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OPTIMIZACIÓN DE WINDOWS 10 PARA AUDIO

Optimizar un ordenador es un proceso que busca mejorar su rendimiento y


eficiencia. Hay varias razones por las cuales podrías querer optimizar tu computadora:

Mejorar el rendimiento: Con el tiempo, los programas y archivos temporales pueden


acumularse en tu sistema, ralentizando el rendimiento general. La optimización ayuda a
eliminar estos elementos innecesarios y a mejorar la velocidad de respuesta de tu
computadora.
Espacio en disco: La optimización también puede ayudar a liberar espacio en el disco
duro al eliminar archivos temporales, duplicados o innecesarios. Esto puede ser útil para
mantener un almacenamiento más organizado y eficiente.
Arranque más rápido: Al optimizar el sistema operativo y deshabilitar programas
innecesarios que se inician automáticamente con el arranque de la computadora, puedes
lograr un tiempo de inicio más rápido.
Estabilidad del sistema: Al eliminar errores y conflictos en el sistema, la optimización
puede contribuir a una mayor estabilidad del sistema operativo y reducir la probabilidad
de bloqueos o cuelgues.
Seguridad: Mantener el sistema operativo y el software actualizado es esencial para la
seguridad de tu computadora. La optimización puede incluir la instalación de
actualizaciones de software y parches de seguridad para proteger tu sistema contra
vulnerabilidades.
Mejora en la eficiencia energética: Al optimizar el rendimiento de tu computadora,
también puedes contribuir a un uso más eficiente de la energía, lo que puede ser
beneficioso tanto para el medio ambiente como para la duración de la batería en
dispositivos portátiles.

En resumen, optimizar tu ordenador puede ayudarte a mantener un sistema más


rápido, eficiente y seguro, mejorando así tu experiencia de uso y prolongando la vida útil
de tu hardware.

1. No conectes los equipos de audio al USB Hub (si usas uno)

Los USB Hub son súper útiles para el home studio. Con tantos equipos de audio
USB que tenemos es imposible no tener uno. Pero no conectes los equipos de audio al
USB Hub, sino directamente en los puertos de tu computadora. El problema de los USB
Hub es que muchas veces tienen problemas de compatibilidad y, además, igual no tienen
la energía suficiente. En el USB Hub puedes conectar otros dispositivos no importantes
como el mouse, teclado, cámara web, etc.

2. USB en su respectiva velocidad

Conecta cada equipo de audio USB que tengas en su lugar correcto. Si tienes
una interfaz USB 2.0 conéctala en el puerto USB 2.0. Si tienes un controlador MIDI 3.0
conéctalo en el puerto 3.0. Los puertos USB 2.0 y 3.0 (o 3.1) son compatibles entre sí,
pero es mejor conectar cada equipo en su respectivo lugar. De este modo te aseguras la
mejor compatibilidad y también la mejor conexión.
3. Desactiva las Animaciones de Windows

Las animaciones de Windows consumen bastantes recursos en PCs lentos. Si


tienes un PC medio, entonces lo mejor es desactivar esta función.

Haz lo siguiente:

Presiona la tecla Windows + U.


Dentro de la sección “Simplificar y personalizar Windows” desactiva la
función “Mostrar Animaciones en Windows”.

4. Asegúrate de estar en Modo de Alto Rendimiento

El modo de alto rendimiento hace exactamente eso que promete, priorizar que tu
PC funcione de modo más rápido.

¿Cómo activar este modo?

Presiona la tecla Windows + I.


Selecciona Sistema.
Dentro del panel izquierdo, selecciona Inicio/Apagado y suspensión.
Ahora haz clic en “Configuración adicional avanzada” en la parte derecha.
Selecciona el plan de alto rendimiento.

5. ¿Qué antivirus estás usando?

Muchos antivirus consumen una inmensa cantidad de recursos que ralentizan el


PC. Y lo más asombroso de todo, es que Windows ya viene con un antivirus llamado
“Windows Defender“. En modelos anteriores Windows Defender era bastante malo, pero
en los últimos años viene cada vez mejor. Lo bueno de Windows Defender, es que no
utiliza tantos recursos como otros antivirus y está optimizado nativamente para funcionar.

6. Libera espacio en tu disco y elimina programas que no usas

Si tu disco está próximo a estar lleno, entonces deberías considerar liberar un poco
de espacio. Intenta trabajar en un disco que no sea el de sistema. Un disco SSD externo
es una buena inversión. Borra los archivos viejos que ya no utilizas, aplicaciones que no
usas nunca y todo lo demás que libere espacio en tu disco principal. Porque, cuando tu
disco se empieza a llenar, los programas de edición de audio como los DAWs se empiezan
a poner lentos (como cualquier otro software en realidad).

7. Utiliza los últimos drivers de tu interfaz de audio

Asegúrate de utilizar los mejores drivers para tu interfaz de audio. ¿Cuáles son los
mejores drivers? Bueno, primeramente, si tu interfaz de audio tiene drivers nativos,
deberías utilizar esos. Ve a la página oficial del fabricante de tu interfaz y descarga la
última versión de los drivers. Pero si no tiene drivers propios, entonces la mejor opción
es ASIO4ALL. (ASIO: Audio Strem Input/Output)
8. Desactiva los sonidos de Windows

Los sonidos de Windows pueden llegar a interrumpir tus grabaciones o inclusive,


crear un fallo de compatibilidad con tu DAW. Haz clic derecho en el icono del sonido de
la barra de tareas. Selecciona Sonidos. En “Combinación de Sonidos” cambia la posición
a “Sin Sonidos”.

9. Cierra todo lo demás mientras uses tu DAW

Igual este es un tip demasiado tonto, pero a muchos les gusta tener 10 aplicaciones
abiertas mientras estaban usando el DAW. A veces no vas a tener más remedio, pero
intenta optimizar lo que estás usando.

10. Predetermina tu DAW como administrador

Si presentas algún problema de compatibilidad dentro de tu DAW, puede ser que


al software le falten permisos para ejecutar ciertas acciones. Para hacer que tu DAW
siempre se abra como administrador.

Haz lo siguiente:

Clic derecho sobre el programa ejecutable de tu DAW.


Selecciona propiedades.
En la pestaña compatibilidad, marca el apartado “Ejecutar este programa
como administrador”.

11. No utilices más plugins VST y VST2

Los plugins VST y también los VST2) se volvieron el estándar para utilizar dentro
de los DAW. Pero hace ya unos años, se lanzaron los plugins VST3 y todos los DAW son
compatibles con ellos. La gran ventaja de los plugins VST3, es que no consumen
CPU cuando no están siendo utilizados. Muchos fabricantes de plugins entregan ambas
versiones de plugins (VST2 y VST3) para que el usuario pueda elegir. Pero siempre
recomendamos utilizar VST3 ya que están mejor optimizados.

12. Deshabilita los programas de arranque que no utilices

Cuando arrancas Windows, muchas veces se abren software que no tienes idea
que existen. Estos softwares siguen corriendo en segundo plano y hacen que tu PC
esté procesando de más.

Para deshabilitar los programas de arranque que no usas tienes que hacer esto:

Abre inicio y en el buscador pon “Administrador de Tareas”.


Dentro del Administrador de Tareas, ve a la sección Inicio.
Deshabilita todos los programas que no utilices.
13. Configura tu dispositivo de audio

Las preferencias de audio de tu DAW siempre tendrán ciertas opciones. Es decir, la


posibilidad de configurar el driver, dispositivo (device), frecuencia de sampleo (sample rate) y
buffer.

1. Driver
• Opción 1: por lo general, las interfaces de audio diseñadas específicamente para
la grabación y producción de música tienen un mejor rendimiento y están
equipadas con un driver ASIO (controlador ASIO) específico para el dispositivo.
Para garantizar el mejor rendimiento, consulta la página de inicio del fabricante
de su interfaz de audio y averigüe si viene con un driver ASIO dedicado.

Si un driver ASIO dedicado no está disponible para tu tarjeta de sonido, tienes


más opciones:

• Opción 2: puedes descargar e instalar ASIO4ALL, un driver ASIO genérico. Se


puede descargar el driver ASIO4ALL más reciente desde su sitio web.

• Opción 3: algunos DAW ofrecen un driver ASIO genérico de baja latencia


(Generic Low Latency ASIO Driver). En caso de que ASIO4ALL no mejore el
rendimiento, prueba el driver genérico de baja latencia.

• Opción 4: algunos DAW también ofrecen el driver WASAPI de Windows en


modo compartido (Shared Mode) o modo exclusivo (Exclusive Mode):

2. Device

Aquí eliges la interfaz de audio específica que estás utilizando.

3. Sample Rate

El sample rate (frecuencia de muestreo) define la calidad de audio de la


grabación y la reproducción. Cuanto mayor sea el sample rate, mejor será la calidad. Una
sample rate de 44100 Hz es igual a la calidad del CD. Una sample rate de 48000 Hz es
común para equipos de audio profesional. La elección de una sample rate más alta puede
mejorar aún más la calidad del audio, pero también aumenta la carga en el ordenador.

4. Tamaño del bufer / Configuración de ASIO

Aquí se configura la cantidad de tiempo que la aplicación de audio tiene para


procesar el audio. Recomendamos el uso de uno de los siguientes valores: 128, 256, 512
o 1024. Se pueden elegir valores más bajos en ordenadores especialmente diseñados para
la producción de audio. Para reducir la latencia durante la grabación, recomendamos
utilizar un tamaño de buffer de 128. Si se agregan con muchos plug-ins, será necesario
darle más tiempo de procesamiento a su ordenador. Por lo tanto, un tamaño de búfer de
1024 es más adecuado. Si deseas establecer un número intermedio adecuado para la
mayoría de las tareas de grabación y mezcla, 256 o 512 serán suficientes.
Cuando se configura el tamaño del búfer, el objetivo es encontrar el valor más
bajo posible que aún proporcione una reproducción y grabación de audio limpia. De esta
manera, la latencia se puede mantener al mínimo, lo que facilitará la ejecución de
instrumentos de software y la creación de grabaciones ajustadas.

Si el sonido que proviene de tu interfaz de audio está distorsionado o salta, vuelve


al Buffer Size e intenta un valor más alto. Si la reproducción de audio está limpia, incluso
puedes intentar un valor más bajo. Puede que tengas que aumentar el tamaño del búfer
cuando comienzas a agregar muchos efectos e instrumentos a tus canciones.

Más información sobre el tamaño del búfer y cómo afecta a la latencia

Los ordenadores requieren de un buffer de audio para poder almacenar


temporalmente datos mientras el procesador central coordina la ejecución de diversas
tareas como la actualización gráfica, el acceso al disco duro, el intercambio de datos con
dispositivos de periferia como controladores MIDI y, por supuesto, el procesamiento de
audio. Dado que no es posible procesar todas las tareas simultáneamente, el sistema
necesita almacenar datos de los distintos procesos temporalmente para su posterior
ejecución; es entonces cuando el buffer de audio (también llamado latencia, buffer de
proceso, buffer de sample) juega un papel importante. La regla de oro es: mientras más
veloz el ordenador, más operaciones por segundo podrán ser procesadas y menor podrá
ser el buffer de audio.

Un buffer de audio más pequeño es siempre preferible debido a la relación directa


entre el 'tamaño del buffer de audio' y la 'latencia' resultante. El término 'latencia' describe
el retraso entre la ejecución de una acción (p. ej. cantar en un micrófono) y la emisión del
resultado (p. ej. escuchar su voz reproducida en los monitores). A mayor la medida del
buffer, mayor será la latencia y con ello, mayor será el retraso entre el ejecutar una acción
y escuchar el resultado. Esto puede causar distracción en el usuario al momento de
interpretar o producir música.

La desventaja de usar un tamaño de búfer más pequeño es que cuanto menor sea
el tamaño (la latencia del búfer), mayor será la carga de procesamiento en tu ordenador.
Si tu ordenador no puede manejar todo el trabajo que se te asigna con el tamaño de búfer
seleccionado, experimentará chasquidos y clics u otros artefactos en su salida de audio.
Esto significa que tendrás que aumentar el tamaño del búfer de audio para que tu
ordenador pueda manejar la carga de trabajo.
14. Configuración de energía de los puertos USB

Abre el Administrador de dispositivos de Windows haciendo clic en el botón de inicio y


digita 'Administrador de dispositivos'.

En la sección Controladoras de bus serie universal Serial Bus, haz clic derecho sobre
cada entrada Concentrador raíz USB y elige Propiedades.

En la pestaña Administración de energía de la ventana de Propiedades del


concentrador raíz USB, desmarca la opción Permitir que el equipo apague este dispositivo
para ahorrar energía.

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