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PERSONAJES
SOLDADO PEREZ
SOLDADO ARRIAGA
CAMPESINO JUAN
SOLADADO CARMONA
VARIOS SOLDADOS
ACOTACIONES: VAN CAMINANDO LOS CAMPESINOS JUAN Y PEDRO CARGANDO SU LEÑA Y SU CARGA DE MAIZ Y
EN ECUENTRAN EN EL CAMINO A UN SOLDADO DE LA REVOLUCION MEXICANA
Campesino Juan: buenos días compadre, he compadre a donde va con tanta prisa parece caballo desbocado
Soldado Pérez: ¡Hombre! Que asesinaron a Francisco I Madero, esos gringos hacendados los amigos de Porfirio Díaz
¡le dieron muerte!
Soldado Pérez: Así como lo oyes, lo traicionó Victoriana Huerta, ese hombre es capaz de hacer todo lo posible,
contar de quedarse en el poder
Soldado Pérez: Ira, tal parece que madero prendió la mecha de los que se iban a la revuelta, pero pues no los pudo
controlar
Soldado Pérez: Mira en el plan de San Luis, convocó a los mexicanos para que lucharan en contra del gobierno del
dictador, y les dijo que lucharan por lo suyo, incluso si era posible que tomaran las armas
Soldado Pérez: No compadre, y luego el pueblo encabronado agarro las armas y fue y lo apoyo hasta llegar a la
presidencia, pero ya después le exigieron que cumpliera con sus promesas. Que le quitara de tajo el latifundio y que
le repartiera la tierra a los campesinos
Soldado Pérez: Mira compadre, pero también les prometió a los latifundistas que iba a desarmar al pueblo y también
que iban a conservar sus tierras y dinero y como este no tuvo la mano firme para sofocar a los que estaban
levantando en contra de los ricos. Se lo hecho al plato victoriano huerta
Campesino Juan: Mira espérate compadre, tú estás loco y tu mujer y tus hijos. Tus tierras, las piensas abandonar
Soldado Pérez: Esas tierras son de don Limantur el hacendado. Usted sabe que ni usted ni a mi nos corresponden y
nos pertenecen, de mi mujer y de mis cuatro chamacos ni te preocupes ellos me van ir alcanzar a la plaza del pueblo,
mi mujer se demoró un momento porque quiso llevar unas tortillas
Campesino Juan: Compadre, tus hijos están muy chicos para andar esas cosas son de hombres
Soldado Pérez: Ira compadre si mis hijos ya pueden jalar el arado, pues con mayor facilidad podrán jalar el fusil
Soldado Arriaga: Hora ustedes porque tanta platica, desde arriba los hemos divisado
Soldado Pérez: lo que pasa es que mi compadre no quiere jalar pa la bola, que porque no quiere dejar a su mujer
sola.
Soldado Arriaga: Mire amigo la cosa no está fácil a mí y estos (señalando a sus compañeros) nos dijeron que te
convoque Zapata y ese si es hombre de ley
Soldado Carmona: Sabemos por Otilio Montaño, el maestro de la escuela de la horrible traición que le hizo
Victoriana Huerta a madero
Soldado Arriaga: Mire amigo con el asesinato de Madero queda demostrado que el usurpador de huerta no quiere
dar el poder y no nos queda de otra más que quitárselo a la fuerza. Por eso andamos buscando hombres valientes
que estén dispuestos a llevar la revolución hasta las últimas consecuencias
Soldado Arriaga: Mira amigo las cosas por si solas nunca van a cambiar, los señores dueños de todo, seguirán
utilizando su dinero y sus armas para mantenernos explotados, los cambios serios solo se pueden dar por las
voluntades de los pueblos y por las personas que trabajan como tú, como yo y como todas estas almas que vienen
bajando de todos los cerros
Soldado Pérez: Es por eso que yo voy compadre, para desquitarme de tantas humillaciones y vengarme de esas
cosas canijas que nos hacen a la gente pobre
Soldado Arriaga: La cosa es que no lo piense tanto, tú y todos los que estamos hundidos en la miseria, no tenemos
nada que perder ¡pero si tenemos todo por ganar! Esta revolución es como el tizón que se hecha sobre la paja seca,
tu bien sabes que en la casa grade del hacendado nos tratan peor que sus perros, trabajamos desde las 4 o 5 de la
mañana y no regresamos hasta que el sol se mete y esa injusticia que nuestros hijos no tengan ni frijoles negros para
llevarse a la boca, nuestros hijos sobreviven sin haber llenado nunca sus boquitas, sucios, ignorantes y sin la
posibilidad de vivir una vida de alegría. Por eso es que me voy para la bola, deseando hasta el último de los frijoles
deseando que me lleve hasta la boca. Mi mujer la pobre ya no sonríe, hace mucho que ya no la oiga cantar, su
tristeza y amargura se han metido tan hondo en su pecho, me da rabia e impotencia de no tener la fuerza pa cambiar
esta situación.
Soldado Carmona: Nosotros los pobres ya no podemos esperar más, ha llegado el momento de tomar las armas, ha
llegado la hora de que el pueblo se levante y exija lo que es suyo, nadie de lo que sea la fuerza del pueblo lograra que
prevalezca la justicia social.
Soldado Pérez: Ahora entiendes compadre por qué tanta gente viene bajando del cerro. Contentos, cantando
alegres, con el rostro iluminado soñando que este rumbo lo podemos cambiar
Campesino juan: A que mi compadre, ya casi me convences pues, si tu dices que es lo mejor para nosotros y
nuestros hijos, pues vámonos para la bola
Soldado Pérez: así merito se habla compadre y de la tortilla y del frijol ni te preocupes que en las bodegas de los
hacendados están repletas y esas se las vamos a quitar, para sostener la revolución.
Soldado Arriaga: Vámonos para la bola, llenado los caminos y veredas por igual, con la frente en alto y el corazón
gozoso, llenado todos los puertos y ciudades sombreros y rebosos y todos unidos por un México de libertad
Soldado Arriaga: habrá música y aguardiente para todos que viva la revolución