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EFIP I
DERECHO
PRIVADO I

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SUB EJE TEMATICO N° 1


LA PERSONA HUMANA

● DERECHOS Y ACTOS PERSONALISIMOS


CONCEPTO:

Los derechos personalisimos –tambien llamados derechos de la personalidad- son


prerrogativas de contenido extrapatrimonial, inalienable, perpetuas y oponibles
erga omnes, que corresponden a toda persona por su condicion de tal, desde
antes de su nacimiento y hasta despues de su muerte, y de las que no puede ser
privada por la accion del Estado ni de otros particulares por que ello implicaría
desmedro o menoscabo de la personalidad.

Ejemplo de ellos son:

● el derecho al honor, a la intimidad, a la libertad, a la integridad física, a la


vida, al aborto, a la píldora del día después, Eutanasia, Autolesión.
Deportes peligrosos, Ley de sangre (N° 22.990), Trasplantes de órganos
● Disponer del Cadáver, Etc.

Estos derechos subjetivos no sólo tienen reconocimiento expreso en el Código


Civil y Comercial; el derecho supranacional de derechos humanos
constitucionalizado (art. 75 inc. 22 CN) establece las bases fundacionales del
régimen de los derechos personalísimos, toda vez que la dignidad personal como
sus emanaciones (intimidad, imagen, identidad, honor y derechos sobre el propio
cuerpo) son reconocidos de manera explícita en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y en otros instrumentos supranacionales.

NATURALEZA JURIDICA:

Los derechos personalísimos constituyen una inconfundible categoría de derechos


subjetivos esenciales, que pertenecen a la persona por su sola condición humana
y que se encuentran respecto de ella en una relación de intima conexión, casi
orgánica e integral.

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CARACTERES:

● Innatos: Corresponden a la persona desde el origen de ésta.

● Vitalicios: Rigen durante toda la vida de la persona.

● Necesarios: No pueden faltar durante la vida del ser humano.

● Esenciales: Representan un mínimo indispensable, para el contenido de la


personalidad humana.
● De objeto interior: Las manifestaciones de la persona que corresponden a
los derechos personalísimos son interiores inseparables de ella. Son modos
peculiares de su ser.
● Inherentes: Existe una unión inseparable del objeto respecto del sujeto.

● Extrapatrimoniales carecen de contenido patrimonial pero tienen


repercusión económica o patrimonial en caso de su violación.
● Son relativamente disponibles por las partes pues, de conformidad al
art. 55 del Código Civil y Comercial, se puede disponer de los derechos
personalísimos bajo ciertas condiciones: que medie consentimiento por el
titular de los derechos, que éste no sea contrario a la ley, la moral o las
buenas costumbres.
Asimismo, prevé que el consentimiento no se presume, es decir que debe
otorgarse en forma clara, ya sea expresa, tácita, o incluso por vía de
silencio, y “es de interpretación restrictiva, y libremente revocable”
● Absolutos: Son oponibles erga omnes. En todas las demás personas
recae una obligación pasivamente universal, en el sentido de que es deber
de ellas respetar las facultades del sujeto.
● Autónomos: Es una especial categoría de derecho subjetivo, diferente de
todos los demás.

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● ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS

CONCEPTO
Desde el momento mismo de su nacimiento con vida, la persona tiene una serie
de atributos que no vacilamos en calificar de inherentes a la personalidad, “una
serie de cualidades o circunstancias que hacen a la esencia de su
personalidad y que la determinan en su individualidad”.

Estos atributos de la persona humana son: capacidad, nombre, estado y domicilio.


A toda persona individual le es inherente la capacidad, cualidad que la distingue
como sujeto potencial de derechos y deberes; el nombre que la individualiza, el
estado que la sitúa en el medio familiar en el que se desenvuelve y el domicilio
que la sitúa jurídicamente en un lugar determinado.

NATURALEZA

Los atributos no son derechos ni deberes, sino “cualidades inherentes a la


calidad de la persona” que no se adquieren luego, sino que son contemporáneos
a la persona, a su existencia, y la acompañan toda su vida protegiéndola e
identificándola.
CARACTERES

A. Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la


persona humana pueda carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la
determinan en su individualidad.
B. Innatos: el hecho del nacimiento con vida hace que adquieran su plenitud.
C. Vitalicios: Se extinguen con la vida de la persona que los detenta.
D. Son indisponibles o inalienables: no pueden ser transferidos, pues están
fuera del comercio.
E. Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el
transcurso del tiempo.

NOMBRE

NOCIÓN

El nombre es el medio de identificación de las personas en la sociedad. Es el


atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está compuesto
por el prenombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido. El primero es la
forma de designación de un individuo y se adquiere por su inscripción en el
Registro Civil; el segundo es una designación común a todas las personas
pertenecientes a una familia.

REGIMEN LEGAL

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Reglas concernientes al prenombre.


ARTÍCULO 63.- La elección del prenombre está sujeta a las reglas siguientes:

a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para
tal fin; a falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la
autorización al otro; en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el
Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas;
b) no pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres,
primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco
pueden inscribirse prenombres extravagantes;
c) pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes
autóctonas y latinoamericanas.

Reglas relativas al apellido.


Es dable señalar que el APELLIDO, nombre familiar o patronímico, es la
designación común a todos los miembros de una misma familia, que, unido al
prenombre, identifica a la persona humana, conformando su nombre propiamente
dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar, pues cada individuo lleva el
apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de
alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo
realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido
de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar
el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que un mismo matrimonio
tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se haya decidido para el
primero.

Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste
lleva el apellido de ese progenitor.

Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla


establecida para los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer
apellido de alguno de los cónyuges.

Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el


orden de los apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea
el interés superior del niño.

Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se


establece que debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas con el apellido que esté usando o, en su defecto, con
un apellido común (art. 65) o bien, si la persona tiene edad y grado de madurez
suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido que esté usando (art. 66).

Apellido de los cónyuges.

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Por otro lado, en relación al apellido de los cónyuges, el art. 67 dispone:


“Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la
preposición “de” o sin ella”.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice
a conservarlo.

El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no
contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (art. 67).
Como se advierte, en materia de apellido y matrimonio, el Código posibilita a que
cualquiera de ellos pueda utilizar el apellido del otro con o sin la preposición “de”.

Cambio del prenombre y del apellido

El principio general en materia de nombres es la inmutabilidad, esto significa que


una vez impuesto el nombre no puede ser modificado.

ARTICULO 69.-Cambio de nombre. El cambio de prenombre o apellido sólo


procede si existen justos motivos a criterio del juez.
Se considera justo motivo, de acuerdo a las particularidades del caso, entre otros,
a:
a) el seudónimo, cuando hubiese adquirido notoriedad;
b) la raigambre cultural, étnica o religiosa;
c) la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su
causa, siempre que se encuentre acreditada.
Se consideran justos motivos, y no requieren intervención judicial, el cambio de
prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y apellido
por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o
supresión del estado civil o de la identidad.

El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley
local, con intervención del Ministerio Público”, debiendo “publicarse en el diario
oficial una vez por mes en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las
oposiciones y se soliciten informes respecto de “las medidas precautorias que
existieren con relación al interesado”. Una vez inscrita en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a terceros.

ACCIONES DE PROTECCIÓN.

El Código Civil y Comercial prevé:

“Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa
de su nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea
reconocido y se prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe
ordenar la publicación de la sentencia a costa del demandado;

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b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese
uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de
fantasía, si ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.

En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede
disponer la publicación de la sentencia.

Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha


fallecido, por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los
ascendientes o hermanos.”

Así, las acciones para proteger el nombre son tres:

- LA ACCIÓN DE RECLAMACIÓN O RECONOCIMIENTO DEL NOMBRE:


Procede cuando el nombre (nombre de pila, apellido o ambos) que una
persona legítimamente tiene derecho a portar es desconocido o negado por
un tercero o cuando se le desconoce a una persona el derecho que tiene de
imponer un nombre a otra. Ej. adolescente en caso de reconocimiento o
adopción. • Se ejerce por el titular del derecho al nombre. • Pretende el
reconocimiento del nombre que tiene derecho a llevar y el cese de la actitud
obstativa del tercero que impide su uso legítimo

- LA ACCIÓN DE IMPUGNACIÓN, O USURPACIÓN DEL NOMBRE:


Procede cuando una persona utiliza como seudónimo como seudónimo e
ilegítimamente un nombre ajeno.
Requisitos:
a) Uso ilegítimo o arbitrario del nombre de otra persona.
b) Que la acción sea ejercida por el titular legítimo del nombre usurpado.
c) Existencia de un interés, interés, no se requiere perjuicio efectivo (sería si
presupuesto de la acción por daños).
Su objetivo es lograr que la sentencia prohíba al demandado continuar con
el uso de dicho nombre. Por tratarse de obligación de no hacer y por tanto
no susceptible de ejecución forzada, podría caber la imposición de
astreintes. Eventualmente la sentencia decidirá además la reparación de
daños y perjuicios. Ej. caso de Florencia de la V

- LA ACCIÓN DE SUPRESIÓN DEL NOMBRE: debe mediar un uso


indebido por parte del demandado del nombre de otra persona para
individualizar una cosa o un personaje de fantasía y dicho uso provocar un
perjuicio material o moral. El efecto de la sentencia es el cese de dicho uso
indebido.

Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece


que el titular exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida
por sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los
ascendientes o hermanos.

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DOMICILIO

NOCIÓN

El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun


cuando no actúe necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar
que la ley fija como asiento o sede de la persona para la producción de
determinados efectos jurídicos.

CLASES

Como veremos seguidamente existen distintas clases de domicilio, el domicilio


general y el especial.

El domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona


que representa su indispensable asiento o sede legal para el ejercicio de sus
derechos y cumplimiento de sus obligaciones.

Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real, que es
la efectiva residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer
allí. El domicilio general sea legal o real, es necesario, ya que no puede faltar en
ninguna persona y es único ya que una persona no puede tener más de un
domicilio general.
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es
modificable, ya sea por cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un
menor que cumple la mayoría de edad pasa de domicilio legal a domicilio real) o
por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una persona que es designada
en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia de
domicilio real a domicilio legal).

El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana


tiene su residencia habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o
económica, lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las
obligaciones emergentes de dicha actividad.

Para que se configure el domicilio real el CCyC requiere habitualidad en la


residencia. Esta característica requiere de dos elementos fundamentales: el
corpus efectiva residencia y el animus la intención de permanencia.

CARACTERES:
Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona, es voluntario,
pues sólo depende de la voluntad del individuo, y, además, es de libre elección e
inviolable (art. 18 CN).

El domicilio Legal
El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume,
sin admitir prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para
el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.

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Así, prevé los casos de personas que tiene domicilio legal:


a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben
cumplir sus funciones, no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple
comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar que lo están
prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no
tienen domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.

CARACTERES:
Este domicilio es forzoso, en tanto la ley lo impone independientemente de la
voluntad del interesado; es ficticio, pues el sujeto puede no estar allí presente; es
excepcional y de interpretación restrictiva, pues sólo funciona en los casos
previstos por la ley; y es único, en tanto es una clase de domicilio general u
ordinario.

Domicilio Especial:

Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no
es un atributo de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones.

El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de


los derechos y obligaciones que de él emanan (art. 75).

Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas
determinadas, es decir, tiene eficacia sólo para aquellas relaciones jurídicas para
las que ha sido instituido. Es elegido libremente por las partes y el domicilio
convenido tiene fuerza de ley para los contratantes, es decir que tiene efecto
vinculante, salvo que, por acuerdo común de partes, lo modifiquen.

Este domicilio es temporario en principio y se termina cuando la situación finaliza.


Por eso no se puede decir que éste sea un atributo de las personas, sino que
puede faltar. Un ejemplo de domicilio especial es, en el caso de las sociedades
que poseen este tipo de domicilio, el de la jurisdicción en el que se encuentra
constituida; además pueden tener una sede diferente donde funciona.

El domicilio especial participa de los siguientes caracteres:


a) no es necesario, pues la persona puede no tener constituido domicilio
especial alguno;
b) puede ser múltiple, porque la persona puede tener varios domicilios
especiales;
c) es voluntario, convencional, transmisible tanto a los sucesores
universales como a los singulares.

CAPACIDAD

NOCIÓN

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La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se


expuso anteriormente, este atributo forma parte del concepto mismo de persona;
la capacidad de derecho siempre está presente.
“La capacidad es el grado de aptitud que el ordenamiento jurídico reconoce a las
personas para ser titular de derechos y deberes jurídicos y para el ejercicio de las
facultades que emanan de esos derechos o el cumplimiento de las obligaciones
que implican los mencionados deberes”.

CLASES

La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la


persona– puesto que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que
consiste en la aptitud de las personas físicas para ejercer por sí mismas los actos
de la vida civil.

CAPACIDAD DE DERECHO

El artículo 22 del CCCN define la capacidad de derecho:

“Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados.”

Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda persona
humana para ser titular de derechos y deberes jurídicos.

CAPACIDAD DE EJERCICIO

Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé:

“Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las
limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial”.

La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo.

La capacidad tiene los siguientes caracteres:


a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden
ser modificadas por voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a
la capacidad son la excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.

ESTADO:

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El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la


posición o rol que ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil,
o en una familia, por ejemplo estado de padre, de hijo, etc.

Caracteres:
El estado participa de los siguientes caracteres:
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden
público; no pueden ser modificadas por la voluntad de los
interesados;
b) oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de
una persona le corresponde el de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible;

Efectos:

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● PERSONAS POR NACER

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IMPORTANCIA JURÍDICA DE LA CONCEPCIÓN

El artículo 19 del Código Civil y Comercial prevé:

“Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la


concepción”.

De conformidad al mencionado artículo, la concepción determina el momento a


partir del cual se es persona, es decir que el sujeto tiene personalidad jurídica y
goza de protección de la ley.

Así, el Código Civil y Comercial subsume el concepto de vida humana con el de


persona en el sentido técnico del término, reconociendo su comienzo en el
momento mismo de la concepción. De esta manera, se considera que hay persona
durante todo el proceso de gestación: desde su inicio hasta el nacimiento y, luego,
habrá persona humana desde ese instante hasta la muerte. En igual línea, Vélez
Sarsfield declaraba en la nota a su art. 63, que “las personas por nacer, no son
personas futuras, pues ya existen en el vientre de la madre”.

Ahora bien, esta solución no podría haber sido diferente a la adoptada, toda vez
que el art. 4.1 del Pacto de San José de Costa Rica, establece: “... Toda persona
tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y,
en general, a partir del momento de la concepción…”.

El dispositivo de jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 CN) asigna tutela jurídica a


la vida humana desde este momento de la concepción. Así se visualiza con
claridad que, bajo el enfoque de la jerarquía normativa, de conformidad a la pauta
del art. 31 de la CN, la asignación de personalidad al ente natural no puede ser
ubicada por nuestra legislación común, en momento posterior a éste.

Lo propio puede afirmarse sobre la Convención de los Derechos del Niño, que en
su art. 1°, establece que “niño” es todo ser humano menor de dieciocho años de
edad. Con respecto al comienzo de la vida, la Convención nada aclara, pero sí lo
hace la ley 23.849 –la de ratificación del Tratado–en su art. 2, el cual declara que,
con relación al artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño, la
República Argentina entiendo por niño a todo ser humano desde el momento de la
concepción y hasta los 18 años. Repárese que lo que goza de jerarquía
constitucional es el texto de la Convención junto a la ley de ratificación porque,
como bien lo señala el art. 75 inc. 22 de la carta magna, cada Tratado adquiere
jerarquía constitucional “en las condiciones de su vigencia”, incluyendo así a la

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ratificación como una unidad que debe ser considerada de ese modo a la hora de
valorar las disposiciones con jerarquía constitucional.

ARTICULO 20.-Duración del embarazo. Epoca de la concepción. Epoca de la


concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo fijados para la duración del
embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo del
embarazo es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta, excluyendo el día del
nacimiento.

Siendo el momento de la concepción clave para el reconocimiento de derechos y


obligaciones en el campo del derecho civil, la legislación se interesa por
determinar cuándo comienza y, a la vez, entender que desde ese momento —la
concepción— se da inicio a otra situación o estado: el embarazo.
El CCyC sigue la postura adoptada por la legislación civil anterior que establece,
iuris tantum, un plazo máximo y mínimo de duración del embarazo. Así, un
embarazo no puede durar más de 300 días ni tampoco menos de 180 días, salvo
prueba en contrario. Este lapso se cuenta sin contabilizar el día del nacimiento.
Sucede que si se pretende establecer un lapso temporal determinado, también se
debe dejar en claro si se computa o no el día del nacimiento, dejándose en claro
—como lo hacía el art. 77 CC— que este no debe tenerse en cuenta a los fines del
cómputo en cuestión.
Esta modalidad en cómo se computa el plazo de embarazo y su íntima relación
con la época de la concepción, se debe a que se carece de certeza sobre el día en
que ocurre la concepción —sinónimo de anidación—. Es por ello que se toma
como parámetro un dato fáctico ineludible: el día del nacimiento. Es desde allí —
sin contar ese día— que se debe contabilizar los 300 días como plazo máximo de
embarazo o 180 días como plazo mínimo.
Como se trata de una normativa que no ha traído ninguna controversia, el CCyC
mantiene en esencia el derogado art. 77 CC. Por otra parte, esta disposición no se
encuentra afectada ni condicionada por el debate en torno a qué se entiende por
concepción cuando se trata de personas nacidas del acto sexual o del uso de las
TRHA; siendo que el plazo será el mismo, a computarse desde el nacimiento del
niño y para atrás, a los fines de conocer cuál es la duración del embarazo.
De conformidad con el principio general que introdujo la ley 23.264 —que todas
las presunciones en materia filial son iuris tantum—, el CCyC mantiene el mismo
sistema, por lo cual, para toda afirmación relativa a hechos no precisos —como
son la concepción y el embarazo—, se establece un determinado lapso temporal,
que lo es siempre y cuando no se pruebe lo contrario.
Como se mencionó al comentar el art. 19 referido al comienzo de la existencia de
la persona humana, la interacción entre concepción y embarazo es de suma
importancia en el CCyC por su refuerzo de la trascendencia de la concepción
como sinónimo de anidación. Sucede que sin concepción-anidación, nunca podría
existir embarazo. En otras palabras, tratándose de técnicas de reproducción
humana asistida, si el embrión no es implantado en la persona jamás se podrá
anidar (concepción) y por lo tanto, no habría posibilidad de embarazo alguno. Solo
transfiriéndose el embrión en la persona se puede relacionar la noción de
concepción con la de embarazo tal como lo hace el articulado en análisis.
El CCyC no introduce modificaciones sustanciales sino que mejora la redacción. El
art. 77 CC, según la ley 23.264, no explicitaba que el plazo mínimo y máximo se

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refería a la época de la concepción. En la nueva redacción, se aclara de manera


expresa que la época de la concepción es el lapso de tiempo que transcurre entre
el plazo mínimo y máximo del embarazo; es decir, entre los 300 días de máximo y
los 180 días de mínimo que sí establecía el CC y que mantiene la legislación civil y
comercial.
Por último, cabe destacar otra modificación de tipo metodológico. El CCyC primero
regula lo relativo al plazo de duración del embarazo y la época de la concepción y,
en el articulado que le sigue (art. 21), la incidencia o importancia del nacimiento
con vida. Por el contrario, en el CC era a la inversa. Se entiende que es más
adecuado o correcto la modalidad que observa la nueva legislación debido al
orden cronológico: primero se debe aludir a las cuestiones referidas a la
concepción y embarazo, y después al nacimiento, siendo esta la secuencia
temporal que acontece en la realidad.

ARTICULO 21.-Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o


implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida.
Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió. El nacimiento con
vida se presume.

● AUSENCIA DE LA PERSONA.

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DEFINICIÓN

Término jurídico que se refiere a la incertidumbre o indeterminación acerca de la


existencia de una persona, sin poderse precisar si está viva o muerta.

El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas
sustantivas y procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al
procedimiento previsto a los fines de obtener tal declaración. El fin último de esta
regulación es la protección del patrimonio del ausente, pues lo que se pretende es
la designación de un curador especial a los bienes para que estos puedan ser
administrados en debida forma mientras dure el estado de ausencia.

PRESUPUESTOS JURIDICOS

AUSENCIA SIMPLE (Art. 79)

“Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin
haber dejado apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado
de éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus
poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el mandato.”.

REQUISITOS:

- La persona haya desaparecido de su domicilio, sin que se tenga noticias


sobre su existencia;
- Haya dejado bienes que exijan protección;
- No haya dejado apoderado o que los poderes del apoderado del ausente
resulten insuficientes o que éste haya incurrido en un desempeño
inconveniente de su mandato.

Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para
peticionar ante el juez competente la declaración de ausencia simple, ni que la
desaparición se vincule con un hecho extremo del cual se presuma la muerte del
ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar, de manera tal que se
adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.

Legitimados:
El art. 80 del CCyC establece que están legitimados para pedir la declaración de
ausencia el Ministerio Público y toda persona que tenga interés legítimo respecto
de los bienes del ausente.

Juez Competente:
Art. 81 CCyC: Es competente el juez del domicilio del ausente. Si éste no lo tuvo
en el país, o no es conocido, es competente el juez del lugar en donde existan
bienes cuyo cuidado es necesario; si existen bienes en distintas jurisdicciones, el
que haya prevenido.
Procedimiento:

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Art. 82: El presunto ausente debe ser citado por edictos durante cinco días, y si
vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al defensor oficial o en
su defecto, nombrarse defensor al ausente. El Ministerio Público es parte
necesaria en el juicio.
Si antes de la declaración de ausencia se promueven acciones contra el ausente,
debe representarlo el defensor.
En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o
adoptar las medidas que las circunstancias aconsejan.

Art. 83.-Sentencia. Oído el defensor, si concurren los extremos legales, se debe


declarar la ausencia y nombrar curador. Para la designación se debe estar a lo
previsto para el discernimiento de curatela.

Funciones del Curador:


El curador sólo puede realizar los actos de conservación y administración ordinaria
de los bienes. Todo acto que exceda la administración ordinaria debe ser
autorizado por el juez; la autorización debe ser otorgada sólo en caso de
necesidad evidente e impostergable.
Los frutos de los bienes administrados deben ser utilizados para el sostenimiento
de los descendientes, cónyuge, conviviente y ascendientes del ausente.

MUERTE PRESUNTA- RÉGIMEN LEGAL. CASOS Y TÉRMINOS.

La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituyen supuestos


jurídicos extintivos de la persona humana. Así, los efectos de la sentencia judicial
que declara el fallecimiento presunto son idénticos a los de la muerte, pero la ley
establece diferencias fundadas en la eventual reaparición del declarado muerto
presunto y en la necesidad de proteger sus intereses.

El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la


noción o los datos del paradero de una persona durante un tiempo prolongado o
porque la persona se haya encontrado en circunstancias en las que se presume
su muerte.

Así, el Código contempla en el art. 85 el caso ordinario y en el art. 86 los


supuestos extraordinarios.

Caso ordinario de Muerte presunta: (Art. 85)

“La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por el
término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado
apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente”.

Casos extraordinarios de Muerte presunta: (Art. 86)

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Se presume también el fallecimiento de un ausente:


a) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto,
acción de guerra u otro suceso semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o
participó de una actividad que implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia de él
por el término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurrió o pudo
haber ocurrido;
b) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se
tuviese noticia de su existencia por el término de seis meses desde el día en que
el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.

Persona Legitimada y Juez Competente:


Art. 87 CCyC: Legitimados. Cualquiera que tenga algún derecho subordinado a la
muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración de fallecimiento
presunto, justificando los extremos legales y la realización de diligencias
tendientes a la averiguación de la existencia del ausente.
Es competente el juez del domicilio del ausente.

Día presuntivo del fallecimiento:

ARTICULO 90.-Día presuntivo del fallecimiento. Debe fijarse como día presuntivo
del fallecimiento:
a) en el caso ordinario, el último día del primer año y medio;
b) en el primero de los casos extraordinarios, el día del suceso, y si no está
determinado, el día del término medio de la época en que ocurrió o pudo haber
ocurrido;
c) en el segundo caso extraordinario, el último día en que se tuvo noticia del
buque o aeronave perdidos;
d) si es posible, la sentencia debe determinar también la hora presuntiva del
fallecimiento; en caso contrario, se tiene por sucedido a la expiración del día
declarado como presuntivo del fallecimiento.

Efectos de la declaración de Muerte presunta:

Efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.

ARTICULO 91.-Entrega de los bienes. Inventario. Los herederos y los legatarios deben
recibir los bienes del declarado presuntamente fallecido, previa formación de inventario. El
dominio debe inscribirse en el registro correspondiente con la prenotación del caso;
puede hacerse la partición de los bienes, pero no enajenarlos ni gravarlos sin autorización
judicial.
Si entregados los bienes se presenta el ausente o se tiene noticia cierta de su existencia,
queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de
aquéllos a petición del interesado.

Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el


testamento que hubiese dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios
deben recibir los bienes del declarado presuntamente fallecido, previo inventario.
El dominio se inscribirá en el registro correspondiente (Registro de la Propiedad,

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Registro de la Propiedad del Automotor) con la prenotación del caso, a nombre de


los herederos o legatarios que podrán hacer partición de los mismos, pero no
enajenarlos ni gravarlos sin autorización judicial.

Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene noticia cierta
de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a
la devolución de aquéllos a petición del interesado.

La conclusión de la prenotación se encuentra regulada en el art. 92. Éste prevé


que la prenotación queda sin efecto transcurridos cinco años desde la fecha
presuntiva del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de la persona.
Desde ese momento puede disponerse libremente de los bienes, es decir que los
herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.

ARTICULO 92.-Conclusión de la prenotación. La prenotación queda sin efecto


transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años
desde el nacimiento de la persona. Desde ese momento puede disponerse libremente de
los bienes.

Efectos sobre el matrimonio:

Según el art. 435 inc.“b”, la declaración de ausencia con presunción de


fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro
cónyuge podrá contraer nuevo matrimonio.

Reaparición del presunto muerto:

Ahora bien, si el ausente reaparece, puede reclamar:


a) la entrega de los bienes que existen en el estado e que se
encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados;
d) los frutos no consumidos.

SUB EJE TEMATICO N° 2

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LA INCAPACIDAD

1. INCAPACIDAD NOCIÓN. CLASIFICACIÓN.

Tal como señaláramos anteriormente, la capacidad es uno de los atributos más


importantes de la persona. Este atributo, como hemos expuesto, forma parte del
concepto mismo de persona, pues la capacidad de derecho siempre está
presente.

Existen diferentes tipos de capacidades: la de derecho, que es atributo de la


persona, y la de hecho o de ejercicio, que no es un atributo, puesto que puede
faltar por completo.

La capacidad de derecho, también llamada capacidad de goce, se define como


la

“…aptitud de que goza toda persona humana para ser titular de derechos y
deberes jurídicos. Esta aptitud se vincula con la personalidad humana, por ello
decimos que es un atributo y por lo tanto no puede concebirse una incapacidad de
derecho absoluta, porque sería contrario al orden natural.

Por otro lado, la capacidad de hecho o de ejercicio es la


“…aptitud o grado de aptitud de las personas físicas para ejercer los derechos de
los que se es titular o para ejercer por sí los actos de la vida civil.”.
Es decir que, en este caso, sí se pudieron adquirir ciertos derechos, pero, por
alguna situación en especial, no se los puede ejercer sino es a través de un
representante.

Esta capacidad está expresamente prevista en el art. 23 del código, que establece
“Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en
una sentencia judicial.”

INCAPACIDAD DE EJERCICIO

CONCEPTO.

Tal como sostuvimos, debe partirse de que la capacidad es la regla y la


incapacidad la excepción.
Consiste en la falta de aptitud o en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí
mismo actos jurídicos válidos, pero esta ineptitud legal puede suplirse a través del
instituto de la representación, previsto en los arts. 100 y 101 del código único.

Las incapacidades de hecho –de ejercicio o de obrar–han sido establecidas en


interés mismo del incapaz y por ello la ley ha procedido con un criterio tutelar.
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de
capacidad de hecho de manera absoluta, o bien, sólo para determinados actos
jurídicos.

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CARACTERES:
● La capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun
cuando se encuentre internada en un establecimiento asistencial.
● Las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen
siempre en beneficio de la persona.
● La intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el
tratamiento como en el proceso judicial.
● Las personas tienen derecho a recibir información a través de medios y
tecnologías adecuadas para su comprensión.
● La persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia
letrada.
● Deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los
derechos y libertades.

ENUMERACIÓN LEGAL.

El art. 24 del Código Civil y Comercial dispone:

PERSONAS INCAPACES DE EJERCICIO:

a) la persona por nacer;


b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de este
Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la
extensión dispuesta en esa decisión. Este supuesto implica
que, mediante sentencia, se puede restringir la capacidad para
determinados actos, debiendo partirse siempre del
presupuesto de la capacidad, y que sus limitaciones son de
carácter excepcional. Cuando la persona se encuentre
absolutamente imposibilitada de interaccionar y expresar su
voluntad, el sentenciante puede declarar la incapacidad y
designar un curador. Por último, comprende a los inhabilitados
por prodigalidad, a quienes se les designará un apoyo para el
otorgamiento de actos de disposición ente vivos y en los
demás actos que determine la sentencia.

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2. DISTINCIÓN ENTRE MENOR DE EDAD Y ADOLESCENTE.

DEFINICIÓN

Menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho años (18) y


adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años (13).

ARTICULO 25.-Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona que no


ha cumplido dieciocho años.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió
trece años.

Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen
dieciocho años, son “menores de edad”, especificando la denominación de
“adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido la edad de trece años.

La diferente categoría entre menor de edad y adolescente parece tomar el


antecedente de la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños
y Adolescentes (Ley 26.061), creando una categoría jurídica no prevista por la
Convención de los Derechos del Niño, que integra nuestro ordenamiento jurídico
dentro del bloque federal de constitucionalidad y define al niño como “todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le
sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. De tal modo, en nuestro
ordenamiento jurídico, los “adolescentes” son indudablemente niños, sin que el
Código pueda afectar este carácter, por estar consagrado en una norma de
jerarquía superior.

EL DERECHO A SER OÍDO.

El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la


Convención de los Derechos del Niño y con la ley 26.061, consagra el derecho de
los menores a ser oídos, el que implica que, siempre que los menores tengan
edad para poder expresar una opinión con fundamento, deben ser escuchados y
debe ser tenido en cuenta su parecer.

De esta forma, se contempla y reafirma un importante protagonismo del niño, en


cuanto se le reconoce mayor intervención en los actos que le competen y afectan.
Este reconocimiento implica destacar la autonomía de la voluntad del sujeto, a
pesar de su condición de menor.

En definitiva, se establecen las condiciones de participación de los menores en los


procesos judiciales que le conciernen, teniendo en cuenta el juez el grado de
madurez, reconociendo en forma progresiva su capacidad sobre la base de la
regla del discernimiento, en particular en aquellos casos en los que pudiera haber
conflictos de intereses entre el menor y sus representantes legales.
Ejemplos: Art. 113, 595, 608, 617, 626 y 639 del CCyC.

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DECISIONES EN MATERIA DE SALUD.

a) TRATAMIENTOS NO INVASIVOS

El artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el adolescente


de entre trece (13) y dieciséis (16) años puede y se considera facultado para
aceptar y consentir por sí mismo ciertos tratamientos, siempre que estos no
resulten invasivos ni comprometan su estado de salud o provoquen un riesgo
grave en su vida o integridad física.

Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los


aspectos esenciales relativos a la práctica propuesta, aun que, de ser necesario,
una última determinación siempre quedará en manos de los tribunales. Por lo
general, será el médico tratante quien decida acerca de la aptitud del tratamiento,
con base en criterios que desde el ámbito médico se van pautando.

Tratamiento es definido por la Real Academia Española como un conjunto de


medios que se emplean para curar o aliviar una enfermedad.

¿Qué se considera invasivo? Rivera nos dice:

El Código exige además que esos tratamientos no comprometan la salud ni


provoquen un riesgo grave en la vida o integridad física del menor.

b) TRATAMIENTOS QUE COMPROMETEN LA SALUD DEL MENOR

Ahora, si se trata de un tratamiento que compromete su estado de salud o está en


riesgo su vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de
sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre ambos, se resolverá
judicialmente teniendo en cuenta el interés superior del niño y la opinión médica
respecto de las consecuencias de la realización del acto.

c) LOS CUIDADOS DEL PROPIO CUERPO DEL MAYOR DE DIECISÉIS AÑOS


Por último, el art. 26 establece que la persona mayor de dieciséis (16) años es
considerada como un adulto para las decisiones sobre el cuidado de su propio
cuerpo.

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De esta manera, se reconoce una anticipación de la capacidad de los menores


para dar consentimiento o asentimiento para ciertos actos de intrusión en su
cuerpo.

En el caso de desacuerdo entre el menor, el médico y los padres, deberá


intervenir la justicia a fin de que se valore la situación concreta del sujeto.

Otros temas a tener en cuenta sobre los adolecentes:


● Edad nupcial: La edad para contraer matrimonio es a los 18 años (Art. 403.
Inc. f). Si es menor de esa edad necesita de la Dispensa Judicial que puede
ser dada por los padres si el menor ya cumplió 16 años o judicialmente si
es menor de esa edad. El matrimonio del menor produce su Emancipación
(Art. 27).
● Capacidad Laboral: Art. 30 CCyC : Persona menor de edad con título
profesional habilitante. La persona menor de edad que ha obtenido título
habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y
disposición de los bienes que adquiere con el producto de su profesión y
puede estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella. (ver art.
681 y 683)

3. NOCIÓN DE PERSONA CON CAPACIDAD RESTRINGIDA Y CON


INCAPACIDAD

Previo a establecer la distinción entre personas con capacidad restringida y con


incapacidad, es dable señalar que el art. 31 del Código Civil y Comercial establece
reglas generales en materia de restricción a la capacidad.

Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las
restricciones al ejercicio de la capacidad jurídica de las personas, y son producto
especialmente de la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de Salud Mental (ley
26.557).

Art. 32:
Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede restringir la
capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que padece una
adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad,
siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su
persona o a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé
el artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en función de las
necesidades y circunstancias de la persona.
El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona protegida.
Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de
interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato

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adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y


designar un curador.
Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos
supuestos diferenciados: a) incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los
actos señalados en cada sentencia y b) incapacidad de ejercicio absoluta.

A partir de los trece años (13) se puede restringir judicialmente la capacidad de


una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental permanente o
prolongada de entidad suficiente (elemento biológico), y se estime que de no
restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona o a sus bienes
(elemento jurídico); o excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la
persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su
entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y
el sistema de apoyos resulte ineficaz”.

Personas a las que se les puede restringir la capacidad:


a. Que la persona sea mayor de 13 años
b. Padecer de una adicción o una alteración mental permanente o prolongada
de suficiente gravedad.
c. Que del ejercicio de la plena capacidad pueda resultar un daño a su
persona o sus bienes.

PRESUPUESTOS JURÍDICOS Y FÁCTICOS

La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no
podrá ejercer por sí sola determinados actos que se especifiquen en la sentencia
(art. 24 inc. “c”).

El juez, en la sentencia debe designar el o los apoyos que estime convenientes,


siempre tratando de limitar lo menos posible la autonomía de la persona, favorecer
las decisiones que respondan a las preferencias de la persona tutelada y, de esta
manera, garantizar el respeto de los derechos de la persona protegida.

El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del
sujeto, sino todo lo contrario; promueven la libertad, la autonomía, “la
comunicación, la comprensión y la manifestación de la voluntad de la persona
para el ejercicio de sus derechos”.

Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando:


a) se encuentre imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su
voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y
b) el sistema de apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este
supuesto, el juez deberá designarle un curador para que represente al incapaz,
siendo de aplicación los arts. 138 a 140 (curatela).

Es dable señalar que, si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá


una sentencia de capacidad restringida y no una declaración de incapacidad
absoluta.

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PROCEDIMIENTO PARA SU DECLARACIÓN

La declaración de incapacidad, sea ésta absoluta o restringida a determinados


actos, no procede de oficio, sino que es necesario que las personas legitimadas a
tal fin lo soliciten.

ARTICULO 33.-Legitimados. Están legitimados para solicitar la declaración de


incapacidad y de capacidad restringida:
a) el propio interesado;
b) el cónyuge no separado de hecho y el conviviente mientras la convivencia no
haya cesado;
c) los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo
grado;
d) el Ministerio Público.

El artículo 33 del Código Civil y Comercial establece quiénes son las personas
legitimadas y, en primer lugar, autoriza al propio interesado a iniciar la acción. De
ser éste quien lo solicite, deberá presentarse con abogado; de no hacerlo, se le
deberá nombrar un asesor que lo represente.

También se encuentra legitimado el cónyuge no separado de hecho y el


conviviente mientras la convivencia no haya cesado, es decir, la unión basada en
relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria, estable y permanente de
dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida común, sean del
mismo o diferente sexo (art. 509).

Asimismo, están legitimados los parientes dentro del cuarto grado, sea que se
trate de un parentesco por naturaleza, por métodos de reproducción humana
asistida o por adopción, en línea recta o colateral y, si fueran por afinidad, sólo
hasta el segundo grado. Rivera nos dice al respecto:

Finalmente, se prevé que puede iniciar la acción el Ministerio Público.

Se sostiene que la enumeración que realiza el mencionado artículo es taxativa de


las personas que se hallan facultadas para peticionar la declaración de
incapacidad. Sin embargo, en caso de tratarse de personas que no están
legitimadas para iniciar la acción, podrán hacer una presentación ante el Ministerio
Público, a fin de que evalúe la posibilidad de iniciar el proceso.

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ENTREVISTA PERSONAL. JUEZ COMPETENTE:

ARTICULO 36.-Intervención del interesado en el proceso. Competencia. La


persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y puede aportar
todas las pruebas que hacen a su defensa.
Interpuesta la solicitud de declaración de incapacidad o de restricción de la
capacidad ante el juez correspondiente a su domicilio o del lugar de su
internación, si la persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso ha
comparecido sin abogado, se le debe nombrar uno para que la represente y le
preste asistencia letrada en el juicio.
La persona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas para
acreditar los hechos invocados.

El conocimiento personal del juez con el interesado debe ser obligatorio y no


facultativo. Es por ello que la entrevista personal prevista en el art. 35 del CCCN
no será una facultad sino un deber indelegable en cabeza del juez, quien deberá
asegurarla en cada proceso y previo a dictar cualquier resolución, salvo las
medidas cautelares que puede ordenar en caso de urgencia para garantizar los
derechos personales y patrimoniales de la persona (art. 34).

En la audiencia, deberán concurrir el interesado, el Ministerio Público y al menos


un letrado que ejerza la defensa técnica de la persona.

Esta entrevista es de fundamental importancia, ya que el juez tomará contacto


personal con el padeciente para garantizarle el goce o ejercicio en igualdad de
condiciones con los demás y para darle un trato más personalizado y humanitario,
así como la garantía de acceso directo al órgano de decisión.

INTERVENCIÓN DEL INTERESADO. COMPETENCIA

La persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y, como tal,


puede aportar todas las pruebas que hacen a su defensa.

Así, la persona podrá comparecer con un abogado particular y, en caso de no


hacerlo, necesariamente se le deberá designar un defensor que ejerza su defensa
técnica desde el inicio del proceso.

En relación a la prueba que puede acercar al proceso, rige el principio de amplitud


probatoria, pudiendo aportar todos los elementos que hagan a su defensa. Por
ejemplo, podrá proponer el nombramiento de un perito médico que actúe
juntamente con los designados de oficio como medida que hace a la defensa de
su capacidad.

Por otro lado, el art. 36 contiene una norma de competencia procesal y establece
que el juez competente para entender en la causa es el correspondiente al del
domicilio de la persona o el de su lugar de internación.

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DICTAMEN DEL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO Y SENTENCIA

Previo al dictado de la sentencia es imprescindible el dictamen de un equipo


interdisciplinario. Este dictamen es una prueba necesaria pues, sin su realización,
no podrá arribarse luego al dictado de una sentencia válida.

Luego de la valoración del dictamen interdisciplinario, el juez debe resolver con


relación al ejercicio de la capacidad jurídica, considerando especialmente la
voluntad, deseos y preferencias de la persona, y procurando que la afectación de
la autonomía personal sea la menor posible.

De tal modo, la sentencia puede: a) desestimar la acción; b) restringirla capacidad


del sujeto y c) declarar la incapacidad.
La sentencia que limite o restrinja la capacidad debe señalar los actos y funciones
que la persona no puede realizar por sí misma y, a fin de que tome las decisiones
pertinentes, le designará los apoyos que considere necesarios e indicará la
modalidad de actuación, es decir, si la función debe ser cumplida por dos o más
personas, si la actuación debe ser conjunta o indistinta, o si la validez de los actos
jurídicos requieren del asentimiento otorgado por el apoyo.

Asimismo, la sentencia que disponga la incapacidad deberá indicar los curadores


que se designan (puede ser una o más personas), permitiendo que la persona
capaz pueda designar quién ejercerá su curatela, ya sea mediante una directiva
anticipada (art. 60), ya sea descubriendo su verdadera voluntad por alguna
manifestación (art. 43). En una palabra, la sentencia que limite la capacidad, ya
sea en forma total o parcial, es un verdadero estatuto de cómo debe actuar la
persona del incapaz.

ARTICULO 37.-Sentencia. La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos


vinculados a la persona en cuyo interés se sigue el proceso:
a) diagnóstico y pronóstico;
b) época en que la situación se manifestó;
c) recursos personales, familiares y sociales existentes;
d) régimen para la protección, asistencia y promoción de la mayor autonomía posible.

ARTICULO 38.-Alcances de la sentencia. La sentencia debe determinar la extensión y


alcance de la restricción y especificar las funciones y actos que se limitan, procurando
que la afectación de la autonomía personal sea la menor posible. Asimismo, debe
designar una o más personas de apoyo o curadores de acuerdo a lo establecido en el
artículo 32 de este Código y señalar las condiciones de validez de los actos específicos
sujetos a la restricción con indicación de la o las personas intervinientes y la modalidad de
su actuación.

REGISTRACIÓN DE LA SENTENCIA

La sentencia que restrinja la capacidad y los sistemas de apoyo que se designen


deben ser inscriptos en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas,
debiendo dejar constancia marginal en la partida de nacimiento de la persona.

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Este régimen, lo que pretende es dar publicidad de la sentencia y, a su vez,


resguardar los derechos de terceros que contraten con la persona a la que se le
ha restringido su capacidad jurídica.

Una vez que las restricciones sean dejadas sin efecto, o bien modificadas por una
nueva sentencia dictada, se deberá ordenar la inmediata cancelación o inscripción
registral, respectivamente.

REVISIÓN

La sentencia puede ser revisada en cualquier momento, a instancias del


interesado.

Asimismo, se impone al juez la carga de impulsar de oficio la revisión de los


términos de la sentencia en un plazo no mayor a tres años, a partir de la
realización de nuevas evaluaciones interdisciplinarias y tras haber entrevistado
nuevamente en forma personal al interesado; de lo que se desprende el rol activo
que se le asigna al juez. En caso de que ello no ocurra, será el Ministerio Público
quien deberá instar a que se lleve a cabo la revisión.

El plazo de los tres años es un plazo máximo; es posible instar su revisión con
anterioridad si las circunstancias del caso así lo aconsejan.

CESE DE LA INCAPACIDAD

El cese de la incapacidad o de la restricción a la capacidad debe decretarse por el


juez que la declaró, previo examen de un equipo interdisciplinario integrado, que
dictamine sobre el restablecimiento de la persona.
El juez competente para declarar el cese de las restricciones será el mismo que en
su momento las había impuesto.

El juez, ante la solicitud de los legitimados –quienes podrán promover un nuevo


procedimiento para determinar el cese de las restricciones a través del dictado de
una nueva sentencia–, podrá disponer el cese total de las restricciones, o bien,
que éste sea sólo sea parcial, en cuyo caso se podrá ampliar la nómina de actos y
funciones que la persona podrá realizar por sí misma o con asistencia de los
apoyos.

Cuando la sentencia haya sido de incapacidad, en el marco del


procedimiento para el cese se podrá dictar una nueva sentencia:
a) que resuelva el cese total y definitivo de la incapacidad;
b) que confirme la situación actual; o
c) que convierte la incapacidad en capacidad restringida, debiendo especificar
las restricciones y nombrando el o los apoyos necesarios.

Cuando la sentencia haya sido de “capacidad restringida”, la nueva


sentencia podrá:
a) resolver el cese total de las restricciones;

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b) ampliar o disminuirla nómina de actos que la persona podrá realizar por sí


sola y si requiere de nuevos apoyos;
c) mantener la situación actual sin modificaciones.

De acuerdo a lo dicho anteriormente, sea la sentencia que se dicte deberá


inscribirse en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas para la
debida oponibilidad a terceros.

EL SISTEMA DE APOYO:

Concepto:

ARTICULO 43.- Se entiende por apoyo cualquier medida de carácter judicial o


extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la toma de decisiones para dirigir su
persona, administrar sus bienes y celebrar actos jurídicos en general.

Funciones:

Las medidas de apoyo tienen como función la de promover la autonomía y facilitar


la comunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad de la persona
para el ejercicio de sus derechos.

Propuesta del interesado:

El interesado puede proponer al juez la designación de una o más personas de su


confianza para que le presten apoyo. El juez debe evaluar los alcances de la
designación y procurar la protección de la persona respecto de eventuales
conflictos de intereses o influencia indebida. La resolución debe establecer la
condición y la calidad de las medidas de apoyo y, de ser necesario, ser inscripta
en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.

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4. INHABILITADOS.

NOCIÓN. PRESUPUESTOS FÁCTICOS.

De conformidad al art. 48 del Código Civil y Comercial, podrán ser inhabilitados los
pródigos, es decir aquellos a quienes, por la mala gestión de sus bienes, en el
sentido de dilapidar, malgastar, expongan el patrimonio familiar a que se vea
menoscabado.

El mencionado artículo define a la persona del pródigo como aquélla que padece
una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que, en
relación a su edad y medio social, implica desventajas considerables para su
integración familiar, social, educacional o laboral.

Lo que la ley pretende es justamente proteger al grupo familiar –es decir a las
personas del cónyuge, conviviente, hijos menores de edad o con discapacidad–de
la pérdida del patrimonio, legitimando a promover la inhabilitación al cónyuge,
conviviente, ascendientes y descendientes.

En definitiva, para que proceda la inhabilitación se requiere: personas a quienes


proteger y prodigalidad en la gestión del patrimonio por parte de la persona que se
pretende inhabilitar.

EFECTOS DE LA DECLARACIÓN.

Declarada la inhabilitación, se restringe la capacidad jurídica de la persona, quien


ya no podrá ejercer libremente determinados actos por sí misma. Así, no podrá
ejercer actos de disposición entre vivos, sí los de última voluntad, y para aquéllos
requerirá contar con un apoyo que lo asista. Además de estos actos, el apoyo
deberá asistir al inhabilitado en todos aquellos actos que hayan sido indicados por
el juez en su sentencia de inhabilitación.

La figura del apoyo es necesaria a fin de evitar que el inhabilitado realice actos de
otorgamiento que puedan perjudicar la integridad del patrimonio y perjudicar así a
las personas del cónyuge, conviviente e hijos menores o con discapacidad.

El juez, en la sentencia, deberá establecer las condiciones de validez de los actos


y la modalidad de actuación del apoyo, debiendo inscribirse esta sentencia en el
Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas a fin de resguardar a los
terceros que contratan con la persona del inhabilitado.

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SUB EJE TEMATICO N° 3


PERSONA JURIDICA

3.1 PERSONA JURÍDICA

NOCIÓN

El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona


jurídica. Dispone que

“Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les
confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.”

Según Buteler Cáceres (2000), las personas de existencia ideal son abstracciones
que se originan en la realidad social y representan la posibilidad de los hombres
de unir sus esfuerzos en pos de un fin común; por ello, estos entes se encuentran
provistos de personalidad jurídica y están dotados de capacidad para adquirir
derechos y contraer obligaciones.

NATURALEZA JURIDICA:

Existen diversas teorías, algunas sostienen que las únicas verdaderas personas
son los seres humanos, y que las personas jurídicas son “ficticias” (teoría de la
ficción), o considerar que al igual que los seres humanos estás también son
“reales” (teorías de la realidad), o negar toda personalidad real o ficticia (teorías
negatorias).

1. Teoría de la Ficción:

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2. Teorías Negatorias:

3. Teorías Jurídicas:

CONCEPCION DE LA PERSONALIDAD DE LAS PERSONAS JURIDICAS:

COMIENZO DE LA EXISTENCIA:

La simple voluntad de los particulares no es suficiente para crear una persona


jurídica; los actos constitutivos de estas requieren además la existencia de una
disposición de Derecho que le de ese carácter.

Los procedimientos de constitución son el elemento formal de las personas


jurídicas. Estos procedimientos pueden ser varios y básicamente oscilan entre la
libre constitución por particulares cuando así lo prevee la ley (sistema de
constitución libre), la verificación del cumplimento de determinados recaudos
legales (sistema de registro) o el requisito de un acto expreso de autorización
estatal (sistema de concesión o autorización).

El CCyC ha adoptado, como pauta general, el sistema de libre constitución, el art.


142 establece:
La existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución. No necesita
autorización legal para funcionar, excepto disposición legal en contrario. En los casos en

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que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede funcionar antes de


obtenerla.
LA PERSONALIDAD DIFERENCIADA:

El principio de la personalidad diferenciada está consagrado explícitamente en el


art. 143 del código, que establece que la persona jurídica tiene una personalidad
jurídica distinta de la de sus miembros y ellos no responden por las obligaciones
contraídas por la persona jurídica, salvo en los casos previstos en la ley.

Así, se consagra el principio de separación de patrimonios entre la persona


jurídica y sus miembros, que es uno de los ejes rectores de la personalidad de las
personas jurídicas. Este principio opera en relación a los bienes de titularidad de la
persona jurídica, que, por ende, no pertenecen a ninguno ni a todos sus
miembros, y en relación a las obligaciones, ya que ninguno de sus miembros, ni el
conjunto de ellos, es responsable por éstas.

Este principio sólo se puede dejar de lado ante circunstancias excepcionales


previstas en el Código Civil y Comercial o en otras leyes especiales o generales,
como la Ley 19.550 de Sociedades o la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras.
(Rivera y Medina, 2014).

INOPONIBILIDAD DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA.

El reconocimiento de la personalidad jurídica diferenciada se hace en la medida


que ella sea usada con fines lícitos.
La realidad muestra que en numerosas ocasiones las personas jurídicas son
usadas de manera desviada, esto es para perjudicar los derechos de terceros o
para violar la ley.
En esos casos, el ordenamiento jurídico reacciona desconociendo la personalidad
jurídica diferenciada e imputando la actuación de la persona jurídica a las
personas físicas que la hicieron posible.

Cuando el accionar de la persona jurídica esté destinada a la consecución de fines


ajenos a la persona jurídica o constituya un recurso para violar la ley, el orden
público y la buena fe, o para frustrar derechos de cualquier persona, procede la
inoponibilidad de la persona jurídica, es decir que, en tales casos, la actuación del
ente se imputará directamente a los socios, asociados, miembros, controlantes
directos e indirectos que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados (art. 144 CCCN).

Es decir que la inoponibilidad de la personalidad jurídica opera en un doble


sentido:
a) la imputación diferenciada, esto es, atribuye la actuación al miembro del
ente en su propia persona;
b) la limitación de la responsabilidad, debiendo responder el miembro ilimitada
y solidariamente por los daños causados

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CLASIFICACIÓN

Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.

La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés


práctico. Lloveras de Resk(1995) entiende que son personas jurídicas públicas
aquellas que son titulares de poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son
personas jurídicas privadas las que no los poseen, lo cual determina que las
personas públicas sean reguladas principalmente por el derecho público, y que las
personas jurídicas privadas lo sean por el derecho privado respectivo, sobre todo
en orden a su creación, organización y funcionamiento (Lloveras de Resk, 1995, p.
302). Esta afirmación no importa desconocer que las personas jurídicas públicas
pueden desarrollar parte de su actividad en el ámbito del derecho privado y las
personas jurídicas privadas pueden hacerlo en el campo del derecho público, con
lo cual cada una de estas personas se regirá por la rama del derecho que
corresponda a esa actividad.

ARTICULO 146.-Personas jurídicas públicas. Son personas jurídicas públicas:

a) el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los


municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en
la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b) los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional
público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en
el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable;
c) la Iglesia Católica.

ARTICULO 148.-Personas jurídicas privadas. Son personas jurídicas privadas:

a) las sociedades;
b) las asociaciones civiles;
c) las simples asociaciones;
d) las fundaciones;
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo
carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

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3.2 ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.

NOCIÓN.

Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y que, por
ende, posee atributos: el nombre para individualizarse, el domicilio para
determinar la ley aplicable y la jurisdicción donde puede demandar o ser
demandada, la capacidad siempre de derecho y limitada al objeto para el que se
constituyó y el patrimonio, a los fines del cumplimiento de sus fines.

NOMBRE. RÉGIMEN LEGAL.

El nombre o razón sociales un atributo de las personas jurídicas, toda vez que es
necesario a los fines de su individualización y designación que permita
distinguirlas.

De acuerdo a lo normado en el art. 151 del Código, el nombre debe reunir los
siguientes requisitos:
a) aditamento de la forma jurídica utilizada para que los terceros conozcan
la naturaleza y extensión de la responsabilidad, por ejemplo “SRL”, “SA”.
b) cumplir con los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, ello
así a los fines de que se distingan entre las personas jurídicas.
c) no contener términos contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres.
d) no inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.
e) la inclusión en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas
humanas requiere la conformidad de éstas, que se presume si son sus
miembros.

DOMICILIO Y SEDE SOCIAL.


ARTICULO 152.-Domicilio y sede social. El domicilio de la persona jurídica es el fijado en
sus estatutos o en la autorización que se le dio para funcionar. La persona jurídica que
posee muchos establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de
dichos establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas. El
cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio de sede, si no forma
parte del estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administración.

Tradicionalmente se ha distinguido entre domicilio y sede social. El primero puede


encontrarse identificado de manera genérica, designando la ciudad en la cual se
asienta la persona jurídica, mientras que la sede es el lugar donde funciona
efectivamente la administración de la entidad.

En el estatuto de las personas jurídicas deberá consignarse obligatoriamente el


domicilio y la sede o dirección, esto es, no sólo la ciudad o localidad sino también
la calle, número y designación de la unidad funcional si la hubiera.

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Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee muchos
establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos
establecimientos, pero sólo para la ejecución de las obligaciones allí contraídas.

Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe
modificarse el estatuto, y si se quiere cambiar la sede, puede ser resuelto por el
órgano de administración.

Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica serán


vinculantes, aunque ya no funcione allí, pues lo que se pretende es proteger los
derechos de terceros que contraten con el ente social.

PATRIMONIO

El patrimonio constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un atributo


y, consecuentemente, no se concibe la idea de persona jurídica sin patrimonio.

Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona jurídica
debe tener un patrimonio”

Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los


socios se comprometen a realizar aportes y es el conjunto de bienes de la persona
jurídica con el cual la sociedad actúa y afronta el pasivo que lo integra.

Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a


conformar el sustrato material de la entidad.

CAPACIDAD DE DERECHO.

La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere sólo a la capacidad de


derecho o aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos y ejercer por sí o
por otros los actos inherentes a los derechos de los que se es titular. La noción de
capacidad de obrar es absolutamente ajena, pues estos sujetos de derechos
siempre actuarán a través de sus órganos o representantes.

La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen


capacidad de derecho para todos los actos y todos los derechos que no les estén
expresamente prohibidos.

Esta capacidad, sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de
especialidad y de la naturaleza de las cosas.

a) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen


capacidad para celebrar aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha
sido creadas, es decir en función de su objeto y su fin. De tal modo, no pueden
celebrar actos que nada tengan que ver con su objeto de creación, pero ello no
significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la
mejor obtención de aquél.

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REPRESENTACIÓN. NOCIÓN. RÉGIMEN LEGAL.

Las personas jurídicas desarrollan su actividad por medio de personas físicas que
actúan en su nombre y por su cuenta, de modo tal que su gestión es atribuida a la
misma entidad.

Así, las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, es decir aquellas
personas autorizadas a manifestar la voluntad del ente y a desarrollar la actividad
jurídica necesaria para la consecución de sus fines.

ARTICULO 159.-Deber de lealtad y diligencia. Interés contrario. Los administradores de la


persona jurídica deben obrar con lealtad y diligencia.
No pueden perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica. Si en
determinada operación los tuvieran por sí o por interpósita persona, deben hacerlo saber
a los demás miembros del órgano de administración o en su caso al órgano de gobierno y
abstenerse de cualquier intervención relacionada con dicha operación.
Les corresponde implementar sistemas y medios preventivos que reduzcan el riesgo de
conflictos de intereses en sus relaciones con la persona jurídica.

Para explicarnos mejor, a diferencia del mandato, no hay dos voluntades —la del
representante y representado— sino una sola: la de la persona jurídica. De esta
manera, los administradores son funcionarios de la entidad y es esta última la que
actúa frente a terceros a través de aquellos.

Es así que cuando una persona jurídica participa de la celebración de un acto


jurídico por medio de un órgano calificado para ello, la figura del órgano absorbe la
del representante y el negocio estipulado por la persona jurídica a nombre propio,
a diferencia de lo que ocurre cuando la persona jurídica se vale de un
representante diverso del órgano investido del respectivo poder, en cuyo caso el
negocio lo estipula dicho representante en nombre de otro, es decir, la persona
jurídica.

En conclusión, el ordenamiento jurídico argentino sigue la llamada "teoría del


órgano". Para esta teoría, las personas jurídicas expresan su voluntad a través de
sus agentes, y no hay un dualismo entre estos y la entidad como polos opuestos.
Entre la entidad y sus dirigentes no hay un vínculo contractual sino una relación
institucional, que proviene de la constitución y organización de la persona jurídica.
Los administradores no están fuera de la persona jurídica sino dentro de ella, y
actúan como órganos suyos. De esta manera, lo actuado jurídicamente por los
administradores se imputa (o sea, se atribuye) a la persona jurídica. Las normas
constitutivas de la persona jurídica señalan la órbita de funcionamiento de los
órganos, de manera que cuando la actividad de quien se desempeña en aquel
carácter se desorbita, el exceso no es obra del órgano en cuanto tal, sino del
individuo que ha determinado esa irregularidad y, por eso —en principio—, el acto
"notoriamente" extraño al objeto social no puede ponerse a cargo de la entidad
(art. 58 de la Ley General de Sociedades 19.550).

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En el CC, la doctrina supo hallar el fundamento normativo de la teoría del órgano


para las personas jurídicas, en general, en el art. 36, que dice: "Se reputan actos
de las personas jurídicas las de sus representantes legales, siempre que no
excedan los límites de su ministerio. En lo que excedieren, sólo producirán efecto
respecto de los mandatarios".

Explicaba Llambías que, salvo la frase final, que importó un enrolamiento del
codificador en la teoría de la representación, el precepto sienta un principio justo,
enteramente defendible, aun aceptando la teoría del órgano, puesto que el exceso
obrado más allá de los límites de la función del órgano de la persona jurídica que
desempeñan sus dirigentes ya no es dable atribuirlo al ejercicio de la función en
cuanto tal, desde que la excede. En otros términos, el órgano tiene señalado, en
las normas constitutivas de la persona jurídica, la órbita de su funcionamiento, de
manera que cuando la actividad de quien se desempeña en aquel carácter se
desorbita, el exceso no es obra del órgano en cuanto tal, sino del individuo
humano que ha determinado esa irregularidad, que no puede ponerse a cargo de
la entidad, que queda extraña a la desorbitación. Por lo demás, esta teoría
orgánica viene a explicar también la responsabilidad de las personas jurídicas por
los actos ilícitos de sus administradores —órganos de ellas— cometidos en el
desempeño funcional (art. 43 CC y art. 1763 CCyC).

3.4 RESPONSABILIDAD CIVIL.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL

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ARTICULO 1763.-Responsabilidad de la persona jurídica. La persona jurídica


responde por los daños que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio
o con ocasión de sus funciones.

RESPONSABILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES:

ARTICULO 160.-Responsabilidad de los administradores. Los administradores


responden en forma ilimitada y solidaria frente a la persona jurídica, sus miembros
y terceros, por los daños causados por su culpa en el ejercicio o con ocasión de
sus funciones, por acción u omisión.

En la presente norma del CCyC se consagran los lineamientos esenciales de la


responsabilidad de los administradores —como órgano del ente social— por el
daño que injustamente causen en su desempeño a la persona jurídica, sus
miembros y a los terceros.

A tal efecto, se deben verificar todos y cada uno de los presupuestos del deber de
reparar, según la teoría general del derecho de daños:
a) autoría: el daño debe haber sido causado por acción u omisión del o de los
administradores. Es decir, para que sea responsable un administrador es
necesario que su acción u omisión hayan provocado el daño, en tanto este no se
habría producido si aquel no hubiera actuado como lo hizo, o por el contrario,
hubiese actuado en vez de haber omitido la conducta debida. Aunque parezca
obvio, por los actos dañosos de los administradores no existe una responsabilidad
del órgano de administración que integran. Este carece de personalidad jurídica,
no es un sujeto de derecho, por tanto no es factible que le sea atribuible algún tipo
de responsabilidad como tal. Así las cosas, mal puede ser autor de un daño la
"comisión directiva" de la asociación civil (obviamente que sí lo serán sus
"miembros");
b) antijuridicidad: proviene de la actuación del administrador contraria a la ley, al
estatuto, al reglamento o a las decisiones del órgano de gobierno que causan un
daño a otro, si no está justificada;
c) factor de atribución subjetivo: la culpa. Como se trata —fundamentalmente— de
una actividad reglada por el estatuto, la culpa del administrador se configurará
normalmente como consecuencia de la inobservancia de las diligencias
prescriptas por la ley o el estatuto para la actividad reglada desplegada —
administración del ente social—, lo que configura uno de los rostros de la culpa:
inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo ("impericia en la
profesión"; arg. art. 1724 CCyC; y art. 84 CP). En este sentido, recordemos que la
inobservancia de los reglamentos o deberes a cargo del administrador consiste en

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no observar las diligencias prescriptas por las normas jurídicas para una actividad
reglada; y por ello, es fácil confundir esta forma de la culpa con la antijuridicidad
pues dicho "rostro de la culpa" se configura por no observar una diligencia que el
orden jurídico impone (en nuestro caso, el marco normativo lo impone el estatuto y
la ley);
d) relación de causalidad: es necesario que —según el curso natural y ordinario de
las cosas— exista cierta vinculación entre la conducta del administrador y el daño.
En otras palabras, hay que acreditar que la acción u omisión del administrador
aparece como causa adecuada del daño según las reglas de la experiencia y
razonables criterios de probabilidad y habitualidad (art. 1726 CCyC).
e) daño: la conducta del administrador debe haber lesionado un derecho o un
interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la
persona, el patrimonio o un derecho de incidencia colectiva (arg. art. 1737 CCyC).

El daño, para responsabilizar a los administradores como administradores y ante


la persona jurídica, sus miembros o terceros, debe haber sido causado en ejercicio
o en ocasión de sus funciones:
• ejercicio de la función: implica el desarrollo de los actos previstos en el estatuto; •
ocasión de la función: debe existir una relación "razonable" —causalidad directa e
inequívoca— entre las funciones y el daño. No hay responsabilidad si la función de
quien dirige y/o administra solo ha facilitado el hecho dañoso pero no resulta
indispensable para su comisión. Solo hay responsabilidad si el hecho dañoso no
hubiera podido realizarse de ninguna forma, de no mediar la función

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SUB EJE TEMATICO N° 4


EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA PRIVADA

El objeto de las relaciones jurídicas son las cosas, los bienes y las conductas
humanas.

4.1 CONCEPTO DE BIENES Y COSAS.

El código civil derogado dejaba claro que:


BIENES: Todos los objetos materiales e inmateriales susceptibles de tener un
valor económico. Es el género.

LAS COSAS: se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un
valor.

El artículo 16 del Código Civil y Comercial prevé que los derechos individuales
pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes
materiales se llaman cosas y las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al
servicio del hombre.

Rivera nos dice que “…hay bienes con valor económico que cuando son
materiales se llaman cosas; y bienes sin valor económico que son los que recaen
sobre el cuerpo humano y los derechos de las comunidades indígenas.”

DISTINTAS CLASIFICACIONES.

Importancia e interés práctico


El Código Civil y Comercial contiene varias clasificaciones de las cosas
consideradas en sí mismas: a) muebles e inmuebles; b) cosas divisibles e
indivisibles; c) cosas principales y accesorias; d) cosas consumibles y no
consumibles; e) cosas fungibles y no fungibles.

La importancia de estas clasificaciones radica en que, según el estatuto que reciba


la cosa, el régimen jurídico que se le aplique variará.

Así por ejemplo, la distinción entre muebles e inmuebles tiene importancia


desde diferentes aspectos:
a) Por un lado, la determinación de la ley aplicable. Las cosas inmuebles
se rigen por la ley del lugar de su situación (art. 2663 del CCCN),
mientras que las cosas muebles se rigen por el domicilio del demandado
si se trata de las cosas que lleva consigo o son de uso personal, o bien
por el lugar de situación de los bienes(arts. 2665 y 2666 del CCCN).

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b) También tiene incidencia en relación al régimen de prescripción


adquisitiva, que es un modo de adquirir el dominio por la continuación de
la posesión en forma pública, pacífica, continua e ininterrumpida durante
el tiempo que establece la ley. Así, las cosas inmuebles se adquieren
por la posesión continua de diez años cuando ésta es con justo título y
buena fe (art. 1898 CCCN) o bien, veinte años sin necesidad de título y
buena fe por parte del poseedor (art. 1899 CCCN). Ahora bien, el
dominio sobre cosa mueble se adquiere por la simple posesión de
buena fe, salvo que se trate de cosas muebles hurtadas o perdidas, en
cuyo caso el dominio se adquiere por la posesión continua y de buena fe
de dos años (art. 1898).Si no hay justo título y buena fe y se trata de una
cosa mueble registrable, se adquiere si se posee durante diez años (art.
1899).

c) Asimismo, esta clasificación influye en los derechos reales. Así por


ejemplo, el derecho real de propiedad horizontal sólo puede recaer
sobre inmuebles (art. 2037), tal como el derecho de superficie (art. 2114)
y el de hipoteca (art. 2205). En tanto, el derecho real de prenda sólo
puede recaer sobre cosas muebles no registrables o créditos
instrumentados (art. 2219).

CRITERIOS DE DISTINCIÓN.

El Código Civil y Comercial realiza una clasificación de las cosas:


a) Cosas consideradas en sí mismas; distingue inmuebles y muebles,
cosas fungibles y no fungibles, cosas principales y accesorias, cosas
consumibles y no consumibles, frutos y productos, entre otros.

b) Bienes con relación a las personas; distingue los bienes pertenecientes


al dominio público, al dominio privado del Estado y los bienes de los
particulares.

INMUEBLES Y MUEBLES.

INMUEBLES
Son cosas inmuebles aquellos que están inmovilizadas, eso significa que no
pueden ser movidas de un lugar a otro, por una fuerza exterior o por si mismas.

Art. 225: Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el


suelo, las cosas incorporadas a él de una manera orgánica y las que se
encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre.

Art. 226: Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas
muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con
carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y
no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del propietario.
No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del
inmueble o a la actividad del propietario.

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Son inmuebles por su naturaleza: el suelo, es decir la corteza terrestre, lo


incorporado orgánicamente a él, como los vegetales, árboles, ríos, minerales
enterrados, etc.

Son inmuebles por accesión: las cosas muebles que se encuentran


inmovilizadas por su adhesión física al suelo con carácter de perdurabilidad, como
son todas las clases de construcciones, casas, edificios, obras de infraestructuras
en general. Las cosas muebles que se incorporan de manera permanente a todas
estas construcciones, como las estufas de una casa, las ventanas de un edificio,
las barandas, etc. son también inmuebles por accesión, mientras permanezcan en
esa condición (Rivera y Medina, 2014).

El precepto mencionado (art. 226) establece la regla general de que “los muebles
forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado
sin la voluntad”, por lo que, celebrado un negocio jurídico sobre el inmueble, todo
lo que esté en él, adherido e inmovilizado con carácter perdurable, forma parte de
la contratación, salvo acuerdo en contrario.

No se consideran inmuebles por accesión: las cosas que se adhieren


transitoriamente al suelo (una carpa), ni las afectadas a la explotación del
inmueble o a la actividad del propietario, como ser las semillas puestas
intencionalmente por el dueño del inmueble, o los utensilios o máquinas de
labranza, los animales puestos para el cultivo, entre otros.

MUEBLES:
Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí
mismas o por una fuerza externa”

Este concepto engloba las cosas que pueden transportarse fácilmente de un lugar
a otro, movidas ya por una influencia extraña, como son los automóviles, o por sí
mismas, como son los animales que se denominan semovientes.

Dentro de esta categoría debemos diferenciar los que son registrables de los que
no lo son. Registrables serian por ej. Caballos pura sangre, buques, aeronaves,
entre otros.

COSAS DIVISIBLES Y NO DIVISIBLES.

En cuanto a las primeras, según el art. 228:

Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas
en porciones reales sin ser destruidas, cada de las cuales forma un
todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles,
la reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a las
autoridades locales.

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Concepto:

Una cosa es divisible cuando se da la triple circunstancia consistente en que de


hecho puede dividirse y, además, las cosas obtenidas como resultado de ese
proceso por un lado forman un todo homogéneo y por otro son análogas a las
demás partes y a toda la cosa.

La primera característica es poco importante puesto que casi no hay cosas que no
puedan dividirse materialmente, por algún tipo de proceso más o menos
complicado.

La segunda y tercera características sí son decisivas a la hora de aprehender el


concepto de divisibilidad de las cosas: el que las cosas obtenidas formen un todo
homogéneo y, además, sean análogas a las demás partes y a toda la cosa. Estas
particularidades deben presentarse conjuntamente porque de lo contrario
podríamos llegar a conclusiones desacertadas, como sostener que un automóvil
es divisible pues se pueden separar el volante, las ruedas, las puertas, etc., y
estos son objetos que forman un todo homogéneo. Ello es cierto, pero no alcanza
para considerarlo divisible puesto que además las cosas obtenidas deben ser
análogas a las demás partes y a toda la cosa, requisito que no se cumple en la
especie ya que un volante no es análogo a una puerta ni a un automóvil, aun
cuando en sí mismo forme un todo homogéneo.

En principio son divisibles todos los inmuebles, regla que admite excepciones.
El dinero es divisible y, en general, lo son los granos y los líquidos.
Las cosas que perderían su esencia de ser divididas, como un libro, son
indivisibles.

Limitaciones a la posibilidad de dividir las cosas:


El segundo párrafo del artículo en comentario determina limitaciones a la
posibilidad de dividir las cosas, al decir que no pueden ser divididas si su
fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y aprovechamiento.

Es decir que aun cuando una cosa pueda ser de hecho dividida y, además, las
cosas obtenidas sean análogas entre sí y respecto del todo, tendrá el carácter
jurídico de indivisible si la división convierte en antieconómico su uso. Esta
circunstancia no es exclusiva de los inmuebles, pero se aprecia particularmente en
ellos: de acuerdo a las características productivas de la tierra, una superficie
menor a determinada área la convertiría en antieconómica porque el costo de
hacerla producir superaría al beneficio.

Para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
- Que la cosa pueda dividirse de hecho.
- Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo.
- Que sean análogas a las demás partes y a toda la cosa.

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Las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los requisitos
desarrollados anteriormente, si su división convierte en antieconómico su uso.
Esto puede ocurrir con una colección de monedas, por ejemplo, o con la división
de la tierra en parcelas que impidan su adecuado aprovechamiento (en tal caso,
ello dependerá de las características del suelo, pues puede influir, para determinar
si es divisible o no, cuán fértil sea la tierra o la extensión del terreno o el clima).

COSAS CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES.

Dispone el art. 231:

Cosas consumibles. Son cosas consumibles aquellas cuya


existencia termina con el primer uso. Son cosas no consumibles las
que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace,
aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de
algún tiempo.

Así pues, existen dos clases de cosas consumibles:

a) Las cosas que se extinguen con el uso que de ellas se haga,


como los alimentos.

b) Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.

Las cosas no consumibles no se extinguen con el primer uso, aunque puedan


consumirse o deteriorarse por el uso más o menos prologado, como los muebles
de una casa, la vestimenta, etc.

FRUTOS Y PRODUCTOS.

Dispone el art. 233:

Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere
o disminuya su sustancia.

● Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.


Ejemplo crías de los animales.
● Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra.
● Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.Las remuneraciones del
trabajo se asimilan a los frutos civiles.

Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa


alteran o disminuyen su sustancia.
Ejemplo: Oro, carne de la vaca, petróleo, etc.

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EL PATRIMONIO.

DEFINICIÓN.

Conjunto de bienes susceptibles de valoración económica del que es titular la


persona, junto con las cargas que lo gravan, responde al concepto de patrimonio
general, al que se contrapone el de los patrimonios especiales, conjunto de bienes
afectados a un fin determinado y sometidos a un régimen especial.

4.2 CARACTERES.

El patrimonio general presenta los siguientes caracteres:

Es único e indivisible: la persona no puede ser titular de más de un


patrimonio general.

Es inalienable e intransmisible: no puede ser enajenado ni transmitido en


su totalidad como unidad.

Es idéntico a sí mismo: las variaciones en los elementos singulares que lo


componen no alteran al patrimonio como unidad o universalidad jurídica.

Por otro lado, los patrimonios especiales son conjuntos de bienes que están
afectados a un fin determinado y sujetos a un especial régimen legal. En cuanto a
sus caracteres, podemos decir:

Su existencia depende de la ley: la voluntad del titular de los bienes no es


suficiente por sí sola para crear un patrimonio especial, sino que se trata de
supuestos previstos por la ley.

Está sujeto a un régimen legal especial: el patrimonio especial es independiente


del patrimonio general, los bienes que lo integran sólo responden por
determinadas deudas. (Tagle, 2014).

Podemos citar, como ejemplos de patrimonios especiales, el patrimonio de la


sociedad, el patrimonio del causante mientras se mantiene separado del
patrimonio de los herederos, patrimonio del fideicomiso, entre otros.

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SUB EJE TEMATICO N° 5


LA CAUSA FUENTE DEL ACTO JURÍDICO

5.1 HECHO JURÍDICO.


CONCEPTO.

Hechos son todos los acontecimientos o sucesos que provienen de la naturaleza o


del hombre.

Los hechos jurídicos son todos los acontecimientos que, según el ordenamiento
jurídico, producen el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas (art. 257 CCCN).

Cuando nos referimos a los hechos jurídicos como causa eficiente, debe
entenderse que el suceso o acontecimiento está previsto de antemano por la ley,
para que, según las circunstancias y siempre que se reúnan los requisitos que
impone una determinada norma, produzca efectos jurídicos.

Por ejemplo, el nacimiento con vida es causa eficiente porque, luego de que se
produce, el ser humano adquiere automáticamente, con carácter definitivo e
irrevocable, la personalidad jurídica.

Los hechos jurídicos se clasifican en hechos naturales y hechos humanos


.Los primeros son aquellos en los que no interviene para nada la conducta
humana, como el nacimiento, la muerte, la destrucción natural de una cosa, el
derrumbe de un edificio por un terremoto, etc. Estos si bien son hechos en los que
no intervino la voluntad del hombre, son jurídicos en tanto producen
consecuencias para el derecho.

Los hechos jurídicos humanos son voluntarios o involuntarios. Se considera


que son voluntarios si son realizados con discernimiento (capacidad general de
razonar, de conocer, que aumenta a medida que el sujeto crece o madura),
intención (la posibilidad de dirigir la voluntad hacia lo querido o deseado sobre la
base del discernimiento) y libertad (la posibilidad de movimiento, libertad física, y
la posibilidad de decidir sin presión externa, libertad moral). Los hechos
involuntarios, son los ejecutados sin discernimiento o sin intención o sin libertad y
no producen obligaciones salvo que causaran daño en otro y se enriqueciera con
ello el autor del hecho; la obligación se producirá según la medida de ese
enriquecimiento.

Los hechos voluntarios, a su vez, se dividen en lícitos e ilícitos, según sean


conformes o contrarios a la ley. Los hechos voluntarios ilícitos pueden ser: delitos
(se supone la intención de causar un daño) o cuasidelitos (se causa el daño
aunque no haya habido intención; es por culpa: imprudencia, negligencia o
impericia), y los lícitos son los actos jurídicos y pueden serlos simples actos lícitos.

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Diferencia entre simple acto lícito y acto jurídico:

Simple acto lícito como la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que
resulta alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas” Art. 258.
Son actos en los que la parte que los ejecuta no persigue una finalidad juridiva,
aun que la ley puede asignársela, ejemplos el descubrimiento de un tesoro, la
apropiación de la cosa mueble abandonada, la construcción de una pared
medianera, etc.

Acto jurídico y refiere que “es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.”

5.2 VOLUNTAD JURÍDICA:


CONCEPTO.

La voluntad individual, mirada en sí misma y a través de su ejercicio efectivo, a


través de su declaración y condicionada de antemano por la ley, es el factor
predominante destinado a reglar las relaciones jurídicas de carácter privado.

Enunciación de los elementos internos y externos

El artículo 260 del Código Civil y Comercial prevé:

“Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención


y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior”.

Los actos voluntarios son aquellos ejecutados con discernimiento, intención y


libertad, presupuestos estos que integran el elemento moral o interno del acto
voluntario, además del elemento material o externo, que es la manifestación de la
voluntad.
Cada elemento interno, como se verá, puede verse obstado por determinadas
circunstancias como la minoridad, la declaración de incapacidad o vicios, o el
error, dolo o violencia, que afectarán a uno o varios de esos elementos,
ocasionando la involuntariedad del acto.

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EL DISCERNIMIENTO.

CONCEPTO.

El CCyC no define al discernimiento, pero en doctrina se ha dicho que es la


cualidad o facultad del sujeto por la cual conoce o distingue lo bueno de lo malo,
lo justo de lo injusto, lo conveniente de lo inconveniente (LLambias, Arauz Castex,
De Gaspero- Morello)

Se refiere a la aptitud general de conocer, es decir, a la madurez intelectual para


razonar, comprender y valorar el acto y sus consecuencias. Se trata, en definitiva,
de tener una conciencia cabal de nuestras propias acciones, de su conveniencia e
inconveniencia, de su bondad o maldad, de su licitud o ilicitud (Buteler Cáceres,
2000).

Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede faltar
por la edad o por cuestiones de salud mental.

CAUSAS OBSTATIVAS DEL DISCERNIMIENTO

El artículo 261 del código único reza

“Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:


a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no hay cumplido diez
años;
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece
años, sin perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales.”

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La falta de discernimiento determina la falta de aptitud del sujeto para hacer uso
de la autonomía privada y no se produce a raíz de vicio alguno sino por una
circunstancia inherente a la aptitud intelectual general del sujeto.

Las causas que obstan el discernimiento pueden agruparse en dos grandes


grupos: aquellas que presuponen un desenvolvimiento insuficiente de la
inteligencia y las que importan considerar que el sujeto no estaba en pleno uso de
sus facultades intelectuales al realizar el acto (privación de la razón, punto “a”).

Respecto a la privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de
razón refleje alguna clase de patología más o menos permanente o bien un
oscurecimiento del intelecto temporal o accidental y sólo relacionado con el acto
en cuestión; circunstancias que incidirán en los extremos a acreditar en un
eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en cuenta los alcances concretos de la
inhabilidad del sujeto en caso de que hubiera sido objeto de una declaración
(Rivera y Medina, 2014).

En relación a la edad, debe señalarse que, de acuerdo al sistema que adopta el


Código Civil y Comercial, según el cual se presume, sin admitir prueba en
contrario, que las personas obran con discernimiento a partir de determinadas
edades, éstas deben ser capaces de distinguir entre actos lícitos y actos ilícitos.

En el caso de actos ilícitos, la ley ha entendido que el ser humano capta antes la
noción de lo bueno y de lo malo que la apreciación de lo que para él puede ser
conveniente o inconveniente y, por ello, presume, sin admitir prueba en contrario,
que los menores mayores de diez años tienen discernimiento para ejecutar actos
ilícitos y por ende habrán de responder por sus consecuencias, es decir que
responderán civilmente con su propio patrimonio. Esto, sin perjuicio de la
responsabilidad de los padres y del derecho de repetición que, en razón de este
discernimiento, estos tienen contra sus hijos (art. 1754 CCCN).

En cambio, respecto de los actos lícitos, la ley considera que se tiene


discernimiento desde los trece años, pero no para todos los actos, sino sólo para
que aquellos que la ley expresamente les permite realizar, como ser: la persona
adolescente de entre trece y dieciséis años puede tomar decisiones respecto de
aquellos tratamientos que no resultan invasivos; a partir de los dieciséis años,el
adolescente puede tomar decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo (art. 26
CCCN);puede ejercer profesión si ha obtenido título habilitante aunque sea menor
de edad (art. 30 CCCN).

LA INTENCIÓN.

CONCEPTO.

Se ha definido la intención como el discernimiento aplicado al acto concreto de


que se trata. Es representarse los motivos determinantes de la acción y tener
conocimiento concreto del estado de las cosas (Buteler Cáceres, 2000).

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Habrá intención en el acto cuando exista adecuada correspondencia entre lo


entendido y lo actuado, cuando se ha realizado el acto tal como se pensó llevarlo
a cabo.

LA LIBERTAD.
CONCEPTO.

La libertad consiste en el imperio de sí, en la posibilidad de elección sin coacción,


en la determinación propia, la independencia de la voluntad. Consiste en la
posibilidad de elegir entre distintas opciones sin presiones de ninguna naturaleza.

Este concepto comprende dos aspectos: la libertad física y la libertad moral o libre
albedrío.

Así, la libertad moral es la espontaneidad en la determinación adoptada por la


persona, sin ningún influjo extraño que pueda torcerla o desvirtuarla.

La libertad física es el poder material de hacer lo que de antemano se ha resuelto


hacer, o bien, abstenerse de hacer lo que de antemano se ha resuelto no hacer.

ELEMENTO EXTERNO

La manifestación de la voluntad. Nocion


Tal como hemos señalado anteriormente, la voluntad jurídica debe manifestarse a
través de un hecho exterior. Esta exigencia luce razonable, dado que, de no existir
alguna exteriorización, el mero suceso interno no puede ser valorado por el
ordenamiento.
La manifestación de la voluntad es una conducta mediante la cual se exterioriza la
voluntad del agente.

ARTICULO 262.-Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente,


por escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material.

Los diversos modos de manifestación de la voluntad


a) Manifestación verbal. La manifestación de la voluntad por medio de la
palabra hablada, si bien es un medio que traduce exactamente la
voluntad interna del emisor, tiene el inconveniente de que éste puede
más tarde negar o alterar lo dicho, haciendo muy difícil probar su
existencia, por lo que sólo se utiliza en actos de menor importancia.

b) Manifestación escrita. Ésta se traduce en la exteriorización de la


voluntad en un cuerpo de escritura que contiene la voluntad de quien la
emite. Es la que mayores garantías ofrece, ya que da certeza plena,
pudiendo estar contenida en instrumento público o privado. Es la más
conveniente sin dudas, pues, al quedar consagrada por escrito, adquiere
fijeza y por ende otorga seguridad, ya que facilita la prueba de la
declaración de voluntad.

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c) Manifestación por signos. Esta declaración consiste en la utilización


de gestos o actitudes dirigidos a otro u otros respecto de determinados
objetos, permitiendo lograr un significado único e inconfundible. Es decir,
hay una actitud física del sujeto que no deja lugar a dudas sobre su
voluntad interna. Por ejemplo, quien levanta la mano en un remate para
hacer una postura, o quien levanta la mano en la votación de una
asamblea.

¡¡¡Tener en cuenta el valor del silencio para nuestro ordenamiento jurídico!!!

ARTICULO 263.-Silencio como manifestación de la voluntad. El silencio opuesto a actos o


a una interrogación no es considerado como una manifestación de voluntad conforme al
acto o la interrogación, excepto en los casos en que haya un deber de expedirse que
puede resultar de la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y prácticas, o de una
relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.

VICIOS DE LOS ACTOS VOLUNTARIOS.

El defecto en alguno de los elementos internos del acto voluntario se denomina


“vicio”.

En relación a los elementos, intención y libertad, pueden concurrir vicios. Así,


respecto a la intención, pueden afectarla los vicios de error o ignorancia o el vicio
del dolo. En estos casos, no habrá intención. Y respecto de la libertad, pueden
concurrir la fuerza irresistible o la intimidación.

EL ERROR. NOCIÓN.

El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un


conocimiento inexacto de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción
acerca de alguno de los elementos de las circunstancias vinculadas al acto que se
ejecuta o a su régimen legal.

ERROR DE DERECHO. CONCEPTO.

El error de derecho consiste en desconocer la existencia o contenido de una


norma jurídica, o interpretar su significado de una manera distinta a la real, o
hacer una aplicación inexacta de esa norma a una situación jurídica que no la
regula, o atribuir a un hecho o una situación jurídica una calificación jurídica
incorrecta, o suponer en vigor una norma inexistente.
El artículo 8 del Código Civil y Comercial dispone “Principio de inexcusabilidad.
“La ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la
excepción no está autorizada por el ordenamiento jurídico”.

ERROR DE HECHO.
El error de hecho, tal como ya referimos, es la falsa noción que recae sobre los
elementos o circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídica
de que se trate. Éste puede recaer en el contenido o presupuesto del acto, así

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como en la identidad de las personas, en la naturaleza o características de las


cosas o los hechos materiales constitutivos de la conducta.

ARTICULO 265.-Error de hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la


nulidad del acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser
reconocible por el destinatario para causar la nulidad.

● Es esencial si recae sobre la naturaleza del acto, sobre un bien o un hecho


diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad,
extensión o suma diversa a la querida; sobre la cualidad sustancial del bien que
haya sido determinante de la voluntad jurídica según la apreciación común o las
circunstancias del caso; sobre los motivos personales relevantes que hayan sido
incorporados expresa o tácitamente; sobre la persona con la cual se celebró o a la
cual se refiere el acto si ella fue determinante para su celebración

El error esencial, regulado en el art. 267 del Código Civil y Comercial, es el que
afecta los aspectos primordiales del acto.
ARTICULO 267.-Supuestos de error esencial. El error de hecho es esencial cuando recae sobre:
a) la naturaleza del acto;
b) un bien o un hecho diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad,
extensión o suma diversa a la querida;
c) la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica según la
apreciación común o las circunstancias del caso;
d) los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente;
e) la persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante para su
celebración.

El precepto contempla distintos supuestos.

a) Error en la naturaleza del acto: es aquel que recae sobre la especie


jurídica de lacto que se celebra, produciéndose una divergencia o falta de
concordancia entre la declaración o comportamiento de una de las partes y
la representación de lo declarado o actuado. Por ejemplo, cuando alguien
presta algo a quien entiende que se lo están regalando.
b) Error sobre el objeto: este error se produce cuando el sujeto cree celebrar
un negocio jurídico respecto de un determinado objeto o de un determinado
hecho y, en realidad, se trata de una cosa o hecho distinto: por ejemplo, en
una venta de granos, el vendedor ha entendido que se trata de cebada y el
comprador de trigo; error sobre la cantidad, extensión o suma, este error
de cantidad no debe consistir en un mero error en el cálculo.
c) Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades
sustanciales de una cosa, todas las partes y todas las propiedades de una
cosa, sin las cuales dejaría de ser lo que ella es. Es decir, no sólo debe
tratarse de una cualidad de la cosa sino que esa cualidad se ha tenido en
mira al contratar, es decir, no debe ser accidental.
d) Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral, es
decir, el motivo interno que ha inclinado a ejecutar el acto. Al pertenecer al
fuero interno de cada sujeto, los motivos sólo pueden llevar a una anulación
cuando surjan expresa o implícitamente del acto, ya que, de lo contrario, se

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estaría perjudicando a la otra parte, que no tiene forma de conocer lo que


pensaba el otro. Así, quien compra un automóvil creyendo por error que el
suyo no tiene arreglo no podría, una vez advertido de la realidad de las
cosas, demandar la nulidad del acto, ya que se trata de motivos ajenos al
vendedor.
e) Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre
alguno de los sujetos o partes del negocio, ya sea respecto de la identidad
de uno de ellos o de sus cualidades. Este error es causa de nulidad
solamente cuando la consideración de la persona ha sido causa
determinante para su celebración, como la donación hecha a una persona a
quien se toma por otra, o en las obligaciones intuitae personae; pero no es
causa de nulidad cuando la persona del contratante es indiferente, como en
el caso de un prestamista, vendedor o locador.

● Es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer


según la naturaleza del acto, las circunstancias de persona, tiempo y lugar (art.
266 del CCCN).
ARTICULO 266.-Error reconocible. El error es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo
pudo conocer según la naturaleza del acto, las circunstancias de persona, tiempo y lugar.
Se dice que el error es reconocible cuando el destinatario de la manifestación de
la voluntad, actuando con la normal diligencia, ha debido advertir el error en que
incurría la contraparte.

ERROR DE CÁLCULO

ARTICULO 268.-Error de cálculo. El error de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino
solamente a su rectificación, excepto que sea determinante del consentimiento.
Al respecto pueden presentarse distintas hipótesis. Por un lado, el error en la
cantidad puede manifestarse como error en la declaración; se presenta este caso
cuando la designación en la cantidad constituye un momento de individualización
del objeto del negocio y a él debe equipararse. Pero, como advierte Messineo,
normalmente el error en la cantidad no es error en la declaración, sino error-
motivo. Sobre este aspecto, se dice que lo más está comprendido en lo menos, de
modo que la cantidad mayor no contiene error porque el que pretende recibir lo
más está dispuesto también a recibir lo menos. Sin embargo, no siempre es
posible razonar de esta forma. Es así que cuando se trata de un acto jurídico
oneroso es preciso que ambas partes hubieran hecho referencia a la misma
cantidad, porque si cada uno menciona cantidades diferentes, el negocio es nulo,
conclusión que se desprende a partir de la relación que necesariamente debe
existir entre prestación y contraprestación.
Cuando el error recae sobre el valor o el precio, de ordinario puede tratarse de
error esencial. Así ocurre cuando se cree comprar una obra de arte que se
considera de mucho valor y es solo una buena imitación; en tal caso, se trataría —
en verdad— de error en la cualidad esencial de la cosa.
En síntesis, siempre que el error de cálculo no sea accidental se lo asimila al error
en la individualización del objeto. En tal caso, no procede admitir que las partes
acordaron por la suma menor. Pero, de tratarse de un mero error numérico, es

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claro que, como prevé el artículo en comentario, la nulidad no será viable, sino que
procede su rectificación.
ERROR EN LA DECLARACION:

ARTICULO 270.-Error en la declaración. Las disposiciones de los artículos de este


Capítulo son aplicables al error en la declaración de voluntad y en su transmisión.

El error en la declaración puede referirse a cualquiera de los aspectos


configurativos del error esencial propiamente dicho. Así, puede haber error en la
declaración respecto de la identidad de la persona, sobre las cualidades
esenciales de la cosa y en lo atinente al objeto o respecto de sus cualidades
esenciales.
El error en la declaración puede manifestarse de tres modos:
a) Cuando la persona realiza una declaración en forma involuntaria o inconsciente.
b) Cuando se emite una declaración que no refleja su efectiva voluntad. Es decir,
la voluntad declarada no existe aun cuando exista otra. Así, por ejemplo, el sujeto
confunde un documento con otro y firmó el que no quería. Este es el supuesto
más fecundo en ejemplos y el que se vincula con el error obstativo o impropio. Así,
el clásico ejemplo del que dice que compra cuando en realidad quiere vender.
c) El sujeto emplea deliberadamente expresiones pero no conoce que tienen
distintos significados, acepciones o que pueden hacer referencia a diferentes
especies. Así, cuando se celebra una operación en dólares en el entendimiento de
que se trata de dólares canadienses pero se desconoce que el signo representa
dólares norteamericanos.
En cualquiera de esos casos la voluntad se ha formado correctamente sobre un
exacto conocimiento de lo que se quiere realizar, pero la equivocación se produce
al declarar o transmitir la voluntad.

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EL DOLO.
ARTICULO 271.-Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso
o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que
se emplee para la celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos
que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la reticencia u
ocultación.

DOLO ESENCIAL.
El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es determinante de la
voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por ambas partes” Art.
272

Para determinar si el dolo es esencial, habrá que verificar que se reúnan los cuatro
requisitos que fija el precepto:

1. Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia
o ardid. La conducta o maniobra empleada debe ser apta para inducir a
engaño a una persona que pone la diligencia necesaria en los asuntos,
calidad que ha de ser evaluada en función de las circunstancias y
condiciones personales del sujeto engañado.

2. Debe ser determinante de la voluntad: ello es así cuando, de no haber


mediado el engaño, el sujeto no hubiere celebrado el negocio jurídico. Ésta
es la principal diferencia con el dolo incidental que seguidamente veremos.

3. Debe probar un daño importante: el artículo no sólo requiere que la


víctima haya sufrido un daño, sino que éste haya sido de relevancia, con
cierta significación para la persona que lo sufre, pero no sólo de
significación económica, pues puede tratarse de un daño moral. (Tagle,
2002).

4. Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede


pretender que se anule el acto alegando el cometido en su perjuicio por la
otra parte. Ello así, pues se trata de una exigencia negativa, cuyo
fundamento radica en la regla de que nadie puede alegar la propia torpeza.
Además, se trata de un deber moral que deben presidir las relaciones entre
las personas, por ello “quien juega sucio no tiene derecho a exigir juego
limpio” (Rivera y Medina, 2014, p. 626).

DOLO INCIDENTAL

ARTICULO 273.-Dolo incidental. El dolo incidental no es determinante de la voluntad; en


consecuencia, no afecta la validez del acto.

Es aquel en el que le falta uno o más requisitos que exige el art. 272 para que el
dolo sea apto para actuar como vicio. El dolo incidental no afecta la celebración
del acto, sino sus condiciones. Es decir, la parte que lo sufre lo habría celebrado

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aun de no haber mediado el engaño, aunque en condiciones distintas; por ende,


no es causa de invalidez del acto, aunque quien lo comete debe resarcir los daños
causados.
Finalmente, debemos señalar que el dolo esencial y el dolo incidental pueden ser
directo, si es cometido por una de las partes del acto jurídico, su dependiente o
representante; o indirecto, si proviene de la conducta de un tercero ajeno a la
relación de que se trata para beneficiar a alguna de las partes. Una y otra clase de
dolo afectan la validez del acto (art. 274 del CCCN).

LA VIOLENCIA:

NOCIÓN

La violencia en términos jurídicos es la coerción que por distintos medios se


emplea sobre una persona para obligarla a ejecutar un acto que no estaba
dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos formas diferentes: la fuerza
irresistible, que tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el empleo de
una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales; o bien, la
intimidación o amenazas que inspiran en la víctima el temor fundado de sufrir un
mal inminente y grave que suprime su libertad en el obrar.

CLASES.

El artículo 276 del Código Civil y Comercial prevé:

Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor de sufrir
un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar en la persona o bienes
de la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto. La relevancia de las amenazas
debe ser juzgada teniendo en cuenta la situación del amenazado y las demás
circunstancias del caso.

Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor


de sufrir un mal grave e inminente que no se pueden contrarrestar o evitar en la

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persona o bienes de la parteo de un tercero, causan la nulidad del acto. La


relevancia de las amenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la situación del
amenazado y las demás circunstancias del caso.

Así, de acuerdo al precepto mencionado, la violencia se puede ejercer a través de


dos modalidades: la fuerza irresistible y las amenazas o intimidación.

La fuerza irresistible es la coacción física o material que suprime la libertad


constriñendo al sujeto a obrar en determinado sentido o a dejar de hacerlo. Se
trata de una fuerza suficientemente grave como para impedir a la víctima repelerla

La violencia moral o intimidación, que consiste en inspirar temor por medio de


amenazas para infundir miedo, alterando el ánimo y la libertad de obrar para que
el amenazado ceda en perjuicio de sus propios intereses.
El diccionario de la RAE define al verbo amenazar como “Dar a entender con
actos o palabras que se quiere hacer algún mal a alguien”. Y amenaza como
“Delito consistente en intimidar a alguien con el anuncio de la provocación de un
mal grave para el o su familia.”

Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para crear el
temor racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la situación del
amenazado y las demás circunstancias del caso (art. 276 del CCCN).

La gravedad se valorará teniendo en cuenta los bienes jurídicos –que pueden ser
de naturaleza patrimonial o no; la vida, la salud, la honra, la reputación, la
intimidad, etc.– del propio amenazado, así como de cualquier otro sujeto en tanto
y en cuanto se demuestren aptos para alterar la conducta del afectado.

Asimismo, el mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente presente o


actual, pero sí de realización en un lapso más o menos próximo, de modo que no
pueda evitarse a tiempo ni reclamarse el auxilio de la autoridad pública para
impedir la amenaza o defenderse de ella.

EFECTOS.

Como los demás vicios de la voluntad, la sanción es la nulidad relativa del acto.
Se engendra también una acción de responsabilidad por los daños y perjuicios,
que es indepedendiente de la acción de nulidad.

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SUB EJE TEMATICO N° 6


LOS ACTOS JURÍDICOS

6.1 DEFINICIÓN.

El acto jurídico se presenta como –acto–voluntario y lícito que tiene por fin
inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas. (Art. 259)

De tal definición se advierten los caracteres que presenta el acto jurídico:


1) Es un acto voluntario: el acto jurídico es en esencia un acto voluntario, es
decir ejecutado con discernimiento, intención y libertad. Esta voluntad
interna debe traducirse en una acción material que la dé a conocer.

2) Acto lícito: el acto jurídico debe ser conforme a los preceptos del derecho,
pues no podría concebirse que el ordenamiento tutelara actos contrarios al
ordenamiento mismo. De modo que, cuando aparece en sus elementos lo
contrario a la ley, al orden público o a las buenas costumbres, la ilicitud se
comunica a todo el acto que, en consecuencia, es inválido.

3) El fin jurídico inmediato: el fin jurídico es la realización de un interés que


la ley considera digno de tutela, característica sobresaliente del acto jurídico
porque en ella se manifiesta el aspecto funcional del negocio jurídico como
instrumento destinado a cumplir una función económico-social. Este
aspecto funcionales el que permite distinguir el acto jurídico de otros actos
que, siendo voluntarios y lícitos, no son actos jurídicos, ya que la voluntad
no está encaminada a establecer relaciones jurídicas, o no tiene por objeto
inmediato la producción de efectos jurídicos (Tagle, 2002).

6.2 ELEMENTOS ESENCIALES Y ACCIDENTALES.

ELEMENTOS ESCENSIALES:
SUJETO: Las partes que emiten su manifestación de voluntad.
Parte del negocio jurídico es la persona física o jurídica, cuya esfera jurídica de
actuación es alcanzada por los efectos del negocio jurídico.

OBJETO:
ARTICULO 279.-Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la
ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de
la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo
sea.

CAUSA:

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ARTICULO 281.-Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha
sido determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean
lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas
partes.
ELEMENTOS ACCIDENTALES

Se denominan modalidades o elementos accidentales del acto jurídico a aquellas


disposiciones accesorias introducidas por las partes, que modifican los efectos
normales del tipo legal, subordinando a un acontecimiento futuro la adquisición de
un derecho o la resolución de un derecho ya adquirido, postergando su
exigibilidad, o imponiendo un deber jurídico excepcional y accesorio al adquirente
de un derecho.

Las modalidades que las partes, de conformidad a la autonomía de la voluntad,


pueden introducir a los actos jurídicos son: a) condición; b) plazo; c) cargo.

a) CONDICIÓN
El artículo 343 del CCCN establece:
“Se denomina condición a la cláusula de los actos jurídicos, por la cual las
partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho futuro e
incierto”.

b) PLAZO
El plazo es “la fijación en el tiempo del momento a partir del cual el acto
jurídico comenzará a producir efectos, o dejará de producirlos”(Bustamante
Alsina,2005, p. 228). En este sentido, tanto el plazo como la condición
refieren a un hecho futuro, aunque, a diferencia de la condición, en laque el
suceso es contingente (es decir que no se sabe si se va a producir), en el
plazo, el acontecimiento debe fatalmente ocurrir.

c) CARGO.

El artículo 354 dispone:


“El cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un
derecho. No impide los efectos del acto, excepto que su cumplimiento se
haya previsto como condición suspensiva, ni los resuelve, excepto que su
cumplimiento se haya estipulado como condición resolutoria”.

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6.3 VICIOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS.

Son vicios propios de los actos jurídicos la lesión, la simulación y el fraude.

LESIÓN:

ARTICULO 332.-Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando
una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable desproporción
de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el
momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera
de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado
al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.

PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA.

Para que se configure la figura de la “lesión subjetiva-objetiva”, es necesario que


concurran:
a) la grave desproporción en las prestaciones que debe existir al momento
de la celebración del negocio jurídico –elemento objetivo–y

b) el elemento subjetivo, que es la explotación por parte del beneficiario de


la “necesidad”, “debilidad síquica” o “inexperiencia” del lesionado.

ACCIONES DEL LESIONADO. EFECTOS.

El vicio de lesión subjetiva origina en cabeza del lesionado o sus herederos dos
acciones. Ninguna otra persona puede ejercer esta acción; Es decir que los
sucesores singulares no pueden accionar por acto entre vivos, porque la acción es
de carácter personalísima. La intransmisibilidad se funda en que la parte lesionada
es la única que puede saber si se dan las circunstancias subjetivas necesarias
para la configuración del vicio de lesión.

Así, los legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía de
acción como de excepción, la nulidad, como la modificación del acto lesivo, es
decir, un reajuste equitativo del convenio. Si el lesionado opta por esta segunda
opción, el litigio queda “trabado” en ese aspecto y el demandado no puede
reconvenir por nulidad.

Ahora bien, en el caso de que el lesionante demande por nulidad, el demandado


puede, al contestar la demanda, modificar dicho reclamo en acción de reajuste, si
ofrece suprimir la desproporción de las prestaciones.

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LA SIMULACIÓN.

CONCEPTO.

La palabra simulación, que proviene de las latinas simuli y actio, indica el concierto
o la inteligencia de dos o más personas para dar a una cosa la apariencia de otra,
siendo su finalidad el engaño.

Art. 333: La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un


acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son
sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o
transmiten derechos o personas interpuestas, que no son aquellas para quienes
en realidad se constituyen o transmiten.

Es decir, hay simulación cuando los contratantes crean, con su declaración, sólo la
apariencia exterior de un contrato del que no quieren los efectos, o cuando crean
la apariencia exterior de un contrato diverso del querido por ellos.

Definición:
Defecto de buna fe del acto jurídico consistente en la discordancia consciente y
acordada entre la voluntad real y la declarada por los otorgantes del acto,
efectuada con ánimo de engañar, de donde puede resultar, o no, lesión al
ordenamiento normativo o a los terceros ajenos al acto.

ELEMENTOS DEL NEGOCIO SIMULADO


Los elementos del negocio simulado son:

a) contradicción entre la voluntad interna y la declarada


b) el acuerdo de partes que precede y sirve de causa a esa
contradicción y
c) el propósito de engañar

CLASES DE SIMULACIÓN.

Por un lado, tenemos la simulación absoluta y relativa.

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Tal como hemos explicado, la simulación importa necesariamente un acuerdo


entre quienes celebran el negocio jurídico, consistente en el concierto para
producir una declaración de voluntad diferente de la voluntad real, y ello obedece
a una razón determinante que se conoce como causa simulandi.

La causa simulandi es el interés que induce a las partes a dar apariencia a un


negocio jurídico que no existe, o a presentarlo en forma distinta de lo que
verdaderamente es. Esta razón que tuvieron para celebrar el negocio aparente
puede ser perfectamente inocente o bien perjudicial a terceros, lo que reviste
fundamental importancia para distinguir la simulación lícita de la ilícita.

ARTICULO 334.-Simulación lícita e ilícita. La simulación ilícita o que perjudica a un tercero provoca
la nulidad del acto ostensible. Si el acto simulado encubre otro real, éste es plenamente eficaz si
concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni perjudica a un tercero. Las
mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.

La simulación ilícita se verifica cuando el negocio jurídico tiene como fin


perjudicar a terceros o quebrantar el ordenamiento jurídico.

La simulación lícita cuando el negocio simulado no es ilícito ni perjudica a un


tercero. Por ej., si para administrar un bien durante mi prolongada ausencia, en
vez de dar un mandato transmito la propiedad del mismo.

ACCIÓN ENTRE PARTES Y POR TERCEROS. EFECTOS.

El artículo 335 del Código Civil y Comercial regula esta cuestión. Así prevé:
ARTICULO 335.-Acción entre las partes. Contradocumento. Los que otorgan un acto
simulado ilícito o que perjudica a terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el
otro sobre la simulación, excepto que las partes no puedan obtener beneficio alguno de las
resultas del ejercicio de la acción de simulación.
La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo
contradocumento. Puede prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las
cuales no existe o no puede ser presentado y median circunstancias que hacen inequívoca
la simulación.

El principio generales que los simuladores del negocio jurídico carecen de toda
acción entre ellos.

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Ello es así, toda vez que las partes se pusieron de acuerdo en eludir una
prohibición legal o perjudicar a terceros, por lo que pierden, en principio, el
derecho de impugnar el acto por el vicio de simulación.

EL CONTRADOCUMENTO

El contradocumento es la prueba por excelencia entre las partes de la simulación.

Es el instrumento público o privado otorgado por las partes o el beneficiario del


acto simulado, normalmente destinado a quedar secreto, en el que se declara el
verdadero contenido o carácter del acto y tendiente a restablecer la realidad de las
cosas.
Requisitos del contradocumento:
● Ser otorgado por las partes del negocio o el beneficiario de la simulación

● Referirse al negocio simulado

● Tener simultaneidad intelectual.

ACCIÓN INTERPUESTA POR TERCEROS.


El artículo 336 del código único establece

“Acción de terceros. Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son


afectados por el acto simulado pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la
simulación por cualquier medio de prueba.”

EFECTOS:

El CCyC considera a la simulación como un vicio que acarrea la nulidad del acto
jurídico aparente.

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ARTICULO 334.-Simulación lícita e ilícita. La simulación ilícita o que perjudica a un


tercero provoca la nulidad del acto ostensible. Si el acto simulado encubre otro real, éste
es plenamente eficaz si concurren los requisitos propios de su categoría y no es ilícito ni
perjudica a un tercero. Las mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.

EFECTOS FRENTE A TERCEROS:


ARTICULO 337.-Efectos frente a terceros. Deber de indemnizar. La simulación no puede
oponerse a los acreedores del adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los
bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto
impugnado sólo procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la simulación.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden
solidariamente por los daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos
se transmitieron a un adquirente de buena fe y a título oneroso, o de otro modo se
perdieron para el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el deudor,
responde en la medida de su enriquecimiento.
EL FRAUDE.
NOCIÓN.

La noción de fraude implica una inmediata referencia al engaño, al acto contrario a


la verdad y al recto proceder. El fraude supone una conducta tendiente a eludir los
efectos de una norma imperativa o de origen convencional, utilizando otra vía
negocial no reprobada por ley. El fraude se configura mediante actos reales, serios
y no aparentes, no simulados. No diverge la voluntad de la realidad declarada,
sino que esta realidad amparada en una norma legal elude las disposiciones de
otra o perjudica a un tercero. Este fraude no es otro que el fraude a la ley y que
está contemplado en el art. 12 del Código Civil y Comercial.

“Fraude a la ley. Las convenciones particulares no pueden dejar sin efecto


las leyes en cuya observancia está interesado el orden público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que
persiga un resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma
imperativa, se considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto
debe someterse a la norma imperativa que se trata de eludir.”

EL FRAUDE A LOS ACREEDORES

Esta caracterización permite señalar tres notas que se hallan presentes en la


noción de fraude a los acreedores:

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a. otorgamiento por el deudor de actos o negocios jurídicos;


b. provocación o agravación de la insolvencia del deudor y
c. sustracción de bienes del patrimonio del deudor en perjuicio
de los derechos de los acreedores.

En nuestro derecho civil, el acto fraudulento es susceptible de ser atacado por vía
de la acción revocatoria regulada por los art. 338 y sig.
La admisión de la acción revocatoria civil importa declarar que el acto es
inoponible respecto del acreedor o acreedores que han intentado la acción.

LA ACCIÓN DE INOPONIBILIDAD.

ARTICULO 338.-Declaración de inoponibilidad. Todo acreedor puede solicitar la


declaración de inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus
derechos, y de las renuncias al ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese
podido mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna.

La acción de fraude a los acreedores se denomina también revocatoria o pauliana,


en honor al pretor Paulo, que introdujo entre las acciones personales el interdictum
fraudatorum. Se concede a los acreedores contra los deudores que ponen en
peligro la garantía común al realizar actos de disposición patrimonial que provocan
o agravan la insolvencia para sustraer bienes que deberían ser ejecutados.
El artículo en comentario empieza el análisis del instituto estableciendo
directamente el efecto principal de la acción de fraude. Señala al respecto que, a
pedido del acreedor, podrá declararse la inoponibilidad de los actos celebrados
por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al ejercicio de
derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su
estado de fortuna. De esta forma, queda clara la distinción entre los efectos de la
acción de simulación —la nulidad— y este supuesto, es decir, la acción de fraude,
que integra la nómina de actos ineficaces (ver comentario al art. 382 CCyC).
En este supuesto de inoponibilidad, la ineficacia del acto no se extiende erga
omnes. El negocio en sí mismo es válido y eficaz pero, para algunas personas,
concretamente aquellas que resultan perjudicadas, no es oponible, esto quiere
decir que dichos acreedores pueden comportarse como si el acto no se hubiese
efectuado. En otros términos, esos terceros pueden oponerse a que el acto
produzca efectos en su contra. Por supuesto, la inoponibilidad solamente favorece
al acreedor que ha promovido la acción y hasta el importe de su crédito. De modo
que como el acto es válido per se, una vez desinteresado el acreedor que
promovió juicio, los efectos del acto se producen normalmente entre las partes. De
ahí, si luego de ejecutado queda un remanente, este ingresa al patrimonio del
adquirente, que es el titular de la cosa.
Aunque los actos de enajenación patrimonial son los que con mayor frecuencia
dan lugar al ejercicio de la acción revocatoria o pauliana, también pueden agravar
o provocar la insolvencia otro tipo de actos. Así, el pago de una deuda no vencida;
la partición de una herencia que asigna al deudor bienes de un valor inferior al que

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le hubiera correspondido; la renuncia a un privilegio o a una herencia o a una


prescripción ganada. También es susceptible de ser impugnada por fraudulenta la
renuncia a percibir una indemnización.
El CCyC, siguiendo en este punto la interpretación que formula la doctrina,
considera que no solamente los actos de enajenación realizados en fraude a los
acreedores pueden ser objeto de la acción, sino que también los actos de no
enriquecimiento —como rechazar una herencia que impide el ingreso de bienes al
patrimonio— pueden ser llevados a cabo en fraude a los acreedores y, como tales,
pueden ser atacados por vía de la acción revocatoria o pauliana. Asimismo, se
introduce la posibilidad de que, además de los actos jurídicos perfectos, sean
objeto de revocación las facultades, tal como la posibilidad de oponer la
prescripción de una acción. Por supuesto, si dichas facultades son inherentes a la
persona o tienen un contenido moral, como es la facultad de solicitar la revocación
de una donación por ingratitud (art. 1573 CCyC), la inacción del titular no será
susceptible de ser cuestionada por el acreedor.
En principio, cualquier acreedor —sin distinción de categorías— puede promover
acción revocatoria. Anteriormente se reconocía ese derecho únicamente a los
acreedores quirografarios, esto es, a aquellos que no tienen ninguna preferencia
para el cobro de sus créditos, porque se entendía que los acreedores privilegiados
se encontraban debidamente resguardados con sus respectivas garantías. Sin
embargo, la doctrina entendía que era posible para estos últimos promover acción
si una vez ejecutado el bien asiento del privilegio quedaba algún remanente que
debía ser ejecutado contra otros bienes del obligado. Actualmente, el art. 338
CCyC no menciona ninguna categoría especial de legitimados, sino que confiere
acción a "todo acreedor", de lo que se infiere que bastará con invocar un interés
legítimo y demostrar la configuración de todos los requisitos para promover la
acción.

Requisitos:

ARTICULO 339.-Requisitos. Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de


inoponibilidad:
a) que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el
deudor haya actuado con el propósito de defraudar a futuros acreedores;
b) que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
c) que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que
el acto provocaba o agravaba la insolvencia.

Efectos:

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6.4 INEFICACIA DE LOS ACTOS JURÍDICOS. CONCEPTO. CATEGORÍAS DE


INEFICACIA. EFECTOS.

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Preguntas DERECHO PRIVADO I

Sub Eje Nº 1

1. ¿Qué son los Derechos Personalísimos? ¿Qué caracteres tienen?


2. ¿Qué son los Atributos de la persona? ¿Cuáles son?
3. En lo referido al Nombre: ¿Cómo se compone el mismo? ¿Qué dice el código en lo referente a la
elección del nombre? ¿Cómo es la regulación del Apellido de los Hijos? ¿Una persona puede
cambiarse el nombre? ¿Por qué? ¿Qué acciones reconoce el código para la protección del nombre?
¿Quiénes son los legitimados para poder solicitarlo?
4. ¿Qué se entiende por Domicilio? ¿Qué clases existen? ¿Cuáles son sus caracteres?
5. ¿Qué es la Capacidad? ¿Qué clases de Capacidad existen?
6. ¿Qué es el Estado Civil?
7. ¿Cuándo comienza la existencia de la persona según nuestro Código? ¿En qué art. está regulado?
8. ¿Qué entiende nuestro código por Simple Ausencia de la Persona? ¿Qué requisitos tiene para su
declaración? ¿Qué efectos produce?
9. ¿Qué es la Muerte Presunta? ¿Qué casos existen? ¿Cuáles son los plazos para su declaración? ¿Qué
efectos produce?

Sub Eje Nº 2

1. ¿Qué es la Incapacidad? ¿Cómo podemos clasificar a la Incapacidad?


2. ¿Qué es la Incapacidad de Ejercicio? ¿Qué caracteres tiene? ¿Quiénes son Incapaces de Ejercicio
según nuestro Código?
3. Según el Código Civil y Comercial: ¿Quiénes son considerados Adolecentes? ¿Qué derechos les otorga
el Código? ¿En materias de Salud que decisiones pueden tomar? ¿Pueden ejercer la profesión?
¿Pueden adquirir bienes?
4. ¿Qué diferencias encuentra entre una persona con capacidad restringida y con incapacidad? ¿Qué
presupuestos deben darse para poder aplicar una u otra? ¿Cuál es el procedimiento para su
declaración? ¿Quiénes son los legitimados activos para poder solicitarla? ¿Solo los enumerados en el
Código Civil y Comercial pueden hacerlo? ¿Qué se debe hacer con la sentencia de restricción de la
capacidad? ¿Existe un plazo de revisión?
5. ¿Quiénes son los inhabilitados para nuestro Ordenamiento Jurídico? ¿Qué presupuestos jurídicos
requiere? ¿Qué efectos produce su declaración?

Sub Eje Nº 3

1. ¿Quiénes son las Personas Jurídicas para nuestro derecho? ¿Qué clasificación existe? Enumere las
Personas jurídicas de carácter Público y las de carácter Privado.
2. ¿Cuál es el eje rector de la Teoría de la Personalidad de las Personas Jurídicas?
3. ¿Qué entiende por inoponibilidad de la persona jurídica?
4. ¿Qué son los atributos de la Persona Jurídica? ¿Cuáles son?
5. En cuanto al Nombre ¿Cuál es su régimen legal?
6. ¿Qué establece nuestro Código en lo referente al Domicilio? ¿Y a la sede?
7. ¿Qué entiende por patrimonio de la Persona Jurídica?
8. ¿Qué clase de capacidad gozan las Personas Jurídicas?
9. ¿Qué es el instituto de la Representación? ¿Qué clases existen? ¿Cuál es el régimen legal en las
Personas Jurídicas?
10. ¿Cómo está Regulada la Responsabilidad Civil de las Personas Jurídicas? ¿Qué clase de
Responsabilidad Civil se le puede atribuir?

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Sub Eje Nº 4

1. ¿Qué se entiende por Bines? ¿y por Cosas?


2. Clasificación de los Bienes
3. ¿Cuáles son los Bienes Inmuebles? ¿Cómo se los clasifican? ¿Qué son los bienes muebles?
4. ¿Qué se entiende por cosas divisibles y no divisibles? ¿Qué requisitos tiene?
5. Definir cosas Consumibles y No Consumibles
6. ¿Qué son los frutos? ¿Cómo se clasifican? Ejemplos de cada una
7. ¿Qué son los productos? Ejemplos
8. ¿Qué es el patrimonio? ¿Cómo está compuesto?
9. Vivienda: ¿Qué es? ¿Cuál es el Régimen de afectación? Requisitos. ¿Quiénes son los beneficiarios?
¿Qué deudas quedan comprendidas y cuáles no?

Sub Eje Nº 5

1. ¿Qué son los Hechos Jurídicos? ¿Cómo los podemos clasificar?


2. ¿Qué diferencia hay entre el Simple Acto Licito y el Acto Jurídico?
3. ¿Qué es el Acto Voluntario? ¿Cuáles son sus elementos?
4. ¿Qué es el Discernimiento? ¿Cuáles son las causales obstativas del discernimiento?
5. ¿Qué es la Intención? ¿Y la Libertad?
6. ¿Cuál es el elemento externo del Acto Voluntario?
7. ¿Qué es el Error? ¿Qué clases de Error conocen? ¿Qué requisitos tiene que tener el Error de Hecho
para producir la nulidad del acto?
8. ¿Qué es el Dolo? ¿Qué es el Dolo esencial? ¿Qué efectos produce?
9. ¿Qué es la Violencia? ¿Qué clases existen? ¿Qué efectos produce?

Sub Eje Nº 6

1. ¿Qué es el Acto Jurídico?


2. ¿Cuáles son los elementos esenciales de los Actos Jurídicos? ¿Y los accidentales?
3. ¿Qué es la Condición? ¿Qué clases de condición existen?
4. ¿Qué es el Plazo? ¿Qué clases de plazo existen?
5. ¿Qué es el Cargo?
6. ¿Qué es la Lesión? ¿Cuáles son los requisitos objetivos y subjetivos? ¿Qué acciones tiene el
lesionado?
7. ¿Qué es la Simulación? ¿Qué clases de simulación hay? ¿Qué acciones pueden ejercer entre las
partes? ¿Y los terceros?
8. ¿Qué es e Fraude? ¿Qué es la acción de inoponibildiad?
9. ¿Qué es la ineficacia de los Actos Jurídicos? ¿Qué clases de ineficacia se pueden dar?
10. ¿Qué es la Nulidad? Clases de Nulidad. ¿Qué efectos producen?
11. ¿Qué es la Inoponibilidad? ¿Qué efectos produce?

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Página | 79

Martin Aznar contrajo matrimonio con Lucia Fuentes, a quien describe como una persona
absorbente, con problemas psicológicos y un estilo de vida llamativo y de religión no católica, no
obstante lo cual tomo la decisión de casarse.

Para realizar la fiesta Martin contrajo diversas deudas acordando financiar el pago. Sin embargo,
meses mástarde es despedido de su trabajo, por lo que comienza a tener inconvenientes para
cumplir con sus acreedores. Ante el temor de una eventual ejecución de su departamento, Martin
transfiere el PH a su madre, mediante escritura pública, aunque se queda viviendo allí sin realizarle
pago alguno a su progenitora.

Al año de haberse casado Martin pretende que se declare la nulidad de su matrimonio alegando
error en las cualidades personales de su cónyuge.

CONSIGNAS A RESOLVER

1) ¿Cree que se configuran los requisitos necesarios para que el error alegado vicie la
voluntad de Martin? Fundamente su respuesta.
2) ¿Qué acción tienen los acreedores de Martin para que se produzca el retorno del
inmueble a su patrimonio? ¿Que deberían acreditar para que proceda?
3) Si la madre de Martin hubiere transferido el PH a un tercero Juan Gómez quien pago
debido precio por la unidad, que además desconocía el origen del inmueble ¿los
acreedores de Martin podrían haber dirigido la acción en su contra (Juan Gómez)?
Explique su respuesta.

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Llega a su estudio José Saravia y le comenta que se casó, porque Mariana – su mujer- lo engaño
acerca de que estaba embarazada. Le indica que la Sra. fraguo documentación para que el creyera
que estaba embarazada y mediante esa maniobra lograr contraer matrimonio.

Le manifiesta que por sus firmes creencias religiosas, él se casó por el embarazo de Mariana, y
ahora enterado de la verdad de los hechos, quiere anular el matrimonio.

Por otro lado Julio aprovechando la consulta, le infiere que firmo un boleto de compraventa con su
hermano Cesar por la venta de una casa, pero que en dicho boleto se consignó una cláusula que
prevé: “la entrega de la vivienda se efectuara el día que Bruno Saravia – hijo de Cesar Saravia-
cumpla 18 años, es decir el día 26/09/2017”.

Consignas a resolver

1) ¿Puede Julio anular el matrimonio en virtud de la existencia de algún vicio de la


voluntad? En su caso en que consiste el vicio y cuáles son sus presupuestos de
procedencia.
2) ¿Qué es la nulidad y cuáles son sus efectos?
3) Teniendo en cuenta la clasificación de los actos jurídicos según su forma, ¿el boleto de
compraventa que tipo de acto jurídico es?
4) ¿La cláusula inserta en el boleto de compraventa es válida? ¿De qué tipo de elemento
accidental del acto jurídico se trata? Fundamente su respuesta.

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