamente el apremio de la cognición judicial: El acreedor podrá soli-
citar la ejecución ante un ente administrativo (artículo 422), y el ejecutado
tendrá la carga de iniciar un proceso de cognición mediante demanda de
oposición a la ejecución (artículo 432 Nº 4).

3. Intereses en juego en la ejecución civil

Aclarado que el fin del proceso ejecutivo es la ruptura de la voluntad


incumplidora del deudor mediante medidas de apremio, y que la discusión
contradictoria es contingente a la ejecución, podemos caracterizar los in-
tereses dignos de protección en un sistema de ejecución. Al igual que en
procesos de cognición, la ejecución civil da lugar a una relación jurídica
procesal con tres sujetos que presentan posiciones con distintos intereses.
En la cognición, esta relación siempre está compuesta por el tribunal,
el demandante y el demandado; en la ejecución civil se compone por el
acreedor, el deudor, y el órgano de ejecución encargado de tomar decisio-
nes sobre el uso de la fuerza estatal para la satisfacción del crédito.8 En
Chile, actualmente coincide con la figura del juez, pero es probable que

6
Al respecto Romero, Alejandro, Algunas cuestiones sobre el juicio ejecutivo, en: Cua-
dernos Jurídicos, (Universidad Adolfo Ibáñez, 2001), pp. 10 s.
7
Referencias al Proyecto de Código Procesal Civil en la versión presentada el 12 de
marzo de 2012, Mensaje Nº 432-359.
8
Blomeyer, Arwed, Vollstreckungsverfahren, (Berlin, Springer), 1975, pp. 68 ss.; Stamm,
(cita n. 4), p. 15.
90 Thomas Vogt Geisse

en el sistema reformado el órgano ejecutor predominante sea un oficial de


ejecución o ente semejante.

a) Interés de acreedor en la satisfacción de su derecho

La ejecución presupone que el acreedor tiene la razón, ya que su cré-


dito consta en un título ejecutivo. Por eso, el proceso ejecutivo se debe
desarrollar reconociendo la primacía del interés del acreedor en obtener
la satisfacción de forma rápida y eficaz. Cualquier circunstancia que exija
detener o retardar la obtención de ese resultado –inclusive discusiones
sobre la procedencia de medidas de ejecución– se contraponen a este
interés y requieren justificación. Desde un punto de vista dogmático, la
protección del interés del acreedor es exigencia constitucional, fundada
en el derecho de propiedad. Al prohibir la autotutela, el Estado está res-
tringiendo el derecho de propiedad sobre el crédito, ya que impide que
el acreedor pueda autónomamente ejercer medidas de fuerza para cobrar
sus créditos. En la Constitución actual (CPR), esta protección deriva del
artículo 19 Nº 24 en cuanto asegura el derecho a propiedad sobre bienes
incorporales. Esta limitación al derecho de propiedad sobre los créditos
solo se justifica si el Estado ofrece, a cambio, un proceso de aplicación
de la fuerza monopólica rápida y eficaz para satisfacer el crédito.9 En ese
sentido, la disponibilidad de un sistema de ejecución eficaz del crédito es
una exigencia constitucional emanada del derecho de propiedad.

b) Intereses del deudor

La ejecución se inicia por la negativa de pago de una obligación in-


dubitada. En otras palabras, es el deudor quien provoca la necesidad de
intervención de la fuerza estatal mediante su negativa de prestar lo que
oficialmente (título ejecutivo) corresponde prestar voluntariamente. Por
lo tanto, el proceso ejecutivo es y debe ser, por regla general, indiferente
a argumentos que pongan en duda el mérito de la ejecución. El mérito de
la ejecución es justamente lo que se presume en el proceso de ejecución.
Esto sin perjuicio del derecho del deudor a acceder a un juicio de cogni-

9
Stamm, (cita n. 4), p. 15, pp. 9, 16, 105 s.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 91
Bases para una comprensión dogmática

ción con discusión contradictoria para desvirtuar la presunción envuelta


en el título ejecutivo.
La modalidad de esta disputa de mérito tendrá una forma distinta según
cómo esté regulada la relación entre ejecución y discusión contradictoria:
(i) la cognición puede estar incorporada como juicio abreviado dentro
de un proceso de ejecución tramitado ante un tribunal (así en el sistema
actual “juicio ejecutivo”, artículos 459-478 CPC), (ii) puede exigir previa
demanda de oposición que da lugar a un juicio de cognición sumario con
efecto suspensivo de la realización en el proceso ejecutivo ante un órgano
de ejecución (así en los sistemas de ejecución desjudicializada, como aquel
previsto en el Proyecto de Código Procesal Civil (2012), artículos 432 Nº 4,
437), (iii) puede existir la posibilidad de hacer valer acciones en un juicio
de cognición ordinario posterior, independiente del proceso de ejecución,
así en el proceso de ejecución vigente tras ejercer la facultad de reserva
de derechos para el juicio ordinario (artículos 473 CPC) o la reserva por
el solo ministerio de la ley en el Proyecto de 2012 (artículos 434 PCPC).
Además, dado que con su negativa de cumplir el mismo deudor se
puso en situación de ser afectado en sus derechos por la fuerza pública,
esta afectación se debe considerar, en principio, legítima; especialmente
teniendo en cuenta que el deudor puede fácilmente liberarse del apremio
pagando lo que, sin duda, debe10 (artículos 457, 490 CPC). Esto obvia-
mente no significa que la protección de sus derechos fundamentales sea
irrelevante. Como todo ciudadano afectado por la fuerza estatal, el deudor
debe ser resguardado contra una afectación ilegal, inidónea, innecesaria o
desproporcionada de sus derechos fundamentales11 y contra los efectos rui-
nosos de la ejecución para su subsistencia digna (al respecto, vid. parte II).

c) Intereses públicos

Tanto los intereses del acreedor como los del deudor pueden estar
alineados con los intereses generales del proceso ejecutivo. El Estado
tiene interés en la efectividad de los derechos subjetivos, que es el ve-
hículo para la realización del derecho objetivo y las políticas públicas

10
Stamm, (cita n. 4), p. 105.
11
En ese sentido también Núñez Ojeda, Raúl; Pérez Ragone, Álvaro; Vargas Pavez,
Macarena, Hacia una mejor ejecución civil, (Santiago, LegalPublishing), 2013, p. 8.
92 Thomas Vogt Geisse

que le subyacen.12 En ese sentido, su interés coincide con la realización


del derecho indubitado del acreedor. Por el otro lado, el Estado tiene un
rol de protector frente a afectaciones ilegales o desproporcionadas en la
persona y los bienes de los ciudadanos. En este aspecto, coincide con el
interés del deudor. Por lo tanto, hay interés público en un equilibrio que
permita la realización máxima de los intereses de tutela de ambas partes,
considerando que es la negativa ilícita de pago por parte del deudor lo que
justifica la intervención de la fuerza pública.

d) Intereses de terceros

Además, la ejecución afectará regularmente intereses de terceros, en


general personas vinculadas al deudor. Este vínculo se puede deber a que
la cercanía física de sus bienes con los del deudor lo expone a medidas de
ejecución, o puede tratarse de acreedores concurrentes. La relación de la
ejecución con los terceros es un tema que no profundizaré en este trabajo
enfocado en la relación acreedor-deudor.

III. Principios que rigen el proceso de ejecución

Expuestos los intereses del deudor y del acreedor, podemos reconstruir


los principios que deben regir un sistema de ejecución según a qué interés
atienden.13 Por eso, se omitirán los principios que regulan los intereses
de terceros (como el principio de prioridad y el principio de tratamiento
igualitario de los acreedores).

1. Principios que atienden al interés del acreedor


a) Principio de formalización de la ejecución
El principio de formalización refleja la finalidad de la ejecución civil.
Exige que el efecto de las normas de apremio (embargo, administración,

Vogt Geisse, Thomas, Aufklärung und Informationskontrolle im Zivilprozess, (Tübingen,


12

Mohr Siebeck), 2020, pp. 5 s.


13
Esta clasificación es una alternativa a aquella que distingue según si se trata de prin-
cipios comunes al proceso de cognición o propios de la ejecución, Núñez Ojeda et al., (cita
n. 11), pp. 20 ss.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 93
Bases para una comprensión dogmática

eventual realización y pago al acreedor) se produzca sin previo examen


judicial del mérito de la obligación cuya ejecución se solicita.14 El órgano
de ejecución solo examina si se verifican ciertos supuestos formales de
la obligación; supuestos vinculados con ella, pero distintos a su mérito
sustantivo. Estos son los presupuestos de la ejecución regulados, en el
sistema vigente, en los artículos 434-440 CPC (titulización, exigibilidad
actual, carácter liquidable). El presupuesto más importante es la tituli-
zación del crédito, es decir, que la obligación cuya ejecución se solicita
sea aquella que se expresa en el título ejecutivo que se acompaña a la
solicitud de ejecución. El título ejecutivo, a su vez, es resultado de un
procedimiento legalmente previsto que permite dar fe oficial de que la
obligación tiene sustento en el derecho sustantivo (en caso de ejecución
de una sentencia, este procedimiento es el proceso de cognición que le
precede). Esta identidad entre obligación a ejecutar y obligación tituli-
zada es lo que justifica que los órganos de ejecución puedan ordenar la
aplicación de la fuerza estatal sin previa discusión del mérito sustantivo
de la obligación. Ya que esta verificación de identidad no constituye juris-
dicción, al menos en su sentido material, no es necesario que los órganos
de ejecución sean tribunales. Esto sin perjuicio de que la inclusión de la
“facultad … de hacer ejecutar lo juzgado” en la definición constitucional
de la potestad judicial (artículo 76 I CPR) permita una interpretación en
el sentido que las decisiones sobre la forma de llevar a cabo la ejecución
deben ser tomadas exclusivamente por un tribunal. 15
La formalización también hace improcedente un examen judicial pre-
vio sobre si los bienes objeto de las medidas de ejecución efectivamente
pertenecen al patrimonio del deudor. Esto sin perjuicio de la facultad del
tercero de demandar una cognición cuando alega derechos sobre ellos.
Es importante destacar que la formalización no significa que discusio-
nes contradictorias sean inexistentes en el proceso ejecutivo. Solo indica

Baur, Fritz; Stürner, Rolf; Bruns, Alexander, Zwangsvollstreckungsrecht, (13. ed.,


14

München, C.F. Müller), 2006, párr. 6.53.


15
Sobre esta discusión en el sistema nacional, véase Vargas Pavez, Macarena, Hacia
la desjudicialización de la ejecución civil, en: Revista Chilena de Derecho, (Vol. 40, Nº 1,
2013), pp. 143-150. Comparto su postura en sentido de que la ejecución no se debe considerar
elemento de la jurisdicción en el sentido que impida asignarla a órganos no jurisdiccionales.
94 Thomas Vogt Geisse

que para llevar adelante la ejecución debe ser irrelevante, por regla general,
la discusión respecto a si esta tiene mérito según el derecho sustantivo.

b) Principio de efectividad de la ejecución

Como se expuso, la prohibición de la autotutela es una restricción al


derecho (indubitado) de propiedad sobre un crédito que solo se justifica
si el Estado pone a disposición un proceso efectivo de ejecución. La efec-
tividad supone la disponibilidad de medidas que eviten la frustración de
la ejecución. En concreto, este principio de efectividad tiene tres facetas
concretas. Primero, exige que la celeridad de la ejecución prevalezca frente
a los intereses que contrapone el deudor. Segundo, exige que el proceso
ejecutivo otorgue posibilidades de acceso a la información patrimonial del
deudor para facilitar una ejecución exitosa.16 Tercero, exige que el proceso
contemple medidas de sorpresa, con el fin de evitar la advertencia al deu-
dor, prevenir medidas de entorpecimiento y así asegurar bienes suficientes
para la satisfacción del crédito.17

2. Principios que atienden al interés del deudor

a) Principio de legalidad y proporcionalidad

La actuación estatal requiere fundamento constitucional y legal (ar-


tículo 6º I y 7º I CPR). Cuando restringe derechos fundamentales, además,
debe ser adecuada y necesaria para cumplir el fin que la justifica, y pro-
porcional en su intensidad. En el contexto de la ejecución, esto significa
que el órgano de ejecución debe dar estricto cumplimiento a las formas
que la ley prevé para su actuación al momento de afectar los derechos del
deudor. Adicionalmente, el nivel de coerción debe ser idóneo, necesario y
proporcional en relación con el fin de la ejecución, que es la satisfacción del

Para un análisis crítico respecto al Proyecto de reforma en este aspecto, Pérez Ragone,
16

Álvaro; Silva Álvarez, Oscar, El imperativo de transparencia patrimonial del deudor como
requisito funcional para una ejecución civil eficiente, en: Ius et Praxis, (año 15, Nº 2, 2009),
pp. 79-115.
17
Stamm, (cita n. 4), p. 17.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 95
Bases para una comprensión dogmática

crédito del acreedor.18 En general, las medidas de apremio legalmente pre-


vistas (embargo, restricción de facultades del dominio, retiro, realización,
etc.) serán idóneas para este fin. Un caso importante de falta de idoneidad
es la insolvencia pasajera del deudor. Ahí puede ser idóneo para el interés
del acreedor repactar la deuda con expectativa de obtener satisfacción en
un futuro, en vez de aplicar coerción para liquidar los bienes.
Problemas más frecuentes surgen frente a la pregunta si una medida de
ejecución es necesaria, es decir, si se trata de la medida menos gravosa
para alcanzar el fin. El orden de afectación de los bienes que prevé el ar-
tículo 449 CPC es un reconocimiento legal de la exigencia de necesidad
de la medida de ejecución, presentando un orden de los bienes a embargar
de menor a mayor injerencia en el patrimonio del deudor (gradus execu-
tionis). Finalmente, el grado de afectación de los derechos del deudor por
una medida de ejecución (idónea y necesaria) debe ser proporcional al
beneficio esperado con miras a la satisfacción del crédito. Un ejemplo en el
que no se satisface este requisito: cuando es esperable que el lanzamiento
de una persona anciana y enferma de la vivienda debida (medida idónea
y necesaria) genere un peligro de muerte.19

b) Principio de protección de una subsistencia mínima

La tutela de derechos fundamentales en Constituciones modernas impide


al Estado tomar medidas que despojen a un ciudadano de un patrimonio
mínimo para una subsistencia digna. Siguiendo un razonamiento equiva-
lente en Stamm a partir de la Constitución alemana,20 se puede extraer el
principio de protección del mínimo existencial interpretando conjuntamente
el derecho a la vida e integridad física (artículo 19 Nº 1 CPR), el derecho
a la libertad personal (artículo 19 Nº 7 CPR), a la libertad de trabajo (ar-
tículo 19 Nº 16 CPR) y el derecho a la seguridad social (artículo 19 Nº 18
CPR). Su contenido exige que el ejercicio de la actividad ejecutiva del
Estado no puede despojar al ejecutado de un conjunto de bienes básicos

18
Stamm, (cita n. 4), pp. 86-88.
19
Ejemplo de la jurisprudencia alemana, Heiderhoff, Bettina; Skamel, Frank, Zwangs-
vollstreckungsrecht, (Heidelberg, C.F. Müller), 2010, pp. 17 s.
20
Stamm, (cita n. 4), p. 76.
96 Thomas Vogt Geisse

para la subsistencia mínima. En teoría, existen dos posibilidades de realizar


este principio.
La primera consiste en que el acreedor pueda ejecutar su crédito en todo
el patrimonio del deudor, sin importar, desde el punto de vista del derecho
procesal, que la ejecución deje al deudor en una situación de despojo total.
Bajo esta mirada, es deber del Estado intervenir en este caso, extendiendo
el derecho de la seguridad social a deudores arruinados, transfiriendo así
el riesgo de la ruina individual a la colectividad.
La segunda consiste en limitar la extensión de la ejecución al patrimo-
nio que excede el mínimo de subsistencia, asignando así al acreedor el
riesgo de la ruina de su deudor, ya que su crédito solo se podrá cobrar en
la medida que no afecte su subsistencia digna. Los sistemas de ejecución
comparados, también el chileno, han optado por esta segunda opción, con-
siderando más adecuado que los acreedores –y no la colectividad– soporten
el riesgo de insolvencia del deudor.21 La herramienta técnica para realizar
este principio es la inembargabilidad de ciertos bienes.

3. Ajustes a los principios procedimentales

Los principios del proceso civil, en general, están dirigidos a organizar


los juicios de cognición, de resultado abierto. Dado que en el protocolo
de apremio propio de la ejecución es contingente el juicio de cognición,
debe aclararse el ámbito de vigencia de algunos principios.

a) Restricciones al principio dispositivo y aportación de parte

Al igual que en el procedimiento de cognición, la autonomía de la vo-


luntad del derecho civil patrimonial debe informar el proceso ejecutivo.
El acreedor puede decidir no iniciar la ejecución, re-pactar la deuda con el
deudor, poner fin a una ejecución iniciada y seleccionar los bienes sobre
los cuales recae la ejecución (artículo 447 CPC). También rige para el deu-
dor, quien puede decidir no hacer valer sus intereses en el procedimiento
ejecutivo (artículo 472 CPC) o liberar las cosas embargadas consignando
el pago de la deuda y las costas (artículo 457 CPC). Respecto al principio

21
Stamm, (cita n. 4), p. 78.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 97
Bases para una comprensión dogmática

de aportación de parte, este solo rige cuando se abre un contradictorio tras


oposición del ejecutado (ver los casos infra, bajo III). Para la marcha del
apremio, sin embargo, el tribunal puede de oficio recabar la información
para una adecuada ejecución, predominando en este aspecto el interés
público en una ejecución equilibrada.

b) Restricciones al principio de bilateralidad de la audiencia

El procedimiento de apremio –núcleo de la ejecución civil– no es un


procedimiento contradictorio. El juicio contradictorio es contingente, se
abre en caso de que una de las partes invoque una legítima razón para deba-
tir algún aspecto de la ejecución. Sin embargo, sigue rigiendo el principio
de bilateralidad en su faceta de derecho a la información: el deudor tiene
derecho a tomar conocimiento de la apertura de un proceso en su contra y
mantenerse informado sobre las medidas de ejecución, para impugnarlas
si lo estima necesario. De lo contrario, el deudor quedaría reducido a un
mero objeto del proceso, lo que es incompatible con las garantías de un
debido proceso. Este exige que, incluso en un proceso dirigido a un re-
sultado determinado (satisfacción del crédito), el deudor pueda plantear
sus puntos de vista.
Este derecho a información puede entrar en conflicto con el interés del
acreedor en una rápida y efectiva satisfacción de su crédito. Esto ocurrirá
típicamente si hay razón para sospechar que la advertencia que implica la
notificación al deudor le permitirá tomar medidas para dilatar la ejecución
o frustrar su éxito. En ese caso, se debe considerar el principio de eficacia
de la ejecución, y la presunción a favor del acreedor envuelta en un título
ejecutivo, y permitir, con mayor laxitud que en un juicio de cognición,
restricciones a la bilateralidad de la audiencia para asegurar rapidez y
efectividad de la satisfacción del crédito. En caso de colisión concreta
entre el interés del deudor en estar informado sobre la marcha de la eje-
cución (y presentar alegaciones para impugnarla) y la celeridad o eficacia
de la ejecución, se debe resolver a favor del acreedor, pero sin suspender
la bilateralidad, sino solo trasladarla a un momento posterior, en el que
el resultado exitoso de la ejecución esté razonablemente asegurado (en
general, una vez realizado el embargo). En nuestro sistema vigente, esta
restricción a la bilateralidad se manifiesta en el artículo 441 I CPC que
expresamente autoriza el despacho de la ejecución sin previa audiencia ni
notificación del demandado.
98 Thomas Vogt Geisse

c) Principio de celeridad y concentración

En los juicios de cognición, el principio de concentración apunta a fo-


mentar que las actuaciones procesales, especialmente las presentaciones
de las partes, se efectúen lo antes posible y una sola vez, para asegurar una
decisión oportuna y comprensiva, resguardando los recursos de las partes
y de los tribunales.22 En el proceso ejecutivo, sin embargo, la celeridad se
confunde con el principio de efectividad que rige a favor del acreedor para
la satisfacción de un crédito incuestionable.23 Considerando que el juicio
ejecutivo tiene la función de convertir en realidad el estado patrimonial
que el deudor debería haber generado voluntariamente, cualquier retra-
so requiere justificación. Por lo tanto, estimo que, más que un principio
de concentración, rige en el proceso ejecutivo un principio de marcha
ininterrumpida hacia la satisfacción del crédito, lo que, en consecuencia,
exige procesos de cognición concentrada en los casos excepcionales que
permiten la apertura de un debate.

IV. Razones de legítima oposición del ejecutado

Hasta ahora he desarrollado los intereses del acreedor y deudor en la


ejecución civil y los principios que los regulan. A partir de esas elabora-
ciones puedo exponer con mayor claridad el ámbito de legítima oposición
del ejecutado, es decir, los casos en los cuales se justifica la apertura de un
debate en favor del deudor para evitar que la marcha “ciega” del programa
de apremio pueda resultar en un atropello injustificado de sus derechos.24 El
desarrollo de estas categorías es dogmáticamente relevante, ya que ofrecen
un punto de partida para desarrollar las preguntas referidas a la extensión
del derecho de tutela del ejecutado, al tipo de argumentos admisibles en
el proceso ejecutivo y al diseño procedimental adecuado para resolver una
disputa por estas razones. Propongo distinguir cinco grupos de razones de
legítima oposición: 1) la falta de ejecutabilidad del crédito; 2) la infracción
a reglas del procedimiento de ejecución; 3) el carácter inidóneo, innecesario

Leipold, Dieter, Wege zur Konzentration von Zivilprozessen, (Berlin, De Gruyter),


22

1999, pp. 6 s.
23
Stamm, (cita n. 4), p. 109.
24
Romero Seguel, (cita n. 6), p. 15.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 99
Bases para una comprensión dogmática

o desproporcional de las medidas de ejecución; 4) la afectación del mínimo


de subsistencia; 5) y, excepcionalmente, la falta de mérito sustantivo del
derecho a ejecutar. En cada caso haré referencia a normas que reflejan
las posibilidades de reclamación dentro del actual proceso ejecutivo. No
obstante, se podría hacer el mismo ejercicio en la propuesta de reforma, ya
que estimo que se trata de categorías dogmáticas propias de todo sistema
de ejecución inserto en un estado de derecho.

1. Falta de ejecutabilidad del crédito

Si la formalización y eficacia del proceso ejecutivo se funda en la


existencia indubitada de un crédito a favor del acreedor, el deudor debe
tener oportunidad de alegar que no existe un crédito de carácter indubitado
cobrable (es decir, exigible y líquido) y, por tanto, que el acreedor no pue-
de beneficiarse de la ejecución forzada para su satisfacción. Esta defensa
tiene como finalidad descartar la ejecutabilidad del derecho.25 El deudor
solicitará al tribunal que declare esa circunstancia, rechazando la ejecu-
ción, pero dejando a salvo la posibilidad que el derecho sea reconocido en
un juicio de cognición o perfeccionado mediante medidas preparatorias.
El crédito carece de ejecutabilidad cuando no concurren los presupues-
tos del proceso ejecutivo. Estos equivalen a los presupuestos procesales
del juicio de cognición. Por cierto, en los ordenamientos con ejecución
desjudicializada rigen con las adaptaciones necesarias (en cuanto a com-
petencia y formalidades de la solicitud).26 En el sistema del CPC, en el que
la ejecución requiere demanda judicial, deben cumplirse los presupuestos
generales de todo proceso (competencia, capacidad de las partes o debida
representación, inexistencia de litispendencia, etc.).
Además, deben concurrir los presupuestos particulares del proceso eje-
cutivo (artículos 434-436). Entre ellos tiene importancia crucial el título
ejecutivo, en cuanto funda el carácter indubitado del crédito y justifica el
principio de formalidad que impide cuestionar su vigencia. Pero también
debe ser susceptible de cobro inmediato, por lo que se pide que sea exi-
gible (artículo 437 CPC), líquido o liquidable (artículo 438-440 CPC) y

25
Blomeyer, (cita n. 8), p. 493.
26
Heiderhoff, Bettina; Skamel, Frank, (cita n. 19), p. 24.
100 Thomas Vogt Geisse

no haya prescrito la acción para cobrarlo (artículo 442 CPC). Si bien el


sistema del CPC prevé que el tribunal examine de oficio la admisibilidad
de la demanda ejecutiva (artículos 441 I, 442 CPC), una adecuada tutela
exige que también el deudor pueda reclamar defectos en los presupuestos
procesales generales y particulares. Es posible distinguir un grupo dentro
de las excepciones del artículo 464 CPC que garantizan este ámbito de su
derecho a tutela: respecto a la inejecutabilidad por falta de presupuestos
procesales generales, la ley otorga las excepciones de los Nºs. 1-7, 18. En
cuanto a los presupuestos particulares de la ejecución, su defecto puede
dar lugar a las excepciones de los Nºs. 6 y 7.
Entonces, en la medida que en estos casos el deudor alegue la ineje-
cutabilidad por falta de presupuestos, se justifica la apertura de un juicio
de cognición, con plena vigencia del principio contradictorio. Dado que
el objeto de este juicio estaría limitado a establecer la concurrencia o no
de presupuestos procesales (y no la efectividad de existir el crédito que
se pretende cobrar), es apropiado que la cognición sea abreviada, como
la prevista en los artículos 467-470 CPC.

2. Ilegalidad de las medidas de ejecución


El procedimiento de apremio contempla una variedad de actuaciones
que afectan los derechos del deudor, en general con la posibilidad de in-
tervención de la fuerza pública (artículo 443 CPC, inciso final): la notifi-
cación de la solicitud de ejecución, el requerimiento de pago, el embargo
de bienes, el retiro de bienes, entre otros. En todos estos actos se podrían
producir infracciones legales (notificación defectuosa, requerimiento de
pago en lugar no habilitado, práctica irregular del embargo, etc.). En virtud
del principio de legalidad, las actuaciones de los órganos del Estado deben
ser predecibles y controlables (artículos 6º I y 7º I CPR), por tanto, some-
terse a las formas contempladas en la ley, en este caso, en la ley procesal
civil. Cualquier medida de apremio que se realice con infracción a estas
normas es nula (artículo 7º III CPR) y el deudor debe tener facultades para
impugnarla de manera incidental durante el proceso ejecutivo y pedir a un
tribunal la declaración de ineficacia de actos de ejecución defectuosos. En
estos casos, el interés del deudor –y el interés general en el sometimiento
de la fuerza pública a la ley– deben primar por sobre el interés del acree-
dor en una ejecución rápida y eficaz. La posible ilegalidad de una medida
de apremio justifica que un incidente produzca un retardo en la ejecución
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 101
Bases para una comprensión dogmática

(sin perjuicio que el acreedor pueda tener una acción por responsabilidad
del Estado en caso de que se haga incobrable el crédito por una actuación
defectuosa del órgano de ejecución).
En la regulación vigente, no se prevé un mecanismo especial para
reclamar la legalidad de los actos de ejecución, por lo que serían apli-
cables las reglas generales de incidente de nulidad (artículo 83 CPC) si,
por ejemplo, el ejecutado quisiera defenderse contra un requerimiento de
pago defectuoso.

3. Falta de necesidad o proporcionalidad


de las medidas de ejecución

Como se expuso en relación con el principio de proporcionalidad, la


afectación de los derechos del deudor mediante la fuerza pública no solo
debe ser legal, sino también necesaria y proporcional para alcanzar los fines
que autoriza su uso. La falta de necesidad justifica que el deudor pueda
exigir la reducción (artículo 447 CPC), sustitución (artículo 457 CPC) y
cesación (artículo 490 CPC) del embargo.

4. Resguardo de la subsistencia mínima

Como se expuso, también es exigencia constitucional que la ejecución


no arruine al deudor. Esto exige la regulación de la inembargabilidad de
los bienes necesarios para una subsistencia digna (artículos 1618 CC y
445 CPC), y especialmente de la pregunta si se pueden embargar las re-
muneraciones de los trabajadores (según el artículo 445 Nº 2 CPC y 57 I
Código del Trabajo son inembargables hasta cincuenta y seis unidades
de fomento, con normas especiales materia de cobro de alimentos). Para
que esta regulación pueda cumplir su fin de protección, el ejecutado debe
disponer de un mecanismo de reclamo para excluir bienes indebidamente
embargados. El sistema vigente ofrece un incidente para hacer valer esta
reclamación (artículo 519 II CPC).

5. Falta de mérito sustantivo del derecho a ejecutar

Finalmente, un sistema de ejecución debe permitir al deudor alegar que


el crédito que consta en el título se extinguió o modificó por operacio-
102 Thomas Vogt Geisse

nes de derecho sustantivo. El deudor, por ejemplo, podría haber pagado


voluntariamente la deuda correspondiente a la obligación titularizada, o
podrían verificarse otros modos de extinguir o modificar las obligaciones.
El artículo 464 Nº 9-16 CPC responde a esta necesidad de protección
contra una ejecución por créditos ejecutables, pero extinguidos o modifica-
dos. En la ejecución de sentencias, esta protección está delimitada por los
contornos objetivos de la cosa juzgada. Su efecto no solo impide volver a
alegar lo debatido en un juicio anterior, sino también lo que pudo alegarse
(lo deducido y lo deducible).27 Esto exige una interpretación restrictiva de
las excepciones del artículo 464 Nº 9-16 CPC cuando se pretende ejecutar
una sentencia. Esas excepciones solo se pueden fundar en hechos originados
con posterioridad al último momento de preclusión del juicio de cognición,
28
es decir, al momento de la contestación o la citación de las partes a oír
sentencia en primera instancia, o antes de la vista de la causa en segunda,
dependiendo del tipo de excepción (artículo 310 CPC).
En efecto, este presupuesto de no-preclusión está previsto para la eje-
cución incidental de las sentencias, en cuanto el artículo 234 CPC exige
que las excepciones se funden “en hechos acaecidos con posterioridad a
la sentencia de cuyo cumplimiento se trata”. Esta norma es imperfecta,
en cuanto el momento relevante no es la dictación de la sentencia, sino
el último momento en que el demandado hubiese podido presentar ale-
gaciones. De todas formas, esta idea de que solo se admiten excepciones
sustantivas no precluidas debe regir todo proceso de ejecución de sentencia,
sea por vía incidental o principal. En el derecho vigente, una interpreta-
ción sistemática del artículo 464 CPC, en conjunto con los artículos 177
y 234 CPC nos lleva a concluir que también en el juicio ejecutivo rige la
exigencia de no-preclusión. Si el ejecutado opone excepciones que podría
haber interpuesto en el juicio de cognición de la sentencia que se ejecuta
(por ejemplo, el pago de la deuda antes o durante ese juicio), el acreedor
podrá defenderse invocando la excepción de cosa juzgada.

Romero Seguel, Alejandro, La cosa juzgada en el proceso civil chileno, (Santiago,


27

Editorial Jurídica de Chile), 2002, pp. 69-73.


Schmidt, Karsten; Brinkmann, Moritz, Comentario a § 767 ZPO, parr. 77, en: Raus-
28

cher, Thomas Krüger, Wolfgang, Münchener Kommentar zur Zivilprozessordnung, (6ª ed.,
München, C.H. Beck), 2020, T. 2.
La tutela de los intereses del deudor en la ejecución civil 103
Bases para una comprensión dogmática

Por lo tanto, el principio de formalidad no impide que el deudor pueda


hacer valer argumentos de derecho sustantivo basados en la extinción o
modificación sobreviniente de la obligación, sea que el sistema prevea
esa oportunidad en el mismo juicio ejecutivo o, alternativamente, en un
juicio posterior.29

V. Conclusiones

Las reflexiones precedentes nos permiten recoger las siguientes con-


clusiones:
Lo que distingue el proceso ejecutivo del proceso de cognición es que se
trata de una secuencia de actos dirigidos a un resultado cierto, consistente
en la satisfacción del crédito indubitado del ejecutante. Su base no es el
desacuerdo y la duda sobre un derecho, como en el juicio de cognición,
sino la certidumbre que expresa el título ejecutivo. Por lo tanto, se trata
de un proceso cuya función es generar, en la realidad, el resultado que el
deudor debería haber generado voluntariamente.
Esto es determinante para el examen de la constelación de intereses,
porque justifica otorgar primacía al interés del acreedor y solo considerar
excepcionalmente el interés del deudor. A nivel de principios, esta asi-
metría se expresa en los principios de formalidad y de efectividad de la
ejecución, mientras que el resguardo del deudor se asegura a través del
principio de legalidad y proporcionalidad, y mediante la protección de
una subsistencia mínima.
Desde estos principios se extraen los ámbitos de legítima oposición del
deudor. Una tutela de sus intereses exige, en primer lugar, que el deudor
pueda impugnar los presupuestos del proceso ejecutivo que legitiman la
primacía del interés del acreedor. En segundo lugar, debe estar en condi-
ciones de reclamar ilegalidad o falta de proporcionalidad de las medidas
de ejecución, como también alegar una vulneración del mínimo de subsis-
tencia. En tercer lugar, el juicio ejecutivo debe entregar espacio al deudor
para hacer alegaciones de derecho sustantivo posteriores a la creación del
título ejecutivo. En la ejecución de sentencias, estas alegaciones se deben

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La alternatividad evita el problema de dilucidar la relación entre un juicio de cognición
dentro de la ejecución y un juicio ordinario posterior, tratada por Couture, Eduardo, Funda-
mentos del Derecho Procesal Civil, (3ª ed., Buenos Aires, Roque Depalma), 1958, pp. 472 ss.
104 Thomas Vogt Geisse

fundar en hechos surgidos con posterioridad al último momento preclusivo


en el juicio de cognición.
Si bien expuse estas distinciones para orientar la comprensión de la eje-
cución regulada en el CPC, confío en que expresan categorías dogmáticas
útiles para análisis e interpretación de la tutela de intereses del ejecutado
en todo proceso ejecutivo moderno, incluyendo el proyecto de reforma
del sistema de ejecución chileno.

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