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Te llevo al pie del acantilado

Con el silencio de fondo y el vértigo del vacío…


Con la pintura descolorida del vuelo rápido de una gaviota
Con la profundidad del mar en tus ojos
Con la paz del espejo azul calmado del océano…
Con el abrazo perpetuo de los dos enlazados
Así como te gusta abrazados…
Tan fuerte como las raíces de un árbol milenario,

Tú tan frágil…
Esperando en el hogar forjado con tus ganas,
Con el milagro y la fantasía de la vida.

Y tú tan antigua…
Y yo tan intenso aprendiendo de ti cada día.

Te llevo al pie del acantilado


Te Susurro al oído casi gritando que te amo
Mientras Cae la tarde y entra la noche tan silenciosa
Y tu figura se aleja desvaneciéndose,
Con tus pasos delgados siguiendo
Un camino sin rastro
Un destino sin rostro siempre juntos;
Aunque aseche la muerte
Aunque el infinito no quiera.

J.A.S.A

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