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CAPÍTULO I

JORGE ROJAS HERNÁNDEZ

PARADIGMA AMBIENTAL Y DESARROLLO SUSTENTABLE


1.1. ESTILO DE DESARROLLO Y CRISIS ECOLÓGICA
En el nuevo milenio, ignoramos deliberadamente los peligros ecológicos, como la falta de
regulación ambiental y la destrucción de formas de vida sostenibles en comunidades del
Tercer Mundo. Estas comunidades se convierten en refugiados ambientales. Para los dos
tercios más pobres del mundo en el sur, los recursos naturales son vitales, pero la
degradación de sus ecosistemas debido a la extracción de recursos y la contaminación
los afecta desproporcionadamente. En un mundo de comercio globalizado, los recursos
se mueven de los pobres a los ricos, y la contaminación va de los ricos a los pobres,
creando un apartheid ambiental global
"A los dos tercios más pobres del sur, el capital natural es su vida. La destrucción y
apropiación de ecosistemas para recursos y residuos afecta a los pobres. En un mundo
globalizado, los ricos obtienen recursos y los pobres sufren la contaminación, creando un
apartheid ambiental global. El uso de recursos depende del modelo de desarrollo. El
modelo fordista, altamente consumidor y depredador, se basa en la filosofía del progreso.
La industria crece sin control, agotando recursos naturales."
En esta visión, el hombre domina el mundo con la razón instrumental. Ciencia y
tecnología transforman, beneficiando a algunos y perjudicando a otros. La globalización
amplía la brecha entre ricos y pobres: el 20% más rico gasta mucho, el 20% más pobre
apenas. Los 225 más ricos tienen una riqueza igual al 47% más pobre del mundo. Con
una pequeña parte de su riqueza, podríamos brindar servicios básicos a todos.
Este modelo ha causado una crisis ambiental, como se señala en el Informe sobre
Desarrollo Humano 1998 del PNUD. El consumo en expansión daña el medio ambiente
con emisiones y desperdicio que contamina la tierra, destruye los ecosistemas y agota los
recursos renovables, afectando a la población más pobre del mundo.
Desde 1950, la captación de agua ha aumentado casi tres veces, pero la disponibilidad
de agua per cápita ha disminuido significativamente. En la actualidad, 20 países con 132
millones de personas enfrentan escasez de agua, y otros 25 países podrían unirse a esta
situación en 2050. El agotamiento del agua es irreversible debido al bombeo excesivo de
aguas subterráneas.
A pesar de mejoras desde 1980 en el acceso a agua limpia y saneamiento, más de 1.300
millones de personas en países en desarrollo carecen de acceso a agua limpia y más de
2.500 millones carecen de saneamiento básico.
Más del 90% de las aguas servidas del mundo se descargan sin tratar, causando
enfermedades y muertes, especialmente en países en desarrollo.
El recalentamiento global de la atmósfera amenaza cosechas, provoca inundaciones,
tormentas y sequías, acelera la extinción de especies y cambia el clima mundial.
Los pobres son más vulnerables a la contaminación del aire, con 2,7 millones de muertes
al año, siendo 2,2 millones atribuidos a la contaminación en el interior de los hogares,
afectando principalmente a los pobres en áreas rurales de países en desarrollo.
En Lima, las familias pobres pagan más de 20 veces lo que paga una familia de clase
media por el agua. En el estado indio de Tamil Nadu, los mercados de agua no regulados
generan desigualdades grotescas: los propietarios de pozos entubados extraen agua
subterránea con electricidad subsidiada y la venden a intermediarios, quienes luego la
revenden a hogares pobres con una diferencia de precio de hasta el 1,000%.
El estilo de desarrollo adoptado por los países del Norte y seguido por los del Sur ha
causado una crisis ecológica.

1.2. PROBLEMAS AMBIENTALES DE LAS SOCIEDADES MODERNAS


América Latina y el mundo enfrentan serios problemas ambientales interconectados en un
contexto globalizado. Investigar profundamente estos problemas es esencial para tomar
decisiones económicas y políticas basadas en la ciencia y la sostenibilidad. En la
actualidad, lo ambiental no debe verse como un elemento adicional en la toma de
decisiones, sino como algo intrínseco a cualquier decisión que afecte el entorno natural y
social, siendo esencial para preservar nuestros recursos naturales y humanos
deteriorados.
En la literatura especializada sobre medio ambiente se aborda de manera dramática el
rumbo de la humanidad, especialmente en la segunda mitad del siglo XX. Los problemas
ambientales se describen como una "crisis ambiental", "crisis de crecimiento", "crisis de
civilización", entre otros términos. El cambio global ya no es una especulación, sino una
realidad que está causando graves impactos y pérdida de vidas en todo el mundo. En
este sentido, los problemas ambientales se han convertido en los desafíos más graves y
urgentes que enfrentamos.
El estudio de los problemas ambientales en la escuela no es solo académico; es una
estrategia ética, filosófica y pedagógica para salvar el planeta y garantizar la vida
humana.
La preocupación ambiental se debe a dos peligros evidentes: el agotamiento de recursos
naturales no renovables, destacado durante la crisis energética de 1973, y el deterioro del
medio ambiente debido a los desechos de la civilización industrial, manifestado en
diversas formas de contaminación, polución, efecto invernadero, agujero de ozono y
vertidos de todo tipo.
El binomio agotamiento-contaminación o destrucción afecta al equilibrio y la regeneración
del medio natural. Por ejemplo, el uso intensivo de la tierra perturba el ciclo del suelo, lo
que puede llevar a la pérdida de nutrientes y a la desertización. La extracción excesiva de
agua dulce perturba el ciclo hidrológico. La alteración del ciclo bioatmosférico puede
causar cambios climáticos, y la destrucción de la biodiversidad se relaciona con la
alteración de los ciclos biológicos. Estas alteraciones se deben a cuatro tipos de acciones
humanas: la sobreexplotación de la productividad natural, la explotación indiscriminada de
recursos no renovables, el vertido de residuos en exceso y la contaminación industrial,
incluyendo los peligrosos residuos nucleares, que simbolizan la contradicción de la
civilización tecnológica de las sociedades modernas desarrolladas.
La acción antrópica amenaza especies y la biodiversidad. El principio ambiental clave es
la limitación de recursos naturales. Problemas ambientales se dividen en dos categorías:
macroecológicos (globales) incluyen cambio climático, destrucción de la capa de ozono y
pérdida de biodiversidad; microecológicos (locales) afectan aire, agua, suelo, alimentos,
impactando ecosistemas, salud y calidad de vida, como contaminación del aire, agua y
suelo, ruido y vertido de residuos sólidos.
América Latina presenta tendencias negativas en degradación del suelo, pérdida de
bosques, fragmentación de biodiversidad, contaminación de recursos hídricos,
degradación costera, contaminación atmosférica y aumento de residuos debido a su
adopción tardía del modelo de desarrollo de países desarrollados. Esto se agrava por el
monocultivo, la sobreexplotación de recursos naturales y la falta de regulaciones
ambientales.
La dimensión y gravedad de los problemas ambientales, tanto a nivel local como global,
así como los límites que imponen a la capacidad de asimilación de los sistemas naturales,
requieren una revisión de las estrategias de desarrollo. Esto nos obliga a considerar las
interdependencias e interrelaciones entre el sistema natural, económico y social, y a
repensar los paradigmas que han impulsado un enfoque depredador del desarrollo.

1.3. EPISTEMOLOGÍA AMBIENTAL DE LA COMPLEJIDAD


La complejidad se refiere a la interacción de acciones y dependencias difíciles de explicar
por una sola disciplina. La epistemología de la complejidad es un nuevo paradigma del
conocimiento que busca comprender problemas en su totalidad y cómo las partes se
relacionan. Esto implica comprender las acciones individuales en relación con el entorno
natural.
Las ciencias ambientales usan la interdisciplina para reconstruir relaciones complejas,
combinando lógicas de sistemas naturales con sistemas sociales, económicos, políticos y
culturales. Este enfoque busca abordar crisis ecológicas, ambientales y sociales.
Los problemas ambientales, las ciudades, los sistemas naturales, los megaproyectos y
los estudios de Impacto Ambiental son realidades complejas debido a sus interacciones y
dependencias. Incluso el cierre de una calle puede causar desorden en una ciudad. El
hambre y la marginalidad también son problemas complejos que requieren soluciones
integrales. La actividad educativa es compleja porque se enfoca en la persona humana y
sus múltiples conexiones con el entorno natural y social.
Edgar Morin, filósofo francés, critica la forma en que aprendemos a pensar de manera
separada en la escuela, dividiendo el conocimiento en numerosas disciplinas como
historia, geografía, física, biología, etc.
Esta simplificación, aunque tenía como objetivo facilitar la comprensión, promovió un
enfoque reduccionista en la ciencia. Esto llevó a la hiperespecialización y alejó al
individuo de la vida natural y social.
Las disciplinas científicas y la técnica se dedicaron a comprender las partes, olvidándose
del todo.
Algunos estudiaron sistemas naturales sin considerar la vida humana, mientras que las
ciencias sociales se enfocaron en individuos o sistemas sociales aislados de su entorno
natural. Esto ha tenido consecuencias negativas en la preservación de recursos naturales
y en el desarrollo de sociedades, resultando en la pérdida de biodiversidad y diversidad
cultural, fundamentales para la vida. El pensamiento complejo no busca simplicidad, sino
aborda la complejidad y las incertidumbres.
El pensamiento complejo ve a los seres vivos de manera multidimensional, reconociendo
su diversidad y multiplicidad. Cada sistema, incluyendo los seres vivos y la vida en su
conjunto, es una unidad compleja con interacciones diversas. La complejidad se refiere a
la interconexión y el entrelazamiento de sus partes, lo que forma un tejido unido a pesar
de su diversidad.

1.4. TÓPICOS EPISTEMOLÓGICOS DE LA FORMACIÓN AMBIENTAL


Diversos autores han abordado el tema de la racionalidad ambiental y han identificado
varios tópicos clave en el conocimiento ambiental:

1. La formación ambiental se basa en la interacción entre la sociedad y la naturaleza,


especialmente la acción humana.
2. El desarrollo sustentable integra aspectos económicos, sociales y ambientales,
exigiendo conocimientos multidisciplinarios y culturales.
3. Las ciencias ambientales deben superar el reduccionismo disciplinario al estudiar el
impacto humano en los sistemas naturales.
4. La ciencia ambiental es un campo multi e interdisciplinario esencial para la formación
de recursos humanos y la investigación en problemas complejos.
5. El trabajo en equipos multidisciplinarios y la integración de información son cruciales
para abordar problemas ambientales.
6. La formación de jóvenes debe incluir competencias multi e interdisciplinarias para
comprender sociedades modernas complejas.
7. Las ciencias ambientales buscan comprender relaciones complejas mediante enfoques
interdisciplinarios.
8. La formación ambiental implica un cambio cultural hacia valores como la confianza, la
comunidad y la protección de los recursos naturales.
9. Requiere un cambio epistemológico, alejándose de la memorización y fomentando el
pensamiento crítico.
10. Equilibra el conocimiento generalista y la especialización disciplinaria, promoviendo la
transdisciplinariedad.
11. Considera diversas escalas espaciales y temporales debido a la variedad de procesos
involucrados.
12. Enfatiza el estudio de procesos, interacciones y la integración de conocimientos
científicos y tecnológicos.
13. Cambia los conceptos de desarrollo y socialización, reflexionando críticamente sobre
las experiencias humanas en distintos contextos.
Estos tópicos reflejan la complejidad y la importancia de la formación ambiental en un
mundo moderno interconectado.

1.5. PENSAR Y ACTUAR DESDE LA COMPLEJIDAD AMBIENTAL


La Tierra es una totalidad compleja donde la vida y la humanidad emergen de su historia.
La relación del ser humano con la naturaleza es inseparable; somos parte de la biosfera.
Aunque somos parte de la naturaleza física, nos distinguimos por nuestra cultura,
pensamiento y conciencia.
Después de siglos de dominio del positivismo, con graves consecuencias ambientales
debido al reduccionismo científico en economía y política, surgen nuevas visiones que
buscan conectar la vida natural, socioeconómica y ambiental. La fragmentación
disciplinaria se basó en la búsqueda de certeza y progreso, alimentada por la arrogancia
humana ante la naturaleza. Ahora enfrentamos una crisis ecológica global sin solución
fácil, aún sin conciencia política en países influyentes. El paradigma positivista sigue
influyendo en la comunidad científica y la agenda global, según Morin.
Los problemas actuales, tanto a nivel global como en la sociedad, son cada vez más
complejos y difíciles de resolver mediante enfoques simplistas. El progreso científico y
tecnológico, junto con las múltiples acciones humanas a gran escala, generan nuevos
desafíos que no pueden abordarse de manera aislada. Muchas políticas sectoriales
fracasan debido a que los problemas tienen raíces más profundas y complejas.

Por ejemplo, la pobreza moderna ya no se reduce a la migración del campo a la ciudad;


ahora incluye la "exclusión en proceso" y la precarización, que conllevan problemas como
el desarraigo, la pérdida de identidad, la destrucción de la autoestima, la pérdida de
ciudadanía y estatus social, así como la pérdida de paisaje, territorio, cultura y relaciones
sociales. En última instancia, es una crisis de la historia y la subjetividad moderna que
dificulta salir de este proceso de empobrecimiento y des-subjetivización.
La definición de la pobreza como "privación de capacidades" por Amartya Sen amplía el
problema más allá de lo económico, lo que lo hace aún más difícil de comprender y
abordar.
La complejidad y multidimensionalidad de la crisis actual requieren un enfoque de
pensamiento complejo. Los problemas ambientales son un ejemplo de esta complejidad,
ya que surgen de las interacciones entre lo natural, lo socioeconómico y lo ambiental.
Para abordar esta crisis, es esencial adoptar un nuevo paradigma de conocimiento
basado en las ciencias ambientales.
Leff identifica varias dimensiones de la complejidad ambiental, como la complejidad de lo
real, del conocimiento, de la producción, del tiempo, de las identidades, de las
interpretaciones y del ser humano. Estas dimensiones reflejan la interconexión de
aspectos biológicos, físicos, culturales, económicos y tecnológicos en la realidad. La crisis
ecológica ha impulsado enfoques como la teoría del caos, la interdisciplinariedad y la
búsqueda de la sustentabilidad. También ha promovido la diversidad cultural y nuevas
formas de relación con la naturaleza, generando un enriquecimiento ambiental y una
complejización de la experiencia humana.
La complejidad se refiere a la interconexión de elementos diversos en nuestro mundo.
Aunque intentamos ordenar y simplificar la realidad para entenderla, a veces esto nos
hace perder de vista su verdadera complejidad.
La vida y los fenómenos sociales son tan intrincados como los fenómenos naturales, y
para comprenderlos, necesitamos enfoques igualmente complejos. La construcción de un
nuevo enfoque de desarrollo para el siglo XXI requiere considerar la complejidad de las
relaciones entre la naturaleza y la sociedad.

1.6. EL CONOCIMIENTO AL SERVICIO DE LA EMANCIPACIÓN HUMANA


Repensar el desarrollo implica también reconsiderar cómo se produce y transmite el
conocimiento. El proceso de aprendizaje está influenciado por intereses específicos y no
es neutral en términos de valores. Aunque las políticas educativas a menudo promueven
objetivos nobles como la formación de ciudadanos conscientes y responsables, la
realidad es que también pueden estar impulsadas por intereses invisibles, que actúan
como un "currículum oculto". Estos intereses pueden orientar la educación hacia valores
como la competencia y el emprendimiento en lugar de la solidaridad o la democracia,
dependiendo de la perspectiva del Gobierno o Estado en cuestión.
Habermas examinó la relación entre "interés" y "conocimiento" y propuso tres tipos de
interés que corresponden a tres enfoques científicos distintos:
1. En las ciencias empírico-analíticas, prevalece un interés técnico en el conocimiento.
2. En las ciencias histórico-hermenéuticas, se encuentra un interés práctico en el
conocimiento.
3. En las ciencias orientadas hacia la crítica, se manifiesta un interés emancipatorio en el
conocimiento.
Habermas plantea diferentes enfoques para concebir la realidad: control técnico,
comprensión práctico-vivencial y emancipación de la coerción en la naturaleza y sistemas
sociales, económicos y políticos (Habermas, 1992: 173).
Una ciencia social crítica busca distinguir entre leyes de acción social invariantes y
relaciones de dependencia ideológicamente fijadas, con potencial de cambio. El
conocimiento crítico de las leyes puede cuestionar su aplicación a través de la reflexión.
El marco metodológico se basa en la autorreflexión, liberando al sujeto de poderes
hipostasiados y promoviendo un interés cognitivo emancipatorio (Habermas, 1992: 172).
Los temas ambientales se pueden abordar desde una perspectiva técnica, práctica o
emancipatoria. La primera usa la sustentabilidad como fachada, sin cambios esenciales.
La segunda, hermenéutica, ayuda a comprender la evolución histórica del medio
ambiente. La teoría crítica permite comprender en profundidad los ecosistemas y su
relación con el hombre y sus sistemas socioeconómicos, con énfasis en la preservación
de la naturaleza y calidad de vida.
Los proyectos educativos en América Latina se vinculan con opciones epistemológicas
para el desarrollo de niños y jóvenes y el progreso económico, social y cultural.

1.7. TIPOS Y CRITERIOS DE SUSTENTABILIDAD


Guimaraes plantea cuatro dimensiones de sustentabilidad:
1. Sustentabilidad ecológica: Mantener el stock de recursos naturales incorporados a la
producción, con criterios como la tasa de uso igual a la tasa de reposición para recursos
renovables y la tasa de uso igual a la tasa de sustitución para recursos no renovables.
2. Sustentabilidad ambiental: Capacidad de la naturaleza para recuperarse de las
acciones humanas. Se relaciona con tasas de emisión de desechos equivalentes a tasas
de regeneración y la promoción de la conversión industrial que reduzca la entropía y
fomente la conservación de energía y fuentes renovables.
3. Sustentabilidad social: Busca mejorar la calidad de vida mediante la justa distribución
de bienes y servicios, además de garantizar educación, salud, vivienda y seguridad social
para todos, con el objetivo de reducir la pobreza.
4. Sustentabilidad política: Implica la creación de espacios democráticos que fomenten la
participación ciudadana y el fortalecimiento de organizaciones sociales y comunitarias
para democratizar la acción del Estado.
A pesar de estos ideales de sustentabilidad, las sociedades modernas, incluyendo
América Latina, enfrentan desafíos significativos, como la pobreza, la degradación
ambiental y la inestabilidad política. La preocupación ambiental a menudo se limita a
estudios técnicos de impacto, descuidando la dimensión social y la protección de los
ecosistemas.

1.8. MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE


Los problemas ambientales del mundo se agravan debido a la resistencia de los países
más desarrollados e industrializados a cambiar su estilo de desarrollo y adoptar prácticas
más sostenibles. Esto se evidencia en su negativa a firmar el Acuerdo de Kyoto, diseñado
para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio
climático, que ya ha causado graves impactos, especialmente en las poblaciones más
vulnerables.
El economista ambiental Herman Daly plantea la teoría ecológica del "mundo lleno", que
ilustra la rápida transición de un mundo relativamente vacío (10%) a uno relativamente
lleno (40%) debido al crecimiento constante. Advirtió que este cambio es más rápido que
la evolución de los paradigmas económicos, ya que los economistas que siguen los
modelos antiguos aún no han desaparecido y se han estado reproduciendo más rápido de
lo que mueren. Esto ha mantenido la resistencia a la aceptación de una economía
adaptada a un mundo lleno, a pesar de su necesidad evidente.
La actualidad nos exige cambiar nuestra visión sobre desarrollo y valores humanos, influir
en generaciones actuales y futuras para respetar la vida en el planeta. La educación,
como base de la sociedad, tiene el desafío de enseñar la sustentabilidad.
La educación ha sido siempre portadora de mensajes, esperanzas y valores. Sin
embargo, a veces no logra su misión debido a otras influencias. Por eso, es necesario
fortalecer su papel en la sociedad con nuevos enfoques y paradigmas pedagógicos.
El medio ambiente es vital para la vida y el desarrollo. En el siglo XXI, es necesario un
desarrollo que considere lo ambiental, con procesos de producción limpios y el uso
responsable de recursos naturales y energía. También se deben valorar aspectos
inmateriales como la libertad, la belleza, la cultura y la solidaridad, no solo la acumulación
de bienes materiales.

1.9. ÉTICA AMBIENTAL


Amartya Sen destaca que la capacidad de una persona para lograr sus metas depende
de diversas oportunidades, como las económicas, políticas, sociales, la buena salud, la
educación y la iniciativa personal. Estas oportunidades se relacionan y se refuerzan
mutuamente, dando lugar al desarrollo efectivo y sostenible.
Históricamente, en los modelos de desarrollo, se ha debatido la relación entre libertad e
igualdad. Enfoques económicos como el liberalismo y el neoliberalismo han priorizado la
libertad económica y la propiedad individual, a menudo relegando la igualdad en el
acceso a la educación, salud y trabajo. Argumentan que los derechos políticos, sociales y
ambientales podrían interferir con la libertad y el funcionamiento del mercado.
Sin embargo, el desarrollo moderno requiere tanto de la libertad como de la igualdad. La
libertad sin oportunidades reales es una ilusión. La ética del desarrollo sostenible busca la
armonía y equidad entre los sistemas naturales, la sociedad y el medio ambiente. Esto
exige un compromiso ciudadano responsable que involucre a todos los sectores de la
sociedad, incluyendo políticos, empresarios, instituciones estatales, escuelas,
universidades y ciudadanos de todas las edades, géneros, etnias y nacionalidades.
Las conexiones entre equidad y eficiencia, y entre valores e instituciones, son clave. La
falta de acceso a oportunidades sociales y económicas puede tener efectos negativos en
múltiples aspectos, incluyendo el crecimiento económico, el desarrollo político y cultural, y
la mortalidad y fertilidad.
Las sociedades que niegan oportunidades a sus ciudadanos pueden enfrentar problemas
de cohesión social y desencadenar degradación ambiental y humana. La concentración
del ingreso en una minoría es un problema ético en América Latina.
A pesar de los desafíos, la esperanza y el potencial de desarrollo siguen presentes. Un
modelo de desarrollo sostenible debe basarse en valores éticos, incluyendo el respeto por
la naturaleza, los derechos humanos, la igualdad y la participación democrática en
asuntos públicos.
CAPITULO II
OSCAR PARRA

EL PLANETA TIERRA COMO SISTEMA


2.1. ¿QUÉ ES UN SISTEMA?
Un sistema, en términos generales, se define como una parte del universo que se puede
aislar para su observación y estudio. Estos sistemas pueden ser físicamente aislados,
como sustancias químicas en un tubo de ensayo, o pueden existir en nuestras mentes o
en una base de datos de una computadora. También se pueden concebir como conjuntos
de componentes que funcionan juntos como un todo, como un organismo simple, una
planta de tratamiento de aguas residuales, una ciudad, un río, una laguna o incluso una
parte de nuestra casa. En una escala mucho mayor, la Tierra misma es considerada un
sistema, especialmente en lo que respecta al equilibrio energético global y el ciclo
geológico global.
Para abordar problemas ambientales, es crucial comprender los sistemas y cómo
cambian con el tiempo. En ciencias ambientales, nos enfrentamos a sistemas de diferente
complejidad. Para abordar estos problemas, debemos entender cómo las partes
interactúan.
Los sistemas pueden ser abiertos o cerrados. Un sistema abierto intercambia sustancias
con otros sistemas, como el océano, que intercambia agua con la atmósfera. La Tierra, en
cambio, es un sistema abierto en términos de energía (solar) pero cerrado en cuanto a
materia.
Los sistemas reaccionan a entradas (inputs) y generan salidas (outputs). Un ejemplo es
nuestro cuerpo, un sistema complejo. Si estamos cerca de un reptil, la presencia del reptil
puede aumentar nuestros niveles de adrenalina, acelerando nuestros latidos y
haciéndonos sudar. Alejarnos del reptil es una salida.

2.2. LA RETROALIMENTACIÓN DE LOS SISTEMAS (“FEEDBACKS”).


La retroalimentación (feedback) es una respuesta especial de un sistema en la que una
salida también actúa como entrada, provocando cambios en el sistema. Un ejemplo
clásico es la regulación de la temperatura corporal en los seres humanos. Si nos
exponemos al sol y nos calentamos, nuestros sensores registran el aumento de
temperatura (input). En respuesta, nuestro cuerpo abre los poros de la piel y se enfría
mediante la evaporación del sudor. También podemos buscar sombra para reducir la
temperatura. Esto representa una retroalimentación negativa, donde la respuesta
contrarresta el cambio original (un aumento de temperatura provoca una disminución
posterior).
En contraste, la retroalimentación positiva ocurre cuando un aumento en las salidas del
sistema conduce a un aumento aún mayor en las salidas. Un ejemplo es un incendio
forestal, donde la madera se quema y provoca más combustión. Esto es desestabilizador.
Los feedbacks negativos suelen ser deseables porque estabilizan el sistema y lo
mantienen en un estado constante. Los feedbacks positivos, o círculos viciosos, son
desestabilizantes. El uso irresponsable del entorno puede llevar a retroalimentaciones
positivas, como cuando los vehículos dañan la vegetación, exponen el suelo a la lluvia y
provocan la erosión del suelo y la pérdida de sedimentos.

2.3. EL CONCEPTO DE LA UNIDAD AMBIENTAL.


En ciencias ambientales, la idea de "feedbacks" positivos y negativos introduce el
concepto clave de la unidad ambiental. Esto significa que las acciones en el entorno rara
vez afectan solo a una cosa o elemento, ya que todo está interconectado. Aunque hay
excepciones, como la extinción de especies de anfibios en Sudamérica que
probablemente no afectaría a los ríos de la Plata o el Amazonas, la mayoría de los
elementos del ambiente natural están estrechamente relacionados. Cambios en una parte
de un sistema a menudo tienen efectos secundarios en el sistema o pueden afectar
sistemas cercanos y lejanos.
Cambios en el uso del suelo, como convertir áreas agrícolas o forestales en proyectos
urbanos, tienen efectos significativos. Estos cambios resultan en la pérdida de
vegetación, alteran los suelos y aumentan la erosión. Esto afecta a los ríos, causando la
acumulación de sedimentos que reduce sus cauces y aumenta el riesgo de inundaciones,
especialmente cuando se combinan con las lluvias.
Otra interacción importante ocurre entre los bosques, los caudales de los ríos y la
diversidad de peces en estos sistemas. Alteraciones en los bosques, como la sustitución
de especies nativas por plantaciones de especies introducidas, pueden cambiar la
cantidad y tipo de materia orgánica que llega a los ríos. Esto influye en la dieta de la
fauna acuática y altera la composición de la vida en el río.
2.4. LOS CICLOS BIOGEOQUÍMICOS
La Tierra es un sistema en constante cambio que mueve y almacena materiales a través
de los ciclos biogeoquímicos. Estos ciclos implican el movimiento y reciclaje de elementos
químicos en la atmósfera, hidrósfera, litósfera y biósfera, todos conectados a procesos
geológicos, hidrológicos y biológicos.
En estos ciclos, los elementos se mueven entre compartimentos o reservorios, como la
atmósfera, los sedimentos y la vegetación. La velocidad de estas transferencias, llamada
flujo, varía; algunos son rápidos, como la evaporación en la superficie de los océanos,
mientras que otros son lentos, como la transferencia de materiales del suelo a las rocas.
Eventos inesperados, como erupciones volcánicas, pueden liberar grandes cantidades de
material de manera repentina y catastrófica entre la atmósfera, los océanos y los
continentes.
Entre los ciclos biogeoquímicos podemos distinguir e incluir los ciclos geológicos, los
ciclos del carbón, del nitrógeno, del fósforo y el del azufre.
Los ciclos biogeoquímicos son la forma principal en que los elementos químicos
esenciales para la vida se mueven a través de la atmósfera, el agua, las rocas y los seres
vivos. Pueden considerarse como compartimentos o reservorios que intercambian
elementos entre sí. Algunos elementos se reciclan rápidamente debido a la actividad
biológica, especialmente en ciclos que involucran gases en la atmósfera, que suelen ser
más rápidos que otros.
Los avances tecnológicos han alterado la transferencia de elementos químicos, afectando
los ciclos biogeoquímicos. Estos ciclos son complejos y la actividad humana ha tenido un
impacto significativo en el reciclaje de elementos en el aire, el agua y el suelo, lo cual es
esencial para mantener la vida en la Tierra.
Cada organismo necesita varios elementos químicos, que deben estar disponibles en las
cantidades adecuadas y en el momento oportuno. Estos elementos pueden ser
reutilizados, pero en algunos ecosistemas pueden agotarse y necesitan ser reemplazados
para que el ecosistema continúe funcionando. Los cambios y perturbaciones en los
ecosistemas son comunes, y los ecosistemas que se mantienen constantes a lo largo del
tiempo pueden no ser sostenibles a largo plazo.

2.5. EL PRINCIPIO DEL UNIFORMITARIANISMO


La Tierra y sus seres vivos han experimentado cambios a lo largo de la historia, pero
ciertos procesos necesarios para mantener la vida y un ambiente viable han estado en
funcionamiento durante mucho tiempo. El "uniformitarianismo" es un principio que ayuda
a explicar estos procesos físicos y biológicos, así como la historia geológica y evolutiva de
la Tierra. Este principio sostiene que "el presente es la clave del pasado" y fue propuesto
por James Hutton, un científico escocés conocido como el padre de la geología. Charles
Darwin también se vio influenciado por el uniformitarianismo al desarrollar su teoría de la
evolución.
El uniformitarianismo reconoce que los procesos naturales no tienen necesariamente la
misma magnitud y frecuencia a lo largo del tiempo, pero sugiere que los factores
fundamentales de la evolución biológica han permanecido constantes. Esto nos permite
estudiar el pasado a través del presente, como examinar la estructura de los huesos de
los dinosaurios para inferir sus características. Aplicado al medio ambiente, nos ayuda a
comprender y predecir el futuro, aunque las tasas de cambio pueden variar debido a
influencias naturales y humanas. Es esencial usar este principio para anticipar y abordar
los efectos de la actividad humana en la Tierra.

2.6. CAMBIOS Y EQUILIBRIOS EN LOS SISTEMAS


Los cambios en sistemas naturales son predecibles y deben considerarse en la búsqueda
de soluciones ambientales. Un sistema está en estado estacionario cuando las entradas
son iguales a las salidas. Esto puede aplicarse globalmente, como en el equilibrio de
radiación solar en la Tierra, o en escalas más pequeñas, como en una universidad con
tasas de entrada y salida constantes de estudiantes. Si la entrada es mucho menor que la
salida, como en la agotación de un acuífero, puede provocar la desaparición de plantas y
animales. Un exceso de entrada en relación con la salida puede desencadenar
problemas, como la eutrofización en cuerpos de agua o la contaminación por metales
pesados y pesticidas. Analizando las tasas de entrada y salida de materia y energía,
podemos calcular el tiempo de permanencia de los elementos en los sistemas.
El tiempo medio de residencia mide cuánto tiempo un material permanece en un sistema
en constante ciclo. Se calcula dividiendo el tamaño del sistema entre la tasa de entrada o
salida. En sistemas pequeños y dinámicos, como lagos pequeños, el tiempo de residencia
es breve, lo que los hace vulnerables a cambios rápidos, como la contaminación. Sin
embargo, los contaminantes también se eliminan rápido. En sistemas grandes, como los
océanos, con flujos lentos, el tiempo de residencia es largo y menos propenso a cambios
abruptos, pero corregir la contaminación es más difícil.
Comprender los cambios en los sistemas es clave para abordar los problemas
ambientales. A veces, tasas de crecimiento aparentemente pequeñas pueden tener
grandes impactos con el tiempo. Calcular el tiempo de residencia de un recurso puede
ayudar a diseñar estrategias de gestión adecuadas. Identificar procesos de
retroalimentación en los sistemas, junto con el cálculo de tasas de transferencia y tiempos
de residencia, permite hacer predicciones útiles para la gestión ambiental.
Es crucial entender cómo los procesos naturales y humanos pueden alterar la Tierra.
Aunque se ha afirmado que los sistemas naturales tienden a mantenerse en estado
estacionario, esto es raro, ya que los sistemas experimentan cambios a lo largo del
tiempo. Por ejemplo, eventos naturales como tormentas son esenciales para la salud de
sistemas como los arrecifes de coral y los bosques. Para una gestión ambiental efectiva,
es necesario comprender los tipos de cambios que pueden ocurrir, su cronología y su
impacto a largo plazo en la productividad del sistema. Estos conceptos son
fundamentales para comprender la dinámica ambiental.

2.7. LA TIERRA Y LA VIDA


La Tierra se formó hace aproximadamente 4.6 mil millones de años a partir de una nube
de gas interestelar que colapsó, dando origen a sistemas planetarios y protoestrellas. La
vida en la Tierra comenzó hace unos 2 mil millones de años y desde entonces ha tenido
un impacto profundo en el planeta. A lo largo de la historia de la Tierra, diversas formas
de vida han surgido, evolucionado y desaparecido, dejando fósiles como evidencia de su
existencia. Hace millones de años, la evolución llevó a la dominancia de la especie
humana en la Tierra, pero nuestra influencia en la historia del planeta podría ser fugaz.
Es esencial comprender cómo nuestras acciones afectan al medio ambiente, ya que las
actividades humanas pueden aumentar o disminuir la magnitud y la frecuencia de
procesos naturales en la Tierra. Por ejemplo, los ríos experimentan inundaciones
periódicas, pero nuestras actividades pueden amplificar o reducir drásticamente estos
eventos. Para prever los efectos a largo plazo de procesos como las inundaciones,
debemos entender cómo nuestras acciones alteran las tasas de procesos naturales.
Los humanos han acelerado la extinción de especies debido a cambios en el uso de la
tierra, como la urbanización y la agricultura. También estamos teniendo un impacto global
en la Tierra a través de nuestras actividades, como la alteración del clima y la química de
la atmósfera, lo que puede amenazar la vida en el planeta.

2.8. LA TIERRA COMO SISTEMA.


La población humana ha alterado profundamente la Tierra, modificando el aire, el suelo y
el agua. La vida desempeña un papel fundamental en la configuración de estos
elementos, interactuando con su entorno físico en diferentes niveles. Desde una bacteria
en el suelo hasta un extenso bosque que abarca grandes áreas, la vida influye en el aire,
el agua y el suelo.
"Biota" es todo ser vivo en un área, desde microorganismos hasta continentes. La
"biósfera" es la región de la Tierra con vida, desde los océanos hasta las montañas,
donde la mayoría de la vida se encuentra cerca de la superficie. Incluye la atmósfera, los
océanos, ríos, lagos, suelos y sedimentos que interactúan con seres vivos y usan la
energía del sol y la Tierra.

2.9. LOS SISTEMAS NATURALES O LOS ECOSISTEMAS


Un ecosistema natural es una comunidad de organismos y su entorno no vivo inmediato
donde la materia y la energía circulan. La vida en la Tierra está arraigada en los
ecosistemas, no en individuos, poblaciones o especies particulares. El término
"ecosistema" se aplica a áreas de todos los tamaños, desde pequeñas pozas hasta
vastos bosques, e incluso a la biosfera entera.
Los ecosistemas pueden variar en composición, incluyendo la diversidad de especies, los
elementos no vivos y la variabilidad espacial y temporal. Algunos tienen límites definidos,
como la transición entre la costa rocosa y un bosque, mientras que otros tienen fronteras
más difusas, como la transición entre un bosque y una pradera. Sin embargo, lo que
comparten todos los ecosistemas es la circulación de energía y elementos químicos.

Los ecosistemas pueden ser naturales o artificiales. Por ejemplo, una laguna construida
como parte de una planta de tratamiento de aguas residuales es un ecosistema artificial.
Además, los ecosistemas pueden ser manejados de diversas formas. La agricultura, por
ejemplo, representa un tipo de manejo de ecosistemas terrestres.
Los ecosistemas naturales brindan servicios a la sociedad, como la purificación del agua
y la captura de contaminantes. Cada ecosistema tiene una ubicación geográfica definida y
está compuesto por elementos como plantas, animales, nutrientes y minerales, todos
interconectados a través de cadenas alimentarias y flujos de energía.
Según Bormann y Likens (1969), un ecosistema es una "unidad funcional de la
naturaleza" que involucra seres vivos y su entorno, interactuando mutuamente y siendo
esenciales para el funcionamiento del sistema.

2.10. EL ENFOQUE SISTÉMICO: EL RÍO Y SU CUENCA HIDROGRÁFICA COMO


SISTEMA
El enfoque sistémico es un método que busca analizar y organizar conocimientos para
una acción más efectiva. Se basa en el concepto de sistema, que es un conjunto de
objetos relacionados entre sí, con atributos y objetivos definidos. Los atributos clave de un
sistema son: la unidad (definición de límites), la relación (interacciones entre partes) y la
función (logro de objetivos). Un ejemplo es el sistema fluvial y su cuenca hidrográfica, que
es un sistema abierto con entradas y salidas de materia, energía e información, y
procesos internos que involucran aspectos físicos, químicos, biológicos y humanos.
Las aproximaciones conceptuales anteriores nos proporcionan un marco teórico para
caracterizar el sistema (cuenca y río). Para lograr esto, es necesario:
a) Los límites del sistema se determinan mediante reglas: la cuenca se define por las
líneas divisorias y el río por sus márgenes y lecho en un instante dado.
b) Describir las interacciones entre las entradas y salidas del sistema, es decir, las
relaciones entre el entorno y el sistema, tratando al sistema como una "caja negra".
c) Explicar las interacciones entre los elementos internos del sistema, incluyendo
cualquier influencia externa en las entradas y salidas.

2.11. LA HIPÓTESIS GAIA


La "hipótesis Gaia", formulada por James Lovelock en 1979, sugiere que la Tierra y sus
seres vivos forman un super organismo interdependiente capaz de autorregularse para
beneficio de la vida en el planeta. Por ejemplo, se cree que el fitoplancton marino,
microorganismos en la superficie del mar, influye en los niveles de dióxido de carbono en
la atmósfera y, por ende, en el clima global. En términos simples, se compara la Tierra
con un organismo gigante capaz de mantenerse a sí mismo.

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