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Acutis nació en Londres el 3 de mayo de 1991 y desde muy pequeño Carlo mostró un especial

amor a Dios, aunque sus padres no eran especialmente devotos. Su madre decía que antes de
Carlo solo fue a Misa en su Primera Comunión, su Confirmación y su Matrimonio.

Carlo también amaba rezar el Rosario. Tras su Primera Comunión, iba a Misa con frecuencia y
se quedaba rezando la Hora Santa luego de la Eucaristía.

Por las tardes solía salir a llevar comida y bebidas calientes a las personas sin hogar. Su ejemplo
convirtió al catolicismo a un empleado hindú de su familia.

La madre relató que Carlo servía "en las mesas de los pobres, las de las hermanas de la Madre
Teresa de Calcuta en Baggio y las de los capuchinos donde servía como voluntario".

Falleció el 12 de octubre de 2006 a los 15 años, días después de saber que tenía leucemia,
cuando había llegado a convertirse en un "influencer de la Eucaristía" a través del catecismo
virtual y un proyecto que había desarrollado para poner online todo tipo de con contenidos
religiosos.

La madre relató que "pocos días después del funeral, al amanecer fui despertada por una voz:
'Testamento'. Revisé su habitación, pensaba en encontrar algún escrito. Nada. Encendí el
computador, el instrumento que prefería. En el escritorio había un video corto grabado por él
mismo en Asís tres meses antes: 'Cuando pese 70 kilos, estoy destinado a morir'.

Carlo, que era hijo único, predijo a su madre que iba a tener mellizos, a pesar de que estaba
por cumplir 40 años. En 2010, cuando Antonia Acutis tenía 43 años, dio a luz a una niña y un
niño: Francesca y Michele.

Ocurrió un milagro con un niño brasileño que padecía una afección mortal al páncreas y sanó
tras tocar una reliquia de Carlo en 2013.

"El niño tenía el páncreas casi partido a la mitad, no podía comer sólido y tenía muchos
dolores. La única solución era operarlo, pero la operación es muy riesgosa, hasta que tuvo
contacto con una de las reliquias de Carlo y al tercer día tuvo una transformación instantánea,
como la llamaron los médicos, y sanó de inmediato", recordó la madre del futuro beato.

"Es un milagro de segundo grado, siendo los de primer grado los que hizo Jesús, de los más
importantes"

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