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ace een Los desheredados Son ris herrranos Proyecto y reaizacion Perramén Edicines, S.A Diveceign edtsal Luis Borris ‘Ayudante de edisién Cristina Vialla were Carmen Gil ustraciones Marca Gai Dicotie grivice y maquetacisn Zink Comunieaeié S.L Direccién de produccién Real Mari Produccién Mane| Sanchez Quinta exten abril 2009 Teresa oe Caleuta ISBN: 978.84-247-2873.8 Depdsito Legal: 8-11.834.2009 Impreso en Esratia (© Porramén Ediciones, S.A, - 2005 Rosselié | Porcal, 21, 9" plants (08016 Bercelona (Espara) Empresa del Grupa Editorial Norma do América Latina won parrernen.com Prebisentaropotvcib teal o peal de ola cra madiarts cusiuie resus © prset lent compeldesinprein Inrpregratia omic, of tatontainfrmsece, ualqur ot Ser sin perma cit de Ia Hola... Mi nombre es Agnes Gonxha Bojaxhiu, pero todes me conocen por Teresa de Calcuta. Nunca me gusté hablar de mi, y reconozco que ni siquiera lefa los libros que sobre mi persona se escribian. Esta vez, sin embargo, voy a hacer una excepcion, tratandose de vosotros: los jévenes siempre ocuparon un lugar preferente en mi corazén. Dediqué mi vida a los mas pobres de los pobres. A cambio, recibi de ellos muchisimo més de lo que les habfa dado, Me transmitieron su alegria y su libertad, Me demostraron que se puede disfrutar de lo que la vida te ofrece sin necesidad de poseerlo, Me dieron lecciones de generosidad y de solidaridad. Me ensefiaron a atronter las dificultades con entereza. Me regalaron constantemente sus sonrisas. Intenté aportar mi granito de arena en la lucha contra la injusticia: en el mundo unos pocos tienen muchisimo y, sin embargo, hay muchos que viven con casi nada, En esta lucha me acompafiaron siempre las Hermanas de 2 la Caridad y miles de personas dispuestas a colaborar. Ellas me alentaron siempre y me devolvieron ta fe en el ser humano en las momentos dificiles. Se ha hablado de la fortaleza de una mujer tan pequefia y con un aspecto tan frégil como yo. Os voy a contar un secrets. La fuerza de espiritu que tenia me venta directamente de Dios. Cref en El con toda mi fe durante toda mi vida y El no me abandoné nunca. | 61 Me lero EL narrador de historias Nacf en Skopje, una ciudad albanesa situada en el valle del | rio Vardar, en un caluroso mes de agosto. Al dia siguiente mis padres, que eran catdlicos, me llevaron a bautizar |lenos de alegria a la iglesia de! Sagrado Corazén. Decidieron llamarme ‘Agnes. Si, si, Agnes es mi nombre de pila, aunque cespuds elegi llamarme Teresa, como la santa de Lisieux, Pero eso sucedi6 afios mas tarde, Mis padres, Nikola y Dranafile, mis hermanos, Aga y Lazar, y yo formabamos una familia sencilla y feliz. Ahora, cuando miro atras, me doy cuenta de la gran suerte que tuve. Torosa de Caleta / 7 A pesar de que murié cuando yo sélo tenia ocho afios, jrecuerdo tan bien 2 mi padre! Como era comerciante, andaba todo el dia de acd para allé. Gada vez que volvie de sus largos viajes, en casa se organizaba una auténtica fiesta. Mamé nos peinaba, nos ponia nuestras ropas nuevas y todos le esperabamos impacientes en el salon, Ella también se arraglaba y se perfurmaba para tecibirlo: jestaba tan bonita...! Aunque yo pensaba que no le hacfa falta ningin adomo para estar guapa, porque mi madre era la mujer més preciosa del mundo. Qué nerviosa me ponia cuando sonaba la cerradura de la puerta! Al oir la voz calida de mi padre llamandonos a todos, ya no podfa aguantar mas, salla corriendo y saltaba a sus brazos. BL Me Lamen El me achuchaba entre carcajadas y me hacia cesquillas con su poblado bigote. Para mi, papa era una especie de Rey Mago con | barbilla de chivo, porque siempre venia de sus viajes cargado de regalos. Pero lo mejor de todo eran suis historias. Me encantaba senterme en sus rodillas y escucharle contar relatos de sus viajes. Entonces se le ponian los ojos sofiadares y nos hablaba | de paises lejanos. Mientras lo escuchaba, yo viajaba con la imaginacion a lomos de sus palabras. No sabia que, con ef tiempo, me convertiria como él en una viajera infatigable. Por desgracia, pude disfrutar muy pocos aflos de su compafita. Papd era una persona comprometida, que juchaba porque Albania se convirtiera en una nacién independierte, Por eso, en I varias ocasiones, acogié en casa a defensores de la libertad de nuestro pats. Por aquel entonces mi padre tenia cuarenta y cinco afios y era un hombre sano y fuerte, Un die sucedié algo muy extrafio: cuando asistia a una de sus reuniones, de repente se sintié indispuesto y tuvo que ser ingresado en el hospital con fuertes hemorragias. Aunque los médicos intentaron por todos los medios salvar su vida, no pudieron hacer nada, Tanto ellos | como mi madre estaban convencidos de que haba sido envenenado, Yo me siento muy orgullosa de é!, porque murié por defender sus ideas. yPobre mamat iCudnto suftié mi madre por la muerte de papal Ella, que tanto lo adoraba y que habia dedicado su vida a cuider de todos nosotros, de pronto se quedé sola, con tres hijos de ocho, once y trece afios a los que alimentar, y sin trabajo. Pero no cregis que se dedicé a llorar y a compadecerse de sf misma, no. Era una mujer fuerte y enseguida se puso a coser, @ bordar y a vender ropa, v de ese mode pudo sacamos a todos adelante. Mi madre tenia un coraz6n enorme, Ayudaba a todo el que lo necesitaba. Mi casa estaba siempre abierta. Recuerdo a una anciana que se sentaba todos los dfas a comer a nuesita mesa, © a los seis hijos de una viude que se vinieron a vivir con nosotros cuando se quedaron huérfanos... Pero lo que mas me impresionaba era la ternura y la delicadeze con que cuidaba de una anciana aleohdlica, con el cuerpo Ileno de llagas, como si se tratase de alguien de ia familia. ¥ es que mamé era una mujer profundamente catolica. Ella me transmitié su empatia, esa cualidad que te hace vivir las desgracias y las alegrias de los demés como si fueran tuyas, Entre mésica y Libros “ Yo tuve una infancia muy musical. En casa todas componiamos, cantabamos y toc&bamos |nstrumentos juntos. A mi me encantaba tocar la mandolina y cantar. Mi hermana Aga y yo fbamos todos los dias al coro de la iglesia y... jnos encargébamos de los solos! Supongo que no deblamos de hacerlo del todo mal porque la gente nos empezd a llamar “los dos ruisefiores”. Aungue era una nifia alegre y comunicativa y tenfa muchas amigas, también me encantaba aislarme de todos y pasarme las horas leyendo, Los libros me fascinaban, Cuando caia un libro nuevo entre mis manos, e| corazén se me aceleraba al penser qué aventuras vivirla, @ qué lugares exéticos viajarla, a cudnta {gente interesante conoceria leyéndolo. Pero antes de hacerlo ya disitutaba pasando sus hojas, tocandolo, oliéndolo. Al llegar el momento magica de empezar a leer su primera pagina, me abanconaba a él, dispuesta a vivir un suefio. Y si me sentia triste 0 preocupada por algo, los libros me servian siempre de refugio y de consuelo. Estaba segura de que las amigas que me decfan que no les gustaba leer era porque no habtan tenido todavia la suerte de tropezar con los libros adecuados. De entre todo lo que lefa entances, lo que mas me gustaba eran las revistas misioneras que me prestaba el parroco de la igiesia del Sagrado Corazén, En ellas se contaba la vida de misioneros que viajaban a lugares lejanos para ayudar a la gente. Eran personas valientes y generosas que iban alli donde se las necesitaba. A mf me causaban tanta admiracién que sofiaba con que yo también algtn dia me convertiria en misionera como ellos. Un sacerdete entusiasta Cuando el padre Jambrecovich lleg6 a le iglesia del Sagrado Corazén, la vida de los j6venes catdticos de Skopje dio un tremendo cambio. E| padre Jambrecovich funds la Cofradia de ‘las Hijas de Maria, a la qué mi hermane Aga y yo nos apuntamos enseguida. En ella, ademas de divertirnos y hacer un montén de amigos, aprendimos mucho: ciencias, medicina, teatro... jIncluso aprendimos a dirigir una orquestat jAn!, el sacerdote también nos ensefaba a disfratar de la poesia. Con Io que a mi me gustaba leer poemas... y escribirlos. Todavia recuerdo algun de los versas que escrib/ cuando era joven. Ademas, el padre Jambrecovich organiz6 una biblioteca y yo podfa sacar de ella todos los libros que queria. Ya os podéis imaginar lo feliz que esto me hacia. Y eS que aquel sacerdote era una persona maravillosa, toda llena de entusiasmo y alegrfa, que s6lo pensaba en hacer felices a cuentas le rodeaban. Aunque por aquellos afios yo todavia no habia decidido lo que haria con mi vida, de una cosa estaba completamente segura: intentaria, con todas mis fuerzas, parecerme al padre Jambrecovich. Y no acabé aqui la influencia que este gran hombre ejercié sobre mi. En 1924, unos cuantos sacerdotes yugoslavos se trasladaron a Bengala, en |a India, como misionerns. El padre Jambrecovich nos leia las cartas que estos sacerdotes le enviaban con sus experiencizs. Yo me quedaba boquiabierta al ‘escuchar Ia labor que realizaban, y el corazén se me encogia en el pecho cuando hablaban de les condiciones tan miserables en las que vivia la poblacién bengalf. Aquello fue crucial en mi vida. Cuando los misioneras vinieron a visitarnos 2 Skopje y pude hablar con ellos, tomé una decisién muy firme que nadie seria capaz de hacerme cambiar: yo también me irfa como misionera a la India. Me costé mucho comunicar esta decisién a mi familia. Mi madre no me cuso inconveniente alguno; pera yo sabia que el dolor que sentia por tener que separarse de su hija era enorme. Mi hermano Lazar no fue tan comprensivo: me escribié una carta desde la Academia Militar de Tirana utilizando todos los atgumentos posibles pera hacerme cambiar de opinion. Pare ellos no era facil imaginar a la pequemta Agnes en un pals tan lejano y de costumbres tan distintas. -Y gpor qué ta India? m preguntaban, Una religion diferente . Era l6gico que mi idea tan firme de marcharme a |a India jes resultara sorprendente. Al fin y al cabo, aquél era un pais en et que apenas habia catélicos y mas de las tres cuartas partes de la poblaci6n practicaba Ia religién hind. Lo primero que hice fue empezar a leer montones de libros sobre la India y sobre su religin para poder entender mejor el pais que iba a ser e| mio. Cuando uno llega a un lugar extrafic debe poner tedo de su parte por comprender y respetar sus costumbres. Hubo muchas cosas que me fascinaron del hinduismo; y otras, 5 verdad, que desde mi punto de vista occidental me chocaron profundamente. Os voy a contar de una manera sencilla en qué consiste esta religion, porque creo que es importante ‘conocerla para comprender la India. El pueblo hindi es un pueblo muy espiritual y da mucha importancia a la religion. E| hinduismo es una teligién que rinde culto a montones de dioses. Pero entre todos destacan tres: Brahma, que es el creador del mundo; Vishn, que es el conservador; y Shiva, que es e| destructor. Seguro que alguna vez habéis visto una imagen de Brahma, un dios multicolor y con muchos brazos, Todos los dioses viven en el cielo més alto, que esté en la cima de una montafa a la que no pueden subir los seres humanes: el monte Neru, Los hindites creen que cuando una persona muere, su alma vuelve a nacer en otro cuerpo. Esto se llama reencarnacién. $i uno no se ha portado bien en su vida ni en las anteriores, al morit se reencarnara en un animal o en un intocable. ,Qué es un intocable? No os prescupéis, ya os lo explicaré mas adelante, porque los intocables fueron los que acuparon mi corazén en la India. Si, por el contrario, su karma es positivo, es decir, que la persona se ha portado bien en esta vida y en las anteriores, entonces su alma se reencarnaré en el cuerpo de un miembro de una de las castes privilegiadas (sacerdotes, maestros, nobles, guerreros...). La meta es alcanzar la perfeacion después de sucesivas reencarnaciones para reunirse con el dios Brahma, Las castas y lof intocables Segiin el hinduismo, las personas se dividen en cuatro castas y cada una tiene su origen en una parte del cuerpo de Brahma: brahmanes (sacerdotes 9 maestros), que tienen su origen en la cabeza; kshartriya (nobles y guemeros), cuyo origen esta en los brazos; vaisya (comerciantes), que proceden del estémago; y sudra (artesanos, obteres y campesinos), que conforman la casta mas baja y pertenecen a los pies de Brahma Cuando uno nace en una caste, no debe hacer nada por salir de ella y ascender a otra de rango superior, porque esto enfadaria mucho a los dioses y no te permitirian aleanzar la perfeccién. Por este motivo el hindi se tiene que resignar con la vida que le haya tocado sin protestar ni luchar por cambiaria. Y fuera de todas las castas, porque no pertenecen a ninguna parte del cuerpo de Brahma, estén los intocables 0 dalits. jAy!, mis amados dalits, los mAs pobres de los pobres, las enfermos, los que no tienen derecho a nada... Los intocables han sido marginados durante siglos por el resto de la poblacién. Como son considerados impuros, el contacto con ellos (0 incluso con su sombra) contamina, de ahi su nombre. Si un intocable toca aun brahman, éste tiene que someterse a un cuidadoso bafio ritual con una ceremonia religiosa para descontaminarse. Por eso en muchos lugares tienen que anunciar su llegada con campanillas 0 tambores y mantenerse alejades de los brahmanes a una distancia de veintidés metros. Ademds, a los intocables les esta prohibida Ie entrada en los tamplos y lugares de plegaria. La mayoria de intocables sobrevive gracias a los trabajos considerados impures, como limpiar sanitarios 0 recoger basuras. Tal es la discriminacién a la que se han visto sometidos durante siglos, que en algunos salones de 1é se les sirve en tazas especiales, viejas y desportilladas, que ellos mismos tienen que lavar al terminat. Por fortuna, este sistema de castas fue prohibido afios después de mi ilegada a la india, en 1947, pero sigue vigente todavia en muchos rincongs de! pais. En le India, ademas de la religion hindi se practican otras como la musulmana, |a cristiana, el sijismo, e! budismo y la jain 0 parsi. Si alguna ver viajais a ese pais y veis a unos sefiores con le boca tapada y que andan agitando una especie de plumero por delante de ellos, ésos son jainles. Los jainies respetan tanto ta vida que Wlevan la boca tapada para evitar que se les cuele un insecte y puedan matarlo; y agitan esa especie de plumero para ahuyentar a los animales y asf no carrer el riesgo de pisar alguno, A nosotros quizé nos parezcan exageraciones, pero es su manera de considerar la vida como algo verdaderamente sagrado. Por muchas razones, este pais tan lleno de contrastes y tan diferente a Albania pronto se iba a convertir en mi hogar; y los indios, en mi auténtica familia. Lagrimas de despedida Fue una noche de septiembre cuando tomé el tren que me llevar'a lejos de Skopje, de mis amigos, de mi familia. Mi corazén palpitaba como si cabalgasen cien caballos dentro de él. Un montén de sentimientos diferentes luchaba en mi interior: la emocién por lo que me aguardaba, le impaciencia por empezar mi nueva vida, el miedo a lo desconocido, el color por dejar a los seres queridos... Lo mas duro tue decir adios a mi madre y a mi hermana en la estacién de Zagreb. ;Cudndo volver'a 2 verlas? Imaginaros qué situacién: yo, que era una jovencita de dieciocho afios que jams se habia separado de su familia, de la noche a la mafiana me vefa viajando en un tren con destino a Dublin Menos mal que me acompafiaba Betika, una muchacha que también queria ingreser en {a orden, Durante el viaje nos consolamos mutuamente hablando de nuestras ilusiones y nuestros proyectos. Las das nos mariamos de ganas de llegar a la India. Pero todavia tendriamos que pasar seis semanas en Dublin para aprender nociones de inglés. Tened en cuenta que en aquel momento 1a india era una colonia britanica. Menos mal que siempre he tenido facilidad para los idiomas. Aquellas seis semanas se me hicieron interminables, porque estaba ansiosa por llegar 2 Calcuta. Por fin, en el mes de diciembre, zarpamos en un enorme barco rumbo a la India. éPodrfa haber tenido mejor regalo de Navidad? EL bullicio de Caleta Tras una serie de escalas y de trasbordos, el dia 6 de enero de 1929 llegamos a Calcuta, A| bajarnos del tren el impacto tue enorme. La estacién era un hervidero de gente: mozos que llevaban y trafan maletas en sus carritos de madera; vendedores que te ofrecian toda clase de articulos: saris, peines, naranjas, coliares de flores...; monjes itinerantes que por unas monedas te vertian agua sagrada del Ganges en la boca, limpiadores de oreas, astrotegos empefiados en adivinarte el porvenir; mendigos y leprosos que te asaltaban para pedirte una limosna... ¥ entre toda aquella marea humana, tumbadas en el suelo por cualquier rincén, familias enteras que vivian en la estacién hasta que algtin policia venia a echarlas. El especticulo era sobrecogedor. Aunque yo ya sabia que en Calcuta siete de cada diez familias no tenia siquiera para poder comprer un kilo de arroz diario y que mucha gente vivia y moria en la calle, aquel primer contacto con la realidad de la ciudad me impresioné tanto que estuve todo el tiempo con el corazén encogido. Pero lo que mas me costé fue subirme en el rickshaw para hacer al caming a casa. Los rickshaw son una especie de carros de dos ruedas pera transportar a personas, pero... itirados por hombres! $f, si, son Ios Hamados hombres caballo. Cada uno tira de su rickshaw entie el tréfico enloquecedor de Caleuta, subiendo cuestas y sorteando obstaculos, con una temperatura de cuarenta grados a la sombra en verano. Yo me pasé todo el rato rezando para que no resultéramos una carga muy pesada. Y empezamos a circular con el rickshaw por la ciudad. Jamas en mi vida habia visto unas calles tan llenas de tratico. iY de Jo mas variado! Carritos de manos de los mozos, bicicletas desvencijadas, camiones enormes, autobuses con gentes encaramadas a los guardabarros o engenchadas a la rueda de repuesto, taxis, motocicletas, rickshaw con dos o tres pasajercs... Y de vez en cuando, en medio de todo aquel caos ensordecedor, una vaca sagrada, Aquel primer paseo por Caicuta fue muy instructive para mi. ba con los ojos abiertos como platos para no perder detalle. Las aceras estaban Ilenas de gente: vendedores que ofrecian sus perfumes o sus telas de colores, familias que vivian en las aceras y asaban sus chapatis (tortas de trigo) en ellas, nifios ofreciondo guimaldas de flores... A pesar de que la miseria era evidente, la vida bullia por aquelias calles. Los colores, el ajetreo, le sonrisa constante de los indios invitaba a vivir. En contraste con la basura acumulada por las calles, con los mendigos y los sin techo, se levantaban soberbios edificios publicos, fantésticos monumentos y Iujosfsimas residencias particulares, propiedad en su mayoria, por supuesto, de los ingleses. Cuando yo llegué a Calcuta, en sus exquisitos olubes, colgaban carteles que decian: «Prohibida la entrada a los perros ya los Indios», Teresa la Bengali Hice mi noviciado en Darjeeling y alli estudié hindi y bengali Queria entenderme con los indios en sus propias lenguas Cuando las novicias se consagran, cambian de nombre para indicar que comienzan una nteva vida. Yo escogi el nornbre de hermana Maria Teresa del Nifio Jestis, en honor @ Teresa de Lisieux, la santa de lo pequero. Me gustaba ser maestra. Al volver 2 Calcuta di clases en los colegios que regentaban |as hermanas de Loreto. Y como muchas las daba en bengali, pronto fui conocida como “Teresa la Bengali”. El colegio de Santa Maria atendia a las chicas que procedian de familias de la alta sociedad. E| Loreto Entally acogia y educaba @ las alumnas procedentes de familias pobres iQué diterente la vida de estas nifias a la que yo habia llevado en Albania! Desde muy pequefias se ocupaban de las tareas domésticas y trabajaban come adultas: se levantaban temprano para ita buscar agua, recoger bohigas de vaca para encender el fuego, 2 la vez que criaban a sus hermanos, limpiaban !a casa... Muy pocas podian ir a la escuela. Lo tinico que sus padres querian era que se preparasen bien para convertirse en buenas esposas, es decir, que aprendieran a obedecer y servir al marida sin reohistar, Un marido que ni siquiera elegian ellas mismas, sino sus familias. Se casaban con apenas diez afios; aunque seguian viviendo con sus padres hasta tener su primera menstruacion. Y ademas estaha el problema de la dote, que constitufa una auténtica preocupacién para los padres pobres. ZZ PEI LELE. PIE Leora ZL SES CULE SSS Were KEES yA SSS ST Sos AS CTP LTTE TT de lag ERR. Gee Para poder casarse, una mujer india tenia que aportar al matrimonio una serie de bienes que sus padres iban reuniendo, con mucho esfuerzo, durante toda le vida, Si una mujer no tenia dote, s6lo podia espirar a casarse con un intocable, un leproso.,. Los padres hacian auténticas locuras por conseguir la dichose dote. ‘Tampoco los nifios pobres tenfan una vide féci, que digamos. Con siete u ocho afios ya habla un montén que debia ponerse a ‘trabajar para poder ayudar a sus familias. Lo mismo hacian de vendedores que de chatarreros que ayudaban en talleres o en tabernas. Pero el trabajo mAs duro era el de las fabricas. Alli se pasaban diez horas al dfa, sin descansos, en recintos mal ventilados y, a menudo, respirando gases toxicos, Todas esas calamidades por un pufiado de erroz 0 unas monedes, Y, sin embargo, aquellos nifios estaban siempre contentos. Con una piedra atada a un corde! que hacia las veces de comba, una chapa sobre la que montarse para deslizarse por el suelo y unas cuantas canicas hechas de guijarros eran fe ices. Jamés los of quejarse de aburrimiento o llorar porque querian algo que no tenian, Una botella vacia, un trozo de trapo 0 una lata padia convertirse para ellos en una auténtica joya. Nada se tiraba en los barrios pobres. Con las ruedas de metal de los automévites y palos rematados por ganchos, por ejemplo, se fabricaban aros que rodaban por las calles entre las risas de sus duefios, Pero el juguete que més les gustaba, el que hacia disfrutar durante horas a grandes y pequefios, era la cometa, Hechas con cafias, papel y bramante, 0 con trozos de telas, cientos de elias volaban por el ciclo de Calcuta. La sonrisa facil y luminosa de aquellos chiquillos me ensefd algo muy importante: el tener pocas cosas no hace a la gente més infeliz. EL drama de la querra Disfruté mucho ensefiando a jos nifos; pero pronto aquella tarea me parecié insuficiente, ;Habla tanto que hacer...! As! que decid! ocupar mi tiempo libre en ir a visitar fos barrios miseros : ¥ los hospitales. Lo que allf vi cambié para siempre mi vida, Las condiciones de miseria en que vivia aquelia gente despertaron en mf un profundo sentimiento de rabia. Rabia de que ia riqueza del mundo estuviese tan injustamente distribuida, El veinte por ciento de la pobiacién mundial disfrutaba del ochenta por ciento de esa riqueza, mientras que el ochenta por ciento de la poblacién tenia que conformarse con repartirse el veinte por ciento restante, Es como si invitaras a tu cumpleanos a diez amigos y les diases ocho trozos de tarta para que se la comieran entre dos, y dos trozos para que se los repartieran entre ocho, Injusto, verdad? Yo tenfa que hacer algo, aunque fuese un poquito, para remediar aquella situacién, ; ssa Durante estos afios tuve también, por desgracia, la oportunidad de vivir |as draméticas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Una guerra a ia que la India se vio arrastrada por Inglaterra, en la que murieron miles de personas y otras tantas se vieron obligadas a retugiarse en Caleuta para poder seguir Viviendo, Recuerdo cuantos ebés fueron abandonados por sus padres a las puertas de Loreto con la esperanza de que nosotros cuidéramos de ellos. Y por si esto fuera poco, unos afios después ‘os conflictos entre hinddes y musulmanes convirtieron Caicuta en un bafio de sangre. Unos cinco mil muertos y mas de quince mil heridos fue ‘| balance del desastre. El espectaculo que se vefa por |as calles era tan desolador que preferf que las nifias que vivian lejos se quedaran en el colegio y no tuvieran que andar hasta sus casas ¥ presenciar aquellas terribles escenas. ‘Todas las experiencias que habia vivide dejaron una huella muy honda en mi. El 10 de septiembre de 1946, cuando viajaba en e| tren que me llevaba @ Darjeeling para hacer unos ejercicios espirituaies, senti de pronto, con toda claridad, que Jesis me peda que me dedicara a los més pobres de los pobres, a los abandonados, a los que no tenfan ningtin refugio... Una gran decision En Darjeeling habia tomade una importante decisién: fundarfa una congregacién que trabajaria para los mas pobres, en los barrios mas miseros, Esta congregaci6n se |lamaria Las Misioneras de la Caridad y se caracterizarfa por su espiritu de pobreza y alegria. 34 Me Uaran No fue nada facil comunicar a las hermanas de Loreto mi decision de ebandonarlas. Algunas lloraron largo rato y otras se llevaron un disgusto tan grande que tuvieron que guardar cama!" Desde luego, era indudable que en el Loreto House me querfan y me iban a echar mucho de menos. Pero lo més dificil tue conseguir los permisos. Después de muchas carias, viajes, gestiones de sacerdotes que crefan en mi proyecto y un afio entero de espera, lleg6, por fin, l2 autorizacién pare abandonar Loreto por un ao, Lena de ilusién, me fui a una tienda de Calcuta y compré tres saris blancos con franjas azules. Me quilé el habito negro de las hermanas de Loreto y, el 16 de agosto de 1948, con cinco rupias en cl bolsillo, me sub/ a un tren hacia Patna, donde pasé una temporada hasta adquirir los conoctmientos médicos que necesitaba. Lo que mas me costaba era tomar en brazos a los bebés. Eran tan pequefios, tan fragiles...! jY tenfa tanto miedo de hacerles dafio! Con (o demas no tuve problemas. Aprendi a poner inyeeciones, tomar ia tensién, cambiar vendzjes... Y sobre todo, aprendi lo importante que era para un enfermo el trato afectuoso, Una caricia, una sonrisa, un gesto de ternura hacian més efecto, en algunes ocasiones, que el mejor de los medicamentos. No estuve mucho tiempo en Patna. Ya habla esperado demasiado, En cuanto me senti més 0 menos preparada, parti hacia Calcuta. = Teresa de Calevta J 37 . Los nifios acudian encenladus porque, ademas de aprender Cansada, pero Feliz libratse ce las dures tarese doméstices, xe bebien un veso de Ai llegar a Calcuta me introduje en Motijhil, uno de los barrios leche al mediodia y recibian pastillas de jabén como premio. mds pobres de la ciudad. No llevaba dinero, ni tenfa adénde ir; : iEstaban mas que contertos! En sus casas no tenian jabén y pero confiaba en que Dios me ayudaria. Lo primero que hice fue solian lavarse con una mezela de arena y ceniza. La segunda montar una escuela en ta calle, en un espacio entre berracas. barraca fue el primer hogar pera indigentes entermos y El barra nos servia de pizarra. En 6! iba trazando las letras del : moribundos. alfabeto bengali para ensefiar a leer y a escribir a los nifios, Ellos se sentaban en el suelo, a mi alrededor, porque no teniamos ni siilas, ni mesas... jni nada! Bueno, sf, tentamos mucho: los nifios, un enorme interés en aprender; y yo, muchisimas ganas de ensefarles. Los elumnos no dejaban de multiplicarse y eran muchos los enfermos que ventan a a barraca en busca de un poco de consuelo. Yo trabajaba sin descanso, pero mis dos manes no eran suficientes. Hubiese querido tener cuatro, seis, ocho manos | para poder atenderlos a todos. Y una vez mas, Dios estaba cerca para responder a mis anhelos. A los que venian sucios los bafiaba en una tina. Cada dia tenia més alurinos. Y después de las clases iba a visitar a los enfermos. La vida que lievaba era agotadora. Desde la mafiana a la noche sin parar. Pero me sentia feliz, convencida de que ésta : debia ser mi tarea. A No tardaron en llegar las donaciones de gente con buen corazén que se habia enterado de mis proyectos y queria ayudar. Con ellas alguilé dos barracas. Una haria las veces de escuela. Las Hermanas de la Caridad La primera en ilegar para ingresar en la orden fue Subhasini Das, una antigua alumna mia, Su madre queria obligarla a casarse y, como ella se oponia, se Ilev6 el caso a los tribunales, El juez decidio confiarla a mi proteccidn y se convirtié en ia primera novicia de las Hermanas de la Caridad, fa futura hermana Agnes, Y Subhasini no fue la nica. Més tarde llegé Magdalena Gomes. Y después Dorothy, Margarat, Mary y Bernard. Todas estaban decididas a formar parte de la congregacién, Lo primero que aprendfan las hermanas era a subsistir en medio de la pobreza. Para atender y ayudar a los que no tenian nada debiamos vivir como ellos. Lavébamos la ropa en baldes comunitarios, nos limpidbamos los dientes con ceniza y guardabamos nuestra ropa en un pequefio hatillo, Nuestras Gnicas posesiones eran nuestros saris, ropa interior de tela basta, un par de sandalias, un crucifijo, un rosario, un paraguas, una tina para lavar y un delgado jerg6n que hacia las veces de cama. Haba una cosa que tenfamos muy clara: no querlemos que nos pasara como a oltas érdenes religiosas a lo largo de la historia, que empezaron sirviendo a los pobres para acabar, sin darse cuenta, sirviendo a los ricos. Viviamos en una casa de dos plantes en una de las principales avenidas de Calcuta. Un musulman nos |a habia cedido por poquisimo dinero. Que un musulman cediese su casa para un convento catélico no era algo muy habitual. Pero é! admiraba nuestra labor y sabia que atendiamos a enferrmos de todas las religiones, respetdbamos protundamente sus creencies y, por 50, no intentabamos cambiarlas. SO Tie Came. Disciplina -y Sonrisas Nuestra vida era muy sencilla y disciplinada. A las ocho de la mafiana saliamos todas de casa. Primero, nos dedicabamos a atender a los enfermos y desamparados hasta que llegaba la hora del almuerzo. Por la tarde era el momento para las clases y el estudio. Después de la cena tenfamas un rato de esparcimiento para charlar y contarnos nuestras experiencias del dfa. ‘Aunque la mayor parte del tiempo se dedicabe al trabajo, también quedaban huecos para la diversion. Recuerdo cuanto nos reimos e| dia que una de les hermanas tuvo que ira misa con el sari y unos zapatos rojos de tacén de aguja, porque, como viviamos de donaciones, eran los Gnicos que quedaban. cuando nos hicimos saris con sacos de trigo bulgaro y se Tevera de Caleta / 41 podfa leer a través de la tela: «Pronibida la reventa>. Recuardo, también con especial carifio, nuestra primera Navidad. Decoramos todo el refectorio con banderines y globos y estuve, durante toda la noche, preparando regalos para las hermanas: una pastilla de jabén, una percha para la ropa, un lapiz de color, un san Cristébal... Yo queria que a las Hermanas de la Caridad se las conociera por su sontisa y por su emabilidad. Si alguna de las novicias estaba tan atareada como pata no contestar a un saludo, le refita carifiosamente. Aunque nuestras tareas fuesen a veces duras 0 desagradables, tentamos que realizarlas con alegria y com amor Nunca un enfermo, por mucha repulsién que nos causasen sus \lagas 0 sus Gleeras, debfa notar un minimo gesto de rechazo en nuestro rostro. Un hogar junto a Kali Una maftana, cuando me dirigla a los barrios pobres, vi a una muler que agonizaba en una acera. Me acerqué a ella, la levanté en brazos y la |levé al Hospital Campbell. Pero cuando intenté que |a aceptaran en aquel centro, los médicos me dijeron que no, que alll sélo atendfan a personas que tuviesen posibilidades de curacién, y aquella mujer estaba desahuciada, Seguro que los rices si tenian camas pata morir de manera digna en los hospitales, Aque! dia comprendi que necesitébamos abrir un hogar para moribundos. Un lugar donde los pobres pudiesen morir con dignidad, en una cama limpia y con afecto y carifio su alrededor. Un lugar en el que murieran en paz con su fe, ya fueré hindG, musulmana, budista, catélica 0 protestante. Los hindiies recibirian agua del Ganges en los labios; los musulmanes, lecturas del Coran; los cristianos, al sacramento de ta extremauncién. Pero. edénde? Sin perder un segundo nos fuimos 2 contarle al alcalde nuestros proyectos y a pedirle que nos cediera un local para los moribundos. Tras unos dias de espera, llegé la respuesta: nos daba a elegir entre uno en el centro de Calcuta y un albergue para peregrinos junto al temple de la diosa Kali. Le decision estaba muy clara, Elegimos el aibergue, El templo de Kali era un lugar de peregrinacién muy famoso al que acudian los hind’es para honrar 2 la diosa y descansar. No habia hindd Que no deseara que, al morir, su cuerpo fuera incinerado en Kalighat. Ese seria el mejor sitio para que reposara nuestra gente antes de ir al cielo, junto a su venerada Kali, diosa de la muerte y la fettilidad. Kali ta Negra Cuenta una leyenda hindi que hace centenares de millares de aflos el Demonio del Mal asolaba la Tierra, trastocando las estaciones, sin que nadie pudiera acabar con él. Brahma, el Creador, dijo que el Gnico que lograria veneer al Demonio del Mal seria un hijo del dios Shiva. Pero Shiva estaba hundido de dolor por la muerte de su esposa y se dedicaba a vager por las aldeas, mendigando, con el cabello muy largo y el cuerpo cubierto de ceniza. De ninguna manera aceptaria volver a casarse. Por eso hubo que pedir a Kama, que es el dios del deseo y del amor, que despertase de nuevo el amor en Shiva. Asi que Kama agarré su arco de flores, apunt6 al corazin de Shiva y le disparé une flecha de jazmin, Desde aquel mismo instante, Shiva ya no pudo quitarse de la cabeza a Unma, |a hija del Himalaya, que era la reencarnacién de su primera esposa 1 Dia y noche suspiraba por ella hasta que por fin se casaron, i Entonces ella tomé e! nombre de Parvati, hija de la montafia i Pero el Demonia del Mal segula haciendo de las suyas y destrozando la Tietra. Para cuando Parvati y Shiva tuviesen su primer hijo ya seria demasiado tarde. No se podia esperar tanto. Para intentar acabar con el demonio rapidamente, los dioses decidieron unir sus fuerzas y soplaron todos juntos fuego sobre Parvati que se convirtié asi en la Gran Diose, Durga, la que es invulnerable, una diosa del color de la aurora. Pare poder acabar con el demonio, Durga tenfa diez brazos. La Luna le regelé la redondez de su cara. La Muer's, sus largos cabellos negros. Los dinses le entregaron armas. Su pacre, Himalaya, el Rey de las Montafas, |e dio un leon para que le sirviera de montura. Asi pertrechada, Durga salié en busca del Demonio de! Mal, que aparecié en forma de biifalo enorme, acompafiado por su ejército. Después de tres dias y tres noches de encarnizada batalla, Durga bebié una copa de licor de los diases y hundid su tridente en ei pecho del demonio. El malvado quiso abandonar su cuerpo y Se reencarné en un monstruo con una cimitarra; pero Durga lo dacapité y acabé para siempre con él. En ese momento, Durga se transformé en una diosa completamente negra a le que llamaron desde entonces Kali la Negra. Una Kali de carne y hueso De fa noche a la mafana, lo que en otro tiempo habla sido un lugar de reposo para peregrinos, se convirtié en el Nirmal Hriday, Centro de! Coraz6n Inmaculado, un hogar en el que acogiames a los mendigos que encontrdbamos en las calles, los leprosos rechazados por sus familias, los moribundos que no eran aceptados en los hospitals... IntentSbamos que los ‘Que habian vivico como animales pudiesen morir coma angeles, sintiéndose queridos y estimados. Esa era nuestra unica intenci6n, A algunos grupos de hindties no les gustd nada que colocaramos nuestro hogar junto al templo de Kali. Pronto nos acusaron de intentar convertir a los hindiies al cristianismo a cambio de cama y comida, Estaban bien equivocados, porque el trabajo de 'as Hermanas de la Caridad se basaba, sobre todo, en el respeto a las creencias de las personas 2 las que atendian. ¥ os aseguro que atendiamos a persones de todas las religiones. Pero [as tensiones iban en aumento. En varias ocasiones fuimos apedreadas y una vez, incluso intentaron asesinarme. A pesar de todos estos pequefios incidentes no lograron intimidarnos. Sabjamos que tenfamos que continuar nuestra labor y tampoco Pretendiamos que ésta fuera comprendida por todo el mundo, Tenia esperanzas de que un dia se darian cuenta del error que estaban cometiendo, Y ese dia no tardé en llegar. Un grupo de manifestantes fue a pedir a la policfa que nas echase de alll. Cuando el jefe de Policia entré en el Nirmal Hriday y vio con sus propios ojos el amor con que lavabamos a los enfermos, les dabamos de comer, les cortabamos el pelc..., se qued6 profundamente impresionado, Al salir dijo a los manifestantes que sdlo nos expulsaria del Nirmal Hriday cuando consiguieran que sus madres, sus hermanas y sus esposas hicieran lo que nosotras estabamos haciendo. Algo parecido ocurri6é con los sacerdotes brahmanes que cuidaban del templo de Kali. Al principio se opusieron de manere rotunda @ nuestra presencia, Pensaban que ea una profanacién al temple de Kali. Hasta que un dfa uno de ellos se presenté en el hogar con una enfermedad grave y contagiosa, Fue atendido con tanto amor y respeto que, cuando ya estaba curado, se dirigié a los demas para decirles: «Nosotros rendimos culto a una Kali de piedra, pero ésta es una Ma-Kali real, una Kali de carne y hueso» Los hoyares infantiles La tatea era mucha. Por suerte, el ndmero de Hermanas de Ja Caridad iba en aumento y los colaboradores de todas las religiones y procedencias sociales eran cada vez més. Gracias a tanta ayuda, el 23 de septiembre de 1955 inauguramos el Shishu Bhavan, el primero de una serie de hogares infantiles. A principio era sélo un edificio humilde en el que recogimos a un grupo de nifios abandonados. A algunos de ellos los hablamos encontrado en las basuras o tirados en el suelo de los andenes. Y, jlloravan tanto! Necesitaban comica y un buen bafio; pero, sobre todo, necesitaban que unos brazos amarasos 108 acurtucaran. Eran nifios enfermos, abandonades por sus familias que no podian alimentarlos, hijos de madres solteras que ro iban a volver a ser aceptados por sus familias, retresados mentales... En cuarto se enteraron de la existencia del hogar infantil, muchas familias vinieron directamente a entregarnos a sus hijos y jamas dijimos que no a ninguna, Aunque no diésemos abasto y nos faltasen cams. Si era necesario les metfamos en cajas de cartin y los calentabamos ‘con bombillas. Algunos eran devueltos a sus padres cuando ya estaban fuertes y sanos. Otros se daban en adopcién a familias musulmanas, hinddes, eristianas.. Cada dia me sorprendfa més la capacidad de generosidad y de solidaridad de la gente pobre. Nunca olvidaré el dia que se me acercé un leproso para entregarme el cuenco cen las limosnas que habia recogido durante el dia. Detalles como éste ccurrian de manera habitual y nos daban fuerzas para dedicarnos a nuestro trabajo con alegria y confianza en el ser humano y fe en la vide. Siempre me mostré contraria al aborto. Por eso las hermanas y yo recorrimos Caleuta pegando carteles que decian que acogeriamos a todos los pequefios que nos llevasen. Y cada die aparecian cuatro © cinco ninos nuevos en ei hogar a los que cuidar y alimentar. :Como nos las apatiébamos para salir adelante? Pues gracias a la ayuda de Dios, por supuesto. No sélo habia que ocuparse del cuidado de los bebés; también teniamos nifios mayores a los que habia que proporcionar una preparacién. Una de las primeras cosas que hice fue comprar tres maquinas de escribir para que las nifias aprendieran mecanogratia y asi en el futuro pudieran conseguir un empleo. A los que estaban en condiciones los mandabames a la escuela, Y a los huérfanos les ensefiébamos un oficio. A las nifias, procurabe concertarles un buen matrimonio, como era costumbre en la India. En la cultura hindi no era nada fact! encontrar a familias que quisiesen cesar 2 sus hijos con una huérfana, una hija de madre soltera o una abandanada. A pesar de ello, 1o conseguiemos y les preparabamos una sencilla dote compuesta por un sari nuevo, alguna bisuteria y un anillo de boda. Pronto el Shishu Bhavan se quedé pequefio y tuvimos que ampliarlo. ¥ después abrir otro hogar, y otro, y otto... Cuanto més trabajébamos, mas tarea nos quedaba por hacer. No nos olvidamos de los Leprosof Ademas de los moribundos y los nifios, [os leproses eran los mAs desamparados de todos. La jepra en la India afectaba 2 dos millones de personas. Es una enfermedad terrible, porque los ue la padecen son rechazados por todo el mundo. El miedo al contagio de la lepra es tal que, en muchas ocasiones, los leprosos san expulsados de sus familias, echados de sus trabajos, y condenados a vivir en la marginacién. Por miedo al rechazo, cuando alguien se entera de que tiene lepra, |o oculta durante todo el tiempo que puede. Eso dificulta su curacién, Porque cuanto antes se empieza a tratar la enfermedad, mas posibilidad hay de que pueda curarse. Y lo més curioso es que todos Ios tipos de lepra no son contagiosas; hay un tanto por siento de casos que no se contagian. Pero el horror que tienen los indios a esta enfermedad que tantas muertes causa es muy profundo, Tanto que algunos Jeprasos se ven obligados a anunciar su legada con una campanilia para que los sanos tengan tiempo de retirarse. Los leproses solfan vivir juntos, apartados y escondidos. Esto 10 quiere decir que renunciasen a la alegria y la diversién. Celebraban bodes y fiestas entre ellos en las que se ponta de ‘manifiesto sus ganas de vivir, Siempre me llamé la atencién esa capacidad de los indios de levanterse por encima de sus propias Gesgracias y adversidades para disfrutar de la vida. En la cara de un indie nunca faltaba una sonrisa. En cierta ocasién, las Hermanas de la Caridad intentamos fundar una clinica para leprosos en un barrio de Calcuta; pero el regidar local se opuso y los habitantes dal lugar nos zrrojaron piedras. Desidimos marcharnos a otro lado. El doctor Sen, médico hindi especilizado en lepra, deid su consulta para dedicarse, de por vida, a ayudarnos con los leprosos. Como veis, el mundo esté lleno de gente maravillosa. En una embulancia que recibimos de EE. UU,, fundamos con él la primera leproseria mévil. Después de muchas idas y venidas, y muchas horas de espera en oficinas, pudimos, por fin, inaugurar el Shanti Nagar (Lugar de Paz}, nuestro primer hogar para leprosos. Queriamos crear una casa hermosa y acogedora en la que no s6lo se ofreciese 1a posibilidad de curacién 2 muchos enfermos de lepra, sino también la de recuperar la dignidad perdida. Por eso pusimos una fuente, estanques con peces, bananos, palmeras... Creamos, aclemés, diferentes ocupaciones para que las familias de leprosos pudiesen trabajar y sentirse de nuevo parte de la soc edad. Hacian ladritlos, cuidaban det ganedo, cultivaban arroz, fabricaban cestas, tejfan saris, pusieron en marcha una imprenta. Una entrevista con el emperador Las Hermanas de la Caridad llevabamos ya cas) diez afios trabajando en Calcuta y teniamos muchas ganas de empezar a fundar hogares por toda la India. El primero fue un hogar para nifios en Delhi. Después vino ei hogar para moribundos en Bombay, fa casa para atender a las victimas del cielén de Andhra Pradesh, las casas de Ranchi y Jansi. Pero como los obres no estaban solo en la India, pronto sentimos [a necesidad de funcar otros hogares fuera de! pais. Asi fue como en 1965 un grupo de hermanas se trasladé hasta Venezuela, para crear una casa en Cosorote. Después vinieron otras en Caracas, en Tabora (Tanzania), en Melbourne, en Jordania, en los suburbios londinenses, en Nueva York, en Hong Kong... Por desgracia, habla pobres en todos lados y en los paises més desarrollados abundaba Ia mas terrible de las pobrezas: la pobreza de espiritu. En ellos me encontré con la enfermedad mas cruel de todas: la soledad, Por ejemplo, cuando vivi tan de cerca las inundaciones de Caleuta que causeron tanta desolacién, me sorprendié que la gente de Calcuta fuera humanamente més rica que los habitantes de Hong Kong. Intentébamos estar en todos los lugares donde crefamos que se nos necesitaba, y por regia general se nos acogia con los brazos abiertos. Bueno, a veces costaba un poco mas, sin embargo siempre terminabamos consiguiéndolo, En Etiopta, por ejemplo, hubo una gran sequfa que asolé el norte del pais, Nosotras nos preparamos para viajar hasta alli con el objetivo de fundar una casa; pero tue mucha la gente que nos advirtié de que seria completamente imposible que el emperador Hailé Selassié recibiera a una congregaci6n cristiana. Cuanto menos, que la dejase quedarse en el pais. Como es légica, las Hermanas de la Caridad no nos ibamos a rendir ante la oposicion de un seftor, por muy emperador que fuese. Asf que ni corta ni perezosa tomé el primer avi6n y me presenté allf. Con un poco de estuerzo consegui una entrevista con la hija de Hailé Selassié y le pedi que me dejara ver a su padre pata celebrar con él el cuarenta y tres aniversario de su coronacién. Le levaba un regalo: las hermanas que se quedarian en Etiopia para consolar y ayudar a sus sUbditos. Ante ia sorpresa de todos, el emperador no sélo accedié a recibirme, sino que me felicité por nuestra labor y me dio permiso para que las hermanas abrieran la casa. Como veis, no hay obstaculo que se interponga ante un corazén Henao de amor. Los pobres de la Luna Mi vida en aquelta época era un continuo ir y venir, del avién al tren y del tren al avion. Y, entre viaje y viaje, recibf la dotorosa noticia de la muerte de mi madre. Aunque llevaba muchos afics sin verla, sabia que ella compartfa mi preocupasién por los pobres y los necesitados; y estaba segura de que durante todo este tiempo habia rezado cada noche para que Dios ayudara a Su pequefia Agnes en su labor. Y Dios la habla escuchado, Con el tiempo las casas de las Hermanas de la Caridad se fueron multiplicando. En 1979 ya habla 158 repartidas por todo el mundo. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de muchisima gente que, desde aque! dia en que salf de Loreto con cinco rupias en el bolsillo y el corazén Hleno de ilusiones, no habian dejado de colaborar. Damas de la alta sociedad que se acercaban a los hogares @ echar una mano en Io que hiciese falta, médicos que atendian de manera gratuita @ los enfermos, estudiantes que venian a ateitarlos o cortarles el pelo, otros que aportaban sus donaciones... Eran tantos los que querian colabarar en todos los rincones del mundo que se creo una Asocizcién Internacional de Cooperadores de la Madre Teresa. Alentadas por e! apoyo de tanta gente buena, estabamos dispuestas a acudir a todos los lugares de la Tierra en los que hubiera pobres. Y si habla pobres en la Luna, tambien iriamos alli. Llveven Premios Y empezaron a llegarme premios por todos iados.., Recibf el Premio Magsaysay por e! entendimiento internacional, El Loto que Difunde la Luz, el Premio de la Paz de! Papa Juan XXIII, @! Premio Nehru por el buen entendimiento internacional, las Medallas Ceres de la FAO, la Medalla del Afto Internacional de la Mujer, etc. Todos los recogi con gran humildad. Pero ei premio mas importante de todos, e! que més orgullosa y honrada me hizo sentir, fue el premio Nobel de la Paz que me otorgaron en octubre de 1979. El 8 de diciembre, las hermanas Agnes, Gertrude y yo aterrizamos en Oslo. Cudnto se asustaron las personas que nos esperaban para recibirnos, al vernos bajar del avién con nuestros saris de algodon y nuestras sandalias, a una temperatura de ocho grados bajo ceto, Estaban tan Preocupados por nosotras que se empefiaron en que nos Pusiéramos abrigos de piel y botes forradas. Pero, por mucho Que insistieron, s6lo consiguieron que accediéramos a ponernos unos caleetines debajo de las sandalias. En el aula Magna ce la Universidad de Oslo, cuando iban a hacerme entrega de! premio, recé en voz alta la oracién de la Paz de San Francisco: «Seftor, haz que yo sea un instrumiento de tu paz a fin de que pueda llevar amor alli donde hay od Todo el ptiblico congregado en el aula, iormado por catélicos romanos, luteranos, anglicanos, ortodoxos, griegos, baptistas, Metodistas... se unié a mf en el rezo. Todos unidos por la paz. Fue un momento conmovedor. Después de la entraga del bp premio, que recogi en nombre de todos log pobres del mundo, no hubo sary banquets. Preferi que el dinero se destinara a los que no tenian qué comer. Mis éltimas amos En 1981 me diagnosticaron una dolencia de corarin, Desde entonces fueron muchas las ocasiones en que desobedect a los médicos que pretendian que guardara reposo, ;Cémo querian que me quedara quieta en una cama con todo fo que quedaba atin por hacer? Contra todo pronéstico, mi corazén aguanté mucho mas de lo que todos esperaban. Quizés el amor y el trabajo le fortalectan En 1989 me instalaron un marcapasos. Pero segui con mis tareas todavia, entre idas y venidas al hospital, durante ocho afios mas. Hasta que el 5 de septiembre de 1997 mi corazén dijo basta. Mori como habia vivido, trabajando para los pobres, a los que habia dedicado mi vida y que tanto me habjan dado. Mi cuerpo fue paseado por las calles de Calcuta en la misma curefia que habla transportado a Gandhi, a quien tanto admiraba. Miles y miles de indios me acompafiaron, Me fui tranquila y 2n paz. Dejaba tras de mi 380 comunidades repartidas por todo el mundo, a miles de Hermanas de la Caridad y cientos de Hermanos que continuarian la labor que yo humildemente habia empezade, Me iba, ademas, convencida de que el mundo estaba Ileno de personas dispuestas a lucher por convertirlo en un lugar més justo, Terra de Catcsta / G3 sor | vida dp Terera de Calesta Wisteria - | Ciencla | yes Artes TWiO.1820 1910, Necd on Soe iAlnan a) 912 Sedechra' ndependincis de] 1916-

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