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En la Biblia tenemos un varios, muchos ejemplos de la importancia que tiene el valor de la

perseverancia. Vamos a tomar solo uno y vamos a aprender de él.

La 19, 1-10 este es el texto de la biblia que nos va a acompañar en esta reflexión.

Zaqueo, un hombre que quería ver a Jesús. Bien, aquí encontramos el deseo de su corazón, ¡ver a
Jesús! Zaqueo entonces no solo se queda con el deseo, se pone en camino. Me imagino a él
pensar: “quiero ver a ese Jesús del que todos hablan, que dicen que es el Hijo de Dios… ¡voy a
buscarlo!"

Bien, aquí está el primer punto de nuestra reflexión: Zaqueo tiene un deseo en su corazón,
¿cuántos de los que estamos aquí tenemos un deseo en nuestro corazón? Y si os damos cuenta n
basta con tener el deseo, el anhelo, la ilusión, hay que hacer algo con ese deseo. Hay un ejemplo
en la biblia de otro hombre con un deseo en su corazón: Lc 9, 7-9 y es que Herodes quería, tenía
ese deseo de ser a Jesús, pero no se movió de su silla. No pasó del deseo, y desearlo con todo el
corazón no basta, hay que hacer algo, movernos para que ese deseo se cumpla, eso es lo que hizo
Zaqueo, se movió, buscó a Jesús, no se quedó sentado esperando con el deseo en su corazón,
salió a para hacer su deseo realidad.

Bien, después de salir, Zaqueo se da cuenta que no es tan sencillo, la primera dificultad que
descubre es que es pequeño… esto significa las dificultades internas: no puedo, esta muy difícil,
no tengo tiempo, en otro momento, más tarde… lo que el evangelio nos quiere decir aquí es que
Zaqueo a demás de pequeño de estatura, también era pequeño en su estima, no se creía capaz de
alcanzar sus sueños. Bien, esto nos dice que las primeras dificultades a superar en nuestro camino
para hacer realidad nuestros deseos, las encontramos en nosotros mismos, ¿cuál es el concepto
que tengo de? Ahora bien, Zaqueo después de entender que era pequeño, se encuentra con una
segunda dificultad, las demás personas que no dejaban que se encontrara con Jesús.

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