• Arteria temporal. Si el sangrado es en la cabeza, presiona en
el hueso de delante del oído o en la zona de la sien del mismo lado en el que se haya producido la herida. Ten en cuenta que las lesiones en el cuero cabelludo tienden a sangrar abundantemente, afortunadamente suelen ser menos grave de lo que parecen. • Arteria carótida. En la cara, ejerce presión en el hueco bajo el hueso de la mandíbula. Al no encontrar hueso detrás es menos sencilla que en otros puntos. Precaución porque podemos provocar un desmayo. • Arteria subclavia. Hemorragias en la zona de los hombros, parte alta de los brazos. Coloca varios dedos por encima de la clavícula y comprime hacia la parte posterior del tórax. • Arteria axilar. En caso de sangrado en las extremidades superiores elévalos por encima del corazón y empuja sobre la arteria axilar que se encuentra en el brazo unos centímetros por debajo de la axila, hazlo hasta que encuentres pulso. • Arteria braquial. Procura mantener el brazo elevado, para que sea más cómodo mantén al herido tumbado, evitarás desmayo. En este caso reduciremos la circulación en el antebrazo y mano. • Arteria radial/cubital. Muy efectiva en caso de hemorragias en la mano porque podemos rodear la muñeca con una sola mano y detener la circulación. • Arteria femoral. Coloca la palma de la mano o incluso el puño en el pliegue de la ingle y presiona contra el hueso para reducir la circulación en las extremidades inferiores. Intenta también mantener elevado el miembro herido. • Arteria poplítea. Para actuar sobre esta arteria apretaremos con los pulgares sobre la parte posterior de la rodilla. • Arteria tibial posterior. Rodea el tobillo con la mano y aprieta en caso de sangrado en el pie.