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Mario López Larrave es un ejemplo a seguir no solamente por sus altos aportes intelectuales, su
compromiso con la clase trabajadora, su estatura moral e intelectual, sino también por su accionar
desinteresado y respetuoso al lado de los sectores desposeídos, a los que nunca pretendió
suplantar ni hablar en su nombre.
Mario René López Larrave nació el 7 de abril de 1929 En la Universidad de San Carlos,
centro de estudios en el cual obtuvo sus títulos profesionales de Abogado y
Notario,
Dirigente estudiantil y miembro del consejo del periódico Nuestra Lucha. Alternó su
actividad entre las aulas universitarias y la defensa de los trabajadores. Su
participación en la política universitaria siempre fue de primer orden desde
que se iniciara como dirigente estudiantil en 1952 en la Asociación de
Estudiantes de Derecho.
Desempeñó los cargos de miembro del Consejo Superior Universitario y Decano de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales (1970-1974) y, en el momento de su muerte, miembro del
Consejo Superior Universitario en representación del Colegio de Abogados y
Notarios de Guatemala. Sin dudas, era un profesional notable dentro de la
Universidad.
Dio asesoría a los sindicatos como a los trabajadores del Ingenio Pantaleón, Incatecu, la única
huelga declarada legal en Guatemala en aquella época
Cultivó la vocación por la defensa de los derechos laborales desde sus años de
estudiante de Derecho en la USAC, donde se graduó con una tesis sobre
Derecho Procesal del Trabajo. Más tarde, se destacó como abogado
laboralista, docente universitario e investigador
cultivó la vocación por la defensa de los derechos laborales, graduándose con una tesis sobre
Derecho Procesal del Trabajo (CEH, 1999: 105). Su participación dentro de la política universitaria
iniciaría en 1952, cuando fue secretario de la Asociación de Estudiantes “El Derecho”, a partir de
ahí ocuparía los cargos más importantes (CEH, 1999: 105). Posteriormente sería secretario y, para
el periodo 1970-1974, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
el licenciado López Larrave ideaba la manera de reactivar el estatuto legal del Sindicato con base
en las leyes laborales que defendía con absoluta convicción, la misma con la que buscaba la plena
vigencia de los derechos de trabajadores y trabajadoras plasmados en el Código de Trabajo
heredado de la Revolución de Octubre. Con su estrategia ya había logrado recuperar la personería
jurídica del sindicato de trabajadores de la Municipalidad capitalina, pero su gestión para
descongelar la del STEG no condujo a resultados efectivos. Se recurrió entonces a tratar de
organizar un sindicato de docentes de colegios privados
Entre los años de 1975 y 1976, Mario López Larrave, junto a Manuel Lisandro Andrade Roca,
asesinado en febrero de 1979, y Santiago López Aguilar, secuestrado en febrero de 1984, había
sido impulsor de la Escuela de Orientación Sindical, EOS un esfuerzo que le había permitido apoyar
de manera directa a las organizaciones sindicales en constitución (Álvarez Aragón, 2002: 218,
enseñándoles, entre otras cosas, los rudimentos de la legislación laboral para que pudieran
impulsar mejor sus demandas (Álvarez Aragón, 2002: 117).El trabajo de la EOS se extendió a nivel
nacional, y cubrió temas que trascendían el derecho laboral. “Buscaba impulsar no un sindicalismo
por sí solo sino un sindicalismo que condujera tanto a la defensa de los intereses inmediatos de la
clase obrera como a que la clase obrera pudiera hacer valer sus derechos plenos como ciudadanos
(Como se cita en CEH, 1999: 106), objetivos que demuestran la dimensión política que López
Larrave en su actividad académica y profesional. se ciñó siempre a la Constitución Política
y a las leyes, en particular al Código de Trabajo, del que fue un tenaz defensor.
Para el año 1976, el movimiento sindical, que había sido fuertemente reprimido bajo el régimen de
Carlos Manuel Arana Osorio, buscaba reorganizarse. Un movimiento de solidaridad en torno a las
demandas expresadas por los trabajadores de la Embotelladora Guatemalteca dio lugar al
surgimiento del Comité Nacional de Unidad Sindical, CNUS, a inicios de ese año (Sáenz de Tejada,
2010: 24). El nombre fue propuesto por López Larrave, quién además fue uno de sus principales
asesores (CEH, 1999: 106), era un guiño a la década revolucionaria y apelaba a la construcción de
la unidad del movimiento popular (Sáenz de Tejada, 2010: 24).
El 8 de junio de 1977, Mario López Larrave participó en una reunión del Consejo Superior
Universitario, posteriormente se dirigió a su oficina, ubicada en la zona 4. Salió de su oficina, con
rumbo a la Universidad de San Carlos. En el momento que se disponía a salir del inmueble a bordo
de su vehículo, varios hombres le interceptaron el paso y luego de atacarlo con armas de fuego se
dieron a la fuga (Kobrak, 1999: 40). López Larrave, aún con vida, fue trasladado al Hospital Centro
Medico, donde murió poco después de su ingreso (Hemeroteca PL, 2018).
Costales de papa, frijol, arroz y maíz fueron algunos de los pagos que obtenía por la defensa de los
trabajadores guatemaltecos. Con su ejemplo saludamos a las abogadas y abogados que diariamente luchan
en favor de la justicia.
A lo largo de su trayectoria académica y profesional limpia y honesta en defensa y protección de
los derechos de los trabajadores/as, desde la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos,
desde la Escuela de Orientación Sindical que formó en 1971, desde el CNUS y en todas las
instancias en las que participó, desafió al poder oligárquico que, en su codicia infinita, jamás ha
estado dispuesto a ceder un centavo de sus ganancias para garantizar los derechos a mejores
condiciones de vida de la población guatemalteca. Por eso lo mataron, para eliminar los
obstáculos que se oponían al insaciable afán de acumular posesiones materiales de quienes todo
lo tienen.