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SEMINARIO DE INTEGRACION II

Alumno: Ivan Alvornoz


UAI centro RRII

ENTRE AGUILAS
Y DRAGONES
Guerra comercial entre EEUU y China
Introducción

El presente trabajo tiene como principal objetivo, realizar un abordaje en términos


investigativos, sobre el conflicto comercial que mantiene enfrentados a dos de los
principales actores del sistema internacional en el marco de los efectos de la
interdependencia negativa y estratégica como efectos de la globalización. El estudio se
comprende en un periodo que parte desde mediados del 2018 hasta la actualidad. Donde
la denominada “guerra comercial” que ha llevado a enfrentarse a las dos super potencias,
China y los EEUU, en ocasiones de forma abierta y escalada y entras de forma solapada
y silenciosa, junto a la pandemia de Covid-19 han sido la generadora de un sin numero
de impactos negativos en la economía mundial.

Este fenómeno de gran relevancia para el estudio académico en el ámbito de las RRII,
comprende un periodo evolutivo, que debe ser observado en torno a sus dinámicas, causas
y consecuencias. Por lo que nos proponemos analizar los motivos subyacentes que han
llevado a intensificación significativa de las tensiones y han ampliado los puntos de
fricción entre ambos Estados. Por otro lado, debemos tener en cuenta las implicaciones
políticas y geoestratégicas de ambas naciones, donde las instituciones internacionales
demuestran un claro rol preponderante en cuanto a representación de los intereses
nacionales, en torno a los bloques comerciales conformados por los Estados a los cuales
representan. Los entre telones del conflicto comercial se despliegan en el marco de los
ejes de regionalismo vs multilaterismo, lo cual influye de manera determinante en la
economía global y en las distintas formaciones de alianzas y los nuevos equilibrios de
poder a nivel internacional.
¿Qué es la Globalización?

Messner define el concepto de globalización basado en las clasificaciones de Keohane y


Nye, como un fenómeno, en términos de interconexiones e interdependencia creciente
entre los diversos actores del sistema internacional en las dimensiones económicas,
sociales, culturales y políticas. (Keohane, Nye 2000)

En cuanto a su manifestación esta se da a través del incremento sustancial en el flujo de


bienes, servicios, capitales, información, tecnología y personas a nivel mundial. Lo que
conlleva una implicancia directa en materia de integración de las economías a través del
comercio internacional, la inversión extranjera, la migración y la difusión de la cultura y
las ideas a escala global. Este proceso ha transformado las relaciones entre los Estados,
las empresas, las comunidades y los individuos, generando tanto oportunidades como
desafíos en el escenario mundial.

La globalización en ninguna medida representa un fenómeno estático, si no que cuenta


con absoluta capacidad para operar sobre las diversas niveles y sectores o transferirse de
un campo de acción a otro, debido a que es un generador de interdependencia. Un ejemplo
de ello es el propuesto por Mesnner sobre la observación de la globalización en términos
económicos. Las redes económicas causan interdependencias sociales y ecológicas que
se traducen en
reacciones políticas, lo que a su vez desencadena nuevos procesos sociales y económicos
que trascienden fronteras. (Mesnner. D 2001).

Para Vilas el asunto es mas serio, en su estudio sobre la globalización, hace una distinción
sobre dos variantes globalizadoras, por un lado, la del Estado como promotor y por otro
la del Estado como víctima.

Sobre la variable de Estado como promotor de la globalización, Vilas, define al Estado


como ente con capacidad para crear las condiciones para la globalización, y dinamizarla
tanto de forma activa como pasiva. Es decir, de forma directa a través de instrumentos
estatales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, impulsos estatales
sobre la carreara tecnológica, financiera, militar y en términos de dominación ideológica
cultural. Y de forma pasiva, a través de organismos transnacionales, entes no
gubernamentales, empresas del frente de su bloque económico, instituciones, y
jurisprudencia, creando marcos jurídicos favorables a la dinámica intencionada de la
globalización, o las regulaciones en la capacidad de actuación de otros actores.
En contra partida observamos al Estado como víctima de la globalización, con una clara
perdida en su capacidad para regular los procesos de globalización en todas sus dinámicas
y dimensiones. Llevándolo a un deterioro inevitable en su soberanía y un debilitamiento
en términos de control y capacidad para la toma de decisiones. Arrastrando al sistema a
una clara crisis institucional, y una descentralización y desregulación en materia de
decisoria a favor de entes privados o actores independientes.

Regionalismos vs multilateralismo

Los cambios en el contexto internacional de los años 90 a raíz de los nuevos procesos de
globalización y los diversos “ajustes estructurales” posibilitaron una reconfiguración
sobre los ejes de debate en materia de integración, allí se avizoran nuevas líneas de estudio
que indagan sobre los regionalismos (por su sigla ACR) y el multilateralismo (por su sigla
SMC) y su competencia o complementariedad en cuanto a sus implicaciones sistémicas,
y sus ventajas estáticas y dinámicas.

Para Porta y Bertoni regionalismos, se define en función de las medidas que son
adoptadas por los diferentes gobiernos, con el fin de liberalizar o facilitar la dinámica del
comercio en una determinada base regional, las cuales pueden también contemplar áreas
geográficas distantes. (Porta, Bertoni, Gutti 2012)

En la actualidad al hablar de regionalismos, el concepto en vigor es del de regionalismo


postliberal, que surge como una suerte de redefinición luego de la crisis de los
denominados regionalismos abiertos, y como fruto de los diversos cambios en el espectro
político y económico, especialmente en la región de América Latina. El enfoque
postliberal, tiene como principal objetivo el de superar la primacía de la agenda
económica y comercial que se mantenía como centro en el regionalismo abierto, logrando
un reordenamiento que permita reposicionar la agenda política, dando mayor importancia
a los aspectos sociales en términos de cohesión, una gestión de mayor eficiencia en cuanto
a las asimetrías, y el impulso adecuado para la formulación de políticas comunes en
materia de seguridad regional, finanzas, infraestructura, tecnología y energía. (J. A.
Sanahuja 2001)

Para Guerras Borges la relación entre regionalismo y multilateralismo es por demás


compleja y ello se debe principalmente al nivel de interacción a los cuales se someten
ambos enfoques, el ámbito propio del comercio internacional. Mientras que al hablar de
regionalismo nos referimos a la formación de acuerdos comerciales entre Estados de una
región especifica. Hablar de multilateralismo implica la existencia de una cooperación
entre múltiples actores Estados, a un nivel global y en un marco de interdependencia. Un
ejemplo de ello es el caso de la OMC. Esta complejidad surge de la necesidad de conciliar
los beneficios del regionalismo con la preservación de un sistema multilateral efectivo.
La coexistencia de estos dos enfoques plantea desafíos muy amplios en términos de
armonización de normas comerciales, es decir en la búsqueda de un equilibrio equitativo
y prevención de la discriminación comercial, así como también la compatibilidad de los
acuerdos regionales con las reglas multilaterales. (Borges 2007)

El multilateralismo en las últimas décadas, ha logrado una evolución significativa en lo


que respecta a la dimensión económica. Un claro ejemplo de ello lo encontramos al
observar el GATT el cual acaba por evolucionar hacia la Organización Mundial del
comercio (OMC) en 1995, convirtiéndose en el principal foro multilateral para la
negociación de acuerdos comerciales y la solución de disputas comerciales. Se han creado,
además, numerosos acuerdos de tipo regionales de libre comercio y de integración
económica, lo que ha llevado a un aumento significativo de la complejidad y la
interconexión de los acuerdos comerciales a niveles de interdependencia. En lo que
respecta al ámbito político, la ONU ha seguido siendo un foro importante y una institución
de referencia para la cooperación internacional, aunque ha enfrentado desafíos en la
implementación de sus objetivos debido a la falta de consenso entre los Estados miembros.
En general, el multilateralismo ha evolucionado para abordar una amplia gama de
desafíos globales, ampliando su dimensionalidad en temas tales como el cambio climático
la seguridad internacional y los derechos humanos buscando una mayor inserción en
materia de inclusión de temáticas del espectro social de problemáticas que representan
cada vez una mayor relevancia en las agendas de los Estados. Sin embargo, también ha
enfrentado críticas y desafíos, como la creciente tendencia hacia el proteccionismo y el
unilateralismo en algunos países. (Rodriguez 2011)
Guerra comercial entre los EEUU y China

En un mundo donde los algoritmos de la globalización corren a una velocidad 3.0, las
fuerzas profundas y los desequilibrios globales acaban por conformar un teatro
internacional en esencia, cada vez más complejo. La última década ha traído aparejada
grandes cambios e imprevistos que aun en la actualidad continúan resonado al interior de
los centros neurálgicos de las grandes potencias, la pandemia del Covid-19 y la crisis de
liderazgo internacional han sido el eje estructural de las relaciones entre dos grandes
potencias que se disputan el predominio en el sistema internacional.

La carrera sin límite por el poder global y la suscitada crisis del orden liberal nos han
arrastrado hacia un mundo oscuro, sumido tras el velo de un bipolarismo entrópico, en el
marco de una interdependencia negativa a los efectos de la globalización, que pone de
manifiesto los entre telones de una larga disputa, cuyas tensiones se han ido acrecentando
en los últimos años. Principalmente en el campo tecnológico, sobre los andamios de la
cuarta revolución industrial, desde la “Big Data” y el 5G, hasta los extremos que hace tan
solo unos años eran considerados una simple ficción, se trata de la inteligencia artificial
y el ciber espionaje.

Si bien la lista de puntos de fricción es extensa y en su análisis se integran una


multiplicidad de factores, nuestro estudio se enfoca sobre 4 dimensiones de la política
internacional, la tecnológica, financiera, productiva y militar. Partiendo de la hipótesis de
que el conflicto, al cual se lo define como “la guerra comercial”, es una consecuencia de
la competencia en materia de geopolítica comercial y estratégica entre dos potencias que
afrontan realidades disimiles. Por un lado, se observa a los EEUU con su política de
profundización sobre su esquema de ordenamiento económico en los albores del
multilateralismo y en regionalismo flexible que, si bien sigue manteniendo su rol
predominante en el sistema internacional, es innegable que se encuentra sumido bajo un
relativo debilitamiento estructural. y a su contra cara observamos a la República Popular
China bajo una lógica estratégica de doble imagen invertida. Se trata de una suerte de
visión imperante de política internacional con características dualistas, la cual encuentra
sus bases en el marco de una formación de bloque comercial que responde una suerte de
mega regionalismo estratégico y multilateralismo en términos de dependencia estratégica
y con una tendencia al ascenso sin freno en los últimos diez años, como potencia en
disputa por el marco de ordenamiento del sistema internacional.
El juego de billar, entre águilas y dragones.

Una mirada entorno a las políticas aplicadas por los EEUU

A mediados del 2018 la competencia por ser la mayor potencia globalizadora, en


términos de Vilas “Estados promotores”, se había desplazado hacia la dimensión
tecnológica y financiera. La carrera entre los dos Estados por un lado China y por otro los
EEUU había iniciado. Los conflictos por Huawei, TikTok, y Wechat estaban en las
primeras planas del Washington post, la BBC y hasta China Daily. Los gobiernos de
Trump y Xi Jinping tenían resuelto no detenerse ante nada, ni nadie.

A partir del 2015 la Federal Reserve, banco central de los EEUU, por su sigla (FED),
comenzaba avizorar una falta de margen para mantener su flexibilización en materia de
política monetaria. Para el año 2018 le FED finalmente anunciaba el fin de su programa
de “flexibilización cuantitativa”. El entonces presidente del banco central
norteamericano Jerome Powell, sostenía que la FED debía iniciar con urgencia un proceso
de normalización monetaria, dado que las tasas eran por demás bajas. Sin embargo, las
crecientes tensiones en relación a la guerra comercial entre los EEUU y China, acabó por
determinar la dinámica de la institución. Con una economía que, si bien indicaba una
proyección con crecimiento a la baja, y una incertidumbre global en materia de finanzas.
Las tensiones entre ambas potencias y la presión del entonces presidente Donald Trump
fueron claves para mantener la política de flexibilidad monetaria del organismo, logrando
un buen animo en los mercados y una expectativa sostenida sobre las posibilidades de
crecimiento global. Pero como todo estimulo interminable choco de lleno contra las
limitaciones fiscales. El fenómeno de la pandemia acabo por derribar el precio de los
bonos del tesoro norteamericano al valor mas bajo en la historia de ese país.

El entonces presidente de los EEUU Donald Trump, frente al aumento de tensiones para
con China y la crisis comercial internacional producida por la pandemia del Covid-19, se
propuso realizar un cambio de enfoque comercial.

Trump acabo por redoblar la apuesta de cara a la aplicación de una política comercial de
tipo mercantilista, con una lógica de ganancias de suma cero. Para el año 2019 EEUU
había implementado 200 medidas de restricción comercial. Como bien sostiene E. Actis
y Creus en su obra “La disputa por el poder global”, El punto crítico de estas medidas no
fue tanto su cantidad y el comercio abarcado, si no su naturaleza, en oposición y desafío
a los compromisos internacionales asumidos por la OMC. (Actis, Creus 2020)

La lógica del programa Trump tenia eje en su idea de America First, en el ámbito
comercial se fundamentaba en el concepto de Comercio Justo o Fair Trade, que postula
la imperatividad de reconsiderar las políticas adoptadas por las naciones socias en el
intercambio comercial con los Estados Unidos. Esta perspectiva implica otorgar prioridad
a las regulaciones domésticas estadounidenses sobre los compromisos asumidos a nivel
internacional. Este cambio de enfoque de la potencia sobre la globalización en general y
sobre el comercio en particular funciono con un efecto de derrame (spillover) sobre el
resto del sistema. EEUU deja de lado su lógica globalizadora, hasta entonces de,
“reciprocidad difusa” donde se procuraba lograr una meta de resultados que fueran
satisfactorios para todo el bloque económico multilateral, y apunto a un cambio de lógica
hacia una “reciprocidad especifica” Actis, Creus 2020)

Una mirada entorno a las políticas aplicadas por China

Por su parte el gigante asiático en respuesta a las crecientes tensiones en el sistema


internacional, en las esferas principalmente económicas, tecnológicas. Se propuso a si
misma una serie de ejes, objetivos sobre la base de su política dualista, para la
conformación de dos bloques comerciales, por un lado, se encuentra una formación de
cierre comercial con lógica de contracción domestica denominada como mega-
regionalismos, y en su contra parte un multilateralismo de interdependencia estratégica.

A partir del fenómeno de recesión y contracción en la economía mundial por causa de la


pandemia del Covid-19 y a raíz de la política de fricción sostenida por los Estados Unidos
en materia de competencia arancelaria y prohibiciones a diversos productos y servicios
chinos. El gigante asiático re configuro su política comercial, a partir de ciertas medidas
que le permitirían continuar con su crecimiento sostenido, aun ante la adversidad que
representaban las fuerzas profundas como la pandemia por efecto del virus Sars cov2, el
cual se expandía al mundo partiendo desde el propio seno del Estado Chino.

Las primeras medidas adoptadas por la dirigencia política china se encuentran enfocadas
en materia de comercio, estableciendo una búsqueda de mayor diversificación de sus
socios comerciales, llegando a ser hoy en día el principal socio comercial de 144 países,
de 192 representados en la ONU.

Por otro lado, para contrarrestar el fuerte impacto de los aranceles impuestos por los
EEUU, genero una devaluación estratégica de su moneda el yuan en función del dólar. A
fin de que sus exportaciones ganaran mayor competitividad. Así mismo sostuvo y amplió
una fuerte política contra arancelaria para los productos importados desde los EEUU.
Tales como, soja, maíz, carne de cerdo, bourbon, y diversos productos agrícolas
industriales. El gobierno chino a impulsado desde el 2018 un paquete denominado
“reformas profundas”, modificando el mercado interno y la regulación externa, con el
propósito de establecer nuevos límites globalizadores conta la competencia.
Acompañando con medidas de apertura de inversión extranjera cuidadosamente selecta,
para la creación de una interdependencia estratégica. Así como también a orientado un
fuerte impulso estatal, dedicado a palear los efectos negativos que han recibido las
empresas chinas afectadas bajo el cambio de política arancelaria de los EEUU.

Para el año 2020 China se proponía ampliar sus acuerdos comerciales regionales (por su
sigla ACR) estableciendo una política de globalización en términos de la formación de
un nuevo bloque mega regional. Su objetivo era lograr un crecimiento ampliamente
sustentable dependiente en su mayoría de una demanda doméstica. Tomando ejemplos
como el del Tratado la Zona de Libre Comercio Continental Africana (por su sigla
AfCFTA) o el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (por su sigla
TIPAT). Se proyecto la formación de La Asociación Económica Integral Regional (por
su sigla en inglés RCEP) el 15 de noviembre del 2020 como un claro mensaje a una OMC
que se encontraba en crisis.

Pero ¿cuál es la verdadera innovación en el nuevo panorama en la formación de este


mega regionalismo asiático?, se trata de un regionalismo que incluye en su interior un
multilateralismo de acuerdos regionales en bloque. Con ello queda demostrado que “la
OMC está referida solo a comercio en frontera” y en el mundo de hoy, con la
globalización, hay que observar 5 focos distintos: comercio de bienes y servicios, IED de
ida y vuelta, flujo de financiamiento y sobre todo financiamiento nuevo para proyectos
tecnológicos, y flujos de conocimiento e información y datos. “(Diana Tussie 2021)

China encuentra en el RCEP una fusión perfecta entre el gigante asiático y la Asociación
de Naciones de Asia Sudoriental (por su sigla A SEAN) dado lugar a la formación de un
mega bloque con características únicas puramente asiáticas, dado forma al escalón
fundamental para la aplicación de nuevas reglas de juego en la política de globalización
y sumando un punto a favor en la carrera por el predominio en el sistema internacional.

Conclusión

¿Hacia la trampa de Tucídides?

El 17 de enero del 2022 el mandatario chino Xi Jinping hablaba al mundo desde la


cumbre de Davos. “ninguna contracorriente podrá detener la tendencia de la globalización,
la comunidad internacional debe de trabajar para eliminar barreras, en lugar de construir
muros y debe oponerse de cara al proteccionismo". (Xi Jinping 2022). En el año 2017 en
el mismo foro económico mundial de Davos, Xi Jinping sostenía que “el riesgo de la
trampa de Tucídides se puede evitar”

Al analizar la cuestión conflictual entre ambos Estados no dejan de surgirnos algunos


interrogantes cruciales, como por ejemplo ¿Se encuentra China y EEUU jugando un juego
de suma cero? ¿es posible que el conflicto entre los EEUU y China experimente una
escalada que desemboque en un conflicto bélico-militar entre ambos Estados? ¿Cuáles
son los riesgos reales que conllevan el desacoplar ambas economías?

En referencia a nuestro primer interrogante la realidad es que aún no lo sabemos, lo cierto


es que esta historia aun no termina, es verdad que ambos estados han agotado los tres
rostros del poder relacional (Nye 2000), y que siempre para Washington China a sido una
suerte de bicho raro, a la hora de medirlo bajo el prisma de los paradigmas occidentales
de las RRII. Lo concreto es que ambas potencias se encuentran disputando el predominio
del poder global, en el cual China parece marchar sobre un claro ascenso mientras que
EEUU presenta declives estructurales. Ese poder global que en la actualidad grafica una
estructura, a la que muchos analistas consideran como de bipolaridad emergente, o
bilateralismo preponderante, es el que se encuentra en disputa en una carrera que parece
cada vez más carente de límites y sin miramientos.

Detengámonos por un momento en este concepto de bipolaridad, como observamos, este


no termina de explicar la configuración de una transición hegemónica. La guerra
comercial entre los EEUU y China junto a la pandemia por el Covid-19 han puesto en
evidencia un mundo como una fenomenología del caos, del desorden propio de la
anarquía de los principios realistas de Morgenthau, donde el las dinámicas en torno a las
relaciones de cooperación u o conflicto dependen de la capacidad de manejo y control
sobre las tendencias disruptivas de las fuerzas de la globalización. Y es aquí donde cobra
sentido la conceptualización de bipolarismo entrópico de Scheweller, es a través de este
prisma que pueden medirse las relaciones de poder en función de la entropía. A mayor
entropía mayor desorden en el sistema internacional, ello remite a una tendencia de poder
difuso, que acaba por generar agendas cada ves mas complejas en los Estados, esto puede
entenderse como uno de los tantos efectos producto de la disputa entre dos potencias por
el control del sistema internacional y ordenamiento del poder global. (Scheweller 2014)

En orden a nuestro segundo interrogante, la realidad es que la probabilidad es altamente


baja, aunque no puede descartase en su totalidad, ambos Estados han problematizado una
posible escalada configurada en el marco de una hipótesis de conflicto. Por otro lado, hay
diversos factores que trabajan como axiomas disuasivos a la hora de proyectarse una
escalada en la dimensión militar, por un lado, los altos costos relativos, y los respectivos
frenos específicos que actúan como equilibrio de poder frente al conflicto, nos referimos
a las MAD económica (mutual assured destruction) y la MAD nuclear.

No nos es ajena la realidad de que EEUU no posee la misma capacidad de influencia en


el sistema internacional que tenia al finalizar la 2GM, si no que se encuentra sufriendo un
fuerte debilitamiento estructural. No es actualmente el único ordenador, ni creador de
reglas de juego. Su actual competidor China, se presenta como potencia emergente con
capacidad y trayectoria para disputar el ordenamiento del sistema internacional. Ello nos
habla de una interdependencia estratégica creciente con tendencia a transformarse en
interdependencia negativa, en la proyección de Waltz y sus tres imágenes esto se vincula
a los tres niveles estratégicos por un lado los agentes, es decir, los lideres decisores, las
agencias o estructura de los Estados, o a la tercera imagen, el propio sistema internacional.
Pero ninguno de los supuestos de Waltz puede explicar finalmente los efectos de un poder
en ascenso ya que no contemplan una dinámica de poder capaz de modificar la estructura
del sistema internacional, puesto que siempre el sistema en términos del neo realismo
tiende a balancearse tras las limitaciones estructurales.

Si observamos las relaciones entre los EEUU y China, observamos que los puntos de
fricción entre ambas potencias son muchos, sin embargo, en la actualidad el máximo
frente de tensión sin lugar a dudas es el campo referente a lo tecnológico, el cual
constituye el centro de disputas entre ambas economías.
Muchos analistas han sugerido la necesidad imperante de “desacoplar” ambas economías,
lo que a nuestro entender seria por demás negativo, debido a los altos niveles de
interdependencia entre las economías de ambas potencias. Una eventual desvinculación
de ambas economías podría llevar al colapso inminente a las empresas norteamericanas
y chinas. Incluso los propios esquemas de seguridad de ambas naciones no quedarías
ilesos.

Existen complejas cadenas de abastecimiento que vinculan ambas económicas de forma


interdependiente, un ejemplo vital es el de la denominada zona cero donde se encuentran
los semiconductores, se trata de los principales suministradores de materiales vitales y de
los circuitos que componen los microchips que utilizan empresas como Intel, Nvidia,
Apple, LAM, entre otras. Esta industria en los EEUU es sin lugar a dudas la que cuenta
con el mayor crecimiento de los últimos tiempos, gracias a las CGV las cuales contralan
el mundo de la producción manufacturera.

Está claro que la competencia en el plano tecnológico el éxito se encuentra garantizado


en términos de control sobre los derechos de la propiedad intelectual, y la capacidad para
controlar estándares de interfaz y arquitectura propios. Por ello es que sostenemos que
EEUU unidos comete un grabe error al llevar adelante una campaña de aislamiento sobre
empresas de tecnología chinas tales como Huawei, ya que podría conseguir efectos no
deseados en términos de contribuir de manera indirecta a la independencia tecnológica
por parte del gigante asiático. (Girardo 2021)
Bibliografía

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• Keohane, Robert, O. Nye, Joseph, S. (2011). Power & interdependence. Editor:
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https://biblat.unam.mx/hevila/Nuevasociedad/2001/no176/6.pdf
• Porta, F. Gutti, P. Bertoni, L. Ramiro. (2012). Integracion económica. Editorial:
Depto de econ. y adm., centro cultural de la cooperación.
• Rodrigues, F. A. Mario. (2011) Integración y multilateralismo en el marco de las
relaciones económicas internacionales. RAI Nº3
• Sanahuja, Jose, A. (2008). Del “regionalismo abierto” al “regionalismo post-
liberal”. Crisis y cambio en la integración regional en América Latina. Anuario
de integración 7.
• Schweller, Randall, L. (2014) The age of entropy. Foreing Affairs.
• Vilas, C. (2006). ¿Estado víctima o Estado promotor? El debate sobre soberanía
y autonomía en el capitalismo globalizado. Editorial Prometeo.

Discursos:

• Xi Jinping (2022 y 2017.) foro económico mundial de Davos.


https://www.fmprc.gov.cn

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