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Juan José Flores :

Primer gobierno (1830-1834)


Una vez en el poder, Flores consolidó una alianza política entre el tradicional latifundismo
de la Sierra, al que se había vinculado por matrimonio con la aristócrata y
terrateniente otavaleña Mercedes Jijón de Vivanco,3 con los terratenientes de Guayaquil y
los altos mandos del ejército. El floreanismo, como se llamó al grupo de sus partidarios,
surgió de la tradición conservadora del bolivarianismo. En 1832 incorporó oficialmente las
islas Galápagos al Ecuador. Su mandato se caracterizó por el caos administrativo, la
corrupción, la revuelta permanente y el abuso de los soldados. Se dieron dos guerras con
Nueva Granada, en la que Ecuador fue derrotado.4

En 1831 enfrentó con éxito una rebelión de Luis Urdaneta y en 1832 libró una guerra con
Colombia. En 1833 castigó con dureza a varios batallones alzados y a los ideólogos
llamados utilitaristas. Además, tuvo que enfrentar al que fue su vicepresidente, Vicente
Rocafuerte con quién logró un acuerdo para llevar a este último a la presidencia, Flores
venció a las fuerzas que se oponían al gobierno de Rocafuerte en Miñarica en 1835. 4

Vicente Rocafuerte:
Regreso a Ecuador y resumen de su carrera política[editar]
Véase también: Revolución de los Chihuahuas

Tras su regreso a Ecuador, lideró la oposición al gobierno de Flores, con quién luego pactó
su ascenso a la Presidencia de la República.11 Para este tiempo, había existido ya una
fuerte discordia con Simón Bolívar, tras la guerra con Perú dirigida por La Mar.
Advirtiéndole a Flores de su regreso a Ecuador y la amenaza que podía representarle, al
expresarle que "Es capaz de todo y tiene los medios para ello".12 Para 1833, el gobierno de
Flores enfrentaba una fuerte oposición por la Sociedad del Quiteño Libre, y en Guayaquil
la oposición al mando de Pedro Mena que, en 1834, devino en la Revolución de los
Chihuahuas y finalmente la captura de Vicente Rocafuerte en la isla Puná.1314

En 1833, el congreso otorgó poderes especiales al gobierno de Flores, al que no asisitió


Rocafuerte, a pesar de ser diputado por Guayaquil. Expresando fuertes protestas al
congreso por su decisión, por lo cual fue distituido y desterrado al Perú. Pero fue liberado
por revolucionarios de Guayaquil, cerca del pueblo de Naranjal, llegando a Guayaquil el 18
de octubre, donde fue nombrado Jefe Supremo en un cabildo abierto en la municipalidad.
Las tropas de Flores tomaron sin resistencia Guayaquil el 24, luego de que los
revolucionarios fueran destruidos en la vecina ciudad de Babahoyo. Rocafuerte, junto una
fragata, 5 goletas y 600 hombres se refugiaron en la isla Puná, donde resistieron hasta el
18 de junio de 1834.15

Con la intervención de José Joaquín de Olmedo, Rocafuerte consiente aliarse a Flores,


firmando un pacto de caballeros para respeto y colaboración política.14 Conformando el
ejército “Convencional”, dirigido por Flores apoyado por Guayas, el Oro y los Ríos, que
enfrentaba al ejército “Restaurador” de José Félix Valdivieso, cuyo comandante era Isidoro
Barriga que dominaba Cuenca, Loja, Manabí y Esmeraldas. Enfrentándose en la llanura de
Miñarica cerca de Ambato el 19 de enero de 1835, en la cual el ejército de Flores salió
victorioso.14

Durante su mandato, de 1835 a 1839, hizo uso de la fuerza para establecer el orden,
afirmando en una carta a Flores, que era preciso hacerlo todo "a punta de lanza". Solicitó
la revocación del pasaporte de Manuela Sáenz y de otros patriotas que no estaban de
acuerdo con su política.16 Tras completar su mandato, fue gobernador de Guayaquil y
diputado (1839-1842), conformó la convención nacional que redactó la constitución de
1843, y participó en varias conspiraciones contra Flores, en especial para la Revolución
marcista en 1845. Después de la caída del floreanismo, fue nombrado como representante
del Ecuador en varios países sudamericanos. En 1846, cuando el general Juan José
Flores intentó invadir Ecuador y Perú en nombre de la reina de España, Rocafuerte se
encontró entre quienes promovieron una conferencia hispanoamericana para organizar la
defensa común.

Murió en Lima, teniendo el cargo de ministro plenipotenciario del Ecuador en Perú. Su


pensamiento quedó consignado en 16 volúmenes de ensayos, cartas, discursos y
polémicas.17

Vicente Ramón Roca:


Elecciones y reformas[editar]
Luego de 76 escrutinios válidos, la Asamblea eligió a Roca como presidente por 27 votos
contra 13 a favor de Olmedo. "Convencido de que no podrá ser electo el candidato por
quien he sufragado más de 80 veces... y que ningún efecto saludable producirá una
resistencia indefinida, voto para presidente por el señor Vicente Ramón Roca", razonó el
diputado José María Vallejo.

Rocafuerte, que había votado invariablemente por Olmedo, tuvo un célebre exabrupto: "Se
ha preferido la vara del mercader a la musa de Junín". Se refería a la vara del dios
Mercurio, patrón de los comerciantes, al canto de Olmedo a Bolívar. Se habló de compras
de votos; pero no hubo tal. Eso sí, Roca usó sus influencias. Olmedo no movió un dedo.
Estaba más allá del bien y del mal. Roca gobernó con sagacidad y tolerancia. Formó un
gabinete de personas competentes, respetó a la oposición que lo atacaba desde los
periódicos "El Zurriago" (látigo), "El Vengador", "El Rebenque" (látigo recio de jinete), "El
Progresista", "El Viejo Chihuahua" y "Fray Francisco y el Padre Tarugo"; pero obró
apasionadamente contra los partidarios de Flores y más cuando supo que el general se
preparaba en Europa para una reconquista española de Ecuador, en complicidad con la
reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Fomentó la producción por medio de una Junta de Agricultores creada en Guayaquil,


mejoró la administración de justicia con la introducción de jurados y ordenó la economía;
pero los ingresos del Gobierno llegaron a sólo 854.435 pesos en el mejor año. Mucho
influyeron en esta escasez fiscal la movilización de tropas colombianas contra Ecuador y la
expedición de Flores. La movilización fue una respuesta al proyecto de los revolucionarios
Marcistas de recuperar una parte de los territorios ganados por Colombia en tiempo de
Flores. Se trataba, empero, de un proyecto nada serio. No hubo guerra y se firmó un
Tratado de Paz y Amistad, que dejó la puerta abierta al reclamo ecuatoriano sobre los
territorios amazónicos entre los ríos Caquetá y Putumayo.

Diego Noboa:
Presidencia del Ecuador[editar]
La asamblea constituyente eligió el 8 de diciembre de 1850 a Diego Noboa presidente
interino por 23 votos contra 2 de Antonio Elizalde. Sin embargo el general Elizalde con sus
partidarios en el ejército ecuatoriano provocaron varios enfrentamientos en las provincias
de Chimborazo y Cotopaxi siendo derrotados sus partidarios a principio del año 1851.2
Finalmente la asamblea constituyente promulgó la Quinta Constitución del Ecuador.
Sancionada la Constitución, Diego Noboa fue elegido Presidente Constitucional de la
República el 26 de febrero de 1851.
Diego Noboa inició su gobierno realizando una purga política en el país, por temor a una
revolución: desterró al expresidente Vicente Ramón Roca y al general Antonio Elizalde.
Expulsó del ejército ecuatoriano a los elizaldistas y los reemplazó con militares floreanos
caídos en desgracia.1

El presidente Diego Noboa solicitó a la asamblea constituyente que autorizara la admisión


de la Compañía de Jesús. Regresaban al país a los 84 años de haber sido expulsados por
el rey Carlos III de España. El presidente de Nueva Granada (actual República de
Colombia) José Hilario López temía que los jesuitas admitidos en Ecuador apoyaran a
los conservadores colombianos que conspiraban contra su gobierno. Al saber que Noboa
había ayudado a dos de esos conspiradores en la ciudad de Pasto, obtuvo el 16 de mayo
de 1851 autorización del Congreso Neogranadino para declarar la guerra a Ecuador. 2

En junio de 1851 el Congreso le otorgó al presidente Diego Noboa las facultades


extraordinarias por pretexto de la amenaza de guerra.1

Durante su gobierno presidencial se creó la actual provincia de Cotopaxi y cantonizó


a Tulcán. En lo económico administró los fondos públicos del Estado con honestidad y
claridad.1

El general José María Urbina aduciendo que el presidente Noboa había pactado con los
floreanos obteniendo para ellos algunos empleos en la administración pública y había
comprometido la integridad nacional preparó un golpe de Estado militar valiéndose de
su influencia sobre el ejército ecuatoriano. El 17 de julio de 1851 fue proclamado Jefe
Supremo de la República por la guarnición de Guayaquil.2

Diego Noboa viajaba a la ciudad de Guayaquil y no alcanzó a llegar a la ciudad. Lo


apresaron en el barco que había zarpado de la ciudad de Babahoyo y lo llevaron sin más
complicaciones a un buque norteamericano que lo depositó en la ciudad de Callao. Cuatro
años después regresó del destierro y se instaló en su ciudad natal -lugar donde fallecería-
a dedicarse a sus actividades particulares totalmente alejado de la política.

José María Urbina y Viteri:


Presidencia Constitucional del Ecuador[editar]
Una vez restaurada la paz en el país, el general José María Urbina decretó la convocatoria
de una nueva asamblea constituyente reunida en Guayaquil para restaurar el orden
jurídico en la República. La asamblea constituyente eligió el 17 de julio de 1852 a José
María Urbina presidente interino. Finalmente la asamblea constituyente promulgó la Sexta
Constitución del Ecuador. Sancionada la Constitución, José María Urbina fue elegido
Presidente Constitucional de la República el 6 de septiembre de 1852.

La asamblea constituyente también decidió decretar la expulsión de la Compañía de


Jesús del territorio ecuatoriano, después de haber sido admitidos en el país por el anterior
presidente Diego Noboa.4

El intento fallido de invasión de Juan José Flores fue el pretexto utilizado por el gobierno
para decretar la proscripción de varias familias acusadas de floreanismo y que recibieron
órdenes de destierro y confiscación de bienes (entre las familias castigadas se encontraba
la esposa del expresidente y sus hijos).1

El presidente José María Urbina al decretar la abolición de la esclavitud en el Ecuador,


había utilizado a los libertos para conformar una élite de soldados incondicionales a su
persona y gobierno. Urbina utilizaba a los Tauras como los encargados de intimidar a los
opositores a su gobierno y como los encargados de ejecutar los destierros que decretaba. 4
La oposición conservadora al régimen comenzó a criticar al gobierno mediante la prensa
escrita. Los periodistas Gabriel García Moreno y Rafael Carvajal recibieron órdenes de
destierro por parte del gobierno.4

Durante su presidencia negoció un tratado de concesiones de guano con los Estados


Unidos en las Islas Galápagos. Mediante este convenio supuestamente Urbina alcanzaba
un protectorado estadounidense, el cual abarcaba las islas antes mencionadas y los
puertos de la costa ecuatoriana.56

En 1854 año pretendió cancelar la inmensa deuda de la independencia que -heredada de


la Gran Colombia- el Ecuador mantenía con el gobierno británico, para lo cual acordó con
el Elías Mocatta -representante de los acreedores británicos- que el Ecuador pagaría dicha
deuda entregando para su explotación y colonización grandes extensiones de tierras en la
margen derecha del río Marañón y en las regiones madereras de Esmeraldas.

Lamentablemente este convenio no se pudo concluir a causa de las reclamaciones que


hizo el gobierno del Perú, aduciendo que los territorios del Marañón eran territorios en
disputa, y que primeramente debía solucionarse la cuestión de límites entre los dos países.

Terminado su período presidencial en 1856 respaldó a su partidario Francisco Robles, que


resultó vencedor de las elecciones presidenciales como candidato oficialista.

Francisco Robles:
Presidencia del Ecuador[editar]
Fue elegido como nuevo Presidente Constitucional de la República del Ecuador en
las elecciones presidenciales de 1856 como candidato oficialista.

El nuevo presidente decide indultar a los desterrados durante el régimen de su predecesor


y de este modo, el abogado y periodista Gabriel García Moreno puede regresar al
Ecuador.7

En el ámbito educativo Flores fundó el Instituto Científico de Latacunga en 1857, en Loja el


Colegio la Unión; el Instituto de Señoritas Loja en 1858; los Colegios Bolívar de Ambato y
Benigno Malo de Cuenca; se multiplicaron los planteles de instrucción primaria y se
establecieron las hermanas de la Caridad. Pero no mejoró la calidad de la educación. Se
promulgó un reglamento de Educación Primaria, que contemplaba premios, abolía el
castigo corporal, imponía la asistencia diaria a clases de nueve a tres de la tarde, excepto
los domingos y feriados, señalaba vacaciones de 15 días anuales y las de Navidad y
Semana Santa, e instauraba una supervisión cantonal y parroquial integrada parcialmente
por padres de familia.

Robles dispuso que los abogados de pobres y agentes fiscales debieran defender
gratuitamente al indio del interior. Después del terremoto que azotó a Quito en marzo de
1859, Robles dispuso la reparación de los daños causados.

En 1857 aprobó la abolición de la Ley de Contribución Personal de Indígenas que fue


decretada por el poder legislativo, golpeando a los terrarenientes serranos y favorecido el
flujo de mano de obra a las plantaciones de la Costa. Los hacendados de la Sierra Norte
se mostraban descontentos. Los acuerdos sobre los intereses diferidos de la deuda
inglesa iban a constituir el detonante de la gran crisis nacional de 1859 y el principio del fin
de la caída de Robles.

El ministro de Hacienda, Francisco de Paula Icaza, y el encargado de Negocios


de Inglaterra, Jorge S. Prittchet, habían llegado a un acuerdo sobre los intereses diferidos
de la deuda inglesa. Diferidos respecto del Acuerdo Espinel-Mocatta de 1855. Ecuador
concedía a los acreedores la explotación y colonización de un millón de cuadras
cuadradas a orillas del Zamora y otro millón en las del Bobonaza, ambos en tierras
amazónicas de soberanía ecuatoriana. Los colonos extranjeros debían reconocer la
soberanía nacional sobre los terrenos explotados y sobre los pueblos que se crearan.

El presidente provisional del Perú, mariscal Ramón Castilla, envió a Quito al ministro Juan
Celestino Cavero para que protestara por el Convenio Icaza-Prittchet suscrito en
septiembre de 1857. Cavero sostenía que por ese convenio Ecuador había pagado a los
acreedores británicos con territorios arnazónicos peruanos, y que Ecuador favorecía así el
establecimiento de una potencia colonialista en suelo americano. Cuatro veces protestó
Cavero. Las cuatro con arrogancia. Cavero se portó como un intrigante y malcriado. El
gobierno de Robles perdió la paciencia, suspendió el diálogo con Cavero y envió a Lima
como plenipotenciario a Francisco de Paula Icaza, quien había suscrito el impugnado
convenio. Cuando Cavero regresaba a Perú por la vía de Guayaquil, algunos porteños
exaltados tiraron un "año viejo" al balcón de la casa donde dormía el peruano. El grosero
"Año Viejo" representaba a Cavero y a Castilla. Cavero llevó el cuerpo del delito al
Congreso peruano, que, en sesión secreta, posesionó a Castilla y autorizó la guerra contra
Ecuador. El presidente Robles pidió las extraordinarias aduciendo una invasión peruana.
Era julio de 1858.

Cuando Robles pidió las extraordinarias, Gabriel García Moreno lo acusó de inventarse
este pretexto para desviar la atención pública del negocio de una supuesta venta de
las islas Galápagos que "enriquecía a los autores de (ese) inicuo plan". La invasión,
empero, no era un pretexto. Castilla había dispuesto que un crucero, dos fragatas, dos
transportes con cinco batallones, dos regimientos y un escuadrón de artillería bloquearan
la costa ecuatoriana el 26 de octubre de 1858. Al día siguiente, el Congreso ecuatoriano
movido por Gabriel García Moreno y Pedro Moncayo revocó las facultades extraordinarias
concedidas al presidente Robles. Este, valiéndose de los diputados gobiernistas, disolvió
el Congreso.

Robles, sufriendo gran oposición en Quito, trasladó la capital a Riobamba el 4 de


noviembre de 1858 y el 12 de enero de 1859 a Guayaquil para defenderla de la ofensiva
peruana. En los siguientes meses, hubo mediaciones internacionales por parte de Nueva
Granada, Chile y el Cauca, los cuales proponian la partición del Ecuador a favor de Perú,
mientras que en abril de 1859, Manuel Tomás Maldonado, comandante de la División de
Artillera de Guayaquil apresó a Robles y a Urbina, pero fueron liberados por Guillermo
Franco Herrera.8

Gabriel García Márquez. Biografía:


Su primera obra, La hojarasca, se publica en 1955. En esa
misma fecha viaja a Europa por primera vez y se queda allí
cuatro años, viviendo en Ginebra, Roma y París. Durante su
estancia en Francia, donde atraviesa dificultades económicas,
escribe El coronel no tiene quien le escriba y La mala
hora (publicadas en 1961 y 1962, respectivamente).
Regresa a América en 1958 y se instala temporalmente en
Venezuela, donde compagina una intensa actividad periodística
con la escritura de los relatos de Los funerales de la Mamá
Grande (1962). Tras pasar unos meses en Cuba, donde acaba
de triunfar la revolución, y vivir un tiempo en Nueva York como
corresponsal, decide establecerse en México. Allí trabaja en
publicidad y escribe su primer guión para el cine, El gallo de oro,
en colaboración con Carlos Fuentes.
Unos años después, en 1967, publica la que pronto se convierte
en su obra más conocida, y a cuya escritura dedica más de un
año de intenso trabajo: Cien años de soledad. El éxito es
inmediato, agotándose la primera edición en apenas unos días,
y para alejarse de la fama decide ir a Barcelona, donde vive de
1968 a 1974. Allí escribe El otoño del patriarca (publicado en
1975) y cuentos como Isabel viendo llover en Macondo (1968)
o Relato de un náufrago (1970).
En los años sucesivos alterna su residencia entre México,
Cartagena de Indias, La Habana y París. En 1982 recibe el
Premio Nobel de Literatura y más adelante escribe El amor en
los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989)
y Doce cuentos peregrinos (1992). En ese tiempo participa
también en la fundación de la Escuela de Cine de San Antonio
de los Baños (Cuba), donde dirige anualmente un taller de
guión.
Tras obras como Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de
un secuestro (1996) publica en 2002 Vivir para contarla, donde
narra aspectos biográficos de su infancia y juventud. Sus
últimas obras publicadas son Memoria de mis putas
tristes (2004) y Yo no vengo a decir un discurso (2010).
Muere en México D.F. el 17 de abril de 2014. Los herederos de
Gabriel García Márquez depositaron el 24 de febrero de 2015 en
la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado del
escritor in memoriam.
Jerónimo Carrión:
Luego de la segunda elección popular y directa que se celebraba en 1865, ascendió al
poder el 7 de septiembre de 1865, reemplazando al presidente Gabriel García Moreno
(1861-1865) como candidato oficialista.

La nueva presidencia constitucional demostró honestidad y lealtad notables; honestidad de


procedimientos, lealtad a los principios. Pero dejó ver una falta de energía, de la que
abusaron los adversarios del régimen actual y los que aún no perdonaban la vigilancia y la
severidad del anterior. El fracaso de este Gobierno en el que cualquier otra época habría
sido un gobierno constructivo y de lata significación histórica, dio principio en el contraste
de caracteres entre García Moreno y Jerónimo Carrión. El Ministro de Gobierno
Bustamente, asumió el solo todas las funciones del régimen, al extremo que todo el país
notaba la falta de voluntad del Presidente.

La administración se desenvolvía en un clima de paz y de tolerancia. Ejemplo de ello es la


libre publicación de escritos como El Cosmopolita de Juan Montalvo y el regreso del
funcionamiento de las organizaciones masónicas que había sido expulsadas del país por
los conservadores y García Moreno.1
En lo eclesiástico, se intento suspender el Concordato firmado con la Santa Sede por su
predecesor presidencial y poner de nuevo en vigor el patronato regio.2

Las obras continuaron prosperando, no se interrumpió el programa garciano,


especialmente en la construcción de carreteras. La educación siguió en su adelanto con la
fundación de los colegios: Pedro Vicente Maldonado de Riobamba, Pedro Carbo de
Guaranda y el Conservatorio de Música de Guayaquil.

Se aceptó y decretó la creación del Himno Nacional del Ecuador, se impulsó la agricultura
en la provincia de Tungurahua y se fundó el Hospital de San Vicente de Paúl en
Latacunga.

Carrión tuvo que afrontar en parte la Guerra hispano-sudamericana, en la que Chile, Perú
y Ecuador intervinieron conjuntamente en acciones bélicas marítimas contra la flota
española que había declarado la guerra a Chile y al Perú.

En el Congreso Nacional, Pedro Carbo Presidente en el Senado y Antonio Flores Jijón en


la Cámara de Diputados, se elevaron acusaciones al régimen, cuya respuesta fue: una
conspiración oportunamente develada, de cuyo resultado fueron reducidos a prisión
algunos legisladores implicados en el movimiento subversivo; se hizo notar claramente el
abuso del Ministro de Gobierno Bustamante, quien tuvo que dimitir, luego a un acuerdo
con el Congreso.

Javier Espinosa y Espinosa:


Tomó posesión del mando el 20 de enero de 1868. Personajes de mucha prestancia
colaboraron en el gobierno como los doctores Camilo Ponce y Julio Castro.

A pesar de haber sido elegido gracias al respaldo de Gabriel García Moreno, durante su
gobierno obró con total independencia y apego a la ley, respetando las libertades y
evitando todo tipo de persecución y represión política.

Se propuso como programa, tratar de reconciliar a los enfrentados partidos conservador y


liberal. Esta independencia de gobierno disgustaba a García Moreno, porque creía
favorecía a los seguidores de José María Urbina, su gran enemigo. Pero la actitud de
García no preocupaba mucho a Espinosa, porque este estaba convencido de que la
popularidad de aquel había disminuido

. Gabriel García Moreno:


Gabriel García Moreno fue uno de los últimos 8 hermanos y el quinto varón entre ellos. 2627
Su padre, el hidalgo español Gabriel García-Yangüas y Gómez de Tama y de la Orden,
que era originario de Villaverde del Monte28 en la provincia de Soria, realizó sus estudios
en Cádiz, lo que le permitió trabajar en la oficina de uno de sus tíos (Martínez de Aparicio,
quien fue secretario de Carlos III de España). Hacia finales de 1793, Gabriel García-
Yangüas decidió buscar fortuna en las Américas y se embarcó en la fragata «Nuestra
Señora de las Nieves». Se estableció en Guayaquil y llegó a ser procurador del síndico de
la ciudad.29 Se casó con Mercedes Moreno, que era hija de Manuel Ignacio Moreno,
Caballero de la Orden de Carlos III y regidor perpetuo del ayuntamiento de Guayaquil.

La familia García Moreno se distinguió como realista,29 y durante los tiempos de la


revolución de independencia de España de acuerdo a la mayoría de los biógrafos había
caído en desgracia.30 Dadas las circunstancias Mercedes Moreno decidió hacerse cargo
de la educación de su hijo, quien leía y escribía a la edad de siete años. 26 El biógrafo
Augusto Berthe describe a Gabriel como un chico tímido durante su infancia y, de acuerdo
al mismo autor, su padre curó su cobardía a la oscuridad y a las tormentas. 31 Este autor
además asegura que en una ocasión, durante una noche, yacía un cadáver en medio de
una sala solitaria, y el padre de Gabriel le ordenó que fuera allí a encender una bujía; el
niño obedeció a pesar de su temor.31 Uno de los frailes mercedarios, el padre Betancourt,
del antiguo convento de Nuestra Señora de la Merced, dentro de la Iglesia de la
Concepción en Guayaquil,32 y cercano a la casa de los García Moreno, se hizo cargo de la
educación del joven Gabriel. Con esto, Gabriel llegó a dominar el latín. Además mostró
una gran facilidad para el aprendizaje de las diferentes asignaturas.33

Antonio Borrero Cortázar:


Fue elegido presidente de Ecuador en las elecciones presidenciales de octubre de 1875.
Ganó de una sola vez

Borrero prometió "desmentir a García Moreno y gobernar con guantes de seda". Lo


cumplió. Hubo libertad de prensa, respeto a las garantías ciudadanas, honradez y
aplicación al trabajo. Trató de mantener y perfeccionar lo que de positivo tuvo la
administración garciana. Se opuso a que los jesuitas alemanes dejaran la Politécnica, pero
prevaleció la voluntad de esos científicos. Mejoró la calidad de la enseñanza en las
escuelas rurales. Entre otras cerró el funcionamiento de la Escuela Politécnica Nacional en
1876 debido a la línea lineal de su tienda política y razones políticas del momento.

Renegoció la deuda externa, atendió a la buena conservación de los caminos, abrió otros
nuevos y celebró algunos tratados con Colombia sobre extradición de reos, propiedad
literaria y comercio. En la administración de Borrero se dio un gran debate constitucional.
Borrero había prometido reformar la Constitución de 1869 y empezó a hacerlo. Según él,
no había otro medio legal que discutir las reformas en el Congreso, llevara el tiempo que
llevara. Pero los liberales más radicales no veían otra salida que la de convocar una
Asamblea Constituyente para armar una nueva Constitución.

El Club "Libertad Rocafuerte-Libertad de Estudios", de Santa Elena, provincia de Santa


Elena, pidió a Borrero convocarla de inmediato. Firmaron la petición 36 "vecinos"; pero la
tesis contaba con el respaldo de muchos, entre ellos, Montalvo y el periódico guayaquileño
"El Popular", violentamente antirreligioso, dirigido por Mariano Alfaro, hermano menor de
Eloy Alfaro. Ecuador se dividió entre constitucionalistas y convencionalistas.

Fue un gran debate, racional y apasionado. Borrero escuchó a unos y otros a lo largo del
primer trimestre de 1876. Consultó al Consejo de Estado y el 6 de abril dijo no a la
Convención . El texto de la negativa del ministro de lo Interior fue el siguiente: "La
convocatoria a la expresada Asamblea sería, si se expidiese, ilegal e inconveniente. Ni los
interesados en ella han tenido justo derecho para solicitarla ni el Poder Ejecutivo tiene
facultad para expedirla. Dictada por la Autoridad, sería arbitraria y despótica; proclamada
por los ciudadanos, revolucionaria y anárquica; y en uno y otro caso, inválida y punible.
Niego, por tanto, el decreto solicitado ...". Con esta respuesta, Borrero se puso la soga al
cuello.

Elegido presidente en 1875, depuesto, encarcelado e incomunicado por el general Ignacio


de Veintimilla en 1876, vivió en el exilio en Colombia, Perú y Chile hasta 1883. Fue
gobernador del Azuay entre 1888 y 1892. Luego se retiró de la vida pública hasta su
muerte. Periodista filosófico y a veces duro, académico de la Lengua, ensayista de la
política y el derecho, biógrafo de fray Vicente Solano, respetado jurista, escribió entre otras
obras "Refutación del libro titulado 'García Moreno, presidente del Ecuador, vengador y
mártir del derecho cristiano', escrito en francés por el padre redentorista Alberto Berthe ".

Murió en digna pobreza el 9 de octubre de 1911.

Ignacio de Veintemilla:
En 1845, fue subteniente en el gobierno del presidente Vicente Ramón Roca. En 1849,
ascendió a teniente; en 1854 fue Capitán y combatió al gobierno del presidente Diego
Noboa. Por entonces contrajo matrimonio con Yolanda Tinajero Llona, la cual falleció al
igual que sus hijos en pocos años.

Entre 1857 y 1858 fue guardaespalda de su tío político: el senador Gabriel García Moreno,
esposo de su tía Rosa Ascázubi y Matheu.

En 1860, figuró en la Batalla de Guayaquil. El 24 de septiembre comandó el Primer


Regimiento en el paso del estero Salado y tras la toma de Guayaquil fue ascendido
a Coronel y le concedieron la Medalla al Arrojo Asombroso que dispuso el Congreso.

En 1863, fue comandante del Regimiento de Lanceros y poco después ascendió a primer
jefe de la Artillería de Quito. Había formado la empresa llamada “Veintemilla y Co.”, que en
octubre recibió la concesión del gobierno para construir un astillero en gran escala en
Guayaquil, pero el proyecto no se pudo llevar a cabo por falta de capital.

En 1866 ocupó el Ministerio de Guerra y Marina con el presidente Jerónimo Carrión. A


principios del 67 lo encargó al general Julio Sáenz y se trasladó a la costa, levantando
importantes fortificaciones en Santa Elena, Sono, y Sagal. En la entrada del puerto de
Guayaquil, en la Planchada, las Cruces y Saraguro colocó varias líneas de torpedos, pues
la Armada española del Almirante Casto Méndez Núñez merodeaba por el Pacífico,
amenazando con bombardear varios puertos. Ese año fue ascendido a general de
brigada y mandó una escolta al Congreso Nacional con el fin de acallar las protestas de los
legisladores.

En marzo de 1869, se produjo en Guayaquil la fallida revolución de su hermano José de


Veintemilla contra el gobierno de facto de Gabriel García Moreno, que fue asesinado y
desde entonces la custodia de su sobrina Marietta de Veintemilla de solo 11 años pasó a
ser su responsabilidad. Gabriel García Moreno dispuso la prisión de numerosas personas
en Guayaquil y Quito. A Ignacio de Veintemilla, que se hallaba en una pequeña propiedad
agrícola en Pomasqui, le tomaron por sorpresa y llevaron a Quito apresado,
fue desterrado por las selvas de Mindo y Esmeraldas, bajo fianza que fijó en 10 000 pesos.

José María Plácido Caamaño:


La Convención de 1883 estuvo integrada "por los mejores hombres de la República".
Participó en un golpe de Estado, Expidió la décima Constitución, que, a juicio del
historiador Julio Tobar Donoso, "otorgó las libertades más preciadas: asociación, petición,
sufragio, industria, enseñanza y pensamiento, respetando, en cuanto a la última, la
religión, la decencia, la moral y la honra y sujetándose en estos casos a la responsabilidad
legal". José María Plácido Caamaño fue elegido presidente constitucional por 43 votos; los
13 representantes liberales votaron por Alfaro; Luis Cordero recibió dos votos y hubo uno
en blanco.

La ceremonia del juramento tuvo lugar en la Catedral el 10 de febrero de 1884 a las doce
del día. En su discurso de posesión Caamaño fue muy pareo, no hizo promesas ni delineó
un programa: Mi único fin será buscar "la ventura nacional, sin miras dañadas, con un
corazón sano y una conciencia recta... y conservar la paz e ir después sin odios y sin
venganza a buscar el dulce reposo del hogar". Cuando Caamaño terminó su periodo
presidencial,-anota el historiador José María Le Gohuir, "más de 500 personas
pertenecientes a todas las categorías políticas le formaron un cortejo de honor; y se dio a
luz un voluminoso álbum de votos de aplauso, colectivos y personales, reunidos de toda la
República".

Antonio Flores Jijón:


En 1860, formó parte de la expedición armada comandada por su padre y Gabriel García
Moreno participando de la toma de Guayaquil por asalto. García Moreno fue proclamado
Presidente del Ecuador en 1861 y Antonio Flores «joven amabilísimo, en extremo
generoso, amigo de sus amigos y muy indulgente con sus mismos enemigos, a quienes
trataba con una bondad que ya pecaba de excesiva» fue enviado a Francia, de Ministro
Plenipotenciario del Ecuador ante la corte del Emperador Napoleón III.

En 1861, García Moreno lo nombra como ministro de negocios en Francia con órdenes de
agilitar el proceso del protectorado francés que habían solicitado para Ecuador. Allí
propuso (según la documentación expuesta por el investigador Robertson, que recorrió los
archivos europeos por años) un plan que comprendía la cesión de las islas Galápagos al
imperio francés, así como de las tierras situadas a orillas del Río Amazonas y que
pertenecían al país. Flores Jijón también habló del compromiso ecuatoriano de adoptar
todos los medios para el establecimiento de una monarquía de ser necesario, misma que
podía incluir al Perú y otros países de Sudamérica bajo la corona de un príncipe designado
por Napoleón III, y para no despertar los celos de otros estados, podría llevar el nombre
de Reino Unido de los Andes.5

Luis Cordero Crespo:


En enero de 1869, subió al poder Gabriel García Moreno, enemigo de Cordero, que
comenzó a seguir a sus opositores para fusilarlos[cita requerida]. Cordero cayó prisionero bajo el
pretexto de que quería hacer una rebelión contra García Moreno y fue llevado a un cuartel
por soldados[cita requerida]. Cordero estaba en el medio de la escolta, cuando un soldado
furibundo garcista, tomó su fusil y le dio culatazos y golpes muy duros en la cabeza. Este
salvaje abuso causó mucha indignación a las autoridades, las cuales estaban
avergonzadas y balbucearon algunas disculpas y lo pusieron en libertad ese mismo
día [cita requerida].

En marzo de 1869, dos meses después de la agresión, el gobernador del Azuay, Carlos
Ordóñez Lazo, lo desterró a Loja bajo la falsa acusación[cita requerida] de haber apoyado el
golpe del general José de Veintemilla en Guayaquil en contra García Moreno. El
Gobernador Ordóñez también desterró al suegro de Cordero, Dn. Miguel Heredia Astudillo,
con quien Ordóñez mantenía una vieja pugna por ser ambos exportadores de cascarilla y
competidores en dicho negocio. Cordero partió con su suegro a Loja, en donde murió este
último, quien era un anciano. Poco después de una revuelta de estudiantes en Cuenca
contra el Gobernador Ordóñez, Cordero fue liberado.

En abril de 1875, realizó una de las primeras exploraciones a Gualaquiza, publicando sus
relatos en un libro de viaje: Una excursión a Gualaquiza, aparecido el 4 de agosto de ese
año.

En agosto de 1875 viajó a Lima, ciudad de donde trajo nueve pequeños ejemplares de
árboles araucaria excelsa, y a su regreso a Cuenca sembró a ocho de ellos en la plaza
Vargas Torres, actual parque Calderón de Cuenca, y el restante en el jardín de su casa en
esa ciudad. En la actualidad (2014), esos árboles todavía están en pie. Durante el
Gobierno de Antonio Borrero, amigo suyo, Cordero ocupó las funciones de Jefe Político de
Cuenca desde 1875 hasta 1876.

En el año de 1877, publicó algunas artículos en los que demostraba su contrariedad con el
Dictadura del Gral. Ignacio de Veintemilla. En 1880 envió a la Exposición Nacional
de Guayaquil una colección completa de cereales azuayos, minerales y plantas de esa
provincia, obteniendo Medalla de Oro y de Bronce, así como la designación de Miembro
Honorario de la Sociedad Filantrópica del Guayas.

Eloy Alfaro:
Se unió al general Ignacio de Veintemilla en la llamada Revolución de Veintemilla y se
distinguió en el Combate de Galte, la batalla que consolidó la Jefatura Suprema del
general. Pronto se decepcionó de él, volviendo a Panamá, regresó a Guayaquil en abril de
1878 para combatirlo. En noviembre de ese año fue apresado y cargado de grillos hasta
marzo de 1879. Gracias a la valiente defensa de Montalvo fue puesto en libertad y
expulsado a Panamá. Como su fortuna material había venido a menos, pues con ella
financiaba su activismo libertario y porque Panamá había entrado en crisis económica,
Alfaro cayó en la pobreza. Trabajó como periodista, pero volvió a la lucha armada en 1882
al proclamarse Veintemilla nuevamente dictador. Cuando Alfaro contó a su madre que se
aproximaba la guerra civil, recibió de ella esta bendición: 'Bien está. Vaya usted a cumplir
sus deberes con la patria'.

Artículo principal: Guerra civil ecuatoriana de 1882-1883

Se embarcó para Esmeraldas y asumió la dirección del movimiento armado, pero fue
vencido y tras un escape prodigioso y lleno de sufrimientos a través de los Andes y la
selva llegó a Panamá. Volvió otra vez a combatir en la campaña de la Restauración, lo que
le valió ser nombrado Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas. Los opositores le echaron
en cara el decreto del 2 de julio de 1883, en el que ordenaba que los "sindicados sean
juzgados sumaria y verbalmente sin apelación" y que "los bienes de todos estos criminales
se les confisquen mientras dure la guerra y para emplearlos en sostener la guerra".

Sus tropas fueron las primeras en cercar a Guayaquil. Combatió en la batalla del 9 de julio
de 1883 y entró triunfante en la ciudad. Convocada la asamblea constituyente de 1884,
renunció a la Jefatura Suprema de Esmeraldas y Manabí, recibió la confirmación de su
grado de general y se exilió del Ecuador.

Poco después, volvió para combatir al presidente José María Plácido Caamaño y liderar a
los montoneros en la conocida como Revolución de los Chapulos. En diciembre de 1884
perdió el Combate naval de Jaramijó en el vapor "Pichincha", antes "Alajuela" (como la
ciudad donde fue exiliado en Costa Rica y donde iniciado en la francmasonería regular),
contra la flotilla del presidente Caamaño, comandada por el general Reinaldo Flores. Para
no rendirse, encalló la nave y la incendió. Escapó a Panamá atravesando Colombia en una
odisea plagada de dificultades de la que salió nimbado con la aureola de héroe mítico
siempre derrotado pero jamás definitivamente vencido. "General de las Derrotas" lo
llamaban entre despectivos y asombrados sus grandes enemigos conservadores.

Durante sus exilios, recorrió Centroamérica, siendo el Congreso de Nicaragua el que le


otorgó el grado de General de División en ese país. Según declaró el gobierno del
presidente Rafael Correa en 2012, Alfaro nunca llegó a ser general en el Ejército
ecuatoriano, por lo que Correa lo ascendió post mortem al grado de General de Ejército,
máxima jerarquía del Ejército ecuatoriano en la actualidad, pero que no existía en su
época, en una ceremonia especial el 5 de junio de 2012.

Historiadores militares como el exalcalde de Quito y héroe de la Guerra del Cenepa,


general (r) Paco Moncayo, aclararon que Eloy Alfaro fue legalmente General de División
del Ejército del Ecuador desde el 24 de agosto de 1895.2 y que no fue "General de
Ejército" por no existir ese rango en su época. Alfaro fue ascendido por el Consejo de
Ministros cuando ya ostentaba la Jefatura Suprema de la República, según reza el decreto
respectivo, que menciona sus triunfos en los combates de la guerra civil de ese año, como
Gatazo.

Moncayó precisó que según documentos del Ministerio de Guerra y Marina del Ecuador de
1900, que publicó en ese año el Escalafón Militar de los generales ecuatorianos, con sus
respectivas antigüedades, Eloy Alfaro fue nombrado General de Brigada el 2 de febrero de
1883, durante la guerra civil que derrocó al general Ignacio de Veintimilla, quien ejercía de
"Jefe Supremo y Capitán General de los Ejércitos de la República", es decir, de dictador. 3
Leónidas Plaza Gutiérrez:
El 14 de noviembre de 1884 plegó en Charapotó a la revolución liberal contra el presidente
Caamaño y formando parte del contingente armado de su pariente Juan Francisco
Centeno pasó a Bahía y se embarcó en diciembre en el vapor "Alajuela":

Al día siguiente se produjo el desigual combate naval de Jaramijó. El Alajuela dio buena
cuenta del Huacho en pocos minutos. Plaza estuvo entre los primeros que abordaron con
Fidel Andrade y el Contramaestre Pancho Domínguez; las restantes fuerzas navales del
gobierno al mando del General Reinaldo Flores llegaron a toda máquina en el "Nueve de
Julio", tratando de ayudar a los suyos, pero hallaron a los dos barcos incendiados, que se
iban a pique.

Mientras tanto Alfaro y los suyos habían ganado las playas a nado y se internaban en las
selvas de Esmeraldas, combatiendo en retirada hasta las fronteras por Tumaco.

Después de sufrir esta odisea huyó a Panamá y estuvo que ganarse la vida como simple
jornalero, pero el 18 de agosto de 1885 el gobierno colombiano le obligó a salir de allí.
Entonces Alfaro le recomendó ante su amigo personal Francisco Menéndez, político liberal
y Presidente de la República de El Salvador, quien lo ascendió a Mayor, le confió la
custodia de la plaza fuerte de Santa Ana y en 1889 lo ascendió a Gobernador del
Departamento de Sonsonate, con capital en el Puerto La Unión.

Contra él se levantó el caudillo conservador Carlos Ezeta y en la lucha murió Menéndez en


1890. Plaza se plegó a Ezeta y fue ascendido a Coronel y destinado a la guerra contra
Guatemala. Entonces se rebeló contra Ezeta el General José María Rivas, apoyando al Dr.
Rafael Ayala, que como Vicepresidente de la República de El Salvador en tiempos de
Menéndez era el llamado a asumir el mando. Plaza salió en defensa de Ezeta y fue
derrotado por el General Letona, mereciendo la repulsa de su jefe Ezeta que hasta llegó a
amenazarlo con el fusilamiento, pero después cambió de idea y lo envió a la frontera
hondureña en persecución de unos guerrilleros. Llegado Plaza a la población de
Sensuntepeque, que acababa de ser desocupada por los guerrilleros, la condenó al
saqueo. Ezeta le premió con la Subsecretaría de Guerra y le mandó a la frontera con
Guatemala.

Lizardo García:
Regresó a Guayaquil en 1898, fue elegido senador y vicepresidente del Senado. Impulsó
los proyectos de las leyes de Bancos y de la Moneda. En 1899 ocupó la presidencia de
la Municipalidad de Guayaquil y dirigió la Junta de Canalización que dotó con la planta
proveedora de agua al Cuerpo de Bomberos y aumentó el caudal de agua potable. En
el pánico bancario de 1901, fue nombrado "liquidador de la quiebra" del Banco Comercial y
Agrícola, pero su gestión fue tan eficaz que logró rehabilitar el banco en pocos meses. En
1903, el presidente Leonidas Plaza lo designó comisionado Fiscal en Londres para tratar el
arreglo de cuentas de la construcción del ferrocarril. Luego de cinco meses de gestión
publicó el folleto "Deuda Externa".

En 1905 fue elegido presidente de la República. Depuesto en enero de 1906 por Alfaro,
viajó con salvoconducto a Barcelona, de donde retornó en 1912 casi ciego por la
enfermedad del glaucoma. En Barcelona escribió el folleto "La propiedad en su aspecto
sociológico". En 1923 el Concejo Cantonal le declaró "Hijo Benemérito de la Ciudad de
Guayaquil". Su fortuna había disminuido, pero en 1931 heredó de su hijo "La Linda",
hacienda de 20 mil hectáreas en Balzar.
Murió en Guayaquil el 29 de mayo de 1937 a los 93 años de edad. Bondadoso, gentil,
sencillo, simpático, amiguero y deferente con todos, tocaba la flauta y poseía muy bien el
francés. Le gustaba la comida criolla y especialmente el pescado al vapor y la avena con
leche, azúcar y canela.

Emilio Estrada:
Pese a su amplio triunfo en las elecciones presidenciales de 1911, el presidente Eloy
Alfaro quiso prorrogar su presidencia y buscó excusas para pedir a Estrada que renuncie
antes de posesionarse de la presidencia. Una de esas excusas fue que tenía problemas
cardíacos (que no los había tenido nunca antes) y otra excusa era que Estrada no era
popular (después de un triunfo arrollador en las elecciones). Como Estrada no aceptó las
intimaciones de Alfaro, el presidente convocó un Congreso Extraordinario para
descalificarlo, pero no lo consiguió. El 3 de julio de 1911 a las once de la mañana y dos
meses antes de que Estrada se posesionara, el general Emilio María Terán, su partidario,
fue asesinado por el coronel Luis Quirola en el bar del Hotel Royal de Quito. Terán
complotaba para deponer a Alfaro. El alfarismo explicó el asesinato como un crimen de
faldas; la oposición, como un crimen político. El 11 de agosto de 1911, varios cocheros
partidarios de Terán asesinaron a Quirola, que guardaba prisión en el Panóptico. Ese
mismo día 11 al grito de "¡Abajo la dictadura! ¡Viva Emilio Estrada! ¡Viva la Constitución!",
muchos soldados y una fuerte poblada asaltaron el Palacio de Carondelet para capturar a
Alfaro. El ministro de Chile, Víctor Eastman Cox, fue a Palacio, condujo al presidente a
su embajada y le salvó la vida a él y a la familia. Carlos Freile Zaldumbide, cabeza del
Senado, exigió, amenazado por el pueblo, la renuncia de Alfaro. Este contestó: "No deseo
que por mi interés personal se derrame una sola gota de sangre" y renunció. Tropas de la
Segunda Zona Militar al mando del general Ulpiano Páez avanzaban sobre Quito para
defender a Alfaro. Alfaro convenció a Páez de que desistiera del intento y Páez así lo hizo.

Leónidas Plaza Gutiérrez:


El 14 de noviembre de 1884 plegó en Charapotó a la revolución liberal contra el presidente
Caamaño y formando parte del contingente armado de su pariente Juan Francisco
Centeno pasó a Bahía y se embarcó en diciembre en el vapor "Alajuela":

Al día siguiente se produjo el desigual combate naval de Jaramijó. El Alajuela dio buena
cuenta del Huacho en pocos minutos. Plaza estuvo entre los primeros que abordaron con
Fidel Andrade y el Contramaestre Pancho Domínguez; las restantes fuerzas navales del
gobierno al mando del General Reinaldo Flores llegaron a toda máquina en el "Nueve de
Julio", tratando de ayudar a los suyos, pero hallaron a los dos barcos incendiados, que se
iban a pique.

Mientras tanto Alfaro y los suyos habían ganado las playas a nado y se internaban en las
selvas de Esmeraldas, combatiendo en retirada hasta las fronteras por Tumaco.

Después de sufrir esta odisea huyó a Panamá y estuvo que ganarse la vida como simple
jornalero, pero el 18 de agosto de 1885 el gobierno colombiano le obligó a salir de allí.
Entonces Alfaro le recomendó ante su amigo personal Francisco Menéndez, político liberal
y Presidente de la República de El Salvador, quien lo ascendió a Mayor, le confió la
custodia de la plaza fuerte de Santa Ana y en 1889 lo ascendió a Gobernador del
Departamento de Sonsonate, con capital en el Puerto La Unión.

Contra él se levantó el caudillo conservador Carlos Ezeta y en la lucha murió Menéndez en


1890. Plaza se plegó a Ezeta y fue ascendido a Coronel y destinado a la guerra contra
Guatemala. Entonces se rebeló contra Ezeta el General José María Rivas, apoyando al Dr.
Rafael Ayala, que como Vicepresidente de la República de El Salvador en tiempos de
Menéndez era el llamado a asumir el mando. Plaza salió en defensa de Ezeta y fue
derrotado por el General Letona, mereciendo la repulsa de su jefe Ezeta que hasta llegó a
amenazarlo con el fusilamiento, pero después cambió de idea y lo envió a la frontera
hondureña en persecución de unos guerrilleros. Llegado Plaza a la población de
Sensuntepeque, que acababa de ser desocupada por los guerrilleros, la condenó al
saqueo. Ezeta le premió con la Subsecretaría de Guerra y le mandó a la frontera con
Guatemala.

Poco después, en audaz maniobra que tuvo buen resultado, Plaza y Antonio Ezeta,
hermano del Presidente de la República de El Salvador, atacaron a Rivas en la capital
salvadoreña, venciéndolo. De allí en adelante pasó a desempeñar la Inspección General
de Aduanas, hasta que el General Amaya le convenció para conspirar contra Ezeta, pero
la trama fue descubierta y fue expulsado a California.

Al arribar a Acapulco telegrafió a Antonio Ezeta pidiéndole protección y el presidente "le


colmó de aprobios por su deslealtad" en dos telegramas que mandó a publicar en los
periódicos.

Plaza comprendió que ya nada más podía hacer en Centroamérica, regresó a Panamá
"donde lavó botellas", siguió a Guayaquil y tomó a consignación varios cientos de quintales
de azúcar en Valdez y Cía. que llevó a vender a Nicaragua, donde se puso al servicio del
presidente conservador Roberto Sacasa en 1892, contra quien conspiró al poco tiempo el
General liberal Juan de Dios Zelaya, que triunfó en la batalla de Masalla.

Plaza figuró entre los vencidos, pero usando de la Influencia de Alfaro consiguió
nuevamente entrar al ejército nicaragüense, aunque por poco tiempo, pues se dedicó a
conspirar con un señor Ortiz hasta que fueron sorprendidos y expulsados a Costa Rica en
1893, donde el presidente Rafael Iglesias Castro el 8 de diciembre le nombró Comandante
de armas del puerto de Alajuela con el grado de General.

Ese año y con motivo del serio conflicto con el Perú, se apresuró a enviar un telegrama
ofreciendo su espada y persona en la defensa de la integridad territorial ecuatoriana y
como el asunto no pasó a mayores, siguió viviendo en Costa Rica.

En junio del 95 se valió de cuanto medio estuvo a su alcance para que Alfaro le trajera a
Guayaquil y no lo consiguió por su pasada conducta. En el puerto, varios familiares y
amigos intercedieron en su favor y finalmente Alfaro consintió en su venida.

Llegó cuando el ejército había viajado a la sierra y estuvo en Cajabamba poco antes de la
batalla de Gatazo, donde prestó oportuna ayuda a Medardo Alfaro en lo más recio del
combate, en calidad de Jefe de Estado Mayor y a la cabeza del batallón Daule, que
sostuvo en todo momento los fuegos.

Desde el 26 de enero de 1896 fue designado Gobernador del Azuay, pero renunció a las
pocas semanas dejando en su reemplazo al Coronel Carlos Otoya, quien tuvo que hacer
frente a la reacción conservadora del 23 de mayo de ese año, apoyándose en el Coronel
Ullauri, para dispersar a los revolucionarios del Azuay.

A principios de junio regresó a la sierra y se puso a las órdenes del General Juan
Francisco Morales, quien le nombró Comandante en Jefe de la Campaña del centro. El 3
de julio batió a las guerrillas conservadoras en Quimiag, al tiempo que el presidente Alfaro
las arrollaba en Chambo. Luego siguió con Flavio Alfaro al punto denominado Santo
Domingo y en Huapante derrotaron al Coronel Francisco Bucheli y lo ahuyentaron; en
Cuenca la situación era muy diferente pues la ciudad acababa de ser ocupada por los
conservadores del General Antonio Vega Muñoz. Alfaro se dio cuenta de la gravedad del
momento y dejando de Gobernador del Chimborazo al coronel Daniel Andrade y de
Comandante de Armas a Plaza, se trasladó con el grueso del ejército y tomó Cuenca el 23
de agosto, mientras Plaza abandonaba Riobamba y abría operaciones en el Tungurahua
ayudado por el Coronel Pedro Concha que triunfó en Daldal el 18 de agosto.
En octubre asistió como diputado a la Convención Nacional que se inauguró en Guayaquil
y Alfaro le obtuvo la concesión del Generalato, confirmándole el grado que ya había usado
en Centroamérica.

En 1898 viajó a esas repúblicas. En 1900 fue Comandante en Jefe de las provincias del
Sur con sede en Loja, salió electo Diputado por Esmeraldas y cumplió en todo con la
voluntad del presidente Alfaro, incluso acostumbraba viajar las mañanas a Pomasqui
donde veraneaba la familia presidencial y empezó a cortejar a América Alfaro, de solo
quince años, hija del viejo luchador, quien como padre amoroso, se emocionó y hasta
pensó en algún momento en planes matrimoniales.

En 1901 volvió a la Cámara de Diputados y con el apoyo oficial la presidió, respaldando


todos los proyectos del gobierno, especialmente el relacionado con el empresario
estadounidense Archer Harman para la construcción del ferrocarril Guayaquil.

Alfredo Baquerizo Moreno:


En 1912 fue encargado del poder por 20 días, el Congreso elegido juntamente con el
presidente, tuvo mayoría placista. Instalado el Parlamento resultó elegido Presidente del
Senado y automáticamente Presidente del Congreso el Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, que
al dejar el poder el Dr. Francisco Andrade Marín, se encargó del mismo por el espacio de
veinte días, mientras el legislativo escrutara los votos, calificara a Leonidas Plaza y le diera
posesión.

La longevidad del patriarca de las Letras, la Música y la Vida Pública Nacional Alfredo
Baquerizo Moreno -muerto a los 92 años de edad-, puede atribuirse probablemente a su
temperamento ecuánime y a un hogar armonioso poblado de 12 hijos. De él, dice el
historiador Carlos Manuel Larrea: "Inolvidables las gratas conversaciones íntimas cuando
después de fatigantes jornadas de trabajo, me invitaba cariñoso a pasear en automóvil por
los pintorescos caminos de los alrededores de Quito, y olvidando momentáneamente los
graves problemas políticos, me hablaba de libros y escritores, de novelistas y poetas, de
música y de toda manifestación artística... ".

Pertenecía a la oligarquía de Guayaquil, donde nació el 28 de septiembre de 1859. Se


educó en los colegios San Vicente de su ciudad y el San Gabriel de los jesuitas de Quito,
en el Conservatorio de Música y la Universidad Central, en la que se graduó de abogado a
los 24 años de edad. Poeta de la línea postromántica del español Gustavo Adolfo Bécquer,
y novelista, (que) " si alguna vez ha calado en el espíritu de sus personajes, ha sido
cuando ha presentado a alguno de los de la clase media... ", según acota Angel Felicísimo
Rojas en su ensayo sobre La novela ecuatoriana. Compositor de obras musicales, brillante
pianista, políglota, orador parlamentario de alada y armoniosa palabra, miembro de
la Academia Ecuatoriana de la Lengua, presidente de la Corte Superior de Justicia y
profesor de la Universidad de Guayaquil.

Alfredo Baquerizo Moreno:


Baquerizo Moreno gobernó con mano plutocrática y guante de caballero humanista,
concedió amnistía a los conchistas con lo que devolvió la paz interna a Ecuador, y
respaldó políticas sociales de importancia al promulgar la jornada de ocho horas diarias de
trabajo y al abolir la prisión por deudas ("apremio personal"), cuya consecuencia fue la
progresiva desaparición del concertaje, que en realidad solamente cesó, y no del todo, con
la Reforma Agraria de 1964. El concertaje existió principalmente en la Sierra.

El concertaje era un convenio, de ordinario, vitalicio entre el hacendado y el trabajador


campesino carente de tierras (el concierto). Este y su familia se comprometían a trabajar
para un hacendado todo el año o la mayor parte de él por un pago en anticipos de dinero,
grano o animales, un pedazo de tierra prestado (huasipungo) para el sustento de su
familia, una cuota mensual o trimestral en granos, una muda de ropa para el año, el agua
de la hacienda, la leña del monte y un sitio para el pastoreo de sus animales. Aunque
estaba convenido el pago de un jornal, se le descontaban de él los daños en las
sementeras, rebaños y hatos, con lo que el concierto vivía constantemente endeudado. La
deuda se trasladaba a la viuda y a los hijos.

José Luis Tamayo:


José Luis nació en la población de Chanduy, Provincia de Guayas (actualmente en
la Provincia de Santa Elena). Fue el segundo hijo de Manuel Tamayo Roca y de Delfina
Terán, quedó huérfano a temprana edad. Realizó sus estudios en el Colegio de San
Vicente en Guayaquil. Fue profesor de latín y colaboró en varios periódicos. En 1883
obtuvo el título de abogado. Se casó en 1887 con Esther Concha Torres y tuvo cuatro
hijos. Reportero, editor y director trabajó en La Nación (1879), Los Andes (1886), Diario de
Avisos (1887), La Opinión Pública (1888), Revista Literaria y La Reforma (1889). Desde
ellos defendió la causa liberal, condenó el fusilamiento de Luis Vargas Torres y promovió
la candidatura de diputados y senadores. En 1895 integró la comisión que investigó el
caso de "La Venta de la Bandera" y ocupó la jefatura Civil y Militar de Manabí al comienzo
de la Revolución Liberal de 1895. Peleó como soldado en la batalla de Gatazo, que
consolidó a Eloy Alfaro, y obtuvo el grado de cabo primero. Terminada la campaña, Alfaro
lo nombró coronel, pero Tamayo declinó el ofrecimiento por considerarlo
desproporcionado. Trabajó en la jefatura Suprema de Alfaro como Ministro del Interior, y
renunció al poco tiempo por desacuerdos con el general y por defender el derecho a la
libertad de prensa. Perdió sus bienes en el Gran Incendio de Guayaquil en 1896. Fue
elegido diputado por la Provincia de Esmeraldas en 1898. Al año siguiente y también en
1901 presidió el senado.

Durante la segunda presidencia de Alfaro, el domicilio de Tamayo fue allanado. "Que


ponga el general Alfaro la mano sobre su pecho y que declare sinceramente si tiene el
derecho de llamarse jefe del Partido Liberal el hombre en cuyo Gobierno los ciudadanos
no gozan de ninguna garantía, de ninguno de los derechos que proclama y sostiene esa
noble agrupación política ", dijo Tamayo al tiempo de exiliarse del Ecuador. En 1916
trabajó por la candidatura de Alfredo Baquerizo Moreno y en 1920 fue elegido presidente.
El periodista José Abel Castillo publicó en El Telégrafo, de Guayaquil, una protesta por la
matanza del 15 de noviembre de 1922. Por lo que Tamayo ordenó su captura y prisión en
el Panóptico. En 1924 poco antes de terminar el mandato, perdió a su esposa. No volvió a
la vida pública y se dedicó durante 23 años hasta su muerte al ejercicio de la profesión de
abogado. Tenía fama de íntegro e incorrupto, de generoso con los pobres, de hombre de
gran fortaleza. "Vivo muy honroso con mi pobreza ", escribió en un telegrama de
agradecimiento al declinar una pensión vitalicia que le había concedido el Congreso.
Trabajó para subsistir hasta que fue fulminado por un derrame cerebral 21 días antes de
su fallecimiento. Murió en Guayaquil, el 7 de julio de 1947 a los 88 años de edad. Dejó a
su familia un legado de cinco mil sucres por un trabajo profesional que no había cobrado
todavía.

Ocupó varios cargos públicos como Secretario de la Cámara de Comercio, diputado


de Esmeraldas y presidente del Senado por el Partido Liberal Radical Ecuatoriano.

Triunfó de manera arrolladora en las elecciones presidenciales de 1920 y tomó posesión


del cargo el 1 de septiembre de 1920.

Gonzalo Córdova:
También tuvo que afrontar la oposición de los liberales socializantes, cuyo principal
exponente era el político e industrial quiteño Luis Napoleón Dillon. Córdova lo había
nombrado ministro de Hacienda, pero, según aducía la prensa serrana, Dillon no había
obtenido el plácet del Banco Comercial y Agrícola de Guayaquil que prácticamente decidía
en la política del Gobierno. En 1922, Dillon había organizado La Sociedad de Crédito
Internacional en Quito para emitir moneda en la Sierra. "La sociedad ya había impreso y
registrado sus billetes", escribe la historiadora Linda Alexander Rodríguez, "cuando
Francisco Urvina Jado (gerente del Banco Comercial y Agrícola) se enteró de que los
billetes no tenían respaldo", y para "proteger la moneda nacional" logró que el ministro de
Hacienda, Alfonso Larrea, prohibiera la circulación de esos billetes. Por estas razones
personales y también regionales e ideológicas Dillon detestaba la plutocracia guayaquileña
y sobre todo a Urvina Jado.

Dillon escribía regularmente en el periódico La Antorcha del grupo socialista del mismo
nombre y desde esa tribuna clamaba contra "la corrupta plutocracia costeña " y exigía la
reforma social. La oposición a Córdova provenía, además, del periódico El Abanderado,
dirigido por el teniente coronel en servicio pasivo Víctor M. Naranjo. Entre sus lectores
estaban los militares. Naranjo los clasificaba en dos categorías: los oficiales políticos como
Leonidas Plaza que se ocupaban de sus intereses y los oficiales profesionales como el
general Francisco Gómez de la Torre que se preocupaban por la suerte de los
ecuatorianos. Pedía que se forjara un Ejército nuevo. Y así ocurrió. Se creó la "Liga Militar"
integrada por oficiales jóvenes que buscaban la renovación social y económica del
Ecuador. El socialismo influía en ellos y también la mística "marcha sobre Roma " (1922) y
el nacionalismo de Benito Mussolini, bebidos ambos de los labios de los instructores de la
Misión Italiana. La Junta Militar Chilena que depuso al presidente Arturo Alessandri (1924)
fue el modelo que se propusieron seguir en cuanto se presentara la oportunidad.

La administración de Córdova se iba a pique. A los cinco meses de gestión tuvo que
ausentarse a Guayaquil por razones de salud. La estadía en esa ciudad aumentaba el
temor serrano de que Córdova fuese un prisionero de la plutocracia. El presidente del
Congreso, Alberto Guerrero Martínez, quien aspiraba a la presidencia de la República en
el próximo período, gobernó entre febrero y junio de 1925 mientras Córdova estuvo
ausente. Guerrero fue duro con la oposición: desterró a Jijón y Caamaño y al coronel
Lasso. Logró que el Congreso aprobara la compra del 75% de las acciones de la Empresa
del Ferrocarril Guayaquil-Quito en abril de 1925 y presidió con ello la junta de accionistas.

Gonzalo Córdova:
de la moneda, consecuencia de las emisiones sin respaldo y de la inconvertivilidad de los
billetes. Existía mucha especulación, la importación en grande escala de artículos de lujo
que los bancos favorecían. Por unos días también ocupó la presidencia el vicepresidente
Temístocles Terán. La nacionalización del Ferrocarril Transandino o ferrocarril del Sur, en
términos ventajosos para el país fue un acierto. El Ministro de Hacienda son Miguel
Albornoz desplegó gran actividad para el arreglo y equilibrio de la Hacienda
Pública. Ibarra tuvo agua potable, se inauguró la carretera Loja-Portoviejo,
en Riobamba una nueva estación ferroviaria, en Santa Rosa el Hospital. Hasta tanto el
presidente Córdova que se encontraba en Guayaquil por el estado de salud y prescripción
médica, a fines de mayo de 1925 se encontraba en Quito.

También tuvo que afrontar la oposición de los liberales socializantes, cuyo principal
exponente era el político e industrial quiteño Luis Napoleón Dillon. Córdova lo había
nombrado ministro de Hacienda, pero, según aducía la prensa serrana, Dillon no había
obtenido el plácet del Banco Comercial y Agrícola de Guayaquil que prácticamente decidía
en la política del Gobierno. En 1922, Dillon había organizado La Sociedad de Crédito
Internacional en Quito para emitir moneda en la Sierra. "La sociedad ya había impreso y
registrado sus billetes", escribe la historiadora Linda Alexander Rodríguez, "cuando
Francisco Urvina Jado (gerente del Banco Comercial y Agrícola) se enteró de que los
billetes no tenían respaldo", y para "proteger la moneda nacional" logró que el ministro de
Hacienda, Alfonso Larrea, prohibiera la circulación de esos billetes. Por estas razones
personales y también regionales e ideológicas Dillon detestaba la plutocracia guayaquileña
y sobre todo a Urvina Jado.

Dillon escribía regularmente en el periódico La Antorcha del grupo socialista del mismo
nombre y desde esa tribuna clamaba contra "la corrupta plutocracia costeña " y exigía la
reforma social. La oposición a Córdova provenía, además, del periódico El Abanderado,
dirigido por el teniente coronel en servicio pasivo Víctor M. Naranjo. Entre sus lectores
estaban los militares. Naranjo los clasificaba en dos categorías: los oficiales políticos como
Leonidas Plaza que se ocupaban de sus intereses y los oficiales profesionales como el
general Francisco Gómez de la Torre que se preocupaban por la suerte de los
ecuatorianos. Pedía que se forjara un Ejército nuevo. Y así ocurrió. Se creó la "Liga Militar"
integrada por oficiales jóvenes que buscaban la renovación social y económica del
Ecuador. El socialismo influía en ellos y también la mística "marcha sobre Roma " (1922) y
el nacionalismo de Benito Mussolini, bebidos ambos de los labios de los instructores de la
Misión Italiana. La Junta Militar Chilena que depuso al presidente Arturo Alessandri (1924)
fue el modelo que se propusieron seguir en cuanto se presentara la oportunidad.

La administración de Córdova se iba a pique. A los cinco meses de gestión tuvo que
ausentarse a Guayaquil por razones de salud. La estadía en esa ciudad aumentaba el
temor serrano de que Córdova fuese un prisionero de la plutocracia. El presidente del
Congreso, Alberto Guerrero Martínez, quien aspiraba a la presidencia de la República en
el próximo período, gobernó entre febrero y junio de 1925 mientras Córdova estuvo
ausente. Guerrero fue duro con la oposición: desterró a Jijón y Caamaño y al coronel
Lasso. Logró que el Congreso aprobara la compra del 75% de las acciones de la Empresa
del Ferrocarril Guayaquil-Quito en abril de 1925 y presidió con ello la junta de accionistas.

de la moneda, consecuencia de las emisiones sin respaldo y de la inconvertivilidad de los


billetes. Existía mucha especulación, la importación en grande escala de artículos de lujo
que los bancos favorecían. Por unos días también ocupó la presidencia el vicepresidente
Temístocles Terán. La nacionalización del Ferrocarril Transandino o ferrocarril del Sur, en
términos ventajosos para el país fue un acierto. El Ministro de Hacienda son Miguel
Albornoz desplegó gran actividad para el arreglo y equilibrio de la Hacienda
Pública. Ibarra tuvo agua potable, se inauguró la carretera Loja-Portoviejo,
en Riobamba una nueva estación ferroviaria, en Santa Rosa el Hospital. Hasta tanto el
presidente Córdova que se encontraba en Guayaquil por el estado de salud y prescripción
médica, a fines de mayo de 1925 se encontraba en Quito.

También tuvo que afrontar la oposición de los liberales socializantes, cuyo principal
exponente era el político e industrial quiteño Luis Napoleón Dillon. Córdova lo había
nombrado ministro de Hacienda, pero, según aducía la prensa serrana, Dillon no había
obtenido el plácet del Banco Comercial y Agrícola de Guayaquil que prácticamente decidía
en la política del Gobierno. En 1922, Dillon había organizado La Sociedad de Crédito
Internacional en Quito para emitir moneda en la Sierra. "La sociedad ya había impreso y
registrado sus billetes", escribe la historiadora Linda Alexander Rodríguez, "cuando
Francisco Urvina Jado (gerente del Banco Comercial y Agrícola) se enteró de que los
billetes no tenían respaldo", y para "proteger la moneda nacional" logró que el ministro de
Hacienda, Alfonso Larrea, prohibiera la circulación de esos billetes. Por estas razones
personales y también regionales e ideológicas Dillon detestaba la plutocracia guayaquileña
y sobre todo a Urvina Jado.

Dillon escribía regularmente en el periódico La Antorcha del grupo socialista del mismo
nombre y desde esa tribuna clamaba contra "la corrupta plutocracia costeña " y exigía la
reforma social. La oposición a Córdova provenía, además, del periódico El Abanderado,
dirigido por el teniente coronel en servicio pasivo Víctor M. Naranjo. Entre sus lectores
estaban los militares. Naranjo los clasificaba en dos categorías: los oficiales políticos como
Leonidas Plaza que se ocupaban de sus intereses y los oficiales profesionales como el
general Francisco Gómez de la Torre que se preocupaban por la suerte de los
ecuatorianos. Pedía que se forjara un Ejército nuevo. Y así ocurrió. Se creó la "Liga Militar"
integrada por oficiales jóvenes que buscaban la renovación social y económica del
Ecuador. El socialismo influía en ellos y también la mística "marcha sobre Roma " (1922) y
el nacionalismo de Benito Mussolini, bebidos ambos de los labios de los instructores de la
Misión Italiana. La Junta Militar Chilena que depuso al presidente Arturo Alessandri (1924)
fue el modelo que se propusieron seguir en cuanto se presentara la oportunidad.

La administración de Córdova se iba a pique. A los cinco meses de gestión tuvo que
ausentarse a Guayaquil por razones de salud. La estadía en esa ciudad aumentaba el
temor serrano de que Córdova fuese un prisionero de la plutocracia. El presidente del
Congreso, Alberto Guerrero Martínez, quien aspiraba a la presidencia de la República en
el próximo período, gobernó entre febrero y junio de 1925 mientras Córdova estuvo
ausente. Guerrero fue duro con la oposición: desterró a Jijón y Caamaño y al coronel
Lasso. Logró que el Congreso aprobara la compra del 75% de las acciones de la Empresa
del Ferrocarril Guayaquil-Quito en abril de 1925 y presidió con ello la junta de accionistas.

Isidro Ayora:
En la presidencia de Isidro Ayora gobernaron durante nueve meses dos Juntas de
Gobierno Provisional. La primera de ellas fue creada por la Junta Provisional Militar
presidida por el teniente coronel Luis Telmo Paz y Miño el 10 de julio de 1925. Esta fue
designada por la Junta Suprema Militar compuesta de representantes de las reparticiones
de cada una de las unidades militares del Ejército y encabezada por el mayor Juan Ignacio
Pareja. Todo esto a raíz del golpe de Estado del 9 de julio de 1925 conocido como
Revolución Juliana. La conspiración había sido tramada por oficiales jóvenes del Ejército
en reuniones militares secretas. La Revolución Juliana abarca el período de dichas juntas
de Gobierno Provisional, la presidencia interina de Isidro Ayora y su presidencia
constitucional que concluyó por un nuevo golpe militar el 24 de agosto de 1931.

Guayaquil, 9 de julio de 1925 por la tarde. Los oficiales jóvenes de la guarnición bajo la
jefatura del sargento mayor Ildefonso Mendoza Vera luego de apresar a las autoridades de
Gobierno, a Francisco Urbina Jado, propietario del Banco Comercial y Agrícola de
Guayaquil, a otros representantes de la banca y a los propios jefes militares, constituyeron
una Junta Militar de Gobierno con el aplauso del pueblo y de los estudiantes del colegio
Vicente Rocafuerte. En Quito a las 11 de la noche, el mayor Carlos Guerrero acompañado
de ocho oficiales y 50 soldados del Batallón Pichincha depuso al presidente Gonzalo
Córdova: "En nombre de la Junta Militar y de la guarnición de esta plaza ha cesado usted
en sus funciones", le dijo. Apresados sin derramamiento de sangre los jefes del
Regimiento Sucre y del Batallón Manabí así como las autoridades del Gobierno, los
oficiales rebeldes nombraron una Junta Provisional Militar que duró de las dos de la tarde
a las ocho de la noche, compuesta por el Tnte. Crnel. Luis Telmo Paz y Miño (Presidente),
Sgto. Myr. Carlos A. Guerrero, Cap. Emilio Valdivieso, Sbtnte. Ángel Bonilla y el Tnte.
Federico Struve. Esta Junta eligió, por voto nominal y secreto, a los siete miembros de la
Junta de Gobierno Provisorio, cuatro por la Sierra y tres por la Costa, y le confirió amplios
poderes para reorganizar la nación. Cada miembro ejercía la Presidencia Ejecutiva por
turnos semanales.

Neptalí Bonifaz:
El 28 de agosto de 1932, a consecuencia de la decisión del Congreso la guarnición de
Quito conjuntamente con los partidarios de Bonifaz, se subleva. Hubo un sangriento
enfrentamiento con las tropas leales al Gobierno y en las calles de Quito los combates
continuaron hasta el 1 de septiembre, provocando que el presidente encargado Alfredo
Baquerizo Moreno se refugie en la embajada argentina y que el ministro de
gobierno Carlos Freile Larrea asuma el gobierno.

Finalmente los sublevados fueron derrotados. Este episodio, en el cual murieron más de
dos mil personas, es conocido como la Guerra de los Cuatro Días. Posteriormente, Bonifaz
se dedicó a sus actividades privadas y se desempeñó de nuevo como presidente
del Banco Central del Ecuador en 1939.

Juan de Dios Martínez Mera:


Martínez Mera nació en Guayaquil el 8 de marzo de 1875. Su abuelo paterno, Juan María
Martínez Coello, era maestro mayor en el ramo artesanal de las construcciones y
carpintería de ribera y financiaba las edificaciones más importantes de Guayaquil. Fundó
con otros la Sociedad Filantrópica del Guayas para que los socios se socorrieran
mutuamente, mejoraran la instrucción y perfeccionaran los conocimientos artesanales. El
padre de Martínez Mera fue el notable educador Tomás Martínez, "el hombre más grande
que en mi vida he conocido", según confesó Juan de Dios en su lecho de muerte. Su
madre fue Florinda Mera Escobar.21 Sus hijos son Raúl, Héctor y Gabriel Martínez Torres.
Sus hijas Flora Martínez de Pérez Chiriboga, Leonor Martínez de Manrique Sabla, Isabel
Martínez de García Escobar y Francisca Martínez de Chiriboga Ordóñez.

Tomás Martínez dejó el comercio por la educación, fundó en Daule una escuela que pronto
se volvió famosa. Abrió la "Escuela Privada de Niños" en Guayaquil, el año de 1869. La
regentó durante un cuarto de siglo. "Se garantiza la educación", ofrecía y se comprometía
a enseñar gratuitamente al alumno que, llegado al quinto año, no se sintiera satisfecho con
sus conocimientos. "Cuando se acaben los tontos, se acabarán los pillos" era uno de sus
lemas favoritos. Muerto Tomás Martínez en 1894, su esposa fundó la "Escuela de Niñas
Florinda Mera viuda de Martínez", que funcionó hasta 1925.

El presidente Juan de Dios estudió en el Colegio San Vicente del Guayas y luego de un
año de Medicina cursó Jurisprudencia en la Universidad de Guayaquil.1 Terminada la
carrera, recibió el premio Municipio de Guayaquil al mejor estudiante de la facultad, pero
renunció a graduarse de abogado por un incidente con el decano, que lo hirió
profundamente. Martínez Mera fue una persona determinada y enérgica. A los 20 años de
edad, participó en la campaña militar de Eloy Alfaro sobre Quito y se volvió liberal, partido
al que fue fiel incluso cuando los liberales lo traicionaron. En 1902, como vicerrector
regentó el Colegio Vicente Rocafuerte; en ese año contrajo matrimonio con Francisca
Torres Lascano. Trabajó como tesorero de Hacienda del Guayas y en el conflicto de
1910 con el Perú fungió de capitán de la Primera Compañía del Batallón Patria. En 1920
representó a la Provincia del Guayas como diputado y en 1921 ocupó la presidencia de la
Cámara de Diputados

José María Velasco Ibarra:


José María Velasco Ibarra nació en Quito el 19 de marzo de 1893. Sus padres fueron Juan
Alejandrino Velasco Sardá y Delia Ibarra Soberón. Fue el octavo de doce hermanos, de los
cuales, solo cuatro llegaron a la edad adulta: María Lucila, José María, Pedro Francisco y
Ana María. A los 16 años sufrió la pérdida de su padre. Estudió en la secundaria en
el Colegio San Gabriel de Quito.

En 1930 estudió agricultura del Arte y Derecho Internacional en la Sorbona y el Colegio de


Francia. Ausente aún en Europa, fue elegido diputado por Pichincha. Participó en el
Congreso de 1932, donde junto a los conservadores defendió al presidente electo Neptalí
Bonifaz. En el año de 1933, impugnó con argumentos la incapacidad constitucional del
presidente Juan de Dios Martínez Mera.
Federico Páez:
La dictadura de Paéz comenzó con abusos. La prensa velasquista y comunista fue
silenciada, varios periodistas fueron perseguidos, se reorganizaron los institutos de
educación para limpiarlos del velasquismo, reorganizó los consejos municipales y consejos
provinciales, en donde había una gran mayoría velasquista.

En 1936 hubo un intento de golpe de Estado contra Páez, la cual fue reprimida
violentamente bajo el mando del ministro de Defensa Alberto Enríquez Gallo, provocando
que el gobierno tome una postura más violenta contra los opositores, resultando la
promulgación de la ley de Defensa Social, en la cual suprimió garantías constitucionales y
permitía la persecución política a opositores; clausuró la Universidad Central de Quito,
desterró y encarceló a los comunistas involucrados con la revuelta a las islas Galápagos,
práctica que mantuvo con cualquier opositor, desterrando a quienes teniando los medios
económicos al exterior.

Su gobierno tuvo una ideología socialista en un inicio, virando hacia el liberalismo al final
de este, tomando inspiración de los gobiernos fascistas de Italia y Alemania en lo que
corresponde a la seguridad ciudadana, enfocándose en la represión y en el fortalecimiento
de la fuerza pública leal al gobernante.

Fundó la Caja del Seguro Social de Empleados Privados y Obreros en 1936, lo que sería
hoy el IESS. Promulgó la Ley Orgánica del Trabajo, que reguló la huelga, establecía
salario mínimo; reformó al Código Civil en relación con los hijos y madres ilegítimas
otorgándoles beneficios en lo que corresponde a herencias y pensiones; coordinó el
trasladó del conflicto limítrofe con Perú a Washington, para que ejerza como mediador
para lograr una resolución pacífica.

Durante su gobierno se dio celebración del Modus Vivendi con la Santa Sede, poniendo
punto final a un estado de aislamiento del país con Roma, con el objetivo de liquidar las
luchas religiosas en el país, restableciendo relaciones con el sumo pontífice de la Iglesia
Católica Pío XI, reestableció la personería jurídica de la Iglesia y le devolvió varias
propiedades nacionalizadas y trajo el cuerpo del entonces Siervo de Dios ahora
Santo Hermano Miguel Febres Cordero.

Alberto Enríquez Gallo:


En diciembre de 1911, con motivo de la revolución del general Pedro J. Montero,
abandonando definitivamente los estudios, ingresó como cabo primero del ejército
gobiernista de los generales Leonidas Plaza Gutiérrez y Julio Andrade y avanzó
a Huigra para atacar a las fuerzas de Flavio Alfaro.

El 11 de enero de 1912, recibió la orden de resistir con tres reclutas al pie de un puente, y
allí se mantuvo pese al peligro. Después de la acción, fue abrazado y felicitado por
Andrade. Al concluir la campaña, se le licenció como sargento primero. Años después,
contaba la siguiente anécdota: "Un recluta muy joven me preguntó antes de la acción qué
había que hacer para no huir, porque estaba con mucho miedo. Yo le contesté en broma:
'Amárrate las piernas'. El recluta así lo hizo y resistió en su puesto de combate. Al finalizar
la acción, se lo llevaron en una camilla, porque había sido herido, pero mostraba en su
rostro la satisfacción del deber cumplido".

Entre 1912 y 1913, siguió un curso en la Escuela de Aplicación para Militares Inferiores
bajo las órdenes del coronel Luis Cabrera, y al concluirlo recibió el grado de subteniente.
Viajó a la provincia de Esmeraldas e intervino en la campaña contra el general Carlos
Concha Torres.

En 1915, ascendió a teniente, y ya era considerado el mejor caballista y jinete del país. El
1917, fue inspector de alcoholes de la parroquia Angamarca. En 1918, recibió los
despachos de capitán, fue enrolado en el famoso escuadrón Cazadores de los Ríos y
triunfó en diferentes concursos hípicos. Entonces, fue destinado a combatir el abigeato en
las provincias de la Costa. Ese año, contrajo matrimonio con Piedad Portilla Castro, de
quien se divorció años después, habiendo tenido sucesión.

Entre 1919 y 1920, desempeñó la inspectoría de la parroquia El Corazón,Provincia de


Cotopaxi y fue reincorporado al Batallón Imbabura. A principios de noviembre de 1922, fue
trasladado a Guayaquil; y el 15 de ese mes, cumpliendo órdenes del general Enrique
Barriga, salió a patrullar la ciudad. A la altura de la avenida Olmedo, su escuadrón tuvo un
encuentro con varios grupos de obreros y ordenó disparar al aire para amedrentarlos pero
fueron contestados con piedras, resultando heridos el corneta y el teniente Matías Ulloa
que cayeron de sus cabalgaduras. Enríquez ordenó cargar a sable y bayoneta y en la
refriega fue herido en la clavícula izquierda logrando dispersar a los obreros hasta la calle
Chimborazo, donde halló a Barriga que acudía con refuerzos. Como resultados de esas
refriegas quedaron algunos cadáveres tendidos en el pavimento. Después comenzaría la
matanza indiscriminada de obreros y gente del pueblo cuyos despojos fueron
despanzurrados a punta de bayoneta y lanzados a las aguas del Río Guayas para que no
quedara evidencia del crimen colectivo. Nunca se ha podido calcular exactamente el
número de víctimas, pero se estima que pudieron llegar al millar en ese aciago día de
brutal represión militar.

En 1924, asistió al curso de caballería organizado por la Misión Italiana y fue destinado al
grupo de caballería n.º 1, llamado transitoriamente como "Escolta" pues luego le pusieron
"Yaguachi".3

Manuel María Borrero:


Como ninguna de las tres tendencias representadas en la Asamblea Constituyente de
1938 gozaba de mayoría, hubo conflictos en la designación de las autoridades. Los
socialistas estuvieron a dos votos de elegir presidente interino de la República a Teodoro
Alvarado Olea, de la Unión Democrática Izquierdista, "un candidato de clara inteligencia y
rectitud política", según Alfredo Pareja Diezcanseco, representante entonces en esa
Constituyente.

Por fin, el 10 de agosto de 1938, los representantes eligieron presidente de la Asamblea al


todavía joven liberal pro-socialista Francisco Arízaga Luque, y presidente interino de la
República a Manuel María Borrero.

Borrero quiso hacer un gobierno de conciliación nacional, pero no pudo. Desde el primer
momento existió rivalidad entre Arízaga y Borrero, pues ambos aspiraban a la presidencia
constitucional en cuanto la Asamblea expidiera una nueva Carta Política. "Fueron días de
extrema violencia. El Gobierno enviaba a sus hombres a insultar y agredir a los diputados
de Izquierda", recuerda el diputado Pareja Diezcanseco, dándose estos hechos luego de
un hecho polémico en el que infiltrados de Arízaga Luque utilizaban el telégrafo del Palacio
de Carondelet para hacer campaña a favor de este.

Aurelio Mosquera Narváez:


El 1 de diciembre de 1938, cuando el Dr. Manuel María Borrero -Encargado del Poder
Ejecutivo ante la renuncia del Jefe Supremo Gral. Alberto Enríquez Gallo- presentó
también su renuncia ante la Asamblea Nacional, esta se reunió de inmediato para elegir al
nuevo Presidente Constitucional de la República. Ante esta situación se presentaron dos
candidaturas que representaban a las dos mayorías parlamentarias: La del Dr. Francisco
Arízaga Luque, por los independientes, los socialistas y una fracción de disidentes
liberales; y la del Dr. Aurelio Mosquera Narváez, por el Partido Liberal Radical.

A pesar de haber intentado varios acuerdos, los asambleístas no lograron los votos
necesarios para elegir a ninguno de los dos candidatos, hasta que finalmente y amparados
en la romántica frase de «El Socialismo se presenta para salvar al Ecuador», algunos
dirigentes de dicho partido cambiaron su votación e inclinaron definitivamente la balanza.
Así, con los votos socialistas, logró la mayoría necesaria que el 2 de diciembre de 1938 lo
llevó a la Presidencia de la República. Pero no sólo se les escapó la presidencia a los
socialistas, sino también la Carta Política más socialista de todas hasta esa fecha. La
Carta contemplaba senadurías funcionales para los pequeños propietarios, arrendatarios y
aparceros, para los artesanos y para los empleados públicos y privados. Encomendaba al
Estado buscar un régimen de más adecuada distribución de las tierras mediante el
fraccionamiento de los latifundios y la concesión de agua a los pueblos y caseríos que
carecieran de ella. Entregaba al Estado el dominio inalienable e intransferible de las
riquezas del subsuelo. Disponía que "no (podía) ser elegido presidente el mandatario,
agente o abogado defensor de compañías extranjeras", lo que afectaba las aspiraciones
presidenciales de Carlos Arroyo del Río, el más opcionado entre los liberales.

Carlos Alberto Arroyo del Río:


En 1939 ejerció el encargo del poder ejecutivo por menos de un mes. Gobernó durante 23
días en los cuales reorganizó los padrones para la elección de presidente de la República
y aceptó la candidatura única que le ofrecía el Partido Liberal por lo que renunció al Mando
el 10 de diciembre de 1939. "Se había negado cuantas veces recibió el ofrecimiento. Le
aterraba la posibilidad de ser derrotado. Era un hombre orgulloso y la derrota le habría
causado mucho daño", dice su amigo Andrés F. Córdova. "Sin embargo", continúa, "la
situación política se tornó favorable. Arroyo modificó su criterio, aceptó la postulación y se
empeñó en el triunfo como era natural".

Presentó su candidatura oficial para las elecciones presidenciales de 1940, las cuales
ganó y se posesionó el 1 de septiembre de 1940. Fue derrocado en la revolución del 28 de
mayo de 1944, conocida como la «La Gloriosa»; asilándose en Bogotá (Colombia).
Durante su estancia (1944- 1946), escribió los dos volúmenes de "Bajo el imperio del odio"
en defensa de su gestión presidencial, y algunas entregas de "En plena vorágine" contra
Velasco Ibarra.

En 1947, vivió de su trabajo de abogado en Nueva York. Regresó a Guayaquil en 1948,


donde, especialmente a partir de 1959 en que dio forma a la Autoridad Portuaria de
Guayaquil.1

Falleció el 31 de octubre de 1969, en su ciudad natal, a los 75 años.

José María Velasco Ibarra


Elegido presidente en las elecciones presidenciales de Ecuador de 1933 y depuesto en
1935, tuvo que exiliarse en la ciudad de Sevilla, en el Valle del Cauca, Colombia, donde
para ganarse la vida enseñó en una escuela. De Sevilla pasó a radicarse en Buenos Aires,
a donde volvió frecuentemente durante los reiterados exilios a los que se vio forzado
durante su larga trayectoria política. Divorciado de la ecuatoriana Esther Silva Burbano, en
1938 contrajo matrimonio con la compositora y poetisa argentina Corina Parral Durán. No
tuvo hijos en ninguno de sus dos enlaces.
En 1940 perdió las elecciones presidenciales de Ecuador de 1940. Luego de la derrota
militar de 1941 y del Tratado de Río de Janeiro, pidió la renuncia del presidente
ecuatoriano, conformó Alianza Democrática, un frente político que unió las fuerzas
populistas, conservadoras, socialistas y comunistas contra Carlos Alberto Arroyo del Río, y
se trasladó a Pasto, Colombia, para esperar la caída del presidente consumada en
la revolución popular del 28 de mayo de 1944 (La Gloriosa).

Velasco fue recibido como un mesías liberador. Al cabo de tres años Velasco Ibarra,
traicionado por su ministro de Defensa, se exilió en Buenos Aires. Se dedicó a la docencia
del Derecho Constitucional e Internacional en la Universidad de La Plata; pero renunció y
se marchó a Caracas, Venezuela, a ganarse la vida enseñando esas mismas materias.

Carlos Mancheno:
Ante la baja popularidad del presidente, y el inminente cambio de ministro de defensa,
Mancheno lo derrocó y obligó a firmar un decreto en donde presentaba su renuncia y le
encargaba el poder ejecutivo, asumiendo el poder político inmediatamente como ministro
de defensa encargado del poder, designando a su gabinete.1 Poniendo en vigencia a
la Constitución de 1906,2 eliminó la vicepresidencia de la república ejercida por Mariano
Suárez Veintimilla, quién constitucional y legítimamente debía suceder a Velasco Ibarra,
tratando de justificar su encargo del poder como constitucional y legítimo por lo que asume
el cargo como Presidente de la República, anunciando que convocaría a una asamblea
constituyente.3 Esto causó malestar en un gran sector del ejército, quienes no apoyaban
la dictadura de Mancheno, encabezado por el coronel Ángel Baquero.

En este entorno se desataron dos combates por conquistar el poder: el primero en Yambo
el 2 de septiembre y el segundo en el Socabón al día siguiente, dando como resultado la
derrota del coronel Mancheno Cajas, la cual se produjo por la falta total de apoyo militar y
político, al verse perdido se refugia en la embajada de Venezuela y renuncia ante un
triunvirato compuesto por Humberto Albornoz, Alfonso Larrea Alba y Luis Maldonado
Tamayo. Este triunvirato entregó inmediatamente el poder al Vicepresidente restituido,
Mariano Suárez Veintimilla.

En lo referente a la administración del Estado por parte de Carlos Mancheno, no se


produjeron cambios en la situación económica de su gobierno, pues apenas duró en el
poder alrededor de 10 días.4

Mariano Suárez Veintimilla:


El triunvirato de Alfonso Larrea Alba, Humberto Albornoz y Luis Maldonado Tamayo,
recibió la dimisión de Carlos Mancheno, pero según la Constitución debía ocupar el mando
el vicepresidente de la República, que a la postre era el Dr. Mariano Suárez Veintimilla. El
3 de septiembre de 1947, abrió el camino para la transición política, convocó a un
Congreso Extraordinario el 11 de septiembre de 1947, el cual nombró como
Vicepresidente Constitucional al guayaquileño Carlos Julio Arosemena Tola el 15 de
septiembre de 1947, renunciando ante Arosemena inmediatamente luego de su posesión
en el Congreso, terminando así el mandato del Dr. Suárez Veintimilla.

Carlos Julio Arosemena Tola:

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