Está en la página 1de 2

Poema al 2023

En el alba de dos mil veintitrés, con la esperanza renacida,

el mundo navega mares de incertidumbre, en busca de salida.

Un año de reconstrucción, de desafíos y de sueños,

donde cada paso adelante, cuenta más que los empeños.

La pandemia, ya en retroceso, deja lecciones en su estela,

de la importancia del cuidado, de la comunidad tan bella.

Con mascarillas en descenso, el contacto vuelve a florecer,

un anhelo de normalidad, que empezamos a tejer.

La crisis climática, aún en el centro de la escena,

nos urge a actuar, con una voz cada vez más plena.

Eventos extremos nos recuerdan nuestra frágil condición,

invitando a la humanidad a una urgente transición.

La tecnología avanza, con la IA y la robótica en auge,

planteando cuestiones éticas, en un mundo que se zambulle.

El metaverso se expande, en realidades que se entrelazan,

prometiendo nuevas formas de vivir, que a muchos fascinan.

Los conflictos globales, en diversos rincones persisten,

recordándonos que la paz es frágil, y las tensiones existen.

Pero también surgen diálogos, intentos de conciliación,

buscando construir puentes, en lugar de división.

La equidad e inclusión, temas de constante relevancia,

JLM
con movimientos que luchan por derechos, con ferviente vehemencia.

La diversidad se celebra, en un mundo que aprende a escuchar,

reconociendo que en la unión, está la fuerza para avanzar.

El arte y la cultura, en este año, resurgen con poder,

como faros de esperanza, enseñándonos a ver.

Historias que nos unen, melodías que nos liberan,

en la expresión humana, una eterna primavera.

Así, el año dos mil veintitrés se va desplegando,

con sus retos y sus dones, el futuro va moldeando.

Un lienzo de posibilidades, en el que todos pintamos,

creando juntos el mundo, por el que tanto soñamos.

JLM

También podría gustarte