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Se perciba o no, la energía es parte importante en la

mayoría de los aspectos cotidianos; por ejemplo, la


calidad de vida y su sostenibilidad dependen de su
disponibilidad. De ahí que sea importante tener una
buena comprensión de las fuentes energéticas, la
conversión de la energía de una forma a otra y las
ramificaciones de estas conversiones. Algunas de las
numerosas formas de la energía son: térmica,
mecánica, eléctrica, química y nuclear, incluso la masa
puede ser considerada una forma de energía. Ésta se
puede transferir hacia o desde un sistema cerrado en
dos formas distintas: calor y trabajo. Para volúmenes
de control, la energía se puede transferir por flujo de
masa. Una transferencia de energía hacia o desde un
sistema cerrado es calor si la provoca una diferencia de
temperatura. De lo contrario es trabajo, y lo origina
una fuerza que actúa a través de una distancia.
En este capítulo se inicia con un análisis de varias
formas de energía y transferencia de energía mediante
calor. Luego, se introducen varias formas de trabajo y
se analiza la transferencia de energía mediante trabajo.
Se continúa con la obtención de una expresión general
intuitiva para la primera ley de la termodinámica,
conocida también como el principio de conservación
de la energía, uno de los principios fundamentales en
la naturaleza, para después demostrar su uso. Por
último, se analizan la eficiencia de algunos procesos
comunes de conversión de energía y se examina el
impacto de la conversión en el ambiente. Los
tratamientos detallados de la primera ley de la
termodinámica para sistemas cerrados y volúmenes de
control.

El principio de conservación de energía expresado por


la primera ley de la termodinámica es un concepto con
el que ya se ha trabajado en bachillerato, y siempre se
hace hincapié en que, durante un proceso, la energía
no se crea ni se destruye, sólo cambia de una forma a
otra. Esto parece bastante simple, pero sería necesario
verificar en qué medida se comprende en realidad este
principio.

La energía puede existir en varias formas: térmica,


mecánica, cinética, potencial, eléctrica, magnética,
química y nuclear, cuya suma conforma la energía
total E de un sistema, la cual se denota por unidad de
masa mediante e y se expresa como

en el análisis termodinámico, con frecuencia es útil


considerar dos grupos para las diversas formas de
energía que conforman la energía total de un sistema:
macroscópicas y microscópicas. Las formas
macroscópicas de energía son las que posee un sistema
como un todo en relación con cierto marco de
referencia exterior, como las energías cinética y
potencial Las formas microscópicas de energía son las
que se relacionan con la estructura molecular de un
sistema y el grado de la actividad molecular, y son
independientes de los marcos de referencia externos.
La suma de todas las formas microscópicas de energía
se denomina energía interna de un sistema y se denota
mediante U. La energía macroscópica de un sistema se
relaciona con el movimiento y la influencia de algunos
factores externos como la gravedad, el magnetismo, la
electricidad y la tensión superficial. La energía que
posee un sistema como resultado de su movimiento en
relación con cierto marco de referencia se llama
energía cinética. Cuando todas las partes de un sistema
se mueven con la misma velocidad, la energía cinética
se expresa como

o bien, por unidad de masa

La energía que posee un sistema como resultado de su


incremento de altura en un campo gravitacional se
llama energía potencial y se expresa como
o, por unidad de masa

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