y cuando pienso en vosotros, se para mi mundo, se congelan las horas, y se prenden mis sentidos.

es entonces cuando reboso de energía y cuando empiezo a sentir to’ buena vibra.

pero en la pantalla de mi iphone azul, se enciende un adiós, con un “quédate” resonando de fondo, pero
con un sad wind que rompe hasta los huesos.

un amor de vampiro que terminó cebao, con más de 113.000 almas enterradas bajo un camino de
vuitonn roses, gritando “kelejodan” a las paredes de ese cabaret vacío.

aunque es cuestión de poca suerte, supongo que el destino lo tenía entre sus planes, porque cuando
dijisteis “va a doler”, no pudisteis haberlo descrito mejor.

muchos me dicen “qué más dará”, pero a mí me suda la polla lo que piensen, si yo solo pienso en el
poema que os regalaría por haber iluminado mi vida.

decidme dónde os espero, porque pisaré el acelerador hasta que queme, escuchando en la radio vuestra
canción de pop, conduciendo entre las calles bajo luces de neón, solo por veros otra vez, y daros un
último beso, que para mí será el primero.

sé que en unos meses diré que hasta mi madre os echa de menos, y que esto se alargará con el tiempo y
pasará a ser una historia de verano, marcada por techno al amanecer y por amigos que me hacen sentir
joven para siempre, porque sí, en verano también se llora.

no os imagináis la de peca2 que cometería pa’ compraros el universo, porque vuestro mítico “pum” que
parte los altavoces, me lleva a Andrómeda y me hace sentir perfecta, mientras deseo que se vengan
todos aquellos que, como hermanos, deseamos que ojalá os vaya bien.

haremos un remember a base de malibú con piña, para olvidar que ahora mismo, dentro está todo roto.

porque qué bonito fue escuchar “si tú supieras” con el alma desgarrada, cuando ya no queda ná de amor
por las esquinas, cuando se desgasta el elixir que creíamos eterno.

yo que no lloro nunca, siempre que lloráis, os lloro, pero independientemente de eso, estos jóvenes to’
locos han nacido pa’ quedarse, y llevaremos tatuado que seremos inmortales