El karst de México

1 Estudio y perspectivas en la investigación del

karst de México
Oscar O. Álvarez-Rivera1, Héctor Estrada-Medina 2*

1 Unidad de Biotecnología. Centro de Investigación Científica de Yucatán. Calle 43 No. 130 por 32 y 34, Col.
Chuburná de Hidalgo, C.P. 97200, Mérida; Yucatán, México.
2 Departamento de Manejo y Conservación de Recursos Naturales Tropicales. Facultad de Medicina Veteri-
naria y Zootecnia. Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias. Universidad Autónoma de Yucatán. km
15.5 Carretera Mérida-Xmatkuil s/n C.P. 97315, Mérida; Yucatán, México.
*Correspondencia: hector.estrada@correo.uady.mx
Resumen
El karst es un tipo de paisaje que abarca el 15.5% de la superficie libre de hielo del planeta, y el
19.94% de la superficie continental de México. Está constituido por rocas parcialmente solubles, prin-
cipalmente calizas y dolomitas, y en menor proporción evaporitas; que al disolverse o karstificarse,
desarrollan geoformas positivas y negativas propias de los paisajes kársticos. Cuando estas rocas se
encuentran en una proporción mayor al 65% corresponde a una zona de karst continuo y cuando está
entre el 15-65% es una zona de karst discontinuo. Debido a la relativamente alta solubilidad de la roca
y alta permeabilidad de los suelos, estas regiones se caracterizan por contar con un mayor volumen de
agua subterránea, en comparación de cuerpos de agua superficiales. La diversidad geológica, topográ-
fica, e hidrológica, resalta la importancia del estudio de este tipo de paisajes, desde diferentes enfo-
ques (sociología, edafología, génesis, geoquímica, etc.) para poder proponer estrategias de manejo y
de gestión dirigidas a minimizar los riesgos ambientales y garanticen el uso adecuado de sus recursos.
En este trabajo se analizó el estado del arte de los estudios referentes al karst de México, para lo cual,
se realizó una revisión sistemática en las principales bases de datos de información académica (Web of
Science, Springer, Ebsco y Google Scholar), se hizo un análisis bibliométrico de los resultados obte-
nidos y se clasificaron y analizaron las publicaciones obtenidas en dos grupos de estudio: 1) con una
escala de trabajo político-administrativa y 2) con un enfoque geomorfológico. Se obtuvieron un total
de 441 estudios, incluyendo artículos científicos, capítulos de libro, libros y artículos de revisión, pu-
blicados en el periodo comprendido entre 1930 y 2021. El 61% de estas publicaciones corresponden
a la escala político-administrativa (i.e. acotados a límites geográficos y políticos), y el restante 39%
al enfoque geomorfológico (i.e. referidos al estudio específico de ciertas geoformas del terreno). El
85% de los estudios se encuentran publicados en inglés. La principal institución en cuanto a volumen
de publicaciones de acuerdo con la Web of Science es la Universidad Nacional Autónoma de México
con el 17.58%, seguida de la Universidad Autónoma de Yucatán con el 5.76%. El 29% de los estudios
se relacionan a la hidrología, hidroquímica e hidrología del karst, mientras que en los últimos años se
han incrementado los estudios relacionados a la calidad y contaminación del agua. Se identificó que
la región sursureste (Tabasco, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán) concentra el 79.37% de
los estudios sobre el karst en México, mientras que, en los estados de Aguascalientes, Baja Califor-
nia, Baja California sur, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Nayarit, Sinaloa,
Tlaxcala y Zacatecas no se encontraron publicaciones referentes al estudio del karst. También se
identificaron prioridades en cuanto a la generación del conocimiento del karst de México, siendo una
de las más importantes la elaboración de cartografía a escalas más detalladas (ejemplo: 1:250,000).
Palabras clave: Análisis bibliométrico; Calizas; Karst continuo; Karst discontinuo
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Introducción
El karst es un tipo de paisaje ampliamente dis-
tribuido por todo el planeta, su principal particu-
laridad es que se encuentra dominado por rocas
parcialmente solubles, como las calizas (CaCO3)
y las evaporitas (halita [NaCl], anhidrita [CaSO4]
y yeso [CaSO4.2H2O]) (Jennings, 1985); conside-
rándose como karst continuo aquellos territorios
constituidos en una proporción mayor del 65%
de las rocas carbonatadas y/o evaporitas, y karst
discontinuo aquellos territorios constituidos entre
el 15-65% (Chen et al., 2017).
El fenómeno de karstificación se debe prin-
cipalmente a la disolución de las rocas que con-
forman los paisajes kársticos, este proceso están
asociado con la proporción de las especies quími-
cas carbonatadas (H2CO3, HCO3⁻, CO3⁼) (Butler,
1991) que se encuentran disueltas en el agua e
influyen directamente en el pH. Por lo tanto, una
mayor proporción de ácido carbónico (H2CO3)
favorece la disolución de la roca, mientras que
una mayor proporción de carbonatos (CO3⁼) oca-
siona su precipitación.
Este tipo de paisajes se caracteriza por la pre-
sencia de geoformas que pueden constituir un
relieve positivo (puentes naturales, montículos,
cerros y montañas), negativo (dolinas, úvalas,
poljes) o neutro (planicies); la presencia de acuí-
feros libres, suelos de poca profundidad y poro-
sos, en ocasiones residuales (Jennings, 1971).
A nivel global, se estima que las zonas de karts
abarcan una superficie de 20.3 millones de Km2
(15.5% de la superficie del planeta libre de hielo),
de los cuales el 9.4% corresponde a karst conti-
nuo y el 5.8% a karst discontinuo (Goldscheider
et al., 2020). En México, los territorios kársticos
abarcan 391,700 Km2 correspondiente al 19.94%
de la superficie del país (Gunn, 2004) y se en-
cuentran asociados principalmente a la Península
de Yucatán, Sierra de Chiapas, Sierra Madre del
Sur y la Sierra Madre Oriental (Gutiérrez, 2008;
Williams, 2008).
Debido a las características intrínsecas del ma-
terial geológico como la alta porosidad, poco de-
El karst de México
sarrollo edáfico, presencia de grietas y fisuras, los
ambientes kársticos son vulnerables a la erosión
del suelo y a la contaminación de los acuíferos,
debido a que los contaminantes pueden infiltrarse
fácilmente a través de los poros, grietas y fisuras
de la roca y llegar libremente al acuífero (Leibun-
dgut, 1998; Plan et al., 2009; Gao et al., 2018).
Esta problemática se acentúa debido a la reducida
presencia de cuerpos de agua superficiales, por lo
que, en muchos casos, la principal fuente de abas-
tecimiento de agua para las actividades humanas
proviene del agua subterránea. Por lo tanto, el co-
nocimiento del funcionamiento de las áreas kárs-
ticas es imprescindible para realizar una gestión
adecuada y sustentable de los recursos naturales;
así como el estudio de los impactos de las activi-
dades humanas sobre estas regiones (v.g. Alcocer
et al., 2018).
En el presente trabajo se presenta una revisión
sistemática del estado del arte con respecto al es-
tudio del karst en México. El trabajo se divide
en dos secciones: 1) se analizaron aspectos rela-
cionados a la generación de la literatura existente
(tipo de publicación, productos publicados por
año, instituciones, autores, áreas del conocimien-
to, revistas científicas, etc.); 2) se identificaron
las regiones de karst y las áreas del conocimiento
poco exploradas; se analizó el estado actual del
conocimiento y las perspectivas de investigación
futuras.
Materiales y Métodos
Se realizó una revisión histórica y sistemática de
las investigaciones relacionadas con el estudio
del karst de México desde cualquier disciplina
(hidrología, biología, geología, etc.). Se hizo una
búsqueda en las bases de datos Web of Science,
Springer, Ebsco y Google Scholar, utilizando
como palabras clave Karst, Karstic, Kárstico,
Carst, Cárstico, Carso y México/Mexico, y como
términos excluyentes Nuevo México y New Mexi-
co.
La información de la literatura encontrada se sis-
tematizó en una base de datos, en la que se regis-
tró información como el año de la publicación,
idioma, área del conocimiento, región/estado/
13

/ciudad/sitio de estudio, título y revista donde se
publicó. Posteriormente, se realizó un filtrado de
la información, reteniendo la literatura prove-
niente de artículos científicos, capítulos de libro,
libros y seminarios; se descartó toda la literatura
gris (no revisada por pares) y las publicaciones
duplicadas. La bibliografía retenida se clasificó
en dos grupos: 1) con los estudios correspondien-
tes a una escala político-administrativa, divididos
a nivel nacional, regional (dos o más estados), es-
tatal (estado completo o varios municipios), mu-
nicipal y local (INEGI, 2010); 2) con los estudios
a nivel de geoformas.
Se realizaron mapas de coocurrencia de ins-
tituciones y palabras clave de la literatura rela-
cionada con el estudio del karst en México, para
ello, se hizo una búsqueda en la base de datos
de Web of Science utilizando como palabras cla-
ve Karst y Mexico, y New Mexico como término
de exclusión. La información de la literatura en-
contrada se descargó en un formato de Texto sin
formato (.TXT) y posteriormente se importó en
el software VOSviewer versión 1.6.18 (van Eck
y Waltman, 2010).
Resultados
Análisis bibliométrico de la literatura
En el análisis bibliométrico se identificó que en
la literatura se hace referencia al karst de dife-
rentes formas (karst, carso, carst), por lo que se
sugiere homogenizar el concepto a karst ya que
es el término que se encuentra más ampliamen-
te utilizado en las publicaciones y, es un acuerdo
de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el
Karst (AMEK).
La búsqueda global obtuvo un total de 441 ar-
tículos relacionados con el karst de México, pu-
blicados en el periodo comprendido entre 1930-
2021. Se observa una tendencia en el incremento
de los artículos publicados en los últimos años,
llegando al punto más alto en 2021 con 33 artícu-
los publicados (Figura 1).
El 84.58% de las publicaciones (373) se en-
cuentran publicados en el idioma inglés, seguido
por el español con el 14.29% (66), francés 0.68%
14
El karst de México
(3), alemán 0.23% (1) y ruso 0.23% (1). Debido
a lo anterior, es importante que los investigadores
contribuyan con publicaciones de divulgación en
español y participen en eventos de difusión del
conocimiento del karst.
En cuanto a las áreas de investigación, el
29.02% de las publicaciones (128) se agruparon
en artículos relacionados con la hidrología, hi-
drogeoquímica, hidroquímica e hidrogeomorfo-
logía de las regiones kársticas; seguidas por es-
tudios relacionados con la contaminación/calidad
del agua (13.61%), Biología/Ecología (11.56%)
Geología (9.75%), Geomorfología (9.75%), Me-
todologías (6.12%), Cartografía (5.90%), Edafo-
logía (5.90%), Conservación (3.17%), Geoquí-
mica (1.81%) y Otros (3.40%).
Del total de publicaciones identificadas (441),
395 se encontraron en la plataforma Web of Scien-
ce, de las cuales 374 son artículos de investiga-
ción, 12 capítulos de libro y nueve revisiones de
literatura. A partir de esta información, se identi-
ficó un total de 2374 palabras clave empleadas,
de las cuales 262 tuvieron una frecuencia igual o
mayor de 3.
En el mapa realizado en VOSviwer se repre-
senta la frecuencia en el uso de las palabras clave
y la relación entre ellas, se identifican siete gru-
pos o clusters, donde las palabras más empleadas
son Karst (110 veces utilizada), Mexico (90), Yu-
catan (50), Groundwater (40), Water (32), Yuca-
tan Peninsula (32), Aquifer (30), Quintana Roo
(27), Evolution (26), Cenotes (25), Peninsula
(22), System (22), Diversity (20), Climate (18),
Geochemistry (15) y Chiapas (15); de las cuales
Karst, Mexico, Yucatan, Groundwater y Water
presentaron mayor fuerza de asociación (Figura
2).
Se identificaron un total de 347 afiliaciones,
de las cuales la Universidad Nacional Autóno-
ma de México es la que generó el mayor núme-
ro de publicaciones con el 17.58%, seguida por
la Universidad Autónoma de Yucatán (5.76%),
Universidad de Florida (2.59%), Universidad de
Quintana Roo (2.59%), Centro de Investigación
Científica de Yucatán (2.31%), Universidad

Texas A&M (2.02%), Universidad McMaster
(2.02%), Universidad Tecnológica de Dinamarca
(2.02%) y el Colegio de la Frontera Sur (2.02%).
En el mapa de las instituciones se observan 57
clusters. El cluster 1 (naranja) es el que englo-
ba el mayor número de instituciones (65) entre
las que destacan la Universidad Nacional Autó-
noma de México, la Universidad Autónoma de
Yucatán, el Centro de Investigación y de Estu-
dios Avanzados del IPN, Centro de Investigación
Científica de Yucatán, El Colegio de la Frontera
Sur, Instituto Nacional de Ecología, Universidad
de California Campus Riverside, Universidad de
Quintana Roo, entre otras (Figura 3).
Se identificó un total de 1613 coautores en las
publicaciones relacionadas al karst de México, de
los cuales 90 cuentan con más de tres documen-
tos publicados. Los autores con mayor número
de publicaciones (mayor o igual a 7) son Alcocer
J., Marín L., Bautista F., Forti P., Bauer-Gottwein
P., López-Martínez R. y Oseguera L.A.; mientras
que los autores con mayor número de citas en
sus publicaciones relacionadas al karst de Mé-
xico (mayor o igual a 200) son Marín L., Allen
M.F., Steinich B., Bauer-Gottwein P., Gondwen
B.R.N., Alcocer J., Merediz-Alonzo G., Rebolle-
do-Vieyra M., Estrada-Medina H., Perry E., Bau-
tista F. y Beddows P.A.
En el mapa de coautoría se identificaron 25
clusters, de los cuales el cluster 1 (rojo) es el que
agrupa el mayor número de coautores con un total
Figura 1. Número de publicaciones por año (1930-
2021) a nivel mundial relacionadas al karst.
El karst de México
de 13, seguido por el cluster 2 (verde) con nueve
coautores, el cluster 3 (azul) con ocho coautores,
el cluster 4 (amarillo) con siete coautores y los
clusters 5 (morado) y 6 (azul-turquesa) con seis
coautores (Figura 4).
Estudio del Karst en México
El estudio del karst en México ha ido en aumen-
to, pero las investigaciones no se distribuyen de
manera homogénea, esto hace posible identificar
zonas que con un mayor número de investiga-
ciones. En el mapa de México se clasifican los
estados con respecto a la cantidad de estudios
realizados dentro de sus territorios en todas las
escalas de trabajo; esto sin considerar 24 estudios
que se realizaron a nivel nacional o en el Golfo
de México. De los 441 estudios identificados en
este trabajo, destaca el estado de Yucatán con ma-
yor número de estudios realizados en su territorio
(148) corresponde al (33.56%), seguido del esta-
do de Quintana Roo con 85 y Chiapas con 24 es-
tudios; aunado a estos se suman otros 77 estudios
realizados dentro del territorio de la Península de
Yucatán (estudios que abarcan dos o tres estados
de la Península); le siguen los estados de San
Luis Potosí con 19 estudios, Coahuila y Campe-
che con 10, Tamaulipas con ocho, Oaxaca y Vera-
cruz con siete, Tabasco con seis, Chihuahua con
cuatro, Guerrero, Estado de México y Querétaro
con dos, y con un estudio el Hidalgo, Michoacán,
Nuevo León, Puebla, Sonora y Morelos.
15
 El karst de México

Figura 2. Tendencia en el uso de palabras clave en las publicacio-

nes a nivel mundial relacionadas al karst en el periodo 1930-2021.

En total se identificaron 20 estados de la Re-
pública Mexicana en los que se han desarrollado
investigaciones con el karst como objeto de es-
tudio; sin embargo, existe una clara tendencia en
los estados del sur-sureste a una mayor cantidad
de estudios con este enfoque (Figura 5).
Esto no quiere decir que, en los estados no
mencionados, o los estados con pocos estudios,
no se realice investigación del karst, lo que se
puede vislumbrar con este análisis es que en pro-
porción hay regiones más estudiadas que otras y
que, probablemente en estudios de otras regiones
y estados no se denote como región kárstica des-
de el título, resumen o palabras clave.

Figura 3. Volumen de publicaciones y relaciones entre las instituciones a nivel

mundial con contribuciones relacionadas al karst.
16
 El karst de México

Figura 4. Mapa de coautoría de las publicaciones obtenidas en la

base de datos de la Web of Science. Nota: Se consideraron coauto-
rías cuando dos o más autores coincidieron en al menos tres publi-
caciones.
De los 441 estudios relacionados con el karst gional (regiones que abarcaban dos o más esta-
de México identificados en esta revisión, el 61% dos), estatal (dos o más municipios), municipal
(270 estudios) se realizaron con un enfoque de o a nivel local; mientras que el restante 39% (l71
trabajo con escala política-administrativa (Cua- estudios), se realizaron a nivel de geoforma, a di-
dro 1), estudiando el karst a nivel nacional, re- ferentes escalas de trabajo.

Figura 5. Estudios relacionados al karst en México

(N=441) por estado (todas las escalas de trabajo
incluidas).
17
 El karst de México

En cuanto a los trabajos realizados con una do en la formación del karst; se identificó que las
escala político-administrativa, se identificaron 5 principales regiones de karst en el país están aso-
trabajos a escala nacional, entre los que destaca ciadas a la Península de Yucatán, Sistemas mon-
el de Gutiérrez (2008) enfocado en la georrefe- tañosos de Chiapas, Sierra Madre del Sur y Sierra
renciación de zonas geológicas con formaciones Madre Oriental, este fue uno de los primeros ma-
kársticas del país, así como las identificaciones pas del karst a nivel nacional (Cuadro 1).
de procesos geomorfológicos que han contribui-
Cuadro 1. Estudios relacionados al karst en México (N=441) por estado (todas las escalas de trabajo
incluidas).
Escala de trabajo / Áreas de estudio Estudios
1. Estudios Nacionales Total = 5
2. Estudios Regionales Total = 70
Peninsula de Yucatán 63
Golfo de México y su vertiente 4
Susureste de México 3
3. Estudios Estatales Total = 111
Yucatán 69
Quintana Roo 26
Chiapas 3
Tabasco 3
San Luis Potosí 3
Campeche 2
Estados con un estudio: Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Vera- 5
cruz
4. Estudios municipales Total = 27
Tulum (Quintana Roo) 9
Isla de Cozumel (Quintana Roo) 7
Calakmul (Campeche) 3
Hopelchén (Campeche) 3
5. Estudios de localidades Total = 32
Mérida (Yucatán) 20
Matehuala (San Luis Potosí) 2
Localidades con un estudio: Akumal, El Cedral, La Esperanza, Puerto Morelos, 10
Cancún (Quintana Roo); Chunchumil, Xuenkal, Chuburna (Yucatán); Naica (Chi-
huahua); Santa Ana Zicatecoyan (Edo. De México).
6. Otros Total = 25
Biósfera de Sian Ka'an (Quintana Roo) 8
Selva Lacandona (Chiapas) 4
Selva El Ocote (Chiapas) 2
Sitios con un estudio: Chichen Itzá, Pozos de Yaxcopoil, Rellenos Sanitarios, 11
Lagunas de Sisal y Celestún (Yucatán); El Edén, Las Fincas, Manglares de Akumal
(Quintana Roo); Reserva de la Biósfera de Los Petenes (Campeche); Presa Zimapán
(Hidalgo), Selva de Uxpanapa (Veracruz).
TOTAL 270

18

La Península de Yucatán (Campeche, Quinta-
na Roo y Yucatán) es el territorio en el que se han
desarrollado más estudios a nivel regional. Está
conformada por una plataforma formada geo-
lógicamente de rocas sedimentarias calizas y se
caracteriza por la presencia de un sistema hidro-
lógico casi en su totalidad subterráneo, así como
por la presencia de dolinas inundadas (cenotes)
como una de las principales geoformas kársticas
(Shrock, 1945; Lugo-Hubp et al., 1992). Estos
cenotes tienen un papel importante en la dinámi-
ca del acuífero que influyen en la permeabilidad
de las rocas y la circulación del agua (Stringfield
y LeGrand, 1974).
Debido a que en muchas regiones de la Penín-
sula de Yucatán el acuífero es la principal fuente
de abastecimiento de agua, se han realizado di-
versos estudios con relación a la dinámica y flujo
de su acuífero (Steinich y Marín, 1997; Gonzá-
lez-Herrera et al., 2002; Bauer-Gottwein et al.,
2011), composición química del agua subterrá-
nea (Back y Lesser, 1981; Perry et al., 2009), su
calidad (Alcaraz et al., 2015) y vulnerabilidad a
la contaminación (Marín y Perry, 1994); así como
las limitaciones socioeconómicas que puede re-
presentar el depender casi en su totalidad del agua
subterránea (Marín et al., 2003) y los efectos de
fenómenos hidrometeorológicos como huracanes
sobre el acuífero (Graniel-Castro y Yam-Caamal,
2014).
Se han realizado estudios relacionados a las
formaciones kársticas superficiales y subacuáti-
cas (Shrock, 1945; Beddows et al., 2007a; Le-
bedeva, 2015), génesis y distribución de los sue-
los (Sedov et al., 2007; Bautista et al., 2011), la
biología del karst (Suárez-Morales et al., 2003);
estudios para modelar el balance hídrico del acuí-
fero en un contexto de cambio climático (Rodrí-
guez-Huerta et al., 2020) y el modelado en zonas
costeras de la interfase salina que se encuentra
por debajo del lente de agua dulce del acuífero,
para entender los riesgos que puede representar
un manejo inadecuado del agua subterránea en
zonas costeras (Canul-Macario et al., 2021).
A nivel estatal, en los estados de Yucatán y
Quintana Roo se han realizado el mayor núme-
El karst de México
ro de estudios. El estado de Yucatán ubicado al
norte de la Península de Yucatán está constituido
en su mayoría por una plataforma de roca caliza
que data de la era Cenozoica, de baja altitud y
con la ausencia de ríos de flujo continuo (Stoes-
sell, 1995). Por otro lado, Estrada-Medina et al.
(2019) realizaron una revisión del estado del arte
en relación con el origen, morfología y biología
del karst de Yucatán.
Geomorfológicamente se caracteriza por una
alta densidad de depresiones kársticas (dolinas,
uvalas) (Aguilar et al., 2016), y se estima la pre-
sencia de entre 7000 y 8000 cenotes (Beddows
et al., 2007b); cuenta con cavidades subterráneas
en la matriz de la roca, las cuales permiten la
acumulación de suelo debido a mecanismos de
traslocación (Estrada Medina et al., 2010), lo que
influye en la distribución de las raíces, por lo que
las especies arbóreas tienen que adaptarse para la
adquisición del recurso hídrico (Querejeta et al.,
2007; Estrada-Medina et al., 2013a, 2013b).
En el campo de la hidrología, se ha estudiado
la relación e interacción entre las rocas carbona-
tadas y el agua subterránea (Gmitro, 1986), el
flujo hidrológico de las aguas subterráneas y su
modelado (Marín, 1990; González-Herrera et al.,
2002); así como la variación temporal y espacial
de la calidad del agua subterránea (Pacheco et al.,
2018) y su calidad potencial para riego agrícola
(Delgado et al., 2010).
En el estado de Yucatán el acuífero es la prin-
cipal fuente de abastecimiento de agua para las
actividades humanas, por lo que existen riesgos
por una gestión inadecuada como sobreexplota-
ción y la contaminación. Considerando lo ante-
rior, se han realizado estudios como el de Alcocer
et al. (1998) en el que se hace un análisis de la
hidroquímica de algunos cenotes del estado de
Yucatán y de su sustentabilidad como fuente de
abastecimiento de agua.
Así mismo se han realizado estudios para ana-
lizar y monitorear la contaminación por nitratos
y fósforo, contaminación bacteriológica como la
presencia de coliformes fecales (Pacheco y Ca-
brera, 1997; Pacheco et al., 2000; Hernández-
19
 El karst de México

Terrones et al., 2011), materia fecal (Reul et gánico (Álvarez-Rivera et al., 2021) en el suelo.
al., 2015; Kantún et al., 2018), pesticidas como
Finalmente, en cuanto a la biología del karst
el DDT, Aldrín, Glifosato y Malation (Giáco-
se han realizado estudios de la importancia de las
man-Vallejos et al., 2018; Polanco- Rodríguez et
cavernas como sitios de percha para murciélagos
al., 2018; Perera-Ríos et al., 2021), y efectos de
(Arita, 1996), y la identificación de especies de
éstos últimos como su persistencia en leche ma-
importancia ecológica para la región como es el
terna (Polanco-Rodríguez et al., 2017).
caso de diversas especies de cianobacterias, ya
Este riesgo latente a la contaminación del acuí- que la presencia de cuerpos de agua con diferen-
fero del estado de Yucatán se debe a sus caracte- tes condiciones de alcalinidad y profundidad pro-
rísticas intrínsecas, que permiten su fácil recarga mueven una mayor abundancia y diversidad de
debido a sus suelos someros y de alta porosidad, estos organismos (Tavera et al, 2013).
así como a la presencia de fisuras y fracturas de la
También en el estado de Quintana Roo se han
roca. De igual manera, con esta misma facilidad
realizado esfuerzos por realizar estudios relacio-
se infiltran los contaminantes que pueden disol-
nados con el monitoreo de la calidad del agua y la
verse o ser arrastrados por el agua. Por lo que se
dirección del flujo hidrológico del agua subterrá-
han realizado estudios con respecto a los sitios de
nea, donde los parámetros que se han reportado
manejo de residuos peligrosos (Sauri-Riancho et
por encima de los límites permisibles en algunas
al., 2011) y la disolución, infiltración y potencial
zonas son los sólidos totales disueltos, dureza to-
contaminación por el uso de agroquímicos como
tal, cloruros y nitratos (Frausto et al., 2008; Sán-
los fertilizantes (González-Herrera et al., 2014).
chez-Sánchez et al., 2015; Sánchez et al., 2016).
Debido a esta problemática es importante en-
Como ya se ha mencionado uno de los princi-
contrar las estrategias adecuadas para realizar una
pales riesgos de las zonas kársticas es la contami-
gestión adecuada de estos acuíferos, para ello, se
nación de los acuíferos, se han realizado estudios
han realizado esfuerzos para diseñar herramien-
con respecto a la presencia de partículas de me-
tas que permitan tomar las mejores decisiones, tal
tales pesados en suelos y sedimentos (Tun-Canto
es el caso del estudio realizado por Moreno-Gó-
et al., 2017), las cuales podrían ser arrastradas al
mez et al. (2019) quienes realizaron un análisis
acuífero y el efecto de los huracanes en la cali-
integrado de la vulnerabilidad del acuífero del
dad del agua meteórica (Coutino et al., 2017) y su
estado de Yucatán.
efecto en el acuífero kárstico costero del estado
Otro aspecto de interés es el estudio del suelo, (Kovacs et al., 2017).
debido a que en la región existe una asociación de
Así mismo, se han realizado estudios para vi-
las unidades del suelo con el microrelieve (Bau-
gilar la presencia de ARN del SARS-CoV-2 en
tista et al., 2004), lo cual contribuye a una alta
aguas residuales y subterráneas (Rosiles-Gonzá-
diversidad y heterogeneidad de los suelos (Bau-
lez et al., 2021); finalmente, una de las principales
tista et al., 2005); por lo que Bautista et al. (2015)
actividades económicas del estado es el turismo,
actualizaron el mapa de los suelos del estado de
por lo que se han realizado investigaciones con
Yucatán con un enfoque geomorfopedológico a
respecto a la relación de esta actividad económi-
escala 1:50,000 identificando cinco ambientes
ca y el karst de la región (González, 2016).
geomorfológicos y describieron las principales
unidades de suelos asociados a cada uno. Así Desde el punto de vista geomorfológico, se ha
mismo, se han realizado estudios de la fertilidad estudiado la influencia de la zona de fracturas de
en sistemas de agricultura itinerante (milpa tra- Holbox sobre esta característica (Tulaczyk, et al.
dicional) que es el sistema agrícola más amplia- 1993); mientras que Fragoso-Servón et al. (2015),
mente distribuido en el estado (Weisbach et al., publicaron el primer mapa de geodiversidad del
2002) y estudios relacionados con el secuestro de estado, en el que identificaron tres regiones prin-
carbono orgánico (Shang y Tiessen, 2003) e inor- cipales, y posteriormente se publicó el mapa
20

digital estatal del recurso suelo (Fragoso-Servón
et al., 2017).
En Campeche se han realizado estudios geológi-
cos de la plataforma caliza del banco de Campe-
che (Goff et al., 2016), y la contribución de los
pastos marinos en el secuestro de carbono en las
zonas costeras someras (Cota-Lucero y Herre-
ra-Silveira., 2021); ); en Chiapas se han realizado
estudios geológicos relacionado con desarrollar
una metodología de datación absoluta por tefro-
cronología de espeleotemas, basado en el análisis
de los materiales piroclásticos (cualquier frag-
mento sólido de material volcánico expulsado
a través de la columna eruptiva) (Baldwin and
Frappier., 2008), y también se han realizado es-
fuerzos para proponer estrategias de planeación y
manejo sustentable del karst (Kovarik y van Bey-
nen, 2015).
En otros estados de la República Mexicana
se han realizado estudios relacionados con la hi-
drología/hidroquímica/hidrogeoquímica de los
acuíferos kársticos. En Michoacán se ha utiliza-
do el nitrato como parámetro para diferenciar los
sistemas de flujo de aguas subterránea (Pérez et
al., 2019); en San Luis Potosí se ha caracteriza-
do hidroquímica e hidrogeológicamente el agua
subterránea en zonas de descarga (Krienen et al.,
2017) y en Tamaulipas se ha estudiado la interac-
ción agua-roca de sus acuíferos kársticos (Cantú
et al., 2021).
La cartografía de las zonas kársticas es otra
área en la que se ha avanzado; por ejemplo, en
Querétaro se ha realizado el mapeo de los cenotes
en zonas altamente urbanizadas (Hernández et al.,
2020), y en Tabasco se han hecho estudios de los
paisajes geomorfológicos como insumo para una
cartografía de suelos más detallada (Zavala-Cruz
et al., 2016), así como estudios relacionados con
la erosión superficial y sub-superficial de suelos
(Geissen et al., 2007).
A nivel municipal, los municipios en los que
se han realizado más estudios con una denotación
de territorio kárstico son Tulum y Cozumel, am-
bos en Quintana Roo. En Tulum la mayoría de los
estudios se han centrado en conocer la dinámi-
El karst de México
ca de su acuífero, flujo hidrológico, patrones de
percolación (Schiller et al., 2015; Hendrick and
Renard., 2016a; Hendrick and Renard., 2016b);
esto es de vital importancia en todas las zonas de
karst para poder proponer estrategias para su ma-
nejo integral. Aunado a estos estudios, también se
han realizado investigaciones relacionadas con la
contaminación de sus acuíferos, principalmente
por material fecal (Leal-Bautista et al., 2013).
En Cozumel también ha existido mayor in-
terés en cuanto a la hidrología del karst, se ha
hecho un análisis histórico del balance hídrico
(recarga-extracción) y la dinámica en el consumo
(Hernández-Flores et al., 2021). Esto es de parti-
cular interés para el municipio, ya que además de
ser una zona turística se encuentra ubicado en un
territorio insular, por lo que la planificación del
desarrollo urbano, tomando en consideración que
se trata de una zona kárstica, es imprescindible
para tener una gestión adecuada de estos territo-
rios (Frausto-Martínez et al., 2021). De igual ma-
nera se han realizado estudios relacionados con
la calidad del agua (Coronado et al., 2011; Con-
treras-Tax et al., 2021), y estudios con el objetivo
de identificar geoformas kársticas (Frausto-Mar-
tínez et al., 2018).
Finalmente, a nivel de localidad, la ciudad de
Mérida (Yucatán) es en la que se han realizado
más estudios, Mérida es el principal centro po-
blacional de la Península de Yucatán con 995,129
habitantes (INEGI, 2020), con una clara tenden-
cia al aumento en los últimos años. Debido a lo
anterior, uno de los principales intereses es la cali-
dad del agua, por lo que se han realizado estudios
hidrogeoquímicos del agua (Steinich et al., 2000;
Perry et al., 2002), así como la presencia y distri-
bución de contaminantes como nitratos (Fabro et
al., 2015), hidrocarburos aromáticos (López-Ma-
cías et al., 2019), pesticidas organoclorados (Po-
lanco et al., 2022) y organismos patógenos como
Toxoplasma gondii (Hernández-Cortázar et al,
2017).
También se han realizado estudios en los que
se analizan los principales efectos de la urbani-
zación de la ciudad en el acuífero (Graniel et al.,
1999) y el efecto y los riesgos de inundación a
21

causa de eventos hidrometeorológicos extremos
(Bautista-Zúñiga y Aguilar., 2021).
Debido a esta tendencia en el incremento po-
blacional de la región, la dependencia que se tie-
ne al acuífero como única fuente de agua para
las actividades humanas y el riesgo latente a su
contaminación, se ha trabajado en buscar alter-
nativas y estrategias de manejo que permitan una
gestión adecuada para los acuíferos kársticos. Es-
colero et al (2000) trabajaron en la delimitación
de una reserva hidrogeológica al sur de la ciudad
de Mérida, con la finalidad de proteger el acuí-
fero y mantener la calidad del agua en las zonas
de extracción; así mismo, propuso una estrategia
de conservación del agua subterránea (Escolero
et al., 2002).
Los estados de Yucatán y Quintana Roo y, en
general la Península de Yucatán, son las regio-
nes en las que se han desarrollado más estudios
del karst en México. Esto no quiere decir que no
se estén realizando investigaciones con la misma
intensidad en otras regiones kársticas del país, lo
que puede estar ocurriendo es que los estudios
de otros estados o regiones no se enfatiza que se
trabaja en una zona de karst, o debido a que se
trate de una región en la que el karst sea del tipo
discontinuo y pase a segundo plano esta caracte-
rística.
Además de estos estudios con una demarca-
ción político-administrativa, existe otro tipo de
trabajos que se centran en estudiar una geoforma
en particular, los cuales también pueden realizar-
se a diferentes escalas de trabajo, a continuación,
se hace una descripción de las principales geofor-
mas en cuanto a número de estudios realizados.
Las formas del relieve en las que se han realiza-
do más estudios son en los cenotes de Yucatán y
Quintana Roo. Los estudios realizados en estas
topoformas son muy variados, desde la perspec-
tiva de la geología se ha estudiado la dinámica
estacional en la precipitación de la calcita en ce-
notes (Kovacs et al., 2018). En el campo de la hi-
droquímica, la dinámica del ciclo del azufre y su
relación con la microbiología del agua en cenotes
estratificados (Pedersen et al., 2008), en la edafo-
logía los procesos de formación y desarrollo de
22
El karst de México
suelos a partir de pedosedimentos de los ceno-
tes en las eolianitas de Yucatán (Cabadas-Báez et
al., 2010), en ecología se ha estudiado la activi-
dad de los murciélagos insectívoros en cenotes
(McSwiney et al., 2009), en biología la presencia
de Thompsodinium intermedium (Dinophyceae),
una especie planctónica de agua dulce (Aké-Cas-
tillo, 2014). Finalmente, se han realizado es-
tudios de contaminación como el realizado por
Montes-Ortiz et al. (2019) el cual fue la primera
evidencia de Bosmina (Cladocera) en cenotes de
Quintana Roo.
Así mismo, se han realizado estudios a nivel
de Anillo de Cenotes en Yucatán, o de geoformas
como la Sierra del Abra en San Luis Potosí y el
Sistema Ox Bel’ Ha en Quintana Roo. Los es-
tudios referidos al Anillo de Cenotes están rela-
cionados con su caracterización hidrogeoquímica
(Pérez-Ceballos et al., 2021) y con estudios de
calidad del agua y su contaminación, identifi-
cando fuentes y distribución de materia orgánica
(Derrien et al., 2015), estacionalidad, dinámica
temporal y fuentes de esteroles fecales (Arce-
ga-Cabrera et al., 2014) y la presencia de pesti-
cidas organoclorados (Polanco-Rodríguez et al.,
2015).
La Sierra del Abra comprende un conjunto de
estructuras geológicas regionales que son parte
de la Sierra Madre Oriental, su estudio se ha cen-
trado en la caracterización geoquímica y modela-
do de su evolución (Moran-Ramírez et al., 2018),
así como la caracterización de su flujo hidroló-
gico (Fish, 1977); por su parte, el sistema Ox
Bel’ Ha que significa “tres caminos de agua” es
un sistema de cavernas subterráneas y subacuáti-
cas ubicadas al sur de Tulum, en Quintana Roo.
Este sistema se caracteriza por la dinámica del
metano que migra de las capas superficiales de la
corteza terrestre hacia las aguas subterráneas del
sistema, lo que favorece la presencia de bacterias
metanotróficas, las cuales son la base de las redes
tróficas del sistema. Debido a esta peculiaridad,
se han realizado estudios para determinar la di-
námica de la oxidación del metano (Brankovits,
2017; Brankovits y Pohlman, 2020) y el efecto
de la variación temporal de las precipitaciones en

el aporte de nutrientes y en productividad bioló-
gica del sistema (McNeill-Jewer et al., 2019).
Así mismo, se han realizado estudios en la
Cueva de Villa Luz en Tabasco, la Cueva Gabriel
en Oaxaca y la Cueva de Naica en Chihuahua.
Los estudios en estas cuevas son diversos, de-
pendiendo de las características de cada una de
ellas, la Cueva de Villa Luz es una cueva sulfí-
dica (Hose y Pisarowicz, 1999), en la que se ha
estudiado la dinámica del metano termogénico lo
que favorece la espeleogénesis a partir de ácido
sulfúrico (Webster et al., 2017), otras cuevas sul-
fídicas que se han estudiado se encuentran en la
parte norte de la sierra de Chiapas (Rosales-La-
garde et al., 2014).
En la Cueva Gabriel se han realizado estudios
ecológicos para determinar la presencia y abun-
dancia de Diacyclops Sp. (Crustacea: Copepoda),
esto es importante ya que este género de Copépo-
dos es característico de ambientes kársticos, y han
sido reportados en los cenotes de la Península de
Yucatán (Cruz-Hernández et al., 2002). En cuanto
a la Cueva de Naica, se ha estudiado su geología
y, en particular el papel que desempeña la inclu-
sión de fluidos en el crecimiento de los cristales
de selenita presentes en esta cueva (Fricker et al.,
2011), así como la mineralogía (elementos traza)
y geoquímica (isótopos) de espeleotemas para te-
ner una idea de su origen (Gázquez et al., 2013).
Finalmente, a mayor escala de trabajo, se han
realizado estudios en la Cuenca de Cuatro Ciéne-
gas, Coahuila; donde los estudios se han centrado
en la caracterización del flujo hidrológico (Wo-
laver, 2008) y la caracterización hidrogeoquími-
ca de este acuífero kárstico (Johannesson et al.,
2004; Cardona et al., 2018), así como estudios
geológicos de las cavernas ahí presentes (Forti et
al., 2006; Piccini et al., 2007).
Perspectivas en la investigación
del karst de México
Como se pudo vislumbrar en este documento, el
estudio del karst en México es muy diverso, des-
de las diferentes líneas de investigación donde se
El karst de México
aborda la temática del karst, los enfoques aplica-
dos y las escalas de trabajo. Con este análisis que
abarcó un total de 441 trabajos de investigación,
fue posible identificar algunas tendencias, tanto
en la zonificación de los estudios, como las áreas
del conocimiento desde las que se está abordan-
do el estudio del karst de México. Siendo la Pe-
nínsula de Yucatán, y en particular los estados
Yucatán y Quintana Roo los lugares donde se ha
generado mayor conocimiento del karst con una
escala político-administrativa; mientras que a ni-
vel de geoformas destacan los estudios realizados
en Cuatro Ciénegas (Coahuila), en el Anillo de
Cenotes (Yucatán), en la Sierra del Abra Tanchi-
pa (San Luís Potosí), así como los realizados en
diversos cenotes de manera individual en Quinta-
na Roo y Yucatán.
Se identificaron un total de 21 estudios rela-
cionados con cartografía, los cuales se realizaron
a diferentes escalas de trabajo (regional, estatal,
formas del relieve), por lo que una de las priori-
dades identificadas en cuanto al estudio del karst
a nivel nacional es la necesidad de contar con una
cartografía más detallada de las zonas kársticas
del país, ya que los mapas con los que se cuentan
son a escalas de trabajo muy amplias (v.g. 1:10
millones), además, hace falta detallar las diferen-
cias entre las distintas regiones de karst del país.
Esta cartografía más detallada es necesaria debi-
do a que en muchas regiones del país predomina
el karst del tipo discontinuo, y las características
del karst van a diferir dependiendo de las asocia-
ciones y los porcentajes de asociación de las ro-
cas calizas y/o evaporitas, con rocas con menor
porcentaje de karstificación o nula.
También es importante realizar estudios hidro-
lógicos e hidroquímicos en las diferentes escalas
de trabajo, tanto con un enfoque político-admi-
nistrativo, como estudios a nivel de geoformas.
En el análisis bibliométrico se identificaron 65
estudios relacionados con la hidrología, hidroquí-
mica e hidrogeoquímica relacionada al karst de
México en diferentes escalas de trabajo; sin em-
bargo, el 78% de estos estudios corresponden a la
región sursureste (Tabasco, Chiapas, Campeche,
Quintana Roo y Yucatán). Se requieren estudios
23

relacionados en flujos hidrológicos de las dife-
rentes regiones de karst que no cuenten con eva-
luaciones precisas de este tipo, debido a que el
conocimiento del comportamiento de los acuífe-
ros kársticos es imprescindible para una gestión
adecuada de estos recursos; además, estudios del
monitoreo de la calidad del agua de manera espa-
cial y temporal. De igual forma, que se realicen
de manera sistemática para analizar los efectos y
variabilidad de la dinámica de los flujos hidroló-
gicos, en un contexto de cambio climático.
Además de los estudios relacionados con el re-
curso agua, es importante realizar otros tomando
en consideración las características edafológicas,
geológicas, etc., con la finalidad de elaborar es-
trategias de gestión adecuadas de los recursos de
estas zonas (suelo, agua, cenotes y vegetación);
así como estrategias que minimicen potenciales
problemáticas que pueden agravarse a futuro, ta-
les como la contaminación de acuíferos, inunda-
ciones por saturación del manto acuífero, subsi-
dencias, deslaves, entre otras.
Finalmente, es deseable que los estudios de la
biología, ecología de comunidades, entre otros,
se realicen tomando en consideración las condi-
ciones kársticas del territorio donde se realicen;
de igual manera, son necesarios estudios con una
perspectiva social acerca del conocimiento y ma-
nejo de zonas kársticas.
Conclusiones
El análisis bibliométrico permitió reconocer las
regiones y estados del territorio mexicano en los
que se han realizado más estudios sobre el karst,
tanto a escala político-administrativa (61%)
como a nivel de geoformas (39%); el 78% de los
estudios se concentran en la región sursureste
(Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán).
Se identificó un déficit de estudios en otras regio-
nes kársticas con este enfoque.
Las temáticas que más se han abordado con
respecto al karst desde una escala político-admi-
nistrativa son estudios hidrología, hidroquímica e
hidrogeoquímica (16%), la mayoría de estos es-
tudios realizados en la región sur-sureste. Mien-
24
El karst de México
tras que los estudios con enfoque de geoformas se
han realizado principalmente en cenotes (22%).
En las últimas décadas ha aumentado el nú-
mero de estudios relacionados con la calidad del
agua y su contaminación, esto habla de un mayor
interés por el cuidado del agua subterránea; estos
estudios deben de realizarse a diferentes escalas
espaciales y temporales. Es necesario entender el
funcionamiento y dinámica del acuífero; sin em-
bargo, algunas regiones no han sido estudiadas.
Uno de los principales problemas identifica-
dos en esta revisión, es la ausencia de insumos
cartográficos relacionados al karst a una escala
de trabajo detallada, al menos 1:250,000 para que
sean coincidentes con las escalas de trabajo de los
principales insumos cartográficos (v.g. INEGI,
SGM, etc.) y puedan utilizarse para caracterizar
mejor el karst de México.
Se identificaron 17 grupos de investigación
que han realizado estudios sobre el karst de Mé-
xico. La mayoría de las publicaciones se encuen-
tran en inglés (91%), por lo que es importante que
se promueva también la publicación de materia-
les en español para que el conocimiento generado
con respecto al karst permee a la sociedad. Esto
con la finalidad de que se pueda incidir tanto en
la población como en las políticas públicas, per-
mitiendo el diseño de estrategias para una gestión
adecuada de los territorios kársticos del país.
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