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Absolutismo frente a liberalismo (1814-1833)

-Introducción-
En el año 1813, Napoleón puso fin a la Guerra de Independencia firmando con Fernando VII
el Tratado de Valençay (1813), en el que Napoleón entregaba la corona a Fernando VII, que
vuelve a España en 1814. El nuevo rey recorre la costa Mediterránea, descubre todo lo ocurrido
en las Cortes de Cádiz y no solo no acepta la Constitución de 1812 sino que deroga toda la obra
legislativa establecida por las Cortes mediante el Decreto de Valencia (1814). Dando así paso al
Sexenio absolutista.
Los rasgos generales de esta etapa son: el mal gobierno de Fernando VII, la represión hacia
los liberales, las pérdidas de las colonias americanas y una crisis económica.
-Sexenio Absolutista (1814-1820)-
Los motivos que llevaron a Fernando VII a anular la obra legislativa de las Cortes mediante el
Decreto de Valencia fueron múltiples:
-Su talante absolutista
-El gran apoyo que recibió por parte de las fuerzas del ejército y de los diputados absolutistas en
el Manifiesto de los Persas.
-La gran debilidad de los liberales, que eran minoría.
-Napoleón había sido derrotado en Europa y el viejo continente se encontraba en un proceso de
restauración de monarquías absolutas (La Restauración)
Tras volver a establecerse como monarca absoluto, Fernando VII protagonizó una fuerte
opresión y represión hacia los liberales, quienes trabajaron en la sombra preparando
pronunciamientos con el objetivo de obtener parte del poder. Finalmente, el pronunciamiento de
Rafael Riego, en 1820, tuvo éxito y las fuerzas liberales consiguieron hacerse un hueco en el
poder, obligando a Fernando VII a aprobar la Constitución de 1812, dando paso al Trienio
Liberal.
Trienio Liberal (1820-1823)
Tras el pronunciamiento, la ideología liberal quedó dividida en 2:
-Doceañistas (moderados): Provenían de las Cortes de Cádiz y buscaban hacer reformas más
lentas, poco a poco, consiguiendo así el apoyo del monarca y de algunos sectores del
absolutismo.
-Veinteañistas (exaltados): Provenían directamente del pronunciamiento de Rafael Riego en
1820 y planteaban reformas rápidas y de una ideología más radical, ganándose el apoyo del
pueblo pero no recibiendo el apoyo del Rey.
Este periodo histórico destaca por su gran inestabilidad, habiendo 5 gobiernos en 3 años. Los
primeros tres gobiernos fueron moderados mientras que los dos restantes fueron progresistas.
Además, hubo muchas intentonas golpistas por parte de los exaltados o progresistas, pues el tipo
de sufragio (censitario de alta renta de corte) no les beneficiaba a la hora de ser elegidos en las
elecciones.
A todo esto hay que sumarle la aptitud de Fernando VII, que utilizó su capacidad de vetar
temporalmente la aprobación de una ley o decreto de forma constante, obstaculizando y
ralentizando a las instituciones. Por último, cabe destacar que los liberales tenían en contra a la
Iglesia y a una gran parte del campesinado por las medidas económicas, políticas y sociales que
planteaban desarrollar, que incluían un intento de desamortización de ciertos territorios.
Lo que llevó al final del Trienio Liberal fue, en primer lugar, la inestabilidad y fragmentación
de los liberales, y, en segundo lugar, la intervención de la Santa Alianza, que en el Congreso de
Verona (1822) decidió dejar en manos de Luis XVIII el envío de su ejército, los Cien Mil Hijos
de San Luis, poniendo con su intervención fin al Trienio Liberal y devolviendo a Fernando VII
al trono. Esto nos lleva a la Década absolutista, llamada por los liberales Década Ominosa.
Década Ominosa (1823-1833)
El regreso de Fernando VII de la mano de la Santa Alianza y la intervención bélica de los
Cien Mil Hijos de San Luis, trajeron consigo la vuelta del Absolutismo, y con él, una gran
represión y persecución hacia las ideas liberales.
Sin embargo, Fernando VII era consciente de que España necesitaba una reforma y realizó
algunas reformas de carácter Ilustrado, como por ejemplo:
-La creación de la Bolsa de Madrid y diversas medidas fiscales y económicas.
-La creación del Consejo de Ministros.
-La aplicación de amnistías parciales llevadas a cabo por presiones extranjeras.
El monarca se enfrentó a una oposición doble:
Por un lado, los apostólicos: absolutistas radicales que se sintieron decepcionados al observar
el tipo de medidas que tomaba Fernando VII. Protagonizaron una revuelta en Cataluña, la
Revuelta de los Malcontents, pero esta fue fuertemente reprimida por las fuerzas de Fernando
VII, lo que hizo que los apostólicos se alejaran definitivamente de su figura para acercarse a la
de su hermano Carlos María Isidro, que tenía mayor talante absolutista en ese momento.
Por otro lado, estaban los liberales, opuestos al absolutismo de Fernando VII. Como estaban
muy oprimidos y perseguidos, muchos se exiliaron y ninguno de sus pronunciamientos tuvo
éxito.
El tramo final de su reinado estuvo marcado por la cuestión sucesoria. El problema venía de
que los Borbones habían establecido en el pasado la Ley Sálica, que impedía heredar el trono a
las mujeres. Sin embargo, años antes de morir, Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción
(1830), que anulaba la Ley Sálica, pero había un grupo de personas (los carlistas) que
consideraban que esa anulación se había realizado de forma irregular.
Los carlistas apoyaban que reinara Carlos, hermano de Fernando VII, absolutista, mientras
que los isabelinos apostaban por la figura de Isabel, hija de Fernando VII, legítima heredera al
trono si no estuviera la Ley Sálica. Estaba en juego la vuelta al absolutismo o una entrada en el
sistema liberal de la mano de Isabel.
Finalmente, el nuevo Primer Ministro, cercano a los liberales moderados, acordó alejar a los
absolutistas del poder, dando a María Cristina, madre de Isabel, el puesto de regente, pues Isabel
era aún muy joven cuando heredó el trono de su padre Fernando VII.
-Conclusiones-
El reinado de Fernando VII supuso un paso atrás y un lastre en la evolución del país. En lo
político, se regresó a políticas absolutistas, en lo social, se vivieron las instituciones y
estructuras propias del Antiguo Régimen, y solamente en lo económico se realizó algún avance
y un buen enfoque de futuro.
Con la muerte de Fernando VII surgió un conflicto sucesorio que daría lugar a una guerra civil
en España de 7 años de duración.

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