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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA. DERECHO

TRABAJO DE LÓGICA JURIDICA

Bachiller:
Hung Jesús
C.I. V-

San Juan de Los Morros, Octubre 2023


ÍNDICE

INTRODUCCION 3

TEMA 8 La Inducción 4
Los razonamientos por analogia 5
Las conexiones casuales 5
La ciencia y la hipotesis 7

9 Los usos del Lenguaje 8


Las funciones basicas del lenguaje 8
Las formas del discurso 9
Los vicios del lenguaje 12
Barbarismos y Solecismos 13

10 Las falacias. Definición y Caracteristicas 19


Clases de Falacias formales 20
La manera de evitar las falacias 21

CONCLUSIÓN 23

BIBLIOGRAFÍA 24

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Introducción

La Teoría de la Argumentación, la lógica jurídica, el lenguaje y sus usos


como parte del quehacer filosófico constituye un elemento indispensable de
toda actividad racional, de toda ciencia, de toda disciplina. Tal importancia se
evidencia con mayor fuerza, en las áreas del conocimiento que se basan
fundamentalmente en el discurso racional y las abstracciones intelectuales, que
luego han de desarrollarse, plasmarse y aplicarse en el mundo material. Este
es el caso del Derecho en sus tres acepciones (como ciencia, como norma y
como facultad). De allí, que la Teoría de la Argumentación sea considerada
como una de las vertientes de la Filosofía, y más frecuentemente de la Filosofía
del Derecho, dado que se erige como uno de los pilares fundamentales que da
sentido a todo pronunciamiento jurídico: doctrinario, legislativo y judicial.

Es por ello que en el presente trabajo de investigación aborda se


abordan temas que nos ayuda a entender y aplicar el razonamiento lógico, de
qué manera se utiliza el lenguaje y cuáles son las funciones básicas del mismo.
Abordamos un sin número de conceptos que nos ayudan a entender por qué
debemos investigar y hablar de una manera adecuada tanto desde el punto de
vista formal como informal.

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Tema 8
La Inducción

Se denomina inducción a un proceso de conocimiento que consiste en


observar circunstancias particulares y a partir de ellas generar
una conclusión general. Este tipo de proceder es improcedente a la hora de
garantizar veracidad en la conclusión, en la medida en que pueden existir
casos desconocidos que nieguen o se contradigan a la conclusión general. No
obstante, puede ser útil como una forma provisoria de generar una teoría que
luego será contrastada empíricamente.
Por contraposición a la inducción, la deducción es un procedimiento que
consiste en partir de leyes generales para dar cuenta de aspectos particulares
del universo. En efecto, si sé que existe una fuerza denominada gravedad que
atrae los objetos hacía el piso con una determinada aceleración, puedo calcular
la velocidad que un objeto de una masa determinada tendrá a medida que se
deja caer a distintas alturas. Así, los científicos van elaborando distintas leyes
que pretenden ser lo más generales posibles y a parir de allí van haciendo
predicciones sobre determinados eventos, predicciones que de no cumplirse
serán una refutación de la teoría esbozada.
La inducción, por su parte consiste en elaborar una observación de multitud
de eventos y a partir de allí se establece una conclusión general. Este
procedimiento puede estar en desuso en el ámbito científico general, pero
existen algunas disciplinas que se basan fuertemente en este tipo de análisis.
Un tipo de ejemplo al respecto lo muestra la estadística. En esta se puede
hacer un determinado relevamiento en una muestra lo suficientemente amplia y
a partir de las conclusiones observadas allí extender el resultado a una muestra
mayor.
Es un tipo de procedimiento que se estila en encuestas de consumo y
sondeos de opinión púbica. No obstante, como queda dicho, no existe
relación lógica entre ambas muestras que pueda trasladar la conclusión de una
a otra.

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Los razonamientos por analogía

El razonamiento analógico es aquel tipo de pensamiento que intenta


encontrar similitudes entre dos cuestiones diferentes (situaciones, ideas,
objetos, etc.) para llegar a una conclusión específica. En otras palabras,
compara una cosa conocida con otra desconocida para tratar de formular una
deducción válida.
Ejemplo de razonamiento analógico: “Si el corazón es como una bomba,
entonces las venas y arterias son como las tuberías. Al igual que las tuberías
transportan el agua por toda la casa, las venas y arterias transportan la sangre
por todo el cuerpo.”
El razonamiento por analogía se puede utilizar en una amplia variedad
de situaciones, tanto en la vida cotidiana como en el ámbito profesional. Es
importante destacar que Es un tipo de razonamiento no deductivo que consiste
en obtener una conclusión a partir de premisas en las que se establece
una analogía o semejanza entre elementos o conjuntos de elementos distintos.
El razonamiento por analogía parte de juicios anteriores ya conocidos a otros
que se pretende conocer, manteniendo la misma particularidad.
En este tipo de razonamiento no hay preservación de la verdad como
sucede con el razonamiento inductivo.

Las conexiones casuales

Una conexión causal, en un sentido estricto, es una ley de sucesión


invariable y, por lo tanto, una conexión más fuerte que una correlación
probabilística. Se ha solido expresar que la causalidad implica una conexión
necesaria e interna entre dos o más fenómenos, el precedente, llamado causa,
y el consecuente, el efecto. Por supuesto, decir que “a causa b” implica “a
precede a b”, pero la implicación inversa no puede sostenerse. Esto muestra

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que un problema reside en descubrir lo que distingue un antecedente causal de
un antecedente meramente temporal. Hume, en su famosa discusión acerca de
la causalidad, sostuvo que el contenido verificable de una afirmación causal se
agota en la afirmación de una “conjunción constante” de la clase de sucesos
llamados “causa” y “efecto”.

Sostuvo que las conexiones causales son contingentes, no necesarias.


Esperamos que un vidrio se rompa cuando una piedra lo golpea, pero esto
sucede porque hemos observado frecuentemente la repetición de esos
sucesos; si nunca hubiéramos observado tal “conjunción” no habríamos sido
capaces de predecir lo ocurrido. Por otra parte, nada garantiza que lo que ha
ocurrido hasta el presente siga ocurriendo en el futuro. El sol aparece todos los
días, pero ¿podemos asegurar, inexorablemente, que también ha de aparecer
mañana? Se sostenía entonces, antes de Hume, que debía existir una
conexión necesaria entre la causa y el efecto. Pero cuando se afirma que,
dados dos eventos sucesivos A y B, A es la causa de B si es imposible que se
dé A sin que inmediatamente tenga lugar B, se está afirmando algo cuyo
significado no es empíricamente verificable, ya que es indudable la dificultad de
reconocer la necesidad exigida, pues lo que se da en nuestro mundo es,
simplemente, que B sigue a A. Por lo tanto, Hume reemplaza la conexión
necesaria por la conjunción constante, que señala la repetición de fenómenos
sucesivos. Así, de acuerdo con Hume, se puede hablar de causa cuando un
objeto es seguido por otro y cuando todos los objetos similares al primero son
seguidos por objetos similares al segundo.

Toda afirmación de carácter causal, que se da entre hechos o


fenómenos, tiene a su vez sentido si puede expresarse en forma de ley (Kant
insistió en la existencia de reglas generales; para él, que concibió a la
causalidad como un principio de orden, un juicio observacional no cuenta como
experiencia sin una ley que afirme que, toda vez que un suceso es observado,
está siempre referido a algún antecedente, al que sigue de acuerdo con una
regla universal), pero esto no quiere decir que, necesariamente, rija un principio

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de causalidad para todo lo que sucede en el universo (aunque la búsqueda de
legalidades causales presupone que todo lo que acaece debe tener una causa;
se trata de una presuposición acerca de la naturaleza).

La ciencia y la hipótesis

Toda investigación científica debe partir de una hipótesis que se pretende


demostrar, o de varias. Una hipótesis es una suposición que puede comprobarse
mediante la investigación científica. Forman parte de la formulación del problema
y establecen relaciones posibles entre distintas variables. Es decir, las hipótesis
concretan posibles características y resultados que pueden existir entre ciertas
variables que se estudiarán. El método científico es el sistema a través del cual
los investigadores tratan de verificar la validez o veracidad de una hipótesis, o de
más de una.
Una investigación científica intentará demostrar la validez de una hipótesis
principal, lo que es una hipótesis de trabajo. Las hipótesis generales o teóricas
sirven para establecer una relación entre las variables, mientras que las de
trabajo y las alternativas son las que cuantifican esta relación. Las hipótesis de
trabajo pueden ser de varios tipos: atributivas, causales y asociativas. La
hipótesis nula es aquella en la que se determina que no hay vínculo entre las
variables.
En el caso de que no pudiera demostrarse la validez de la hipótesis de
trabajo o las hipótesis alternativas, se hablaría de una hipótesis nula. Hay otros
tipos, como son las condicionales y las relativas.

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Tema 9

Los Usos del Lenguaje

El lenguaje humano puede cumplir una multitud de funciones, pero todas


o casi todas pueden agruparse en tres grandes categorías. Esta clasificación es
una simplificación, pero es útil para el estudio del lenguaje. Estos tres usos
principales del leguaje son el informativo, el expresivo y el directivo.
El lenguaje surge de la necesidad de los hombres de
establecer relaciones sociales con el fin de la supervivencia de la especie
humana. A lo largo del tiempo, fueron surgiendo diversos sistemas y lenguas
que permitieron la exteriorización del lenguaje y la mejor comunicación entre
los individuos.
Sin embargo, las teorías actuales entienden que el lenguaje integra la
constitución cerebral del ser humano y que la educación realiza únicamente la
función de desarrollar en los individuos este impulso biológico que se encuentra
latente.

Funciones básicas del Lenguaje

Diversos autores establecen que el lenguaje tiene seis funciones:

 Función referencial o informativa. El individuo hace uso del lenguaje con


el único fin de comunicar una determinada información, sin emitir juicio de
valor ni queriendo causar algún tipo de efecto en el receptor. Por
ejemplo: Hoy es un día de sol.
 Función emotiva. El emisor comunica un mensaje e intenta transmitir algún
estado de ánimo, sentimiento o emoción. Por ejemplo: Me duele mucho su
partida.

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 Función apelativa. La comunicación se centra en el receptor con el
objetivo de provocar en él alguna reacción en particular, ya sea para que
haga o deje de hacer algo. Por ejemplo: Apaga el televisor, por favor.
 Función fática. La comunicación se centra en el canal de transmisión y lo
que se intenta es comprobar que continúe abierto para así poder establecer
o continuar con una comunicación. Por ejemplo: Hola, ¿sí? ¿Me escuchas?
 Función estética. La comunicación se centra en el lenguaje en sí, que es
utilizado con el objetivo de crear algún tipo de belleza. Esta función
predomina en novelas, cuentos, poesías, canciones y otras creaciones.
Aquí lo que importa del lenguaje no es su contenido, sino su forma. Por
ejemplo: Todas las hojas son del viento, menos la luz del sol. (Luis Alberto
Spinetta).
 Función lingüística. La comunicación se centra en el código, se utiliza una
lengua para hablar de ella misma o de otra. Por ejemplo: Zapato se escribe
con Z, no con S.

Las formas del Discurso

Las formas discursivas del texto son las distintas formas que escoge un
escritor para organizar el contenido de un discurso (oral o escrito) y de un texto.
Generalmente son cuatro: narración, descripción, argumentación y exposición.
Otros incluyen una quinta, el diálogo.
Un discurso es una forma de comunicación en la que un emisor
construye un mensaje y lo transmite a un receptor utilizando un código (que
usualmente es el lenguaje) a través de un canal, que puede ser oral o escrito.
Un concepto de discurso más específico hace referencia a la acción que
ejecuta una persona cuando habla ante un público y emite un mensaje
previamente preparado. Este tipo de discurso busca orientar respecto a un
tema y es desarrollado de manera tal que capte el interés del público.

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En los actos políticos, económicos o académicos se suelen efectuar
discursos y muchos se apoyan en recursos informáticos como presentaciones
de diapositivas, vídeos o imágenes.
La palabra discurso también suele relacionarse con la palabra relato, en
referencia al contenido cultural e ideológico que profesa una persona o grupo.
Por ejemplo: cuando se habla de un discurso liberal, marxista o moderno.
El término discurso también hace alusión a los postulados que
comunican información arrojada por un individuo o grupo. Según sus
características, el discurso puede ser:

 Discurso directo. Oración que expresa y reproduce de manera textual las


palabras de un individuo. Suele expresarse entre comillas, antecedido por
guiones o dos puntos. Por ejemplo: “Quiero jugar a orilla del río” o
Mateo: Quiero jugar a orilla del río.
 Discurso indirecto. Oración que reproduce de manera indirecta las palabras
de un individuo adaptando los tiempos verbales, pronombres personales y
referencias temporales. Suele introducirse con el verbo decir, expresar,
asegurar, entre otros, seguido de la conjunción que. Por ejemplo: Él dice
que quiere jugar a orilla del río (tiempo presente si se reproduce en
simultáneo con el discurso de Mateo) o Él dijo que quería jugar a orilla del
río (tiempo pasado si se reproduce con posterioridad al discurso original).

Características del discurso

 Preciso. Debe exponer un tema y sus argumentos de manera que pueda


ser comprendido por la audiencia.
 Verificable. Debe basarse en hechos comprobables que justifiquen y den
validez al discurso, salvo en algunos casos como en el discurso religioso o
artístico.
 Especializado. Debe hacer foco en un área y estar dirigido a la audiencia
idónea que pueda interpretarlo y sea de utilidad.

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 Original. Debe valerse de sus propios recursos y contar con puntos de
vistas creativos, únicos y novedosos
 Estructurado. Debe organizar la información de manera clara y ordenada
para ser interpretado por los oyentes o lectores.
 Atractivo. Debe llamar la atención de la audiencia, mantenerla activa y, en
muchos casos, motivar a la acción.
 Multi contenido. Puede contar con varios tipos de información y
complementarse con recursos audiovisuales.
 Multi plataforma. Puede transmitirse a la audiencia de forma oral o escrita.

Partes del discurso

Las partes del discurso clásico fueron establecidas en la Rhetorica ad


Herennium, tratado que reúne los principales lineamientos de la oratoria y el
discurso escrita en el 90 a. C. (aproximadamente) por autor desconocido.

 Exordio. El orador busca captar la atención de la audiencia.


 Narratio. El orador presenta el tema a tratar en el discurso.
 Divisio. El orador desarrolla su punto de vista y defiende su teoría o
argumento sobre la cuestión tratada.
 Confirmatio. El orador expone sus argumentos y las pruebas sobre las que
se fundamentan.
 Refutatio. El orador presenta las pruebas que rechazan los demás
argumentos contrarios al suyo.
 Conclusio. El orador plantea las conclusiones de lo expuesto y los pasos a
seguir.

Además, existe una clasificación ampliamente utilizada que divide al


discurso en:

 Introducción. Se presenta el tema a tratar.


 Desarrollo. Se postulan los argumentos existentes sobre la cuestión.

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 Desenlace. Se sintetizan las ideas más relevantes y se destaca el aporte
del análisis de la argumentación expuesto.

Los vicios del lenguaje

El propósito de los tipos de lenguaje, como la comunicación verbal y


escrita es para expresarte. Sin embargo, expresar tus ideas y pensamientos
puede ser malinterpretado debido a la existencia de los vicios de lenguaje que
practicamos sin siquiera saberlo. Los vicios del lenguaje son prácticas de
comunicación habladas y escritas relacionadas con la gramática y el
vocabulario utilizado, que dificulta la comprensión de tu mensaje. Estos son los
tipos de vicios más utilizados: ambigüedad, arcaísmo, barbarismo, cacofonía,
cosismo, dequeísmo, extranjerismo, idiotismo, impropiedad, metátesis,
neologismo, pleonasmo, y solecismo. Muchos se preguntan si hay una manera
de evitar estos malos hábitos lingüísticos y la respuesta es sí. Conocer los tipos
de vicios, sus significados y ejemplos de cada uno es el primer paso, así que
vamos a entrar en los detalles.
En atención a lo indicado en el párrafo anterior podemos deducir que los
vicios del lenguaje son aquellas formas de construcción o empleo de
vocabulario inadecuado que pueden dificultar la interpretación correcta de un
mensaje. Involucra tanto la dicción como el vocabulario, pues comprende todos
los factores que alteran el flujo normal de la comunicación.

Clasificación de los vicios del lenguaje

EL DEQUEÍSMO: es una incorrección frecuente en la utilización de los


verbos transitivos de dicción o pensamiento: pensar, imaginar, suponer, creer,
opinar, aconsejar. Por ejemplo: Pienso de que está equivocado. (Pienso que
está equivocado). Aclaro de que no fue mi intención.

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QUEÍSMO: es el uso incorrecto de “que” sin la preposición “de”. Por
ejemplo: Llegó la hora que me lo digas. (Llegó la hora de que me lo digas). No
cabe duda que María lo recibió. (No cabe duda de que María lo recibió).
COSISMO: Es un vicio de construcción que consiste en abusar del uso
de la palabra “cosa”, por pobreza de vocabulario. Por ejemplo: El altruismo es
cosa rara.
ANFIBOLOGÍA: Es el doble sentido que puede adquirir una frase como
consecuencia de una mala redacción produciendo equívocos e interpretaciones
erradas. Ejemplos varios:
.- En venta chalecos para mujeres de lana natural (mal)-en venta
chalecos de lana natural para mujeres
.- Felipe va al departamento de Luis en su auto /Felipe va en su auto al
departamento de Luis.
.- Batas para caballeros de seda / batas de seda para caballeros
.-Dulces para niños confitados / dulces confitados para niños

Barbarismos y solecismo

Históricamente, los bárbaros eran los pueblos que se consideraba que


no pertenecían a la civilización griega o romana o hablaban su idioma.
En el español, los bárbaros son las palabras que no pertenecen a la norma
culta, pero que son tan comunes que muchas veces no percibimos el error.
¡Que tire la primera piedra el redactor que nunca cometió actos de barbarismo!
Por suerte, los redactores son rescatados por los editores que se dan cuenta
de esas palabras en la mayoría de los textos. Aquí te van algunos ejemplos:
• Aiga (haya).
• Amateur (aficionado).
• Cafeces (cafés).
• Fuistes (fuiste).
• Tomastes (tomaste).

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Los barbarismos, como ejemplificamos arriba, son errores relacionados a
la construcción de las palabras. Cuando el error se relaciona con la sintaxis,
son llamados solecismos. Estos errores se relacionan con la construcción de
las oraciones, no la ortografía de las palabras. Aunque suene extraño, verás
que algunos de estos errores te resultarán bastante familiares. Como por
ejemplo:
• A cuenta de (por cuenta de).
• En base en (con base en).
• Bajo el pretexto (con el pretexto).
• De conformidad a (de conformidad con).
• En relación a (con relación a).
Para deshacerse de estos errores lo mejor que se puede hacer es leer
mucho y pensar bien la forma en que estamos construyendo las oraciones. A
veces, cambiar el contexto puede ayudarte a ver el error.

Redundancia

Para algunas personas, las expresiones redundantes están tan


internalizadas que se les hace imposible identificarlas en el texto. Estos son
algunos ejemplos:
• La gran mayoría.
• Pequeños detalles.
• Otra alternativa.
• Panorama general.
• Rutina diaria.

Repeticiones
¿Alguna vez has leído un texto en el que aparece tantas veces la misma
palabra que termina distrayéndote? La repetición de términos es bastante
común entre los redactores de blogs y puede ser evitada con el uso de
sinónimos y pronombres.

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Es muy simple: ¿viste alguna palabra repetida muchas veces en el
texto? Haz una búsqueda rápida de un término equivalente o de los
pronombres adecuados. Algunas herramientas, como los diccionarios online,
pueden ayudarte a hacerlo.
Pero ten cuidado: sustituir un término puede cambiar el tono y el
significado de la expresión. Además, intercambiar frecuentemente un concepto
o una idea con palabras como "este o "esta" hace que el lector se confunda.
La repetición puede presentarse también de maneras menos obvias,
como en la construcción de las frases. Puede ser, incluso, que aunque las
busque en el texto no consiga identificar ese vicio del lenguaje.
Un ejemplo, sería un escritor que utiliza frecuentemente las expresiones
"actualmente", "hoy en día", "en los días actuales". Ese uso exagerado de la
misma expresión resulta cansado para el lector y empobrece el texto. Por
ejemplo, imagínate leer un texto así:
• Una cosa es cierta: llegarán tarde.
• El problema era el siguiente: no había más tiempo.
• No hay duda: ellos fueron displicentes.
El uso de los dos puntos puede ser un recurso interesante para el texto,
pero cuando es usado repetidamente cansará al lector. En estos casos, una
lectura atenta en la revisión, si es posible en voz alta, consigue identificar
expresiones y construcciones de frase repetitivas.

Repetición del "que"

“Que” es una de las palabras más versátiles del español. Puede servir
como pronombre, adverbio, conector y sustantivo. Por eso, es tan común
exagerar su uso.
En la frase “Ellos nos avisaron que los textos que fueron escritos
estaban muy bien, a pesar de que no tenían nombre”, tanto “que” resulta
molesto, ¿no?

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Una forma de cambiar esta frase sería: “Ellos avisaron que los textos
escritos estaban muy bien, a pesar de no tener nombre”. Las soluciones para
evitar el “que” son bastante diversas, pero recuerda siempre evaluar cómo el
cambio afectará el contexto y el sentido de la frase. Si necesitas más consejos
para realizar esas modificaciones, te podemos ofrecer estos:
• Cámbialo por un signo de puntuación: “Fue anunciado que estaba libre” –
“Fue anunciado: estaba libre”.
• Puedes cambiarlo por el pronombre “cual” o sus variaciones: “Los niños
que jugaban fútbol” – “Los niños, los cuáles jugaban futbol”
• Cámbialo por el gerundio del verbo: “César leía una publicación al mismo
tiempo que la criticaba” – “César leía una publicación criticándola”
• Haz usos simples del participio: “Los trabajos que fueron terminados” –
“Los trabajos terminados”
• Cámbialo por un adjetivo: “Postres que agradaban al paladar” – “Postres
agradables al paladar”.
• Cámbialos por un sustantivo: “Marcelo, que juega en el equipo de la
ciudad” – “Marcelo, jugador del equipo de la ciudad”.

Ambigüedad

¿Alguna vez has leído una oración y quedado confundido con su


significado? Cuando surge esta duda, usualmente te encuentras ante un vicio
del lenguaje muy común: la ambigüedad. El texto tiene dos interpretaciones y
no transmite claramente la idea.
Normalmente, la ambigüedad es provocada por el uso de pronombres.
Estos son responsables de sustituir un nombre ya mencionado en el texto, para
evitar la repetición de palabras. El problema es que si los pronombres son
utilizados indiscriminadamente queda poco claro cuál elemento fue sustituido.
Por ejemplo, una frase mal escrita sería: “Clara le pidió a Pedro que
moviese el carro de Clara”. Lo correcto es usar: “Clara le pidió a Pedro que
moviese su carro”.

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¡Oye, pero ahora la frase es ambigua! ¿El carro de quién? ¿De Clara o
de Pedro? Sin saber la intención del autor, no es posible resolver esa duda, lo
cuál crea el error. Una solución en ese caso sería usar otro pronombre
posesivo: “Clara le pidió a Pedro que moviese el carro de ella”.
Otros casos de ambigüedad pueden darse con otros tipos de palabra o
problemas en la construcción de las oraciones. Como por ejemplo:
• “El espejo del carro, que está quebrado” (¿qué está quebrado? ¿el espejo
o el carro?)
• “María y yo estábamos allí, y cuando jugaba videojuegos llegaron los
invitados” (¿Quién juega? ¿María o yo?
• “El hombre miró a la mujer sonriente” (¿quién sonríe? ¿El hombre o la
mujer?)
Si no puedes deshacerte de la ambigüedad, siempre es mejor cambiar la
oración por otra que esté construida de una manera diferente.

Gerundismo

Este es un vicio del lenguaje relacionado el uso inadecuado o exagerado


de los gerundios, los cuales pertenecen a la categoría de verbos que terminan
en “ando” o “endo” (rompiendo, teniendo, jugando, bailando, etcétera). Un
ejemplo de gerundismo sería: “Estaba subiendo por la ladera cuando,
viéndome rodeado de un sin fin de flores, tomé una agachándome y la acerqué
a mi rostro, oliéndola con alegría y paz”
Algunos escritores, incluso, prohíben el uso del gerundio en cualquier
situación, lo cuál es un error. Este tipo de palabras expresan una acción
continua o simultánea a otra y, por lo tanto, son válidos recursos de lenguaje si
son usados de manera correcta y consciente.
En el ejemplo mencionado arriba, el uso exagerado de gerundios
provoca que muchas acciones den la sensación de suceder simultáneamente
cuando en realidad no es así. La mejor forma de solucionar este error es
adaptando la conjugación de los verbos con relación a los distintos momentos

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de la historia: “Subiendo por la ladera, me vi rodeado de un sin fin de flores. Me
agaché, tomé una, la acerqué a mi rostro y la olí con alegría y paz”.
No hay que tenerle miedo ni rechazo a los gerundios, pero es necesario
saber cómo aplicarlos correctamente. Algunos ejemplos de su uso correcto
son:
• “Amanda, a esa hora estaré trabajando”;
• “Ellos fueron discutiendo todo el camino”;
• “Cuando estés viendo la película, no haré ruido”.

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TEMA 10
Las falacias

Una falacia es un razonamiento no válido o incorrecto pero con


apariencia de razonamiento correcto. Es un razonamiento engañoso o erróneo
(falaz), pero que pretende ser convincente o persuasivo. Todas las falacias son
razonamiento que vulneran alguna regla lógica. Así, por ejemplo, se argumenta
de una manera falaz cuando en vez de presentar razones adecuadas en contra
de la posición que defiende una persona, se la ataca y desacredita: se va
contra la persona sin rebatir lo que dice o afirma.

No debemos confundir validez y verdad, como ya hemos visto y las


falacias se caracterizan porque algo falla en el razonamiento mismo, es decir, o
falla la forma y falla el contenido o significado ---la materia--- de los argumentos
supuestamente lógicos o válidos. Así en algunos casos el problema es la
ambigüedad de algunos términos, que nos permitía utilizarlos con dos sentidos
distintos en distintas premisas, con lo que al final llegábamos a una conclusión
disparatada. Otras veces, en cambio, lo que están mal son las premisas
(partimos de premisas falsas que nos parecen verdaderas). Finalmente, hay
veces en que lo que está mal es la relación misma entre las premisas (que no
es lógica).
Una falacia es, como señala Irving Copi (1987), un argumento incorrecto,
pero psicológicamente persuasivo. La fuerza de una falacia, reside en su
carácter convincente, el cual se debe a que tiene la apariencia de estar
correctamente construido, pero cuando lo analizamos con detenimiento,

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notamos que el paso de las premisas a la conclusión no es el adecuado,
debido a que las premisas no son pertinentes para lo que se quiere defender.

Características:

1. Son razonamientos engañosos


2. Son razonamientos NO Validos
3. Son razonamientos INCORRECTOS
4. Son razonamientos que parecen ser verdaderos, pero no lo son.
5. Es un razonamiento FALAZ o ERRÓNEO
6. Que solo pretende quien lo emite, busca PERSUADIR O
CONVENCER a la otra persona.
7. La Falacia vulnera (hiere-lastima-violenta) todo principio lógico.

Clases de Falacia

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Clases de falacias formales
Las falacias formales son aquel tipo de falacias que se cometen cuando
no se respetan los criterios establecidos por la lógica deductiva. Para esta, un
argumento resulta inválido cuando la verdad de las premisas no apoya
necesariamente la verdad de la conclusión. Son, por tanto, argumentos en los
que la conclusión no se sigue necesariamente de las premisas.
Puede descubrirse este tipo de falacias estando atentos a la forma lógica
de los razonamientos. En los argumentos podemos distinguir entre
su contenido (el tema de que se habla) y su estructura formal o regla lógica,
que es un esquema lógico que subyace a dicho razonamiento. Así, por
ejemplo, sean los siguientes razonamientos:
1. Si hoy es lunes, entonces me levanto pronto. Hoy es lunes. Por
tanto, hoy me levanto pronto.

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2. Si gana mi equipo de fútbol entonces lo celebraré. Gana mi
equipo de fútbol. Por tanto, lo celebraré.
Si te fijas en (1) y (2) se trata de argumentos con contenidos distintos.
Mientras (1) se refiere a lo que hago los lunes por la mañana, (2) hace
referencia al fútbol. Desde ese punto de vista son diferentes. Pero hay algo en
que se parecen ambos argumentos. En su estructura formal o lógica, que es:
Si A entonces B. A. Por tanto, B.

La manera de evitar las falacias

Si en una discusión racional alguien comete una falacia sería necesario


explicarle con claridad en qué consiste su error en la argumentación.
Hacerle notar que en un diálogo no es admisible la apelación a premisas o
razones que no son pertinentes para lo que se quiere concluir, como es en
el caso de las falacias de irrelevancia; o que los elementos proporcionados
no son claros, cuando es el caso de las falacias de ambigüedad; o que el
argumento tiene una estructura inválida, si es el caso de alguna falacia
formal. Para evitar las falacias se recomienda tener claros los siguientes
conceptos y saberlos aplicar:

• Conocer lo que es un argumento y saber distinguir claramente sus


partes.
• Conocer los criterios para evaluar argumentos y saberlos aplicar.
• Conocer qué es una falacia y reconocerla en la vida cotidiana.
• Conocer y reconocer los tipos más frecuentes de falacias.
• Conocer y reconocer las falacias relacionadas claramente con
algunos tipos de argumentos; por ejemplo: falacia de generalización
apresurada (que se presenta en argumentos inductivos incorrectos),
falacia de falsa analogía (que se presenta en argumentos
analógicos incorrectos), falacia de afirmación del consecuente

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(presente en argumentos que pretenden ser deductivamente
válidos).
• Conocer los diferentes tipos de diálogos para reconocer en cuál se
está participando.

Además de lo anterior es importante cuidar las siguientes actitudes:

• No aceptar como verdaderas las creencias que no estén


debidamente justificadas.
• Aceptar de buen grado las correcciones de los demás.
• Revisar nuestras opiniones o creencias a la luz de los argumentos
de los demás.
• Tomar en serio los argumentos de las personas con las que se
dialoga.
• Tomar en serio los propios argumentos.

Conclusión

El lenguaje es poderoso, dinámico, y define la forma en la que vemos el


mundo. Las palabras que utilizamos para comunicarnos son las bases para
nuestra conexión con otros, con nuestro entorno, y con nuestra propia
identidad. Identificarnos en nuestros propios términos, con los pronombres que

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elegimos y ser reconocidos con palabras inclusivas forma parte de la
democratización del lenguaje y del orgullo de ser quienes somos.
Es por ello que consideramos nuestro lenguaje muy rico, flexible y polisémico;
por consiguiente podemos interpretar una frase como: una orden, un consejo, una
advertencia, una amenaza, una súplica, un pedido, una instrucción, una exigencia, una
pregunta, una expresión de deseos, una sugerencia, un saludo, una invitación, un
elogio, una broma, una justificación, una excusa, una recomendación, una censura,
una atribución de responsabilidad, una oferta, una aceptación, una admisión de
responsabilidad, un juramento, una promesa, una maldición, una predicción, un
veredicto, una conjetura, una autorización, una prohibición, un insulto, un mero acto de
cortesía, etcétera
Sin embargo, en algunos casos el lenguaje puede ser utilizado para
excluir a ciertas personas o reproducir sesgos negativos hacia otras.
Es por ello que la intención comunicativa en toda conversación es emitir
un mensaje. Pero muchas veces, este mensaje no es interpretado
correctamente por el emisor por culpa de los vicios del lenguaje. Para evitarlos,
debemos conocer en qué consisten y cuáles son, para que podamos evitarlos y
así mejorar nuestra expresión oral, y lograr una buena comunicación
Es por ello que los vicios destruyen el lenguaje, arruinan el acervo;
aunque algunos escritores piensan que enriquece el idioma y hacen uso de ello
en sus creaciones literarias, para lograr según ellos, la simpatía del público
lector. Sin embargo, en la actualidad se ha expandido la incursión en estos
vicios, inclusive en las redes informáticas del Internet.

Referencias Bibliográficas

ATIENZA, M. (2004), La guerra de las falacias. Puebla: Cajica. Edición


aumentada de su libro del mismo título (1999)

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BORDES SOLANAS, M. (2011), Las trampas de Circe: Falacias lógicas y
argumentación informal. Madrid
COMENSAÑA, J.M. (1998), Lógica informal. Falacias y argumentos filosóficos.
Buenos Aires:
Schuster, Félix Gustavo (2005). Explicación y Predicción. La validez del
conocimiento en ciencias sociales Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (CLACSO)
Tamayo y Salmorán, Rolando. Razonamiento y Argumentación Jurídica. Ed.
UNAM, México 2009. pp. 23 y sig

Fuentes Electrónicas:

https://concepto.de/silogismo/#ixzz8FhRJYTfo
https://concepto.de/discurso/#ixzz8Fmnn2sPY

https://www.colegiomagister.cl/wp-content/uploads/2020/06/LyS-Vicios-Del-
Lenguaje.pdf

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