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Una Ligera Comparación Entre El Enfoque Temático Del Primer Manifiesto Del Surrealismo de André Breton y El Aldeano de París de Louis Aragon
Una Ligera Comparación Entre El Enfoque Temático Del Primer Manifiesto Del Surrealismo de André Breton y El Aldeano de París de Louis Aragon
Se podría decir que no es tarea fácil comparar dos formas de escrituras de textos con
finalidades, a simple vista, distintas; sin embargo, encontrarse con ciertas similitudes
tampoco es tarea difícil. En el manifiesto que publica André Breton se encuentran varios
momentos en donde el escritor habla desde el sentimiento y la idea de precariedad en la
vida real, que a opinión es lo que sucede en toda la historia que nos cuenta Louis Aragon en
El aldeano de París, un hombre que se da cuenta de lo precaria que es la vida en el lugar
que habita y poco a poco nos va describiendo la situación que no sólo vive él sino todos los
que cohabitan el espacio, el pasaje de la ópera.
Breton constantemente repite la idea del hombre desolado y soñador que “examina con
dolor los objetos que le han enseñado a utilizar, y que ha obtenido a través de su
indiferencia o desinterés” (pág. 328), es un hombre con el cuál fácilmente el narrador de El
aldeano en Paris podría identificarse. Intenta comprender o hace creer al lector que
comprende la situación que está pasando en su entorno, sin embargo, la manera en que lo
expresa resulta devastadora y entristecida, aunque éste no muestre indicios de sentir esto
podría inferirse por cómo describe las situaciones. El hombre del surrealismo es un hombre
al que no le afecta la moralidad, su conciencia moral se ha desvanecido y puede prescindir
de ella sin dificultades y encontrar en el relato de Aragon una crítica moral tampoco es tan
sencillo, critica superficialmente varios oficios al igual que lo hace con la Inmobiliaria del
Boulevard Haussmann por lo que planea realizar, pero habla sin tapujos y sin que le
importe mucho lo que pueda pensar el lector. Es capaz de describir la rutina de los ancianos
porteros, del peluquero, del embolador de zapatos sin ahondar mucho en los
sentimentalismos es un narrador muy racional, que intenta ser lógico y pensar a consciencia
el porqué de las cosas sin inmiscuirse de lleno en ellas, pues ¿qué cambio podría lograr
acaso? Y lo dice el mismo Breton: “Todos sus actos carecerán de altura; todas sus ideas, de
profundidad” (pág. 329) es un hombre que ya no busca nada por lo cual esforzarse y por lo
cual sólo será capaz de ver los acontecimientos tal y como ocurren, haciendo de ellos un
comparativo constante incluso, en acontecimientos en los que no ha formado parte.
Más allá de la parte intrínseca del hombre que da vida al texto de Aragon, es importante
tener en cuenta los afiches, letreros y carteles que complementan la lectura y que dan pie a
imaginarse la vida social de la época, el callejón y los establecimientos de ambos lados que
están llenos de publicidad y de información. No son pocos, pero sin duda son suficientes
para ilustrar al lector y permitir una lectura más enriquecedora e interesante, mantener al
lector a la espera de que aparezca otro cartel informativo. Me surge la gran duda de si
Breton consideraría esto como parte del diálogo que dice dentro de su Manifiesto debería
establecer el surrealismo poético: “las formas del lenguaje surrealista se adaptan todavía
mejor al diálogo.” (pág. 354) porque dentro de todo el texto sólo hay un diálogo al iniciar el
relato. ¿Tales carteles y letreros podrían considerarse un diálogo? Porque tomados tal y
como son, sólo hay información unilateral del lado del panfleto hacia el lector, lo que
interprete éste ya forma parte de su ideología y entendimiento, no tiene la capacidad el
personaje de Aragon de crear un diálogo con algo que no le dirá más de lo que ya hay
escrito. Además de esto en páginas siguientes Breton dice que “las palabras y las imágenes
se ofrecen únicamente a modo de trampolín al servicio del espíritu que escucha” (pág. 356),
de modo que incluir todos estos caracteres adicionales apoyaría sólo a que el lector no le
deberían importar tanto, según se intuye de la cita, aunque dentro del texto de Aragon sean
suficientemente importantes para crear todo el ambiente del callejón y de entender qué
sucede dentro de este.