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Gastón Bo
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PRIMERA PARTE
1
I
Una Ola muda golpeó el telón, ella no podía gritar, escenario superfluo y otoñal, a la
vera de las olas que enmudecían. Cálida cadencia, instinto animal, la que maltrata el
silencio a orillas del Niágara. Potente la fuerza con que se arrastra el agua y ella
creación incandescente que se vuelve poco a poco reptil, poco a poco nada. Y se ahoga
entre el llanto, entre peces acabados y descoloridos. Peces sin branquias. Ella sola.
Solloza. Aminoran las horas. Y se teje la inevitable cadencia del estupefacto. Cuando
Una ola muda era ahora. Bañando el silencio de la playa y las aguas que entristecen
el océano y el mar. Era ella una amarga, antes una margarita, y en el presente mar.
Palabras que se desgastan y desapegan, mezclan, igual que ella, los peces, el mar;
reptiles, ballenas, crustáceos e invertebrados. Que el martirio de escribir una y otra vez
que era ella como una ola muda, cuando temporadas atrás había gritado un "Hola".
¿Pero a quién?
¿Cuándo?
¿Cómo?
La fe se le había acabado.
PUNTO.
Una ola grande tapaba la arena, como si desiertos se taparan de piraguas. Sacó el
paraguas y se echó a andar, porque lo único que mojaba era la lluvia. Ya no sus
lágrimas. Ella seca y al unísono mojada. Tempestades de la vida, paradojas de las hojas
que caen flotando al mar. Y el agua, se desvanece, como las olas, la bruma, las horas,
como aquel "Hola" que había gritado. Similar. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿A quién? ¿Con qué
intención?
—¡Hola!
Esperando un milagro.
Un adiós.
Mañana, no se sabe.
II
Ave me gustaría que fuera ella, murmuraba, alguien del público, algún capataz...
Estoy más vivo que ella, se levantaba a murmurar, alguien del público, algún
capataz...
V.I.D.A.
Y esas son paradojas, o moralejas, nuevamente, como hojas que caen al mar. Como
Hola.
Paola.
III
"El mundo es como un jarrón al que los orientales no pueden reparar", se le había
escuchado declarar. Queda ahí. Ahí. Al costado. Del costado, y en el fondo, medio, y a
la vuelta, algún otro satélite o galaxia, intermediario, común, que da vida a la vida, al
cosmo de los cosmos y al satélite magma de los planetas. "Pero queda al costado el
Entretanto dentro, alguien planta una planta, como en la tierra, Marte, Venus o
Suspira.
Acomoda.
No ríe ni llora.
suelo; (los que quedan). Mira al alrededor, derecha, izquierda, frente, izquierda y detrás.
Repite como perseguido. Se asegura. De vuelta. Da vueltas. Repite. Lo intenta. Saca del
saco...
Sale corriendo.
Un japonés se emociona.
IV
—Pa, hola.
Saluda.
Saluda él.
(Ludo guardado).
Callada.
Tiembla al verle levantar una mano. Intenta divisar una salida. Se transforma en el
Ella no tiene la culpa de haber sido engendrada (falso: criada) por un monstruo.
obstante Paola moría. En su interior. Desflorecía. Con diecinueve años estaba sola.
<<Como una ola muda, callada>>. Herida en la mejilla. Producto de un mal logrado
funeral.
—Pa, hola.
Pronto se recuperaría...
Por primera vez afirmaría creer que, la vida olvida. Y ella por lo tanto, a su padre.
A su madre. Y por ende, a todos los que rodean su mundo. "O me hundo o me voy",
pensó...
Era libre y al mismo tiempo presa. Del pasado, su familia, cultura, historia,
religión, de todo.
Partió. A la mierda. Como se dijo...: A ese mundo de mierda que aún me espera...
—Hola.
—¿Kilos?
—Dos.
Y en el futuro, un japonés, fue quien la rescató (Jun Su, Su Jun o Juan José en
castellano).
Siguió caminando.
Pensaba en oriente.
¿Sonriente?
Sal varía de acuerdo al mar que te metas. ¿Tienes metas? ¡Cometas! Una locura. Tal
vez Paola. Pero hablemos de los mares y no de la hipertensión. Porque decir que la sal
mata es como que te coma un tiburón. Y Paola tendría que haberse creado un arrecife,
su propia barrera de coral para protegerse, o domesticar, ese propio ecosistema que se
iba deteriorando. Dado que un caballo de mar pronto estaría relinchando, fuera del agua,
Paola se había metido al agua y la pobre casi se ahoga. ¿Maldita había sido su
suerte? ¿El clima? Sus terremotos, que llevaba dentro, capaces de generar y degenerar
olas, como para que a una diabetes se la trague el mar y se deshaga edulcorada. Parecía
corazón. Arrastraba un 180/100 mmHg. Arterias tapadas. Impulso demoledor. Solo restaba
que le echen un salero, para que ella misma se meta dentro, y se ahorre el sufrimiento.
I
Tampoco era río. Río de Janeiro. Cuando decidió a dónde ir. Marcó en el mapa, y se
inflación se los estaba devorando. Ni lo dudó. Con ayuda de algún ahorro, colaboración
próximo destino. Donde tendría por delante que ver cómo hacer. Mejor dicho cómo ser.
En efecto (sin dudas) el viaje que emprendía era hacia adentro, hacia sí. No hacia Asia;
Desaprender, lo que hasta allí se supone que había aprendido. Por ejemplo, tenía ideales
tan simples como los de cualquiera: Soñar. Amar. Amarse. Encontrarse. O…,
cuando se emprende algo nuevo o como quien dice "Hay que dejar el pasado atrás".
Vigilaba hacia afuera, observaba desde arriba, más que aquella ciudad, las nubes, el
cielo, y lo que tanto le remordía y carcomía: un pasado al que hubo que pisar. (Puré de
Esto último dejó escrito a su mejor amiga en una carta, mismo párrafo que envió por
En resumen, como lo entrevemos, su fin era hallarse. Y, como por arte de magia,
II
El fin era hallarse,
Pese a que hablaba español debido a su madre, descendía también de una cultura
diferente al haber su padre crecido en Asia. Aunque él nunca se halló allí, en Tokio. Y
por lo visto se veía atraído, como algunos de aquella otra parte del mundo, por nuestro
occidente; no así por el k-pop que despegaba hacia lo alto en Corea, por nombrar
algunos de los booms que estaban pegando. A la hora de hablar tenía un acento
Así como se presentó se sentó. Ella sintió las ganas, de ir al baño. El intestino, la
Jun Su la miraba.
Paola pensaba.
… para necesitarse.
5
I
A 37.999 pies sobre el nivel del mar sucedió aquel primer encuentro.
II
6
Retomando la frase "La vida olvida", cuestionemos lo que Paola y Jun olvidan. Ella
olvidaba sobre todo a su familia; no es que sea una desgraciada pero tenía entendido que
para crecer hay que alejarse. No soy una niña mimada, ni una Peterpana, se decía.
principalmente a él, a su padre. Pasando a olvidarse que fuera una víctima, para así ser
la protagonista, de su propia historia; (más allá de esta que se cuenta). Es que de la familia
descendemos, pero nacemos de verdad, cuando nos proponemos matar, parte de ese
pasado. Ya se dijo, hay tantas cosas que uno puede olvidar y matar, para ser feliz, y sin
en el peor de los casos, lo diremos con respeto, hasta en los libros; (y todo aquello que
pesan, y cómo. Y llega momento en el que sin darnos cuenta nos arrastramos. O
canalizamos, o explotamos, por medio de uno de esos estados de ánimo tan alterados.
capas; para resistir, tremenda acumulación. En un diario recordaba haber leído: "Olemos
como a riachuelo". Ella aun así había estado deshilando, y comprendiendo que, como
cebollas, primero hay que llorar, al ir sacándose varias de las capas, y que llorar está
bien, nos hace bien, hasta poder tocar bien adentro, en lo profundo, como cuando los
peces descubren que bien adentro se esconde lo precioso del mar. Puesto que para
descubrirlo hay que bucear, empezó a pensar, en aquel vuelo. Y buceaba. Hallando la
manera de olvidar. Y una de las formas que ponía en práctica era alejándose. Porque la
otra sería el tiempo que habría que esperar... Sin embargo, mientras tanto, surgiría una
tercera fórmula: masculina. Aquel que la pondría a prueba, para no tener que pasar a
odiar, por uno que tuviese la culpa (por uno solo), a los próximos que vengan. Pensaba
con la cabeza en el respaldo, mirándolo entre ojo y ojo, abierto y cerrado, a Jun. Quien
parecía ser, más que alguien nuevo al que se conoce, un interrogante. Hasta que una vez
más, cuando ambos se apuntaron con la frente, con el mentón, para matar lo que faltaba
del viaje; quizás por los nervios acumulados, sin querer demostrarlo (tal vez, ninguno de
vacaciones. Decidí irme, cambiar, y de paso visitar a mi mamá, que hace tiempo no veo.
Probar que pasa. Como decimos del pueblo de donde vengo en Tokio: no hay necesidad
—...
—Puede que...
viajas?
emigrar".
—¿Cómo te llamas?
Respondía:
—Paola.
Sus ojos azules dilucidaban un mar revuelto; él adivinaba luego de hablar, y hablar.
—Pareces revuelta, como que le das vueltas... —decía para que se ría mitad en
—Revuelto gramajo —decía ella para ver si entendía; había algo de ebriedad en sus
palabras (se supone que aquel no era un síntoma del vuelo como si lo puede ser
vomitar).
Para seguir con el preciado y acogedor momento, de dos extraños que se conocían,
Para brindar.
Se rieron.
como la turbulencia.
"Bienvenidos a Barcelona".
8
—¿De vacaciones?
—Claro.
ignorancia de los argentinos. Que a veces les da igual confundir a uno y a otro. Pero
peruano con el boliviano, al venezolano con el colombiano, pues me pregunto por qué
los del interior de Argentina odian tanto a los porteños...". Cosas como estas puede que
nos haya contestado. De hecho estaba más convencido de darnos alguna otra respuesta
con la porcelana; confundir irse con emigrar, o hablar con comunicar, puede que sea la
clave, para diferenciar entre aquellas distinciones. Por un lado el jarro cumple una
elaborarse. Digamos que los jarros carecen de impronta, de detalle, y el jarrón alberga
distinguimos entre jarro y jarrón, porque quien dedica su vida a hacer jarros hace de la
suya una profesión, mientras quien se inclina hacia los jarrones definitivamente hace de
la suya un arte. Como decía anteriormente, está quien habla y quien comunica, y quien
comunica sabe que está poniendo en la conversación parte de su alma y quien habla
parte de su voz. Yo, más bien, recibí enseñanzas y me especialicé en jarrones, por eso
me animo a decir que, con orgullo, puedo saber cuándo alguien se está partiendo a la
mitad (hay otro arte que se practica donde se aprende sobre cómo parten las olas).
Parece ella haberme dicho entre líneas en aquel vuelo que se partió, sospecho que como
un auténtico jarrón, tiene la posibilidad de resistir, de restaurarse, para que las marcas
del jarrón disimulen y en el futuro se vuelvan más bellas. Y ahí estaré, si es que me
equivoco, y aquel jarrón cae y se rompe. De todo lo que he vivido, de todo lo que me he
querido desligar, aunque aún lo sigo intentando, conservo la habilidad, de tratar con
jarrones".
—Lo cerré.
—¿Instagram?
—Nunca tuve.
Tomó para la izquierda, debía hacer combinación con la Terminal 2 para luego
tomar el tren.
Jun por su parte se quedó esperando a la madre quien le prometió venir a buscarlo;
Como si la fuera a perder corrió hacia ella, antes de que se esfumara. La frenó.
Paola un poco se asustó, se sintió intimidada. Sacó de la chaqueta una pequeña tarjeta,
que le entregó como uno entrega a la editorial una portada. Paola apurada la guardó en
el bolsillo derecho del pantalón, sin demasiada explicación, sin darle mayor
El haber pisado una nueva tierra, la tenía entusiasmada. Tras tomar el bus que la
monedero había suelto un billete de cincuenta pesos; ya habían salido en Argentina los
de mil; pronto saldrían los de cinco mil quinientos; en todos los países de la Unión
Europea como mucho se habían emitido los de quinientos, y valían una fortuna. De
estiraba. De a poco resplandecía. El aire olía a flores, a fresas; el cielo gris a soleado. Y
otra vez la invadía una sensación de calma, de quietud, cuando se sentó a esperar en el
la ventana. De momento a otro se le cruzó por la cabeza que Jun le había entregado la
tarjeta. Sacó del bolsillo. En la mano izquierda todavía el reloj marcaba la hora de
Observó un jarrón.
Muy bien, vamos a revelar varias verdades. Llegó el momento. Basta de sufrimiento.
establecimiento, y se puede decir que, es una empresa fantasma. Está liderada por un
multimillonario japonés.
sepa; por ahora). Estaba al tanto el padre que después de lo ocurrido con la hija podría
ir a una sentencia que lo dejara inhabilitado socialmente. Y mucho más cruel todavía,
inhumanos". Debido a que cualquier hombre que infrinja las normas, más
empresa implicada, ni al padre de Paola. Empero hay una franja abierta donde discurren
5) Paola dice haber tenido un incidente con su padre, aunque el padre biológico
desapareció al año de nacer. Por lo que su padre actual no es de sangre. Lo que implica
que no haya una relación directa, “biológica”. A pesar de esto, se sabe que el padre
el desenlace puede resultar inconcluso. Mientras tanto está consciente. Y lo que sucede:
7) Paola no tiene rasgos físicos del padre biológico porque heredó los de su mamá,
quien ha entablado relación con dicho padre sustituto que se menciona. La relación con
su madre desde que era adolescente ha sido conflictiva, mala. Y cuando sucedió el
8) La empresa que se forjó fue creación del padre biológico de Paola, quien intentó
miles de maneras posibles de hallar a la hija, sin lograr su cometido. En todo este
tiempo diseñó de cabo a rabo un plan, con el único propósito de recuperarla. Por lo que
el único afectado será el padre sustituto, quien ha caído en las manos de una empresa
que se dedica a salvar el alma de tantas mujeres que se ven acosadas por este tipo de
hombres.
irónicamente). Sin embargo todo lo que le sucede le sucede de verdad, porque el que
alma.
10) El padre biológico decidió desaparecer por la ambición que suponía llevar a
cabo el proyecto. Corriendo este riesgo parte del plan sería reencontrarse con la hija.
Otrora, lo que no hubiera esperado (¿jamás?): es que suceda de esta manera que se
presenta.
11) Una de las enseñanzas del arte del jarrón es que por más rotas que estén las
partes, si se penetra en las profundidades del arte del jarrón, las partes se unen.
12) En los últimos años el número de mujeres maltratadas, acosadas, violadas,
etcétera etcétera, desbordó. Por tal motivo surgieron asociaciones y empresas que se
atrayendo a la carroña, mediante el engaño, y les prometen que no irán a parar al área de
13) Las cárceles siguen existiendo, y hay nuevas áreas denominadas: "Áreas de
16) El incidente que le ocurrió a Paola fue la gota que rebalsó el vaso.
entorno, las relaciones, las pocas ganas de vivir, tantas cosas la estuvieron… a PUNTO
18) A veces la gota que rebalsa el vaso es la gota que rebalsa el mar.
19) Emigrar en parte significa: irse a otro país. Pero además: viajar de afuera hacia
20) Esto más allá de haberse transcripto en formato PDF, también se ha transcripto
en formato PPF.
El tren se detuvo en la estación Sants. Tenía que combinar líneas para llegar al
centro. La maleta que arrastraba parecía guardar ropa para una semana. Esta simple
observación demarca que no se necesita de mucho para irse, partir, viajar. De fondo el
altavoz de la estación anunciaba: "Atención atención tren sin parada". Se tapaba los
oídos por el ruido que entorpecía, al hacer eco y rebotar en aquel callejón subterráneo.
Sentía sed. De la botella de medio litro de agua le quedaban unos pocos sorbos que se
terminó cual camello. Por la estación cada vez deambulaba más gente. Eran cerca de las
ocho de la mañana. Los gallos por algún campo cantaban. Los gallegos en Galicia
dormían. En Sevilla, Madrid, Gijón similar. Había mucha de esa gente con valijas que
venían de diferentes partes del mundo. Se preguntaba: Cuáles de todos decide emigrar.
En el centro de Barcelona estaba por abrir la Boquería. Esta vez el tren que tomó se
Vórtices y canales de vibración la atravesaban. A veces los cambios internos son lentos.
Pero << partir e irse, viajar >>, tiene una repercusión importante, instantánea, a la hora
de acelerar estos cambios, logrando manipular al tiempo cual también hace su trabajo,
aunque en este caso le sucede algo parecido a lo que le sucede al inconsciente: se anula,
desaparece, entorpece, se aboba; deja de contar como Cenicienta las horas; sea
segundos, minutos, meses, días, años, las horas; las agujas se rebelan y revientan, hacen
un estruendo. Hacen plaf. Y entre un camello sediento que bebe en la terminal y la arena
típica del entorno, se arma una imagen surrealista, de un extraño reloj de arena, que se
hace polvo, y estampa, endurece, con algún efecto a Medusa, menos la reducción de la
hipotenusa, como aquel recuerdo que moría de su papá. Podemos decir que hay efectos
claros cuando se viaja como el jet lag, y están esos otros desconocidos que se presentan
y encarnan siempre y cuando se tenga la misma intención que Paola, de, irse, partir y
(como si estuviera en un musical cantaba en la estación "Viaaa, Viaaajaar"): pues
Sucedía de día,
una exótica sintonía, que se ponía a tono con su pollera larga amarilla. Dejando en
ridículo a varios recuerdos que por la ausencia del tiempo iban apareciendo, como si el
hoy fuera el ayer, y el pasado el pasado mañana. Y que por la fuerza de una voluntad
niña entre desiertos y pirámides. En inglés un turista preguntaba: ¿Para qué retratas?
Contestaba: Para que los recuerdos se momifiquen. Más tarde pasó Paola caminando, y
el pintor le ofreció retratarla. Otra cosa que le dijo el pintor a otro turista fue: "Aun así
momificados hay algunos que vale la pena rescatar". No es cuestión de bajar por entero
ahoga). Por eso descarta los que no le sirven y se queda con algunos que le recuerdan a
encontrarse con la Rambla. Va a pasar la primera noche en un hostal del Barrio Gótico,
decidía.
… mientras aprovecharía para recorrer a solas, luego tendría que pensar en trabajar.
Juntar plata para pagar los gastos básicos. (Trabajar). Pero tener una buena amiga es
Hostal Rembland. Un horario típico en el cual las calles se empiezan a llenar de turistas.
A ella le interesaba la vida de los locales, de los catalanes, pero también le interesaba la
vida de los extranjeros que se la estaban rebuscando en aquella tierra. Los pasadizos y
calles estrechas del Barrio Gótico llamaban la atención, tanto como su arquitectura; la
Atravesó el puerto. Cruzó la calle. Los autos paraban. Seguía. Frenaba. Continuaba.
Hacia la playa.
Llegó.
Entró.
Pisó.
Suspiró.
Descalza tocaba con los pies el agua. Mojaba sus manos, cara, cabello. Enfocaba el
horizonte. La pollera amarilla rozaba la arena. Los rayos de sol caían sobre su cabeza.
La respiración acoplada.
El pintor pintaba.
I
Al sacar un cuaderno de la mochila escribió:
El pintor pintaba.
Un cantor cantaba.
Un señor soñaba.
II
En el mismo cuaderno dibujó:
13
El PPF hoy:
países. Ahora bien cabe señalar que, asuntos técnicos, económicos, de educación,
inseguridad, por nombrar algunos, se siguen legislando por cada uno de sus
sociedad engloba: las mujeres empezaron a estar cada vez más protegidas ante sus
derechos; tienen a cambio que cumplir con ciertas normas. Una de ellas hace hincapié
en la ropa a utilizar. La cual debe cubrir la totalidad del cuerpo, a excepción del rostro
(entre comillas). Otra restringe y advierte que no circulen luego de las diez de la noche
por las calles a excepción de aquellas regiones donde todavía no haya oscurecido.
Deberán a su vez presentarse cada dos meses en los hospitales más cercanos a su
residencia para descartar heridas físicas, abortos, y demás. Y para seguir mencionando
se siguen discutiendo nuevas reformas donde prometen (entre otras), tarde o temprano,
aprobar los transportes públicos de uso exclusivo para el sexo femenino (detallándose
en cada país, en cada zona, los husos horarios de dichos transportes). Se les advierte,
por otra parte, que sean sumamente cuidadosas con las publicaciones en redes sociales,
y que cualquier situación incómoda que tengan que atravesar en el trabajo sea
tal caso la legítima defensa corre a su favor. Podemos ver ahora cómo es que Paola viste
para aproximarnos a este contexto que se viene engendrando desde hace algunos años.
Una larga pollera amarilla, camiseta gris de mangas largas, debajo una remera, medias
hasta las rodillas, zapatillas de andar, debajo de la pollera una calza; en la mochila de
mano carga con un abrigo, gorra y anteojos. Podemos atender lo que implica este hábito
de cubrirse por entero, el cual por ejemplo impide disfrutar de un sol que broncee la
solución, para poder confeccionar prendas acordes. Un dato más de interés que puede
aportar, es que dicha norma, que incumbe a la vestimenta, habilita una concordancia con
figura mediante la burka, hijab, niqab o chador; y la diferencia radica en que dejando a
un lado aspectos religiosos, la mujer continúa teniendo la posibilidad de elegir qué tipo
de prendas ponerse y cómo vestirse, optando por la moda que sea. Otra de las cosas que
se les aconseja es acerca de los colores a utilizar, que colores oscuros prevendrán
transparencias, no así colores claros. Lo que se prohíbe es el uso de zapatos con taco
(salvo para algunas atrevidas que los usan todavía); y ponerse malla, bikini, para
tostarse, solo puede ocurrir en ciertos centros que se han estado inaugurando; y menos
recomendadas están ciertas playas, que hay que encontrar en remotos lugares o islas. No
hay que dejar pasar por alto que toda la industria del porno fue decayendo, y que la
hombres sensibles y con predisposición a todos estos cambios. Como el que ocurrió a
continuación:
—Hola...
La conexión entre el horizonte y Paola se cortó. Se dio vuelta. Era la voz de un
Paola preveía que el hombre era uno de esos tantos que empezaba a notar los cambios.
—Hola... Estás...
Era bastante educada, pero estaba preparada para actuar al instante si la situación
fuerzas lo empujó, y pudo quitárselo. Dos hombres que estaban cerca del hecho la
vinieron a ayudar. Eran dos que se adaptaban a los cambios y que no sufrían las
consecuencias.
—¿Estás bien?
Los dos hombres intentaron atraparlo. Escapó el otro hombre al salir corriendo.
Los dos hombres que la auxiliaron se alejaron, y Paola entró rápido en la aplicación
POR SU SEGURIDAD MUJER (PSM) para registrar lo ocurrido. Solo tenía que poner el
lugar donde había acontecido el ataque, la hora, como sucedió, y describir lo más exacto
posible al responsable. Se supone que estos agresores suelen frecuentar mismas áreas.
Lo mejor es poder sacarles una foto para que vayan siendo escrachados, hasta que los
Muchos concuerdan que de a poco el sistema que trata de defender lo más posible a
la mujer irá mejorando. Otros desconfían. Y algunos afirman que ejercer el control total
de todos aquellos hombres desfasados es una utopía; y que llevará arduo trabajo. En la
existieron. Por lo que no cabe duda que el problema del hombre que maltrata, abusa,
viola, mata, y este otro que se ha vuelto sensible a las normas impuestas por la sociedad
Aun así tengamos en consideración que, para estos casos, se forjaron empresas
tiempo para la semana. ¿Y para el resto del mes? Depende de lo que elija Paola: si un
I
Se dirigió a la Carrer del Mar. Tocó timbre en el edificio, 8 c. Bajó la amiga. Estaba
esperando. Habían ganas, ansiedad, uñas a punto de desquebrajarse, las dos querían
verse; hace tanto; compartir; abrazar; llorar. Puso la llave. Abrió la puerta. Se abrazaron
fuerte, gritaron como niñitas. "Paolita". Tiempo sin verse. Se iban a poner al día. A la
amiga que vivía hace tres años en España se le había pegado el acento local:
La escuchaba raro, después entendió, y cambió lo de tía por boluda. Muletillas que
—Vení, pasá.
—Pensé que traías más cosas. Parece que traes poco para haberte decidido instalar
acá.
—No me puedo quejar, se vive. Nos vinimos cuando la crisis acá estaba mejor. Pero
mayoría opta por Chile o Brasil. Evita Colombia, Bolivia y Venezuela. Otros se animan
problema.
—No te preocupes, que encontraremos la forma. Por lo pronto disfrutá, ¡que estás
gustado. Ah, me olvidaba, ¿qué dijiste en migraciones para que te sellen el pasaporte?
Paola no tenía idea, pero el hecho de haber conocido a Jun fue un acierto.
Fijémonos que en el momento que le estaban por sellar el pasaporte la iban a mandar de
vuelta a casa. Aunque el haber estado acompañado por un japonés fue una lotería.
¿Alguien se imagina que le hubiera deparado a Paola si hubiese tenido que volver a su
puesto de control, le dijo: "Aquella chica está conmigo". Era cuestión de que el oficial
una persona del este de Asia, para entrar en uno de los países de la Unión Europea, se
puede decir que es un toque de gracia. El hecho de que aquellos países asiáticos figuren
en las listas como principales demandantes del turismo local, y primeros en los que
invierten en negocios en el país, trae recompensas. Aun así no olvidemos que, Paola
meta (Cometas). Sin embargo toca preguntar: ¿Por qué ese hombre, Jun Su, ha aparecido
que muchas de las circunstancias que nos tocan en la vida están fuera de nuestro
alcance, que el Universo fluye a su ritmo, tal cual el cosmos, galaxias, estrellas. Debido a
esto ocurre que varios se dejan arrastrar por el destino. O piensan fervientemente que
todo está escrito en un papel. O que Dios tiene la verdad. O algún otro santo. Etc.
Podríamos discutir... Con permiso volvamos a formular, y esclarecer que, hay veces
donde las partes que quedan sueltas se unen, como el jarrón que se rompió, después de
haber estado Paola, tres meses en Barcelona. (Hace dos días llegó). Por ende nunca hay
que olvidarse de los principios, si se pretende unir las partes. Retomemos: "Un japonés
se emociona".
La amiga le iba a preparar un café. Paola iba a desarmar la valija. Cuando la amiga
volvió con la taza, dijo algo que se le había pasado decir cuando llegó:
mareó, cayó al piso. Al escuchar el ruido, la amiga corrió hacia la habitación. No fue
Charlaron.
Apenas contestó:
III
En las instalaciones de la empresa, el fundador japonés se acercaba hasta la camilla
oculta obsesión sexual por muchachitas pubescentes. Se constata que, cuando Paola era
niña, la llamaba "Pa-o-li-ta" y no "Lo-li-ta". Aunque Paola nunca coqueteó con él, ni
menos le interesaba; solo mantenía relación por estar con su madre casada. En la pieza
le dio un golpe; luego le tapó la boca. Primero intentaba sacar el miembro y luego
intentaba sacarle la ropa, con los dientes; con las manos se dirigía abajo. Colmillos
gritos eran en vano. Paola caía en ruinas. Aquel hecho la dejaría marcada, como aquella
del cuerpo. Antes de abandonar la pieza amenazó con matarla. Se subió el cierre.
pasado una mosca. Como madre nunca se preocupó. Él le dijo: "Está acostada, se siente
mal, está cansada". La madre contestaba: "Dejala. Debe ser la edad, siempre se queja de
una suave sensación de liberación por deshacerse de quienes al menos tendrían que
haberla cuidado, dejado crecer en paz. Como vimos, en la supuesta realidad, ella fue
mucho más astuta que este sueño perturbador, y tomó sus cosas y se largó. Decíamos
con anterioridad que algunos recuerdos se olvidan. Parecía uno de aquellos un tanto
rebelde al manifestarse en el plano onírico, o, en ese otro plano que podríamos llamar
ordinario. Era una prueba para que se haga fuerte. Para que saque la mierda, toda esa
[Hasta hace poco los informes constataban que: en Argentina cada 26 horas muere
una mujer por violencia de género. El último año 345 mujeres fueron asesinadas. 475 hijos e
hijas se quedaron sin sus mamás. "Ni una menos", una agrupación que lucha por los
derechos de las mujeres, sigue peleando y haciendo de las suyas en las calles al grito de:
"Nos queremos vivas, libres y sin miedo. Por nosotras, por todas. Ni una menos” (Artículo
periodístico del diario La Nación; Buenos Aires, Argentina)].
17
A la noche se sintió bien. Cenaron todos juntos en la casa, Paola, la amiga, la mamá
y el papá de la amiga.
—Quedate tranquila que acá no te va a faltar nada. Lo importante es que estés bien.
Y que puedas encontrarte en esta ciudad. Vas a tener posibilidades. Eso no quita que no
te vas a tener que esforzar. Al principio a nosotros nos resultó difícil... Estas cosas las
sabés, que sin papeles es complicado, pero lo logramos. Habíamos tramitado desde
problemas. Así que cualquier cosa te vamos a ayudar; te podés quedar el tiempo que
quieras.
—Les agradezco. Sé que tengo tres meses, y luego... podría conseguir una visa de
estudio, o extender esos tres meses por una carta de invitación, o conseguir trabajo, o...
debe haber otra posibilidad. Lo fundamental es que quiero estar acá. Si hay que trabajar
trabajo, si hay que... —no se le ocurría más nada—. Pienso que voy a acostumbrarme
una clase media tirando a alta y la de Paola de una media tirando a baja que cada vez se
hacía más pobre. Otra diferencia es que Cecilia nunca tuvo la necesidad de trabajar y
Paola desde los quince años trabajaba. Aunque se separaron cuando ambas tenían
dieciséis, justamente cuando la familia de Cecilia decidió venirse para España, y cada
Skype, Zoom (o la plataforma que sea); y constantemente miraban las fotos que subían
a sus respectivos perfiles de Facebook (Paola antes de viajar lo cerró). Hasta que por fin
Comían... (la madre que se daba maña con la cocina había preparado pan con
tomate, y una botifarra; se los dijo en catalán: "Botifarra amb monguetes seques").
—Nos contó Cecilia que ayer en la playa se te acercó uno de esos... ¿Te lastimó?
—Tuve suerte, la saqué barata, fue solo uno de esos hombres sensibles. Dos que
seguro que lo agarran. Escuché que por Europa el protocolo funciona, y no se demoran,
—Como todo allá, lento. Hacen campañas, invierten dinero, pero el dinero se va a
los bolsillos. Y mientras se entretienen contando la plata más tardan en atraparlos. Uno
detenciones son muchísimo más bajas que las que figuran por toda Europa. Igual, lo que
aún no puedo entender es como hay chicas que se siguen vistiendo como antes. Se
animan a mostrar las piernas, algunas incluso siguen saliendo con tacos..., que atrevidas.
De esas reglas a cumplir hace cuánto se nos avisó. Después se quejan. Ahí me parece
que está el problema también. Si no querés que te pase nada, no llames la atención, ¿o
no?
—... claro, y si tenés una cara bonita, tapátela como puedas —completaba la amiga
como si fuera la misma que dictara aquella ley que promulgara la nueva forma de vestir
para prevenir y evitar y sobre todo disminuir casos de violencia y acoso en las calles.
Podríamos revisar la mochila de la amiga de Paola, para darnos una idea de los
accesorios con los que cuenta para cubrirse la cara, ya que a rostro descubierto es una
hermosa mujer; constatándose que, éstas son las que más riesgo tienen de sufrir ataques.
Fijémonos: badana, gorra, anteojos, pañuelo. Además el último año salió a la venta un
nuevo accesorio llamado: *`FUFIN`*, cual sirve para tapar la boca y principalmente los
labios (que poco se pintan) que tuvo muy buena repercusión; y cada mes aumentan las
ventas. Ahora bien, muchas también optan a primeras por utilizar maquillaje que las
videos que se viralizan y que las chicas guardan en el celular. Las más influyentes son
las que trabajan en el cine o series realizando los efectos especiales en la estética de los
personajes, y que comparten sus técnicas “Anti-makeup”. Varias de ellas son tendencia
en YouTube, y una está por llegar a los treinta millones de subscriptores. Todo un ícono
dentro del maquillaje. Por lo que, en la mochila de Cecilia, tampoco puede faltar el
suyo. Sin embargo Paola con respecto a este asunto asume que no es tan extremista, y
decide apenas maquillarse. Hay muchas otras que directamente no se acostumbran, que
no lo hacen. O las que sí lo intentan pero no se pueden ver al espejo. Aquí inferimos por
qué entonces se le acercó ese hombre sensible en la playa. Y su amiga se lo dijo "Si te
hubieras maquillado". Pero Paola le contestó "Puedo defenderme sola". Y agregó "De
última si lo tengo que usar no voy a dudarlo...". "¿Qué cosa, el gas pimienta?", preguntó
En varias casas,
había recuperado energía, estaba de buen ánimo; y una semana más tarde, tendría ganas
Simplemente descansó.
Aconseja:
I
El PPF hoy II:
A pesar del contexto actual las agencias de turismo rentabilizan sus negocios con
comprando el viaje te facilitan la entrada al país de destino sin tener problemas con
inmigraciones, como pudimos ver que le ocurre al que está por ingresar. Debido a esto,
los que todavía están al alcance de darse lujos costeando viajes así, al estilo “all
que de esta parte del globo se trata: "Bienvenido Sudaca". Al final de cuentas lo que
sirve es la plata, y en caso de tener algún percance al entrar, las agencias de viajes
resuelven dichos inconvenientes pidiéndole algo más de dinero a los clientes. Un "caza
atrapar a la gente, mientras incrementan ganancias. Hay un caso que podemos revisar y
que resulta atractivo a la vez curioso. Pongámosle el ojo a dicho caso, como lo puso
por lavado de fondos. Veremos que al escuchar uno de sus eslóganes que atrae como
fantasía se puede comprender mejor el suceso que ha ocasionado. Los distintos anuncios
en internet o afiches en las calles promocionando la oferta hacen furor; con vuelos
mediante Despegar.com:
El ingenio hace meollos, y ha llevado a dicha agencia a surfear la crisis atroz, que
inflación, y me voy a morir con inflación". Otras, personas trabajadoras del pueblo, son
más contundentes al expresar: "Estoy hinchado hasta los huevos con tanta inflación".
Totalmente razonables ambas declaraciones. Pero interesa también lo que tanto se habló
acerca de las similitudes de las crisis de Argentina y España. Sin embargo la diferencia
aplica en que así como una cayó, salió;… la otra se sigue arrastrando.
Por momentos la sensación, hace algunos años, a tres de que se cumpla una década,
allá por la cresta de la crisis que se atravesaba en 2017/18, era que, Argentina estaba
endeudados. Y a su vez la deuda del PIB de España alcanza el 99% y la del déficit
que nadie podía mentir era que la deuda externa de Argentina era lamentable, "Eso es
porque arrastramos el mal recuerdo del corralito", decían. Y más lacayos seguían
Todo volvía a parecer normal cuando por alguna fuente de confianza se esclarecía la
información que se divulgaba, la cual le hacía cerrar la boca a muchos de esos lacayos
que había que escuchar: "En lo que Argentina falla estrepitosamente es en el control de
la inflación, llegando a un 30% anual. Mientras que la de España es 0". A este circo
España". Tanto escuchar España nos aturdió. Y a pesar de estas ilusiones descabelladas,
lo más triste para este presidente de seguro fue las bromas que se le dedicaron, y que se
volvieron memes en las redes (superando a las del jugador de fútbol Pipita Higuaín):
"¡¡La culpa es tuya... Vos me votaste!!", "¡¡Bienvenidos a los juegos del hambre, que la suerte
los acompañe!!", "¡¡Este grupo me gusta, porque ahorran en carne y Fernet, ya que nunca
organizan un asado!!”, "Si tienen un hijo que se llama Gastón y quieren ahorrar, llámenlo Ton".
estabilizar. Los pronósticos que afronta son favorables. Todo indica que en un futuro
peleará de vuelta por transformarse en uno de los países con mejores proyecciones en
Cabe señalar que, ese es el objetivo primordial, el ideal, que persigue cualquier
Varios críticos coinciden, en que para que esto suceda no bastará con arreglar
Sino que habrá que enfocarse en ir resolviendo dos de los temas que hoy por igual, a
1) La corrupción.
2) La violencia de género.
II
El PPF hoy III:
qué posición los argentinos se encuentran: "Al día de la fecha Argentina no está como
España. El hombre ha perdido la razón. No para de violar, matar, asesinar. Caímos
demasiado bajo. Y nos asaltan las dudas: ¿Dónde cabrán todos esos hombres? No
inhumanos.
III
El PPF hoy IV:
siguientes noticias:
/Villa Gesell: una nena fue violada durante años por su papá y después por su
padrastro.
/La Plata: abusó de una nena con retraso en un local de comidas rápidas y lo
detuvieron.
/La casa del horror en Brasil: investigan a un argentino que violaba a sus hijos para
crear una raza pura.
Tras dar las noticias el locutor del programa informaría acerca del "Monstruo de
Concháyoj":
'Era una nena cuando su padrastro empezó a llevarla al monte. Tenía 11 cuando la
violó por primera vez. La obligó a callar durante 20. Hay palabras que definen el infierno. Ella
las dice: "A los 14 tuve mi primer hijo; me golpeaba con un látigo y me obligaba a parir en
casa". Palabras que no alcanzan para dimensionar el verdadero drama en el que la obligaron a
vivir...`.
21
Una de las ventajas de estar en otro país es que poco interesa lo que piensan de ti. Al
menos la gente que tenías dando vueltas, cerca tuyo. Como búhos. Bisontes.
extraño, que se rebela, ante la naturaleza y sociedad. Juntan etiquetas y te las pegan
todas juntas: está chiflada, le resbala, o el Fernet le está cayendo mal. Necesita un
psiquiatra, está claro. U otras más groseras como decirte: estás enferma, drogada, te
prostituyes o huyes de la realidad. Como quien una noche te grita "A dónde carajos te
vas". Lejos, muy lejos, de acá. En búsqueda de mi Babilonia, mi tierra santa; prometida;
a cumplir con mis promesas, batallas, sueños de libertad. Para pelear. Contra demonios.
Recuerdos. Conflictos. Que atormentaron. Con el lema: la basura no solo hay que
reciclar; sino que la memoria. Cual busca dentro, como trapo, y remueve, hasta
que te vayas, que no vas a llorar. Cuando ríes del miedo, del susto que te da. Irte.
Polinesia. O el país que haya que nombrar. En busca de rimas, que te rimen el alma. De
rimas que te rimen el corazón. Tales como la de Tales de Mileto, que llevaba un
Si nos remontáramos al antiguo Egipto o a la antigua Roma, con toda la sal que
hubiera destilado del cuerpo Paola, se hubiera vuelto millonaria. Pero el día que recibió
—Sal.
empezó a caminar. Era raro porque de aquella Paternal natal apenas tenía noción de lo
que había visitado. La Avenida Warnes, la Avenida Paysandú, la Avenida San Martín.
Y sus barrios aledaños: Chacarita, Villa Crespo, Caballito, Villa del Parque,
Agronomía, Parque Chas. Todos como un fantasma. Con la garganta cerrada, con asma;
y la diferencia se percibía al sentirse tan despierta, con esa sensación similar, a como
cuando había llegado. A las 8:30 de la mañana estaba en el punto inicial del recorrido,
cual se había programado y diseñado. "Quiero abarcar lo más que pueda". En el celular
había hecho varias capturas de pantalla, con los lugares más emblemáticos; la noche
anterior, tras revisar en diferentes blogs los típicos recorridos que los viajeros aconsejan,
en una hoja se anotó, los sitios y calles, los que buscó en Google Maps y marcó con
lapicera. Abrió el mapa táctil, cuando tomaba el desayuno. "Por acá, por acá, hasta
abierta. Receptiva. Por muchos de los sitios había pasado en lo que va del mes. Sin
embargo la intención era doble esta vez: primero festejar, y segundo dar las gracias. A
deseo: Seré. Seré quien deba ser o no seré nada. Cereales desayunaba. Serena.
padre a Paola, sino Paola a él: No te zarpes. Con ese brillo celestial en los ojos,
primordial que le había ocurrido es que no se sentía asustada, o con las piernas pesadas
resiste, y chás, Parque Chas, queda hecho un fantasma. (Y, por más tratamiento que la
empresa estuviera realizando, sería Paola la responsable, de decidir; si: desaparecer o...,
despertar). Un aire marino, fresco, matutino, traía la playa. Se le metía en los pulmones,
iba parando.
Desde Port Vell se dirigió por la Rambla, a sus espaldas relucían embarcaciones
reflejándose enamoraba. Lo primero que hizo fue observar el monumento a Colón cual
estaba a la izquierda saludando desde su atalaya, en la plaza del Portal de la Paz. Era
una hora perfecta para caminar. Una obra perfecta Colón. Porque temprano no habían
turistas. Extraordinario para contemplar, y expandir la mente. Para dejarse aturdir por el
ruido de la copa de los árboles, y la brizna que sosegaba. Por la Carrer Nou identificaba
el edificio de Antoni Gaudí, el Palau Güell, cual fue el primer encargo importante que
recibió por parte de Eusebi Güell, mismo que lo financió; el estilo oriental es el que
predomina con la fachada hecha con piedra calcárea de Garraf. La entrada €12. No
pagó. Pasó por la Plaza Real que colinda con la Rambla; una plaza pública de forma
trapezoidal, situada en pleno Barrio Gótico; las calles que conectan con la plaza son
como pasajes y rememoran la época medieval con el estilo neoclásico típico del siglo
XIX; las palmeras esbeltas y reales le dan el toque mediterráneo. Continuaba hasta la
cuatro metros de altura decorado con arcadas góticas. Aparte librerías y chocolaterías la
leyó: "Pel balco veus tremolar l'ombra D'angel Guimera" (se le hizo un trabalenguas).
Después se topó con la Plaza Sant Jaume donde divisó, uno enfrente del otro, el
la Plaza del Rey, admirando el compuesto de edificios renacentistas que forman parte
del conjunto palaciego del Palacio Real Mayor, los edificios más significativos son el
Tinell, la Capilla de Santa Ángela y el Palacio del Lloctinent. Se sentó en las escalinatas
de acceso al Tinell. Los próximos pasos estuvieron acordes al espíritu de viveza, y a los
vientos que sacudía un añejo acordeón. Por la Carrer del Bisbe accedió hasta el puente
precioso que une la Casa dels Canonges con el Palacio de la Generalitat, el puente es de
puede oír el eco de las bombas cayendo en 1938. Explotaba por el acúmulo de tanta
mapa al revés. Ella con los pies en el aire, en el cielo. Conocer. Aprender. Visitar.
Tarareaba. Pensaba. Bla bla bla. Volvía por la Carrer del Bisbe y tomaba por la Carrer
de Santa Llúcia, para encontrarse con la Casa de l'Ardiaca; adentro el archivo histórico
Boquería, para llenarse con algo fresco del mercado. Daba vueltas por los distintos
barras. Era mediodía. No olvidaba hidratarse. Comía ensalada. Bebía agua. No llevaba
FUFIN. Llevaba gorra y anteojos. Pantalón jogging, y una camiseta de mangas largas.
Optó por el color gris. El calor era el problema. Más con las calles repletas, invadidas
por masas humanas de turistas, de todas partes. Como mencionamos sobran asiáticos, y
gente de los países del norte de Europa que vienen en busca del sol, en esta etapa del
año. Primavera.
Los del norte no tienen inconvenientes con la ropa por el frío al que se
acostumbran. Pero acá en Barcelona hay veces que las chicas se descuidan, y se
lamentablemente a veces pasa. Lo que puede ser un encantador paseo puede convertirse
pasó con una sueca, una rubia atractiva, en una de las calles de adentro, de las menos
gritos agudos. Ladridos, aullidos, lo que podía gritar. Su arma había quedado en la
mochila, que había quedado tirada en la calle. Un grupo de cinco mujeres jóvenes
locales que la vieron se alarmaron. A la vez se armaron. Tres con gas pimienta, dos con
pistola. Apuntaron. "¡Soltala!". Cosa que los asustó; como fueron delatados al instante
por la aplicación, la policía llegó. Para atraparlos; contundente; aunque uno de los tres
amenazaba con tirarse del balcón. "Tirate que nos hacés un favor", decía una de las
que más se valora, cuando los vecinos se unen para enfrentarlos. Hubo que perderle el
miedo a estos trastornados. Pudo haber sido una pesadilla. Gracias a que la gente está
preparada para actuar, muchos de estos acontecimientos, si suceden durante el día,
neurálgico de la ciudad. Dícese que en el centro se logra el equilibrio, y ella por dentro
lo estaba logrando. De aquí parten grandes vías, alrededor hay hoteles, bares,
restaurantes, bancos, el metro, oficinas. Las palomas que invadían la plaza estaban por
volarle el gorro; disfrutaba de esa masividad de pájaros que la envolvían. Seguía a pie
por el Paseo de Gracia para conocer la Casa Batló y la Casa Milá, ambas símbolos del
modernismo catalán. La avenida asemeja a los Campos Elíseos de París. Desde aquí su
recorrido se bifurcaba, ambas casas tenían que esperar, porque primero iría a la Sagrada
da ganas de tirarse, porque en cuánto miras de más se te viene abajo. Es que uno se
estaban por terminar las dieciocho torres que se habían diseñado. Volvió a tomar el
metro e hizo transbordo en la parada Verdaguer para bajarse en Jaume I. Iba a la Casa
Milá, a la que popularmente se conoce como la Pedrera, por su aspecto de cantera. Hubo
sus ojos. Emoción a flor de piel. Quería más. Que nunca se acabe, ni el paseo, el viaje,
Entró al Mercadona para comprar una botella grande de agua. Sed. €0,70 pagó.
Por un euro también compró un helado. Descansó en la plaza, la plaza era como su casa.
Eran las cinco de la tarde. Se tomó el colectivo. Debía llegar al Montjuïc, para
Iba hacia uno de los lugares más hermosos, no únicamente por las vistas y
panorámicas sino que también por el verde. Cuando bajó del colectivo el mensaje que
lado del sendero el precipicio que caía hasta la ruta y el mar. Enfrente Jun. Al costado
Asintió con la cabeza. Tenía una actitud seria y responsable. Pero cuando hablaba
—¿Qué tengo yo que no tenga una japonesa o una española...? No te olvides que
Tenía un tema por resolver aún con respecto a dónde provenía. Pues le seguía
dando mala espina, más que nada cuando conocía a alguien que por el solo hecho de
honrar a la naturaleza.
—Dame tu mano. Agarra esta hoja. Conecta con la corteza, con el árbol. Y verás
el milagro...
—No me chamuyes.
álamos silvestres.
—Yo, ¿qué?
—Jun...
—...
Quedaba sola.
En el Montjuïc.
El sol cayendo. La noche asomando. Tres pájaros cantando: "´cause every little thing
gonna be all right". Perseguía el camino marcado en el bosque, había huellas, dejaba
huellas, ascendía y descendía entre desniveles del terraplén. El viento fresco y plácido
vegetación. Se había vuelto a poner la gorra. El pelo atado. Músculos tensos. Miraba a
los costados. Para atrás, adelante. De vuelta para atrás. Tenía esa sensación de
persecución; de que le podía pasar algo. Que debía apurarse, volver, todavía tenía
recorrido hasta llegar al Born. Hubiese preferido terminar el día de la mano con..., pero
andaba bastante preocupada y se preguntaba: ¿Qué pasó? ¿Dónde está? (¿Por qué se
Al abandonar el bosque retomó por el sendero que iba directo hasta el castillo. A
la derecha la poca luz alumbraba el horizonte y el mar que se reflejaba, con un color
anacardo, anaranjado, oscuro; rojo, tostado. Había transición al violeta, luego a un tono
pardo, como el caqui. Miraba la hora. 21:30. Quedan treinta. Se repetía. Se ahoga.
Tengo que llegar. Ninguna mujer caminaba por allí arriba, por el monte. Deberían estar
en los hogares o las más desafiantes estar llegando. Todas recordaban la advertencia
sancionada por la ley. El miedo suponía que algún oficial la detenga; y se lo cobre.
Doscientos metros hacia abajo del castillo esperaba el colectivo. Agarraba la mochila y
tenía a mano el arma por si se presentase uno de esos, hombres. No se podía confiar de
los cinco que estaban esperando el colectivo. Miradas sospechosas. Aunque esas
miradas expresaran distintos tipos de advertencia o recados; como la que había dicho
uno de esos cinco que podría ser cómplice del posible altercado: Dejate el bigote que
vas a tener más chances de que no te atrapen. No estaba tranquila, tampoco asustada,
No contestó. No había por qué. No tenía entusiasmo. Todo lo contrario. Aun así
parecían indefensos ambos. Los otros tres generaban la duda. Sobre todo el más alto,
tablero electrónico indicaba que el colectivo arribaría en nueve minutos. Para estos
casos había aprendido a respirar y contener el impulso. Lo peor que le podía pasar era
manera correcta e indicada, cualquier mujer con dos dedos de frente debería hacerlo; el
arma queda al alcance. Lo que le dijo el hombre sonó mal, escalofriante "Para que no te
peor: del hombre mormón. Menos mal que no fue la intención, al comunicarle que en
las calles los oficiales podían ejecutarle una sanción; en el caso de que haya sido aquella
manera reiterada (a las mujeres): -Más que para acatarlas están para cuidarlas-. Es su
deber. "Antes que muertas". Recuerden: prendas grises y negras. Súbanse las medias.
Usen mangas largas. Maquillaje. Y desháganse de los shorts. Así de simple. O así de
colores son dolores; olores de desechos que se pudren en el baño. De haber alcohólicos
nos llenamos de cólicos en esta sociedad. No elijamos reventar. Terminemos con esto.
que viola y mata, ¡lo matamos!, como se hacía antes en las plazas, en épocas de
guillotina; lo degollamos, ante el público. ¡Zas! Y se acaba. Que esperáis, para aprobar,
Ergo esto no quita que no se la pase bien. Las perspectivas para cada uno son
distintas. Y por eso depende de cada ojo. Están las responsables, las que cumplen. Y las
que no. Las que todavía se hacen las divas. Las desubicadas. Las que salen de fiesta. Las
que buscan aventuras. Y provocan al sistema. Está ese grupo aparte, selecto que no
soporta las normas, y se rebelan. Las anarquistas. Hacen lo contrario. Con tal de
se les niega, ni discute que estén cansadas, atormentadas, o deprimidas. Pero se les pide
que tomen conciencia por las que sufren a diario; las que aparecen en los diarios; o a las
que se tapa con cartón. Que luchen por ellas. Se unan, con las que tienen ganas de
contrario, si no se cuidan...; sería tan simple como lo dijo otro de los que aguardaba en
la parada: "Aprovecha el día. Antes de que decreten la vuelta a casa a las diez, pero de
despabilar, a disfrutar. Incluso si se quiere, a sanar; hasta las diez. Que todo depende del
soy la que cambié?". Y seguía pensando: "No me quiero imaginar si estuviera esperando
Cuando el colectivo se estacionó los hombres fueron los que subieron primero.
Paola no pudo subir antes. Aguardó, hizo señas, "Suban". Se presentaba otra de esas
cosas, costumbres, que mutaron: donde se les aconseja, prohíbe, subir primero, cuando
tienen la oportunidad o en caso de que le cedan. No hasta que estén disponibles las
líneas que permitan que viajen por separado. Es cuestión de preservarlas, dijo un
depravado. (Campañas).
Paola discutió:
—¿Por? —le mostraba el reloj—. Faltan seis minutos para las diez.
—Son las normas. El tiempo cuenta hasta que llega a su casa, y no creo que llegue
antes de las diez. El último boleto sin infracción para las mujeres se cobra media hora
antes. No puedo hacer excepciones. Usted tiene que entender que esto no es una
cuestión de querer hacerla enojar. Sino que se la trata de cuidar. De que aprenda; o ahí
tiempos mejores...
—¿Y si no pago?
—Se baja.
—Le dije, es cuestión de que aprenda. Tiene que volver a pasar la tarjeta; o abona
Le daba rabia que le pase. Era Paola una de esas que acata la ley. Igualmente lo
miró, como el culo. Y pensaba lo mismo: Usted tiene cara de... Es que tiene claro como
son las reglas, nadie tiene que volver a repetírselo. Que se le va a hacer, a quién le va a
discutir. Que pague. El problema es que la plata siempre figura en el medio. Y eso no
ciudad es donde más le había costado. Era lógico, adaptarse. A la mayoría le costó.
Incluso había recibido una tercera advertencia. Repetía el error. Tenía que admitirlo,
aceptarlo. Tal vez tantos cambios, son los que confunden, y atontan. El cambiar de
ciudad, el haber estado cambiando ella. O son sus palabras las que confunden y
verbalizaron, saboteando:
Mejor que llegue a su pieza, coma algo y se acueste; es lo que una madre
los cristales. Que trague. Y en el peor de los casos que reciba la cuarta advertencia, y
catalán. No veía la hora de llegar. Durante el trayecto subieron diez hombres más, a los
cuales llamó la atención su presencia. Tres conversaban: Debe ser una puta. Y otros:
Debe ir para el Barri Xinés. Cuestión se sentía demasiado observada. Hasta tenía un
Por incómoda que estuviera no dejaba de mirar por la ventana. Tenía esa
abrumaban. Sudor, boca seca, dolor de dientes, nariz tapada, hormigueos, frío, caqui,
baño. Las luces de Barcelona parecían fogonazos en la noche. La iluminación fue otra
de las reformas en las que se estuvo trabajando. Al agregar muchísima luz en las calles.
Sin embargo los países que no cuentan con el presupuesto necesario..., tienen que elegir,
posibilidad, que se baraja; de las medidas más utilizadas, para erradicar la plaga. Sin
duda alguna la instalación de cámaras como estrategia marca una gran diferencia para
rastrear el movimiento de los sospechosos. Y, los que apuestan por una mejor conexión
desgracia.
Bajó en El Born. Hace una semana se había mudado de la casa de la amiga. Por
una cuestión de independencia. De espacios. De los €800 que cobró, €400 se le fueron
de alquiler. Con lo que no gasta, para el resto le alcanza. El caminar atolondrado podía
Con el primer sueldo cambió el cuchillo por una pistola. No tendría problema en
disparar. Durante el día observamos que estuvo feliz, a medida que cayó la noche
Se acordaba de un profesor; que le había explicado Freud. Por primera vez le pasaba acá
en Barcelona (en Paternal habían sido tres las advertencias). El reloj marcaba las 22:16.
Se seguía repitiendo: Respira, confía. Vas a estar bien. A dos cuadras. Trotaba. Corría.
La única gente que deambulaba eran hombres. Y entre ellos podría estar el mormón.
Apenas articulaba, no contestaba. Había que tener en cuenta que corría, y el pecho
se le cerró.
—Tome.
—Estoy bien.
Revisaba el documento, el pasaporte.
—Sudaca.
—Yo no dije nada, usted lo dijo. Para que no ande diciendo después que los
españoles discriminamos.
—...
—Sepa que las turistas son las que más se descuidan. No cometa una locura.
Salvo que sea una de esas que se van de fiesta. ¿Comprende de las fiestas que hablo? Si
es una de esas divas que pretende... Piénselo. No vaya contra las normas.
Desde el celular el policía entró en la aplicación. La identificó con los datos del
alquilaba había un hotel. Hizo de cuenta que entraba al hotel. Por las dudas.
—Cuídese.
simpático no había sido tan simpático. Se sentía a salvo. Podía pensar. Subía por el
ascensor hasta el cuarto piso. Después de una semana conocía a la mayoría de los
caso de que se presente... La señora que le había alquilado la habitación aseguró que en
ese edificio nunca hubo conflictos; que no iba a tener problemas. Pudo alquilar porque
no pedía papeles; la señora necesitaba la plata, estaba desesperada, tenía deudas. Y con
que en cualquier trabajo te pueden despedir cuando quieran, y uno quedarse sin dinero.
El piso es bastante amplio, cuenta con cuatro habitaciones. Además de Paola alquilan
una chica sevillana, una búlgara, una venezolana, y un alemán. Para empezar está muy
bien. Hay cocina, baño, y living que se comparte. Al entrar en la habitación dejó la
mochila. Se sacó las zapatillas. La gorra. Desabrochó la camisa. Soltó el pelo. Estaba en
remera. Se peinó; había una canilla. Se lavó la cara. Se miró al espejo. Decidió no
reja de ropa. Quedó en corpiño. Se deshizo del pantalón. Respiró profundo. Soltó. Saltó.
Suspiró. Tetas, cola. Rodillas, pantorrillas. Adiós a la calza. Hay una ventana que da a la
calle con una cortina oscura para que no entre luz. Un pequeño placar donde guarda las
cosas; igual mucho no tiene. La valija vacía en una punta, del lado de la ventana; que
usa para guardar comida que compra. En una mesa, que apenas cabe, entre la cama y el
placar, apoya algunos elementos: una botella de agua, un desodorante, una revista de
el ritual de leer antes de acostarse. Compró un libro en un puesto de la calle Pau Claris
(hace dos semanas). Le pasó como a muchos que el libro por algún motivo la escogió;
que por alguna razón en particular debía comprarlo. Una fuerza poderosa la absorbió,
de la contratapa, algo de eso; con lo que se había identificado. Tenía un lápiz con el que
Para ir removiendo,
sus adentros.
En la pág. 128 subrayó: "Estoy bostezando. Estoy saturada de sensaciones. Estoy agotada
del esfuerzo y el largo, largo tiempo (veinticinco minutos, media hora) que me mantuve solo fuera de la
máquina. Estoy quedando entumecida; estoy quedando tiesa. ¿Cómo voy a romper este entumecimiento
que desacredita a mi corazón compasivo? Hay otros que sufren: multitudes de gente que sufre”.
En la pág. 137: "Si sigo adelante creando orden a partir del caos... Así elimino ciertas
"El tiempo pasa, sí. Y nosotros envejecemos. Pero estar sentada contigo, a solas contigo, aquí en
Barcelona (cambió Londres por Barcelona), en esta habitación iluminada por el fuego, tu ahí, yo aquí, es
todo”.
Se tapó.
que no. Comanda, dirige, transforma los procesos sinápticos en síes de configuración.
Elimina por descarte lo que corrompe y atenta. E ilumina bitácoras escaneadas con
y mucho valor. Que se escriben, y describen mediante procesos de extrema índole que
“Yo” asciende hacia Dios. Dejando que la máquina vaya trabajando, viajando. Mediante
dónde?, en el Kairós.
de sucesos que le ocurrieron. Al despertar solo parecía escuchar una palabra "acción".
Para darle vida a ese personaje que se creaba. Hasta que un suceso la invitó a decirle a
no. Aquel hombre era un simple trabajador, de una tienda localizada en El Poblenou.
Aunque la tienda era una fachada, muy bien preparada, para esconder ese otro trabajo al
Paola decía:
—Este hombre busca alguien que lo ayude, sería lo mismo que un trabajo.
Además yo también trabajo acá. Nos podemos ver más seguido. Y no tiene nada de
malo. Con este hombre... no solo que trabajas, sino que aprendes.
—Tan solo quiero algo, no sé, más sencillo. Atender en un bar, cocinar, limpiar.
—Sí, pero está difícil que consigas trabajo. Acá no se arriesgan a quitarle empleo
a la gente local. Puede que te pases meses buscando, y tienes..., antes que... Pensalo. Lo
aceptas y mientras tanto, vas viendo. Haz la prueba. A este hombre no le interesa si
tienes papeles, ni de dónde vienes, si sales de fiesta, o... A lo sumo te va a preguntar una
cansada de recorrer y de que la rechacen volvió. A las doce del mediodía. Para decirle
del local.
—Que me diga para qué son esos jarros, si en el cartel de la entrada dice escuela
de surf.
Hubo una cosa que Alberto le tuvo que explicar. Y se le acercó con uno de esos
en la mano.
que ofrecemos, clases, enseñamos. Para eso nos rinde un local de surf en una cuadra que
—Ochocientos.
—Mañana.
Como sea, había conseguido trabajo. Y eso la dejaba tranquila. Al final en Buenos Aires
los trabajos por los que había pasado fueron parecidos a la cara de ese colectivero al
cual más adelante se cruzó, una cagada. Lo único que pensaba era que para ella mucho
sentido no tenía aquel arte, más allá de un libro que se había comprado. Que los
digamos el por qué, o cuál era el sentido nuclear (esencial) de estar allí..., eso no lo tenía
claro. A pesar de, haber tenido muy pero muy en cuenta que quería irse de Argentina. Y
solo podía decirse que era una mujer libre, común y trabajadora.
Pero no sería hasta que quedara enganchada de la armonía y energía del encanto del
local,
—¿Qué cosa?
—Las olas...
Reflexionaba sobre qué relación podía haber entre un jarrón y una ola. Entre una
tabla y el mar. Debía haber algo en el medio, en el centro, unicornios que unieran las
tiempo y quedaba barrenando por el espacio. Estaba convencida llegado este punto
sobre lo que quería. Del camino que se quería trazar. Los hechos del pasado podía
abollarlos. Pisarlos. Y comenzar a operar desde Barcelona como una nueva Paola. Lo
cual no significa que la habitación que alquila sea como un cuartel, donde algo terrible,
secreto, planea. Sea un atentado o decidir a qué político matar. Sino un trampolín, una
qué me dejó? ¿Qué le pasa? ¿Por qué se esfuma? El caradura. Increíblemente esta no
fue la primera vez, por eso tal vez no se preocupó demasiado. Diciéndose: "Es un
fantasma, de por allá, del Parque Chas". Pero se habían comunicado, tácitamente,
cuerpo a cuerpo, en un primer encuentro. Y ella supuso que esa experiencia tomó
impulso, cuando agarró la tarjeta la noche en que se sintió fatal en casa de Cecilia; (y
Esa atmósfera.
Con esa única pista no le bastaba para determinar a qué se refería. Ni siquiera
como para deducir algo. "Está bien que sea de Japón, que tenga sus creencias, mañas,
pero entretejerme entre sus telarañas...", no iba de esa forma a conquistarla. Dudaba en
llamarlo, en hacerle saber, ¿qué? "No sé". Que le pasó algo en el avión. Cosquillas,
con los que lidiar, el verse con un hombre al que apenas conocía, sin muchas más
referencias... no es lo que aconsejan. Lo que dicta la ley. ¡Ojo!, que esto no implica que
corazón. O el “temible” amor a primera vista, como lo catalogan algunos incrédulos: "El
peligroso". Aunque lo de Paola y Jun, no iba a ser amor precisamente. Sino, más bien,
algo, ¿cómo?, como soñado. Mucho más delineado. Ya se le había quejado: Caradura, te
esfumas.
que trama. Para hallar el posible argumento. Por qué desaparece… "Acaso, si alguien
debería hacerlo, esa soy yo", se decía, camuflándose entre remolinos de viento, de ser
plantada.
En su atmósfera.
Se encontraron sin ir más lejos por primera vez en Port Vell. El punto de reunión
fue en el monumento a Colón. Tras lo ocurrido pensaba que aquel sitio, hilaba con sus
sospechas. Al ser Colón un descubridor, y por tal motivo ella andar en la búsqueda, de
algo. Lo que desencadenó que escogiera iniciar allí, un mes después, un sábado, su
paseo; pensaba, que necesitaba volver; ir temprano, para analizar, hilar; desentrañar.
de que color los tenía. A pesar de eso es un muchacho apuesto, y más alto que
cualquier japonés. Un morocho con pinta de cantante. Y cuando abre la boca, de poeta:
—Tenés las tetas... —oí que dijo. Y continuó—: Tenés aletas..., alas...o pies.
—Ah —respondí yo—. Ninguna de las dos..., las tres, yo que sé.
Me contaba acerca de un mito asiático, donde en una ceremonia la gente,
simbólicamente, tiene que elegir entre aletas, alas, o pies, según se perciban como seres
del agua, del cielo o de la tierra. Yo le demostraba interés, al preguntarle por los seres
—Cuando dos seres coinciden, no hacen falta alas, agua, ni tierra. Hace falta
fuego.
Un poco rebuscado con las ideas pensé; que mezclaba el acento japonés con el
castellano. Y me daba risa. Porque lo hacía notar como un niño. Además no entendí un
pomo lo que me contó. Pero igual ambos nos reímos, porque la risa es como el bostezo,
aquello que nos atacó, como si tuviéramos la rubeola, en una o dos horas, con mucha
gracia. Lo que me hizo sentir como una niña también, ya que empecé a escupir y a
mezclar, al hablar; Aletas, tetas..., cola, piscola..., me hago pis por la cola, jaja, reía, y
Cerca del Estadio Olímpico cuando mejor la estábamos pasando, se puso serio.
No habló. Ni bostezó. Ni rió. Apenas vi sus ojos. Le pregunté, le dije: Eu. Y se quedó
mudo.
—¡Boludo! —le grité para que se ría—. Dale, contestame. Que no se la deja a
Al día siguiente me llama, hace de cuenta que no pasa nada. Cuando corta se lo
cuento a Cecilia, porque anduve bastante inquieta. Cecilia me dice que no puede ser,
que es un rollo mío, mi imaginación, que me lo invento, que descanse, me acueste. Que
debo estar proyectando cosas mías (de mi padre) en él. Me enojé. Y le dije que no se
hiciera la psicóloga, que me ayude, como amiga. Y ella contestó que me iba a ayudar,
pero que descanse. Sin embargo no me quedé de brazos cruzados. Me acerqué hasta la
acompañar; se lo tuve que pedir por favor. Para que compruebe, que no estaba loca. Y
Pasa que nos mensajeamos por Whatsapp un montón. De repente me clava el visto,
media hora de vuelta no contesta. Quiero putearlo, cortarle el mambo. Me dije que si
volvía a desaparecer, listo, que estoy chiflada. No pretendía arruinar el viaje. A menos
que...
Coincidimos a las tres de la tarde en la Plaza Real. Lo saludé con la mano, como
aconsejan, no con un beso, o dos, como suelen hacerlo las que no acatan. Porque en el
caso de que un oficial se acerque, puede haber problemas, y tendría que comprobar
cómo es que somos... más que amigos, conocidos, novios, pareja; te hacen mil
Me había puesto ropa cómoda: pantalón de satén largo, una remera, una camisa
que me iba a dar alguna explicación. No ocurrió. Le estaba por decir: Sos un cara rota.
Pero había una onda y tenía un humor increíble. La estábamos pasando genial, nos
sueños es que Cataluña, España, Argentina y Japón se unan a través del fuego. Cecilia
también la pasaba bárbaro. Hasta que me miró, y agarró del brazo, cuando Jun no
prestó atención, y me dijo: Que japonés tan hermoso. A su vez me recriminó: Que bicho
Cecilia le había pedido permiso, y lo tocó. Lo tocaba con el dedo índice derecho
me tocó a mí, el hombro, con su dedo índice derecho, y me dijo: Vos también existís.
Cecilia me llevó a un costado, y me terminó diciendo que se iba, que nos dejaba, que no
quería molestar. Yo le dije que no, que no se vaya, que podía pasar. Y Cecilia se fue.
Caminábamos, hablábamos. Hasta ahí todo bien. Una hora antes de que oscurezca
misma con la que había recibido la tarjeta, e hizo que lo toque, en los hombros, en el
A partir de ese sábado se le dio por ir: cada sábado por la mañana temprano al
monumento. A ver qué me invento, pensaba, Quiero descubrir, lo que pasa acá. Estamos
en junio 28. Y Paola trataba de anillar todos los "Existo" que había escuchado. A los
que salieron de la boca de Jun le podemos agregar los que escuchó en la primera
semana, que fueron dos. Uno cuando cruzó la calle un miércoles por la tarde al ir de
compras (se lo había pedido la mamá de Cecilia) que provino de una joven que al
chocarla se la quedó observando como quien espera la foto, como queriendo revelar
algo. Aparentaba un hecho casual, esporádico. Pero Paola ni se hubiera imaginado,
¿qué? Días más tarde al pasar por un hospital, escucharía lo que ella denominó:
Gritos desesperados de quien se levanta de las catacumbas; emitiéndose aquel "Existo" del
cual no se hizo cargo al seguir de largo. Debo estar media tonta con esto de haber caído
en otro país; el viaje; el equipaje; el maquillaje, los tiempos; encontrar trabajo; irme
acomodando, puede que me estén afectando... Tan ilusa (la tonta) esperaba el orden,
como quien espera que una madre nos enderece la vida. Para que todo a lo que nos
encomendamos, sumergimos (con miedo), no sea mero invento. A la que más preocupó
fue a Cecilia, lo vimos cuando le pidió que la acompañe un domingo. Pero aquella
quien se asustó, cuando sacando conclusiones, Paola soltó: Y si estamos muertos, y esto
de estar vivos es una mentira ridícula. La madre escupió del vaso al atragantarse, por no
cuando se recompuso, Mejor las dejo con sus locuras. Y Cecilia le tuvo que advertir: No
seas así, no la asustes, te dije que no pasa nada, que te quedes tranquila y descanses, que
mañana hablamos. El padre de Cecilia que oía desde el sillón cuando ojeaba el diario,
fue quien le creyó, y le dijo: Paola sos demasiado inteligente, cuando nos hablas de la
muerte. Cada día cuando vuelvo del trabajo medito, porque si no, me despido... Y la
llamaba, Paola vení que te doy un consejo: Aprovechá al máximo que hoy estamos y
mañana no se sabe. Aquello parecía medio tragicómico; y la otra mitad una bizarreada.
Sin importar lo que opinara la gente, Paola seguiría insistiendo en ir cada sábado al
monumento, "Dime Colón qué me invento". En definitiva, los siguiente 'Existo' que
entraron por su oreja fueron los siguientes: 1) En la segunda semana escuchó el de Jun.
Esa misma semana escuchó uno en la Rambla que no pudo detectar de dónde provino
por la cantidad de gente. Después escuchó otro en la Boquería. Uno más en el subte.
Otro cerca del Cap Nou antes de que juegue el Barcelona. Y otro a la madrugada que la
hizo despertar "La puta madre". 2) La tercera semana fueron en proporción semejante: a
la vuelta del edificio, en la playa, subte, y dentro de una iglesia cuando dijo el cura:
Existo porque creo en el señor, existo porque creo en Jesucristo. 3) La cuarta semana
colectivo, la plaza, el café, y los que vinieron en manada cuando tuvo que ir a hacerse el
chequeo de rutina al hospital (le preguntó a la enfermera qué había sido eso. Le
concurrir cada dos meses, según sanidad. La enfermera la había hecho desvestir: Parate
de frente, de espalda, de perfil; izquierdo, derecho. Alza los brazos, abre la boca, abre
las piernas. Buscaba heridas, cicatrices, bultos. Encontró dos, ¿Y esto? Me caí. ¿Segura?
saliva. Dentro de dos días podéis fijarte en la aplicación, le dijo la enfermera, que la
hizo vestirse. Antes de abandonar la sala a centímetros de la cara le murmuró: Son los
gritos de las que sufren en el piso de abajo, eso es lo que habrás escuchado niña. No sos
la primera que me lo dice. Puede que me haya acostumbrado y los ignore porque trabajo
lo habían soltado, incluso la señora que le alquiló la pieza. Después siguió anotando en
una hoja: el panadero, el pintor, la rusa que canta, la estatua, en un puesto de flores, en
un local de ropa, en el taxi, tres clientes, y... a eso se le sumó el de una Youtuber de
famoso que escribió citando a Sartre: “Si existo es porque me horroriza existir”. Hasta
el canal Telecinco, en la séptima semana: 'Conmoción por los gritos que se escucharon
en un hospital de Barcelona. Hay quienes dicen que son falsos. O que la gente que los
En su libro subrayó:
con Alberto,
este le comentó:
—Existimos en el Kairós.
TERCERA PARTE
26
Le había pedido permiso. Lo tocaba para comprobar que estaba ahí; que estaba
Jun que trasladaba una caja con seis jarrones al depósito del fondo, se lo dijo:
—Basta...
Era como una maña, como la picadura de una araña, una especie de tic que se la
estaba carcomiendo, y no podía frenar; era como una ola tapando la arena, cuando sube
la marea, sin vuelta atrás. Asemejaba la escena a E.T. cuando estiraba el dedo.
—¿Sobre qué?
motivo alguno para amenazarlo, ni para cometer una idiotez. Paola misma se dio cuenta
que un arma, no iba a arreglarlo. Y sola se dijo: Respira. Tranquila. Vas a estar bien.
—Alberto así como lo ves, más que un monstruo es un dios para mucha gente —
Jun.
—... a esta altura te tendría que servir de algo lo que estuvimos meditando, acerca
(El ruido de las voces lo habrá hecho caer. ¿O el ruido de algún Existo?).
—Dime, ¿tú qué crees acerca de las voces? Por qué debería tener yo las
—Porque me da la impresión de que las tiene. Con esa cara de viejo, sabio. Y
—¿Esa es la impresión que te doy? No creo que juzgues solo por las apariencias.
Si has aprendido algo del mar, deberías amar un poco más este trabajo. Igual confío en
que si no pasó, va a pasar; y que lo del arma no es más que una burla. Aunque
pensándolo mejor, te voy a dar una... —Se levantó del escritorio; se puso una mano en
la barbilla—: Puede que las voces que oyes, sean de personas afines.
—Existen en la medida que uno las crea, según lo que escucha, dependiendo de
dónde para la oreja. Podría decirte que oímos acorde a lo que nos enfocamos. Parecido
es el dicho: "Donde pones el ojo pones la bala". Por lo tanto atenta, que donde pongas el
ojo pones la oreja. Digamos que si hago foco constantemente en jarrones, iré por la vida
Al lado del jarrón que cayó había otro que estaba bien colocado. Los pedazos del
mucha pena.
Los pedazos del jarrón roto, en la fábrica, mediante un proceso llamado Kintsugi
(金継ぎ) se restauran.
27
Kintsugi:
(Silencioso y manifiesto).
espolvoreada con oro. Plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la
cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original.
28
Días después las voces que escuchaba Paola disminuyeron en proporción. Y eso se
—Le hago la misma pregunta que le hice cuando llegué. ¿Para qué sirven esos
—Es una buena pregunta que no te voy a contestar. Pero quizás esto que te diga te
aporte: el mar y el jarrón van de la mano. Como los seres humanos. Para trabajar con
jarrones primero tenemos que trabajar con el mar, ahora si te digo que trabajemos
nuestro es más un gesto, un servicio, una vocación. Desde los inicios hay un lema que
Una ola rompía en la playa. La sal se disolvía, generando la típica espuma que
Se la mostró a Paola.
Le hacía ademanes.
Paola interpretaba:
—Entendí. Me estás queriendo decir que tengo una cara de culo terrible. Pero lo de
Paola se contagiaba.
Se descostillaban.
—Jajajapón..., jajajarrón.
Esta vez tanta reflexión hizo que Jun suene como oráculo, con lo que dijo:
—Estamos conectados.
Momento. Ubiquémonos.
"Los Jarrones dan soluciones" surge allá por el siglo XX, en los años 90. A raíz
de una visión poderosa que fue cultivando el oriundo de Tokio, A.B.W. Su espíritu
aguerrido lo llevó a emprender aquella odisea de fascinación con el mundo del jarrón.
Hasta ese entonces el jarrón arrastraba una cultura milenaria y abundante, con data en
años precolombinos. Sin embargo no se contentaba con tener una única tienda en
transmitir valor. Con bastos estudios en su haber acerca del Kintsugi, decidió dar
precoces pasos recorriendo la vecindad de Asia, siguiendo por Europa. Luego, al crecer
completitud. Escogiendo siempre las grandes capitales para expandirse, como buen
latifundista. Proponiendo talleres y dando conferencias, para generar sus ingresos, los
patrocinado por su padre que tenía buena pasta, y por una empresa funeraria a la que le
interesaba la filosofía del jarrón. Nunca nadie entendió esa fascinación desmedida en
compartir aquel arte. Algunos pudieron advertir que escondía un plan macabro o
siniestro al estar relacionado aquel proyecto con una empresa fúnebre, pero los cotilleos
propósito de esto tuvo varias discusiones con la funeraria, quienes le reclamaban que iba
a quedar pegado, que sería el responsable, por echar a perder un negocio de la ostia.
Dicho y hecho Alberto calló, y estuvo quebrado por algún tiempo, y sus lazos, se
sospecha, se cree: siguen vigentes con la empresa, cual agua de represa. Aunque al
haberse dado a conocer por el mapa generó una imagen. Una marca. Y un lema.
preguntar: Qué opinaba su hija... Detalles de la vida privada no daba, por lo que hizo
caso omiso.
que se deprima, hay quien piensa que lo salaron; y hay quien afirma que se la robaron,
que algo oscuro lo rodeó en esa etapa de su vida, sanando siempre mediante aquel arte;
porque para eso estaba. Fue una pregunta remota que lo convulsionó. No tenía la
obligación de divulgar sobre el tema, así que se paró y se marchó. Y en eso se quebró.
Siendo el símbolo vivo de un jarrón hecho pedazos. La lágrima más hija de puta le
cayó. Y mismo los de la empresa fúnebre tuvieron que venir a ponerlo de pie, a
motivarlo, cachetearlo, para que no decaiga. "No te vamos a dejar que te sumerjas en
una de esas yacijas. Tampoco te va a salir gratis tu sepulcro. No." Más adelante
respondería abriéndose a quien abordara una pregunta similar, como para quebrantarse
una vez más en infinidad de pedazos: Tarde o temprano la encontraré. O muerta o viva.
Conmoción.
Su pronóstico no falló.
Los tiempos violentos del nuevo milenio lo harían enfocar cada vez más en su
una red de contactos que incluyera figuras de peso notable, no le invalidaría la puesta a
punto de la fábrica, incluso la mayoría lo apoyó, y aprobaron los planos (que tuvo que
rehacer); para lograr con éxito el gran propósito ¿Por qué España y no otro sitio?,
algunos (que lo perseguían) se preguntaron. Tal vez porque estaba entre medio de
Argentina y Japón. Vaya uno a saber. El problema es que con el panorama que preveía,
la duda surgió, en si era lícito que haga con aquello dinero. Se lo puede etiquetar de
malo o bueno. De moralista o idealista. Pero a lo sumo fue él quien encontró una
solución...
No era la que sigue una escena que se hubiera querido dar el gusto de
presenciar:
—¿Sobre mí?
—Me gustaría conocer un poco más a quien contrato, vamos que ya llevas un
—No sé...
—¿Qué pasa?
—No me siento cómoda hablando sobre ciertas cosas. El mar puede que me
ayude un montón. Con Jun aprendo. Con usted también. Pero, será que el mar me
revuelve...
—Serán las corrientes, las olas... ¿Algo que te estrelló en el fondo...? ¿… que te
—No...
—Necesitas sacarlo.
—Ya pasó.
—Suéltalo.
—No.
—¿Algún hombre?
—Ya murió.
—...
—Va, en realidad...
—Puedes confiar.
—Ya no me interesa.
—¿Qué pasó...?
—Sí.
—¿Lo denunciaste?
—En partes...
—Puede ser.
—Supongo.
—Descuida, que las veces que alguien me dijo supongo, alguien los puso en su
lugar.
La escena seguía.
siguientes temas:
2) La Beriso – Ella.
Me duele en el cuerpo.
Ser ya tantas menos.
Manos, pies, cara descubierta. Al menos un alivio la brisa en aquella piel que queda
por momentos, durante el día, libre del contacto de costuras. Murmullo constante del
mar que se abate manteniendo ocupado el pensamiento. Mientras brótolas que vienen
del Atlántico se abren paso para inspeccionar los fangos del Mediterráneo. Una quimera
en el cráneo, lombrices bajo la tierra, y una actriz con cicatriz. El maestro la recibe. Yo
soy inmenso, y tú vienes a mí. El aprendiz lo busca. Para dar. Paladar. Exprimirlo.
donde te amarras, o sueltas; como cuando se corta el lazo de un niño con la teta de la
hacernos formar parte. Uno, dos, billones. Hubo dinosaurios. Si el mar responde
arremolina, al venir desde abajo. Surge, como hélice, desde el fondo; y se eleva. Y
revela. El aprendiz se rebela, también. Si hay oscuridad velas, si hay viento velas, si hay
muertos velas. Ver oportunidades. Hora de superarse. Hay un gong; de ir por más.
Secretos que como el pez conoce el agua. Entre la axila una tabla. Lo vas a intentar.
Pararte. Equilibrio. Revisa el cráneo, que no haya daño. Por favor. Respira, no te
sofoques; que tu vientre es un snorkel, tu cuerpo un eje, tus pies un ancla, y tu corazón
una enorme bola de fuego que te protege de la desgracia; la tabla; tus ojos un apagón.
armónica, armonía. Desde la cima del festejo. Desde tu crisol. Para que distraiga los
golpes. Para que no toleres; lo que no hay que tolerar. No y basta. Que una menos ya no
basta. Que no estamos de subastas; para tolerar. Que de vocal a consonante te parto un
parlante por la mitad. Para hacer sonar al mar, que atiende, los siete días de la semana.
Hasta que suenes vos. Cantamos con una boca grande que escupe onomatopeyas, para
que te vuelvas a parar: Ah, Eh. ¡Dale! Sales, entras, te adentras, y lo intentas. El motivo
tolerar. Das brazadas y te acomodas, metros adentro. Observas de reojo; una vez más te
pone a prueba, y le das pelea. La vas a tener que luchar. Levantarte. Identificar cómo se
parten. Si te cuesta entras como en una cuesta, grande, y la recorres; hasta que la pasas;
Golpeándote a vos. De reojo inspeccionas, por si viene la ola; mansa o brava; la que te
quiere partir en dos. Alerta, atenta, preparada, estate. Levantate. Cuando observas, que
viene. Lista para leer como rompen. Las mediste, calculaste, y si los cálculos no te
fallan; estás en la ola; y la dibujas, con tu mania, manía, fuerza, equilibrio, constancia;
constante. Eres el centro de gravedad. Eres las guerras de las galaxias en una sola parte.
Eres Mía, Josefina, Graciela, Carolina, Karina, y todas. Resulta que además de
levantarte, ahora te dan ganas de pelear. Eres la romántica, la dura, la cara hermosa de
las aguas. Cosquillas en los dedos de los pies por el roce de la arena. Inspiración. Por
Paola cargaba una tabla que le había pedido Jun que vaya a buscar al local.
—Acá está.
—Gracias.
—¿Y el cliente?
—No viene.
Volvió al local por el traje de neopreno. Dejó la gorra, gafas, pantalón, camisa de
Regresó con mucha energía. El pelo le flameaba, la cara sin maquillar. La mochila
—Estoy lista.
—Bárbaro.
—Voy a ir mejorando.
—Esa es la actitud.
—Dale, te acompaño.
Minutos antes la había visto en el mar, y su gesto de triunfo lo dijo todo, cuando
alzó los brazos, y se volteó, como buen maestro que ve los resultados.
Al entrar al local:
Acomodaron las tablas que traían, dos de paddle surf y tres de surf. Paola se
encanto.
Al abandonar el local Alberto le chistó a Paola.
—Acercate un minuto...
—¿Qué necesita?
Se había levantado del escritorio, y como solía hacerlo, lanzaría preciosuras (con
II
Por la playa Bogatel del Poblenou dejaban marcas. Paola no podía desprenderse de
la sensación en los dedos de los pies, por lo que guardaba las medias y zapatillas en la
mochila. Jun hacía lo mismo. La única diferencia es que él estaba en musculosa y short
de baño, y ella en camisa y pantalón. A los alrededores la gente disfrutaba de las platges
una tendencia que se impuso a la fuerza; mismo el gusto por las calzas como opción
usos; o incluso sacar a relucir, las más precavidas, todo tipo de ropa holgada y vieja,
para no exponerse a los súbitos percances. Hasta que la mejor alternativa vino, para
cautivar la prudencia, a través de una señora que trabajó toda su vida en el rubro de
limpieza, al dar en el clavo, y juntar millones, con su idea de valor, al emprender con la
propia marca de mamelucos, a la que denominó "Mame". Pidiendo las más jóvenes:
"Dame un Mame". Corazas por así decir, que ofreciera el mercado, para ocultar los
reducirse el tiempo de exposición de la piel al sol. Cada prenda contando con sus pros y
contras. Siendo la más importante de estas últimas, un calor poderoso que obligara a
refugiarse en los soláriums exclusivos, donde se les hace posible ir ligeras de ropa, o
hacer uso de la bikini, aunque para acceder se tenga que pagar un monto que ronda los
€15; cosa que a muchas no les hace gracia. Y por eso las quejas lógicas: "Mundo
"Queremos mostrar las tetas", "Mi abuela era nudista y por su culpa anda en pelotas en
la voz. Teniendo que conformarse con las respuestas que dan los de arriba: "Afrontamos
una época difícil", "Es por su seguridad", "Vendrán tiempos mejores". Pero algunos
carteles en las calles junto a los que reclaman por aquel otro conflicto irresuelto de
Cataluña, lo expresan más gráficamente: "El futuro es sin colas ni lolas" (la imagen de
una tabla de planchar aparece como símbolo en las banderas que caen de los balcones).
Por momentos uno cae en la trampa, y se deja absorber por la beldad de Barcelona,
y dice: Acá no pasa nada. No hay que engañarse, pasa. Y aunque nos distraigamos al
ahondar en la historia de cada pueblecito o distrito, está esa posibilidad patente que
desborda, de quedar vislumbrado. Ejemplo, para quien no conozca el lugar por el que
Agbar, las playas Bogatel y Mar Bella, el Mercat dels Encants, y sus parques (entre
ellos: Parc del Centre del Poblenou, Parc del Poblenou, y Jardines de Gandhi).
Tras una caminata por la playa Bogatel se adentraron por las calles del barrio,
hasta llegar al Parc del Centre del Poblenou, por la Carrer de Bac de Roda. La
particularidad del parque es que está completamente cercado por altos muros con
enredaderas, cuales aíslan el ruido circundante, y mismo los muros cuentan con
ventanas circulares decoradas con siluetas de pájaros. Siendo perfecta la ocasión para
—No me rompas las bolas Jun, que te tengo que hablar en serio... —decía con
aquel carácter que había mamado en su país, con un tono que mezclaba comicidad con
seriedad.
—Mirá Jun, con vos la paso fenómeno, aun así tengo mis dudas, a veces no sé si
creerte —hacía una pausa—. Me caés bien, aparentás buena persona, se nota que lo sos,
no te lo discuto, porque de lo contrario no estaría acá hablando con vos, pero algunas
cosas no me cierran...
—Bueno, lo primero que noto es que sabés mucho más de lo que aparentás, ojo no
además pareciera que trabajás con Alberto de hace años, lo mismo con el surf, y con el
mar, y con todas tus cosas, y tu filosofía..., y que hablás castellano como... No solo que
me hacés dudar, sino que me das a pensar: desde que nos conocimos no me contaste
nada tuyo, de tu familia, tus cosas, lo único que sé es que vivís con tu mamá. Yo te
conté algunas cosas mías, me abrí, sabés cosas que otros no saben. Y aunque muchas en
mi lugar no confíen, porque eso es lo que constantemente nos meten en la cabeza, que
nuestra vida privada con cualquiera, yo en vos, no sé por qué, pero confío. Por lo que
—Tienes razón. Te lo reconozco. Soy una persona reservada. Tal vez sea así por el
país de donde provengo, o quizás sea una excusa, eso no quita que de a poco te vaya
seguía, me interesaban sus charlas, seguía algunas de las conferencias que daba, me
identifico con lo que transmite. Y me ayudó mucho cuando en una época estuve mal.
Cuando me enteré que estaba en Barcelona, me vine, quería irme de mi casa, traté de
comunicarme con él, dejaba los datos suyos en las redes, lo contacté, le conté mi
—¿Y del vuelo, por qué coincidimos?, ¿qué hacías en Buenos Aires?, ¿por qué
me hablaste?, ¿por qué te hablé? ¿Qué hacías en el mismo avión? ¿Por qué me dejaste
esa tarjeta? ¿Y los jarrones? —no paraba de preguntar, como esperando que todas sus
dudas se resuelvan. O quizás era el efecto de la sal que había tragado horas antes en el
mar.
Jun la enfocaba, la notaba ansiosa como queriendo saber hasta lo que no se sabe.
Pero el oriundo de Kamakura tenía la capacidad de englobar todas las respuestas en una:
Agregaba—: Vivo acá en Barcelona con mi mamá, me vine porque buscaba un cambio,
porque tenía la ciudadanía, porque lo conocía a Alberto, y sabía que Alberto me iba a
ayudar; y en serio agradezco mucho que confíes, y estés conmigo acá, de verdad,
—¿A qué?
—Sanar.
Se miraban a los ojos. Jun corría la mirada y la reposaba sobre aquella cicatriz.
Paola se seguía enredando, y por más que Jun le sacara las dudas, no pararía de
preguntar:
francés también. Je sui Jun. Je sui Jun Sui —se reía solo.
—Y..., pará, ¿qué te atrae de mí..., si como cualquier chica siempre ando hasta la
nuca de ropa?
—No me escuchás.
Paola necesitaba saciar algo, lo demostraba esa actitud inquieta que a veces
Y le dio un beso.
Quien haya investigado algo de la biografía de Colón verá que en sus inicios,
pensando que iría a Asia, ancló en América. Y acá pasaba algo parecido. Cuando
terminaron de darse el beso, quedó aquel espacio, un tanto incómodo, en el que ninguno
de los dos quiso hablar. Y Paola tomó la posta con lo que se le vino a la mente:
—¿Vos sabías que Colón, el navegante, se sentía profundamente atraído por
Cipango...?
—¿...y?
Tomá, andate para la fábrica. Son cuatro docenas distribuidas en ocho cajas.
—Alberto…
—Va a pasar Bruno para recoger los pedidos de acá, de Barcelona. Escuchame:
¿cómo va la producción?
—Majo como corresponde, tanto la de los jarrones nuevos como la de los jarrones
reparados. Hoy terminamos de preparar las encomiendas y cargar, y el lunes salen los
camiones para Madrid, Bilbao, Valencia, Sevilla, Málaga y Zaragoza; y los que van
El día que Jun había aterrizado en Barcelona se dirigió al local tras consultar la
dirección en su teléfono.
—¿Sos el japonés?
—No.
—Entre muchas otras cosas, tengo entendido que a resolver problemas de las
personas.
—¿Para qué?
—¿Y a mí qué...?
—Con vos ya estoy trabajando, te estoy revolviendo. —Le hizo la misma pregunta
que hace a todo aquel que comienza con el proceso—: Piensa bien, qué prefieres:
¿revolver o un revólver?
—Revolver...
—¿Ya está?
—Cuando venga una chica Paola vas a tener que ayudarla con el mar, y los
jarrones.
—Sí.
El día que Paola pisó el local, dos días antes de que empezara surgió esta charla:
—¿Quieres trabajo?
—A eso vengo.
—Todavía no.
—Mejor así.
—Te voy a hacer la misma pregunta que hago a todo aquel que empieza con este
—¿Cuándo empezaría?
I
Paola estaba como cada sábado temprano en el monumento, "Dime qué me invento".
estatua enorme de bronce lleva un brazo derecho estirado que apunta hacia, ¿dónde? El
cielo nublado crispaba el aire volviéndolo seco. Bicicletas recorrían las calles como
En especial esta última: Hay algo que no me cae bien de Alberto. Traía consigo el libro
que destinaba a leer cada noche. Así como las crónicas de Marco Polo se habían
convertido en uno de los textos predilectos de Colón, aquel ejemplar que portaba entre
manos iba por igual sendero, convirtiéndose en una fuente indispensable de inspiración.
Lo desentrañaba al releer lo que había subrayado: "Aquel hombre, junto a la vitrina; vive, dices,
rodeado de jarrones de porcelana. Rompes uno y destrozas mil libras. De ahí los jarrones, trastos viejos
encontrados en casas de inquilinato o desenterradas de las arenas del desierto. Y como la belleza hay
que romperla a diario para que permanezca bella, su vida se estanca en un mar de porcelana". Sus
pensamientos no atraían a tórtolas, vencejos o cotorras, sino a Jun que acudía a la cita.
—Quería estar a la altura, conozco el monumento y Colón está muy arriba, como
Paola lo agarró del saco azul, como cuando se agarra algo para sacudir, y lo
Era inevitable que no sonrojara; y le gustó tanto el beso con sabor a café con
—Un poco, pero me siento mejor así, expresándome. No quiero ser una seca.
—¿Qué?
—Corramos riesgos.
Dieron una vuelta al monumento, la hicieron durar. Pasos lentos. Jun le decía:
—Ya que los dos viajamos, esta sería como nuestra vuelta al mundo...
sacó, y lo apuntó.
—¿Qué haces?
—Actúo.
oficio:
Parecía ser Jun el que había atacado, a uno de esos puntos débiles de Paola.
Guardó el arma. Y le cambió la cara; era como una cara lisa, llana, apagada.
Se sentó.
—No, si no me cuentas.
—Prefiero contarte. Así vos me contás algo también. Esa cicatriz es producto de
—En Japón aunque apenas se mencione el tema también ocurre. Lo que tiene es
que todavía no está bien visto que las personas, mujeres, quien sea, abran la boca, e
incluso que los denuncien en la aplicación. Hay cosas que suceden que no son lo que
parecen, y Japón en ese aspecto no lo es. Cuenta con ventajas, al estar clasificado como
uno de los países más seguros. Pero es una contradicción muy grande. Son puras listas.
O falsas estadísticas. No es tan así. Allá existen miles de casos cuales no se registran. Es
irónico que para algunos países seamos un modelo. Pienso que somos una copia, un
Le dio un paquete.
—Abrilo.
Dentro había una caja con tés. A Paola le pareció original de su parte.
Paola una vez más al escucharlo con ese tono divino, le dijo:
compartir. Pero, vimos que se contagian cuando están juntos. Así que cuando Jun le
preguntó en relación a lo que iban a hacer: ¿Qué tienes pensado? Paola contestó:
—Comerme un asado.
Para el caso también esto era parte de la cultura de su país. Y Jun habiendo
—No es mala idea. Esa carne es deliciosa, como para mojar el pan en el plato.
No le temblaba el pulso.
—Ahora si te escucho como una buena actriz, pero de reparto, con ese paquete
Se fueron caminando.
El arma en la mochila.
Otra la atmósfera.
Estatuas quietas.
nublaba. Dicen que una rambla se recorre de arriba a abajo, en dirección al mar, porque
no es otra cosa que un desaguadero. Ellos iban contra corriente. El cielo gris. Fina
garúa. El oleaje conformado por personas que salían a pasear, hasta generar un lío
nada en absoluto. Taxis negros con puertas amarillas. Hombre que mira el trasero de
una ciclista. Museo de Cera. Tablao Flamenco Cordobés. Estación de metro Liceu.
Museo erótico que prohibieron. Entrecruce con la Carrer del Carmer. La Font de la
Puerta principal de Sant Josep. Palau Moja donde se protegen del chaparrón. Hotel
Citadines. Carrefour Market en una esquina, con su escape trasero que desemboca en la
calle Xuclá. Mercadona. La Font de Canaletes. Tres chicas que podrían ser valencianas
o alemanas con gafas y FUFIN. Unas cuántas en mameluco "Mame". Casas de ropa con
la inscripción "Hot Sale". Remeras de hombre con los mensajes: "FBC, més que un
club", "RecalCuleando", "No leas la siguiente frase", "Tengo un alma y está cargada",
"Good things take time". Perro maltés acechando una paloma. Señor sospechoso
apoyado contra una farola. Transeúnte mirando al vacío. Oriundo de la ciudad con un
paquete de Amazon bajo el brazo. Chica sin mochila. Pareja de la mano que debiera
probar argumentos, o el sello civil que demuestre la relación. Hombre pequeño con un
traje de los años sesenta. Chicas agarradas de la mano. Chico acelerado. Paloma
su país. Cafetería con menú de €12. Banderas cayendo de los balcones: "Futuro sin colas
ni lolas". Camarero ligando con una camarera. Cubanos muy europeos. Venezolanos sin
papeles. Restaurante de mala pinta ofreciendo sangría y mojitos. La nula brisa del mar a
contramano. Mujer con camisa print en peligro. "Tapas + pizza", en el cartel figura un
camisetas de Messi. Tienda exclusiva de armas para mujeres. Hipster con el brazo
tatuado. Marley en Indonesia. Calu Rivero está bien. Tienda de tabaco. Bicicletas
aparcadas con cadena; una sin asiento, otra sin rueda. Coche alquilado con una
Las palomas en la plaza parecían no tener apetito, algo poco visto cuando le daban
de comer pienso los chicos. Tampoco las perseguían espantando para que en conjunto
—¿Estás bien?
—Sí, ¿vos?
Poca conversación. Poca risa. Un aspecto por las próximas calles: sórdido,
lúgubre, truculento.
—¿Murió alguien?
—...
—¿Soñaste algo?
A cuchillazos. A funeral.
Una corriente de aire frío hacía encoger los cuerpos debajo de la ropa. Los pasos
—¿Quieres volver?
—Necesito ir a la plaza.
Tomaron la línea 24 de colectivo (Para lel- El Carmel), que agarró derecho por
Paseig de Gracia.
Estaban dentro.
Los detalles del parque deslumbraban contra el cielo gris. Muestra prodigiosa y
extravagante de Gaudí.
Puede que ciertos efectos del mar estuvieran alterando los circuitos neuronales en
su cabeza, los cuales le hicieran apreciar cualquier tipo de creación. E inspirada por tal
ornamento comentó:
Jun dejaba que se manifieste, tenía entendido que son los efectos de un cuerpo que
Ascendían por la escalinata ubicada entre muros almenados; en una de las tres
fuentes que se pueden encontrar se frenaron. Tenía forma de dragón o salamandra. Jun
dijo:
Pasaban por la sala de las cien columnas, cual solo alberga 86 conformadas de
mortero; ni una más ni una menos. Contemplaban la plaza central con su terraza
panorámica. Tomaban asiento en el enorme banco ondulante de 110 metros, recubierto
Valiosa comparación análoga con lo que sucede en aquella superficie del parque
drena y canaliza por las columnas que sostienen, y que al acumularse en un depósito
La lluvia los obligaba a que se metan por una serie de viaductos. Era como haberse
—No te pierdas.
parte alta del parque. La idea original de la construcción megalítica contaba con tres
cruces.
… estaban en el promontorio.
—Con que hasta acá llegó SuCede —mencionaba Jun en voz baja.
II
Hay un rito popular que se empezó a practicar desde la instalación de aquellos
jarrones gigantes, la gente como ofrenda toma flores de los jardines del parque y las
deposita dentro de uno de los tres jarrones con los ojos tapados. Cada jarrón cuenta con
una rampa de ascenso para poder dar con la boca. El del medio es el más grande. Los
otros dos son iguales. Aunque está especificado en una placa que entre ninguno hay
semejanza. Y en caso de que llueva (como sucedía), el agua se iría acumulando
persiguiendo mismo mecanismo que la superficie del parque central. Y cada tanto,
cuáles fueran a parar a bolsas (cuales se guardan en una garita que no se visita).
La lluvia impedía que hicieran el rito. Mientras Paola analizaba la relación entre
aquellos jarrones y los del local, "Cuál es su magnificencia". Jun intentaba despistarla, y
—Acá podemos.
en una galería de arte. Que decidieron visitar de regreso al centro; tras almorzar unas
tapas.
Jun acostumbrado a este tipo de visitas iba criticando por dentro las obras. Trataba
de ahondar en el detalle, en el interior del lienzo, para conectarse con el artista, como
quien conecta con el Kintsugi. Paola lo tocaba con el codo, y le señalaba una pintura, y
Jun le dijo:
—Fijate, por si apuntas a alguien, que no crea que lo señalas.
Picasso, Dalí, Miró, Calder, Braqué, Tápies, y tantos otros regalaban su genio al
ojo humano. Verdaderos talentos que supieron mojar la brocha con esa gracia divina.
Masticar ideas.
Jun de frente a un cuadro de Picasso lo aplaudió. Paola se sacó el gorro ante uno
de Salvador Dalí; se dijo para sí: Mis respetos. Un desvarío de emociones que se
abrazaban. Y, como no era la intención ofender a ninguno, se les ocurrió llamarlos por
igual:
—Maestros.
Daba ganas de agarrar un pincel y salir a pintar caras de ojete, malos pesares,
esencia, con la magnificencia. "Con su permiso", les dijo, y se fueron para el piso de
su obra "Fuera de contexto", sobre sexualidad, ser, y conflicto de género; con una
impronta en la que jugara con la materia y el vacío, creando así piezas a medio camino
por su humor absurdo, que estaba exhibiendo "Viaje fantástico", escultura de una serie
de mujeres con tenedores montadas sobre gallinas. Y eso para el que observaba con
atención era como un disparo a la razón; diciéndonos: no joroben que acá fundimos
oro.
Paola era una de esas que agarraría el arma de la mochila y empezaría a disparar
a esos racionales de mierda que le cortaran semejante conexión, como para que le diga a
Jun:
Pletórica, espléndida quería ir en busca del tenedor y hacer justicia por mano
propia allá afuera. Descuartizar zopencos, y hacer con la sangre su propia creación. Le
—Si quieres encontrar tu estilo, busca en la caja de tés que te regalé hoy.
—Acá está.
Jun dijo:
—Ese es tilo.
mejor atrapada, por un cuadro que gatilló alguna emoción, que de igual modo gatilló
Y uno de los presuntos motivos puede haber sido la representación de: una
Pensaba que sin haberle dedicado tiempo a la muestra de fotografía de alguna forma
había hecho foco para que vuelvan. Aunque era mucha la información que procesaba
como para apuntar a una sola causa. De regreso por la Rambla, siguiendo la corriente
del desaguadero, en favor de la brisa del mar, bajaban hacia la costa. Jun prendió las
—Te dije que no señales tanto a la gente dentro de esa galería. Ahora te están
insultando.
Tomó una medida digna para contribuir con aquel martilleo constante que se le
había metido entre las sienes. Por lo que paró en un puesto de flores.
Paola aguardaba. Tres señoras habían comprado antes que Jun. Había escuchado
a la vendedora preguntarles: "¿Son para un jarro?", "Para un jarrón señora". Una de las
tres lloraba. Todas habían comprado amapolas. Medio que no entendió, y se dijo Paola:
Ésta por qué llora. Idéntica pregunta le había hecho la florista a Jun, cuando compró,
pero Jun distinto le respondió: No, son para ella. Le entregó el ramo, ni una sonrisa. Eso
no quitó que las siguiera oyendo. Las voces que escuchaba provenían precisamente de la
florería, alegaba. Y de la siguiente, y la otra, y la otra. Incluso las escuchó bien fuertes,
al pasar por al lado de otra mujer que compró las mismas flores que las tres señoras.
Podía haberla parado y preguntado alguien en la calle: Quién es el difunto. Jun hubiera
—¿Cómo vinieron?
—De repente.
—Olé, mi abuela me enseñó que el olor de estas amarillas aquieta los nervios.
No resultó. Probó hacer lo mismo con un saquito de té, sin embargo el aroma
tampoco funcionó. Paola afirmaba que sentía una sensación, una llamada interna, como
—¿A dónde?
—Al cementerio.
III
Estaba segura de que había un cementerio en El Poblenou.
—Por eso me tenés que acompañar, porque vos sos el hombre. Y si desaparecés, te
mato.
—Muchas veces siento que me pasa igual: como que sé más de lo que aparento...
—Muchas de las voces que oigo vienen de allá —tenía la manía de señalar.
Una persona de seguridad los dejó entrar; abrió las rejas. Solo que Paola dijo:
Esta persona le había preguntado para quién eran las flores. Menuda trampa.
los próximos edificios a levantar, patrocinados por una empresa, justamente "SuCede".
—Estamos cerrando.
—¿Cómo?
El encargado siguió de largo. Paola y Jun recorrían el terreno. Oía las voces, los
"Existo", que la sulfuraban. Le retumbaba en las paredes del cráneo; "EXIT EXIT O O"
—Porque no es negocio. Hace tiempo hay otro mercado que se encarga de esto.
Mucho más sustentable, y rentable —decía a las corridas—. Tenemos prohibido hablar.
Abandonaban el cementerio.
inscripción:
Paola no era ninguna tonta, aquel móvil era el mismo que había visto estacionarse
Entró al edificio. Faltaban diez para las diez. Se sentía revuelta. En la habitación.
—Permiso.
—¿De qué se trata todo esto? Tanto Paola como yo nos sentimos raros... ¿Es
—A eso nos dedicamos. Están en buenas manos. Quédense tranquilos, sus dudas
son las que generan resistencia. Por lo que terminan atrapados en el sistema. Es un bucle
que no tienen respuesta. Y yo, tampoco les puedo contestar, porque para eso está la
fábrica. Además te dije que vigiles a Paola, eso tiene que mantenerte enfocado, para no
—Es que, en lo oscuro curo. Tan simple como eso. Más pistas no te puedo dar.
Aun así es normal que vengas a buscarme. Los que pasan por este trabajo tienen el
mismo problema: no abren los ojos. Pero estoy seguro que en la fábrica los abrirás.
—No.
—Entonces chau.
Fue la primera vez que Jun estiró el dedo, como queriendo tocar a Alberto, para
ver si existía...
39
I
El lunes Paola se encontraba conversando con Albero:
—¿Qué insinúas?
—No creo que sea para mí. Además le digo que me ayude y no escucha. Le digo
que las voces volvieron, y que van dos, tres, no sé cuántas veces que Jun desaparece...
No sé lo que trama.
—No tengo por qué darte respuestas. Te lo voy a decir de esta manera: hay gente
que viene a currar, y otra que viene a curar. Va a depender de cuan enchufada estés con
tu trabajo.
—No puedes. Sola viniste hasta acá. Y firmaste un contrato. Soy el que te ofrece la
oportunidad, de que puedas quedarte en este país pasado los tres meses. De hecho no
creo que encuentres una oportunidad mejor. Pero, pensándolo bien..., agarra tus cosas
que te vas.
II
Alberto agarraría un jarrón pequeño, del tamaño de una taza; y lo utilizaría como
cubilete.
III
Paola observaba que Alberto hablaba mucho por teléfono y por momentos parecía un
hombre de negocios más que un viejo sabio. Cuando hablaba lo hacía discretamente, al
mantener un vocabulario preciso, correcto y firme. Si veía a alguien que estaba por allí
le decía que se vaya, a la playa. Eso le causaba una inquietante sensación la cual fue
acumulando con el correr de los días. Solo de vez en cuando se levantaba del escritorio
para ir a fumar a la calle, al baño, o al depósito de atrás. Sea cual sea el motivo,
coincidía en que se paraba para estirar las piernas, o echarle ojo a algún jarrón.
Paola por la tarde venía de la playa con una tabla. Alberto estaba en la calle
fumando. Se dirigió hasta el fondo para dejar la tabla en el depósito. Al pasar por el
escritorio revisó. Actuó. Había... En una hoja encontró pedidos de jarrones. Y más abajo
una cuenta detallada... Una lista con nombres. Diferentes nacionalidades. Era muy
acreedores a SuCede...
[Rebobinemos:]
No la echó,
I
Las causas que el fiscal Federico Delgado investigaba seguían vigentes. Entre sus
carpetas archivadas podía revisarse cuales eran los asuntos de mayor interés. O por algo
las acomodaba separadas del resto. Tenía el olfato para afirmar que todas esas causas
pendían de un hilo, a lo sumo de una piola. Que se unían, por uno o varios culpables.
principalmente a una que se dedica a ofrecer vuelos a España por módicas sumas a
que tras haber aprovechado (por razones de trabajo) la oferta, encontró posibles lazos
con otras empresas que sigue detallando en las demás carpetas. Segunda carpeta:
asociación ilícita con los cementerios; para desbaratar los terrenos. Principalmente se
manejan por España, pero la actividad está presente también en Argentina, aunque sus
averiguaciones detallan que va dejando sepas por distintos países del mapa, generándose
una red demasiado extensa como para que solo él (Federico Delgado) pueda hacerse
cargo, salvo que reciba apoyo internacional el cual no logra porque cree que muchas de
estas instituciones también están implicadas, por lo que alega que es mucho más amplio
de lo que uno pueda llegar a pensar y a especificar en sus carpetas. Demuestra con
fineza que los cementerios, como tales, están caducando debido a la imposibilidad de
cantidad de muertos que aparecen al año. Discute la vinculación con una fábrica que
opera principalmente desde Barcelona al resto del mundo: SuCede. Y los testimonios de
algunos científicos dan la pauta de que nuevos procedimientos para deshacerse de los
cadáveres son mucho más ecológicos que la conocida cremación y entierros. Dicho de
paso coinvestiga a quien ofrece servicios con el siguiente eslogan: Los jarrones dan
soluciones. Sospechando que son la alternativa a los cajones. Quien maneja el negocio
opera desde un simple local que le sirve de fachada, donde ofrece clases de surf por la
costa del Mediterráneo. Teniendo noción que Barcelona no es la meca del surf como si
lo podría ser California, le sienta como un lugar que además de placentero le sirve para
negocio que funciona data de hace largo, y se conoce tongo con gobiernos, políticos y
argumenta: el dinero va a parar a las distintas empresas que se siguen exponiendo en las
diferentes carpetas. Tercera carpeta: acá abre un paréntesis sobre Europa y empieza a
relacionar la moda con el continente. Inicia el debate sobre una posible conspiración que
haya conducido a que se acrecienten distintos hechos de violencia desde hace años,
incluso siglos, proyectando lo que hoy día descubre cuando desenmascara a una
industria que factura billones desde que las mujeres deben vestir de cuerpo entero, por
la ropa. Dejando en limpio que el continente es una inmensa expansión o fantasía de tela
tope. No solo que Europa es la capital de la ropa, sino que va más profundo y recalca,
para que no queden espacios vacíos, la manipulación que generan estas industrias en las
personas cuando las someten a nuevas estrategias que implementan como: A las modas
te acomodas. Subraya que de acá en adelante no queda más que desconfiar de quien te
está vendiendo un simple pullover o poncho, porque, que Europa sea la capital de la
ropa no amerita que América, África, Asia u Oceanía no lo sean. Para nada, esto
impulsa a los diferentes mercados a generar diferentes caminos para igualar o superar a
la competencia. Armándose una bola de nieve interminable que impulsa a este negocio
por las nubes, mientras otros negocios turbulentos operan a la par. En la cuarta
carpeta: retoma el caso de las agencias de viajes y allana un poco más el terreno,
cuando indaga en las nuevas ofertas que aparecieron en el último tiempo. Anota la más
reciente: Ahora ahorra. Tratándola de vaga y sosa a la oferta que desvía los vuelos de
que las cataloga de estúpidas e innecesarias cuando encara las que publicitan: Vuele
hacia Asia... En la que no solo el continente mencionado es el destino elegido, sino que
el lugar que proponga el cliente interesado, debido a que los puntos suspensivos le dan
escabulle en el negocio del alcohol, cual lo lleva a Centroamérica para investigar más a
fondo una empresa que en las etiquetas expone "Varón", marca de la bebida que inunda
sido una de las campañas en las cuales más se ha invertido capital después de Coca Cola
actores de los países del centro anunciando: Donde hay Varón va ron. Probando la
bebida el fiscal que la catalogó como pasable pero que eso no sería suficiente como para
continuar con esta carátula que le dedica. En la sexta carpeta: hace hallazgo del nexo
que colinda entre empresas gastronómicas y editoriales, tras recorrer de punta a punta
Cataluña, poniendo al descubierto la relación alegórica a la cual arriba por medio de:
Las tapas a las tapas. Resume que aquel aperitivo catalán no es más que una distracción
para que en el inconsciente subyaga lo que uno tarde o temprano lee o traga en los
diarios, revistas o lo que sea que se constituya de papel. Asimismo liga ataduras con la
aparición de restaurantes que mencionen en los encabezados de sus menús: Con las
tapas tapas. Pormenorizando lo que esto podría llegar a ocasionar, al interactuar diversas
empresas farmacéuticas, realzando las ventas de laxantes. Anota al margen que dicha
final de la carpeta agrega dibujos y esquemas sobre cómo podría resultar la supuesta
relación entre los restaurantes, las editoriales y las farmacias. Dejando entre líneas, a
medio escribir, su próxima huella, donde comienza a relacionar este trinomio con las
hipótesis con la que contribuye y con la que vincula ahora a empresas de colectivos,
subtes o cualquier empresa de transporte que facilite descuentos a través de los gastos
generados en dichas farmacias, por los efectos que los laxantes puedan ocasionar si es
un terreno delicado debido a que toma y acusa a la filosofía al ir con los tapones de
punta contra uno de los más influyentes pensadores, al citar la nota hecha por un
obra del autor, remarcando como principal: la res extensa. Posible conexión que vincula
cual logra hacer hincapié nuevamente en la séptima y la octava al descubrir los lazos
entre el ensayista, el doctor y un poeta que saca a la luz aquello que denomina su
póstuma creación: Buda duda. Anotando el fiscal que entre los tres integrarían una
todo eso tenía un único propósito, hacerlo confundir más, sobre las posibles relaciones
que surgieran en sus investigaciones, que tan erradas no estaban. Más todavía si
seguimos escarbando en la novena carpeta: donde añade que la religión toma un rol
café para la fe. Con la intención de combatir espíritus malignos, o los consejos en modo
Existo en Jesucristo. Y tan meticuloso que fue, continuó con su planteo en la décima
esto), y que con su trabajo o maña o juego o como se lo quiera llamar, le hizo
planteo. Así como se escucha, lee o percibe: su propio Plan Teo, y añade, tras
descifrarlo por fin: Antes de que se desate el FU-FIN. Siendo entonces el fiscal
imaginó, pero que tuvo que aclarar en esta última carpeta, para no quedar expuesto. Por
lo que no hace más que desarrollar su visita a la escuela de surf que ofrece el oriundo de
Japón A.B.W.
II
A.B.W. no esperaba recibirlo o quizás no lo esperaba encontrar tan rápido al
fiscal en su despacho. Había hecho las cuentas de que cinco o seis años más tendría por
lo menos para ejecutar libremente, sin ningún tipo de drama. Pero se le presentó un
verano con aquel tono de quien sobra al que tiene enfrente, y lo saludó:
pida.
Y se reían juntos, como si supieran ambos que estaban ahí para mucho más que
aquel inmenso negocio que se ocupó de forjar, al abarcar todos los rubros, mercados;
—Tómese un Varón —le ofrecía Alberto —. Veo que aprovechó las ofertas de
viaje. Total ahora ahorra viajando. Y sale un poco de Argentina, que allá el panorama
está difícil. Digo, no para los que estamos acá en Europa. Realmente lo elogio por su
trabajo. Fue estupendo, pero sé que me vino a buscar por otra razón. No lo descarto.
No solo el fiscal conocía quien era Alberto, sino que Alberto conocía quien era el
fiscal.
—Espere. Se la voy a hacer fácil, si vine hasta acá es porque necesito pedirle un
favor...
Alberto contestó:
—Si es por su hija lo lamento, que le haya pasado una cosa así.
—Mire fiscal, que esto no fue más que tratar de crear un servicio que satisfaga las
Miradas encontradas.
—Debería dedicarle algunas cuantas hojas en una de mis carpetas. Pero no. Ya
me lo pienso...
El fiscal se despedía.
I
Acerca de la Fábrica:
dándole la bienvenida:
consistía en unir dos manzanas ya que los diez mil metros cuadrados de superficie no
alcanzaban, pero los planos no fueron aprobados, por lo que se decidió mediante
consejo de arquitecto amoldarse a una sola cuadra, y hacer un bloque mucho más
complejo en aquel predio. Levantando pisos hacia arriba y excavando hacia abajo, lo
Paola y Jun viajaban, ambos habían sido trasladados del local. Los ánimos habían
—Creo que te equivocas. Yo no te juzgo por las voces. No es tan distinto lo que
nos pasa, supongo que estamos en mismas frecuencias. Pero desentonas. La fábrica solo
—No tengo el poder celestial para darte las respuestas —contestaba imitando a
Alberto—. Pero considera lo valioso que es que te hagan firmar un contrato para que
puedas superar los tres meses de permanencia en este país. No caes en la cuenta de lo
Este tipo de conversación más que generarle confianza, la irritaba. De tal manera
A dos cuadras del mar yacía la fábrica. Por la calle que da a la autovía C-31, y
paralela a las vías del tren, entraban y salían camiones de dos y tres ejes.
II
—Pase lo que pase que el mar nunca se les olvide. Por eso estamos a dos
El recorrido de rutina se efectuaba, como todo aquel trabajador que llegaba, tras
de trabajadores que contratamos como mano de obra. Diría que su misión, va más allá...
—De las manos. Nos gusta decir que abarca lo humano. La anatomía, la
compleja máquina, por así decirlo. Pero no se maquineen con eso, no se vuelvan locos,
fuera el 2022, o el 2024 fuera el 2023 y el 2021 el 2025 —. Mientras supervisen sus
bitácoras, no se perderán.
—Es una manera de capacitarse, una forma que aplicamos para ir generando un
Paola preguntaba:
—En los diferentes niveles, algunos más arriba otros más abajo. Se darán cuenta
porque cargan con las mismas bitácoras. Acá no damos ningún uniforme. En tal caso
nos gusta la informalidad para nuestros empleados, salvo que verán a más gente como
que cumplan con su función. Básico. Si no quieren que se les eche. ¡Vamos
Paredes blancas. Tubos de luz led en los techos. El color blanco por las cuatro
planta. Pasillos que parecían inmensos corredores, varias salas que se transformaban en
lujosos compartimentos. El aspecto futurista en general del edificio, que por fuera
aparentara no más que un enorme galpón que se hubiera levantado en pocos meses.
operadora—. Deberán ir completando horas en las distintas áreas que vimos. Pueden
establecimiento.
Bajaban por un ascensor del quinto piso, el más alto. En la planta baja la
operadora los despedía. Y tanto Paola como Jun se iban a ocupar de capacitarse,
repartiendo horas en los diferentes puestos que se les enseñó de una forma arbitraria.
para arriba.
aunque no parezca,
que nunca.
III
Transcurrieron días en los que Paola fue disipando las dudas que la carcomían en un
momento, ¿Dime qué me invento? Posiblemente desde que visitó el cementerio del
Poblenou. Recordemos que entre las cosas que pensaba, en su cerebro figuraban: Voces-
Decíamos que estas dudas se irían disipando, debido a que cada uno de los pisos
de la fábrica revelaría parte de aquella verdad, sino en su totalidad. De esta vida que de
Piso 1) Cementerio.
Piso 2) Jarrones
Piso 3) Flores
Piso 4) Mar
Piso 5) Cementerio II
Subsuelo 1) Voces/Boxes
Subsuelo 2) Voces/Boxes
Subsuelo 3) Voces/Boxes
El problema lo tuvo cuando quiso ir para abajo, ya que una operadora le dijo: Está
cerrado.
—Los subsuelos aproximadamente cada tres meses. Pueden ser dos, uno,
depende. Pero el puesto que ocupa lo desempeña del hall para arriba. Son las normas.
Nuestros protocolos. Por cuestión de seguridad. Uno tiene que estar preparado para
bajar. Si primero aprende allá arriba, en los diferentes pisos, seguramente el detector
que está en la puerta, en un tiempo le lea los ojos y pueda tener acceso. Observe ese
detector. Es la única manera de ingresar. Ni yo ni nadie sabemos cuándo le llega a cada
Cabe señalar que sufría algún tipo de ciclotimia esta mujer. Que como máquina
escuchar más acerca del arte de cómo rompen las olas, de cómo tratar con el mar, con la
sal, con las corrientes y lo amplio de la naturaleza, se entrecruzaron en una mirada, con
una nítida y sincera, que podría ser la que diera acceso al subsuelo, cuando Jun dijo:
—En algo nos parecemos, somos máquinas y somos fuego. Porque ambos nos
encendemos.
No tenía una mochila cerca para sacar un arma y amenazarlo, tenía una risa. Cual
contagiaran por la sola inercia de aquellos dos soñadores, que un día optaron por
emigrar; para ver que habría más allá, de la frontera de los ilusos.
IV
Esa tarde al volver del trabajo, en el tren, compartieron mismos asientos. Miradas,
risas. Silencios.
revisaban a sí mismos y a ambos. Era más fuerte de lo que podía soportar, y se decía:
hablaba del fuego, de los cuatro senderos, del jiu-jitsu, del jarrón, la vida, de lo que
entendía.
que suplicar—. Me hablás del fuego, pero sos un hielo —y señalaba con incredulidad la
resultaba tan difícil como resolver algunos de los monosilábicos acertijos, hasta que
dijo:
—De niño, jugaba, en la playa. Tenía padre, me cuidó. Eso creí. Elegí. A mi
madre. Algo hizo, ese petiso. Porque en Japón la mayoría de los hombres somos bajos.
De grande me hice cargo. Me fui, no podía ver, incomodaba. Algo recordaba. Una rana.
condensar una idea en una simple oración, en una simple frase. Aunque se identificaba,
al mencionar a su padre. Y al menos como podía lo consentía, con una caricia, o roce
por alguna parte del cuerpo, a esta altura sin darle interés, a lo que le pudiera recriminar
algún oficial.
Las horas expuestas en la primera planta la acercaron a lo que acontecía en la
cruel realidad, al aprender sobre los cementerios. Sobre la falta de espacio para poder
enterrarlos, y los nuevos procedimientos para consumarlos. "Las tierras no dan abasto,
le tiran muertos como basura. Es una peste que nos toca al pensar tan filosóficamente a
dónde van a parar nuestras vidas. En vez de cavar las empresas buscan levantar: torres,
expandió en horizontal, hoy toca a este mundo expandirse hacia arriba. Es el poderoso
competencia. Enterrar un cuerpo como relucimos se hizo cada vez más caro y para las
los equipos de última generación logramos disolver los cuerpos. La hidrólisis alcalina,
Las ventajas son muchas, es una medida más ecológica, más económica..., que
empleadas vendían los servicios. Cualquiera de las cinco podía comunicar: “Los
cuerpos de los fallecidos son trasladados hasta la fábrica para empezar con el proceso de
únicamente para los científicos, en aquel primer nivel, y como si de una licuadora se
tratara, pronto salen como sedimentos”. Según la fecha acordada, la familia puede
un riñón. Le generaba rechazo, que se lucrara, que se tratara, que se jugara de aquella
manera con la vida. Con la muerte; con una u otra; sea para bien o para mal. Es que ni
se lo podía imaginar, por lo que tendrían que pasar, un cuerpo entero, toda una familia.
Pero ocurría, y acontecía, y Paola estaba conociendo, de que va el negocio. Hay quien
dice que los mercados emergentes son el fiel reflejo de una sociedad. Y cómo entonces
no ofrecer este servicio, cuando son cada vez más los violentos, que andan sueltos, que
te pueden matar.
recibimos son mujeres. Eso no lo podemos negar. Lo demuestran las estadísticas, los
números que albergan los ordenadores. A los cuerpos fallecidos como resultado de la
Lo mismo pasaba con las personas que se cruzaba Paola con bitácoras. Sobraban
mujeres; y esto le daba a pensar: Que se pudran esos hombres en los Centros de
Desechos inhumanos.
Para su compostura, la gente del trabajo asistía cada jornada a horario, con buena
Era común que recibiera de cualquier empleado al que cruzara, lo que podría llegar a ser
la visión de la empresa, al escuchar una frase común y trillada: "Lo que sucede
abortar. Y las chicas del hall la tuvieron que retener para que no se vaya. Se ponía
Hasta que para poner paños fríos, controlar el asunto, por pedido de una de las
operadoras, que procedía de acuerdo a los reglamentos, llamó a Alberto, para decirle:
Jun que estaba al lado ayudaba a que se calme, desde que se le habían cruzado los
cables. Y Alberto trataba de que reconsidere sus actos, si es que no quería echar a perder
Respondería el implacable:
—Llegar abajo.
V
Un refresco en el mar compensó lo que podría haber sido el fin de una revelación.
Discutía con ella misma si no era parte de un teatro, un reality, una tomada de pelo o de
una droga que le hubiera metido en el vaso un hijo de puta. Era lógico que buscara
excusas, responsables; que echara culpas, maldiga, enfade y lo peor: que le dieran ganas
de armar la valija. No le podía pasar algo peor que declinar, que querer ponerse una
que preguntarle: ¿Volver a qué? Con una pregunta bastaba para enderezarla. O con ese
dolor de ojos y de riñón. Muchísimo más insoportable que el de oídos o cabeza. Esos
son los dos peores que te ponen al límite, al borde del conflicto. En el acantilado de la
discordia. Y con la voluntad, los huevos, los ovarios, de la puta y santa paciencia de los
lobos, esos que en cierto momento de la vida fueron ovejas; se sale. Gritando: Tengo
dos bolas gigantes, o los ovarios del tamaño de una gacela. Así, con la convicción se
levanta uno, nombrando los órganos reproductores del animal que sea. O bien tragando
la sal que haya que tragar, para que la deshidratación haga que el riñón y los ojos se
resientan. Es normal el conflicto. "Son los efectos al denotar los defectos que hay en
uno", podría haber expresado Alberto en una de las conferencias. Y la lucha podría
contacto de los dedos de los pies sobre la arena; las caracolas, las conchas, los
moluscos, los erizos, los pescados y crustáceos, iban a hacer de aquella atmósfera, su
taller, para que se le ajusten las tuercas. Y fundamentalmente: para que decida no tirar la
toalla.
—Coincido. Y aparte da hambre. Por eso traje manzanas —se secaba el sudor—.
—Come manzanas.
—Lo haré.
—Tuve tiempos en los que me ahogaba, y tiempos en los que me incendiaba. Será
por eso que a veces me percibes como un hielo, pero no quita que no me derrita, de vez
Paola podía decir lo que quiera de Jun, que no era conciso en sus frases; pero en
me generas como cortocircuitos; no puedo decir mariposas, como las chicas... Quiero
—… quizás sea yo el que tenga que hacer algo, dar un paso o un abrazo, o...
—O el que tenga que estirar el dedo, para ver que me apago…, porque yo
tampoco… existo…
VI
No podía ser todo color de rosa, a veces tenía que ser color amapola. Y cosas así
escuchaba en el tercer piso: "Esta planta está dedicada a las plantas. Tengamos respeto
por los difuntos cuando vienen en busca del ser querido pulverizado. Estas flores son las
que acompañan. Se pueden adquirir acá o directamente en las florerías. En este recinto
las cultivamos y les damos los cuidados especiales que necesitan, ya que sean o no de
estación no interesa. Interesa como regla principal que sean perennes al jarrón. Ya que
El área asemejaba un campo inmenso. Cual estaba ocupado por una amplia
Pakistán, China, Venezuela, mismo España. Pero el activo podía venir de cualquier
parte: Rumania, Nigeria, Marruecos. Considerando que, si había algo que daba la
empresa, era trabajo, a los inmigrantes indocumentados, para que pudiesen adquirir un
ingreso; aunque sin las ventajas extraordinarias de un contrato estable y una visa de
trabajo, como se les otorgaba a los que estaban con bitácora, anotando, echando cuerpo,
echando mano.
del sol que se transmite por medio de paneles, y hornos que entran a funcionar cuando
las propiedades del sol no resultan las apropiadas, recurriendo por lo tanto al carbón y a
Segundo sombra. “Por eso los toldos que emanan desde el lado izquierdo que por medio
Lo que iría a derivar de los cultivos de forma explícita sería una metamorfosis entre
una amapola y una adormidera, potente fusión que consiguiera extraer lo máximo de
Explotando el fruto que con ella se origina, para absorber el látex interno que emana,
cual consiste en un jugo rico en alcaloides, como lo son: el opio, morfina, codeína, entre
los más de veinticuatro que se pueden encontrar. Lo que facilita que en las dosis
adecuadas, sean perfectas para los clientes que demandan; y para los que no también;
conocido dueño del imperio, estaba bastante interesado en el negocio de la flor. Pero
generar una buena relación con los afganos, le fue imposible. Bastaba revisar la
suficiente información que había reunido el fiscal, sobre este asunto. La cual ni siquiera
se animó a exhibir en ninguna de las diez carpetas, para constatar que, la inmigración
masiva de pakistaníes en España, sostenía una sola razón: la de expandir las cosechas
por la península; aunque más curioso haya sido que hubiera estado a punto de destapar
lo que Alberto hubiese estado programando desde antaño: El negocio opíparo del opio.
Cuando por medio de un contacto musulmán del cual se fiaba, con buenos negocios en
Islamabad, lograra retener al máximo los cultivos del país, sin que se pudiesen
acrecentar en forma masiva las cosechas, para que Afganistán se terminara imponiendo
en el mercado. Suponiendo el fiscal que no habrían más motivos para que olas de
de todo esto. Quien dedicara años de estudio, al detalle, del Estatuto Hadd, que se
sancionara en 1979 en Pakistán. Para que con la paciencia de un caracol, esperara a que
sus pronósticos se cumplan, sin la necesidad de tener que haber estado armando
Recurrían los que tenían las bitácoras a acercarse y tomar contacto con la planta,
cual afuera florece con mayor esplendor en primavera, pero dentro durante todo el año.
"Es una planta que no resiste bien las heladas ni la humedad. De forma erecta, con tallos
de color verde claro y cerdas en los extremos, posee base alargada u ovalada. Sin lugar a
cuenta lo esencial es que aquí extenuamos y acentuamos sus efectos narcóticos para que
penetre en los clientes que la llevan y puedan convivir a diario". Agregaba otro
encargado del área "El mecanismo de riego se realiza con agua de mar ya que las
fortifica…".
Paola junto a una amapola sentía como se adormecía, como esa sensación sedante
la podía hacer durar. Y tomaba la costumbre de pasar por la planta para inhalar, cuando
Una chica con bitácora se le acercó, al verla tan compenetrada con la planta. Le
VII
—Con que acá estabas.
—¿Qué ocurre?
—Me preocupo. Porque mientras más te consumes la gente allá afuera va a seguir
—Traeme un jarrón.
conectar.
Paola parecía como un holograma que se desvanecía y aparecía, como una señal de
niveles:
retirar los restos de un ser querido. Se llevaban en conjunto el pack de: un jarrón con los
sedimentos y la flor.
Paola observaba la escena, pero Jun se encargaba de hablar con una operadora:
—No lo está soportando, la tienen que avivar.
La operadora le pidió que le alcance la tablet de Paola, para ver lo que había
estado anotando:
interrupciones.
Paola resistía, sus ojos estaban cerrados y con dolor, aunque en el fondo
disfrutaba la sensación de la droga de la flor que la hacía volar, y ver aquello irreal.
—Vine a este país en busca de un cambio, pero en cambio siento que me estoy
muriendo.
—Recostate. Lo que sucede conviene. Estás atravesando las etapas del Kaizen,
un paso a la vez.
En Japón se suele decir que para llegar al Kairós hay que atravesar el Kaizen. Y
operadora:
—De rechazo.
—Acompañame.
—Vamos bien.
—En esta fábrica trabajamos con un mecanismo llamado Kaizen, para ayudar a
los trabajadores a afrontar los cambios. Y a eso le agregamos que: este no es como
cualquier otro trabajo en el que pretendes ascender sino que el objetivo es que
desciendas. Las voces que escuchas seguramente hayan venido de abajo y para llegar
cualquier persuasión. Se hacía repelente a todo lo que tuviera que ver con Alberto. Y
decía:
—Me siento en mi lugar. Pero, acá la pregunta adecuada sería: ¿Tú cómo te
sientes?
VIII
Al salir del trabajo era inevitable no acceder al mar, según ella: cualquier camino
conducía a la muerte o a la sal. Por eso, dentro de aquel mundo, que era su propio
mundo, el que funcionaba en su cabeza, el que la hacía actuar de tal forma, antes de que
caiga el sol y que se le callera el telón, hizo algo que no fue lo más indicado.
En las playas grandes de Casteldefels, vigilaba que no haya gente. Pero había,
cosquillas, el ruido del mar clamor, y la compañía de Jun protección; para que ningún
mormón se le tiente.
—¡Tienes razón! Esto hay que hacerlo hoy. Porque con tantas heridas, puede que
—¿Estás segura?
En el mar parecía recobrar sentido, un orden; los dados dentro del jarrón
entre las olas con el cuerpo casi desnudo, era de una ligereza voraz.
Cuando salen del agua, la gente se acerca. Miran. Gritan y advierten. Paola sin
embargo ante esas voces (de un público poco capaz), cuando sale, lo abraza.
como cenizas,
como brazas.
Al igual que había ocurrido en su paso por el local, Alberto la inspeccionaba
estar sentada contigo, a solas contigo, aquí en Barcelona (cambió Londres por Barcelona), en esta
Estimulante.
había respeto,
incluso en la cama,
por el mar;
IX
En la mañana cuando despertaron Jun le dijo:
—Sabes que tienes que cumplir con la sanción, al haber recibido la quinta
advertencia.
—Porque me gusta que te salgas del libreto. Pero a veces sucede que la vida
apenas comienza cuando se termina. Y de repente abro los ojos, y pienso: si lo nuestro
—Parecés melancólico. Suena lindo, aunque suena feo. Además no soy la que
—Lo estamos.
—Sonás melancólico.
—Melancólico no, solo prevengo los cólicos por la deshidratación... Sino fijate
haberle refrescado esas palabras "estamos conectados" evitó que se desvanezca; porque
era Jun el que ahora se sentía apagado; tenía flojera; dolor. De un ojo o riñón.
—Si somos fuego por qué tomás tanta agua… —ponía en duda Paola como si la
—Cuestiones de equilibrio. Para no estar muy arriba ni muy abajo, más bien en el
—Te había contado que me interesaba por las conferencias de Alberto en Japón.
Optaba por guardar silencio y beber agua. Paola se vestía para que no se le haga
tarde y pueda cumplir lo antes posible con la sanción. Ya que en caso de no ir, las
multas pueden resultar caras; en cambio si se cumplen dentro de los tres días hábiles
tras la aplicación se evitan sumas que pueden rondar entre los €50-300, dependiendo el
tiempo que se deje pasar tras la prórroga permitida que son los tres días.
—Igual apurate, no vaya a ser que todas tus dudas se conviertan en deudas. Y acá
en España no conviene, si piensas superar los tres meses que tienes de turista.
Se terminaba de maquillar.
No le hacía gracia tener que asistir al Centro de Desechos, era la primera vez y
esperaba que sea la última. Arriba del colectivo que la trasladaba desde el Centro de
Argentina. Visto a grandes rasgos era muy controvertible lo que pensaba, porque
haciendo a un lado las circunstancias, este tipo de hombres estaría cometiendo el mismo
delito cualquiera sea el país. Violar, matar, acosar, asesinar, está exento de
nacionalidad.
Los comentarios que se podían escuchar de las mujeres eran tremendos; el tenerlos
a metros, cara a cara, sería desconcertante. Son las normas, queje quien se queje. Para
tenerlas sujetas y amarradas. Tanto a ellos como a ellas. Decir que se las está
protegiendo da para debate. Y por lo pronto hay un dicho dando vueltas: Si los hombres
atacan las mujeres acatan. Generándose el suceso de críticas más grande de los últimos
tiempos, poniendo en tela de juicio, una vez más, a los que mandan desde arriba.
Quienes corren con la garantía de jugar a los reyes, al poseer el control absoluto sobre la
democratizado, que para estar a la moda se prostituye por medio de campañas; por no
comunicar mentiras y prometer zaraza. Sospechando sobre este punto (para nuestra
algarabía), que puede parecer inteligible, nada más y nada menos que el fiscal; cuando
al volver a la Argentina tras la visita a Alberto, decide con énfasis abrir una
Remarcando que el remedio que se aplica a esta sociedad es peor que la enfermedad. Y
por lo tanto, varios muchos, en un futuro próximo, le darán la mano derecha a Alberto,
que contrata para trabajar, los cuales le van a terminar agradeciendo, una vez que les
rescinda el contrato: “tú me concediste la libertad”. Con la catástrofe que esto conlleva,
parlamentos, y a todos los sistemas, incluso a Marx, Kelsen, Weber, Hobbes, Marcuse,
Rawls, Rousseau, y a Hegel, por su teoría del amo y el esclavo. Advirtiendo que, para
olvidado de Jafra (a unos treinta minutos del aeropuerto) Paola lo llamaba a Jun por
teléfono: "No te olvidés de avisar en la fábrica que voy por la tarde. Esperá, no colgués,
pensaba en que le podés preguntar a Alberto, si no puede hacer algo, él debe tener sus
contactos. Realmente estoy muy nerviosa. Y no sé cómo pueda reaccionar. Me empiezo
a sentir mal. Y estar frente a esos…, puede que me haga cometer una locura, pienso en
Jun lo único que podía hacer es decirle que respire, tome agua, sea fuerte, piense
en la tabla, las rompientes, en cómo parten las olas. "Que no estás sola Paola".
Probó con acercarse hasta el local de surf para hablar con Alberto. Al abrir la
puerta había una chica joven que portaba una tabla. "Prestale atención a Hashiro", le
Se acercaba al escritorio:
—Paola está yendo para uno de los Centros a cumplir con la sanción, y cree que
usted puede hacer algo, un llamado, lo que sea, para evitar el mal momento que le van a
hacer pasar.
—¿Qué?
—Mandarte a que le digas que esto es parte del proceso y que le va a venir bien
Llobregat, la llamó: "Dice que lo único que puede hacer es que te diga que es parte del
proceso", "¿Qué no puede hacer nada?", "Solo te advierte que no te comas los sesos.
aquel pueblo remoto, alejado de la ciudad. Cada una de las sancionadas pasaba por un
ropa o cualquier arma afín, y les hacían guardar las mochilas en un sector de casilleros
electrónicos.
ánimo de cualquiera, pero Paola resistía al mirar por los ventanales, a los zopencos. Un
oficial que iba guiándolas (al grupo que tenía a su cargo) decía: Que se les grabe para
que acaten las normas y no tengan que regresar. Paola entrecerraba los ojos, esta vez
ganas de disparar, a cada uno, a todos. Al lado de ella había una joven que hacía
ademanes con las manos, como si tuviera una metralleta, y les disparaba, y golpeaba el
ventanal. Otras dos se sentían muy mal y tenían que frenar. Otra decía malas palabras. Y
tres lloraban. Todas tenían en común que aguantaban. Iban pasando por los distintos
pabellones, de los sensibles hasta los considerados más peligrosos, colocados en los
pabellones de máxima seguridad. A una le daba ganas de gritar: Ojalá que aprueben la
pena de muerte. Cabe destacar, en relación a lo que gritaba esta mujer, una diferencia
notable entre estos Centros y las cárceles tradicionales: que la única forma que tendrían
La oscuridad de la vivencia era como para que se le genere a cada una un miedo
aquel hombre que había perdido la concepción de ser humano. Al concebir lo más
indigno que se haya creado, por debajo de las larvas y gusanos. Muchas lo demostraban
escupiendo el ventanal macizo que las separaba de aquella calaña enfermiza; y se iba
incubando en paralelo dentro de aquellas, el repudio más horrendo que les hacía tener
ganas de mearlos, cagarlos, aniquilarlos con el arma o introducirles un palo por algún
orificio. Para estos hombres ya no había ni religión ni compasión que los acompañe.
Había un cementerio.
X
Sobre el Plan Teo:
Como parte del plan que desarrolla Alberto, prepara una conferencia para el 14 de
Agosto. Tras tiempo sin sacar a relucir sus dotes de orador, se encontraba ensayando en
el local: ¨Vamos a hablar de una de las propuestas más renovadoras. Al tener presente el
Que carece de ratificación porque la empresa que lo diseña a sí mismo se ampara. Tan
encomendarse para que se vaya colando la idea por la amígdala de cada uno de
nosotros, y nos convenzamos de que no está muy lejos de ser un acierto. Lo que
que no se encarga de: castrar o cortar pelotas para matar el hambre de los pobres con
Porque gran parte de la propuesta se sostiene en esta sola línea: la vida se concibe
amígdala se prepara). Sin embargo no hay más que decir, ni explicar. Para no tener que
herir la susceptibilidad de quienes tengan acceso a dicho testimonio. Que por mal
perseguimos se simplifica diciendo que, hay que suscitar una medida que nos resucite;
así como atendiendo a lo que decía Protágoras "El hombre es la medida de todas las
co6sas". Midiendo cuán grande es nuestra necesidad de hacer justicia. No por mano
dura, sino por cuenta propia. Donde quede detallado que estos energúmenos pagarán por
los daños irreparables que cometieron y ocasionaron. El ingenio como a lo largo de las
eras corre a nuestro favor para que intentemos propagar el entusiasmo de este tentador
desarrollo que puede marcar la diferencia. Es una época como pocas la que nos toca. En
la que decidiremos si: existimos o nos extinguimos. Los osados son los que resuelven,
los que están preparados para actuar. Hay que optar por reivindicarnos. Por
caso de que aprovechemos UNO de los dos genitales. Siendo una alternativa donde el fin
"si" justifica los medios, para que no sea el fin de la humanidad. No importa entonces la
sensata. En consideración estamos muy conformes de comunicar que los tres parámetros
estas reglas y ensayar. Pero será conveniente primero desmoronar estructuras que nos
moral, al aspirar abatir modelos conservadores de vida que nos hicieron meter dentro de
una caja de zapatos, y aferrarnos a nuestras zonas de confort. Impidiendo que rompamos
con lo establecido. Se trata entonces de una idea de lo imposible hecho una posibilidad,
porque lo extrapolamos de una vida de simulacro a una vida real. Vamos camino a
disculpen. Intento decir que nos separa de un mundo de propuestas que están mucho
más alejadas de esta verdad. Lamentablemente ninguno de los recursos existentes, sean
renovables o no, son perpetuos. El impacto que ha recibido el medio ambiente por
comprueba esta noción con solo enfocarnos en las escasas tierras disponibles para
enterrar, las reservas de agua dulce insuficientes, la masacre de aves por los molinos de
fragmentación de hábitat debido a las represas, el calor excesivo sobre los paneles
solares, y la escasez de petróleo que se nos avecina. Por consiguiente, la atención tiene
Avalando a diestra y siniestra que no hay más que abunde que esos degenerados, y en
De modo que pensamos que es una buena propuesta la de generar con los degenerados.
Pues si estos se encargaron de quitar vidas, ahora es el turno de que las devuelvan. No
intento más que provocar e influir en la junta de diputados que se estará celebrando en
Copenhague, para que no sea aceptada la pena de muerte. Y se discuta entre qué es lo
más ético o conveniente, si una medida u otra o ninguna. El hecho es que del dicho al
hecho, hay un trecho; pero nosotros no tenemos techo como empresa. A la inversa
tenemos que estar convencidos que como sociedad hemos tocado fondo. Y mientras el
tiempo siga transcurriendo miles de vidas se nos van. Demasiado buena la idea como
para ser real. Indiscutidamente lo real se hace cierto cuando pensamos que el esperma es
permanente durante los años que vive un hombre. El semen significa vida, y de alguna
forma estaremos compensando tantas muertes. Injustificadas muertes son las que nos
surgieron mareas de pañuelos verdes, de amapolas rojas, surgirán por qué no pancartas
negras con una guillotina para que se les conceda la última oportunidad a estos
elegimos que se los exprima. Ya que si de las vacas nos aprovechamos, habrá que
intentarlo ahora con este otro animal. Solo quiero expresar en definitiva que vamos a
brindar cuando dicha forma de energía se le brinde al mundo, la cual intenta ser como lo
eficaz. Por último no hay que olvidar, que el mapa no es el territorio, y de abrir los ojos
si se pretende ver la realidad. Lo que dura perdura, y que la tengan dura, nos puede
salvar...¨
XI
Por la tarde en el trabajo dio el presente en el hall. Le dieron la bitácora y se fue para
preguntado: "Cómo te resultó la sanción”, “Me dejó rota", "Lo vas a superar, te sirve
Justamente en la segunda planta es donde aprendería como unir las partes. Tantas
dudas adyacentes se podrían consumar en aquel trabajo tan meticuloso que se realizaba,
a través de los expertos. De un lado de la planta estaba la materia prima, la cerámica, del
un cubículo aparte, como si fuera una inmensa pagoda, los trabajadores especializados
como ocurría en los otros niveles del edificio; debiéndose capacitar. Por ejemplo podían
ser mano de obra de la primera planta o la tercera, que después de un tiempo los
asignaran para perfeccionarse en el tema, eso dependiendo del interés del trabajador, y
de Alberto, que bajara o subiera el pulgar para dar el aval, aunque el aval lo terminaran
dando las operadoras que guardasen en los archivos el seguimiento de cada trabajador.
no pensaba en oler una flor, ni en las voces, ni en los degenerados, tan solo trataba de
—Es ahora. Concéntrate en eso. Para unir las partes del jarrón.
En una mesada amplia de madera barnizada donde varios con bitácora aprendían,
Paola se daba maña para unir los pedazos. Había grandes pantallas suspendidas desde el
techo que mostraban la secuencia de pasos para restaurar el jarrón, pero era más grato
—Cuando unes los pedazos rotos la cerámica queda más fuerte que la original.
atención, algo parecido a lo que sucede en el Kairós, donde la calidad del momento
—Acá, en la planta, celebramos los defectos, las pérdidas y las grietas. Aunque lo
de las pérdidas sea lo más difícil de aceptar. Estos jarrones rotos son más valorados que
los que permanecen intactos. Es el atravesar de la vida que nos deja las huellas
incrustadas, las heridas derramadas y las cicatrices que no cierran ni sanan. Somos
escapó.
Aun así el jarrón era Paola y Paola era el jarrón. Vivía un estado de introspección;
no habían saleros cerca como para que la salen, o jarros que la inviten a hacer de este
arte una profesión, ya que allí no había más que servicio y vocación. La japonesa le
agarraba la mano, como si hubiera pasado las mil y una batallas, le arremangaba la
notaba cerca de la mejilla, le rozaba con la superficie del dedo índice derecho y volvía a
Paola le decía:
—Estás confundida querida, acá los que andan con bitácora más que emociones
sienten emisiones, una onda magnética, una expansión de energía que viene desde
abajo, algunos lo manifiestan con voces, otros con eructos, otros con tics corporales,
pero todos tienen una misma cualidad que mantienen: si no sobreviven a la experiencia
se apagan.
Paola oía, las piezas del jarrón estaban por encajar cuasi a la perfección. La
miraba a los ojos, y competían por quien de las dos los abría más grandes. Ganaba
Era bastante especial el segundo nivel, porque cada trabajador con bitácora
parecía tomarle aprecio a ese japonés que constantemente lo recibía con su servicialidad
inclinándose hacia abajo, como si ese saludo fuera más que un saludar. Y con los días
que frecuentara aquella planta, y con su empeño puesto en el arte del jarrón, notaría que
cada paso dado, cada avance, lograría desatar la majestuosidad de la japonesa, que la
recibiera y saludara inclinándose cada vez más hacia abajo, hasta quedar con la frente
una dura. Y ya puedes saber cuándo ser hielo, y cuándo ser fuego, y cuándo tomar agua.
Anota en tu bitácora. Esas son las bases que tienes que aprender.
pasado. Por lo que cabría preguntar: ¿qué vino a hacer Jun a la fábrica si poco camina
color, efectos, pero no inhalaba; evitaba acercarse al sector donde se fueran a potenciar
los alcaloides; estaba calibrando su emisión, su sintonía con su yo. Además se negaba a
sacarse de encima la emisión que se le había disparado aquella noche en la cama con
Paola. Que con el correr de los días…, le perduraría en la piel, en la boca y en los ojos,
para mirarla como artesano, al prestar atención a los detalles: "Eres una alhaja hecha de
derrapar y vaciar. Aunque puede darse cuenta quien trabaja que, viciado no está el aire
que se respira en general por el edificio; todo lo contrario, corre un viento suave
acondicionado; que evita que los que entran en pánico, hiperventilen, aunque varios se
terminen desvaneciendo igual; lo cual se asocia con lo que le había dicho a Paola aquel
encanto de mujer:
decidas a emprender hoy. Hay veces que uno parte y otras que uno se parte. Cada día
empieza y termina, es como el ciclo entre el rejuvenecer y el envejecimiento. Por lo que
Aquel día el jarrón quedó perfectamente restaurado, por no decir que tuvo en sus
manos un poder meticuloso como para unir las partes con un sentido y fineza de una
lo expresaba "Paola sama"; y competían de vuelta por ver quien abría más grande los
ojos; quedándose nuevamente con la victoria Paola, que esta vez ganaba por escándalo.
—Concibes el arte no como una argentina o una española, sino como una nipona.
Fue tan grande el lazo que forjaron, que Paola decidió inclinarse hasta donde le
dio la espalda; y permaneció allí en la posición hasta que escuchó los ruidos de los
Sucede que los jarrones de los clientes tras haberse producido, se destruyen en el
restaurado, siendo esta la concepción original que decidiera ofrecer la empresa; y por
por sus siglas E.R.R.; con la particularidad de recuperar su entereza por medio de laca
E.R.R.o.
Vaya suceso de proceso que también comenzaron a aparecer los pocos que
operadoras tras un exhausto estudio de mercado por el interés que suscitó, vincularon la
relación de estas personas que pedían por su propio E.E. directamente con un prototipo
de consciencia mucho más ligada a la muerte (en cualquier momento puede tocar
puerta; no tanto por el sentido finito de la vida, sino por las desgracias que ocurren a
diario; en un mundo que no desvela y sí que vela...). Apuntaban las operadoras que se
podría tratar de personas con un espíritu más Heideriano que uno que se atara a
Nizsche; cuales como lo promoviera el propio Heidegger: “Se trata de seres que no
vida y cierra su ciclo como tal”. Lanzando el resultado del estudio que dejaba
filosofía de la empresa; donde la persona al sufrir la desgracia, tendría que decidir por
motus propio romper el jarrón; cual tocara restaurarse para evolucionar a su estado roto
aquellos clientes que optan por llevar su jarrón E.E., decidan destrozar el jarrón por "x"
motivo, siendo más difícil de establecer entonces la causa, porque las circunstancias no
son las mismas para todos; uno decide como las interpreta (el título que dedica a esa
Y más allá de que Heidegger hiciera lo imposible por buscar la forma de quitar a
la muerte ese carácter angustioso..., no pasaba con cada uno de los clientes que
nivel mundial de cerámica. Una posibilidad enorme para decidir levantar en aquel país
la fábrica. Aunque las controversias vinieron cuando el fiscal se preguntó, enredado por
los negocios de Alberto: ¿Será mica o cerámica? Una estupidez que lo llevó a desechar
muy rápido esa carpeta que ni mereció número; otrora con esas estupideces Alberto lo
distraía.
parte delicada del trabajo vendría luego, cuando hubiese que restaurarlos. Y quien se
diera una vuelta vería el hormiguero de jarrones que se estaría produciendo dentro,
mantenerla despierta, o tal vez, porque había un padre que la buscaba..., para no tener
XII
Alberto la citaba para una reunión en el despacho. Por momentos el tono de la
—Podría ser que el trabajo resulte difícil, pero más difícil sería estar afuera sin
—Por favor sentate en tu lugar. Quiero que disciernas lo que te voy a comentar,
que te va a ayudar a seguir descendiendo: nacimos del todo y no de la nada, así que de
nada valdría si no estás conectada —en un monitor señalaba gráficos donde le mostraba
como era el ciclo de un trabajador (con bitácora) en la empresa; la última parte del
El aliento que daba Alberto como jefe y líder de la empresa era clave; impulsaba,
incentivaba y ofrecía su mejor versión, para que los resultados ocurran. Era el hombre
de los mil mercados. Pero aparte era un padre, que hacía todo lo posible por recuperar a
una hija.
—Alberto, más que hablar como jefe parece que habla como padre.
corazón, y se le paseaban por la memoria, como para que se diga: Paola no estás sola.
—Estoy acá... —decía Alberto— para sacar la mejor versión de mis empleados.
No me sirve adoptar una actitud distante y estricta para ser eficaz. Solamente procuro.
—¿Qué procura?
—Procuro, simple. Utilizo un poco de sugestión para que cada empleado cumpla
que se vaya:
podrás ahogar, pero la empresa incorpora a cada trabajador como si fuera esta una
Por instantes la montaña rusa parecía desolada, y por otros repleta de gente, que
al frenarse, soportara los efectos: vértigos, mareos, desmayos, ahogos. Lo necesario para
enfrentar el quinto nivel. Que pretendía poner a prueba la integridad; cual tuviera lugar
tras haber acumulado horas en las diversas plantas. A partir de las 270 hs. laborales un
trabajador con bitácora tiene acceso (según las normas establecidas). Pero la confusión
sobreviene cuando se piensa que aquel cementerio no es más que una prolongación del
producción se mantienen ocultas como las fórmulas de cualquier gran producto que
logra éxito. Una amplia sala la recibe y dos empleados le hacen poner un camisolín,
cofia y barbijo.
Un capataz explica:
manera gradual la encauzaban en el tema, para que el rechazo no surja a las trompadas.
Se supone que cualquiera que haya cumplido con una sanción, recibiría aquello
como un paseo; un recreo. La empresa se hacía cargo de tomar los recaudos necesarios,
para que los síntomas adversos no aparezcan por sorpresa; desde el hall, las operadoras,
vigilaban las frecuencias vitales, cardíacas y respiratorias, de cada una…; tras 270 hs.
laborales (se supone) están aptos para poder tragar lo que sucede.
para que quede anulado cualquier tipo de misericordia en la planta; y los videos tan bien
editados pueden convencer hasta el más escéptico de este modelo generador. Estamos
hablando del futuro del planeta, y de buscar soluciones: increíbles, duraderas y sensatas,
como lo había expuesto Alberto en su ensayo. Con la ayuda de las máscaras de oxígeno
obedecía por los chips que se le habían implantado (liberando señales a los
computadores que albergaran las diferentes instrucciones según los diferentes módulos
materia prima, el esperma. Le daban por ejemplo: bananas, zinc, carne, pollo, maní,
puertas más adentro es un tema que poco nos ocupa; al mantener el edificio su
privacidad; porque como decía el dueño: "Que se haga público quizás no fuera apto para
todo público".
El capataz se explayaba:
llegar a abajo.
hace que se condense la materia empleada y ejerza presión junto al vapor emanado, para
que las turbinas impulsen los rotadores de los generadores, que abastecen por lo pronto
energía suministrada a los hogares resulta tan potente como las ganas de violar y
asesinar de aquellos degenerados; que empiezan a devolver, en esa planta, todas las
vidas que se han llevado; incluso sin tener que contaminar; (estos desperdicios).
Como había especificado el fiscal, puede que el remedio sea peor que la
cura de la locura del hambre del hombre que acosa, mata y viola); donde en el prospecto
uno podría observar además de las indicaciones, que figura: -Como no tienen nada que
Y ocurrió con una de esas seis que no fue Paola. La cual se vio invadida por una batería
supervivencia que manejaban, cual recibiera las instrucciones por medio de la máquina
maestra alojada en Boxes. Decíamos que Paola pasó por aquella planta con la
convicción y la resistencia de alguien que merece llegar a abajo, pero había otra
La paciencia.
Cual requirió cuando por primera vez tomó el valor suficiente de enfrentar el
iluminándose un panel digital mediante una luz roja; que la mandó de vuelta hacia
arriba.
—Está bien —se quedaba pensando—. Solo quiero que estés atento por si
marche.
decía:
—Paola sama. Y Jun te ama —se reía, y chistaba porque se percataba de lo que
El tutor de Jun era una persona mayor que tenía el aspecto de una
comentaba:
melodía.
La japonesa intervenía:
cualquiera. No cualquiera canta. La gente grita o calla; porque tienen muchísimo miedo
si Jun fuera la revelación a las preguntas que se hubiera estado haciendo Paola.
—Sensei.
—Renshi.
El sensei respondía:
ahondar en sus vidas; les costaba profundizar; por lo que Jun decía:
—Me vengo sintiendo apagado estos días. También cuida que no me marche...
—Preferiría cuidarte de que no te manches con esa laca dorada. Pero hablás
—Y a ti el de guapo.
Se habían contagiado.
Y así funcionaban.
Que se atraían.
En la playa, reposados sobre la arena, con el sol que los reflejaba como el
—Una vez te había contado que en Japón ocurren cosas. No te das una idea la
Callan. Otorgan. Que se sepa sobre las agresiones, trae consecuencias. Prefieren
mantener el secreto, y se les hace imposible hablar de eso; es un país que esconde sus
altas tasas de abusos; donde existe una actitud conformista, y se inclinan a decir que no.
Pasa que muchos hombres se sienten señalados, por señalar a otros. Está así de bien
manejado, que resulta en vano. Si te violan eres débil, te dicen: Vos lo provocaste...
Esta vez no podría soportar tanto fuego, que incluso hiciera derretir el hielo que
—Necesito mar.
Paola lo vio entrar; y la voz de Jun, esa que resaltaba entre las tantas que
escuchaba "Me tengo que mojar, voy a surfear", se fue apagando;… como si fueran las
El mar enmudecía.
Ya no lo dudo, se decía Paola. Llovía y yo vine igual, seguía diciendo sentada frente
al monumento. "Ya no invento". Y miraba hacia arriba a Colón, y a las nubes, como
queriendo encontrar la materia de las que estaban hechas. Con el libro en mano leía:
"Finjamos que la vida es una sustancia sólida, con forma de globo, que hacemos girar en nuestros dedos.
Finjamos que no podemos inventar una historia llana y lógica, tal que cuando se despache un asunto (el
Jun se hacía presente justo a tiempo para el encuentro. Algún que otro pájaro
—Puede que nos haya pasado lo mismo, y por eso decidimos viajar.
—Cada uno elige lo que contar, pero doy las gracias de que aún lo podamos
superar.
—¿Segura?
—Tanto como para que me digas que lo que tramas es que me amas.
Eran risas desfiguradas, amorfas y vagas, pero en aquello quedaba todavía una
luz, como una pequeña bruma de espuma en la orilla burbujeando; como el aire que
todavía los peces respiran por las branquias fuera del agua.
—Te había dicho que estés atento que observaras si me desoriento, para que no
me marche...
superflua. Olía a que dolía haber tenido que bajar y encontrarse, cara a cara con cada
cuerpo.
quede quieto:
Intentaba gatillar; disparaba. Salían las balas, que no le hacían nada. La soltaba,
temblaba.
Las nubes evaporadas hechas gotas. Entre pájaros volaban sedimentos. Ruido de
recreaba el aire por medio de suspiros. Para permitir que se terminara de rodar aquella
escena.
—¿Qué trajiste?
—Con vos Jun, aprendí, que divertirme y desvestirme son casi la misma cosa.
—Y yo con vos Paola aprendí a soñar una vida espectacular para que se nos
vuelva un espectáculo.
Se proyectaban varios lugares que habían visitado juntos en esos tres meses en
Barceloneta. Las platges. El Poblenou. Local de surf. Sagrada familia. Park Güell…
había comenzado a vincularse Paola con la creación; a vibrar con el arte. Recorrían el
parque. Se perdían por los viaductos; y caminaban en círculos, como por un laberinto.
calvario. Con las flores que habían juntado iban a realizar el ritual.
Con los ojos cerrados arrojaban las flores dentro del jarrón.
XV
El hecho de haber visto desaparecer a Jun en la playa le hizo alucinar con las voces.
Los días que continuaron de trabajo hasta obtener el acceso a Boxes estuvo atormentada
por aquel barullo en la cabeza. Alternaba entre las plantas, de arriba para abajo, de abajo
para arriba, como un pinball, de acá para allá, poing; pensando que al ir incorporando
aprendizajes y recursos, esas cosas la ayudarían para sortear el detector de ojos del
Evitaba la quinta. Así como Colón estuviera convencido de que se dirigiría hacia el
oeste, para arribar a Asia, y aunque Alberto la hubiera encarrilado para que direccionara
sus velas (el mundo vela), para establecer un norte, cueste lo que cueste Paola iba hacia
eso que se marea. Pero dijimos que estaba fuerte, resistente y dura como para lograrlo.
Y, aunque alguien apostara que descendería al subsuelo pronto, intuía que algo andaba
mal; y le dolía.
Pues lo confirmó.
Cuando se cruzó con Jun, aquel día por la tarde en el hall, y ni siquiera la saludó.
delante:
Como cada vez que desaparecía no contestaba los mensajes, llamados, y la madre
se preocupaba porque no llegaba a la casa. Lo único que tuvo para decir fue:
—Vengo de abajo.
—¿A dónde vas...? ¿Qué te pasa, que hay allá? ¿Qué es lo tremendo?
Subían los dos por el ascensor. Paola se sujetaba a la espalda de Jun; se le tiraba
encima:
igual.
reunión de logística:
—Mantente alejado y cuando logre entrar, vas a tener que estar ahí, presente,
Que su cuerpo esté abajo, no significa que podamos manipular cual va a ser su
respuesta. Hay que estar atentos. Nos la estamos jugando; entre si despierta o
mano; pero en realidad sigues ahí recuperándote, para que cuando Paola te vea, nos
tengo. El objetivo que pactamos estaba bien claro cuando aceptaste los servicios de la
Aquel día se respiraba un aire perplejo. Parecía la máquina mandar señales a cada
uno de los trabajadores advirtiéndoles que alguien iba a bajar, e ingresar a Boxes. Las
operadoras estaban en sus puestos como era costumbre desde primeras horas del día.
Jun se reunía con Alberto en el edificio para repasar detalles. Paola tomaba el tren a
quiero felicitar, hoy se cumplen tres meses desde que llegaste a Barcelona". Le agarró
cierta punzada en el estómago, como una sensación de alegría, mezclada con nervios. Se
voces, emigrar, partir, surf, olas... se le cruzaba un repertorio entero de esos tres meses
por su cabeza. Algo dentro se había removido; algo había cambiado en su interior, como
para sentirse a gusto con el trabajo. Los tres meses habían pasado volando como las
palomas que veía pasar por el cristal. Pensaba en las tres veces que probó ir al subsuelo,
fábrica. Los camiones entraban y salían, dirigiéndose a las diferentes ciudades y países.
estaba en el despacho hablando con Jun: "Listo. Salen a primera hora los camiones para
Málaga, Andalucía, Jerez, Madrid, La Coruña, Vigo y San Sebastián. También salen al
aeropuerto con destino a China, Rusia, Australia, Polonia y Turquía". El próximo gran
paso de Alberto, y en el que venía trabajando sería: abrir más fábricas en estos y otros
países.
iba para la segunda planta, tenía ganas de restaurar jarrones, y de hablar con su
instructora japonesa; quien le dijo, cuando no pudo encajar un pedazo del jarrón de
manera perfecta:
contestaba:
La japonesa esta vez le ganó cuando abrió extremadamente grande los ojos.
Hall.
—14 de agosto.
—Solo te quería decir que, estamos muy a gusto con tu desempeño en la empresa.
Eran señales que interpretaba como favorables por el deseo de ver algo que no
tenía razón de ser. ¿Por qué entonces ir abajo? … Había que comprobarlo, ese es el
espíritu humano de un ser que toma acción. La incertidumbre en parte nos mueve. El
deseo de cambiar. De que muera algo en nosotros. De salir a flote. De emprender una
lucha, una revolución, una batalla. Superarnos, vencer, creer, que hay algo mejor. Que
En los monitores las operadoras podían observar que en el perfil de Paola la barra
—Va a entrar.
Las cinco operadoras supervisaban las frecuencias. Jun la seguía metros atrás. Un
habitáculo a media luz tras bajar por una escalinata, que la separaba de las tres salas de
Boxes. Respiró profundo y enfocó sus ojos al detector. Tras dos segundos de analizar los
datos que conjugaban como los verbos su persona con el perfil alojado en el sistema, se
prendió una luz verde digital, y se le abrió la compuerta. Un corredizo largo poco
iluminado la dirigía siempre en línea recta. Lo único que había por ahora era un pasillo.
Observaba personas con bata blanca que caminaban, y doblaba por el mismo corredor
que giraba en medialuna hacia la izquierda. Un cartel: Boxes 1. Bajaba por la rampa.
Una recepción.
nivel intermedio entre: fuego, hielo y agua. Hasta allí en el monitor de las operadoras
estaba estable.
La oscuridad era total, se guiaba con las manos, pisaba con cuidado. Las
luces, que se fueron prendiendo como si amaneciera. Paola tocaba algo, "Qué es esto",
tenía forma de brazos, de piernas, de cuerpos recostados sobre camillas. Una sala del
máquina maestra.
Mantenía la entereza. Veía una, dos, cuarenta, y más. Al lado de cada camilla un
monitor que marcaba en líneas ondulantes azules y rojas las frecuencias activas y
mostrar frecuencias inestables, las azules, las pasivas, se interponían ante las rojas.
Paola en persona no lo demostraba. Cuando se empezó a sentir mal salió de la sala, las
pasaban por la cabeza. Había una mezcla de percepciones en su interior. Estaba donde
La administradora decía:
—Tienes que continuar derecho por este pasillo, y seguir descendiendo por la
Jun la perseguía.
—Bienvenida Paola a lo más recóndito de esta empresa. En Boxes 1,2 y 3 como has
abría en dos. La visibilidad era nula, pero de nuevo como si amaneciera, las luces se
fueron encendiendo.
izquierda le dio la sensación que se veía. Se acercó. Quedó congelada. Le temblaban las
piernas, cuando se vio recostada. Lloró. Veía en el monitor las ondas azules y rojas. Las
oído izquierdo, que se encontraba inestable, que los efectos adversos se podían desatar.
cuerpo:
—Aquí es donde sanas —le colocaba la mano en el hombro —. Estás buscando
Permanecía callada, Alberto se quedaba quieto. Paola solo quería escuchar varias
puerta. Veía borroso, se agitaba. Las operadoras le comunicaban a Alberto: “La tienes
mente, los recuerdos. Parecía que se caía, se ayudaba con los brazos, y se sostenía de
—Haz lo tuyo.
Paola se sostenía contra la camilla, se dio cuenta que conocía el cuerpo. Estaba
Jun la ayudaba a mantenerse de pie, “De qué se trata todo esto”, le decía, “Por qué
Paola era dura, fuerte, resistente y se mantenía parada. Sabía que necesitaba más
—Que Alberto es tu papá. Esa es la verdad. No hay nada más que ver, solo fija tu
funcionamiento al sistema de simulacro, que estaban viviendo como una neta realidad.
Ni en 3D, ni en 4D.
En 100D.
De ahí su veracidad.
XVI
Jun la buscaba, Paola había desaparecido. Se decía: Tienes que volver. No había
caso, no aparecía. Estaba haciendo el traspaso de una a otra realidad. Su viaje hacia
Barcelona se había concretado, y ahora emprendía ese otro viaje con el siguiente
fuerte la mano. Le decía: Vas a regresar. Paola luchaba, intentaba desatarse de las
archivo; dejaban todo listo para que se resetee. Las ondas rojas superaban por amplio a
las azules. Estaba dando resultado. El cuerpo se tambaleaba, junto a la camilla que
—Está… sanada.
programa, dentro de los monitores de las operadoras. Y la máquina maestra por su parte
continuaría haciendo su trabajo, con los demás cuerpos que vivieran sus historias, sus
Alberto le rozaba con la palma de la mano la frente; de estar con los ojos cerrados
comenzaba a pestañear…
eliminar por descarte lo que corrompe y atenta; e iluminar su bitácora; su propio diario:
Jun recorría Barcelona de punta a punta, podría haber estado tres meses más sin
por lo menos para poder aferrarse, conectarse a algo…, para que la pudiera traer de
observaba el arma; (tenía las balas). Del bolsillo delantero sacó la llave del edificio...
por fuera de la sábana; la valija, el cuarto estaba igual como lo había dejado. El libro en
paquete de tés, junto a dos jengibres, y cuatro manzanas (la Habana`na, platano, sin un
mango, Jun cereza, ¿le importaba un pomelo dar con su media naranja? El panorama
durazno, damasco y desespera. Alguien más astuto diría: ¡chupate esta mandarina!);
dentro de la valija otro paquete, con la siguiente inscripción: -Extracto de salvia “la
Hierba Sabia”-; una papaya, y una hoja suelta donde había escrito Paola: Debe haber
otra alternativa.
Abrió, leyó:
En una hoja escrito un link y una especie de ilustración, con una extraña prosa
No ríe, ni llora.
Acomoda el jarrón y algunos otros pedazos recoge del suelo; (los que quedan).
Mira a su alrededor, derecha, izquierda, frente, izquierda y detrás. Saca del saco...
Sale corriendo.
Jun se emociona.
Definitivamente la solución para esta sociedad no estaba en las penas estaba en los
penes.
—Pa´hola.
42
PLAN TEO
FU FIN
Epílogo.
Antes de que esta barbaridad se desate, y la civilización se tuerza:
Le había preguntado:
—¿Qué decidiste?
—…abortar.
—¿Segura?
—Si.
Haya lo que haya escogido la madre, sabía Alberto cómo esto iba a terminar.
Y SE QUEDA SIN
WW
Gracias por llegar hasta aquí, ha sido un honor que me
aquí:
mailto:bravito89@gmail.com?subject=comentarios