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Colección de Comentarios Científicos sobre la Cuestión Central de la Creadora

Conciencia Cósmica (8C)

Abrimos estas líneas formulándonos la interrogante acerca de si ¿hay una


intencionalidad a lo largo y ancho de toda la Naturaleza Cósmica ejerciendo una clara
influencia? Para algunos científicos tal es el caso. Ojeemos lo sostenido por algunos
de ellos:

El Físico galo, Doctor Marcel Pages (1.905 – 1.974), en su obra «Desafío de la


Antigravitación. Técnicas Antipeso. Uso de la Energía Espacial» (impreso el 11 de
Enero de 1.974 por Ediciones Chiron en París, Francia) menciona a la Inteligencia
Universal o el Espacio Psíquico, quien vendría a ser la inmensidad del Espacio
Sideral. Según Pages, el Cosmos sería el Espacio supremo de inteligencia PSI.

Agrega el francés, la evidencia de la acción de dicha Psiquis se encuentra


apuntalada en el hecho de acuerdo al cual las partículas atómicas encajan unas con
otras, de manera inteligente, para crear un mayor nivel de organización. Esta Mente
Cósmica emplearía la intuición como factor ordenador del Universo.

Otro estudioso es el Astrónomo venezolano, Doctor Francisco Aniceto Lugo


(1.894 – 1.982), quien explica la temática de la Mente Universal, mejor conocida como
“Dios”. La caracteriza como una sustancia sutil; una Esencia Increada; ilimitada;
psíquica; elástica y ondular. Es ni más ni menos que el Espacio, o sea, el Universo
infinito. Pero, limitémonos simplemente a reproducir sus palabras:

«La base de toda esta teoría es la consideración del Espacio no como un


vacío, sino como una substancia, como la substancia suprema de que todo nace y a la
que todo vuelve, en una palingenesia universal eterna... No se trata en absoluto, del
Espacio que podríamos llamar geométrico, es decir, puramente la extensión, medible o
calculable, sino de la substancia primaria, que constituye o fundamenta el alma que
hace posible básicamente la existencia de todo cuerpo o fenómeno dentro del
Universo inconmensurable, dándole a este último substantivo la acepción de todo
cuanto existe, de cualquier carácter que sea» (artículo «Vivimos en una Burbuja.
Nuevo Concepto del Universo»; página 63 de la revista «Mundo Desconocido»;
impresa en España; editada por MUNDO DESCONOCIDO). En la página 65 de la
publicación española observa al «Espacio como substancia, alma y substentáculo de
todo lo fenoménico». Estos son fragmentos transcritos de la conferencia «Espacio,
Materia y Energía» dictada por el Profesor Lugo; conferencia dada a mediados de
Junio de 1.976, en el Auditorium del Planetarium Distrital de Bogotá, en Colombia.

«Es muy difícil definir la mente, pero todos sabemos lo que es, porque la
llevamos en nuestro interior... Podría decirse que es la substancia, inaprehensible por
nuestros sentidos, que nos impregna totalmente y nos sustenta y de la cual realmente
todos estamos hechos.

Mas la mente que nosotros sentimos en nuestro interior no es sino un


fragmento de la Mente Universal Infinita. Por consiguiente, en esta situación nos
encontramos en una posición semejante a la de una esponja en medio del agua: El
agua la impregna por todas partes, pero esta agua no es sino una parte infinitesimal
del agua total que la circunda. En términos de la Física Cósmica, la Mente podría
confundirse enteramente con el Espacio-Substancia. En efecto, son dos cosas muy
parecidas o, mejor, idénticas» (artículo «La Creación Mental 1»; página 17 de la
revista «Mundo Desconocido»; No 69; impresa en Marzo de 1.982 en España; editada
por MUNDO DESCONOCIDO).
«Encontrándome una vez en un cafetín, un día claro, sin señales de lluvia y
mucho menos de tempestad, observé sorpresivamente que una cocinilla eléctrica que
allí había, sin conexión en la corriente de línea, se movió intempestivamente
sacudiéndose varias contra el suelo, mientras que una llama azulada, como de doce
centímetros de diámetro y un metro de altura se levantaba flameante desde el
enrejado del artefacto, disipándose a los pocos segundos y quedando luego todo
aquello en completo reposo.

Este fenómeno nos demuestra que la atmósfera, a pesar de su aparente


normalidad, estaba fuertemente cargada de electricidad estática, que se hizo
parcialmente cinética al aposentarse en el enrejado de la cocinilla, había pues, una
fuerza poderosa en estado potencial en el ambiente, que se hizo dinámica tan pronto
como tuvo un medio apropiado para su manifestación.

Un caso análogo ocurre seguramente con la fuerza psíquica, que se muestra


presente también en el ambiente, tan pronto como algunas condiciones
circunstanciales le permite su desarrollo en forma constatable por nuestros sentidos y
a veces en fenómenos espectaculares.

Estudiemos, para un mejor conocimiento del asunto, algunos casos bien


conocidos de naturaleza psíquica, a fin de poner de relieve sus características y
conjeturar, al menos, su índole o peculiaridades propias. Veamos primero algunos
caracteres comunes a muchos casos y luego otros de índole bastante específica, y por
lo tanto menos generalizados.

En efecto, contemplemos algunos fenómenos relativos a las llamadas Casas


Encantadas, que se encuentran registradas en los copiosos anales de las más
importantes Sociedades Psíquicas de Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y otros
países.

En las Casas Encantadas son comunes los fenómenos de ruidos, de poca


monta o muy fuertes, el cambio de lugar, lento o violento, de objetos pequeños o
pesados y la acción diversificada de alguien o algo que parece tener conciencia de lo
que hace y a quien o al que se le atribuye la responsabilidad de estos sorpresivos
actos presuntamente fantasmales, sin que se vea claramente la causa probable de
todo esto. En otros casos, y muchos más de diferente naturaleza, no resulta aparente,
como causa, de los fenómenos, un fantasma, por lo cual se cree generalmente que
una persona viva, casi siempre un o una adolescente es quien los causa, simplemente
por su presencia en la escena de los acontecimientos y hoy hay la creencia, de parte
de los que estudian cuidadosamente estos casos, de que esta persona se encuentra
en un estado de agitación mental tremenda, por lo que produce automáticamente,
diríamos, las condiciones necesarias para que ésto se manifieste. Se deduce de este
modo de ver las cosas que se admite tácitamente que el sujeto en referencia crea una
especie de fuerza, como condición favorable para el desarrollo de estos sucesos, ya
que sin él no suelen producirse, o que se realizan solamente cuando él está presente.

Observamos aquí, mediante este fenómeno, que se produce un caso


semejante al de la catálisis. De todos es conocido el hecho de que, en el campo de la
Química, cuando se colocan cerca dos substancias determinadas no se produce
ninguna combinación. No obstante, cuando se pone cerca de ellas otra substancia
determinada y por lo tanto sin ningún contacto aparente entre ellas, se realiza
inmediatamente dicha combinación. De consiguiente, bien podríamos llamar el caso
en que un adolescente se presenta y abre el cauce automáticamente, por sí solo, para
el desarrollo de estos fenómenos, catálisis psíquica. El fenómeno de la catálisis en
Química se había venido teniendo como un poco misterioso; pero hoy, con el
conocimiento más adecuado que tenemos de las radiaciones, es lógico inferir que la
irradiación producida por la tercera substancia que se acerca a las otras dos, obra
sobre ellas, efectuándose como resultado de ello la combinación. Veremos luego que
también en la esfera de los fenómenos paranormales se efectúa algo muy semejante,
que se adapta muy bien a la denominación de catálisis psíquica. Observaremos
también que esta catálisis psíquica es más general de lo que se cree, actuando de
modo semejante a la transformación de la electricidad estática en cinética, al
aposentarse en el enrejado de la cocinilla eléctrica que he mencionado. Una fuerza
psíquica de considerable intensidad puede estar presente en cualquier ambiente, tal
como suele hacerlo la electricidad estática, manifestándose cinéticamente tan pronto
como un agente apropiado, pasivo o activo, le brinda la oportunidad de desarrollarse.

Pero al llegar aquí oigo voces, muchas voces, que me dicen: ¿No ve Ud. que
hay en todo eso una entidad que actúa deliberadamente? Voy a contestar con un
símil. Yo veo a un sujeto nadando, pero él no podría hacer eso si no tuviera a su
disposición un medio apropiado, esto es, el agua. Es a favor de la fuerza psíquica
presente en cualquier ambiente como se efectúan todos estos fenómenos de
apariciones y en particular los peculiares que se observan en las llamadas Casas
Encantadas. Pero concretemos este asunto reseñando algunos casos que ilustran la
materia» (artículo «La Creación Mental 4»; páginas 43-44 de la revista «Mundo
Desconocido»; No 72; en impresa Junio de 1.982 en España; editada por MUNDO
DESCONOCIDO).

«Mas ahora presentaremos un caso más de otra índole, para tener mayor
apoyo en nuestra disertación. Este nuevo caso ocurre en un convento. En él hay una
adolescente que parece la causa de los fenómenos paranormales que allí se
presentan y los cuales alcanzan una gran diversificación y al mismo tiempo
considerable duración. Cuando se dan cuenta de que la muchacha, aparentemente, es
la causa, directa o indirecta, de los fenómenos, se la llevan a otra casa y el convento
queda desde entonces libre de aquellos sucesos, tan sorprendentes como
inquietantes. Mas, al cesar los fenómenos en el convento, se inician con profusión en
la casa a donde la muchacha había sido llevada. Sus habitantes se encuentran
atormentados y deciden devolver al convento la muchacha. Esta es recibida de nuevo
en el convento, en donde se presentan de inmediato los fenómenos paranormales
acostumbrados, aunque mucho más acentuados.

Entonces ocurre algo extraordinario, sobre el cual quiero llamar la atención.


Había allí una estantería, sin puertas ni fondo, que estaba colmada por numerosos
libros. Entonces, a favor de la fuerza desarrollada o provocada por la adolescente,
todos los libros religiosos salen disparados, aventados a gran distancia, como si se les
hubiesen dado puntapiés, en un ímpetu de desagrado. Pareciera que había una
entidad invisible allí, enemiga acérrima de la religión y de los religiosos, que lanzaba
los libros sagrados al suelo con considerable rabia y desprecio. Biblias, devocionarios,
catecismos y otras obras religiosas volaban por el aire y caían estropeados, mientras
que los demás libros, que trataban de materias profanas, quedaban todos en la
estantería, en el mayor orden, como si se hubiese tenido una gran delicadeza con
ellos. Pareciera, pues, que allí hubiese estado actuando una entidad invisible,
decididamente antirreligiosa y la cual producía los fenómenos paranormales a favor de
la catálisis psíquica, producida por la presencia de la muchacha» (artículo «La
Creación Mental 4»; páginas 45-46 de la revista «Mundo Desconocido»; No 72;
impresa en Junio de 1.982 en España; editada por MUNDO DESCONOCIDO).

«Es de notar que en todos los casos de esta naturaleza, que se han registrado
en todos los tiempos y prácticamente en todas partes del Mundo, se presentan
fenómenos paranormales más o menos análogos, algunos de cuyas características
más importantes pueden sintetizarse así: Sonidos, ruidos, objetos livianos o pesados
que cambian de lugar o que son levantados en el aire o arrojados al suelo con
violencia, quejidos, llantos y palabras que suelen escucharse: A veces visiones de
personas o cosas fantasmales que aparecen en la penumbra o en la oscuridad...

Hasta aquí hemos considerado fenómenos paranormales de diversa naturaleza


que nos ofrecen bases seguras para fundamentar nuestro razonamiento y llegar a
algunas conclusiones de importancia. Lo primero que observa una inteligencia
perspicaz es que allí hay una fuerza psíquica presente que permite la producción de
los fenómenos y un agente, o varios, vivientes o fantasmales, que actúan a favor de
ella. La presencia de estos agentes parece causar lo que, en términos eléctricos,
podríamos llamar diferencias de potencial, lo que permite que inmediatamente se
pueda aprovechar la fuerza psíquica ambiental por alguna entidad invisible, ya que
vemos en sus actuaciones, de manera resaltante, una voluntad, una intención, muy
señalada y por lo tanto innegable. Y esta actuación es por lo menos a menudo una
verdadera catálisis psíquica.

Es de advertir que en todos los casos de esta índole, presenciados por los
investigadores, todo lo que acabo de decir se encuentra debidamente comprobado por
psicólogos, parasicólogos, científicos, funcionarios públicos, sacerdotes y en particular
por sabios de primera categoría, de modo que los fenómenos paranormales se
encuentran muy bien fundamentados y lo que ha faltado hasta ahora es una
comprensión mejor del asunto para establecer leyes y principios que nos sirvan de
Norte en la materia en investigaciones posteriores. Mas en necesario presentar un
caso todavía, mucho más generalizado, para estar en condiciones de exponer, con
probabilidades de acierto, tales principios o leyes.

Consideremos así el caso de Uri Geller, quien en nuestros tiempos ha


presentado fenómenos de esta clase que, por tanto haberlo hecho ante numerosos
públicos como por su carácter extraño y sorprendente, pueden clasificarse
correctamente como espectaculares.

El doblamiento de llaves y de otros objetos metálicos mentalmente, así como la


puesta en marcha de relojes oxidados y otros fenómenos paranormales análogos, no
es lo que más importa en la vida de Uri Geller, sino las reflexiones a que ésta da lugar
en presencia de tan sorprendentes realizaciones, y las cuales culminan, como lo hago
yo por primera vez, en la constatación de la presencia de una fuerza psíquica en
cualquier ambiente, y aún en todo el Universo, y ante la cual nosotros, actualmente,
estamos tan a ciegas como nuestros antepasados ante la electricidad, antes de los
fructíferos experimentos de Miguel Faraday.

Consideramos todo esto desde un punto de vista netamente científico, y por lo


tanto con exclusión de toda idea espiritista, religiosa o sectaria, en cualquier forma.

Es notable el hecho de que sólo cuando Uri Geller se presenta y actúa se


producen los fenómenos paranormales y entonces no solamente él, sino muchas otras
personas, algunas muy alejadas en el planeta, pueden realizarlos también, aunque en
menos cuantía. Esto nos revela consecuencialmente que Uri Geller obra sin duda
como un catalizador psíquico, sin cuya presencia la fuerza presuntamente universal se
encuentra dormida o en estado letárgico, como en el caso de la cocinilla eléctrica del
cafetín a que he aludido, hasta que una condición necesaria se cumple y entonces la
energía se presenta rápidamente o en forma dinámica; o sea que ésta, que hasta
entonces se hallaba latente, se torna de improviso cinética» (artículo «La Creación
Mental 4»; páginas 46-47 de la revista «Mundo Desconocido»; No 72; impresa en
Junio de 1.982 en España; editada por MUNDO DESCONOCIDO).
«Nos encontramos ahora en condiciones de establecer un principio o postulado
y varios corolarios de estos fenómenos paranormales, por primera vez en el Mundo y
con criterio científico.

Helos aquí:

Principio o Postulado Fundamental:

EXISTE UNA FUERZA PSÍQUICA SUPREMA DE INMENSO PODER EN


CUALQUIER AMBIENTE Y PRÁCTICAMENTE EN TODO EL UNIVERSO.

Corolarios:

1º La fuerza psíquica ambiental puede ser encauzada, regulada y


aprovechada.

2º La fuerza psíquica suprema se encuentra en estado dinámico en todos los


seres vivientes en toda la amplitud del Cosmos.

3º La fuerza psíquica ambiental generalmente se presenta en estado potencial,


pronta a tornarse en cinética cuando se le presentan condiciones favorables.

El principio o postulado fundamental nos lleva directamente a una nueva


concepción del Universo en toda su infinitud, considerándolo como una superentidad
psíquica, de la cual los fenómenos físicos a que estamos acostumbrados no son sino
su parte más basta o grosera. En este caso consideramos el Cosmos o el Universo
como infinito, de conformidad con mi teoría cosmológica del Espacio-Substancia o de
la Burbuja, en contraposición con el Espacio conceptuado como un Vacío, es decir,
como una Nada, la cual no existe en la Naturaleza sino como simple idea negativa de
la mente humana (Véase a este respecto la primera parte de mi libro «El Hombre ante
el Universo»). Este principio nos ayuda a comprender también, ahora más claramente
que antes, por qué la ciencia moderna va evolucionando rápidamente de
concepciones netamente físicas a otras de caracteres cada vez más metafísicos,
como desarrollo natural del saber bien estructurado.

El primer corolario nos pone en condiciones de intentar el aprovechamiento de


la fuerza psíquica o mental presente prácticamente en todo el Universo; el segundo
nos da la noción de la fuerza psíquica cinética en nosotros mismos, los seres vivientes
del Universo todo; y el tercero, nos abre el camino para que pongamos a trabajar la
fuerza psíquica ambiental en nuestro provecho...

A la luz de una nueva concepción netamente científica, ajena por completo a


prejuicios religiosos, místicos o sectarios en cualquier forma, creo con estas bases
haber abierto a la Ciencia, modestamente, nuevos horizontes ilímites para la
investigación» (artículo «Creación Mental 4»; páginas 48-49 de la revista «Mundo
Desconocido»; No 72; impresa en Junio de 1.982 en España; editada por MUNDO
DESCONOCIDO).

En este orden de ideas, un tercer científico también dedicado a estos estudios


es el Neuropsicólogo mejicano, Doctor Jacobo Grinberg-Zylberbaum (1.946 – 1.994),
quien lanzó a la palestra pública una noción sobre el Espacio, la cual bautizó como
Teoría Sintérgica (la información está contenida en el texto «La Teoría Sintergérgica»;
impresa la primera edición en 1991 por INPEC; hecha en Méjico). Él la describe en los
subsiguientes términos: Nosotros, los seres humanos, concebimos al Espacio como
una entidad sin estructura, vacío. Ello se debe a que nuestros cerebros y nuestros
sentidos no pueden percibir directamente el poder energético del Espacio. No
obstante, cada punto del Espacio acumula la información de todo el Cosmos.
Verbigracia, en ese punto que es el lente de un telescopio potente, podemos
recolectar la información de una región sideral con una cantidad vasta en soles. Esto
indicaría que el Espacio posee una estructura capaz de soportar esta “mole de data” o
“tonelaje de bytes”. A la referida estructura espacial la Mecánica Cuántica la ha
denominado «Lattice». Salta a la vista que la Lattice gozaría de evidentes propiedades
psíquicas.

Prosiguiendo con la presente exposición, la cuarta personalidad nombrada es


el Físico-Químico argentino, Doctor José Álvarez López (1.914 – 2.007), autor del libro
«Las Profecías del Apocalipsis» (impreso en Abril de 1.992 por IMPRESIONES
AVELLANEDA, S.A; Editorial Kier, S.A; hecho en Buenos Aires, Argentina). En la
página 8 del mentado texto asegura haber comprobado –fundamentándose en una
base experimental físico-matemática– la presencia efectiva de una Psique formadora
de la totalidad de las partículas atómicas del Cosmos.

Otro experto en estos asuntos es el Ingeniero Eléctrico, Inventor e Investigador


Astrofísico Luis R. Cabareda Fermín (1.945 – 2.020), de Venezuela. Ha hablado sobre
la omnipresencia del Pensamiento en todo el Cosmos (de este modo se lee en su
documento «Principios Axiomáticos», sección «Principio Axiomático Original Esencial
de Relatividad Universal»), siendo éste último –El Universus vívido– lo entendido como
Dios (así lo expresó en el documento «El Movimiento del Universo. ¿Principio y Fin?»).
Para Cabareda, el Universo está conformado por El Partonatón o Partícula-n, suerte
de partícula ubicua, cuya naturaleza también tiene el aspecto espiritual (mental). La
teoría del Profesor Cabareda está desarrollada en su volumen escrito intitulado «El
Partonatón o Partícula-n ¡Más Rápido que la Luz! La Transmisión Instantánea de
Información. Teoría de todo el Universo o de la Gran Unificación. Las Entidades o
Variables Ocultas del Universo» (2.011).

La próxima fuente a comentar es la del Astrofísico Franco Vazza –de la


Universidad de Bolonia– y el Neurocirujano Alberto Feletti –de la Universidad de
Verona–, obviamente, ambos italianos. El par de científicos elaboraron el informe
investigativo publicado (el 16 de Noviembre del 2.020) presentado en formato artículo,
cuyo título es «La Comparación Cuantitativa entre la Red Neuronal y la Red Cósmica».
Apareció en la revista científica «Fronteras en la Física». Pasemos revista, a
continuación, a sus descubrimientos concernientes al paralelismo Universo-cerebro
humano: Se contabilizan unas 70.000 millones de neuronas del cerebro humano vs las
100.000 millones de galaxias estimadas. El 30 % de la masa cerebral está constituida
de neuronas. De igual manera, el 30 % de la masa cósmica está formada de galaxias.
Pero, escudriñemos su trabajo:

Mediante el empleo del telescopio y el microscopio ha sido posible detectar una


morfología parecida entre la red galáctica y la red neuronal. Tanto las galaxias como
las neuronas se aglutinan en filamentos (en lo respectivo a las galaxias, éstas están
conformadas en los denominados filamentos galácticos o muros galácticos; las
neuronas se reúnen en los designados como neurofilamentos).

El flujo de energía e información en cada una de las redes no supera el 25 %


del contenido de la relación de la masa entre la energía de su respectiva red.

Para el cerebro del hombre, aproximadamente, un 75 % de la distribución


masa/energía se encuentra constituida por un material que juega un rol pasivo: El
agua (específicamente, el cerebro se encuentra compuesto hasta de un 78 % de
agua). En cuanto al Universus, también está conformado por un parámetro pasivo (la
energía oscura) en un valor cercano al 75 % (el número exacto es de un 73 %.de
energía oscura).
Finalmente, estudiaron la capacidad de memoria del par de redes, esto es, la
medición y el monitoreo del flujo de data dentro de ellas. Incluso, en este apartado,
también existen semejanzas. El cerebro soporta 2,5 Petabytes. En contraposición, la
red cósmica almacena unos nada desdeñables 4,3 Petabytes.

Si nos atenemos a estos resultados, se hace más que evidente apreciar al


Universo como un tipo de cerebro (por tanto, debería disfrutar de alguna clase
de mentalidad), aunque uno sumamente inverosímil...

Para interpretar correctamente las visiones (de los investigadores) esbozadas


en nuestro trabajo y lo que próximamente se planteará en las siguientes páginas, se
hace necesario suministrar el concepto del Universo. Y lo haremos apenas con un
vocablo: El Universo es Espacio.

Empero, facilitemos la definición: El Espacio contiene todo. O sea, todo es


Espacio: Partículas, materia, energía, luz, sonidos, calor, electricidad, radiaciones,
rayos cósmicos, fuerzas, movimientos, inteligencia, magnetismo, tiempo y vida, entre
muchos otros. En fin, el Espacio es... Todo. Así, el Espacio es el Cosmos (la
Totalidad).

El Espacio es el Individuo –entidad unitaria por naturaleza–, vale decir,


indivisible: Su verdadera identidad es «El 1». Por lo tanto, no se puede pretender
“dividir al tiempo del Espacio”, intentar en vano “separar al Espacio de la materia” o
concebir al “Espacio como algo distinto de la energía”. Tal como afirmamos en el
previo párrafo: En última instancia, todas las cosas son Espacio. Ello nos conduce a
la concepción filosófica del monismo, exponente de la existencia de solamente una
sustancia en el Universo, de la cual se deriva todo. El resto de las manifestaciones de
la susodicha sustancia no serían más que singularidades de ésta. Precisamente, para
el Cosmólogo Francisco Aniceto Lugo, los gigantescos cuerpos astrales (caso de las
estrellas) no son más que insignificantes aspectos, intumescencias o accidentes del
sensacional Espacio. Al respecto, un ejercicio imaginativo nos permitirá comprender la
situación. Supongamos un océano interminable de agua líquida. Ese representaría al
Espacio, la sustancia única. Ahora, visualicemos a ciertas regiones del agua
congelándose: Esas serían la materia. De esta manera, por ejemplo, uno de nuestros
icebergs haría el papel de un astro.

Asimilada la verdadera naturaleza del Cosmos, podemos en este punto de la


disertación pasar a abordar la cuestión del Espíritu Universal.

A escala microscópica y a escala estelar se ha constatado la existencia de un


ánima ordenador, un intelecto ubicuo, quien no es más que Espacio omnipresente. Es
importante acotar que tanto esta Mente como el Espacio son intangibles,
convirtiéndolos de facto en entes indiferenciados: No es posible afirmar tajantemente
que la Lógica está aquí y el Spatium allá, disgregados el uno del otro. Ello nos lleva a
pensar en ambos como componentes mezclados, revueltos, amalgamados, fundidos,
reunidos, diluidos, enredados, fusionados; superpuesto el uno al otro (¿y así cómo
distinguirlos?).

El maridaje esbozado en la anterior línea consiste en la dificultad –imposibilidad


diríamos nosotros– de fraccionar a la Razón del Vacío Cuántico, tópico también
apreciado en la lectura de los escritos del Astrónomo y Filósofo Francisco Aniceto
Lugo. En la página 33 del libro «El Hombre ante El Universo. Un Mensaje de Progreso
para la Humanidad» (impreso en 7 de Abril de 1.960 por talleres Artes Auxiliares del
Libro; Editorial Exclusivas Ferma; hecho en Barcelona, España) le adjudica al Espacio
el rol de fuente matriz del Cosmos (el inicio de cualquier expresión física o corpórea,
pues). En tanto que en la página 53 de la citada pieza literaria transcribe la cuestión
según la cual para los Filósofos del Idealismo la Imaginación es la primera causa. De
nuevo, surge el coco: ¿Cómo pueden la Imaginación y el Espacio ser divergentes
entre sí cuando los dos son el origen?

Pero retornando al temilla de la omnipresencia intelectiva, examinemos el


mundillo aledaño a lo nanométrico y el nivel sideral: Cuando un tejido biológico se
somete al escrutinio con la asistencia de un microscopio, encontraremos como el
Espacio adquiere la silueta de la célula. El contorno de una célula es simétrico, revela
organización, como si una voluntad caprichosa le hubiese efectuado ese proceso
formativo. Igualmente, a escala extra-galáctica sucede el mismo evento... Verbigracia,
se forma literalmente un cuerpo en forma de alambre o cabello humano largo,
constituido por decenas de miles de galaxias: El Filamento Galáctico. Evidentemente,
hay una brecha separativa entre galaxia y galaxia, lo cual verifica la ubicuidad de
una Mente, así como también, la existencia de esta Mente, valga la redundancia.
Además, la omnipresencia mental se encuentra ratificada por el hecho de acuerdo al
cual los objetos no están fijos en un lugar en particular, ya que el dizque “Vacío”
desplaza los cuerpos celestiales tales como estrellas y galaxias (¿por qué el Spatium
privilegiaría un sitio en específico?), movimiento del Espacio también demostrado por
la Ciencia (la Astronomía).

Ante esta innegable realidad, nos queda formular las consecuentes igualdades:

El Ser = Conciencia Ubicua = Conciencia Espacial = Conciencia Cósmica = Espacio

El Espacio Ubicuo = El Ser Universal = El Alma Absoluto = El Cosmos = Todo

En este sentido, el mal llamado “Vacío” crea, ordena y mantiene estructuras


complejas –cuyas formas exhiben simetría, para más señas– como lo son las galaxias.
De manera semejante, el Espacio genera vida en su faceta biológica. Ello evidencia
que es inteligente. No obstante, ¿de dónde proviene esta deducción sobre el matiz
mental del Espacio Mega-galáctico?

EL ESPACIO ES INTANGIBLE. EL ÁNIMA TAMBIÉN ES


IMPALPABLE. ¿CÓMO DIFERENCIARLOS? ¿CÓMO SUSTRAER
EL UNO DEL OTRO?
Figura 1.

Esta es la solución: El Espacio posee cualidades psíquicas como, por


ejemplo, el agrupamiento o apelotonamiento y la planificación, binomio que a
continuación detallaremos:

Agrupamiento/Amontonamiento/Aglomeración/Aglutinamiento. Este hecho natural se


cristaliza en cualquier tamaño que escojamos: Los electrones se juntan en torno al
núcleo protónico para formar un átomo; las moléculas se reúnen para darle forma a un
cuerpo como una roca; las estrellas se unen en torno a su núcleo para crear una
galaxia. Y más allá... Inclusive, se crean objetos (la piña, el girasol, la concha del
caracol y el cuerpo humano) cuya geometría tiene incorporada a Fi (1,62), un número
asociado con la vida. Justamente, el testimonio escrito de la revista «Quanta» relata
cómo los Físicos John Learned y William Ditto descubrieron el número áureo en la
razón entre un par de frecuencias de los pulsos de iluminación del sol KIC 5520878.
En realidad, muchísimas estrellas presentan esta relación entre sus dos frecuencias
de ciclos lumínicos. Del mismo modo, contamos con galaxias espirales cuya
apariencia se guía por el número Fi.

¿Bastan el mero cuarteto de fuerzas fundamentales pregonados por la Ciencia


para dar respuesta a la aparición de estas estampas intelectivas? ¿Cómo se unen las
piezas del rompecabezas de la materia? Estos patrones inteligentes en nada son
gobernados por el azar... Definitivamente, hay una volición que impone a un objeto
una determinada figura o forma intencionada.... Aunque sea intocable, no la
notemos. Vinculado a este ángulo del tema, el Profesor Lugo, en las páginas 131-132
del tratado arriba citado, asienta que cuando la Física es insuficiente o se ve
desbordada para dilucidar un proceso natural, se deberá admitir la posibilidad del
proceder del Nóumeno.

Planificación. «En toda la Naturaleza, el Cosmos o el Universo se destaca una


planificación total, que afecta a todos los fenómenos, que rige todo lo existente,
pequeño o grande, dentro de una admirable unidad en que todos los seres y las cosas
están íntimamente asociados, aunque aparentemente nos den la impresión de que se
hallan separados. Esto es o forma una corriente de gran jerarquía, que domina todo el
Mundo, todo cuanto existe y que se advierte fácilmente en cualquier fenómeno, o serie
de fenómenos, y su presencia es de tal significación, que se necesita estar ciego para
no advertirla.

Esta dirección suprema que observamos en todo el Universo, día a día, minuto
a minuto, bien podría llamarse con toda propiedad la Providencia Cósmica, porque en
realidad es ella la que provee todo, dentro de la gran Planificación Universal, estricta e
irresistible.

Creo necesario advertir que bajo la denominación de Providencia Cósmica no


incluyo ninguna idea religiosa. La denominación la considero muy acertada por cuanto
es ella la que provee todo en el desarrollo incesante del Universo.

Es dentro de esta Planificación Cósmica donde la Conciencia Universal, ejerce


su imperio, recibiendo de aquella planificación, inspiración y poderío. En este sentido,
y ya en términos filosóficos, podría considerarse a la Planificación Universal como el
régimen impuesto por la Esencia Increada, al manifestarse en la concatenación de la
fenomenología.

...Más podemos observar que todo el Universo está planificado: Los astros en
sus órbitas, las plantas y los animales en su vida pujante y en general en todos los
fenómenos de la Naturaleza, ya se los considere por separado, ora en serie» (artículo
«La Creación Mental 1»; página 20 de la revista «Mundo Desconocido»; No 69;
impresa en Marzo de 1.982 en España; editada por MUNDO DESCONOCIDO).

Con estas definiciones facilitadas, es posible explicar cómo se realiza un


análisis del comportamiento del Cosmos. Para cualquier estudio que se dé de un
objeto, proceso o fenómeno es indispensable considerar que no hay nada fuera del
Universo. No se puede estudiar nada fuera del Cosmos. En fin, todo ocurre dentro de
Él... «Rodea a todo pero nada ni nadie lo rodea a Él. Sencillamente, es El Irrodeable».

En el Espacio o Universo hay orden, organización; belleza; armonía;


planificación, previsión; agrupación, apelotonamiento; simetría; asociación; causalidad;
predicción; determinismo; provisión; cuantificación («la totalidad de los cabellos de
ustedes están contados»); geometrización; movimiento; cambio, mutabilidad; ritmo;
energía; vida (signos inequívocos de psiquismo o de la presencia de una inteligencia
intrínseca). También existen leyes lógicas (como las leyes físico-químicas, las cuales
pareciera como si alguien las hubiera fijado a su total arbitrio). Como no existe nada
externo o afuera del Cosmos, luego, el responsable es el propio Cosmos (quien
realmente ejecuta, por ejemplo, las funciones psíquicas de organización y
cuantificación). Se verifica, así, el psiquismo del Universus, valga la repitancia.

Reiteramos: Es imposible establecer la existencia de algo exterior al Universo


(La propia Existencia). Significaría que toda aparición sería Él... Por consiguiente,
como el Espacio genera actividad psíquica, debe ser psíquico; en definitiva: Como sólo
existe Espacio, Él es el autor de cuanta cosa ocurre; si hay inteligencia en el Espacio,
por ende, éste es inteligente... En resumen, ¿de dónde procede la inteligencia? Del
Cosmos, del Espacio. Y si el Espacio produce inteligencia debe ser inteligente, pues
¿cómo lo que origina inteligencia es menos inteligente? Mejor Aún: Es la Inteligencia.

¿QUIÉN IDEA, CREA Y SUSTENTA ESAS FORMAS


SIMÉTRICAS, ORGANIZADAS, ENERGÉTICAS Y DINÁMICAS
COMO LO SON LOS SOLES Y LAS GALAXIAS? EL UNIVERSO,
LUEGO, ÉSTE ES INTELECTIVO.
Figura 2.

En este sentido, la actuación psíquica y la ondulación constante (por un


período eviterno) del Espacio –probada mediante el Efecto de Casimir-Polder–
conlleva a la ¡creación desde átomos hasta murallas galácticas!, lo cual nos demuestra
su genialidad inagotable, su performance perfecto. Aunque si el Espacio –la
Naturaleza– posee información infinita (∞), tal como asoma Grinberg-Zylberbaum,
entonces, es plausible su innata capacidad para la creación de astros.

Para culminar con el artículo, propondremos que el mentalismo espacial


proyectaría las 4i: Inexplicables irradiaciones de índole intelectiva. Serían algo similar
a una especie de fluctuación psíquica capaz de crear las partículas virtuales (la
existencia de estas partículas, que bien podrían calificárseles de “fantasmales”, se ha
comprobado merced al Efecto de Casimir-Polder: Se coloca un par de placas
metálicas situadas paralelamente muy cerca una de otra. Las placas tenderán a
juntarse gracias a la presión ejercida por la presencia de estas espectrales partículas)
y de formar las partículas subatómicas constitutivas de la masa de un objeto. Además,
en general, estas irradiaciones condicionarían el comportamiento de la materia y
conectarían entre sí todos los fenómenos ocurridos en el Cosmos. Podrían enviar
información de un punto a otro del Universo sin importar la distancia. Podrían también
mantener las formas de vida, contribuyendo a su evolución y serían las responsables
de apiñar a las partículas entre sí. Estas vibraciones “inyectarían” psiquis a cualquier
cosa y sustentarían todo... Paralelamente, estas «olas mentales» dotarían de energía
fundamental al Universo físico. Serían invisibles, muy sutiles, poco densas; de alcance
infinito y de una rapidez hiper-lumínica.

Transcrito por Marco Antonio Rango-Ochoa.

https://marango8a.webnode.com.ve/news/coleccion-de-comentarios-cientificos-
sobre-la-cuestion-central-de-la-creadora-conciencia-cosmica-8c/

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