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GESTIÓN PEDAGÓGICA
GP-GPP-010

Versión 0.0 GUÍA DE PLANIFICACIÓN PEDAGÓGICA

RECURSOS PEDAGÓGICOS/ TEORÍA/PRÁCTICA EN Fecha de Elaboración:


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EQUIPO E INDIVIDUAL 17 /02/2020

Asignatura: Literatura NS Docente: Sergio Raúl Lázaro Monzón Fecha: Del 30 de noviembre al 14 de diciembre
Nombres y apellidos: __________________________________________ Grado y sección: 10° A y Alpha

Descripción de estímulos para la evaluación interna


Español A: Literatura
Fragmento 1:
Descripción del estímulo:
El suyo, el de Grenouille, su propio olor. Y lo espantoso era que
Grenouille, aunque reconocía este olor como el suyo, no podía
olerlo. No podía, ni siquiera ahogándose en el propio olor, olerse a
sí mismo. Cuando comprendió esto con claridad, profirió un
(5)grito fuerte y terrible, como si lo quemaran vivo. El grito
derrumbó las paredes del salón púrpura y los muros del castillo,
salió del corazón, cruzó tumbas, pantanos y desiertos, pasó a
gran velocidad por el paisaje nocturno de su alma, como un voraz
incendio, le taladró la boca, perforó la destrozada galería e
(10)irrumpió en el mundo, resonando mucho más allá de la
altiplanicie de Saint-Flour; fue como si gritara la montaña. Y
su propio grito despertó a Grenouille, quien al despertarse
agitó los brazos como si quisiera dispersar la niebla inodora que
quería asfixiarle. Sentía tal terror, que todo su cuerpo temblaba
(15)de puro pasmo. Si el grito no hubiese rasgado la niebla,
se habría asfixiado a sí mismo: una muerte espantosa. Le
aterraba sólo el pensarlo. Y mientras seguía sentado,
temblando e intentando ordenar sus pensamientos de
confusión y terror, sabía ya una cosa con absoluta seguridad:
(20)cambiaría su vida, aunque sólo fuera porque no quería tener
aquella horrible pesadilla por segunda vez. No podría resistir
una segunda vez Se echó la manta de caballerías sobre los
hombros y se arrastró hasta el aire libre. Fuera mediaba la
mañana, una mañana de finales de febrero. Brillaba el sol y la
(25)tierra olía a piedra húmeda, musgo y agua. En el viento
flotaba ya un ligero perfume de anémonas. Se puso en cuclillas
ante la entrada de la cueva. Los rayos del sol le calentaban.
Aspiró el aire fresco. Todavía se estremecía al pensar en la
niebla de la que había huido y un gran bienestar al notar el calor
(30)en la espalda. No cabía duda de que era bueno que este
mundo exterior existiese, aunque sólo le sirviera de lugar de
refugio. No resistía la idea de no haber encontrado ningún
mundo a la salida del túnel. Ninguna luz, ningún olor, nada
en absoluto... sólo aquella pavorosa niebla, dentro, fuera y por
(35)doquier… La fuerte impresión fue remitiendo poco a poco,
así como la sensación de miedo, y Grenouille empezó a sentirse
más seguro. Hacia el mediodía ya había recobrado su sangre fría
habitual. Se puso bajo la nariz el índice y el dedo mediano de
la mano izquierda y respiró entre los dos dedos.
Fragmento 2:
Descripción del estímulo:
Mi cabeza era un pandemonio una cantidad de
ideas, sentimientos de amor y de odio,
preguntas, resentimientos y recuerdos se
mezclaban y aparecían sucesivamente. (5)
¿Qué idea era esta, por ejemplo, de
hacerme ir a la casa a buscar una carta y
hacérmela entregar por el marido? ¿Y cómo no
me había advertido que era casada? ¿Y qué
diablos tenía que hacer en la estancia con
(10)el sinvergüenza de Hunter? ¿Y por qué no
había esperado mi llamado telefónico? Y ese
ciego, ¿qué clase de bicho era? Dije ya que
tengo una idea desagradable de la
humanidad; debo confesar ahora que los ciego
(15)no me gustan nada y que siento delante de
ellos una impresión semejante a la que me
producen ciertos animales, fríos, húmedos y
silenciosos, como las víboras. Si se agrega el
hecho de leer delante de él una carta de la mujer
(20)que decía Yo también pienso en usted,
no es difícil adivinar la sensación de asco
que tuve en aquellos momentos. Traté de
ordenar un poco el caos de mis ideas y
sentimientos y proceder con método, como
acostumbro. (25)Había que empezar por el
principio, y el principio (por lo menos el
inmediato) era, evidentemente, la
conversación por teléfono. En esa
conversación había varios puntos oscuros. En
primer término, si en esa casa era (30)tan
natural que ella tuviera relaciones con hombres,
como lo probaba el hecho de la carta a
través del marido, ¿por qué emplear una voz
neutra y oficinesca hasta que la puerta estuvo
cerrada ? Luego, ¿qué significaba esa
(35)aclaración de que "cuando está la puerta
cerrada saben que no deben molestarme"? Por
lo visto, era frecuente que ella se encerrara para
hablar por teléfono. Pero no era creíble que
se encerrase para tener conversaciones
(40)triviales con personas amigas de la
casa: había que suponer que era para
tener conversaciones semejantes a la
nuestra. Pero entonces había en su vida
otras personas como yo. ¿Cuántas eran? ¿Y
(45)quiénes eran? Primero pensé en Hunter,
pero lo excluí en seguida: ¿a qué hablar por
teléfono si podía verlo en la estancia cuando
quisiera? ¿Quiénes eran los otros, en ese caso?
Pensé si con esto liquidaba el asunto
(50)telefónico. No, no quedaba terminado:
subsistía el problema de su contestación a
mi pregunta precisa. Observé con amargura
que cuando yo le pregunté si había pensado
en mí, después de tantas vaguedades sólo
(55)contestó: "¿no le he dicho que he
pensado en todo?" Esto de contestar con
una pregunta no compromete mucho.

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