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Conversando con una atea*

(Por: Rick Wade / www.AlianzaFormativa.Com)

Acerca de nuestro diálogo

Comienza la conversación

En el otoño de 1999, participé en una conversación por e-mail con una atea que escribió en
respuesta a un programa que yo había escrito, titulado The Relevance of Christianity (La relevancia
del cristianismo). En este programa, [Nota del editor: Las transcripciones de nuestros programas de
radio se convierten en artículos en línea, como el que usted está leyendo.] yo hago un contraste
entre el cristianismo y el naturalismo en las cuestiones del significado, la moral y la esperanza.{1}
Ella me escribió para decirme que podía encontrar estas cosas en su propia filosofía de vida sin
Dios. Si se podía tener estas cosas sin Dios, ¿por qué preocuparse por incorporarlo a Él,
especialmente teniendo en cuenta todos los problemas que causa la religión?

Stephanie tenía un título universitario en Filosofía, y está siguiendo su doctorado en Física.{2}


Nuestra conversación ha sido bastante cordial, y a lo largo de nuestra conversación de dos meses,
he llegado a respetarla. No es una persona que simplemente quiere discutir por discutir. Trato de
tener en mente que, si sus ideas parecen irritarme, las mías deben ser igualmente irritantes para
ella.

Stephanie parece estar genuinamente perpleja por mi creencia teísta. Si Dios está ahí, Él está
fuera de los límites de lo que podemos conocer. Si bien alguien como Kierkegaard encontró
buenas razones para dar un "salto de fe" hacia lo que no puede ser probado, ella no ve ninguna
razón para hacerlo. "Creo que si yo tuviera fe, sería como la de él", dice, "pero el salto parece, a
esta altura, a la vez inútil y riesgoso".

Stephanie tiene tres objeciones generales a creer en Dios. Primero, ella cree que la evidencia es
insuficiente. La evidencia de la naturaleza es todo lo que tiene, y se dice que Dios tiene atributos
más allá de lo natural. No hay forma de saber acerca de estas cosas. Segundo, ella cree que la
creencia teísta no agrega nada importante a nuestra vida o a lo que podemos conocer a través de
la ciencia. Le pregunté: "¿Qué tiene el cristianismo que le hace rechazarlo?". Y ella me contestó:
"Me imagino creyendo, y no me siento más realizada o menos preocupada de lo que estoy cuando
no estoy creyendo. Dios simplemente no parece ser una idea útil, beneficiosa o sostenible".
Tercero, ella cree que la religión es moralmente mala para la gente. La religión fundamenta la
moral sobre el temor, ella cree, y produce un dogmatismo en sus adherentes que propicia
comportamientos como matar a los que hacen posible el aborto.

Stephanie comenzó nuestra correspondencia no para que le diera pruebas de la existencia de


Dios, sino para que yo "explicara más personalmente su relevancia". Lo que se necesita, entonces,
es defensa y explicación, antes que persuasión.

Los elementos básicos del ateísmo de Stephanie

Hay tres elementos básicos que subyacen el ateísmo de Stephanie. El primero es la razón, que ella
considera que es suficiente para entender el mundo, para la moral y para entender y cultivar
cualidades humanas como la "apreciación estética, la compasión y el amor". Es, por supuesto, la
autoridad final sobre la religión, también. La razón no admite la fe. En cuanto uno admite la fe en la
ecuación, uno se ha movido hacia el irracionalismo. Como escribió George Smith: "No aceptaré la
existencia de Dios, o de ninguna doctrina, por fe, porque rechazo la fe como un procedimiento
cognitivo válido . . . Si las doctrinas deben ser aceptadas por fe, el teísmo queda excluido
necesariamente".{3}

El segundo elemento, la naturaleza, es la mejor fuente de información para la razón. Stephanie


dice: "No tengo acceso a nada fuera del universo natural y mi propia mente".

El paquete se completa con el compromiso de Stephanie con la ciencia, que es la herramienta que
usa la razón para comprender la naturaleza. Sólo ella puede darnos "conocimiento objetivo e
investigable", dice ella. De hecho, creo que es justo rotular el enfoque de Stephanie del
conocimiento como "cientificista". No parece haber ningún área de la vida que no necesite ser
sometida a la ciencia para ser considerada como racional, y para la cual la investigación científica
no sea suficiente.

El triunvirato de razón/naturaleza/ciencia brinda la estructura para adquirir conocimiento. Ir más


allá, es entrar en el irracionalismo, cree Stephanie. Ciertamente no hay ningún motivo para agregar
a Dios. Ella dice: "Tal como la entiendo, la idea de Dios como creador o garante no agrega más
que un misticismo injustificado a mi conocimiento".{4}

Los teístas no tienen ningún problema en usar la razón para entender nuestro mundo, o con el
estudio de la naturaleza, o en usar las herramientas de la ciencia. El problema surge cuando
Stephanie concluye que no puede conocerse nada más allá de la naturaleza analizada
científicamente. Ella cree que la naturaleza es todo lo que hay, o al menos todo lo que es
conocible. Stephanie dice que ella no comienza conscientemente con el naturalismo; no tienen
ningún deseo de "promover el naturalismo como un dogma", dice. Sin embargo, dado que la
ciencia "sólo permite la investigación de fenómenos naturales y repetibles", y ella está satisfecha
con esto, su visión está restringida al ámbito de la naturaleza. Llega a decir: "Para mí, la
racionalidad y el naturalismo son lo mismo".

Parece, entonces que la baraja está marcada desde el inicio. El énfasis de Stephanie en la ciencia
no le impide necesariamente encontrar a Dios, pero su naturalismo sí.

Evidencias insuficientes

La objeción evidencialista

Consideremos las tres objeciones básicas de Stephanie a la creencia teísta, comenzando por la
acusación de que hay insuficiente evidencia para creer. En vez de ofrecer una defensa de la
creencia teísta, consideremos la objeción misma.

El argumento de Stephanie se denomina la "objeción evidencialista". Ella cita a W. K. Clifford, un


erudito del siglo XIX, que escribió: "Esta mal siempre, en cualquier parte, y para toda persona,
creer algo con evidencia insuficiente".{5} La objeción de Stephanie es que no existe suficiente
evidencia como para creer en Dios. La primera pregunta, por supuesto, es qué constituye buena
evidencia. Otra pregunta es si debemos aceptar la máxima de Clifford en primer lugar.

Algunos ateos creen que no les corresponde a ellos probar sus creencias con evidencias de la
misma forma que los teístas. Dicen que el ateísmo es la posición "por defecto". Creer en Dios es
agregar una creencia; no agregar esa creencia es permanecer en el ateísmo o tal vez en el
agnosticismo.{6} Pero el ateísmo no es un sistema de "creencia cero". El ateísmo occidental es
típicamente naturalista. Los ateos tienen puntos de vistas definidos sobre la naturaleza del
universo; no hay razón para pensar que el ateísmo es de donde todos comenzamos nuestro
pensamiento automáticamente, de forma tal que movernos hacia el teísmo es agregar una
creencia, mientras que no creer en Dios es permanecer en el ateísmo. Es difícil no estar de
acuerdo con Alvin Plantinga en que la suposición de ateísmo "parece ser una pieza de
imperialismo intelectual meramente arbitrario".{7} Si los teístas tienen que dar evidencias, también
tienen que hacerlo los ateos.

Stephanie, sin embargo, no defiende su ateísmo o naturalismo de esta forma. Ella cree que la
razón, usando las herramientas de la ciencia, es la única forma confiable de lograr conocimiento. El
resultado de sus observaciones, dice, es el naturalismo. Simplemente no hay suficientes
evidencias para creer en Dios, al menos las clases de evidencias que sean confiables. ¿Qué
clases son confiables? Stephanie quiere evidencias en la naturaleza, porque en la naturaleza uno
encuentra "conocimiento objetivo e investigable". Sin embargo, ella no cree que puedan
encontrarse evidencias de Dios ahí. Dios debe estar afuera de la naturaleza, si existe. Dijo ella:
"Tal vez usted pregunte correctamente qué tipo de evidencia naturalista aceptaría yo alguna vez a
favor de Dios, y tendría que contestarle: 'ninguna'. Porque una vez que una investigación
naturalista se vuelve a Dios con sus manos hacia arriba, deja de ser naturalista, así que deja de
referirse a algo que puedo esperar investigar. Carezco de un sentido de Dios, y no tengo acceso a
nada fuera del universo natural y mi propia mente". Dijo en un e-mail posterior que la causa del
universo puede haber tenido un agente. Pero cuando comenzamos a agregar otros atributos a este
agente, atributos que no pueden ser estudiados científicamente, nos metemos en problemas. "Tan
pronto empezamos a hablar de que Dios tiene atributos infinitos, esos atributos en realidad pierden
su significado", dice. "Mi punto de vista", sigue, "es que, para el caso, podríamos llamar a la causa
desconocida lo que es --una causa desconocida-- hasta que se desarrollen los medios para
investigarla". Y con esto ella quiere decir medios naturales.

Un giro naturalista

El primer problema aquí es obvio: Stephanie ha polarizado su argumento en su favor por sus
restricciones del conocimiento al mundo de la naturaleza. Ella reduce nuestros recursos de
conocimiento a lo comprobable científicamente. Este reduccionismo es arbitrario. Al reducir todo el
conocimiento a lo que puede ser descubierto científicamente, Stephanie ha eliminado porciones
significativas de nuestro conocimiento. El filósofo Huston Smith dijo: "Es como si el científico
estuviera dentro de un gran globo de plástico; él puede iluminar con su linterna cualquier parte
dentro del interior del globo, pero no puede salir fuera del globo y verlo como un todo, ver dónde
está ubicado, o determinar por qué fue fabricado".{8} La ciencia no nos puede decir cuál es la
causa final (o propósito, o meta) de algo; de hecho, no nos puede decir si existen propósitos
últimos. No puede determinar el significado último o existencial. Si bien puede describir el pincel,
los pigmentos y el lienzo del artista, no puede medir la belleza.

La falacia de Clifford

Más allá de esta dificultad, está el hecho de que la máxima de Clifford misma tiene problemas.

Primero, el enfoque evidencialista es irrazonablemente restrictivo. Si tenemos que poder construir


un argumento para todo lo que creemos —y sobre lo cual actuamos— creeremos poco y
actuaremos poco.

Segundo, este enfoque podría tener validez en la ciencia, pero deja afuera otros tipos de creencias
significativas. Kelly Clark habla de creencias de la percepción, creencias de la memoria, creencias
en otras mentes, y verdades de lógica, así como otros tipos de creencias "realmente básicas" que
sostenemos sin inferirlas de otras creencias.{9} Las creencias involucradas en las relaciones
personales son otro ejemplo. Las relaciones suelen requerir una disposición para creer en un
amigo aparte de suficientes evidencias. De hecho, la disposición para hacerlo puede tener un
efecto positivo en el desarrollo de una buena relación. Las creencias acerca de personas son
todavía otro ejemplo. Acepto sin evidencia que mi esposa es una persona, que no es un autómata,
que tiene valor intrínseco, etc. Estos tipos de creencias no requieren la acumulación de evidencias
para formular una prueba inductiva o deductiva. La máxima de Clifford funciona bien en un estudio
científico, pero no para creencias acerca de personas.

Más concretamente, las creencias religiosas no encajan tan prolijamente en las restricciones
evidencialistas. Se parecen más a las creencias relacionales dado que, al confrontar a un Ser
Supremo, uno no está confrontando una hipótesis, sino una Persona.

Cuarto, el uso de Stephanie del evidencialismo de Clifford está polarizado a favor de ella porque,
como discutimos anteriormente, su satisfacción con los productos de la investigación científica
significa que solo aceptará evidencias en el orden natural.

¿Tenemos buenas razones para creer?

Algunos estudiosos cristianos están diciendo que no necesitamos tener evidencias para creer, con
lo que quieren decir que no tenemos que construir un argumento mediante el cual la existencia de
Dios se infiere a partir de otras creencias. Nuestra experiencia directa de Dios es suficiente para la
creencia racional (usando "experiencia" en un sentido más amplio que la experiencia emocional).
{10} La creencia en Dios es, por lo tanto, realmente básica.

Esto no quiere decir que no haya fundamentos para creer, sin embargo. Alvin Plantinga dice que
tenemos una tendencia innata a reconocer a Dios bajo condiciones apropiadas. Por supuesto,
existen varias razones o fundamentos para creer. Estas incluyen una experiencia directa de Dios,
el testimonio de personas que dicen haber conocido a Dios, una revelación escrita que tiene
sentido (si uno está abierto a lo sobrenatural), la corroboración filosófica y científica, la realidad
histórica de un hombre llamado Jesús que cumplió profecías y realizó milagros, etc. ¿Estoy
dándome vuelta ahora? ¿Necesitamos razones o no? El punto es este: si bien hay razones válidas
para creer en Dios, lo que no necesitamos hacer es someter nuestra creencia en Dios, en última
instancia, a la máxima de Clifford, especialmente una versión de ella ya comprometida con el
naturalismo. Podemos reconocer a Dios en nuestra experiencia, y esta creencia puede ser
confirmada por varias razones o evidencias. En vez de considerar a nuestra creencia como
culpable hasta ser probada inocente --como quisiera la objeción evidencialista--, podemos
considerarla inocente hasta tanto se la demuestre culpable. Que los ateos demuestren que
estamos equivocados.

El teísmo no agrega nada

La segunda objeción general a la creencia en Dios que ofrece Stephanie es que no agrega nada al
valor de la vida y a lo que podemos saber por la razón solo. ¿Es cierto esto?

El significado

Considere el tema del significado. Stephanie dijo que encuentra significado en los asuntos
cotidianos de la vida sin preocuparse por Dios. Déjeme citar un largo pasaje del primer e-mail de
Stephanie sobre el tema del significado. Su referencia en la primera línea es una cita de un libro de
Albert Camus.

"Su cita de El extranjero ("me abría por primera vez a la tierna indiferencia del mundo") expresa
bien un sentimiento que he tenido a menudo. Al universo yo no le importo, así que no necesito
rendirle pleitesía ni atender ninguna de sus necesidades; simplemente estoy agradecido (sí, en
realidad agradecido por nada en particular) de que pueda caminar por una senda arbolada y
respirar el vivificante final del otoño, que puedo ver las motas de algodón volando contra mi rostro,
mirar el sol, que puedo luchar y esforzarme por entender que el principio de incertidumbre de
Heisenberg es lo que impide que los átomos colapsen (¡en nanosegundos!). Encuentro significado
en mi relación con mis padres, hermanos y en mi matrimonio; mi esposo es la persona más
amable, capaz, ética y sabia que he conocido jamás. Estas cosas son suficientemente
significativas para mí; no creo que el verdadero significado sea necesariamente eterno, y no exijo
reconocimiento del universo o de la noción humana de su creador. Estoy convencida que de que la
creencia en un dios personal no podría hacer otra cosa más que diluir estas cosas al subordinarlas
a algo tan escurridizo como Dios".

Por lo tanto, Stephanie cree que Dios no es necesario para que ella encuentre significado en la
vida.

Le contesté que su naturalismo no brinda ningún significado más allá del que imponemos al
universo. Podemos hacer de cuenta que existe un propósito detrás de todo, pero un universo al
que no le importamos tampoco le interesan nuestros significados superpuestos. ¿Qué hace ella
cuando el significado que le ha dado al universo no encuentra apoyo en el universo mismo? Le
escribí:

"Tal vez vea a esta tierra como una especie de 'madre' que alimenta y sustenta a sus habitantes.
¿Acaso la gente que sufre huracanes, terremotos o tornados la ven así? ¿Las personas que viven
en desiertos prácticamente sin vida, que tienen que pasar sus días caminando muchos kilómetros
para conseguir agua, y que luchan para ganar a duras penas una magra existencia de la tierra
encuentran belleza y significado en ella? A menudo, las personas que viven cerca de la tierra
ciertamente encuentran un significado especial en la naturaleza misma, pero a la larga también
creen que hay un poder superior detrás de ella que no solo da significado al universo sino da
significado a la lucha para sobrevivir y al esfuerzo por preservar la naturaleza".

Cuando dije que todos sus esfuerzos por lograr algo bueno podrían terminar en la nada y, por lo
tanto, serían sin significado en última instancia, su respuesta fue: "Eso está bien . . . No estoy
buscando un significado universal o eterno".

Es difícil saber qué contestar a esto. Podríamos seguir el consejo de Francis Schaeffer y "quitar el
techo";{11} en otras palabras, exponer las implicaciones de sus creencias. Stephanie dice que no
es una nihilista (una persona que cree que todo carece básicamente de significado y valor); tal vez
se la podría llamar una "humanista optimista", para usar la expresión de J. P. Moreland.{12}Ella
cree que no hay valores últimos; más bien, nosotros damos a la vida aquel significado que
escogemos. Sin embargo, esta posición no tiene ninguna ventaja racional sobre el nihilismo.
Simplemente refleja una decisión de actuar como si hubiera un significado. Este optimismo sin
fundamento no es más justificable racionalmente que el nihilismo. Es simplemente una simulación
intelectual diseñada para ayudarnos a estar contentos con nuestra suerte, versiones adultas de los
cuentos de hadas infantiles.

Dado que la pérdida del significado absoluto o trascendente menoscaba todo valor absoluto, cada
persona debe escoger sus propios valores, morales o de otro tipo. Como le dije a Stephanie, otros
podrían no estar de acuerdo con sus valores. Los nazis pensaban que había un significado válido
en purificar la raza. ¿Qué pensaban los judíos?

Lo que puede considerarse significativo para el momento es justamente eso: significativo para el
momento. Llega la muerte, y todo lo que ha estado antes se convierte en nada, al menos para el
individuo. Es cierto que uno puede encontrar significado en, por ejemplo, trabajar para descubrir
una cura para una enfermedad terrible, sabiendo que beneficiará a incontables personas por
muchos años. Pero esas personas que se benefician del descubrimiento un día morirán también.
Y, al final, si los ateos están en lo correcto, toda la raza desaparecerá y todo lo que se ha logrado
terminará en la nada.{13} Así que, si bien puede haber un significado temporal en lo que hacemos,
no hay ningún significado último. ¿Puede el ateo realmente convivir con esto?

En contraste, la naturaleza eterna de Dios da significado más allá de lo temporal. Lo que hacemos
tiene significado eterno, porque se hace en el contexto de la creación del Dios eterno, que actúa
con propósito y no hace nada caprichosamente. Más específicamente, la creencia en Dios ubica a
nuestras acciones en el contexto de la construcción de su reino. Hay un final específico hacia el
cual trabajamos que da significado a las cosas específicas que hacemos.

En rigor, entonces, podríamos estar de acuerdo con Stephanie en que es cierto que Dios no
agrega nada. Más bien, Él es el fundamento mismo del significado.

La moral

¿Y qué pasa con la moral? Si bien Stephanie dice que la moral naturalista es superior, cuando se
ve forzada a ofrecer una norma, solo pudo ofrecer un impulso básico de bondad. Además, dijo:
"Creo que alcanza con tener un sentido interior de la regla de oro, y creo que eso es un desarrollo
natural". Ella usó la metáfora de un niño que crece para ilustrar nuestro crecimiento en la moral. La
razón es todo lo que se necesita para un buen comportamiento moral. Si los principios bíblicos
morales concuerdan con la razón, son innecesarios. Si no lo hacen, "son absurdos".

En respuesta, señalé que podemos medir el crecimiento de un niño mirando a un adulto;


podríamos denominar al adulto el telos o meta del niño. Sabemos en qué debe convertirse el niño.
¿Cuál es la meta o fin, según ella, de la moral? ¿Cuál es la norma de bondad a la que debemos
aspirar? Stephanie acepta la regla de oro, pero no puede dar ninguna razón por la que yo debería
aceptarla. La razón por sí sola no me dirige a hacerlo. La regla de oro presupone una igualdad
básica entre todos nosotros. ¿De dónde proviene esta idea? Aun cuando se la use para
salvaguardar la supervivencia de la raza, ¿mediante qué norma diremos que eso es algo bueno?
Tal vez necesitamos quitarnos de en medio para otra cosa.

Dios, sin embargo, brinda una norma fundada en su carácter y voluntad, a los cuales todos
estamos sujetos. Él no cambia en temas fundamentales (si bien Dios ha impuesto ciertas
exigencias morales sobre su pueblo en un tiempo más que en otro, de acuerdo con el progreso de
la revelación.{14}), y su ley se adecua a nuestra naturaleza y a nuestras necesidades. El universo
no se alinea necesariamente detrás de la moral escogida por Stephanie, pero Dios --y el universo--
se alinea detrás de la de Él.

Una nota final. Mostrar la debilidad del naturalismo con relación a la moralidad no significa que
todos los ateos sean personas malas. En su primera carta, Stephanie escribió: "Me molesta su
afirmación de que el relativismo de una moral sin dios permite cosas como 'la destrucción de los
débiles y el desarrollo de una raza superior'. . . Encuentro que esta acusación de amoralidad atea
de parte de los cristianos es horriblemente persistente e injusta". Yo señalé que nunca dije en el
programa radial Relevance que todos los ateos eran inmorales o amorales. Lo que dije era que "el
ateísmo mismo no toma en cuenta normas morales fijas". Pedí a Stephanie que me mostrara qué
tipo de norma moral ofrece el naturalismo. De hecho, no ofrece ninguna. Como noté anteriormente,
Stephanie no quiere "abogar por el naturalismo". Ella sabe que no tiene nada que ofrecer. De
hecho, en uno de sus últimos correos, ella reconoció que su filosofía solo la deja con un "débil
pragmatismo", y aun "un cierto relativismo moral", porque ella no tiene "la palabra absoluta de Dios
en la cual apoyarse". Ella solo tiene sus propias normas morales que no rigen a nadie más. Hasta
tanto me pueda mostrar qué norma universal ofrece el naturalismo, seguiré sosteniendo lo que dije
sobre lo que permite el naturalismo.

La esperanza
Vayamos ahora a la esperanza. Stephanie dice que, cuando muera, ella dejará de existir. Por lo
tanto, tiene que estar satisfecha con el aquí y el ahora. Si no existe nada más, uno debe
arreglárselas con lo que tiene. Stephanie dijo: "Estoy satisfecha con el tiempo que tengo aquí y
ahora para pensar, sentir y explorar. Usted dice que 'un universo impersonal no ofrece ninguna
recompensa', pero yo simplemente no puede comprender la atracción de las fantasías del cielo
cristiano, especialmente con el grave efecto que parece tener necesariamente sobre la honestidad
intelectual. Si su concepto de verdadera esperanza requiere creer que a uno se le promete gloria y
satisfacción eternas, entonces no lo puedo reclamar. No logro comprender lo que podría significar".
Tal vez la razón por la que ella no puede comprenderlo es su enfoque cientificista. El cielo no es
algo que uno pueda analizar científicamente.

En respuesta, señalé que ella difiere de la mayoría de las personas en todo el mundo. Hay algo en
nosotros que anhela inmortalidad, le dije. Por supuesto, las diversas religiones del mundo tienen
distintas formas de definir qué es el estado eterno y cómo lograrlo. Los cristianos creen que fuimos
creados para desearlo; forma parte de nuestra constitución, porque fuimos creados por un Dios
inmortal para vivir para siempre. Si el naturalismo es verdadero, le pregunté, ¿cómo explica el
deseo de inmortalidad?

Si no tenemos ninguna buena razón para creer en "las fantasías del cielo cristiano", supongo que
sería necio permitir que gobierne nuestra vida. Sin embargo, sí tenemos buenas razones: la
promesa de Dios, que no miente, y la resurrección de Jesús. También tenemos el testimonio de la
"eternidad en el corazón de ellos" (Eclesiastés 3:11). Debido a esta esperanza --que no es un tipo
de esperanza del tipo de "cruzarse los dedos", sino que es una confianza justificada en el futuro--,
nuestros esfuerzos aquí por el reino de Dios no terminarán con nuestra muerte, sino tendrán un
significado eterno. Son lo que se denomina "fruto que perdura" (Juan 15:16), o la obra "revelada
por el fuego" (1 Corintios 3:13, 14).

La ciencia

Todavía estamos pensando acerca de lo que la creencia en Dios agrega a nuestra vida y a nuestro
conocimiento. Un área en la que aun algunos teístas no quieren traer a Dios es la ciencia misma.
¿Agrega la creencia teísta algo a la ciencia, o es su admisión una fuente de problemas?

Se ha escrito mucho sobre esta pregunta. Aparte de los evolucionistas naturalistas, algunos
científicos teístas creen que ir más allá del "naturalismo metodológico" es riesgoso.{15} Esa es la
creencia de que, para el propósito de la investigación científica, el científico no debería apoyarse
en Dios como una explicación, sino que debería mantenerse dentro de los límites de lo que la
ciencia puede investigar. Sin embargo, no todos opinan así. Según nos están mostrando hoy
científicos activos en el movimiento de diseño inteligente, no está tan claro que lo sobrenatural no
tiene ningún lugar en la ciencia.

William Dembski, un líder del movimiento de diseño inteligente, dice que, lejos de dañar la
investigación científica, el diseño agrega al descubrimiento científico. Por una parte, fomenta la
investigación donde una visión naturalista no vería ninguna necesidad. Dembski indica los temas
del "ADN basura" y los órganos vestigiales como ejemplos. ¿Es este ADN realmente "basura"?
¿Tuvieron estos órganos vestigiales un propósito o aún tienen un propósito? La apertura al diseño
también plantea toda una nueva serie de preguntas de investigación. Dice: "Querremos saber
cómo se produjo, en qué medida el diseño es óptimo, y cuál es su propósito". Finalmente, Dembski
dice: "Un objeto que está diseñado funciona dentro de ciertos límites". Así que, por ejemplo, "si los
humanos realmente han sido diseñados, entonces podemos esperar tener incorporados ciertos
límites psicosociales. Si transgredimos esos límites, tanto nosotros como la sociedad sufrirá".{16}

En resumen, simplemente no es cierto que la creencia en Dios no añade nada de valor a nuestra
vida y nuestro conocimiento. Después de todo, mientras que Stephanie está restringida a
explicaciones que surgen del orden natural, nosotros tenemos además el orden sobrenatural.
Los problemas morales del teísmo

No está a la altura de lo que promete

Una tercera objeción general que tiene Stephanie a la creencia teísta tiene que ver con temas
morales. Los ateos dicen que hay factores morales que van en contra de creer en Dios. Mostrar
una contradicción entre lo que enseña la Biblia acerca del carácter de Dios y lo que hace realmente
es mostrar que, en realidad, Él no existe o que no merece nuestra confianza.

Un argumento dice que la Biblia no está a la altura de lo que promete. Stephanie señaló la cuestión
de las oraciones no contestadas. Mencionó un hombre que dijo haber sido un evangélico que había
perdido su fe principalmente por la "ineficacia de la oración". Ella concluyó que "esperar en Dios da
los mismos 'resultados' que esperar en el universo indiferente; ¡ningunos que sean lo
suficientemente consistentes como para ser útiles!".

En respuesta, señalé primero que las personas suelen poner a prueba a Dios como si Él tuviera
que probarse a sí mismo. ¿Tenemos derecho a esperar que Él conteste nuestras oraciones 1) solo
porque las hacemos, o 2) cuando no hemos hecho lo que Él nos ha pedido hacer? Las personas
no pueden vivir como ellas quieren y luego esperar que Dios salte cuando oran. Segundo, Dios ha
prometido a su pueblo que lo escuchará y le contestará, pero Él no siempre contesta las oraciones
como esperamos o cuando esperamos. Las respuestas pueden demorar mucho tiempo, o pueden
venir de formas completamente inesperadas. O podría ser que, con el tiempo, nuestra comprensión
de la situación o de los deseos de Dios cambie, de forma que nos demos cuenta de que tenemos
que orar de otra forma.

El mal

El problema del mal es una cuestión moral significativa en el arsenal del ateo. Hablamos de un
Dios de bondad, pero lo que vemos alrededor de nosotros es sufrimiento, y gran parte de él es
aparentemente injustificado. Stephanie dijo: "La incredulidad en un Dios personal y amoroso como
una explicación de la forma en que funciona el mundo es razonable, especialmente cuando uno
considera los desastres naturales por los que no se puede culpar al libre albedrío y al pecado".{17}

Una respuesta al problema del mal es que Dios considera que nuestra libertad para escoger es un
valor superior al de impedir que las personas sufran daño; esta es la defensa del libre albedrío.
Stephanie dijo, sin embargo, que se puede culpar al libre albedrío y al pecado por los desastres
naturales. ¿Qué de esto? ¿Es cierto que no se puede culpar al pecado por los desastres
naturales? Le contesté que sí se habían originado por el pecado (Génesis 3). Se nos dice, en
Romanos 8, que la creación un día "será libertada de la esclavitud de corrupción", que "gime a una,
y a una está con dolores de parto hasta ahora". La Caída causó el problema y, en la consumación
de las edades, el problema será solucionado.

Segundo, señalé que, de acuerdo con una base naturalista, es difícil saber aun qué es la maldad.
Pero la realidad de Dios lo explica. En palabras del teólogo Henri Blocher:

"El sentido del mal requiere el Dios de la Biblia. En una novela de Joseph Heller, dice: 'si bien
rechazan la creencia en Dios, los personajes de la historia se ven impelidos a postular su
existencia a fin de tener un objeto adecuado para su indignación moral' . . . Cuando usted plantea
esta objeción típica contra Dios, ¿a quién se lo dice, si no es a este Dios? Sin este Dios, que es
soberano y bueno, ¿cuál es la fundamentación de nuestras quejas? ¿Podemos siquiera decir lo
que es el mal? Tal vez el fallecido John Lennon lo entendió: 'Dios es un concepto mediante el cual
medimos nuestro dolor', cantaba. ¿Podríamos estar llegando al punto en que el sentido del mal es
una prueba de la existencia de Dios?".{18}

Así que, si bien es cierto que nadie (a mi juicio) ha realmente logrado precisar una respuesta al
problema del mal, si no hay Dios, en realidad no existe ningún problema del mal. ¿Alguna vez el
ateo se encuentra sacudiendo el puño al cielo luego de una catástrofe y exigiendo una explicación?
Si no existe Dios, no hay nadie escuchando.

La moral en la Biblia

El carácter moral de Dios

Otra dirección hacia donde se dirigen las objeciones ateas con relación a los asuntos morales es
con relación al carácter de Dios. ¿Es bueno, como dice la Biblia?

El "Dios del Antiguo Testamento" es un blanco favorito de los ateos por su supuesto
comportamiento perverso y airado, que incluye apedrear a personas por recoger leña el día de
reposo, y hacer que los profetas invoquen a osos para que ataquen a niños.{19} La historia de
Abraham e Isaac es el enigma bíblico favorito de Stephanie. Ella preguntó si yo llevaría un cuchillo
a la garganta de mi hijo si Dios me lo pidiera. Claramente, un Dios así no merece ser llamado
bueno.

Miremos más de cerca la historia de Abraham. Recuerde, ante todo, que Dios no permitió que
Abraham matara a Isaac. El texto dice claramente que esta era una prueba; Dios sabía que Él iba a
detener a Abraham.

Pero, ¿por qué una prueba tan difícil? Piense en el trasfondo cultural de Abraham. Como señaló un
erudito: "Debemos recordar siempre que Dios adecua sus instrucciones a las normas morales y
espirituales de la gente de cualquier tiempo dado". {20} En el tiempo de Abraham, la gente ofrecía
sus hijos como sacrificios a sus dioses. Si bien la idea de perder a su hijo prometido debe haberlo
conmovido profundamente, la idea de sacrificarlo no le habría parecido tan impensable como a
nosotros. Piense en un equivalente de hoy, algo que Dios podría pedir que hagamos que nos
exigiría casi hasta el punto de quebrarnos. Sea lo que pensemos, no podría haber sido una prueba
adecuada para Abraham. Dios necesitaba ir al extremo con Abraham y ordenarle hacer algo muy
difícil que no estaba más allá de la imaginación, dado su entorno cultural.

Luego, note que Abraham dijo a los hombres que lo acompañaban "El muchacho y yo seguiremos
adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes" (Génesis 22:5). El libro de
Hebreos explica que "consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los
muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos" (11:19). Abraham creyó
lo que Dios le había dicho acerca de construir una gran nación a través de Isaac. Así que, si Isaac
moría por la orden de Dios, Él lo resucitaría de los muertos.

Stephanie también objetó las historias que contaban cómo Dios ordenó la destrucción total de un
pueblo por los israelitas. La única forma de entender esto es ponerlo en el contexto de la
naturaleza de Dios y de su opinión acerca del pecado, y el carácter de los pueblos en cuestión.
Dios es absolutamente santo, y Él es un Dios de justicia además de misericordia. Para ser fiel a su
naturaleza, Él debe tratar con el pecado. Lea también acerca de los pueblos que hizo destruir por
los israelitas. Eran pueblos malvados. Dios los destruyó por su maldad (Deuteronomio 9:5). Walter
Kaiser explica por qué trató con los cananeos tan severamente.
"Fueron destruidos para impedir que Israel y el resto del mundo fueran corrompidos (Deuteronomio
20:16-18). Cuando un pueblo comienza a quemar a sus hijos en honor de sus dioses (Levítico
18:21), practica la sodomía, el bestialismo y toda clase de vicios detestables (Levítico 18:23, 24;
20:3), la tierra misma comienza a "vomitarlos", como hace el cuerpo cuando está cargado de
venenos internos (Levítico 18:25, 27-30). . . [William Benton]. Greene asemeja esta acción de parte
de Dios, no a hacer algo malo para que surja lo bueno sino a hacer el bien a pesar de ciertas
consecuencias malas, así como un cirujano no deja de amputar un miembro gangrenoso a pesar
de que, al hacerlo, pueda quitar mucho tejido saludable".{21}

Kaiser continúa notando que, cuando las naciones se arrepienten, Dios retiene su juicio (Jeremías
18:7, 8). "Así, Canaán tuvo, por así decirlo, una cuenta regresiva final de cuarenta años desde que
escucharon de los sucesos Egipto, el cruce el Mar Rojo, y lo que ocurrió a los reyes que es
opusieron a Israel en el camino". Sabían acerca de los israelitas (Josué 2:10-14). "Por lo tanto,
Dios esperó a que la 'copa de la iniquidad' se llenara, y se llenó ciertamente sin ninguna señal de
cambio, a pesar de las señales maravillosas dadas para que las naciones, junto con faraón y los
egipcios, pudieran 'saber que Él es el Señor'".{22}

Un punto más. Stephanie parecía pensar que Dios sigue haciendo hoy las cosas como las hizo en
el Antiguo Testamento. Cuando le dije que Dios no requiere todas las mismas cosas de nosotros
hoy como requirió a los israelitas, ella dijo que "la ventaja del carácter absoluto de la moralidad
bíblica que usted proclama queda negada al suavizar la ley del Antiguo Testamento y convertir en
locales y relativos los mandamientos mismos de Dios". En otras palabras, decimos que hay
absolutos, pero nos permitimos una escapatoria. Simplemente señalé que donde estaba ordenado
por Dios, por ejemplo, matar a un hijo rebelde, no suavizamos para nada esa orden. Pero cuando
en el trato mismo de Dios Él trae cambios, nosotros seguimos el nuevo camino. Dios no cambia,
pero sus requisitos para su pueblo han cambiado a veces. Esto, sin embargo, no deja todo
indefinido. La pregunta es: ¿Qué nos ha pedido hacer Dios hoy?

Sus efectos dañinos sobre nosotros

Para Stephanie, la instrucción bíblica sobre la moral no solo revela un Dios en quien ella no puede
confiar, sino que es también dañina para nosotros. Así que, por ejemplo, ella dice: "El deseo de no
dañar puede ser superado por el deseo de hacer el bien según la [propia] idea de Dios (considere
Abraham, mi enigma favorito). Es ahí donde el verdadero daño a la sociedad puede introducirse".
Ella cree que la certeza del dogmatismo religioso con relación a su propio sentido de lo correcto
alienta "excesos", como las "guerras santas y el terrorismo por la posesión de la tierra santa, y la
matanza de médicos y homosexuales por su propio bien". Ella dijo que el cristianismo permite el
tipo de horrores que acusamos de perpetrar a los ateos, pero con el respaldo de Dios. "Hitler era
un católico muy devoto, según entiendo", dijo ella.

Hay una seria confusión aquí. Las palabras cargadas, como "terrorismo", polarizan el tema
injustamente, y Stephanie dice que algunos "excesos" están fundamentados en la Biblia, cuando
en realidad no tienen nada que ver con la moral bíblica. Es injusto de su parte y otros ateos ignorar
las órdenes de la Biblia que claramente reflejan la bondad de Dios y simultáneamente no tomar en
cuenta sólidos métodos de interpretación para entender las partes más difíciles. Está mal, también,
dejar que el fanatismo religioso en general esté en contra de Dios. Así como algunos ateos no van
a vivir de acuerdo con las altas normas de Stephanie, algunos cristianos no viven de acuerdo con
las normas de Dios. Gene Edward Veith dice que, si bien Hitler tenía una "perversa admiración por
el catolicismo", él "odiaba al cristianismo". {23} Lo que está claro es que no hay ninguna base
bíblica para las atrocidades de Hitler. Volviendo al punto que traté de establecer antes, si hubiera
buscado, Hitler podría haber encontrado mandamientos morales en el cristianismo que se oponían
a sus acciones. Los naturalistas, por otra parte, no tienen ninguna norma de este tipo mediante la
cual medir las acciones de una persona.
Conclusión

Hemos intentado responder a las tres principales objeciones de Stephanie a creer en Dios: que no
hay evidencia suficiente, que no agrega nada a lo que podemos aprender de la ciencia, y que el
teísmo es malo para las personas. Estas son objeciones típicas que presentan los ateos. Creo que
tienen buenas respuestas. El paso siguiente es tratar de llevar al ateo o la atea al lugar donde
pueda "ver" a Dios. Quitar las razones para rechazar a Dios es un paso en el proceso. El paso
siguiente es mostrarle a Dios. No puedo pensar en una forma mejor de hacerlo que llevarlos a
Jesús, quien es "el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es" (Hebreos 1:3).
Recomendé a Stephanie que leyera uno o más de los Evangelios, y ella me dijo que leería a Juan.
Este es el punto de la apologética, llevar a las personas al Señor en la presencia de quien deben
hacer su elección. Ahora esperaremos para ver qué sucede.

___________

Notas

1. Rick Wade, The Relevance of Christianity (Probe Ministries, 1998). Puede encontrarse este
artículo en /docs/relevanc.html
2. Stephanie está al tanto de este programa, y me ha dado permiso para usar su nombre.
3. George Smith, Atheism: The Case Against God (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1989),
98.
4. Uno se acuerda de la ocasión en que se le preguntó al matemático y físico del siglo XVIII,
el Marqués de Laplace, dónde encajaba Dios en su teoría de la mecánica celeste. Él
contestó: "No tengo ninguna necesidad de esa hipótesis".
5. W. K. Clifford, "The Ethics of Belief," en Readings in the Philosophy of Religion, ed. Baruch
A. Brody (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1974), 246.
6. Antony Flew, "The Presumption of Atheism," en Faith and Reason (Oxford: Oxford
University Press, 1999), 337-38. Ver también George Smith, Atheism: The Case Against
God (Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1989), 7-8.
7. Alvin Plantinga y Nicholas Wolterstorff, Faith and Rationality: Reason and Belief in God
(Notre Dame: Univ. of Notre Dame Press, 1983), 28.
8. Huston Smith, Beyond the Post-Modern Mind, rev. ed. (Wheaton: Quest Books, 1989), 85.
9. Kelly James Clark, Return to Reason (Grand Rapids: Eerdmans, 1990), 126-28. Estoy en
deuda con este libro para esta parte de mi discusión.
10. Una buena introducción a la objeción evidencialista y este tipo de respuesta a ella (lo que
está siendo denominado epistemología reformada) se encuentra en Clark, Return to
Reason. Ver también J.P. Moreland, Scaling the Secular City; A Defense of Christianity
(Grand Rapids: Baker, 1987), 116-17. El trabajo seminal es Plantinga and Wolterstorff,
Faith and Rationality.
11. Francis A. Schaeffer, The God Who is There (Downers Grove: InterVarsity Press, 1968),
128-130.
12. Moreland, Scaling the Secular City, 120ff.
13. William Lane Craig, Reasonable Faith: Christian Truth and Apologetics, rev. ed. (Wheaton:
Crossway Books, 1994), 59.
14. Walter C. Kaiser, Jr., Toward Old Testament Ethics (Grand Rapids: Zondervan, 1983), 60-
64.
15. Pueden consultarse los artículos de la conferencia "Naturalism, Theism and the Scientific
Enterprise", en Austin, Texas en 1997, que incluyó varias presentaciones sobre este tema,
en http://www.dla.utexas.edu/depts/philosophy/faculty/koons/ntse/ntse.html.
16. William A. Dembski, "Science and Design," First Things 86 (October 1998): 26-27.
17. Hay un artículo en el sitio Web de Probe sobre el problema del mal, así que solo haré
algunos comentarios aquí. Ver Rick Rood, "El problema del mal: ¿cómo puede un Dios
bueno permitir el mal?" (Probe Ministries, 1996). Disponible en:
http://www.probe.org/espanol/problema_del_mal.html
18. Henri Blocher, Evil and the Cross (Downers Grove: InterVarsity Press, 1994), 102-03.
19. Para una discusión profunda sobre las dificultades morales en el Antiguo Testamento, el
lector tal vez quiera consultar a Kaiser, Toward Old Testament Ethics, donde dedica tres
capítulos a estas dificultades.
20. W. H. Griffith Thomas, Genesis: A Devotional Commentary (Grand Rapids: Eerdmans,
1946), 197.
21. Kaiser, 267-68.
22. Kaiser, 268.
23. Gene Edward Veith, Modern Fascism: Liquidating the Judeo-Christian Worldview (Saint
Louis: Concordia Publishing House, 1993), 50.

*Traducido por Alejandro Field

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