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Los ciber-delincuentes están siempre al acecho y cada día buscan nuevas técnicas
para lograr sus fechorías. El robo de dinero es su principal objetivo y la
preocupación primordial de los usuarios en la web, sobre todo cuando se trata de
usuarios que usan el servicio de pago digital y tarjetas de crédito.
A pesar de que estos métodos de pago son bastante seguros, existen varias
posibilidades que permiten a estos delincuentes lucrarse. Entre ellas está
el carding, una práctica actual de micro fraude que cada día se populariza más y
que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) tipifica como delito, ya que
hace referencia al hurto de datos de las tarjetas de crédito de los usuarios.
Este delito que actualmente está de moda entre los ciber-delincuentes, es un tipo
de fraude cibernético en el que pueden falsificar y copiar tarjetas bancarias o
robar información financiera de las tarjetas de crédito o débito, o también de
datos personales que se hayan proporcionado online. Después de sustraer tu
información, acceden a tu dinero y utilizan las tarjetas de forma no autorizada.
La forma en que lo hacen es aleatoria, y se relaciona con las prácticas
de “hacking” y “cracking” que, con ayuda de softwares, crean algoritmos que generan
varias combinaciones y les permite obtener los números de las tarjetas, incluido el
de seguridad.
Puede hacerse online o vía telefónica, pero lo que le caracteriza es que los
importes de las compras no autorizadas serán pequeños pero secuenciales, evitando
levantar sospechas y que sea difícil detectar lo que ocurre.
A las comunidades que se dedican a realizar el carding se les llama BIN, y esto se
debe a que los BIN (Bank Identification Number) son los primeros seis números de tu
tarjeta bancaria, que permite a los bancos identificar el tipo de tarjeta (débito o
crédito).
Estos BIN o bineros son en su mayoría jóvenes que se organizan en redes sociales,
sobre todo en Facebook. Este espacio no solo lo usan para dar consejos sino también
como mercado para vender los datos y hasta paquetes de datos. Lo grave de estos
bineros es que no consideran ilegal la actividad que realizan porque son pequeñas
sumas de dinero, e incluso lo han normalizado.
Son el tipo más común y simple de carding porque no roban tarjetas, sino que
simplemente se aprovechan del método de pago. El detalle es que dependen mucho del
azar, pues el banco tiene números de tarjetas generados, pero no asignados. Por
tanto, deben generar un número de tarjeta que exista y que esté asignada.
Usando malware: algunos de los que usan son los rootkits, troyanos y backdoors,
porque se pueden instalar en el sistema sin permiso y con esto pueden acceder
fácilmente para sustraer los datos y robar tu dinero desde tus cuentas bancarias,
haciendo capturas de tu pantalla cuando entras a internet y grabando las
pulsaciones del teclado.
Usando phishing: te engañan a través de las páginas web falsas que se hacen pasar
por páginas de banco, universidades, tiendas online o cualquier otra institución
legítima. Así pueden obtener fácilmente la información financiera de los usuarios,
brindándoles la “confianza” para revelar sus datos personales y financieros.
Sello confianza online: que realmente exista la compañía, que tenga diferentes
métodos de seguridad y que brinde confianza en los servicios o productos que
ofrecen.
Certificado SSL válido: es una prueba de identidad y es vinculante, suele contener
información con la cual el navegador y el servidor pueden elaborar el cifrado,
evita el phishing, porque no permite suplantar la web de un tercero.
Reputación online: para esto es de utilidad ir a webs donde los usuarios reseñen su
experiencia previa con la tienda, como Truspilot o Scamadviser.
Reputación en redes sociales: observa que tenga bastantes seguidores y que su
contenido sea orgánico a lo largo del tiempo, que tenga bastantes visitas.
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La plataforma que se usa es telegram, "es como una aliada para el ciber crimen.
De: @luvin01
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