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Tema: Cuento fantástico.

Docente

Asignatura: Literatura.

Estudiante:

Curso: 5° “C” secundaria.

Año: 2023.
“Gracias por
haberme visto…”
“Wow me siento mareado” decía Erick, salía de una fiesta con rumbo a su casa
pero de repente no hay nadie, es como si solo el existiera en el planeta no hay
nadie a su alrededor, se preguntaba dónde están todos, tal vez es tan tarde que
todos están descansando en sus casas, voltea y se encuentra así mismo tirado en
el suelo, “pero que!!!” no podía creerlo estaba muerto, “ no es posible si estoy
aquí” empezó a caminar buscando a alguien que lo pudiera ayudar, pero en
cuanto vio una persona y se le acerco esta no le hacía caso es como si no
estuviera ahí, se cuestionaba que pasaba, “¿Qué a pasado? ¿Por qué a mí? ¿Por
qué nadie me ve?
Dejo de lado eso y empezó a buscar una explicación, si había muerto porque
seguía en nuestro mundo, hay algo que Erick esta omitiendo y es aquí cuando
empieza el pánico, el sentimiento de impotencia al no poder hacer nada ante esta
situación era lo que lo iba consumiendo lentamente, empezaba a entrar en una
depresión inmensa, y como no hacerlo, sin nadie a quien pedir ayuda, sin amigos,
sin familia, solo…luego vino la ira, al no poder hacer nada empezó a desahogarse,
¡porque a mí!, poco a poco venia la aceptación, el hecho de ser un muerto que no
está muerto debe ser complicado, que hay de lo que nos hablaron del paraíso y el
descanso eterno,, no habría eso para Erick su alma no podía estar en paz, en su
larga búsqueda haba encontrado que él fue atropellado tendría algo que ver con lo
de que sigue aquí?...no lo sabremos.
Sin nada que hacer comienza a caminar sin rumbo llegando a las carreteras en
estas suele pedir un “aventón” a ver si alguien lo podría ver, en uno de estos
intentos alguien para para recógelo, Erick sube al auto y le pide que lo lleve a la
plaza, todo el trayecto van conversando y compartiendo recuerdos, cuando llegan
a su destino Erick desde el asiento trasero le dice al conductor “gracias por
haberme visto” el conductor voltea y para su sorpresa no hay nadie, el conductor
queda muy sorprendido y frio a la vez, “juraba que recogí a alguien de la
carretera”.
Erick seguía pidiendo aventones a las personas y siempre al final del viaje les dice
“gracias por haberme visto” volviendo esto parte de su rutina habiendo aceptado
que él está muerto.

Se dice que cuando las personas mueren repentinamente (como un atropello) sus
almas no descansan en paz y no encuentran el camino al cielo, van pidiendo
ayuda en las carreteras para poder volver a casa o para probar suerte y poder
conversar con alguien.

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