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Los sueños de Berryman

Autor: Elman Trevizo.

Texto publicado originalmente en Milenio. Suplemento El laberinto.

Mientras el gran poeta chino Li Po se lanzó de su balsa para abrazar el hermoso reflejo de

la luna y el poeta estadunidense Hart Crane se arrojó desde la borda de un barco tras recibir

la golpiza de unos marineros; John Berryman se tiró desde un puente, reafirmando así la

predilección de los poetas por el agua.

Turbaciones y cuitas describen a los escritores de la generación de Berryman. La mayoría

de ellos sumidos en el alcoholismo, en las crisis nerviosas o proclives al suicidio.

Además de ser parte de una importante generación de poetas anglosajones, Berryman

comparte el año de nacimiento con dos destacados escritores latinoamericanos. En el 2014

se festejará el centenario de Octavio Paz (a quien lo vislumbraban los versos de Berryman)

y Julio Cortázar; mientras que en algunas partes de Estados Unidos se recordará a uno de

los grandes poetas de la segunda mitad del siglo XX.

Empezó a publicar durante la Segunda Guerra Mundial y su obra quedó marcada por la

deshumanización, el escepticismo y el desencanto del enfrentamiento bélico. Atrás

quedaron las tendencias literarias del imaginismo y la poesía objetiva.

Sus poemas con mayor número de traducciones al español son los que conforman The

dream songs, libro que a su vez compila los poemarios 77 dream Songs, por el que le

otorgaron el Premio Pulitzer, y His Toy, His dream His rest.


En el volumen The dream songs se aprecian las características de lo que muchos consideran

la poesía confesional; término que el mismo Berryman rechazaba al decir que desde los

doce años no se confesaba frente a un sacerdote y que la palabra confesionalismo no

significaba nada para él. Sin embargo, es clara la intención autobiográfica en los versos de

su volumen de poemas más conocido. Hay en ellos la proyección de la identidad y la

necesidad de hacer público algo íntimo, valiéndose de la alteridad para esconderse tras un

personaje: el otro.

Sin importar la corriente o grupo literario en que los críticos enmarquen su obra, éste

comparte con Robert Lowell, Snodgrass, Anne Sexton, Randall Jarrell y Elizabeth Bishop,

el testimonio que estos daban de las “turbulencias del mundo”, como el propio Berryman

explicaba su poesía, la cual ponía especial énfasis en el sujeto, a sus experiencias y

sentimientos; textos que además poseían una técnica depurada y consciente, la cual el poeta

explicaba con exactitud en sus ensayos.

En los poemas de The dream songs, Henry, el heterónimo del autor, se cuestiona sobre el

ser humano y Dios (“Dios es el enemigo de Henry”). La suntuosidad es remplazada por la

sobriedad narrativa: Dios bendiga a Henry. Vivió como una rata,/ con una brizna de pelo en

la cabeza/ desde el comienzo./ Henry no era un cobarde. No demasiado.

El padre de Berryman se suicidó cuando él era un adolescente y su hijo encontró el cadáver.

Años después se convertiría en poeta y seguiría el ejemplo de su progenitor, saltando del

puente de Minneapolis para fundir la muerte con el agua.

Li Po perseguía un espejismo y Hart Crane huía del mundo. En la poesía y vida de

Berryman se encuentran ambas cosas: espejismo y huida.

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