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> re . a Fernando A. Mufioz M. Sy Fernando A. Mufioz M. LA PERSONA EN PSICOTERAPIA UNA PROP ESTA DE ATENCION INDIVIDUAL, Wy, ae Ediciones Guayacan 2012 6168914 M97Ip —_- Mufioz Mora, Fernando Antonio La persona en psicoterapia: una propuesta de atencién individual -- Femando Antonio Muitoz Mora a. ed, - San José, C.R. : Ediciones Guayacin , 2012. 120 p21 x 14m. ISBN 978 - 9968 - 16 - 203-6 1, Psicoterapia individual . 2. Curacién mental. 1 Primera Edicién, 2012 © Ediciones Guayacin, © Munoz Mora Femando Antonio Direccién de Edicion: Rodrigo Ontiz Astia Correceién: ML. Mariela Hidalgo Disefio de portada Melvin Aguilar CENTRO F INFO} TECNOLOGRNACION Hecho el depésito de Ley. Reservados todos los derechos. Raieiones Reconocimientos ‘A quienes en algiin momento de su historia fueron mis estudiantes y que con su aporte enriquecieron algunos de los temas expues- tos en este trabajo. Especial reconocimiento a Adriana Alfaro Morales, a Wendy Mora Segura de quienes incorporé algunos planteamientos de sus trabajos en los cursos de teorfas en psicote- rapia y sus talleres. A Jeison Brenes quien me dio el titulo de este libro. Muchas gracias a todos/as por su valioso aporte Fernando A. Muros Mora Introducci6én Creo con profunda conviccién que la psicoterapia es un arte. Entre mas afios pasan en el trabajo que realizo, mas me convenzo de esto. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define arte, en- tre diferentes acepciones, como: “virtud, disposicién y habilidad para hacer alguna cosa”. Un artista se convierte en tal cuando es capaz de desarrollar sus habilidades, cuando puede tomar dominio sobre su quehacer y logra expresarse en su obra. El psicote- rapeuta, de la misma manera, no nace, se va hacien- do segiin vaya logrando el dominio de su quchacer, de manera tal que permita a la persona “ser” de un modo mas pleno porque resuelve o aprende a mane- jar sus situaciones por las cuales recurre a la ayuda del psicélogo. En este camino el psicoterapeuta, con la praetica permanente se convierte en un virtuoso. En este libro se dan algunas orientaciones que son de utilidad para el psicoterapeuta que empieza. No es un tratado sobre cada uno de los temas aqui seha- lados, al contrario, sobre estos temas hay inmensa riqueza de literatura que puede ser consultada. Aqui se recogen algunos conceptos generales que ayuda- ran a una posterior profundizacién e investigacién, ademas de que pretenden ofrecer una perspectiva amplia del trabajo que se iré profundizando con los aios y la experiencia. La Persona en Pricoterapia El primer punto que se trata, est4 puesto de este modo como presupuesto fundamental sobre el que se debe construir cualquier trabajo en psicologia, es la importancia de la humanizacién de la salud. Para abordar lo que corresponde a los principios éticos sin los cuales es dificil que un profesional pueda prestar un servicio serio y competente porque pierde de vista sus deberes con ia persona. Posteriormente, deseo hacer una propuesta de un camino, no el nico, que se puede seguir en el tra- bajo con personas que solicitan la ayuda profesional del psicoterapeuta. Seguir esta propuesta permite al profesional identificar unos pasos concretos con los cuales pueda aplicar su conocimiento y no importa la corriente psicoterapéutica con la que se esté tra- bajando o que haya sido de la preferencia o eleccién del profesional, pueda lograr no solo los objetivos psicoterapéuticos que se propone, sino que le per- mita evaluar su trabajo y ver logros y dificultades, siempre en la misma perspectiva, convertirse en un virtuoso en psicoterapia. Que ha desarrollado las ha- bilidades necesarias para responder a las demandas de personas que requieren del servicio profesional del psicdlogo. Creo importante hacer una salvedad con referen- cia a psicoandlisis, quien trabaja con esta corrien- te, es posible que tenga su propio modelo y éste no ‘se aplique tan facilmente como con otras corrientes en psicoterapia, debido a la especificidad del trabajo psicoanalitico. Otro momento es la introduccién a los aspectos ge- nerales de psicoterapia, especialmente de corte cong- nitivo. Asi, se exponen la Cognitiva de A. Beck, La Rg Fernando A. Muioz Mora TREC de A. Ellis y la Cognitiva Conductual que tiene diversos representantes y es el resultado de la com- binacién de las corrientes cognitivas y algunos prin- cipios y técnicas provenientes del conductismo. Finalmente, creo que un psicoterapeuta necesita comprobar si su trabajo es eficaz. Solo asi podra afi- narse en el arte de la psicoterapia porque afina sus habilidades. He recurrido a algunos presupuestos de: investigacién cualitativa, no porque crea que es el nico enfoque, ha avanzado mucho la superacién del conflicto de enfoques (sin que signifique esto afirmar la equiparacién de paradigmas), pero se ha logrado mucho en el aporte de ambos para hacer ciencia en la busqueda de respuestas a las interrogantes. Desde la perspectiva cualitativa, tomamos presta- dos algunos de sus presupuestos con dos fines. El primero, asegurarnos la calidad de lo que hacemos en psicoterapia y en segundo lugar, ofrecer a otros profesionales el fruto de nuestra evaluacién median- te textos en los que expongamos nuestro trabajo pro- fesional Fernando A. Munoz Mora 1. La humanizaci6n de la salud La perspectiva humana es insustituible en el trabajo que realiza el psicélogo/a. Todo el quehacer psicolé- gico involucra a la persona como centro del quehacer profesional. El campo de accién del profesional es cada dia més amplio porque se requiere del servicio del psicélogo cn distintos ambitos. Debido a que la psicologia va ampliando su horizonte vemos la presencia del psi- célogo en centros de atencién psicolégica, empresas, centros educativos de distintos niveles académicos, hospitales, clinicas, cérceles, oficinas publicas y pri- vadas y otros servicios de salud mental. Es muy va- riada la presencia profesional del psicdlogo/a. Todos estos Ambitos tienen como centro: la persona. ‘Trabajar en psicologia clinica significa incursionar cn el Ambito de la salud ptiblica y/o privada. En al- xunas ocasiones la salud se ha convertido, para al kunos profesionales en distintas 4reas, en un medio mas lucrativo que de servicio, con lo que se pierde de vista lo esencial de la realizacién profesional o lo que le da trascendencia a lo que hacemos por los demas xeres humanos. 1a humanizacién en el area de la salud es yp tema de actualidad que ha sido objeto de estudio y de mul- tiples cuestionamientos. Hay variedad de investiga- dores que han debatido seriamente acerca del que- hacer de los profesionales en el ambito de la salud ll La Persona en Pricoterapia entre los que desarrollan una propuesta est Redra- do et al (1993). En quien se inspira este apartado - el] mismo Redrado- quien es el secretario del Pontificic Consejo Pastoral para los Agentes de Salud’, Gurina, J.G., médico internista; el P. Marchesi, Ex-Superior General de la Orden Hospitalaria?; Brusco, A., Reli- gioso Camilo’, Psicdlogo experto en Pastoral Clini ca y P. Bolech, Religioso Camilo, Responsable de la Pastoral de Salud en Austria. Aunque sus plantea: mientos se elaboran desde una perspectiva amplie que mira més que todo a los hospitales; sin embargo la base sobre la que descansan sus refiexiones hacer ver que esto es aplicable a cualquier érea que tenge que ver con las personas en el 4mbito de la salud Por otro lado, que la problematica de la salud es alge que corresponde a los estados, por lo que se requierc una decisién politica, asi como un problema que debe ser abordado por la Iglesia porque esta relacionadc con su quehacer pastoral. Hay diversidad de temas que se deben abordar cor seriedad por parte de las personas que trabajan er el drea de la salud. Los autores citados, Redrado e! "A manera de aclaracién, es importante sefialar que cuando se habe Gel Pontificio Consejo Pastoral para los Agentes de Salud, es un dicas o de la Santa Sede que estiidia, investiga y propone alternativa rrabajo en el Ambito de la salud. Orden Hospitalaria es la que se ha inspirado en el ideal de Sa e Dios. Esta orden de religiosos se dedica especialmente a |: ny cuidado de enfermos en hospitales. Entre ello hay diversi profesionales en ciencias de la salud. igiowos Camilos, denominados asi por eu fundador: San Camil ‘Son conocides también como “de los Sagrados Corazones” po Sagrado Corazén de Jestis, que levaban en su antigu wdican al euidado y atencién de enfermos en hospitalee re ellos hay diversidad de profesionales on tas distinta e-ciwncine de Ia salud, dnd de 12 Fernando A. Munoz Mora al (1993) mencionan temas de capital importancia para una sociedad que tiende al “tener”, al consu- mismo, en lugar del ser y la busqueda de lo tras- cendente; que tiene una inclinacién fuerte hacia el Jucro, perdiendo de vista la limitaciones de muchos seres humanos. Por esto, temas como: ~el derecho del hombre a la salud, la definicién de salud, la hu- manizacién del hospital, el enfermo y el entorno en el que vive— son de capital importancia para un profe- sional en psicologia que trabaja con personas, espe- cialmente cuando estas estan en el drea de la salud publica o privada, porque son personas que estando en condiciones que requieren de atencién, cuidado y acompafiamiento, han de identificar que el profesio- nal que las atiende es capaz de sentir con eV/ella en la biisqueda de manejo o resolucién de sus dificultades. Son algunos de los tépicos que debe estar plantean- dose un profesional que trabaja con seres humanos y que buscan su apoyo para la resolucién 0 manejo de sus conflictos. Cabe, ademas preguntarse acerca del por qué urge revisar estos temas y buscar nuevas respuestas. Re- tomando la idea sobre la pérdida de lo esencial en el ser humano, entonces se puede deducir la tendencia nla deshumanizacién de las areas de salud y de los centros de atencién o consultas externas, as{ como la deshumanizacién de los mismos hospitales. Desgra- jadamente, en el sector hospitalario, a pesar de los grandes cambios y adelantos tecnolégicos que se han desarrollado en los tltimos afios, quien acute al hos- pital corre el riesgo de ser tratado de una forma cada vez, menos humana, pues hay una tendencia a consi. derar que el centro de salud tiene como tinica funcién curar la enfermedad, pero se deja de lado a la persona. 13, La Persona en Pricoterapia A pesar de que hoy en dia existen centros de salud equipados con lo mejor en tecnologia, avances cien- tificos y personal bien capacitado, encargados de atender al paciente de la mejor manera posible, des- graciadamente esto se realiza a cambio de grandes cantidades de dinero; es decir, solamente quienes tienen la posibilidad de pagar altas sumas de dinero serdn tratados por personal de buena manera, se les acoge, «por qué? Desgraciadamente porque pagan. La prioridad aqui no es la persona, es lo que voy a percibir. {No estaré pasando algo similar con mu- chos profesionales en psicologia? Humanizar estos centros implica que no se requie- re solo de especialistas en las distintas areas. No se requieren solamente psicélogos que manejen muy bien su marco teérico y su corriente de intervencién psicoterapéutica. Se necesitan, primero que todo, se- res humanos, profesionales que puedan ofrecer con- fianza, esperanza, consuelo y que puedan aprender a sentir con sus pacientes/clientes en los procesos de intervencién y de recuperacién en la resolucién 0 manejo de sts conflictos y dificultades. Igualmente, se necesita por lo tanto, personal con vo- cacién y bien preparado, capaz de ofrecer a las perso- nas que recurren por ayuda, no solo medios téenicos, sino que también todo cuanto él necesite para su re- cuperacién. La atencién integral es la mejor manera de humanizar el hospital, pues esto supone el cono- cimiento de las necesidades reales de los pacientes y un gran respo:o a la persona e individualizar la asis- tencia. Ante todo, debe ser de esta manera porque el trabajo que se realiza es con personas, no con cosas y no requieren solo de la presencia de un psicélogo/a que es pagade por una institucién para cumplir con 14 Fernando A, Munoz Mora una serie de “obligaciones”, sino porque la atencién a las personas requiere que la asistencia no se base solamente en el cumplimiento de requisitos para re- cibir un pago por esos servicios profesionales, con encuentros superficiales, sino que transcienda mas alla hasta la dimensién humana. Dentro del servicio que se presta, enfocdndolo m: desde y para el psicélogo, se requieren valores tras- , cendentales como son la solidaridad, la sensibilidad, la auto donacién y la alegria. Solo por citar algunos. Cuando digo solidaridad, digo todo ser humano debe tener siempre en mente que nos necesitamos unos otros, Cuando una persona ha vivido una situa- cién de dolor, sufrimiento 0 enfermedad y ha sido atendida por un excelente profesional 0 lo contrario, mal atendida; ha experimentado desde su propia ex- periencia lo que significan estas actitudes. Creo que lo vivido es lo que nos da el mejor aprendizaje. No cs lo mismo que me digan o me cuenten algo a ha- berlo visto, vivido o experimentado. Por analogia, la solidaridad se desarrollara mds intensamente en la medida en que viendo hacia mi propio interior, pue- do descubrir la importancia de las otras personas en mi entorno y lo que espero de ellas. Asi esperan los demas de usted, como profesional en psicologia. Exto se relaciona con la sensibilidad, la capacidad de poder sentir con la otra persona; sentir lo que lleva por dentro 0 nos trae a la consulta, como profesio- nales. Solo quien siente con los demas puede com- prender el significado del servicio solidario que se da como entrega libre de si en un acto de donacién personal. No es dar cosas o conocimientos; incluso, téenicas de abordaje a los problemas, es diferente a 15 La Persona en Psicoterapia todo esto, se trata de “darse”. Todo esto tiene su re- compensa, identificar un modo diferente de trabajar, de dar, de servir, por ello, se habla de alegria. La r: z6n por la cual se experimenta alegria en el trabajo es cuando se hace de la manera antes dicha. Pero la humanizacién de la salud y los servicios que prestan los psicélogos, quienes son los principales a quienes se dirige este libro, significa respeto, educa- cién, cortesia, buenos modales, realizacién, promo- cion de la persona, delicadeza, amabilidad, dulzura en el trato...amor y, para poder llegar a ello, es nece- sario primero conocerse a si mismo, valorarse como persona, pues nadie puede intentar humanizar sin haberse primero humanizado. {Qué se requiere para Negar a transformar las elini- cas publicas 0 privadas, los hospitales, los centros de salud; el servicio que se presta en escuelas, colegios, en carceles y lo que esté en relacién con los seres hu- manos y su salud? 1. Que cada persona sea tratada como igual. Todos somos seres humanos, personas iguales los unos a los otros. Hay que ex- cluir toda diferenciacién por color de piel, idioma, estrato social, religién, entre otras. 2. Transformacién de la estructura de los centros de salud y clinicas, en todos sus niveles. 3. Colocar al paciente/eliente como centro de toda actividad que se realice en estos centros. 4, Honestidad consigo mismo para serlo con los demas. Quien es honesto consigo mismo puede ser sincero con los demas. La sinceridad faci- lita la comunicacién entre las personas, por ello se debe dejar de lado el miedo y ser claro. 16 Fernando A. Mutioz Mora 5. Por encima de todo aprender el lenguaje del Amor. No entendido éste como un romanti: cismo barato, mediocre y reducido a lo eréti- co. Sino como la capacidad de dar la vida por la persona que requiere de ayuda. Ya se dijo, se trata de darse. No cabe lugar a dudas que la psicologia se ha di- versificado enormemente y apenas inicia. Por ello, cl aporte del psiedlogo en los centros de atencién hospitalaria y clinicas privadas y pUblicas se pue- de diversificar de acuerdo a la variedad de campos que se estén desarrollando en esta ciencia. Es de- cir, su campo de accién se extiende desde aprender a coexistir con oras areas de las ciencias de la salud hasta la comprensién de porqué somos y actuamos con menos humanidad, compasién o piedad en los roles profesionales de la salud. Incluso, irrumpir con temas importantes en las relaciones interpersonales ayudando a mejorar la comunicacién humana. Am- pliar sus servicios de atencién mas alld de sus clien- tes/paciente como por ejemplo a sus familias. Ofrecer kus conocimientos al personal asistencial del centro de salud. Trabajar de forma multidisciplinaria en 1s diferentes servicios de la institucién. Para citar un ejemplo, que ilustre una _perspectiva mais amplia, desde la psicologia laboral: contribuir n clevar la satisfaccién de la poblacién con los servi- cios recibidos, participando en la evaluacién y ajuste de los mismos a las expectativas de la poblacién y a Ins posibilidades crecientes de la institucién, ayudar al bienestar psiquico y la salud mental del personal unistencial, participar en la seleccién y reclutamien- to de los candidatos y del personal asistencial que re- quicran determinadas condiciones psicolégicas para In ajecucién del trabajo. 17 La Persona en Pricoterapia En el drea de la investigacién, tan necesaria en cual- quier centro que desee trabajar con calidad, realizar investigaciones no solo en el area de la Psicologia Clinica, sino en los logros que se obtienen con la in- tervencién de determinada corriente psicoterapéuti ca. La sistematizacién del trabajo que se est reali- zando en las intervenciones. El trabajo especifico con determinados trastornos o problemas que vienen a consulta. Esto solo por mencionar algo que permita ver la variedad de la ciencia en la que nos hemos involucrado. Este tema sera tratado en un apartado especifico, mas adelante. En resumen, se trabaja desde lo que conocemos como diagnéstico clinico, o lo que podemos desarrollar en cuanto a diagnéstico institucional. La misma inter- vencién psicolégica individual, como lo es con la te- rapia de pareja y familiar. Incursionar en la terapia grupal como respuesta a situaciones comunes que se presentan en consulta y que esta mds que probado acerca de la eficacia del trabajo en grupo. 18 Fernando A. Munoz Mora 2. Atencién a la persona con que se trabaja 2.1, Comprensién del paciente/cliente en su contexto Aunque se han usado diferentes términos para iden- tificar a la persona que solicita ayuda psizolégica, se puede utilizar cl término que se desce. Se utilizé mu- cho el término paciente, que por diversas razones fue sustituido, debido a que se relacionaba mas con la persona enferma; pacientes somos cualesquiera de nosotros cuando vamos al médico. Se le quiso quitar esa connotacién de enfermedad para darle una pers- pectiva mas positiva al que desea trabajar consigo mismo que, de hecho, no es un enfermo. Se trabaja desde lo mas sencillo en la vida de la persona, hasta lo mas complicado que puede tener connotaciones de enfermedad, pero no es generalizable. Posteriormente, se pone en uso el término cliente, de linea de C. Rogers, con lo que se queria dar una vixin diferente al que buscaba ayuda psicol6gica. Debo ser honesto y decir que no me gusta ese tér- mino porque en espanol “cliente” no tiene la misma connotacién que el “client” en inglés. El cliente para «! hispanohablante tiene tintes que miren més a lo lucrativo, al que paga, con el que se hace negocio y onto no es la parte esencial del psicdlogo. Al tiempo de escribir este libro, se esta poniendo en baga el término “consultante” que, a razin de iden- tiflear a la persona con la que trabajamos, puede 19 La Persona en Psicoterapia utilizarse igualmente. Lo cierto del caso es que cada término tiene sus connotaciones particulares y el cambio de nombre se hace en la busqueda de acondi- cionar y comprender mejor el trabajo que se realiza con el ser humano. Usaré la doble expresién pacien- te/cliente, pero insisto en que puede usar la que me- jor se acomode a sus presupuestos tedrico practicos con los que realiza su trabajo profesional. 2.2, Comunicacién La comunicacién, en los términos de los expertos en el tema, se ve desde dos perspectivas: la del emisor y la del receptor. En la psicoterapia también se consignan ambos conceptos porque esencialmente la psicotera- pia se basa un proceso de comunicacién, en el cual el terapeuta recibe mensajes de su paciente/cliente, asi como el paciente/cliente los recibe de su terapeuta, Consideremos en primer lugar, la comunicacién des- de la actitud del psicoterapeuta. Es el Psicoterapeu- ta el que debe tener una actitud comunicativa sobre todo porque el paciente/cliente viene a comunicar qué es lo que le sucede, viene en busca de ayuda y/o de apoyo. Una comunicacién inadecuada imposibili- ta un trabajo psicoterapéutico adecuado, puesto que el proceso se mueve dentro de pardmetros de ade- cuada comunicacién y tiene como punto de partida un clima célido: de apertura, aceptacién incondicio- nal, atencién y eseucha. Para una adecuada comunicacién hay que partir de modos concretos que ayudan a que se de esta comu- nicacién adecuadamente, especialmente tratandose de psicoterapia. Todos los mencionados en este apar- tado son formas de comunicarse, es como el paciente/ 20 Fernando A. Munoz Mora cliente va a captar ese lenguaje no verbal que trasmi- te el psicdlogo. Cada uno de estos modos de transmi- ‘on. usados por el terapeuta, hay que tomarlos en cuenta si se desea tener una adecuada comunicacién en psicoterapia. Primero que todo, manténgase en mente que estos modos de comunicacién corresponden a una comuni- cacién “no verbal”, el cuerpo es un medio muy ade- cuado de comunicacién, Watzlawick, (2002) dird, con toda propiedad, que toda conducta, y no solo el habla, es comunicacién. A estos modos los identifico con el acréstico: PAC B. Kn el momento en que se atiende al paciente/clien- tv, a partir de su ingreso, ya no es mi tiempo, mis preocupaciones, mis ideas, mis incertidumbres, mis tensiones; por el contrario, es necesario que esté to- tnlmente presente en la vida de la persona con quien ostoy trabajando. Ello significa, Presencia Total (P), vignifica que soy todo de la persona que requiere de mi servicio profesional. Servicio que tiene como fun- damento una interaccién humana en el pleno sentido del término. Ello indicard que estoy inmerso en su realidad y que estoy comprendiendo lo que esté na- rrando, 0 lo que esté trabajando desde el inicio del proceso psicoterapéutico hasta cuando se esta en un nivel mas avanzado de dicho proceso. Mi tiempo le portenece, las preocupaciones personales se hacen de Indo, cualquier situacién queda de lado para dar uo ala persona que tengo frente a mi. Esto signi- en tambien la importancia de que el psicoterapeuta tonga una adecuada higiene mental y que la otra per- sone debe ser tratada como tal, como persona. Con min netitudes es la manera de decir “estoy con usted, no oxtd solo/a, permitame ser apoyo, comprendo su nite , para eso estoy con usted etc. 21 La Persona en Psicoterapia Desde esta presencia total se pasa a un segundo aspecto en al comunicacién no verbal: la Apertura (A). La apertura estd relacionada con la actitud cor- poral que se adopta mientras se trata a la persona que viene para Ievar su proceso. Brazos cruzados 0 sentarse manifestando incomodidad, inconformidad, se estaria diciendo, sin palabras, “i... que aburrido!, jestoy aqui porque no hay de otra!,...”. Con actitudes tales, estoy mostrando exactamente lo contrario a lo que significa apertura. La apertura se manifiesta con posiciones naturales que revelan externamente, la satisfaccién interior de poder eervir profesional mente a quien me necesita y muestran una actitud que refleja ninguna clase de defensividad, ni insegu- ridad; al contrario, la seguridad de poder servir. El tercer aspecto de una adccuada comunicacién psicoterapéutica es el Contacto VISUAL (C). Una mirada centrada en la persona, suave, de atencién y de escucha. “El rostro es el espejo del alma”, dice algtin mistico; pues, que el rostro, especialmente por la mirada, diga lo que sucede dentro del corazén y del pensamiento del psicoterapeuta. Se puede tomar un ejemplo que, a mi manera de ver, es sumamente ilustrativo. Basta con observar una pareja de perso- nas en un compartir serio, profundo, cémo se tien- de a entrar dentro de la otra persona esperando me entienda mejor. {Qué observan en dos persona con- versando seriamente? Eso es lo que se quiere lograr. £Qué se observa en dos personas compenctradas y en silencio? A veces, sin palabras se puede percibir todo un ambiente y una cantidad enorme de signos de co- municacion, a pesar del silencio. El silencio puede estar lleno de mensajes. 22 Fernando A. Musox Mora Por ultimo se demanda Eseucha (8). Se trata de una escucha activa y permanente. Una atencién efi- caz implica estar atento a lo que la persona est di- ciendo, Esta actitud requiere de una escucha a lo que se expresa de manera verbal y una escucha a lo no verbal y que esta siendo dicho con el rostro, los ojos, el cuerpo, el color de la piel, ete. Escucha atenta, por parte del psicoterapeuta, a sus preocupaciones, a las inquietudes; més que una presencia fisica, desean ser escuchados, eso quieren las personas con las que trabajamos. Es escuchar su mundo, es escuchar al individuo en su contexto; por decirlo de otro modo, se trata de escuchar sus sentimientos y emociones 0 escuchar el lamento de su angustia que pide ayuda. Por ello, esté con Ud. como terapeuta. Es sumamente desagradable, mientras la persona habla de sus pre- ocupaciones y conflictos estar viendo para otro lado, buscando otras cosas, como oyendo pero no escuchan- do, Causa mucho malestar y deja una sensacién de “... no es importante lo que estoy diciendo 0 no soy suficientemente importante para el psicélogo/a”. Estas iniciales que componen la palabra PACE mi- ran a lo que llamamos comunicacién como se ha di- cho, pero esta en intima relacién con lo conocemos con el término Empatia. De todo lo anteriormente dicho, podemos deducir que la comunicacién no es algo pasivo, es sumamente ac- tivo, particularmente cuando se trata de un trabajo tan importante y delicado como es la vida humana en su realidad psiquico-espiritual, biolégica y'social. Por una adecuada comunieacién, logramos una bue- na empatia. 23 La Persona en Pricoterapia La actitud de presencia total, apertura, contacto visual, escucha u ofr, permite el poder detectar un lenguaje no verbal, entender la situacién de la per- sona, que a su vez lleva al paciente/eliente a gencrar una actitud también de apertura, de participacién, de confianza para abordar lo que se defina como ob- jetivos terapéuticos; se ha facilitado una actitud de mayor apertura que le permite la autoexploracién, la verbalizacion, o que le permitira sentirse en un ambiente seguro para trabajar con seriedad su pro- blema. Lograr esa comunicacién de paciente/cliente a psicoterapeuta y viceversa, servira de apoyo para generar una actitud empatica. Utilizando una definicién de diccionario de la DRAE,‘ éste dice de empatia como sigue: “Partici- pacién afectiva, y por lo comtin emotiva, de un suje- to en una realidad ajena”. Traducida esta definicién en el leguaje de la psicoterapia, se puede decir que la empatia es un modo de estar en contacto con la persona, con su mundo interno y externo, con sus sentimientos, con sus situaciones y problemas, con su conducta. El psicélogo esta participando en la vida de otra per- sona, en una realidad que no es, ni debe ser, nuestra; Gnicamente participamos activamente cuando viene quien la comparte pidiendo nuestro el servicio profe- sional. Como se dird mas adelante, una vez termina- da la sesi6n, es el paciente/cliente el responsable del camino que ha de tomar y del compromiso asumido en el proceso de la superacién 0 manejo de su con- flicto. "Diccionario de la Real Aeademia de la Lengua Espaiiola, 24 Fernando A. Mufoz Mora Se puede buscar ser muy exactos en los diagnésticos, de tener un buen “ojo clinico”, de Hevar un adecuado orden en las sesiones psicoterapéuticas. Todo esto es esencial y parte de un proceso serio que Heva un buen profesional para que cl paciente/cliente logre una recuperacién 0 manejo de situaciones de conflic- to. Sin embargo, si se logra una relacién empatica, clic es el fundamento y la raiz de los pasos que si- guen en las sesiones de trabajo. La empatia puede ayudar a: + Construir una relacién adecuada en- tre el psicoterapeuta y el paciente/cliente. + Permitirle a la persona una mas profun- da autoexploracién. | + Apertura por parte del paciente/cliente para hablar, incluso, lo mas intimo y delica- do de su vida. + Ser apoyo en los momentos més dificiles del camino psicoterapéutico. | + Preparar el camino para profundizar en los aspectos medulares del proceso psicotera- péutico 2.3. Comunicacién no verbal La otra perspectiva a tomar en cuenta en lo corres- pondiente a la comunicacién que ofrece el paciente/ cliente cuando se est en pleno trabajo psicoterapéu- tico. El “lenguaje no verbal” o “lenguaje corporal” son dos expresiones importantes para el trabajo en distintas disciplinas que apoyan al ser humano en su desarrollo, sea éste en el plano de la salud, en el plano biol6gico, 25 La Persona en Pricoterapia social, etc. No es menos importante en el campo de la psicologia, especialmente cuando se trata del tra- bajo psicoterapéutico por las implicaciones que este lenguaje tiene, tanto en las expresiones del pacien- te/cliente, como en la lectura que el psicoterapeuta hace de lo que se esta expresando a través de él. La persona viene presentando una situacién determi- nada, buscando la comprensién de lo que acontece en su vida, por lo que viene en biisqueda de ayuda. Conocer acerca del “lenguaje no verbal” o “lengua- je corporal” se convierte en un instrumento util en proporcionar ayuda a quicn lo solicita. Ténganse en cuenta algunos puntos que estén apenas menciona- dos, pueden desarrollarse enormemente porque de ellos hay abundante bibliografia. Considere: + No solo nos comunicamos con el lenguaje bu- cal u oral. Algunos afirman que el lenguaje corporal o las expresiones del cuerpo, es el modo con el que mAs se comunica el ser humano. Incluso, hay quienes dan porcentajes en los niveles de comunicacién verbal y no verbal. Sin em- bargo, al interés del psicélogo, la integracién del lenguaje verbal, asi como lenguaje corpo- ral son fundamentales en la comprensién del paciente/cliente para lograr una adecuada comunicacién. + Los gestos y expresiones corporales refuer- zan las palabras. Se observa y se escucha 0 viceversa. Lo importante es integrar lo que el} paciente/cliente esta expresando sea con palabras o con gestos. s Lo que no es expresado con palabras, en in? numerabies ocasiones, se expresa con gestos, dentro de los cuales, las expresiones faciales 26 Fernando A. Muitox Mora juegan un papel muy importante en la comu- nicacién. + Comunicacién del psicoterapeuta en lengua- je no verbal. Ya se mencioné con el PASE. ‘Tanto el psicoterapeuta aprende a leer el len- guaje de los gestos, como el paciente/cliente tiene la capacidad de identificar, aunque tal vez no tan técnicamente, pero si puede, captar con facilidad lo que el psicoterapeuta esta expresando con sus gestos. De tal mane- ra que el psicoterapeuta debe ser cuidadoso en lo que expresa también con su lenguaje no verbal debido a que le est4 dando un mensa- je claro a su paciente/eliente. Puede mostrar indiferencia, apatia, pereza, etc. Pero pue- de expresar acogida, complacencia, interés, preocupacién por lo que la persona est com- partiendo. + Hay infinidad de sefiales que el cuerpo ex- presa y que son parte de la persona misma. En ocasiones pueden estar siendo expresa- das de manera inconsciente. Por ello, un psi- coterapeuta requiere de un aprendizaje mas téenico para profundizar en el sentir y pen- sar de su paciente/cliente. Sobre este tema es importante que se profundice y que se estu- dic con mayor detenimiento. |. Seis conceptos claves Kntre una gran variedad de conceptos, recomenda- blox n las personas que trabajan en psicoterapia, es- pecinImente para aquellos que inician en este arte do atender personas y ayudarles en sus procesos, 27 La Persona en Psicoterapia Fernando A. Munoz Mora hay algunos que deben ser atendidos reticencia al- guna puesto que se constituyen en fundamentos del quehacer profesional. Tome en cuenta: generar dificultades o querer plantear nue- vos problemas, a manera de mecanismo de defensa, sobre todo cuando saben que se esta 1. Mantenga la atencién en el problema que le estén presentando. Anotar los aspectos mas relevantes de lo que se esta planteando. De aqui, podré tener claridad y enfocarse en el aspecto ESPECIFICO, con el cual va a traba- jar. Una de las dificultades que se presenta al psicoterapeuta es que ante mucha infor- macién que proporciona el paciente/clien- te se quiera abordar todo lo que se dice. Se recomienda centrarse en un aspecto que se trabajaré como se explica y posteriormente podra desarrollar otros objetivos psicotera- péutico: 2. Flexibilidad: No se trata de cumplir con re- quisitos estrictos 0 seguir pasos exactos que, més que sesiones tranquilas y terapéuticas, son sesiones de tensién y “Ilenar espacios en Tegando a lo nuclear de la situacién o suce- de también la tendencia natural, en algunos casos, que cuando se podria estar legando a la finalizacién del proceso que se ha veni- do Hevando, se genere una resistencia por parte del paciente/cliente quien no quisicra: que se termine porque de alguna manera se ha creado una especie de dependencia que el profesional pudo haberla pasado desaper- cibida en el camino, eso hay.que trabajarlo. Un modo, inconsciente de evitar la separa- cién 0 finalizacién del proceso es generando alguna situacién que permita prolongar las sesiones, con lo que se logra alimentar una relacién dependiente con el psicoterapeuta, por lo que se debe estar atento a estas con- tingencias. ; 3. Evite generar mayor resistencia de la que de blanco” 0 de “marcar con x” lo conseguido hecho el paciente/cliente trae. Esto implica, dentro de una lista de pasos a seguir. Los mé- no presionar. Si la persona empieza a sen- todos son necesarios, lo mismo que las técni- tirse presionada, la resistencia sera mayor. cas, pero recuerde que es esencial adaptarse El mejor modo de trabajar la resistencia es a la situacién que padece o que presenta la atendiendo a lo que se aconsejé al principio: persona, La sesién debe de Ievar un orden siel psicoterapeuta tiene un adecuado mane- adecuado pero, en determinado momento, jo de la comunicacién y logra una buena em- no necesariamente se tiene que seguir una patia, el clima creado facilitaré la confianza estructura rigida y determinada que se esta del paciente/cliente para la adecuada explo- siguiendo. Sea flexible para captar el por qué eacistl. del rumbo que ha cogido la reunién o la se- 4, Es esencial el camino que ha de asumir el pa- si6n, Sin embargo, es conveniente mantener- se alerta el camino que se lleva porque por ejemplo, un pacientelcliente, que no desea terminar el proceso psicoterapéutico, puede 28 ciente/cliente. Cada paciente/cliente es res- ponsable de su propio proceso. Nadie puede obligar a otro a trabajar en su propia situa- cién de vida, es su vida, no la del terapeuta. 29 La Pertona en Psicoterapia El profesional acompaia. He notado que, so- bre todo cuando hay problemas de conflicto sexual, por abuso, problemas de identidad 0 preferencia sexual o dificultades que generan mucha resistencia en la persona que nos pre- senta sus situaciones que hay un momento dentro del proceso psicoterapéutico en que la esta persona tiende a resistirse seguir ade- lante. Si es conducta persistente, se le debe aclarar a la persona lo que se esta percibien- do en ella, darle la oportunidad de detener el proceso por un ticiupo o que sea transferida a otro profesional con quien podria sentirse mas cémodo/a. La confrontacién adecuada y serena, respetuosa y sosegada permite al in- dividuo reaccionar para evaluar lo que esta sucediendo de modo que se le permita seguir adelante en el camino iniciado. Respeto. Se trata de una relacién “humana”, como se dira en el apartado sobre la ética pro: fesional, en donde el respeto es fundamental. Mas en este tiempo en que las personas son valoradas por el tener y por lo que pueden aportar. Considerar a la persona que busca ayuda como un “potencial ingreso econémico” es caer en la tentacién de ver cada paciente/ cliente por el ingreso que significa. Recuer- de que tratamos con seres humanos que son esencialmente personas, no son cosas u obje- tos, sino que por su misma condicién humana y por su dignidad de tales, merecen todo res- peto y consideracién. Tomemos por ejemplo el respeto a sus creencias religiosas, se impone el respeto y el derecho a que crean diferente a mis convicciones, piénsese en situaciones de indole racial y asi sucesivamente. Por encima 30 Fernando A. Muioz Mora de cualquier diferencia, lo comin se impone, somos personas en una misma condicién hu- mana. Evite sentirse “redentor/a”. Esa actitud, por parte del psicoterapeuta, responde mas a problemas de codependencia® que a una re- lacién terapéutica sana. Un terapeuta que no haya tenido su propio proceso de trabajo consigo mismo es facil presa de estas situa- ciones. No cabe lugar a dudas que las situa- ciones no trabajadas en un profesional van a scr removidas cuando curjan dificultades que el paciente/cliente explore la razén 0 mo- tivo de su consulta. * Codependencia se puede definir desde dos puntos de vista. E] prime- ru, como “alguien que ha permitido que la conducta de otra persona le hnfuete y que se haya obseaionado por controlar la conducta del otrova’ (HI autor en pag. Scita a Beattie, Melody (1987) Codependent no More, Mnzelden Foundation, N.Y.). Una segunda definicién, que permite comprender esta situacién de codependencia, subraya cuango la con- lucta de otro afecta al grado que siente necesidad de esa otra persona, Codepondencia vendria a ser una actitud compulsiva de querer “sal- var", arreglar y controlar situaciones y personas o el sentirse controla- do por otra persona. Cfr. Springle, P. (1981) Codependency. Breaking Free From the Hurt and Manipulation of Dysfunctional Relationships. znd. ed,, Dallas, TX: Rapha Publishing. La traduccion es mia. 31 Fernando A. Muroz Mora 3. La ética en la psicoterapia Con frecuencia sucede que la ética se entiende como tna rama especifica de la filosofia lo suficientemen- te abstracta como para ser ignorada u omitida como parte de una “discusién-reflexién-aprendizaje” en los procesos psicoterapéuticos actuales, y cuya aplica- ién se cree implicita en el comportamiento humano de manera casi inalterable. - ‘] tema es importante porque puede derivarse de una relacién entre dos personas como son el pacien- le/cliente y el terapeuta; ademas, por la realidad de in mundo en el cual por encima de la promulgacién y divulgacién de los conocidos “Derechos Humanos”, xe observa con lamentable frecuencia la invalidacién le éstos frente a una ética, a veces olvidada. Aqui interesa la ética de un profesional en psicologia que se orienta hacia la labor que tiene el psicdlogo en la relacién con su paciente/cliente. Es un compromi- xo adquirido que le permite al profesional aprender, reforzar y aplicar los conocimientos adquiridos en el compromiso asumido en la psicoterapia de manera tal que pueda reflejar en su quehacer profesional cl ejercicio de la conviccién que lo mueve al respeto por la persona con la que trabaja. La ética es aquella parte aplicada de la filosvfia que se ocupa del caracter del individuo como segunda naturaleza (Bthos = casa interna, morada, yoicidad, / Pathos = primera naturaleza o temperamento / (thos = segunda naturaleza atribuida al cardcter) 33 La Persona en Psicoterapia enfocando su eje de accién sobre los actos humanos {habitos] que permiten adquirir un éthos y cuyo ob- jetivo plantea la consecucién de un fin, el cual a su vez estard relacionado con la felicidad, entendién- dose ésta como fecundidad, realizacién, plenitud Ademés la ética plantea la necesidad de que los ac- tos sean verdaderamente humanos, es decir, fruto de la libertad deliberada y con base en una libertad responsable para orientarse racionalmente hacia la constitucién del fin, tomando en cuenta la condicién social del individuo. Por ello, la ética como est siendo vista aqui plantea una antropologia especffica que se basa en tres con- diciones fundamentales: 1. El Sujeto es un ser racional y auténomo, es decir que tiene la capacidad de establecerse a si mismo ciertas normas. 2. Se enfoca la dignidad del fin y no del medio, 3. Se manifiesta real importancia al principio de alteridad /otreidad, en cuanto que el su- jeto debe tener presente que cualquier otro diferente a él, puede ser uno igual a él. 3.1, Principios éticos claves para la practica psicoterapéutica Usualmente en cada pais, el colegio de profesiona- les en psicologia posee su cédigo de ética. En él en- contramos lo que toca directamente a la ética’ en la practica profesional del psicdlogo. Sin embargo, creo © Cfr. Manuales Deontolégicos. La logislarién propia del reapectivo co- Jogio profesional. Las regulaviones y normas dal Colegio do Peieslogow respectivo, 34 Fernando A. Mufioz Mora importante incluir aqui tres principios éticos que la experiencia ensefia a descubrir como delicados, a los que se les debe prestar una adecuada atencién, es- pecialmente cuando se inicia en el trabajo psicote- rapéutico. Nunca pierda de vista que hay principios &ticos que nos obligan con todo paciente/cliente. Se ignoran, con mucha frecuencia o se desacatan con uran facilidad. Me refiero a los siguientes: Conocimiento informado. En terapia psicolégica la autonomia es tanto deber del psicélogo como dere- cho dol pacionte. En cuanto que el profesional tenga claro el valor de la vida y la dignidad de la persona estard respetando este principio que defiende la ca- pacidad del paciente a decidir sobre si mismo, en- tendiéndose que lo hard en pro de su bienestar y en consecucién de su proyecto de vida. El consentimiento informado es un derecho del paciente y un deber del profesional quien debe infor- mar amplia y certeramente todo lo relacionado con el proceso de terapia (metodologia, tratamiento, proce- so a seguir) de manera que reciba —0 no— el consenti- miento del paciente para levar acabo dicho proceso. No maleficencia/beneficencia. En un proceso de terapia psicolégica ambos principios se ilustran [4- cilmente. E] psiclogo aplicar4 el principio de no ma- loficencia si trata con la misma consideracién a todos xus pacientes y no daiia a estos fisica, psicolégica, spiritual, emocional o moralmente. Por su parte, el principio de beneficencia lo aplicaré si procura el bien a cada uno de sus pacientes permi- tiéndoles realizar de forma auténoma su proyecto de vida y felicidad. 35 La Persona en Psicoterapia El conocimiento culpable. Uno de los mas delica- dos rubros, pues hace referencia a que el psicdlogo sabe como puede ayudar al paciente/cliente a llevar a cabo un tratamiento adecuado para su beneficio haciéndose depositario de su confianza; pero por otra parte también sabe cémo podria manipular a la per- sona para obtener un beneficio personal en medio del contrato paciente/cliente-terapeuta. Por tanto es responsabilidad del psicélogo utilizar su conocimien- to adecuadamente. El seereto profesional. En profesiones como la Psicologia, este principio se torna imprescindible, pues el psicélogo en su ejercicio debe responder al principio de alteridad, es decir, deja de ser la perso- na comtin para convertirse durante la sesién en el terapeuta que escucharé al paciente/cliente que al terminar la sesién y el respectivo trabajo psicotera- péutico debe volver a descentralizarse omitiendo en su vida cotidiana fuera de consulta, la informacion que ha recibido de cada paciente, manteniéndola en secreto, secreto profesional. Este es un principio ético que requiere darle un trata- miento especial. El paciente/cliente debe sentirse se- guro que lo mas intimo de su ser, lo que esta confian- do al psicoterapeuta, va a ser respetado. El paciente/ cliente esta poniendo en manos del psicélogo lo que, posiblemente, no ha confiado a nadie, con frecuencia no lo ha comunicado ni a sus propios padres. Esta po- niendo en manos de terapeuta lo mas vulnerable de su persona. Por ello, nadie, absolutamente nadie, por raz6n alguna, va a saber lo que el paciente/cliente comunicé. A no ser que se esté bajo un tipo de legis- lacién que obligue al profesional a hacer una declara- cién de lo que, en casos criticos, puede ser revelado, 36 Fernando A. Muviozx Mora que, incluso al respecto, deben tenerse en considera- cin. Lo que me dijo una persona, puesto que no es mio, no me pertenece. No tengo derecho, ni en lo mi- himo, a disponer de esa informacién. Témese como analogia: si mi vida personal o lo que haya sucedido +n mi historia no lo comunico a cualquier persona, precisamente por ser personal, por miedo a que seal contada a otros; si conmigo tengo ese cuidado, por ello, puedo entender por qué Jos pacientes/clientes desean sentir esta seguridad, Lo que me confiaron es sagrado y se archiva en la tumba. Seria conveniente ir creando, entre los psicélogos, la mistica que tiene un confesor, el sacerdote catélico que escucha en ese sncramento el pecado y problemas de las personas sin confundir las realidades, pero, un confesor sabe que pueden pedirle su vida y estar dispuesto a darla, antes que revelar algo que se le confié. - los honorarios. Parte de la ética que debe caracteri- yar al profesional es cobrar por sus servicios, segin lus condiciones del cliente. Especialmente tratan- dose de la Psicologia, la cual ya de por sf, es una profesién inmensamente humanitaria —al menos eso he sugiere que deberia ser- y tratdndose de una de Ins cuestiones mas delicadas e importantes del ser humano, su salud mental, la consideracién y la ca- pucidad de flexibilidad en la tarifa es no solo una vir- tud, sino ademas una cuestién de justicia. El servicio puicolgico es algo a lo que todos deberian de tener nceeso. Involucramiento afectivo. {Nos ensefia la ética a amar? En mucho si. Por Jo tanto dificil seria sepa- tar el amor de la terapia. Somos seres humanos {unto el paciente como el terapeuta, lo cual indica 37 La Persona en Psicorerapia que trabajamos con las emociones permanentemen- te ademas de la razén. Es decir, independientemen- te del enfoque que nos caracterice como profesiona- les de la psicologia, no debemos olvidar o ignorar la calidad humana que debe caracterizarnos (para lo que trabaja la ética) y cémo esta no puede ser dife- rente durante una sesién con alguien. Esto quiere decir que no debemos temerle al afecto, no debemos temerle a las emociones, a ser diferentes de lo que un psicoandlisis ortodoxo indica, y a ser diferentes de la charlataneria o el club de corazones conquista- dos. Se sabra que como lo apuntaba Aristételes “{...] la virtud esta en el medio [...]”. s Involucrarse afectivamente, con algin paciente/ “cliente, es prohibicién en cualquiera de los cédigos deontolégicos de colegios profesionales. Una razén sencilla es la vulnerabilidad con la que la persona se encuentra cuando busca ayuda, precisamente por eso la esta buscando. Esto le puede suceder a cual- quier persona, pero va contra los principios éticos de un profesional, por lo que va a tener problemas con cl organismo que rige la profesién en cualquier pais. Pero no es lanorma lo que nos obliga, es la conviccién de nuestra labor como profesionales lo que permite comprender al paciente/cliente y no aprovecharnos de la situacién vulnerable en la que se encuentra. Conforme més se conozca el profesional a si mismo, més capacidad tiene de estimar a su paciente cono- ciendo sus propios limites y los de éste. De manera que mas que actuar bajo las normas o leyes prees- critas, se actiie bajo el conocimiento real de si mis- mo y 8us capacidades. No trabajamos con maquinas. ‘Tampoco como maquinas. 38 Fernando A. Mutiox Mora la frecuencia en las relaciones amistosas fuera de las sesiones psicoterapéuticas. Este principio se ha investigado y se han dado diversas opiniones. Bs im- portante también escuchar la voz de personas que ¢on sus afios han identificado la conveniencia de ntender a un principio como este. Kis recomendable, para poder mantener una adecua- da objetividad sobre la informacién que se tiene y del proceso psicoterapéutico en si mismo, no iniciar oxperiencias amistosas fuera de las sesiones. Algu- nos est4n recomendando tener eesiones fuera de un ambiente de oficina y Nevarlas a cabo en algtin café, por ejemplo. Es recomendable mantener la distin- cién entre la sesin psicoterapéutica y la distraccién propia de un momento de compartir amistosamente. In segundo lugar, prdcticas amistosas que involu- cran intercambios afectivos, ademas de que peligra la objetividad del terapeuta, puede darse el involu- cramiento psicoafectivo por cualquiera de las partes desdiciendo asi de un principio ético fundamental como el mencionado.

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