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La arqueología y el Éxodo

por David Lijtman 19/06/2022 5 min de lectura

¿Qué rol tiene la arqueología en la verificación de los


eventos bíblicos?

En el mundo judío hubo muchos debates cuando el rabino David Wolpe de Los
Ángeles declaró que "la manera en que la Biblia describe el Éxodo no es la forma en
que ocurrió, si es que realmente ocurrió".

Wolpe hizo esta declaración ante 2.000 fieles en el Templo Conservador Sinaí, y el
discurso fue comentado en la primera página del periódico "Los Ángeles Times". El
artículo llamado "Dudando sobre la historia del Éxodo", afirma que la arqueología
desaprueba la validez del relato bíblico.

Aunque por lo general la gente no se emociona demasiado con la arqueología, el


debate sobre arqueología y Biblia suele ser apasionado y virulento.

A menudo, la arqueología bíblica se divide en dos campos: los "minimalistas" tienden


a minimizar la precisión histórica de la Biblia, y los "maximalistas", que son la
mayoría y por lo general no religiosos, que tienden a sugerir que la evidencia
arqueológica apoya la historicidad del texto de la Biblia.

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Siendo una ciencia, debemos entender qué es la arqueología y qué no es.

Al analizar un mismo objeto, dos arqueólogos


prestigiosos con frecuencia arribarán a
conclusiones diferentes, particularmente cuando el
ego y las creencias políticas y religiosas son parte
de la ecuación.

La arqueología tiene dos componentes: la excavación de artefactos antiguos, y la


interpretación de los mismos. Mientras que el componente de la excavación requiere
una habilidad más mecánica, el componente de la interpretación es muy subjetivo. Al
analizar un mismo objeto, dos arqueólogos prestigiosos con frecuencia arribarán a
conclusiones diferentes, particularmente cuando el ego y las creencias políticas y
religiosas son parte de la ecuación.

En el campo subjetivo de la arqueología bíblica, cualquiera que haga una afirmación


absoluta como "la arqueología ha probado…", probablemente eligió una postura y no
está presentando todas las opciones. Cuando la periodista Teresa Watanabe, de "Los
Ángeles Times", escribió que "el rabino simplemente le dijo a su congregación lo que
los eruditos han sabido durante más de una década" (el énfasis fue agregado), ella
reveló su propia tendencia en contra de la Biblia.

LA HISTORIA, ANTES Y AHORA

Sin embargo, es cierto que hay escasa documentación egipcia sobre el período del
Éxodo. ¿Por qué?

Tenemos que entender la actitud que tenía el mundo antiguo sobre el registro de la
historia. La gran mayoría de las inscripciones encontradas en el mundo antiguo
tienen una función específica: glorificar las acciones del rey y demostrar su poderío
militar.

El primer "historiador" objetivo conocido, de acuerdo con nuestra definición moderna


del término, es el escritor griego Heródoto. Por lo general, se lo considera como el
"padre de los historiadores" por su intento de compilar un registro histórico
desapasionado de la guerra entre los griegos y los persas. Abraham vivió en el siglo
XVIII AEC, y la historia del Éxodo data del siglo XIII AEC, 800 años antes de Heródoto.

Esto no significa que las civilizaciones antiguas no hayan registrado los eventos, sino
que el objetivo de esos registros era más para propaganda que para crear un registro
histórico objetivo.

El Museo Británico de Londres expone inscripciones de los muros del palacio de


Sanjeriv, el emperador asirio. Estas muestran escenas de las campañas militares de
Sanjeriv en el siglo VIII AEC, incluyendo descripciones gráficas de enemigos
derrotados (decapitados, empalados, etc.). Sanjeriv mismo es representado como
alguien más grande que la vida.

Pero en esas inscripciones falta un elemento: ¡no hay asirios muertos! Eso es
consistente con el estilo "histórico" de la antigüedad: los eventos negativos, los
fracasos y los defectos no se describen. Cuando una nación sufre una derrota
vergonzosa, por lo general encubre los errores y destruye la evidencia.

Esta idea tiene ramificaciones importantes para la arqueología y el Éxodo. Lo último


que los antiguos egipcios hubieran querido registrar es la vergüenza de ser
completamente destruidos por el Dios de una débil nación esclava. ¿Acaso los
egipcios iban a querer preservar detalles de la destrucción de sus campos, sus
rebaños y sus primogénitos, además de la muerte del faraón y de todo el ejército
egipcio en el Mar de los Juncos?

En otras palabras, no podemos esperar encontrar una atención prominente a la


humillación que Moshé le propinó al faraón, incluso si esto ocurrió.

La Torá es única entre toda la literatura antigua


porque describe a su pueblo tanto en la victoria
como en la derrota.

En un gran evento, la batalla de Kadesh en el Río Orantes entre los hititas y el faraón
egipcio Ramsés II, ambos pueblos registraron haber tenido una importante victoria y
la describen como tal.

Interesantemente, la Torá es única entre toda la literatura antigua porque describe a


su pueblo tanto en la victoria como en la derrota. Los judíos, y a veces sus líderes,
son presentados como rebeldes, quejosos, constructores de ídolos y, sí,
descendientes de esclavos.

Esta descripción objetiva le brinda a la Torá gran credibilidad. Como dijo el escritor
Israel Zangwill: "La Biblia es un libro antisemita. Israel es el villano, no el héroe de su
propia historia. Única entre las epopeyas, la Torá busca la verdad, no relatos
heroicos".

EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO INCOMPLETO

El proceso arqueológico es tedioso y costoso. Hasta la fecha, sólo se excavó una


pequeña fracción de los sitios relacionados con la Biblia.

Este escaso registro arqueológico implica que cualquier conclusión está basada en
la especulación y la proyección. La arqueología sólo puede probar la existencia de
los objetos desenterrados, no desaprobar lo que todavía no ha sido encontrado. La
ausencia de evidencia no puede ser entendida como evidencia de ausencia.

Sin embargo, esto no ha evitado que algunos arqueólogos hagan afirmaciones


audaces. En los años 50, la arqueóloga de renombre mundial Kathleen Kenyon
excavó una pequeña sección de Jericó, buscando restos de población del tiempo de
la conquista de la tierra a manos de Iehoshúa, en 1272 AEC. Ella no encontró ninguna
evidencia y, en base a ello, concluyó que la Biblia era falsa.

El problema es que Kenyon sólo excavó una pequeña parte de Jericó y basó su
conclusión en esa información limitada. En la actualidad, si bien la controversia
continúa existiendo, muchos arqueólogos afirman que hay clara evidencia de que
Jericó estuvo habitada en la época de Iehoshúa.

La arqueología es una ciencia nueva, y los registros están lejos de ser completos.
Recién estamos comenzando a arañar la superficie.

ERRORES TEXTUALES

El "Times" comete otros errores, como leer el texto bíblico sin el acompañamiento de
la explicación talmúdica. Por ejemplo, al tratar de demostrar inconsistencias en la
Biblia, el "Times" dice: "Un pasaje de Éxodo dice que los cuerpos de los cocheros del
faraón se encontraban en la costa, mientras que en el versículo siguiente dice que se
hundieron en el fondo del mar".
Rashi, el preeminente comentarista bíblico, explica que después de que se ahogaran,
el mar arrojó a los egipcios a la costa para que el pueblo judío tuviera consuelo al
saber que sus enemigos no volverían a perseguirlos (Éxodo 14:30).

La credibilidad del artículo del Times es erosionada aún más cuando cita a otro
rabino de Los Ángeles que afirma equivocadamente que no importa "si nosotros [los
judíos] construimos o no las pirámides".

Pero como dice claramente en Éxodo 1:11 y en la Hagadá de Pésaj, los judíos
"construyeron las ciudades depósito de Pitom y Ramsés". Los judíos nunca
construyeron pirámides; ellas fueron construidas en el 2500 AEC, unos 1.200 años
antes del Éxodo.

LAS BASES DE NUESTRO PUEBLO

"Los Ángeles Times" afirma que "la mayoría de los congregantes, así como los judíos
seculares y muchos rabinos entrevistados, dicen que si el Éxodo fue o no cierto
históricamente es casi irrelevante".

Nosotros no estamos de acuerdo. La verdad del texto es precisamente lo más


importante. Al atacar la veracidad del Éxodo y reducirlo a una mera fábula, esos
rabinos eliminan el principio judío más básico de los últimos 3.300 años.

Los Diez Mandamientos declaran desde el comienzo: "Yo Soy Hashem, tu Dios".

Pero eso es sólo la mitad de la historia. Una lectura completa del versículo muestra
cómo la creencia en Dios se predica sobre la base de la experiencia del Éxodo: "Yo
Soy Hashem, tu Dios, Quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre"
(Éxodo 20:2).

El pueblo judío sobrevivió miles años, en contra de todas las probabilidades, porque
supo claramente la verdad de la Torá. Cuando los judíos en las Cruzadas eligieron ser
quemados en la estaca antes que convertirse, no se adhirieron a una fábula débil.
Sugerir otra cosa es un insulto a los millones de judíos que murieron por nuestras
creencias.
Este artículo forma parte de una serie. Argumentos a favor y en contra de la
historicidad de la Biblia se pueden encontrar en "La arqueología y la Biblia".

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Sobre el Autor

David Lijtman

Rav David Lijtman es originario de Long Island, Nueva York. Tiene un título en
Religiones Comparadas y Filosofía de la Universidad de Queens, Nueva York. Recibió
ordenación rabínica en la Ieshivá Bircat Reubén en Brooklyn, y fue rabino en la
congregación de Calgary, Canadá, durante cinco años. Actualmente da clases en la
Ieshivá Aish HaTorá, en el Executive Learning Center y en el seminario Discovery.
También es el director del proyecto Jazón, el programa de kiruv israelí de Aish.

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