La testosterona es una hormona esteroide que desempeña un papel crucial en el

desarrollo y mantenimiento de características sexuales masculinas en los

humanos y otros vertebrados. En los hombres, los testículos son los principales
productores de testosterona, mientras que en las mujeres, los ovarios y las
glándulas suprarrenales también producen cantidades más pequeñas de esta
hormona.

Entre las funciones de la testosterona se incluyen la estimulación del desarrollo

de los órganos sexuales masculinos durante la pubertad, el aumento de la masa
muscular y la fuerza, la regulación de la producción de esperma y la influencia en
características secundarias como la voz más profunda y el crecimiento del vello
facial y corporal.

Además de su papel en el desarrollo sexual y las características físicas, la

testosterona también afecta aspectos como el estado de ánimo, la energía y la
libido en hombres y mujeres. Su nivel en el cuerpo tiende a disminuir con la edad,
y bajos niveles de testosterona pueden estar asociados con síntomas como fatiga,
disminución del deseo sexual y pérdida de masa muscular.

Es importante destacar que la testosterona también se encuentra en el cuerpo de

las mujeres, aunque en niveles mucho más bajos que en los hombres. Su
equilibrio es crucial para el funcionamiento adecuado del organismo, y cualquier
desequilibrio, ya sea por exceso o deficiencia, puede tener impactos en la salud.
Los médicos pueden medir los niveles de testosterona en sangre para evaluar
posibles problemas hormonales y recomendar tratamientos si es necesario.