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2. No uses cañitas. Aplica el mismo principio que con las bolsas de plástico. Toma
directo del vaso y explícale a los chicos por qué es más ecológico.
3. Reutiliza al máximo todos los materiales. Organiza los materiales escolares para
saber cuáles aún se pueden reusar (antes de comprar nuevos) y cuáles se pueden donar
para que otra persona los reutilice.
4. Separa los desechos en la cocina. Puedes tener una compostera donde pongas a
secar las cáscaras de huevo, de las frutas y de los vegetales, así como el desecho del
café, para convertirlas en abono para plantas. Georgina Santibáñez propone ir con los
chicos a rociar este abono en áreas verdes públicas, para que se empiecen a involucrar
con su comunidad y sepan que están “alimentando” a los árboles de todos.
5. Separa el plástico. Ubica en una caja de cartón especial todos los recipientes de
plástico vacíos que se producen mensualmente en casa: botellas de aceite, champús,
envolturas de alimentos, gaseosas. Lávalas y sécalas antes de acopiarlas para evitar
malos olores. Te sorprenderá la cantidad de plástico que se puede desechar en muy poco
tiempo.
6. Lleva los desechos a donde corresponden. Si estás reciclando, pero todo ese
material termina luego en un tacho de basura corriente, no hiciste nada. Infórmate a
dónde se pueden llevar los materiales reciclables. Muchos edificios y comunidades ya
tienen sus tachos diferenciados.
9. Usa menos el carro. Cuéntale a tus hijos que emprenderán una aventura a pie hasta
un destino cercano, porque el carro es altamente contaminante.